Tesis - Universidad de Colima
Transcripción
Tesis - Universidad de Colima
UNIVERSIDAD DE COLIMA FACULTAD DE MEDICINA CENTRO UNIVERSITARIO DE INVESTIGACIONES BIOMÉDICAS MAESTRÍA EN CIENCIAS FISIOLÓGICAS “PARTICIPACIÓN DEL ÓXIDO NÍTRICO Y LA HORMONA ARGININA-VASOPRESINA EN EL APRENDIZAJE Y LA MEMORIA” Revisión bibliográfica que para obtener el grado de M. en C. Fisiológicas PRESENTA: Psic. BEATRIZ ADRIANA ALVARADO CARBAJAL ASESORES: Biol. ELENA ROCES DE ÁLVAREZ-BUYLLA Dr. SERGIO ADRIÁN MONTERO CRUZ COLIMA, COL., DICIEMBRE DE 2006 1 INDICE FIGURAS Y TABLAS 2 ABREVIATURAS 4 RESUMEN 8 ABSTRACT 9 INTRODUCCIÓN 10 ANTECEDENTES: 12 1.- APRENDIZAJE Y MEMORIA. 12 Tipos de memoria 12 2. MECANISMOS CELULARES Y MOLECULARES QUE PARTICIPAN EN EL APRENDIZAJE Y LA MEMORIA Potenciación a largo plazo 25 27 3. EFECTO DEL ÓXIDO NÍTRICO EN LOS PROCESOS DEL APRENDIZAJE Y LA MEMORIA 37 Óxido Nítrico (NO) 38 Biosíntesis del NO 40 Regulación de la formación del NO en las neuronas 43 Efectos del NO en la plasticidad sináptica 43 NO y potenciación a largo plazo 45 4.- EFECTO DE LA ARGININA-VASOPRESINA EN LOS PROCESOS DEL APRENDIZAJE Y LA MEMORIA 50 Neuroanatomía del sistema vasopresinérgico central 51 Receptores a la AVP en el SNC 53 AVP y comportamiento 54 CONCLUSIONES 60 PERSPECTIVAS 61 BIBLIOGRAFÍA 62 FIGURAS Y TABLAS Figura 1: Principales regiones cerebrales involucradas en la formación y evocación de la memoria declarativa Figura 2: 14 Taxonomía de los sistemas de memorias de largo plazo en los mamíferos. Figura 3: 15 Registros obtenidos de un perro en la cámara de reflejos condicionados Figura 4: 19 Esquema de las áreas cerebrales de convergencia que participan en los procesos de condicionamiento 22 Figura 5: Organización anatómica del hipocampo. 24 Figura 6: Fases temprana y tardía de la formación de la potenciación a largo plazo (LTP) en la vía colateral de Schaffer 30 Figura 7: Inducción de la fase temprana de la LTP 31 Figura 8: Mecanismos de la LTP 33 Figura 9: Efectos de la liberación de neurotransmisores en la facilitación sináptica y en la LTP 34 Figura 10: Última fase de la LTP en la vía colateral de Schaffer 36 Figura 11: Biosíntesis del Óxido Nítrico (NO) por la acción de la NOS 41 Figura 12: Diagrama del NO producido en las sinapsis 44 Figura 13: Participación del NO en la LTP. 47 Figura 14: Inhibición de los potenciales postsinápticos excitatorios (EPSPs), inducidos por trenes de estímulos en rebanadas de hipocampo de ratones 48 Figura 15: Acción del NO, procesamiento en un circuito nervioso. 49 Figura 16 Visualización de los lugares de síntesis y liberación de la hormona arginina-vasopressina (AVP) por tinción inmunohistoquímica 52 Figura 17 Aprendizaje estratégico después de la administración de AVP 57 Figura 18 Estructura primaria de la molécula de la AVP 57 3 Figura 19 Efectos de la L-Arg subcutánea sobre la memoria en las pruebas de condicionamiento instrumental aversivo Tabla 1: 59 Lugares de la síntesis y liberación de la hormona argininavasopresina (AVP) 16 Tabla 2: Estructura primaria de la molécula de la AVP 39 Tabla 3: Efectos de la L-Arginina sobre la memoria en las pruebas de condicionamiento instrumental aversivo 53 4 ABREVIATURAS AA: ácido araquidónico AC: adenil ciclasa ACh: acetilcolina ACTH: hormona adrenocorticotrópica AM: amígdala AMPA: ácido aminometoxipropiónico AMPc: adenosin monofosfato cíclico Amts: cisura anterior media Ant: núcleo anterior del tálamo APPs: proteínas precursoras de amiloide ATP: adenosin trifosfato AVP: hormona arginina-vasopresina BDNF: factor neurotrófico derivado del cerebro BH4: tetrahidrobiopterina BNST: núcleo del lecho de la estría terminal CaMKII: proteína-cinasa Ca++-calmodulina-dependiente CCVD: canales de calcio voltaje dependientes C/EBPβ: factor de transcripción (CCAAT/proteína potenciadora de enlace c-fos: proto oncogén de la proteína Fos (CH2)5: cyclopentamethyleno CM: núcleo talámico medial cMN: células neurosecretoras magnocelulares CO: monóxido de carbono CoA: coenzima A CPF: corteza prefrontal cPN: células neurosecretoras parvocelulares CRE: elemento de respuesta al AMPc CREB: proteína de unión al elemento de respuesta al AMPc ( cAMP Response Element Binding Protein) 5 CX: corteza cerebral EC: estímulo condicionado EDRF: factor de relajamiento derivado del endotelio E-LTP: potenciación a largo plazo temprana eNOS: sintetasa del óxido nítrico endotelial EPSP: potencial postsináptico excitatorio ERh: corteza entorrinal E-S: plasticidad funcional presináptica FAD: dinucleótido de flavina FMN: flavín-mononucleótido FR: formación reticular Fx: fórnix G: ácido glutámico GC: guanilatociclasa GCs: guanilatociclasa soluble GDP: guanosina-difosfato GL: grupo lateral GM: grupo medial GMPc: guanosín-monofosfato cíclico GP: globo pálido GTP: guanosina-trifosfato iNOS: sintetasa del óxido nítrico inducible HIP: hipocampo HT: hipotálamo 5HT: serotonina L-Arg: L-arginina L-LTP: potenciación a largo plazo tardía L-NAME: L-nitro-argininina-metil éster L-NMMA: NG-monometil-L-arginina LTD: depresión a largo plazo LTP: potenciación a largo plazo 6 MAPK: proteína-cinasa activada por mitógenos MB: cuerpos mamilares MDmc núcleo medial dorsal del tálamo MET: receptor metabotrópico mGlu: receptores a glutamato metabotrópicos min: minutos mNOS: sintetasa del óxido nítrico muscular MS: núcleo medial del septo NA: noradrenalina NaCl: cloruro de sodio NaCN: cianuro de sodio NADPH: nicotín-adenín-dinucleótido-fosfato reducido NARG: NG-nitro-L-arginina NC: núcleo caudado 7NI: 7-nitroindazol NMDA: ácido N-metil-D-aspártico NO: óxido nítrico NOS: sintetasa del óxido nítrico nNOS: sintetasa del óxido nítrico neuronal NPS: nitropusiato de sodio NT: nitroglicerina P: fosfato PAC: corteza periamigdalina PAF: factor de agregación plaquetaria PF: núcleo talámico parafascicular PKA: proteína-cinasa A PKC: proteína-cinasa C PKG: proteína-cinasa G. PHC: corteza parahipocámpica POST: terminación postsináptica ppAVP: prepro-Arginina-Vasopresina 7 PRE: terminación presináptica PRh: corteza perirrinal PVN: núcleo paraventricular RNAm: ácido ribonucleico mensajero. rs: cisura rinal RT-PCR: trascriptasa reversa-reacción en cadena de la polimerasa S: núcleo septal sc: subcutánea SCN: núcleo supraquiasmático seg: segundos Si: subículo SIN-1: 3-morfolino-sidnonimina SN: sustancia negra SNAP: S-nitroso-N-penicilamina SNC: sistema nervioso central SON: núcleo supraóptico ST: estría terminal STG: giro temporal superior Sts: cisura temporal superior TE: corteza temporal inferior Th: tálamo tPA: activador tisular del plasminógeno. VP: pálido posterior VS: pálido anterior YC-1: 3-(5-hidroxymethyl-2-furyl)-1-benzyl-indazole 8 RESUMEN La capacidad del cerebro para almacenar información, es uno de los fenómenos más fascinantes del sistema nervioso central (SNC). El aprendizaje se puede considerar como el proceso por medio del cual se adquiere el conocimiento del exterior, y la memoria, es el mecanismo que permite retener y evocar dicho conocimiento. En estos procesos intervienen el óxido nítrico (NO) y la arginina vasopresina (AVP). El NO, mediador químico importante en las funciones neuroendocrinas y de comportamiento, participa en el aprendizaje y la memoria a través de su efecto sobre los mecanismos de plasticidad sináptica. La AVP, neurotransmisor/neuromodulador endógeno de la memoria, favorece su consolidación o inhibición una vez adquirida la información. El propósito del presente trabajo es recopilar la información sobre los efectos del NO y la AVP en el aprendizaje/memoria, a la luz de los avances recientes en las neurociencias, que permiten identificar algunos de los mecanismos celulares y moleculares involucrados en estas importantes funciones. 9 ABSTRACT The capacity of the brain to store information is one of the most fascinating events in the function of the central nervous system. Two processes achieve this fact: learning, by which we acquire knowledge from our world, and memory by which that knowledge is encoded, stored and retrieved. In both of these processes, play a role the nitric oxide (NO) and arginine-vasopressin (AVP). NO, that is an important intercellular messenger in the neuroendocrine functions and behavior; is involved in the learning/memory processes through synaptic plasticity mechanisms. neurotransmitter/neuromodulator AVP, in the that memory is an formation, endogenous favours the consolidation or inhibition processes once the memory has been stored. This work examines the information available on NO and AVP effects on learning and memory mechanisms, reviewing the major biological principles involved in this issue at cellular and molecular level. 10 INTRODUCCIÓN Uno de los fenómenos más fascinantes de las funciones del sistema nervioso central (SNC) es la capacidad del cerebro para almacenar información con objeto de producir cambios en el comportamiento. El aprendizaje y la memoria son dos procesos distintos que le permiten al cerebro llevar a cabo dicha función. El aprendizaje se puede considerar como el proceso por medio del cual se adquiere el conocimiento del mundo que nos rodea. La memoria, en un sentido amplio, se puede definir como el mecanismo que permite la codificación y el almacenamiento de la información adquirida para, posteriormente, ser recuperada o evocada. En efecto, somos lo que hemos podido aprender y memorizar. Por tal motivo, las neurociencias y la psicología cognitiva comparten campos de estudio para entender estos fenómenos. Se describen dos grandes categorías de aprendizajes: el aversivo, cuando la memoria trata de evitar un estímulo desagradable, y los no aversivos, cuando lo que se aprende es la habituación o extinción. La memoria se puede clasificar en: memoria declarativa, que involucra conceptos, y memoria de procedimientos que involucra procesos sensoriales y motores. La formación de la memoria depende de los cambios en la eficiencia sináptica, que da la posibilidad de reforzar las conexiones entre las neuronas. Las principales regiones cerebrales encargadas de la formación y evocación de la memoria declarativa son el hipocampo, la amígdala, las cortezas entorrinal y perirrinal, el estriado, varios núcleos talámicos, y algunos del hipotálamo. En los últimos años el método de estudio de estos procesos se aborda por la estimulación o inactivación de sinapsis específicas en áreas localizadas, utilizando microinyecciones de fármacos (neurotransmisores y/o neuropéptidos) que activan o bloquean receptores y enzimas de dichas sinapsis (Izquierdo y Medina, 1995). La estimulación repetitiva, de alta frecuencia, de los axones aferentes, da lugar a respuestas postsinápticas excitatorias durante periodos de tiempo prolongados que se conoce como potenciación a largo plazo (“long-term potentiation”, LTP). El efecto de la LTP ha sido observado en las sinapsis glutamatérgicas y 11 constituye el principal mecanismo de los procesos mnemónicos. Es interesante que en estos procesos de aprendizaje y de memoria participen el óxido nítrico (NO) y la arginina vasopresina (AVP). En esta revisión se describen los tipos de aprendizaje y de memoria, así como, las regiones cerebrales implicadas en estos procesos, analizando la importancia del NO y de la AVP. Se sabe que el NO es un mediador químico importante en las funciones neuroendocrinas y de comportamiento, así como en el aprendizaje y la memoria a través de su efecto sobre los mecanismos de la plasticidad sináptica. Al NO se le atribuye el carácter de neurotransmisor retrógrado, ya que este gas puede viajar desde la membrana postsináptica a la presináptica, participando en el fenómeno de la LTP, y en la actividad neuronal que tiene lugar en todos los casos de plasticidad neuronal asociada con el aprendizaje y la memoria. Este neurotrasmisor difunde libremente a través de las membranas y aumenta la liberación del ácido glutámico en la terminal presináptica, favoreciendo la inducción de la LTP (Medina e Izquierdo, 1995). La AVP, al igual que otros fármacos como los corticoides, es un neurotransmisor/neuromodulador endógeno de la memoria, favorece su consolidación o inhibición una vez adquirida la información (McGaugh, 1989); se han identificado neuronas vasopresinérgicas desde la neocorteza hasta la médula espinal. El propósito del presente trabajo fue recopilar la información sobre los efectos del NO y la AVP en los procesos del aprendizaje y de la memoria, a la luz de los avances recientes en las neurociencias, que permitan identificar algunos de los mecanismos celulares y moleculares que participan, tanto en los procesos del aprendizaje, como en los de la memoria. 12 ANTECEDENTES 1.- APRENDIZAJE Y MEMORIA. Tipos de memoria El cerebro tiene la capacidad de almacenar información y de utilizarla mediante los procesos de aprendizaje y memoria modificando con ello la conducta . Citando al Dr. Arturo Rosenblueth (1970) ---“Los procesos de aprendizaje/memoria implican: tener conciencia de la sucesión temporal de los eventos; tener la posibilidad para comparar las experiencias del presente con las del pasado; tener la posibilidad para integrar una personalidad, el -YO- mental, con una historia individual de continuidad que no se ve interferida por el sueño (Rosenblueth, 1970)”. Estos procesos alcanzan su máxima expresión en el ser humano, aunque otras especies de aves y mamíferos desarrollan, también, procesos conscientes y/o mentales (Rosenblueth, 1970; Erickson, Jagadeesh y Desimone, 2000). A lo largo del tiempo, numerosos estudios han contribuido para diferenciar los sistemas de la memoria en el cerebro, y existen concepciones filosóficas y psicológicas que hablan de más de un tipo de memoria (Squire, 2004). En 1894, Santiago Ramón y Cajal propone una teoría sobre el almacenamiento de la memoria de acuerdo al crecimiento de nuevas conexiones nerviosas (Ramón y Cajal, 1991). Lorente de Nó y colaboradores (1934), señalan que la memoria se almacena dinámicamente por cadenas de neuronas que se autoexcitan. El aprendizaje se puede describir como el mecanismo por medio del cual se adquiere la información acerca del mundo para modificar la conducta en respuesta, y la memoria es el mecanismo que permite retener dicho conocimiento (Lynch, 2004). Ya en 1804, Maine de Biran enumeró los tipos de memoria: mecánica, sensitiva y representativa. Posteriormente, James en 1890 y Bergson en 1910 insistieron en que la memoria no representa el pasado, sino que prolonga los efectos útiles del pasado hasta el presente. MacDougall (1923) 13 y Tolman (1948) analizan los distintos tipos de aprendizaje haciendo énfasis en el “cómo se aprende” y el “qué se aprende”. Posteriormente, Bruner (1969) establece la diferencia entre la memoria sin recuerdo y la memoria con recuerdo. Sin embargo, todos estos trabajos no conducen a un punto de vista específico de la materia, y fue necesaria la investigación experimental para conocer cómo se almacena la información en el cerebro. La era experimental comienza cuando Milner en 1962 analiza, en pacientes con amnesia, distintas capacidades para aprender ciertas habilidades motoras, demostrando que la memoria no es unitaria. En los años 70s-90s el trabajo experimental en los animales de laboratorio permite diferenciar la memoria de reconocimiento y la memoria de asociación (Gaffan, 1974; O’Keefe y Nadel, 1978; Orr y Berger, 1985; Morris, Schenk, Tweedie y Jarrard, 1990), identificando al hipocampo como la estructura del SNC involucrada en los procesos de la memoria (MacCormick, Clark, Lavond y Thompson, 1982). Los estudios realizados en primates no humanos fueron fundamentales para entender los sistemas de memoria en el cerebro (Squire y Zola-Morgan, 1983), pero la gran complejidad del problema permaneció por años ya que diversas formas de la memoria no correspondían con la taxonomía descrita. Es conveniente categorizar la memoria como memoria explícita o declarativa, que permite recordar en forma consciente diversa información, acerca de personas, cosas, lugares, etc., y la memoria implícita o no-declarativa, como la memoria que se evoca de manera inconsciente, aparece normalmente en el entrenamiento de capacidades reflejas motoras o perceptivas (Kandel, 2001). La memoria implícita no depende directamente de los procesos conscientes, ni su recuerdo requiere de la búsqueda consciente. Este tipo de memoria se construye lentamente y se expresa principalmente en la ejecución, no en las palabras (Barco, Bailey y Kandel, 2006). La investigación experimental en los animales, principalmente en los primates (Lynch, 2004), permite reconocer que la memoria explícita depende de la integridad del lóbulo temporal y estructuras diencefálicas como el hipocampo, el subículo y la corteza entorrinal (Fig. 1). Se han identificado dos subclases principales de memoria implícita, no 14 asociativa y asociativa. En el aprendizaje no asociativo el sujeto aprende sobre las propiedades de un estímulo único, como ocurre durante la habituación; en el aprendizaje asociativo el sujeto aprende sobre la relación entre dos estímulos o entre un estímulo y una conducta como ocurre en los experimentos de condicionamiento clásico. Como se ve, los distintos tipos de memoria pueden clasificarse también por la información que procesan (Squire, 2004). Este último tipo de memoria depende de la integridad del cerebelo y de los ganglios basales. Allocorteza Neocorteza Fig. 1.- Principales regiones cerebrales involucradas en la formación y evocación de la memoria declarativa. Todas las estructuras están interconectadas por vías aferentes y eferentes. Arriba, vista sagital del cerebro de un macaco que muestra los componentes más importantes del lóbulo temporal medial. Abajo, vista ventral del cerebro del macaco, las líneas punteadas indican la frontera entre la corteza perirrinal y las áreas ventrales (corteza temporal inferior-TE) y dorsales (giro temporal superior-STG). Amts, cisura anterior media; Ant, núcleo anterior del tálamo; AM, amígdala; BNST, núcleo del lecho de la estría terminal; ERh, corteza entorrinal; Fx, fórnix; HIP, hipocampo; MB, cuerpos mamilares; MDmc núcleo medial dorsal del tálamo; MS, núcleo medial 15 del septo; PAC, corteza periamigdalina; PHC, corteza parahipocámpica; PRh, corteza perirrinal; rs, cisura rinal; S, núcleo septal; sts, cisura temporal superior; Th, tálamo. (Modificado de Murray y Wise, 2004) El cerebelo es una estructura esencial para el proceso del condicionamiento de parpadeo que permanece intacto en los animales con lesiones del hipocampo (Squire, 1992). Con el desarrollo de experimentos posteriores, otras estructuras importantes para los procesos de aprendizaje y memoria se han ido agregando a la lista. Como ocurre en los experimentos realizados en ratas que demuestran la disociación entre las memorias declarativa y asociativa (Packard, Hirsh y White, 1989), así como en los experimentos de condicionamiento en perros, y otros mamíferos (Pavlov, 1927; Fanselow, 1994; LeDoux, 2004). Estas nuevas estructuras son el neoestriado, el fórnix, el caudado, y la amígdala. Como resultado de todas estas investigaciones fue posible aceptar una clasificación más concreta de la memoria desde un punto de vista biológico (Fig. 2). MEMORIA DECLARATIVA HECHOS EVENTOS NO DECLARATIVA PROCEDIMIENTOS APRENDIZAJE CONDICIONAMIENTO Y ANTICIPATORIO CLÁSICO HÁBITOS Y PERCEPCIÓN APRENDIZAJE NO-ASOCIATIVO RESPUESTAS RESPUESTAS EMOCIONALES MOTORAS LÓBULO TEMPORAL MEDIAL DIENCÉFALO AMÍGDALA ESTRIADO NEOCORTEZA AMÍGDALA CEREBELO VÍAS REFLEJAS Fig. 2.- Taxonomía de los sistemas de memorias de largo plazo en los mamíferos. Además del papel central en el aprendizaje emocional, la amígdala es capaz de modular tanto la memoria declarativa como la no-declarativa. (Modificada de Squire, 2004). 16 Aunque, son varias las regiones cerebrales que participan en los procesos del aprendizaje/memoria (Tabla 1), el hipocampo es la estructura más importante en la formación de la memoria declarativa (Scolville y Milner, 1957), pero los estudios experimentales que intentan relacionar el hipocampo con los procesos del aprendizaje y almacenamiento de la memoria, de corto plazo, son difíciles de interpretar (Milner y Penfield, 1955; Bannerman, Rawlins, McHugh, Deacon, Yeem Bast, Zhang, Potthuizen y Feldon, 2004). Trabajos recientes señalan que la función de la neurogénesis en el hipocampo se correlaciona con el aprendizaje y la memoria (Barnea y Nottebohm, 1995; Shors, Miesegaes, Beylin, Zhao y Rydel, 2001; Taupin, 2006). Además, Álvarez-Buylla y colaboradores reportan que la neurogénesis en el giro dentado del hipocampo persiste durante toda la vida en todos los vertebrados, incluyendo el humano (Seri, García-Verdugo, McEwen y Alvarez-Buylla, 2001). Tabla 1.- Áreas cerebrales involucradas en los procesos del aprendizaje/memoria. (Modificada de Zola-Morgan, Squire, Teng, Stefanacci, Buffalo y Clark, 2000; Lynch 2004). Tipos de aprendizaje/memoria Áreas cerebrales que participan Aprendizaje espacial Hipocampo Parahipocampo Subículo Corteza: Temporal Área 47 Parietal posterior Amígdala Hipocampo Lóbulo temporal Hipocampo Corteza prefrontal Estriado Cerebelo Varias áreas corticales Memoria emocional Memoria de reconocimiento Memoria de trabajo Habilidades motoras Sensorial (visual, auditiva, táctil) Condicionamiento clásico Habituación Cerebelo Ganglios basales 17 La memoria declarativa o explícita, que es el tipo de memoria clásico, cuando se hace referencia al término “memoria” en el lenguaje coloquial, es la capacidad de recopilación consciente de los hechos y eventos que han ocurrido en un tiempo determinado, es decir, sintetiza tanto la memoria episódica como la semántica. Este tipo de memoria es la que se daña en los casos de amnesia clínica y depende de estructuras localizadas en el diencéfalo y en el lóbulo temporal. Es decir, la memoria declarativa permite realizar asociaciones, y el almacenamiento de representaciones flexibles da la posibilidad de manejar asociaciones múltiples. Por lo tanto, la memoria declarativa es representativa. La memoria semántica es, el tipo de memoria a largo plazo que abarca el conocimiento de los objetos, hechos y conceptos, así como las palabras y sus significados. Formamos el conocimiento semántico a través de las asociaciones a lo largo del tiempo. La capacidad de recordar y utilizar el conocimiento (eficiencia cognitiva) depende de la forma en que estas asociaciones organicen la información que retenemos. Tanto el conocimiento semántico como el episódico, son el resultado de 4 tipos distintos de procesamiento: codificación, consolidación, almacenamiento y recompensa (Milner, Squire y Kandel, 1998). La codificación comprende los procesos por medio de los cuales la nueva información aprendida se atiende y se procesa por primera vez. Para que la memoria persista, la codificación debe ser profunda. La consolidación se refiere a los procesos que alteran la información almacenada y que aún permanece en un estado lábil. En esta etapa es cuando se expresan los genes y ocurre la síntesis de las nuevas proteínas que dan lugar a cambios estructurales más duraderos. El almacenamiento es la etapa en que entran en juego los mecanismos para retener la memoria. Y por último, la recompensa se refiere a los procesos que permiten evocar y usar la información almacenada. En contraste con la memoria declarativa, la memoria no-declarativa o implícita, nunca es verdadera ni falsa, está a la disposición para ser expresada a través de los actos. La memoria no-declarativa tiene lugar como modificaciones dentro de sistemas de actuación, entendiendo por sistema biológico, tanto la 18 estructura como la función. En este tipo de memoria es importante la capacidad de extraer elementos comunes de eventos separados (Dudai, 1989). Pavlov (1927) con sus trabajos clásicos abrió un campo de investigación en los sistemas de la memoria; demostró que los fenómenos del condicionamiento constituyen la base del aprendizaje, y ocurren en la corteza cerebral; señaló que en dichos fenómenos se presenta una modificación estructural en los circuitos neuronales de la corteza que hace posible la adquisición de nuevos modelos de respuesta a través del establecimiento de conexiones nerviosas temporales o permanentes. Un estímulo originalmente neutro o condicionante, se transforma en una señal incondicionada que produce una respuesta refleja innata. Considera que los reflejos innatos, no condicionados, son reflejos de la especie, y los reflejos condicionados son reflejos del individuo. Según Pavlov, la presentación simultánea del estímulo condicionante e incondicionante constituye el reforzamiento de los reflejos del individuo. Actualmente se reconoce que el estudio de los reflejos condicionados juega un papel en la discriminación sensitiva y del aprendizaje y puede ser útil en el análisis de varios tipos de funciones en relación con la memoria y la conducta (Fulton, 1952; Álvarez-Buylla y Carrasco Zanini, 196O). Pavlov considera que la integridad de las especies depende de los reflejos no condicionados, que van desde los más simples, como el reflejo de la tos que se produce cuando un cuerpo extraño se aloja en la vías respiratorias, hasta los más elaborados, que están asociados con instintos (alimentación, defensivo, reproductor) (Rudomín, 1957; Álvarez-Buylla y Carrasco Zanini, 1960; ÁlvarezBuylla, Segura y Roces de Álvarez-Buylla, 1961; Roces de Álvarez-Buylla, 1961; Álvarez-Buylla y Roces de Álvarez-Buylla, 1975; Woods, 1983). De los datos mencionados, puede deducirse que, posiblemente, en los procesos de aprendizaje/memoria, intervengan diferentes niveles del sistema nervioso. Anojin (1948), en su concepción de la arquitectura fisiológica del reflejo condicionado incluye como factores fisiológicos del condicionamiento: a) la convergencia de estímulos aferentes heterogéneos en la formación reticular; b) el efecto activador del sistema reticular sobre la corteza para elaborar las 19 señales aferentes; c) la acción integradora de las áreas frontales de la corteza cerebral sobre este proceso sintético; d) la acción reguladora o de control de la corteza cerebral sobre la entrada de los impulsos aferentes en todos los niveles subcorticales. Todos ellos, en conjunto, realizan la síntesis del reflejo condicionado, es decir, el sistema nervioso actúa como una unidad funcional (Anojin, 1987) en todo el proceso (Álvarez-Buylla y Russek, 1952; Anojin 1961) (Fig. 3). El reflejo condicionado representa una adaptación, de los animales superiores, al mundo circundante, es decir las conexiones temporales constituyen una forma de aprendizaje anticipatorio (Anojin, 1987; Rojas y Eguibar, 2001). Fig.3.- Registros obtenidos de un perro en la cámara de reflejos condicionados. Efectos de la inyección intraperitoneal de cianuro de sodio (NaCN) y de un estímulo táctil condicionante sobre el electrocardiograma y la respiración. A, antes de la inyección de NaCN. B, después de la inyección de NaCN. C, antes de la aplicación del estímulo táctil condicionante: D, después del estímulo condicionante. D, señal electromagnética que corresponde al estímulo condicionante. (Tomado de Álvarez-Buylla y Russek, 1952). 20 En la habituación, la forma más simple de aprendizaje implícito, de tipo discriminativo, el sujeto aprende las propiedades de un estímulo nuevo que resulta inocuo. Si el estímulo no es benéfico ni perjudicial, se presenta una reacción de orientación donde el sujeto de estudio aprende a ignorarlo, después de su exposición repetida. En este tipo de aprendizaje se expresa la capacidad del SNC para discriminar los estímulos según su importancia biológica, marginando del campo de atención a los menos significativos (Hernández Peón, Guzmán Flores, Alcaraz y Fernández Guardiola, 1958). La habituación fue investigada por primera vez por Sherrington (1906) y Pavlov (1928-1941). Sherrington observó una disminución en la intensidad de ciertos reflejos, a la que denominó habituación, como un resultado de la disminución de la eficacia sináptica en las vías de las neuronas motoras que han sido activadas repetidas veces. Aunque se piensa que en estos tipos de memoria, la amígdala almacena componentes de la memoria relacionados con la emoción, esta área no participa en el almacenamiento de la información objetiva. Posteriormente a los trabajos de condicionamiento clásico de Pavlov (1957), se han desarrollado nuevos procedimientos conocidos como condicionamiento instrumental (Hilgard y Marquis, 1940) en que la respuesta es gratificada y el reforzamiento aumenta la posibilidad de que se repita la misma reacción conductual. La diferencia entre el condicionamiento tipo I o clásico, y el tipo II, es que en el primero las respuestas del animal no tienen nada que ver con la presentación de un estímulo incondicionado, mientras que esto es imprescindible en el condicionamiento instrumental (Galambos y Morgan, 1960). Ambos condicionamientos, el clásico y el instrumental, comparten características similares, como son la cronología y la posibilidad de ser inhibidos. Aparte del interés intrínseco de conocer los procesos responsables del condicionamiento, este método sirve para estudiar, en el animal íntegro, los mecanismos para la discriminación acústica y visual, es decir la integración cerebral del medio ambiente. Datos experimentales posteriores a Pavlov plantean la posibilidad de que ciertos modelos de condicionamiento clásico se integren en niveles subcorticales (Gastaut, 1958). Registrando la actividad eléctrica con electrodos 21 implantados en la corteza cerebral y en estructuras subcorticales como en el hipocampo y la formación reticular, se observa que durante el condicionamiento hay una desincronización de alta frecuencia seguida por la actividad de ondas lentas que persiste durante todo el condicionamiento (Yoshii, Pruvot y Gastaut, 1957). Otra forma de condicionamiento es la que se obtiene aplicando estímulos eléctricos directamente en el SNC. En estos estudios de aprendizaje, correlación electrofisiológica y condicionamiento, se tiene la posibilidad de obtener reflejos condicionados por estimulación de la corteza cerebral u otras áreas del sistema nervioso como el hipotálamo (Doty, 1976; Brust, 1998). Es decir en estos reflejos no intervienen componentes sensoriales del estímulo incondicionado. La estimulación eléctrica o química sirve de recompensa, y el animal tiene la posibilidad de autoestimularse. Las zonas relacionadas con el sistema dopaminérgico son las más eficaces para obtener este tipo de condicionamiento. El estímulo activa circuitos de conjunto o de columnas neuronales (Fig. 4). Los esquemas de la modificación de la conducta por medio del aprendizaje (recompensa y castigo) son, sin duda, importantes en el comportamiento voluntario de los seres humanos. Los cambios plásticos de este tipo tienen una duración muy larga, durante toda la vida, y ocurren generalmente en etapas tempranas del desarrollo. Cuando al animal se le proporcionan varias posibilidades de respuestas, se desarrollan aprendizajes complejos. El sujeto, en estas condiciones, va aprendiendo por acierto y error, o inclusive el animal tiene que pensar o utilizar instrumentos para resolver el problema. La forma máxima de aprendizaje o razonamiento, se alcanza cuando los animales son capaces de crear símbolos que substituyen a los objetos reales. Este nivel es el que dio la posibilidad al humano de comunicarse al inventar el lenguaje y la escritura, y le ha permitido su rápida adaptación a la convivencia y evolución. Para este tipo de aprendizaje son necesarios los dos hemisferios cerebrales, uno especializado en la semántica (significado de las palabras) y el otro en la organización espaciotemporal, y son indispensables los procesos plásticos que permiten almacenar la 22 información, es decir, la memoria. La plasticidad ocurre a nivel pre y postsináptico del conjunto de neuronas, y el incremento en la actividad neuronal puede resultar en una mayor liberación de neurotransmisores y un aumento en el número de los receptores a esas sustancias (Anojin, 1961; Kandel, 2001). CX NC Si GP VA VP ST Th CM GM PF GL HT SN FR EC Medio condicionante Glucoreceptores Información gustativa y visceral Respuesta Motora Fig. 4.- Esquema de las áreas cerebrales de convergencia que participan en los procesos de condicionamiento. CM, núcleo talámico medial; CX, corteza cerebral; GM, grupo medial; GL, grupo lateral; GP, globo pálido; HT, hipotálamo; FR, formación reticular; EL, estímulo condicionado; NC, núcleo caudado; PF, núcleo talámico parafascicular; Si, subículo; SN, sustancia negra; ST, estría terminal; Th, tálamo; VS, pálido anterior; VP, pálido posterior. (Tomado de Brust, 1998). Se han realizado un gran número de estudios en monos, conejos, ratas y ratones para interpretar el síndrome de amnesia del humano, y la participación del hipocampo y otras estructuras relacionadas con la memoria (Thompson y 23 Kim, 1996). La lesión selectiva del hipocampo o de las áreas de asociación polimodal en la corteza temporal con la que se conecta el hipocampo (cortezas perirrinal y para-hipocámpica) producen una lesión clara de la memoria explícita, aunque la pérdida de la memoria no es global, sino específica para la memoria declarativa (Squire, 1992). Los estudios con pacientes y con animales de experimentación sugieren que el conocimiento almacenado como memoria explícita se adquiere primero a través del procesamiento de la información en una o más de las tres áreas de asociación polimodal de la corteza (las cortezas prefrontal, límbica y parietooccipito-temporal) que sintetizan la información procedente de las vías visual, auditiva y somática. Desde ahí la información se transporta en serie a la corteza parahipocámpica y perirrinal, para llegar a la corteza entorrinal, la circunvolución dentada, el hipocampo y, de nuevo, a la corteza entorrinal y a las áreas de asociación polimodal de la neocorteza (Drachman y Arbit, 1986) (Fig. 5). La corteza entorrinal tiene una doble función, es la fuente primordial de aferencias hacia el hipocampo, y se proyecta a la circunvolución dentada a través de la vía perforante, para procesar la información polimodal de las cortezas de asociación hasta el hipocampo. La corteza entorrinal es también la vía principal de salida del hipocampo. La información que llega al hipocampo desde las cortezas de asociación polimodal y la que va desde el hipocampo a las cortezas de asociación, converge en la corteza entorrinal. Las lesiones que incluyen a todas las estructuras antes mencionadas producen una amnesia profunda (Meunier, Hadfield, Bachevalier y Murray, 1996). extensión del condicionamiento hipocampo, clásico, realizadas disminuyen Las lesiones bilaterales en una gran antes de los significativamente experimentos el proceso de de aprendizaje en los reflejos condicionados en humanos (Thompson y Kim, 1996), y en ratas (Kim y Fanselow, 1992). Las lesiones del lóbulo temporal medial interfieren sólo en el almacenamiento a largo plazo de los recuerdos nuevos. El hecho de que los pacientes amnésicos puedan recordar el conocimiento objetivo que adquirieron 24 antes de la lesión, sugiere que el hipocampo es sólo una estación transitoria en el camino hacia la memoria de largo plazo. Sí esto es así, el almacenamiento a A Superficie del corte en el hemisferio izquierdo Corteza perirrinal Corteza parahipocámpica Corteza entorrinal Circunvolución dentada Corteza parahipocámpica CA3 } Hipocampo CA1 Subículo Corteza entorrinal B Vía perforante Áreas de asociación unimodal y polimodal (de los lóbulos frontal, temporal y parietal). Corteza parahipocámpica Corteza perirrinal Corteza entorrinal Circunvolución dentada Hipocampo CA3 Hipocampo CA1 Vías de las fibras musgosas Vía colateral de Schaffer Subículo Fig. 5.- Organización anatómica del hipocampo. A, los componentes importantes del lóbulo temporal para la formación de la memoria están en la parte media (izquierda) y en la parte ventral (derecha) de los hemisferios cerebrales. B, vías de entrada y de salida en el hipocampo (Modificado de Kandel, 2001). 25 largo plazo del conocimiento episódico y semántico tendría lugar en las zonas de asociación unimodal o multimodal de la corteza cerebral que procesan inicialmente la información sensorial. No hay un almacén único de la memoria semántica. Cada vez que se recuerda algo, es necesario reconstruir a partir de los diferentes fragmentos de información, que se almacenan en “loci” especializados. El daño a un área cortical definida puede provocar la pérdida de la información específica y por tanto la fragmentación del conocimiento. Hay tantas memorias posibles como experiencias, por lo que cualquier clasificación es artificial. Considerando distintos tópicos, de acuerdo al tiempo en que se almacena la información y al tipo, la memoria se puede clasificar en: a) de corta duración (minutos hasta días) o de larga duración (semanas hasta años); b) de trabajo, de muy corta duración, y que se utilizan únicamente para evocar los otros tipos; c) memoria declarativa que involucran hechos concretos, o memoria no-declarativa, de procedimientos, que corresponden a procesos sensoriales y/o motores. 2. MECANISMOS CELULARES Y MOLECULARES QUE PARTICIPAN EN EL APRENDIZAJE Y LA MEMORIA Los estudios celulares y moleculares tanto de la memoria explícita como de la implícita, sugieren que la modulación, dependiente de la experiencia previa, en las sinapsis periféricas y en otras estructuras del SNC es un mecanismo primordial para codificar y almacenar la memoria en el cerebro (Barco, Bailey, Kandel, 2006). A lo largo de la evolución, los mecanismos celulares y moleculares del almacenamiento de la memoria se han conservado, es decir, las formas más complejas de aprendizaje/memoria dependen, en gran medida, de muchos de los mecanismos moleculares que están presentes en los organismos más primitivos como la Aplysia (Kandel, Schwartz y Jessell, 2000). 26 En los procesos del aprendizaje/memoria, los cambios en la conectividad de las neuronas en el cerebro contribuyen a la individualidad. En la formación de la memoria participan cambios de corto plazo en las propiedades eléctricas de las sinapsis, y cambios de largo plazo que las alteran estructuralmente. Los primeros intervienen tanto en la potenciación de larga duración o de largo plazo (LTP, por sus siglas en inglés), como en la depresión de largo plazo (LTD, por sus siglas en inglés) (Mizuno, Yamada, Olariu, Nawa y Nabeshima, 2000); y los segundos en la sinaptogénesis y el crecimiento de la neuropila (Edwards, 1995). La idea de que el almacenamiento de la memoria en el cerebro depende de los cambios en la actividad de la eficiencia sináptica fué visualizada por primera vez por Hebb en 1949. Este investigador propone que las sinapsis excitatorias que enlazan dos neuronas se refuerzan cuando ambas neuronas se excitan simultáneamente. Esta regla de oro ha sido comprobada a lo largo de los años por diversas investigaciones (Sjöstrom y Nelson, 2002). La sinapsis constituye la interfase anatómico-funcional entre dos células neurales individuales, por lo que ocupa una posición estratégica para modificar los mensajes neuronales en el cerebro. El gran número de botones presinápticos que hacen contacto con una sola neurona ofrece, por otro lado, una diversidad funcional muy amplia que asegura la especificidad espacial de una entrada modificada dada (Daoudal y Debanne, 2003). En algunos tipos de plasticidad de largo plazo, en la eficiencia sináptica participan, también modificaciones en la probabilidad de que ocurra la liberación de un trasmisor determinado en la presinapsis. El mejor ejemplo de este tipo de LTP son las sinapsis de las fibras musgosas en el hipocampo (Zalutsky y Nicoll, 1990), en las que la potenciación se inicia por un aumento en el Ca++ en la presinapsis (Castillo, Weisskopf y Nicoll, 1994). En otros casos los cambios solo tienen lugar en la postsinapsis, como ocurre con la activación de los receptores NMDA o la formación de estos receptores por exocitosis en el área CA1 del hipocampo, donde la plasticidad depende de los cambios en las propiedades de los receptores AMPA en la postsinapsis. Es interesante que este tipo de receptores funcionales es mucho mas abundante en las sinapsis de las ratas jóvenes que en las de las ratas 27 adultas (Malinow y Malenka, 2002). En las sinapsis de las células de Schaffer en el hipocampo, los cambios en la liberación de glutamato pueden, asimismo, participar en la LTP y LTD (Stanton, Winterer, Bailey, Kyrosis, Raginov, Laube, Veh, Nguyen y Müller, 2003). No es posible considerar a la sinapsis como el único elemento neural que filtra de manera eficiente el mensaje de la entrada neuronal a largo plazo. En efecto, la actividad neuronal se encuentra constantemente regulada por cambios en el voltaje y/o en los canales iónicos dependientes de Ca++. Cualquier modificación, en las propiedades o en el número de estos canales, localizados en las membranas de la espinas dendríticas y en los cuerpos celulares afectará la propagación, y por ende, la actividad neuronal. Es razonable asumir que cualquier modificación de largo plazo, en las propiedades o en la densidad de estos canales, afectará las salidas neuronales y por lo tanto la información (Daoudal y Debanne, 2003). En los últimos años se ha visto que la excitabilidad intrínseca participa en los mecanismos de inducción y expresión que tienen lugar en la plasticidad del cerebro de los mamíferos, principalmente durante el periodo de aprendizaje (Spitzer, 1999). Durante el condicionamiento instrumental, la excitabilidad de las neuronas de la corteza, del hipocampo y del cerebelo, tanto a nivel somático como dendrítico, es significativamente mayor en las neuronas activas en comparación con las mismas neuronas en los experimentos control (Saar, Grossman y Barkai, 1998; Quirk, Blum y Wilson, 2001). Es decir, las modificaciones en la excitabilidad neuronal pueden modificar el sustrato celular que participa en la formación de la memoria en el cerebro. Entre los receptores a glutamato que sirven de blanco para la inducción de la plasticidad funcional presináptica (E-S) se encuentran los NMDA, los metabotrópicos (mGlu) y los kainatos Es de suponer que las dos formas de plasticidad cerebral, la LTP asociativa, y la plasticidad de la excitabilidad neuronal o potenciación E-S, en las que hay un incremento en la probabilidad para que los potenciales postsinápticos den lugar al potencial de acción, comparten vías de inducción comunes (Daoudal y Debanne, 2003). 28 Potenciación de largo plazo La existencia de un fenómeno nervioso que persiste durante un periodo de tiempo considerable, y que se presenta como resultado de la estimulación eléctrica de vías aferentes en conjunción con fenómenos de aprendizaje, ha llevado a considerar a la LTP como un modelo de la memoria (Lynch y Baudry, 1984). La LTP podría ser un mecanismo sináptico general para las sinapsis susceptibles de ser modificadas, y para ser usado en cualquier circuito cerebral que requiera estas características. Es decir, la LTP no es igual a memoria, pero, sin duda, es uno de los mecanismos que intervienen en los procesos de aprendizaje y memoria mejor estudiados. En todos los mamíferos, el hipocampo parece ser la estructura del SNC que participa en el almacenamiento de la memoria asociativa o explícita, aunque no actúa de manera aislada, ya que recibe aferencias del cerebro medio y del cerebro anterior que modulan su actividad (Amaral y Witter, 1989; Lynch y Baudry, 1984). La actividad rítmica registrada en el electroencefalograma del hipocampo (ritmo theta) es muy semejante a las salvas que inducen la LTP; de la misma manera, los cambios bioquímicos que se presentan durante la LTP son semejantes a los registrados en un proceso de aprendizaje. Además, la LTP promueve, el crecimiento de nuevas espinas dendríticas, o sinapsis con múltiples espinas entre una terminal axónica y una dendrita (Engert y Bonhoeffer, 1999; Toni, Buchs, Nikonenko, Bron y Muller, 1999). Después del hipocampo, se activa la amígdala o el septo, la corteza entorrinal y por último, el área parietal posterior. La inactivación bilateral de cualquiera de estas regiones, a tiempos determinados, provoca amnesia, es decir, la memoria que se estaba adquiriendo no se fija. La corteza prefrontal que es la “directora” general (Grafman, 1995), en el humano, está a cargo de conectar la información que llega para ser grabada con un significado de recompensa o castigo para el individuo (Damasio, 1995). Cuando se lesiona esta región, se impide la conexión y el individuo toma decisiones equivocadas. 29 La severidad de los daños en la memoria aumenta cuando se van lesionando elementos adicionales del lóbulo temporal. Las memoria declarativa o explícita se almacena, al principio, en los mismos sitios en que se forma, pero a los pocos días el hipocampo y la amígdala dejan de ser importantes para su evocación. En las ratas, el almacenamiento, 2 meses después de ser adquirida la memoria, se hace en la corteza parietal posterior (Izquierdo y Medina, 1996). A medida que pasa el tiempo el circuito que se involucra en el almacenamiento es cada vez menos complejo, y comprende cambios estructurales, atendiendo a un fenómeno muy frecuente en biología, que es la economía (Greenough y Bailey, 1988). El conocimiento de los mecanismos celulares y moleculares que sustentan los cambios persistentes en las sinapsis, característicos de la LTP, es crucial para entender este proceso. En 1973, Bliss descubre que la estimulación tetánica de los axones aferentes correspondientes, del hipocampo (vía perforante, vía de las fibras musgosas y vía colateral de Schaffer) evoca algunas respuestas postsinápticas excitatorias de las células del hipocampo (giro dentado, CA3 y CA1) que aumentan durante períodos prolongados de tiempo (Landfield y Deadwyler, 1988) (Fig. 6). Años después, otros autores verifican que estos periodos pueden ser de varios meses, denominando a este efecto como LTP. La LTP ha sido inducida en la amígdala, en el estriado, en el septo, en la corteza entorrinal, en otras áreas corticales, en muchas regiones subcorticales y en sistemas nerviosos de las más diversas especies. La LTP tiene lugar únicamente en las sinapsis glutamatérgicas y es modulada por otros neurotransmisores (Malenka y Nicoll, 2003). Este fenómeno se restringe a la sinapsis que ha sido estimulada y, en ocasiones, a otras próximas. Tanto por su duración, como por su especificidad, la LTP se considera como un modelo de la memoria (Fig. 6). 30 EPSP (% de control) LTP tardía LTP temprana min Fig. 6.- Fases temprana y tardía de la formación de la LTP en la vía colateral de Schaffer. Cuando se aplica un tren único de estímulos durante 1 seg a 100 Hz se desencadena una LTP temprana; la aplicación de 4 trenes de estímulos con intervalos de 10 min, desencadena la fase tardía de la LTP. La fase temprana dura 2 horas, la fase tardía dura más de 24 horas. (Modificado de Kandel, 2001). Experimentos posteriores demuestran que la LTP es uno de los principales mecanismos de los procesos mnemónicos (Medina e Izquierdo, 1995). En efecto, se presenta un paralelismo entre las propiedades de la LTP y el aumento en la actividad neuronal en el hipocampo condicionamiento clásico (Berger, Berry y Thompson, 1986). durante el Tanto la LTP, como el aprendizaje incrementan la actividad neuronal en las células piramidales después de un periodo muy corto. La hipótesis más aceptada de las funciones de aprendizaje/memoria del sistema hipocampo-lóbulo temporal medio es que las memorias declarativas se almacenan por un cierto periodo de tiempo (probablemente el tiempo que duran los procesos sinápticos de la plasticidad, como la LTP) (Thompson y Kim, 1996), y eventualmente se transfieren o se consolidan en otras regiones cerebrales para su almacenamiento permanente, siendo la corteza cerebral el lugar más aceptado. La mayoría de las sinapsis excitatorias cerebrales son glutamatérgicas. Se conocen, y han sido clonados, tres grandes tipos de receptores a glutamato en la membrana postsináptica: AMPA (responden al ácido aminometoxipropiónico), NMDA (responden al ácido N-metil-D-aspártico), y 31 metabotrópicos (dependen de la activación de una proteína G que desencadena procesos metabólicos) (Fig. 7). Glu Mg2+ Ca2+ Ca2+ + Na Ca2+/ calmodulina K+ Ca2+/ Calmodulina cinasa Glu Na+ PKC Tirosina cinasa (Fyn) K+ P Receptor AMPA K+ (nuevo) Na+ Generador de señal retrógrada P Mensajero retrógrado NO Fig. 7.- Inducción de la fase temprana de la LTP. Cuando se polariza la membrana postsináptica por la acción de los receptores no-NMDA (estimulación tetánica de alta frecuencia) que evoca la LTP, la despolarización deja libre el bloqueo de Mg++ del canal y el Ca++ entra, y eleva el Ca++ en las dendritas , se liberan cinasas dependientes de Ca++ que inducen la LTP. La cinasa-calmodulina dependiente de Ca++ fosforila a los receptores no-NMDA y aumenta su sensibilidad al glutamato. Esto da lugar a la contribución postsináptica que mantiene la LTP, al mismo tiempo que libera los mensajeros retrógrados como el NO, y transmisores que mantienen la LTP. (Modificado de Kandel, 2001) La LTP es, por lo tanto, el sustrato biológico para algunas formas de memoria, y puede estudiarse tanto en el animal intacto, donde puede durar semanas, como en rebanadas de hipocampo o en cultivo de tejidos, durante horas. Las características más importantes de la LTP son: la cooperatividad, la asociatividad, la especificidad y la durabilidad (Abraham, Mason-Parker, Williams y Dragunow, 1994), pero los mecanismos que entran en juego en el desarrollo de la LTP no son los mismos en las tres vías del hipocampo mencionadas. Como se había mencionado, la LTP consiste de 2 fases distintas, que requieren mecanismos moleculares distintos. La primera fase o fase temprana 32 (E-LTP, por sus siglas en inglés) dura 2-3 horas, es independiente de la síntesis proteica, mientras que las otras dos son fases tardías (L-LTP, por sus siglas en inglés) y pueden durar varias horas in vitro, ó semanas in vivo y requieren de la síntesis proteica. La LTP en la vía colateral de Schaffer requiere la activación simultánea de distintos axones aferentes (cooperatividad). Este hecho deriva de que los canales de los receptores NMDA sean funcionales y sean capaces de conducir iones de Ca++ únicamente cuando el glutamato se enlaza al receptor NMDA postsináptico, al mismo tiempo que la membrana postsináptica está suficientemente despolarizada para producir un potencial de acción de varios axones aferentes que expulsan Mg++ por la boca del canal (Fig.7); la salida de Mg++ es condicionante para que entre el Ca++. La entrada de Ca++ facilita la trasmisión sináptica y activa 4 proteinas, dos dependientes de Ca++ (Ca++calmodulina y proteina-cinasa C), así como la proteína-cinasa A (PKA) y la tirosina cinasa. Como segundo paso se requiere que haya actividad concomitante tanto de las células presinápticas como de las postsinápticas (asociatividad). Normalmente, la despolarización glutamatérgica con el aumento en los niveles de Ca++ intracelular, y el aumento de la proteína G por los canales metabotrópicos activa una serie de enzimas: la fosfolipasa A2 que libera ácido araquidónico (AA) y el factor de agregación plaquetaria (PAF); la sintetasa del NO (NOS) que produce NO a partir de la arginina, y la hemo-oxigenasa, que libera monóxido de carbono (CO) a partir de la hemoglobina (Izquierdo y Medina, 1995). Tanto el AA, como el PAF, el NO y el CO, difunden libremente a través de las membranas estimulando la liberación de ácido glutámico y favoreciendo la inducción de la LTP, y la fosforilación de los receptores glutamatérgicos AMPA para aumentar su eficiencia (Krupa, Thompson y Thompson, 1993; Izquierdo y Medina, 1996). La proteína-cinasa A (PKA), que depende del AMPc, fosforila en el núcleo una proteína denominada CREB que activa varios loci genéticos e induce la expresión de los RNAm de diversas proteínas (durabilidad) (Fig. 8). 33 Fig. 8.- Mecanismos de la LTP. PRE, terminación presináptica; POST, región postsináptica de una dendrita; G, ácido glutámico; AMPA y NMDA, receptores ionotrópicos de glutamato, el primero con canales que hacen entrar, predominantemente, Na+ a la célula, el segundo Ca++; la despolarización provocada por los receptores AMPA activa a canales de Ca++ voltajedependientes; MET, receptor metabotrópico de glutamato; α, β, γ subunidades de la proteína G asociada al receptor metabotrópico; GTP, guanosina-trifosfato; GDP, guanosina-difosfato; PKA, proteína-cinasa A; cAMP, AMP cíclico necesario para la activación de la PKA; CREB, elemento de respuesta de unión al AMPc; PKC, proteína-cinasa C; CaMKII, proteína-cinasa Ca++calmodulina-dependiente; P, moléculas de fosfato ligadas a distintas proteínas, entre ellas los receptores glutamatérgicos, por acción de las proteínas-cinasas; NO, óxido nítrico: CO, monóxido de carbono; AA, ácido araquidónico; PAF, factor de agregación plaquetaria (mensajeros retrógrados). (Tomada de Izquierdo, 2002). Hablando metafóricamente podemos decir que existe un diálogo entre las sinapsis neuronales centrales y los genes que van a formar nuevas proteínas (Kandel, 2001), es decir la liberación de los neurotransmisores tiene varias consecuencias: apertura de los canales iónicos (receptores ionotrópicos), que que a su vez, refuerza a la sinapsis durante milisegundos; activación de los receptores metabotrópicos y de la formación de segundos mensajeros como la PKA, que dura min; traslocación de la cinasa hasta el núcleo para activar la transcripción y la síntesis de proteínas a través del CREB, que estabilizan la facilitación sináptica y que puede durar horas en experimentos in vitro (Fig. 9) (Kandel, 2001). 34 CREB-1 MAPK Nuevas proteínas 5HT NA Ach Bradicinina PKA PKC CAMKII Casein-cinasa Fig. 9.- Efectos de la liberación de neurotransmisores en la facilitación sináptica y en la LTP. ACh, acetilcolina; CAMKII, cinasa dependiente de calcio y calmodulina; CREB, proteína de unión al elemento de respuesta al AMPc; MAPK, proteína cinasa activada por mitógeno; NA, noradrenalina; PKA, preoteína cinasa A; PKC, proteína cinasa C; 5HT, 5-hidroxitriptamina. (Modificada de Kandel, 2001). Los inhibidores de las proteína-cinasas aplicados durante las dos o tres primeras horas, hacen que se aborte la LTP. El mantenimiento de la LTP depende de los mensajeros retrógrados (NO, CO, AA y PAF). A partir de las 3 o 4 horas siguientes se inicia la inducción de la síntesis proteica dependiente del CREB (en animales mutantes sin CREB la LTP sólo dura 3 o 4 horas) (Izquierdo y Medina, 1995; Medina e Izquierdo, 1995). Estos pasos se han estudiado utilizando agonista y antagonistas de los receptores glutamatérgicos, e inhibidores o activadores de las diversas enzimas mencionadas en determinadas sinapsis del hipocampo o de otros lugares. Muchos de los aspectos en los mecanismos celulares que inician la LTP en el hipocampo de los mamíferos recapitulan los encontrados en invertebrados (Aplysia). 35 Hemos visto que tanto in vitro como in vivo, el hipocampo, la amígdala o el septo medial, son el paso inicial para la formación de la memoria declarativa, así como para la generación de la LTP y la activación inicial de los receptores glutamatérgicos que va seguida por la acción de mensajeros retrógrados. En la rata, la activación de los receptores glutamatérgicos y consecuentemente la generación de la LTP en la corteza entorrinal, tarda mas tiempo (30 min más) que en otros mamíferos estudiados. Lo mismo ocurre con la corteza parietal posterior asociativa donde se activan los receptores NMDA. El conocimiento actual sobre la forma en que la memoria persiste en el SNC de los animales, tiene que ver con los cambios en la estructura de las conexiones sinápticas, que a su vez, dependen de la activación de patrones específicos en la expresión genética (Martin, Grinwood y Morris, 2000; Barco y col., 2006). Entre los factores que modulan significativamente los cambios sinápticos se encuentra el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés), por lo que se sugiere que dicho factor participa en los mecanismos de plasticidad neuronal como son el aprendizaje y la memoria (Mizuno y col., 2000). Los factores de transcripción desde el AMPc a la proteína de enlace CREB (Fig. 10) son los conectores moleculares que regulan la formación de la LTP (Lonze y Ginty, 2002). Utilizando ratones mutantes CREBhipomórficos, se encontró que el CREB se requería específicamente para la formación de la LTP (Bourtchuladze, Frenguelli, Blendy, Cioffi, Schutz y Silva, 1994; Kida, Josselyn, de Ortiz, Kogan, Chevere, Masushige y Silva, 2002). Por el contrario, los ratones transgénicos que expresan una variante activa de CREB en las neuronas piramidales de CA1 exhiben un incremento en la expresión de los genes CRE que favorecen la inducción y la estabilidad de la LTP (Barco, Patterson, Alarcon, Gromova, Mata-Roig, Morozov y Kandel, 2005). Uno de estos genes que codifica para el BDNF es un componente primordial para promover la síntesis proteica y la liberación de neurotransmisores en las sinapsis, activando nuevas sinapsis, que estaban silentes (Marie, Morishita, Yu, Calakos y Malenka, 2005). Se han descrito otros factores de transcripción como el factor de la respuesta al suero o el factor c-fos que podrían contribuir a la 36 regulación transcripcional que acompaña a los procesos de plasticidad sináptica y a la LTP (Ramanan, Shen, Sarsfield, Lemberger, Schutz, Linden y Ginty, 2005). Es posible que en un futuro cercano se pueda cruzar el puente que lleve desde los genes y moléculas hasta la mente humana y el comportamiento. Fosfatasa 1 Efectores para crecimiento (tPA, BDNF) Inhibidor fosfatasa Modulación (dopamina) Reguladores (C/EBPβ) Colateral de Schaeffer NMDA Calcineurina Ca 2+/ calmodulina Cinasa Ca2+/ calmodulina AMPA Fig. 10.- Última fase de la potenciación a largo plazo (LTP) en la vía colateral de Schaffer. Un sólo tren de potenciales de acción da lugar a la etapa temprana de la LTP por la activación de los receptores NMDA, el Ca++ penetra a la célula postsináptica para activar una serie de segundos mensajeros. Cuando se aplican trenes repetidos de potenciales de acción, la entrada de Ca++ recluta, también, adenilciclasa, que activa a la proteína-cinasa dependiente de AMPc, para inducir la translocación al núcleo y fosforilar la proteína CREB. El CREB activa, en esas condiciones, las dianas (C/EBPβ, BDNF) que se piensa son las responsables de las alteraciones estructurales. La adenilciclasa (AC) puede también ser regulada por señales dopaminérgicas y/o otras entradas moduladoras. BDNF (factor neurotrófico derivado de cerebro); CRE: (elemento de respuesta al AMPc); CREB (elemento de respuesta de unión al AMPc); C/EBPβ, factor de transcripción; MAPK, proteína-cinasa activada por mitógenos; PKA, proteína-cinasa A; tPA, activador tisular del plasminógeno. (Modificado de Kandel, 2001). 37 Estudios experimentales con ratones transgénicos en los que se inhibe la actividad de la PKA demuestran que la reducción de la actividad hipocámpica de la PKA es paralela a un decremento significativo en la LTP tardía; es por esto que en el almacenamiento de la memoria explicita, espacial, en el hipocampo de mamíferos, la PKA juega un papel importante en la transformación de la memoria de corto a largo plazo. 3. EFECTOS DEL ÓXIDO NÍTRICO EN LOS PROCESOS DEL APRENDIZAJE Y LA MEMORIA La sintetasa del óxido nítrico neuronal (nNOS) es una enzima que se encuentra ampliamente distribuida en el sistema nervioso y se piensa que juega un papel importante en las actividades dependientes de la plasticidad sináptica, así como en los procesos de aprendizaje/memoria (Prast y Philippu, 2001). Dada la semejanza entre las enzimas que participan en la formación del óxido nítrico (NO) y la Ca++-calmodulina, que intervienen en la inducción de la LTP (Schuman y Madison, 1991a, 1991b, 1993), se plantea la posibilidad de que el NO funcione como una señal retrógrada en la formación de la LTP (Susswein, Katzoff, Millar y Hurwitz, 2004). El aprendizaje y la memoria no son procesos unitarios, en su conformación toman parte distintos mecanismos nerviosos a tiempos variables después del inicio del aprendizaje, dando lugar al proceso de la formación de los distintos tipos de memoria. El papel del NO en los procesos mnemónicos depende de muchos factores, entre ellos la especie estudiada (Susswein y col, 2004). Tomados en su conjunto, los estudios recientes indican que el NO es un mediador químico importante en las funciones neuroendocrinológicas y de comportamiento, así como en las funciones de aprendizaje y memoria (Schafe, Nader, Blair y LeDoux, 2001). Para entender los efectos que tiene el NO en los mecanismos de la plasticidad sináptica, de donde subyacen los procesos de aprendizaje/memoria, es importante conocer los mecanismos fisiológicos de este mensajero celular. 38 Óxido Nítrico (NO) El NO es un gas simple y ubicuo que se presenta en muchos sistemas biológicos y participa en una amplia gama de funciones, incluyendo la neurotransmisión, la vasodilatación, la inmunotoxicidad y la transducción de señales (Ignarro, Degnan, Baricos, Kadowitz, y Wolin, 1982). El NO es un gas de fácil difusión con características de radical libre (electrón no apareado), producido en forma endógena por una gran variedad de células. Este gas actúa como una molécula mensajera y tiene una vida media menor de 5 seg (Fernández-Álvarez, Abudara y Morales, 1999). Todas estas propiedades lo hace un buen candidato para actuar como el mensajero intercelular que no requiere de transportador de membrana. La historia de la función del NO en los procesos biológicos es relativamente reciente (Bredt, 1995; Nelson, Kriegsfeld, Dawson y Dawson, 1997). La primera observación del papel biológico del NO se presenta en preparaciones in vitro de macrófagos y neutrófilos, cuando la presencia de una endotoxina en el medio ocasiona un aumento en la producción de nitritos y nitratos. A mediados de los ochenta el NO fue identificado como el factor de relajamiento derivado del endotelio que produce la relajación del músculo liso vascular ante la administración de la acetilcolina (ACh); a esta sustancia se le denominó “factor endotelial de la relajación vascular” (en inglés, EndotheliumDerived Relaxing Factor, EDRF), en experimentos que mostraron la capacidad de la nitroglicerina (NT) y de otros nitratos orgánicos para aliviar el dolor de la angina pectoris (Murad, Mittal y Arnold, 1978; Furchgott y Zawadski, 1980). Desde entonces a la NT se le atribuye un efecto vasodilatador coronario (Marsh y Marsh 2000). Estos compuestos ejercen su efecto vasodilatador mediante la activación de la guanilatocliclasa y la producción de GMPc. Debido a la similitud de los efectos del EDRF y del NO sobre el músculo liso, Furchgott e Ignarro propusieron en 1986, que el NO era en realidad el EDRF (Arnold, Mittal, Katsuki y Murad, 1977; Ignarro, 1982). Subsecuentemente, se descubre que el NO juega un papel importante en los procesos inmunitarios. En efecto, en 1970 se 39 ve que los mamíferos son capaces de obtener L-citrulina y NO, a partir de Larginina, sustancias muy reactivas y capaces de destruir a las células tumorales in vitro (Hibbs, Taintor y Vavrin, 1987). El NO utilizado en los distintos sistemas biológicos se produce principalmente por 4 isoformas de la enzima sintasa o sintetasa del óxido nítrico (NOS): la NOS endothelial (eNOS), que se produce en el endotelio, la NOS neuronal (nNOS), en el sistema nervioso, la NOS muscular (mNOS), en el músculo liso, y la NOS inducible (iNOS) que ayuda a los macrófagos para combatir a los gérmenes patógenos (Schuman y Madison, 1994). Estas isoformas son hemo-flavoproteínas que utilizan L-arginina como sustrato y requieren el nicotín-adenín-dinucleótido-fosfato reducido (NADPH) y el dinucleótido de flavina (FAD) como co-factores. Tabla 2.- Propiedades de 4 isoformas de la sintasa del óxido nítrico (NOS). (Tomado de Ignarro, 2005). Nombre Tejidos donde se expresa Tipo de expresión Requerimiento de Ca Cromosoma Tamaño ++ nNOS iNOS, mNOS eNOS Nervioso, Macrófagos, Endotelial Epitelial Músculo liso Constitutiva Inducible Constitutiva/variable Si No Si 12 17 7 150-160 kDa 125-135 kDa 133 kDa En 1987 se reconoció el papel del NO como una molécula mensajera en el SNC (Garthwaite, Charles, Chess-Williams, 1988), y se identificó como el factor intercelular inestable que se había postulado como mediador en el incremento del GMPc después de la activación de los receptores a glutamato, particularmente los del subtipo NMDA (Garthwaite y Garthwaite, 1987). El descubrimiento del papel del NO en el sistema nervioso modificó el concepto de la transmisión sináptica y abrió todo un panorama sobre la comunicación neural, 40 cambiando el concepto de la trasmisión química, donde la información tiene lugar en lugares restringidos, las sinapsis. Las diferencias con los neurotransmisores clásicos o neuromoduladores estriban en: 1) no se almacena en vesículas, 2) no actúa con mecanismos específicos de liberación y captación, 3) no experimenta interacciones reversibles con receptores de membrana, 4) forma enlaces covalentes con varios efectores potenciales, como las enzimas (guanilatociclasa- GC) y otras proteínas o moléculas no proteicas, 5) no es metabolizado por enzimas específicas o por recaptación sino degradado espontáneamente por oxidación o por compuestos tales como el superóxido o la oxihemoglobina, y por último, 6) difunde a través de sus efectores (Garthwaite, Charles y Chess-Williams, 1988; Dawson, Snyder 1994; Schuman, Madison, 1994; Nelson Kriegsfeld, Dawson y Dawson, 1997; Monfort, Muñoz, Kosenko y Felipo, 2002). El No puede difundir de su lugar de síntesis para influir sobre muchos tejidos (neuronas, glías, vasos) que no se encuentren en una relación anatómica estrecha. Durante los últimos años se ha podido dilucidar mucha información relacionada con las características enzimáticas y moleculares de la síntesis del NO. Los datos inmunocitoquímicos (hibridación in situ) e histoquímicos (NADPH) muestran un panorama coherente de la localización anatómica de las células generadoras del NO, donde el tejido cerebral es, con mucho, el tejido con mayor actividad enzimática de la NOS (Garthwaite y Boulton, 1995). Biosíntesis del NO El blanco preferido del NO es la guanilatociclasa soluble (GCs) que, una vez activada, produce un segundo mensajero, el guanosín-monofosfato cíclico (GMPc), capaz de alterar la excitabilidad de la neurona actuando de manera directa sobre el canal iónico o activando a la fosfodiesterasa que puede alterar los niveles de GMPc. El uso de agentes farmacológicos que interfieren con la acción del NO nos permite conocer su papel en las vías de la memoria. 41 La conversión de la L-arginina a NO se da en dos reacciones sucesivas: la primera es la oxidación de dos electrones de la L-arginina para formar N-whidroxi-L-arginina, utilizando un equivalente de la forma reducida del NADPH y uno de O2. En la segunda reacción el N-w-hidroxi-L-arginina se convierte en NO y L-citrulina (Fig. 11). El mecanismo de esta conversión no está del todo claro, pero utiliza 1.5 equivalentes de NADPH y O2. Ambos pasos requieren Ca++ y calmodulina como activadores (Dawson y Snyder 1994). Todas las enzimas clonadas hasta ahora presentan un 50% de similitud en sus secuencias de aminoácidos (Schuman, Madison, 1994), y todas ellas requieren donadores de electrones o cofactores, como el FAD, el flavín-mononucleótido (FMN), el NADPH y la tetrahidrobiopterina (BH4) (Schuman, Madison, 1994; Dawson y Snyder 1994). Las isoformas de la NOS se regulan por modificaciones posttranslacionales, como la fosforilación (Brune y Lapetina, 1991) L-arginina ω N -hidroxi-L-arginina L-citrulina NO Fig. 11.- Biosíntesis del NO por la acción de la NOS. La conversión de L-arginina se da en dos pasos sucesivos: 1) hidroxilación del nitrógeno del grupo amidina para producir N-hidroxy-L arginina; 2) la oxidación por la NOS para formar L-citrulina y NO. (Modificado de Dawson y Snyder, 1994). Los agentes farmacológicos que bloquean o favorecen la síntesis del NO, pueden definir las funciones de este neurotrasmisor en los distintos sistemas biológicos. Asimismo, la purificación y la clonación de las isoformas de la NOS permite el desarrollo de anticuerpos y oligonucleótidos-antisentido que, a su vez, nos facilitan el mapeo inmunohistoquímico de la localización de la NOS en el 42 SNC. Este tipo de técnicas nos dan la posibilidad de visualizar células NOSpositivas en la corteza cerebral, en el estriado en el núcleo supraóptico y en el colículo superior e inferior (Bredt y Snyder, 1992; Dawson, Bredt, Fotuhi, Hwang y Snyder, 1991). La falta de células NOS-positivas en el hipocampo y en el cerebelo (Valtschanoff, Weinberg, Kharazia, 1993), áreas importantes en los procesos de aprendizaje y memoria, plantea serias incógnitas, aunque la positividad para la diaforasa de NADPH en estas regiones nos lleva a concluir que durante la depresión de largo plazo (LTD) el NO se genera fuera del circuito cerebelar, o es posible que las células expresen alguna otra isoforma de la NOS, distinta a las señaladas (Schuman y Madison, 1994). Se consideran donadores del NO a ciertos vasodilatadores clásicos, incluyendo el nitropusiato de sodio (NPS), la hidroxilamina, el dinitrato de isosorbide, la 3-morfolino-sidnonimina (SIN-1) y el S-nitroso-N-penicilamina (SNAP), y a un nuevo compuesto sintético, el 3-(5-hidroxymethyl-2-furyl)-1benzyl-indazole (YC-1) (Ko,Wu, Kuo, Lee y Teng, 1994; Friebe, Mullershausen, Smolenski, Walter, Schultz y Koesling. 1998). Los mecanismos involucrados para liberar NO son distintos, algunos de ellos no son permeables a la membrana, como el SIN-1 y SNAP, y liberan NO en el espacio extrasináptico; otros como la hidroxilamina y el dinitrato de isosorbide, son capaces de liberar el NO desde localizaciones intracelulares y requieren, probablemente, enzimas como las catalasas y los citocromos. El YC-1 activa a la guanilato-ciclasa sensibilizándola para producir NO en cantidades muy importantes (Friebe y col., 1998). Entre los inhibidores de la NOS están los derivados de la L-arginina como la NG-monometil-L-arginina (L-NMMA), la NG-nitro-L-arginina (NARG) y el L-nitro-argininina-metil éster (L-NAME), así como el 7-nitro-indazol (7-NI) Otro compuesto que puede bloquear la acción de la NOS, es la hemoglobina, ya que el enlace de la NOS al grupo hemo, le impide atravesar la membrana celular (Brann y Mahesh, 1992; Haley, Wilcox y Chapman, 1992; Schuman y Madison, 1994). 43 Regulación de la formación del NO en las neuronas Bajo condiciones normales la NOS en el SNC solo está presente en las neuronas (Bredt, Hwang y Snyder, 1990). La neurona intacta produce NO en respuesta a estímulos excitatorios en presencia de Ca++ (Ca++-calmodulina). Según la localización de la enzima, la activación de la NOS se acopla a dos posibles estímulos fisiológicos: estimulación de la terminal postináptica por el neurotransmisor que tiene como consecuencia la entrada de Ca++, o potenciales de acción en los axones presinápticos que también hacen que entre Ca++ por los canales sensibles a Ca++. La contribución del NO en el hipocampo, específicamente en la plasticidad sináptica que representan la LTP o la LTD en las neuronas piramidales de la región CA1, depende en gran medida de la magnitud de las respuestas neuronales después de la estimulación eléctrica aferente de alta o baja frecuencia, respectivamente (Bohme, Bon, Stutzmann, Doble y Blanchard, 1991; Bliss y Collingridge, 1993) (Fig. 12). En la postsinápsis, el estímulo principal para la formación del NO es la activación de los receptores para liberar el neurotransmisor excitatorio principal en el SNC, que es el glutamato. Los receptores NMDA, que favorecen la permeabilidad al Ca++, así como los otros tipos de canales acoplados a glutamato (AMPA, acoplados a la proteína G, y metabotrópicos), son también importantes (Okada, 1992). Existen evidencias que indican la participación de otros neurotransmisores o neuromoduladores que se enlazan en la formación del NO, como sería el caso de la serotonina (5-HT), bradicinina, endotelina, acetilcolina (ACh) y noradrenalina (NA) (Reiser, 1990a; Reiser, 1990b). Efectos del NO en la plasticidad sináptica La plasticidad sináptica se refiere a la capacidad de las conexiones sinápticas para enlazarse de manera selectiva, con mayor o menor fuerza, en respuesta a estímulos externos. Este fenómeno es lo que intriga a los neurocientíficos que intentan encontrar un correlato fisiológico para los 44 fenómenos del aprendizaje y la memoria. Como hemos visto, en varias localizaciones del SNC pueden ocurrir cambios sinápticos en respuesta a determinados estímulos, que perduran por periodos de tiempo prolongados. La mejor forma de plasticidad estudiada es la LTP de la trasmisión sináptica, que se puede observar en todas las sinapsis excitatorias del hipocampo; ésta se puede medir como un aumento significativo en los potenciales postsinápticos excitatorios (EPSPs) después de aplicar estímulos eléctricos, en forma de salvas breves de alta frecuencia, a las fibras aferentes que inervan a las neuronas. La LTP registrada en las sinapsis de las neuronas CA1 piramidales, después de la activación de las vías presinápticas de la comisura colateral de Schaffer es el modelo más estudiado de plasticidad, y es en este tipo de plasticidad donde participa el NO (Fig. 12). Citrulina Arginina Almacenes de calcio Calmodulina CCVD Fig. 12.- Diagrama del NO producido en las sinapsis. La señal del calcio derivado del canal- receptor NMDA, de los canales de Ca++ voltaje-dependientes (CCVD), o de los almacenes intracelulares unidos a la calmodulina, activan la NOS. La NOS activada produce NO a partir de L-arginina. El NO difunde desde su lugar de formación a las sinapsis de la vecindad. (Modificado de Schuman y Madison, 1994). Como se ha visto, el NO es un factor importante en la plasticidad sináptica en el hipocampo, con la formación de la LTP o la LTD en las neuronas piramidales de la región CA1, y depende en gran medida, de la magnitud de las respuestas neuronales después de la estimulación eléctrica aferente de alta o 45 baja frecuencia, respectívamente (Bohme, Bon, Stutzman, Doble y Blanchard, 1991; Bliss y Collingridge, 1993). NO y potenciación de largo plazo El NO producido por la nNOS en el tejido cerebral estimula la formación de GMPc y es esencial para diferentes tipos de aprendizaje en vertebrados (Robertson, Bonaventura, Kohm, 1994). El papel del NO en los procesos de aprendizaje/memoria se encuentra conservado en todo el reino animal, y se ha observado en moluscos (Katzoff, Ben-Gedalya y Susswein, 2002), las abejas (Muller, 1996), grillos (Jaffe y Blanco, 1994), pulpos (Robertson, Bonaventura y Kohm, 1994), peces (Robertson y col, 1994), pollos (Choi, Feruse, Okumura y Denbow, 1995), ratas, ratones (Bannerman, Chapman, Nelly, Butcher y Morris, 1994).y, por supuesto, en los primates hasta llegar al hombre (Thatcher, Bennett, Reynolds, 2006). Varios estudios muestran que la inhibición de la NOS deteriora el aprendizaje espacial en ratones y ratas (Schuman, Madison, 1994), mientras que el NO facilita selectivamente la LTP en varios mamíferos, estableciendo su participación en la plasticidad bajo condiciones fisiológicas relevantes (Moncada, Palmer y Higgs, 1991; Arancio, Kiebler, Lee, Lev-Ram, Tsien, Kandel y Hawkins, 1996; Malen y Chapman, 1997). La contribución del NO en el proceso de aprendizaje/memoria se ha estudiado en animales intactos (comportamiento), en tejidos aislados o en cultivos de neuronas (Park, Straub y O’Shea, 1998). El NO es importante durante el proceso de habituación en animales inferiores, afectando la discriminación espacial controlada por el hipocampo y el aprendizaje motor controlado por el cerebelo (Mogensen, Wortwein, Hasman, Nielsen y Wang, 1995; Nagao, Kitazawa, Osanai, Hiramatsu, 1997). En los estudios de condicionamiento clásico en invertebrados, el NO parece no ser importante (Müller, 2000). Es posible que los cambios sinápticos que acompañan al aprendizaje sean distintos de los cambios responsables del comportamiento. Las modificaciones que ocurren en el proceso de la adquisición de la memoria de corto plazo (seg a min), son el resultado de las modificaciones en proteínas 46 por segundos mensajeros que activan a las proteína-cinasas para fosforilar a las proteínas específicas ya presentes; es decir, no es necesaria la síntesis de nuevas proteínas (Kandel, 2001). Con estos antecedentes se puede predecir que este tipo de memoria se ve afectada por el NO, como ocurre en ciertos tipos de aprendizaje en Aplysia, y en los pollos (Rickard, Ng y Gibbs, 1998; Katzoff y col., 2002). En algunas formas de aprendizaje las cascadas de los segundos mensajeros pueden ser de distinto tipo según sea el caso de memoria corta o larga, mientras que en otros casos, pueden ser los mismos mensajeros en ambos tipos de memoria (Müller, 1996). Podría ser que los inhibidores de la NOS afecten, también, los niveles de glucosa en el SNC, la presión arterial y otros procesos dependientes de nitrógeno que interfieran a su vez en este tipo de comportamientos (Gammie, Dawson y Nelson, 2000; Nandagopal, Dawson y Dawson, 2001; Yarkov, Montero, Lemus, Roces de Álvarez-Buylla y ÁlvarezBuylla, 2001; Montero, Yarkov, Lemus, Roces de Álvarez-Buylla y ÁlvarezBuylla, 2006). El NO afecta la LTP por distintos mecanismos. Se ha propuesto la participación de mensajeros retrógrados en los patrones de disparo en experimentos in vitro (O’Dell, Hawkins, Kandel y Arancio, 1991; Bredt y Snyder, 1992; Arancio y col., 1996; Haul, Gödecke, Schrader, Haas y Luhman, 1999), donde el NO es la molécula de elección para participar como mensajero retrógrado en los dos tipos de potenciación mencionados, aunque no siempre los reportes son concordantes (Steevens, Tonegawa y Wang, 1994; Tonegawa, 1994; Malen y Chapman, 1997; Katzoff, Ben-Gedalya y Susswein, 2002) (Fig. 13). El NO intervine tanto en la fase temprana de la LTP, como en la tardía por dos mecanismos independientes con distintos loci celulares. Sin embargo, el hecho de que ambos utilicen la misma vía de señalización (NOGMPc-PKG) en la potenciación, sugiere que los dos se encuentran coordinados. Es posible que la interacción se lleve a cabo por el marcaje sináptico, como lo indica el hecho de que el NO evocado por un solo tren de estímulos, en una sola entrada produce una LTP tardía solo en esa vía pero no en el control en la 47 misma preparación (Lu, Kandel y Hawkins, 1999). De la misma manera, la vía de señalización del NO puede jugar algún papel en el marcaje sináptico que podría ser utilizado para enlazar las otras funciones entre la LTP temprana y la LTP tardía. Célula Presináptica NO Glutamato Ca ++ NMDA Calmodulina NOS Arginina Citrulina Célula Postsináptica Fig. 13.- Participación del NO en la LTP. De acuerdo a la hipótesis de que el NO actúa como un mensajero retrógrado, el Ca++ se enlaza a la calmodulina y activa la sintetasa del NO (NOS) que convierte a la arginina hasta NO y citrulina. El NO una vez formado, difunde a la terminal presináptica, incrementando la liberación del trasmisor. (Modificado de Huang, 1997). Los inhibidores de la NOS o de la PKA reducen la última fase de la LTP inducida por distintos protocolos experimentales. Si graficamos los EPSPs evocados por varios trenes de estímulos (tetanización), vemos que la LTP tardía, dependiente de la PKA, en la región CA1 del hipocampo de la rata disminuye pero no se bloquea en presencia de un inhibidor de la NOS (Winder, Mansuy, Osman, Moallen y Kandel 1998). Por el contrario un inhibidor de la PKA (KT5720) bloquea totalmente la fase temprana de la LTP (Fig. 14) (Lu y col., 1999). 48 L-NAME Control EPSP (%) EPSP (%) KT5720 mi KT5720 min min Fig. 14.- A) Inhibición de los EPSPs, inducidos por 4 trenes de estímulos de 100 Hz/s (flechas) en rebanadas de hipocampo de ratones, antes y después de inhibir la NOS B) Igual que en A, pero inhibiendo la PKA. KT5720, inhibidor de la PKA; L-NAME, inhibidor de la NOS. (Modificado de Lu, Kandel y Hawkins, 1999) Las colaterales de Schaffer liberan glutamato que se enlaza a los receptores AMPA de las células postsinápticas piramidales CA1 permitiendo la entrada de Ca++ como se detalla en las secciones anteriores. Con la entrada de Ca++ se inicia la cascada de segundos mensajeros que inicia, propiamente, la LTP. La entrada de Ca++ activa también las eNOS y la nNOS con la liberación de NO, que puede afectar a muchas otras neuronas de la vecindad, incluyendo las presinápticas de las colaterales de Schaffer (Wang y Nelly, 1995; Shors y Matzel, 1997) (Fig. 15). Es importante señalar que algunos investigadores encuentran que el NO no participa en la LTP en el hipocampo, u otras formas de memoria en las que participa esta estructura (Bannerman, Chapman, Nelly, Butcher y Morris, 1994; Tobin, Gorman, Baxter y Traystman, 1995). Los estudios con ratones transgénicos, que no expresan la nNOS parecen indicar que el NO no interviene en el desarrollo de la LTP (Nelson, 1997; Nelson y Young, 1998), y se sugiere la participación de la eNOS en estos procesos. 49 Fig. 15.- Acción del NO. A-E, procesamiento en un circuito nervioso. La neurona C2 se activa y libera NO (azul). El NO difunde gradualmente para influir sobre otras neuronas presinápticas y postsinápticas (en gris). Algunas neuronas fuera del circuito, pueden también liberar NO que alterará el primer circuito. La liberación es por gradientes del NO hacia la izquierda y derecha. (Tomada de Susswein, Katzoff, Miller y Hurwitz, 2004) El NO es también un transmisor prominente en el cerebelo, estructura del cerebro involucrada en los procesos de aprendizaje/memoria (Ito, 2001). En este contexto son dos los protocolos estudiados con mayor frecuencia, el reflejo vestíbulo-ocular y el condicionamiento del parpadeo. En estos experimentos, se tiene la evidencia de que el mecanismo participante es la disminución en la transmisión sináptica (LTD) desde las fibras presinápticas a las células postsinápticas de Purkinje (Mauk, García, Medina y Steele, 1998). La LTD se inicia por la actividad simultánea de dos entradas excitatorias a las células de Purkinje, a las fibras paralelas y a las fibras trepadoras (Ito, 2000). La actividad en las fibras paralelas causa la liberación del NO, mientras que la actividad en las fibras trepadoras incrementa la entrada de Ca++ en las células de Purkinje. Los efectos del NO son por la vía de la GCs para aumentar el GMPc y la activación del PKG. En el desarrollo de la LTD participan también los receptores metabotrópicos a glutamato con la interacción de dos segundos mensajeros, el GMPc y el Ca++. El NO participa, además, en las células de Purkinje modulando su respuesta espontánea a través de GMPc/PKG (Smith y Otis, 2003). Jacoby, 50 Sims y Hartell (2001) demuestran por primera vez que el NO es imprescindible para la producción de la LTP cerebelar, y al igual que con ciertas formas de LTD (Hartell, 1996), el NO participa en la propagación lateral de la plasticidad sináptica. 4.- EFECTO DE LA ARGININA-VASOPRESINA EN LOS PROCESOS DEL APRENDIZAJE Y LA MEMORIA La dilucidación de la estructura, y la síntesis posterior, de la hormona arginina-vasopresina (AVP) da inicio al periodo de investigación que permite disponer de las herramientas farmacológicas para definir el papel fisiológico del AVP, así como la caracterización de sus receptores (du Vigneaud, Gash y Katsoyannis, 1954). La AVP ejerce diversos efectos biológicos en los mamíferos, y las neuronas que contienen AVP se encuentran distribuidas por todo el SNC, desde la corteza hasta la médula espinal (Reghunandanan, Reghunandanan y Majan, 1998). Los estudios sobre los efectos que ejerce la AVP en el SNC empiezan en 1965 con los trabajos de De Wied, que relacionan el comportamiento condicionado instrumental con los mecanismos neuroendocrinos, y demuestra que la extirpación del lóbulo posterior de la hipófisis acelera la extinción del reflejo de aversión en las ratas, sin afectar el proceso de su adquisición (de Wied, 1965). En el mismo sentido, la administración periférica de un extracto crudo del lóbulo posterior de la hipófisis, provoca la recuperación del reflejo mencionado. Además de este ejemplo, las escasas evidencias que indican la participación de los péptidos hipofisiarios en el comportamiento y en el aprendizaje (Reijmers, van Ree, Spruijt, Burbach y De Wied, 1998), dan lugar al concepto analizado por Krieger (1983) como “hipótesis de los neuropéptidos”, que demuestra la capacidad del fraccionamiento peptidérgico en el tejido hipofisiario, donde la mayor parte de las fracciones tiene efectos sobre el comportamiento animal, sin presentar efectos endocrinos. 51 El sistema vasopresinérgico periférico comprende las funciones fisiológicas de la AVP liberada a la circulación sistémica por las terminales nerviosas neurosecretoras localizadas en el lóbulo posterior de la hipófisis que se originan en el núcleo supraóptico (SON) del hipotálamo. Dichas funciones son las siguientes: 1) regulación del balance hídrico tanto en la reabsorción de agua como en la excreción de orina; 2) regulación del tono de la vasculatura lisa; 3) incremento en la glucólisis, la gluconeogénesis, la esterificación y la oxidación de los ácidos grasos libres; 4) agregación plaquetaria (Haslam y Rosson, 1972; Goldsmith, 1987). En el SNC el sistema vasopresinérgico comprende el lugar de la síntesis y la liberación dentro del cerebro, donde la AVP actúa como neuromodulador/neurotransmisor, participando, entre otras funciones, en el aprendizaje y la memoria. Los dos sistemas vasopresinérgicos están, anatómica y funcionalmente, separados por la impermeabilidad de la barrera hematoencefálica al AVP (Ermisch, Brust, Kretzschmar y Ruhle, 1993). Es por esta razón que cuando se estudian los efectos centrales de esta hormona, las dosis de AVP aplicadas en el SNC son más eficientes que las dosis inyectadas en la circulación periférica. Neuroanatomía del sistema vasopresinérgico central En el SNC la AVP se sintetiza por dos tipos de neuronas, células neurosecretoras magnocelulares (cMN) y células neurosecretoras parvocelulares (cPN) (Sofroniew, 1983). Las primeras se encuentran en los núcleos hipotalámicos (SON, paraventricular –PVN) y núcleos accesorios, y constituyen la fuente principal de la AVP que se libera a la circulación general (Bargman y Scharrer, 1951) (Fig. 16). Las concentraciones normales de la AVP en el plasma están en el rango de 1-6 pg/mL para los humanos, perros y ratas. Aunque los estímulos estresantes prolongados incrementan estos niveles dramáticamente, pudiendo llegar a 500 pg/mL (Cowley, 1982), basta con agarrar las ratas con poca delicadeza para que se eleven significativamente los niveles de AVP. 52 Fig 16. Sección coronal (200 µm) del hipotálamo de un ratón para visualizar los lugares de la síntesis y liberación de la AVP por tinción inmunohistoquímica. Los núcleos supraóptico (SON) y paraventricular (PVN) se tiñen, así como las fibras que corren en forma lateral alrededor del fórnix (F) .Se observan también las neuronas parvocelulares del núcleo supraquiasmático (SCN). Escala: 1 mm. (Modificado de Morris, Chapman y Sokol, 1987). Las cPN se encuentran en el PVN, y sus fibras se dividen en las que se dirigen a la eminencia media, y las que forman las proyecciones extrahipotalámicas hacia el tallo cerebral y la médula espinal. La organización anatómica del PVN lo hace un nexo crítico para la integración en los circuitos neuroendocrinos y en las funciones del sistema nervioso autónomo (Swanson, Sawchenko, 1980). La síntesis de la AVP tiene lugar, además del hipotálamo, en otros lugares del SNC como el núcleo de la estría terminal (ST) y la amígdala (AM). Que proporcionan el mayor porcentaje de la inervación vasopresinérgica en el SNC (de Vries y Miller, 1998). Con los estudios de hibridación in situ es posible, además, expresar prepro AVP (ppAVP) y RNAm en el hipocampo (CA1, CA3) y otros sitios del SNC (Habener, Cwikel, Hermann, Hammer, Palmiter y Brinster, 1989). Los niveles de AVP en el cerebro varían de acuerdo a la región estudiada (Tabla 3), y la mayor concentración se alcanza en el hipotálamo. 53 Tabla 3.- Concentración de la AVP en las distintas regiones del cerebro y en el plasma en ratas controles y ratas privadas de agua (radioinmunoensayo). Cada grupo comprende 8 ratas (Tomado de Epstein, Castel, Glick, Sivan y Ravid, 1983) Región Hipotálamo Tálamo Septo Estriado Amígdala Puente Cerebro medio Médula Hipocampo Corteza Plasma Control 338.4 ±39.6 pg/ml 4.8 ± 0.8 18.0 ± 2.5 1.6 ± 0.1 17.3 ± 3.8 0.4 ± 0.1 0.3 ± 0.1 0.3 ± 0.1 0.4 ± 0.1 0.1 ± 0.1 3.6 ± 0.5 Sin agua 134.4 ± 27.4 pg/ml 0.9 ± 0.2 3.4 ± 0.7 0.7 ± 0.2 1.4 ± 0.2 0.4 ± 0.1 0.3 ± 0.03 0.3 ± 0.04 0.3 ± 0.1 0.1 ± 0.01 19.3 ± 4.6 P <0.001 <0.001 <0.0005 <0.001 <0.0005 NS NS NS NS NS <0.001 Receptores a la AVP en el SNC Todos los receptores a la AVP realizan su función por el acoplamiento de la guanina a la proteína-G. Se encuentran 4 subtipos de receptores que se distinguen por su distribución tisular y sus diferencias farmacológicas (Ring, 2005). Los más conocidos son los tipos V1R, V2R y V3R. El V1R es el que se encuentra en mayor proporción en la musculatura lisa de los vasos (hígado, músculo liso vascular, riñón, bazo, testículo y algunas estructuras del SNC (Morel, O’Carroll, Brownstein y Lolait, 1992). Los estudios de hibridación in situ, indican que estos receptores se encuentran ampliamente distribuidos en el SNC, como el hipocampo, la amígdala, los núcleos arcuato y supraquiasmático en el hipotálamo, el núcleo del tracto solitario, el cerebelo, el núcleo espinal, la formación reticular y el plexo coroideo (Tribollet, Raufaste, Maffrand y SerradeilLe Gal, 1999). Los receptores V2R se expresan principalmente en el riñón donde participan en la homeostasis hídrica en las nefronas. Una vez clonados estos receptores, se demuestra que la mutación en el gen V2R es la responsable de la diabetes insípida nefrogénica congénita (Rosenthal, Seibold, Antaramian, Lonergan, Arthus y Hendy, 1992). 54 El receptor V3R o V1B, para diferenciarlo del V1R se conoce como el receptor hipofisiario de la AVP. Fue descrito primero en las células corticotropas de la hipófisis, se le consideraba como V1a, pero después de ser clonado, las diferencias entre ambos se ven claramente por sus características de enlace (Sugimoto, Saito, Mochizuki, Watanabe, Hashimoto y Kawashima, 1994). Este tipo de receptores se expresa ampliamente en el SNC de los roedores, donde se pueden apreciar dos subclases según estén en el soma celular o en las fibras. Los receptores que se expresan en el soma de las neuronas se encuentran en la corteza piriforme, el hipocampo, el septo lateral, la corteza singular y frontal, y el cerebelo (Hernando, Schoots, Lolait y Burbach, 2001). Desde la síntesis original de la AVP en 1954 (du Vigneaud y col., 1954) se han descubierto cientos de análogos de la hormona, que actúan como agonistas o antagonistas para analizar el papel fisiológico de la AVP (Manning y Sawyer, 1984). Las técnicas para hacer los bioensayos de los análogos consisten básicamente en estimar la capacidad vasopresora en ratas pretratadas con bloqueadores adrenérgicos (Stürmer, 1968). Los mejores agonistas o antagonistas para estudiar la AVP son aquellos que no modifican la actividad oxitócica. Los compuestos mas utilizados son el [1-deamino,8-D-arginina] como agonista, y el cyclopentamethylene [(CH2)5] AVP como antagonista (Manning, Bankowsky y Sawyer,1987). AVP y comportamiento Esta hormona, con múltiples efectos en el organismo, participa, también, en los mecanismos de aprendizaje y memoria en los mamíferos. La AVP potencia la liberación de la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) e influye sobre el metabolismo de la glucosa (Gash, Herman y Thomas, 1987; Yarkov y col, 2001; Montero y col., 2006). Además de estas acciones endocrinas, evidencias recientes indican que la AVP sirve también como neurotransmisor/neuromodulador en el SNC (Gash y col., 1987). En efecto, los estudios de De Wied (1975, 1980) demuestran que los extractos del lóbulo posterior de la hipófisis potencian el condicionamiento aversivo en las ratas. El 55 mecanismo intrínseco de esta acción estaría en la liberación de la AVP al sistema circulatorio periférico en respuesta a los potenciales de acción dependientes de Ca++ (Theodosis, Legendre, Vincent y Cooke, 1983). Además de las células corticotropas de la hipófisis, los hepatocitos constituyen también células diana para la AVP (Keppens y De Wolf, 1979). Las ratas con una disminución o una carencia de AVP endógena presentan daños en las tareas de memoria y aprendizaje. Las deficiencias de la AVP se presentan bajo tres condiciones: neurohipofisectomía, defectos hereditarios en la producción de la AVP o el tratamiento con anticuerpos contra AVP (De Wied, 1983; van Wimersma Greidanus, Dogterom, y de Wied, 1975). Es interesante ver que dicho daño en el comportamiento puede ser restablecido por el tratamiento con AVP o sus agonistas. Las cPN proyectan a grupos de células preganglionares del sistema nervioso autónomo tanto en la división simpática como parasimpática (Swanson y Sawchenko, 1983), otros grupos de cPN inervan la lámina externa de la eminencia media para regular la secreción de ACTH por la hipófisis anterior. Además, el SCN parece ser el responsable del ritmo circadiano en los niveles de la AVP en el líquido cefalorraquídeo (Schwartz y Reppert, 1985). Es decir, el sustrato nervioso que se ve afectado por la AVP es considerable. Aunque muchas de las funciones de la AVP en el SNC no están estudiadas, es definitivo que esta hormona participa en los procesos del comportamiento. Como en condiciones normales, la barrera hematoencefálica impide el intercambio de la AVP entre el cerebro y el resto del cuerpo, se deben analizar los efectos de la AVP sintetizada y liberada en el SNC. Las microinyecciones de la AVP (0.1 a 10 ng) en distintas regiones cerebrales, como el giro dentado, el septo dorsal y el núcleo de rafé mejoran el condicionamiento instrumental aversivo en las ratas (Kovacs y De Wied, 1983). Las dosis centrales utilizadas para tener efectos sobre los procesos de condicionamiento instrumental son mucho menores que las utilizadas en la circulación periférica (Burbach, Kovacs, de Wied, Van Nisen y Greven, 1983). En el mismo sentido, la extinción del reflejo se consigue con la infusión del antisuero de la AVP en el hipocampo (van 56 Wimersma Greidanus y col. 1975). La utilización de agonistas y/o antagonistas potencia los efectos descritos, por ejemplo la [pGlu4, Cyt6]VP-(4-8) es 1000 veces más potente que la AVP para prolongar el condicionamiento instrumental aversivo (Burbach y col, 1983). En el condicionamiento instrumental con recompensa, los resultados no son tan claros como los descritos, pero son bastante semejantes (Ettenberg, Le Moal, Koob, y Bloom, 1983). Una herramienta importante para el estudio de la AVP en el comportamiento, son las ratas Brattleboro di/di. En estas ratas las neuronas vasopresinérgicas son incapaces de sintetizar la AVP, y por lo tanto, los niveles de AVP en el plasma y en el SNC son prácticamente nulos (Valtin y Schroeder, 1964; Schmale y Richter, 1984). Utilizando el condicionamiento instrumental aversivo como prueba de los procesos de aprendizaje, De Wied (1975,1976, 1980 y 1983) y Sahgal (1984) reportan que las ratas Brattleboro di/di son incapaces del aprendizaje condicionado, cuando se comparan con ratas controles Brattleboro heterozigóticas +/di. Esta diferencia desaparece cuando las ratas problema se tratan con AVP (1 µg subcutáneo) inmediatamente antes del experimento condicionante. investigadores no son Aunque los resultados obtenidos por otros homogéneos, es posible que las condiciones experimentales y las distintas cepas genéticas utilizadas (Herman, Sladek, Hansen y Gash., 1986) estén contribuyendo para estas divergencias (Celestian, Carey y Miller, 1975; Bohus, van Wimersma Greidanus y De Wied, 1975). Lo mismo ocurre con el proceso de extinción de este tipo de condicionamiento (Miller, Barranda, Dean y Brush, 1976). Por los experimentos de condicionamiento instrumental aversivo, es evidente que la AVP mejora la memoria de la rata (Engerlamn, Ludfwig y Landgraf, 1992); efecto en el que participan los receptores V1R centrales (Klimkiewicz, 2001). La participación de la AVP en los procesos de la memoria ha sido extensamente documentada, sugiriendo diversos sitios neuronales, así como los mecanismos de acción. Pero la caracterización precisa de como el AVP se involucra en los procesos cognitivos no está bien definida (Dietrich, Taylor y Passmore, 2001). La administración crónica de AVP realza el 57 aprendizaje estratégico en ratas con lesiones en la corteza prefrontal, y mejora, en forma ligera, el comportamiento en ratas con lesiones en el hipocampo (Fig. 17) (Dietrich y Allen, 1997). AVP Respuesta SAL CPF HIP Contro Fig 17. Aprendizaje estratégico después de la administración de AVP (1.5 µg/kg) en ratas con distintas lesiones cerebrales. Se expresan los resultados de las medias en las respuestas correctas. CPF, corteza prefrontal; HIP, hipocampo. Unicamente las respuestas en la CPF fueron estadísticamente significativas, indicando que el efecto de la AVP facilita las capacidades cognitivas generales. (Modificado de Dietrich, Taylor y Passmore, 2001). La molécula de AVP contiene el aminoácido arginina (L-Arg) en la 8ava posición de su cadena (Fig. 18), y este aminoácido, después de la degradación biológica, se puede utilizar en la síntesis del NO, que como hemos visto es una molécula importante para los procesos de aprendizaje/memoria. Fig 18.- Estructura primaria de la molécula de la hormona arginina-vasopresina (AVP). (Tomado de North, 1987). 58 Desconocemos si la cantidad de NO derivado de la L-Arg puede modular la memoria, y si las distintas NOS que participan en la formación del NO se producen durante la consolidación de la memoria a partir de la L-Arg; sin embargo, se ha mostrado que este aminoácido en grandes dosis (100 a 1000 veces mayores que las utilizadas por vìa intracerebroventricular), participa en la consolidación de la memoria y es probable que esta participación sea a través de las distintas isoformas de la NOS, estimulando la liberación de la AVP a través del GMPc (Cao y Shen, 1998). No se han encontrado datos en los que a dosis bajas de L-Arg (10-100 nmoles) se pueda estimular la liberación de la AVP (Burbach y col., 1983; Plech, Klimkiewicz y Maksym, 2003) para mejorar el condicionamiento aversivo instrumental (Fig. 19). En este sentido, es interesante señalar que los efectos de la lisina-vasopresina sobre los procesos de la memoria en el condicionamiento instrumental no son tan claros como los que se obtienen con la arginina vasopresina (Bohus, Ader y De Wied, 1972). Podría ser que los cambios observados en los procesos de memoria después de las inyecciones de L-Arg se deban al incremento de los niveles de glucosa provocados por este aminoácido (Yarkov y col., 2001; Montero y col., 2006). La glucosa es parte de todo un sistema endógeno que regula los procesos de aprendizaje y memoria (Gold, 2001; Salinas y Gold, 2005). En efecto, la glucosa mejora la memoria tanto en humanos como en roedores (Kopf, Buchholzer, Hilgert, Loffelholz y Klein, 2001; Metzger y Flint, 2003). El metabolismo aeróbico de la glucosa produce acetil-CoA que se une a la colina para formar acetilcolina (ACh), para interactuar con los receptores muscarínicos m1 y m3 y de esta forma aumentar la producción de proteínas precursoras de amiloide (APPs). Las APPs modulan la plasticidad sináptica y promueven el crecimiento dendrítico en el hipocampo. 59 300 Latencia (seg) * 200 0.9% NaCl 0.1ml/kg sc L-Arg 5 nmoles/kg sc (n=6) L-Arg 50 nmoles/kg sc (n=6) L-Arg 500 nmoles/kg sc (n=5) 100 0 Fig. 19.- Efectos de la L-Arg subcutánea sobre la memoria en las pruebas de condicionamiento instrumental aversivo. Los resultados son medias ± ES. *Estadísticamente significativo cuando se compara con el control (NaCl.). Únicamente la dosis mayor de L-Arg fue capaz de prolongar la latencia, es decir, la consolidación del proceso de aprendizaje/memoria (Modificado de Plech, Klimkiewicz y Maksym, 2003). El ATP, producto del metabolismo de la glucosa, fortalece la transmisión sináptica y participa como un neurotransmisor de acción rápida en los procesos de aprendizaje/memoria (Hoyer, 2003). Los niveles de glucosa en el hipocampo disminuyen durante el desarrollo de un proceso de aprendizaje, y esta disminución es significativamente mayor en las ratas viejas; el decremento en los niveles de glucosa en estas ratas, se bloquea por la inyección intravenosa de glucosa que mejora la memoria en el desarrollo de las pruebas de condicionamiento instrumental (McNay y Gold, 2002). Sería importante identificar las bases para que, en las ratas viejas, se observe una depleción en los niveles de glucosa a nivel del hipocampo durante un proceso de aprendizaje, y estudiar cómo los niveles de glucosa en el líquido extracelular del cerebro, participan en la formación y el mantenimiento de la nueva memoria. 60 CONCLUSIONES De acuerdo a la literatura revisada, es evidente que los procesos de aprendizaje/memoria son funciones cerebrales complejas que nos dan la capacidad de almacenar información y evocarla; sin ellos, muchas de las funciones cognitivas cerebrales no podrían llevarse a cabo. En el humano, los mecanismos más importantes por medio de los cuales el medio ambiente altera el comportamiento para constituir las pautas de la individualidad son, sin duda, el aprendizaje y la memoria. Uno de los modelos de plasticidad, que nos da las bases celulares y moleculares para entender la formación de la memoria, es la potenciación a largo plazo (LTP) que constituye el artificio sináptico que tiene lugar en las áreas cerebrales que participan en estos procesos. La utilización de varios paradigmas experimentales proporciona la posibilidad de identificar a las células piramidales del hipocampo como primordiales en la consolidación de la memoria declarativa. El condicionamiento clásico pavloviano indica que el hipocampo sólo participa en la primera etapa de la consolidación de la memoria y que alcanza su almacenamiento final en las regiones corticales. Los estudios de los efectos del NO y la AVP en los procesos de la memoria, sugieren que ambos neurotransmisores/neuromoduladores intervienen de manera importante en la adquisición de la información tanto en los vertebrados como en los invertebrados. El mecanismo de acción es a través del GMPc como segundo mensajero, actuando directamente en las neuronas presinápticas para producir la LTP. 61 PERSPECTIVAS Con las evidencias señaladas en esta revisión respecto a la participación del NO y de la AVP en los procesos de aprendizaje/memoria, se reportan estudios sobre el condicionamiento instrumental aversivo en ratas en donde participa la AVP. Sin embargo, no se analiza el efecto del AVP y del NO en estos procesos utilizando el condicionamiento pavloviano. En este sentido, sería interesante analizar: 1) Si el NO y la AVP participan en el condicionamiento clásico, descrito por Pavlov y su escuela, que es heterosináptico, donde la facilitación de la sinapsis sensora-motora está mediada por interneuronas moduladoras; estudiando el efecto de antagonistas de la NOS y del AVP en el condicionamiento descrito. 2) Si es posible caracterizar en el cerebro de las ratas condicionadas la expresión de la nNOS e iNOS, mediante técnicas de RT-PCR, que nos permitan identificar las estructuras centrales involucradas en este tipo de aprendizaje. Los mecanismos de plasticidad que nos dan las bases celulares y moleculares de como se almacena la memoria son fascinantes, y nos permitirán entender en un futuro las manifestaciones clínicas de los desórdenes en los procesos de la memoria, y conseguir los métodos adecuados para resolverlos. 62 BIBLIOGRAFÍA: Abraham, W. C., Mason-Parker, S. E., Williams, J., y Dragunow, M. (1994). Analysis of the decremental nature of LTP in the dentate gyrus. Brain Research. Molecular Brain Research, 30, 367-372. Álvarez-Buylla, R., y Carrasco-Zanini, J. (1960). A conditionated reflex which reproduces the hypoglycemic effect of insulin. Acta Physiologica Latinoamericana, 10, 153-158. Álvarez-Buylla, R., y Roces de Álvarez-Buylla, E. (1975). Hypoglycemic conditioned reflex in rats: Preliminary study of its mechanism. Journal of Comparative and Physiological Psychology, 88, 155-160. Álvarez-Buylla, R., y Russek, M. (1952). Intervención de corteza cerebral en la integración de una reacción vegetativa. Acta Physiologica Latinoamericana, 2, 119-124. Álvarez-Buylla, R., Segura, E. T., y Roces de Álvarez-Buylla, E. (1961). Participation of the hypophysis in the conditioned reflex which reproduces the hypoglycemic effect of insulin. Acta Physiologica Latinoamericana, 11, 113-119. Amaral, D. G., y Witter, M. P. (1989). The three dimensional organization of the hippocampal formation: a review of anatomical data. Neuroscience, 31, 571-591. Anojin, P. K. (1948). La sistemogénesis como ley general del proceso evolutivo. Boletín de Biología Experimental (Moscú), 8: 81-99. Anojin, P. K. (1961). A new conception of the physiological architecture of conditioned reflex. En A. Fessarro, R. W. Gerard y J. Konorski (Eds.), Brain mechanisms and learning. Oxford: Blackwell Scientific Pub. Anojin, P. K. (1987). Psicología y la filosofía de la ciencia: Metodología del sistema funcional. México: Trillas. Arancio, O., Kiebler, M., Lee, C. J., Lev-Ram, V., Tsien, R. Y., Kandel, E. R., y Hawkins, R. D. (1996). Nitric oxide acts directly in the presynaptic neuron to produce long-term potentiation in cultured hippocampal neurons. Cell, 87, 10251035. Arnold, W. P., Mittal, C. K., Katsuki, S., y Murad, F. (1977). Nitric oxide activates guanylate cyclase and increases guanosine 3’:5’-cyclic monophosphate levels in various tissue preparations. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 74, 3203-3207. 63 Bannerman, D. M., Chapman, P. F., Kelly, P. A., Butcher, S. P., y Morris, R. G. (1994). Inhibition of nitric oxide synthase does not impair spatial learning. Journal of Neuroscience, 14, 7404-7414. Bannerman, D. M., Rawlins, J. N., McHugh, S. B., Deacon, R. M. Yee, B. K., Bast, T., Zhang, W. N., Pothuizen, H. H., y Feldon, J. (2004). Regional dissociations within the hippocampus-memory and anxiety. Neuroscience and Biobehavioral Reviews, 28, 273-283. Barco, A., Bailey, C., y Kandel, E. R. (2006). Common molecular mechanisms in explicit and implicit memory. Journal of Neurochemistry, 97, 1520-1533. Barco, A., Patterson, S., Alarcon, J. M., Gromova, P., Mata-Roig, M., Morozov, A., y Kandel, E. R. (2005). Gene expression profiling of facilitated L-LTP in VP16 CREB mice reveals that BDNF is critical for the maintenance of LTP and its synaptic capture. Neuron, 48, 123-137. Bargmann, W., y Scharrer, E. (1951). The site of origin of the hormones of the posterior pituitary. American Scientist, 39, 255-259. Barnea, A., y Nottebohm, F. (1995). Patterns of food storing by black-capped chickadees suggest a mnemonic hypothesis. Animal Behavior, 49, 1161-1176. Berger, T. W., Berry, S. D., y Thompson, R. F. (1986). Role of the hippocampus in classical conditioning of aversive and appetitive behaviors. En R. L. Isaacson y K. H.Pribram (Eds.), The hippocampus (pp. 203-239). New York: Plenum Press. Bergson, H. L. (1910). Matter and memory. London: Allen. Bliss, T. V. P., y Collingridge, G. L. (1993). A synaptic model of memory: longterm potentiation in the hippocampus. Nature, 361, 31-39. Böhme, G. A., Bon, C., Stutzmann, J. M., Doble, A., y Blanchard, J. C. (1991). Possible involvement of nitric oxide in long-term potentiation. European Journal of Pharmacology, 199, 379-381. Bohus, B., Ader, R., y De Wied, D. (1972). Effects of vasopressin on active and passive avoidance behavior. Hormones and Behavior, 3, 191-197. Bohus, B., van Wimersma Greidanus, T. B., y De Wied, D. (1975). Behavioral and endocrine responses of rats with hereditary hypothalamic diabetes insipidus (Brattleboro strain). Physiological Behavior, 14, 609-615. 64 Bourtchuladze, R., Frenguelli, B., Blendy, J., Cioffi, D., Schutz, G., y Silva, A. J. (1994). Deficient long-term memory in mice with a targeted mutation of the cAMP-responsive element-binding protein. Cell, 79, 59-68. Brann, D. W., y Mahesh, V. B. (1992). Excitatory amino acid regulation of gonadotropin secretion: modulation by steroid hormones. Journal of Steroid Biochemistry and Molecular Biology, 41, 847-850. Bredt, D. S. (1995). Molecular characterization of nitric oxide synthase. En S Vincent (Eds), Nitric oxide in the nervous system (pp.1–21). New York: Academic Press. Bredt, D. S., Hwang, P. M., y Snyder, S. H. (1990). Localization of nitric oxide synthetase, a calmodulin requiring enzyme. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 87, 682-685. Bredt, D. S., y Snyder, S. H. (1992). Nitric oxide, a novel neural messenger. Neuron, 8, 3-11. Brüne, B., y Lapetina, E. G. (1991). Phosphorylation of nitric oxide synthase by protein kinase A. Biochemical and Biophysical Research Communications, 181, 921-926. Bruner, J. S. (1969). Modalities of memory. En G. A. Talland y N. C. Waugh (Eds.), The pathology of memory (pp. 253-259). New York: Academic Press. Brust, H. (1998). Aprendizaje. En E. J. Muñoz-Martínez y X. García (Eds.), Fisiología: células, órganos y sistemas Vol. V. México: Sociedad Mexicana de Ciencias Fisiológicas.. Burbach, J. P. H., Kovacs, G. L., De Wied, D., Van Nispen, J., y Greven, H. M. (1983). A major metabolite of arginine vasopresin in the brain is a highly potent neuropeptide. Science, 221, 1310-1320. Cao, L. X., y Shen, E. (1998). Intracerebroventricularly injected L-arginineinduced vasopressin release is mediated by cGMP in rats. Acta Pharmacologica Sinica, 19, 459-462. Castillo, P. E., Weisskopf, M. G., y Nicoll, R. A. (1994). The role of Ca2+ channels in hippocampal mossy fiber synaptic transmission and long-term potentiation. Neuron, 12, 261-269. Celestian, J. F., Carey, R. J., y Miller, M. (1975). Unimpaired maintenance of a conditioned avoidance response in the rat with diabetes insipidus. Physiological Behavior, 15, 707-711. 65 Choi, Y., Furuse, M., Okumura, J., y Denbow, D. M. (1995). The interaction of clonidine and nitric oxide on feeding behavior in the chicken. Brain Research, 699, 161-164. Cowley, A. W. Jr. (1982). Vasopressin and cardiovascular regulation. En A. C. Guyton y J. E. Hall (Eds.), Cardiovascular physiology, vol IV, International Review of Physiology (pp 189-242). Baltimore: University Park Press. Damasio, A. (1995). On some functions of the human prefrontal cortex. Annals of New York Academy of Sciences, 769, 241-251. Daoudal, G., y Debanne, D. (2003). Long-term plasticity of intrinsic excitability: learning rules and mechanisms. Learning and Memory, 10, 456-465. Dawson, T. M., Bredt, D. S., Fotuhi, M., Hwang, P. M., y Snyder, S. H. (1991). Nitric oxide synthase and neuronal NADPH diaphorase are identical in brain and peripheral tissues. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 88, 7797-7801. Dawson, T. M., y Snyder, S. H. (1994). Gases as biological messengers: Nitric oxide and carbon monoxide in the brain. The Journal of Neuroscience, 14, 51475159. de Vries, G. J., y Miller, M. A. (1998). Anatomy and function of extrahypothalamic vasopressin systems in the brain. Progress in Brain Research, 119, 3-20. De Wied, D. (1965). The influence of the posterior and intermediate lobe of the pituitary and pituitary peptides on the maintenance of a conditioned avoidance response in rats. International Journal of Neuropharmacology, 4, 157-167. De Wied, D. (1975). Hypophysis and behavior. geneeskunde, 119, 1147-1153. Nederlands tijdschrift voor De Wied, D. (1976). Behavioral effects of intraventricularly administered vasopressin and vasopressin fragments. Life Sciences, 19, 685-690. De Wied, D. (1980). Behavioral actions of neurohypophysial peptides. Proceedings of The Royal Society of London. [Biol.], 210, 183-195. De Wied, D. (1983). Central actions of neurohypophyseal hormones. Progress in Brain Research, 60,155-167. Dietrich, A., y Allen, J. D. (1997). Vasopressin and memory. Lesions to the ippocampus block the memory enhancing effects of AVP 4-9 in the radial maze. Behavioural Brain Research, 66 Dietrich, A., Taylor, T., y Passmore, C. E. (2001). AVP (4-8) improves concept learning in PFC-damaged but not hippocampal-damaged rats. Brain Research, 919, 41-47. Doty, R. W, (1976). The concept of neural centers. En J. C. Fentress (Edit.), Simpler networks and behavior. England: Sunderland Drachman, D. A., y Arbit, J. (1986). Memory and the hippocampal complex II. Is memory a multiple process?. Archives of Neurology, 15, 52-61. Dudai, Y. (1989). The neurobiology memory concepts. Finding,Trends, New York: Oxford University Press. du Vigneaud, V., Gish, D. T., y Katsoyannis, P. G. (1954). A synthetic preparation possessing biological properties associated with argininevasopressin. Journal of the American Chemical Society, 76, 4751-4752. Edwards, F. A. (1995). LTP: a structural model to explain the inconsistencies. Trends in Neuroscience, 18, 250-255. Engelmann, M., Ludwig, M., y Landgraf, R. (1992). Microdialysis administration of vasopressin and vasopressin antagonist into the septum during pole-jumping behavior in rats. Behavioral and Neural Biology, 58, 51-57. Engert, F., y Bonhoeffer, T (1999). Dendritic spine changes associated with hippocampal long-term synaptic plasticity. Nature, 399, 66-70. Epstein, Y., Castel, M., Glick, S. M. Sivan, N., y Ravid, R. (1983). Changes in hypothalamic and extra-hypothalamic vasopressin content of water-deprived rats. Cell Tissue Research, 233, 99-111. Erickson, C. A., Jagadeesh, B., y Desimone, R. (2000). Clustering of perirhinal neurons with similar properties following visual experience in adult monkeys. Nature Neuroscience, 3, 1143-1148. Ermisch, A., Brust, P., Kretzschmar, R., y Ruhle, H. J. (1993). Peptides and blood brain barrier transport. Physiological Reviews, 73, 489-527. Ettenberg, A., Le Moal, M., Koob, G. F., y Bloom, F. E. (1983). Vasopressin potentiation in the performance of a learned appetitive task: Reversal by a pressor antagonist analog of vasopressin. Pharmacology Biochemistry and Behavior, 18, 645-647. Fanselow, M. S. (1994). Neural organization of the defensive behavior system responsible for fear. Psychonomic Bulletin and Review, 1, 429-438. 67 Fernández-Álvarez, A., Abudara, V., y Morales, F. R. (1999). El óxido nítrico como neurotransmisor y neuromodulador. Acta de Fisiología, 5, 39-77. Friebe, A., Müllershausen, F., Smolenski, A., Walter, U., Schultz, G., y Koesling, D. (1998). YC-1 potentiates nitric oxide- and carbon monoxide-induced cyclic GMP effects in human platelets. Molecular Pharmacology, 54, 962-967. Fulton, J. F. (1952). Fisiología del sistema nervioso. México: Editorial Atlante. Furchgott, R. F., y Zawadski, J. V. (1980). The obligatory role of endothelial cells in the relaxation of arterial smooth muscle by acetylcholine. Nature, 288, 373– 376. Gaffan, D. (1974). Recognition impaired and association intact in the memory of monkeys after transection of the fornix. Journal of Comparative and Physiological Psychology, 86, 1100-1109. Galambos, R., y Morgan, C. T. (1960). The neural basis of learning. Handbook of Physiology. American Physiological Society. Gammie, S. C., Dawson, V. L., y Nelson, R. J. (2000). Influence of nitric oxide on neuroendocrine function and behavior. En L. J. Ignarro (Ed.), Nitric oxide, biology and pathobiology (pp. 429-438). San Diego, CA: Academic Press. Garthwaite, J., y Boulton, C. L. (1995). Nitric oxide signaling in the central nervous system. Annual Review of Physiology, 57, 683-706. Garthwaite, J., Charles, S. L., y Chess-Williams, R. (1988). Endothelium derived relaxing factor release on activation of NMDA receptors suggests role as intercellular messenger in the brain. Nature, 336, 385-388. Garthwaite, G., y Garthwaite, J. (1987). Cellular origins of cyclic GMP responses to excitatory amino acid receptor agonist in rat cerebellum in vitro. Journal of Neurochemistry, 48, 29-39. Gash, D. M., Herman, J. P., y Thomas, J. H. (1987). Vasopressin and animal behavior. En D. M. Gash y G. J. Boer (Eds.), Vasopressin, principles and properties (pp. 517-547). New York: Plenum Press. Gastaut, H., (1957). État actuel des connaissances sur l´electroencéphalographie du conditionnement. EEG ξ Clinical Neurophysiology (supp. 6) 133. 68 Gold, P. E. (2001). Drug enhancement of memory aged rodents and humans. En M. E. Carroll y, J. B. Overnier (Eds.), Animal research and human health: advancing human welfare through behavioral science (pp. 293-304). Washington D.C.: American Psychological Association. Goldsmith, S. R. (1987). Medicine, 82, 1213-1219. Vasopressin as vasopressor. American Journal of Grafman, J. (1995). Similarities and distinctions among current model of prefrontal cortical functions. Annals of New York Academy of Sciences, 769, 337-368. Greenough, W. T., y Bailey, C. H. (1988). The anatomy of memory: convergence of results across a diversity of tests. Treands in Neuroscience, 11, 142-147. Habener, J. F., Cwikel, B, J., Hermann H., Hammer, R. E., Palmiter, R. D., y Brinster, R. L. (1989). Metallothionein-vasopressin fusion gene expression in transgenic mice. Nephrogenic diabetes insipidus and brain transcripts localized to magnocellular neurons. The Journal of Biological Chemistry, 264, 1884418852. Haley, J. E., Wilcox, G. L., y Chapman, P. F. (1992). The role of nitric oxide in hippocampal long-term potentiation. Neuron, 8, 211-216. Hartell, N. A. (1996). Strong activation of parallel fibres produces localized calcium transients and a form of LTD that spreads to distant synapses. Neuron, 16, 601-610. Haslam, R. J., y Rosson, G. M. (1972). Aggregation of human blood platelets by vasopressin. American Journal of Physiology, 223, 958-967. Haul, S., Gödecke, A., Schrader, J., Haas, .H. L., y Luhman, J. (1999). Impairment of neocortical long-term potentiation in mice deficient of endothelial nitric oxide synthase. Journal of Neurophysiology, 81, 494-497. Hebb, D. (1949). The organization of behavior. Wiley, New York Herman, J. P., Sladek, C. D., Hansen, C. T., y Gash, D. M. (1986). Characterization of a new rodent model of diabetes insipidus: The Roman High Avoidance rat homozygous for diabetes insipidus. Neuroendocrinology, 43, 340347. Hernández Peón, Guzmán Flores, Alcaraz, y Fernández Guardiola, (1958). Habituation in the visual pathway. Acta Neurologica Latinoamericana, 4, 121127. 69 Hernando, F., Schoots, O., Lolait, S. J., y Burbach, J. P. (2001). Immunohistochemical localization of the vasopressin V1b receptor in the rat brain and pituitary gland: anatomical support for its involvement in the central effects of vasopressin. Endocrinology, 142, 1659-1668. Hibbs, J. B. Jr., Taintor, R. R., y Vavrin, Z. (1987). Macrophage cytotoxicity: role for L-arginine deaminase and imino nitrogen oxidation to nitrite. Science, 235, 473-476. Hilgard, E. R., y Marquis, D.G. (1940). Conditioning and learning, (pp. 429). New York: Appleton-Century. Hoyer, S (2003). Memory function and brain metabolism. Pharmacopsychiatry, 36, 62-67. Huang, E. P. (1997). Synaptic plasticity: A role for nitric oxide in LTP. Current Biology, 7, 141-147. Ignarro, L. J. (2005). Nitric oxide. Current topics in medicinal chemistry, 5, 595. Ignarro, L. J., Degnan, J. N., Baricos, W. H., Kadowitz, P. J., y Wolin, M. S. (1982). Activation of purified guanylate cyclase by nitric oxide requires heme. Comparison of heme-deficient, heme-reconstituted and heme-containing forms of soluble enzyme from bovine lung. Biochimica et Biophysica Acta, 718, 49-59. Ito, M. (2000). Mechanism of motor learning in the cerebellum. Brain Research, 886, 237-245. Ito, M. (2001). Cerebellar long-term depression: characterization, signal transduction and functional roles. Physiological Reviews, 81, 1143-1195. Izquierdo, I. (2002). Fisiología del aprendizaje y la memoria. En H. E. Cingolani y A. B. Houssay (Eds), Fisiología Humana de Houssay (pp. 1075-1080). Buenos Aires: El Ateneo Izquierdo, I., y Medina, J. H. (1995). Correlation between the pharmacology of long-term potentiation and the pharmacology of memory. Neurobiology of Learning and Memory, 63, 19-32. Izquierdo, I., y Medina, J. H. (1996). Long-term potentiation and neuromodulator–and hormone-dependent processes play a role in declarative memory. En J. L MacGaugh y K Ishikawa (Eds.), Brain processes and memory. Amsterdan: Elsevier-North Holland. 70 Jacoby, S., Sims, R. E., y Hartell, N. A. (2001). Nitric oxide is required for the induction and heterosynaptic spread of long-term potentiation in rat cerebellar slices. The Journal of Physiology, 535, 825-839. Jaffe, K., y Blanco, M. E. (1994). Involvement of amino acids, opioids, nitric oxide, and NMDA receptors in learning and memory consolidation in crickets. Pharmacology Biochemistry and Behavior, 47, 493-496. James, W. (1890). Principles of psychology. New York: Holt. Kandel, E. R. (2001). The molecular biology of memory storage: A dialogue between genes and synapses. Science, 294, 1030-1038. Kandel E. R., Schwartz J. H., Jessell T. M. (2000). Principles of Neural Science (pp. 1227-1279). U.S. A.: McGraw-Hill. Katzoff, A., Ben-Gedalya, T., Susswein, A. J. (2002). Nitric oxide is necessary for multiple memory processes after learning that a food is inedible in Aplysia. Journal of Neuroscience, 22, 9581–9594. Keppens, S., y De Wolf, H. (1979). The nature of the hepatic receptors involved in vasopressin induced glycogenolysis. Biochimica et Biophysica Acta, 588, 6369. Kida, S., Josselyn, S. A., de Ortiz, S. P., Kogan, J. H., Chevere, I., Masushige, S., y Silva, A. J. (2002). CREB required for the stability of new and reactivated fear memories. Nature and Neuroscience, 5, 348-355. Kim, J., y Fanselow, M. (1992). Modality-specific retrograde amnesia of fear. Science, 256, 675-677. Klimkiewicz, T. (2001). Memory effects of arginine vasopressin (AVP) and [7-9] fragment of its peptide chain in rats. Acta Neurobiologica Experimental, 61, 267276. Ko, F. N., Wu, C. C., Kuo, S. C., Lee, F. Y., y Teng, C. M. (1994). YC-1, a novel activator of platelet guanylate cyclase. Blood, 84, 4226-4233. Kopf, S. R., Buchholzer, M. L., Hilgert, M., Loffelholz, K., y Klein, J. (2001). Glucose plus choline improve passive avoidance behaviour and increase hippocampal acetylcholine release in mice. Neuroscience, 103, 365-371. Kovacs, G. L., y De Wied, D. (1983). Hormonally active arginine-vasopressin supresses endotoxin induced fever in rats: Lack of effect of oxytocin and a behaviorally active vasopressin fragment. Neuroendocrinology, 37, 258-261. 71 Krieger, D.T. (1983). Brain peptides: what, where, and why?. Science, 222, 975985. Krupa, D. J., Thompson, J. K., y Thompson, R. F. (1993). Localization of a memory trace in the mammalian brain. Science, 260, 989-991. Landfield, P. W. y Deadwyler, S. A. (1988). Long-term potentiation: A debate of current issues. Cambridge, MA.: MIT Press. LeDoux, J. (2004). Emotion and the amygdala. En J. P. Aggleton (Ed.), The amygdala: Neurobiological aspects of emotion, memory and mental dysfunction (pp. 339–351). New York: Wiley-Liss. Lonze, B. E., y Ginty, D. D. (2002). Function and regulation of CREB family transcription factors in the nervous system. Neuron, 35, 605-623. Lorente de Nó, R. (1934). Studies on the structure of the cerebral cortex. I, The area entorhinalis. Journal of Psychology and Neurology, Lpz, 45, 381-438. Lu,Y. F., Kandel, E. R., y Hawkins, R. D. (1999). Nitric oxide signaling contributes to late-phase LTP and CREB phosphorylation in the hippocampus. The Journal of Neuroscience, 19, 10250-10261. Lynch, M. A. (2004). Reviews, 84, 87-136. Long-Term Potentiation and Memory. Physiological Lynch, G., y Baudry, M. (1984). The biochemistry of memory: a new and specific hypothesis. Science, 224, 1057-1063. Maine de Biran, F. P. G. (1929). The influence of habit on the faculty of thinking. Baltimore: Williams y Wilkins. Malen, P. L., Chapman, P. F. (1997). Nitric oxide facilitates long-term potentiation, but not long-term depression. Journal of Neuroscience, 17, 26452651. Malenka, R. C., y Nicoll, R. A. (2003). progress?. Science, 285, 1870-1874. Long-term potentiation- A decade of Malinow, R., y Malenka, R. C. (2002). AMPA receptor trafficking and synaptic plasticity. Annual Review of Neuroscience, 25, 103-125. Manning, M., Bankowski, K., y Sawyer, W. H. (1987). Selective agonist and antagonist of vasopressin. En D. M. Gash y G. J. Boer (Eds.), Vasopressin, principles and properties (pp. 335-368). New York: Plenum Press. 72 Manning, M., y Sawyer, W. H. (1984). Design of selective agonist and antagonist of the neuropeptides, oxytocin and vasopressin. Trends in Neuroscience, 7, 6-9. Marie, H., Morishita, W., Yu X., Calakos, N., y Malenka, R. C. (2005). Generation of silent synapses by acute in vivo expression of CaMKIV and CREB. Neuron, 45, 741-752. Marsh, N., y Marsh, A. (2000). A short history of nitroglycerine and nitric oxide in pharmacology and physiology. Clinical and Experimental Pharmacology and Physiology, 27, 313-319. Martin, S. J., Grinwood, P. D., y Morris, R. G. (2000). Synaptic plasticity and memory: an evaluation of the hypothesis. Annual Review of Neuroscience, 23, 649-711. Mauk, M. D., Garcia, K. S., Medina, J. F., y Steele, P. M. (1998). Does cerebellar LTD mediate motor learning? Toward a resolution without a smoking gun. Neuron, 20, 359-362. McCormick, D. A., Clark, G. A., Lavond, D. G., y Thompson, R. F. (1982). Initial localization of the memory trace for a basic form of learning. Proceedings of the National Academy of Sciences, 79, 2731-2735. McDougall, W. (1923). Outline of psychology. New York: Scribners. McGaugh, J. L. (1989). Involvement of hormonal and neuromodulatory systems in the regulation of memory storage. Annual Review of Neuroscience, 12, 255287. McNay, E. C., y Gold, P. E. (2002). Food for through: fluctuations in brain extracellular glucose provide insight into the mechanism of memory modulation. Behavior and Cognitive Neuroscience Reviews, 1, 264-280. Medina, J. H. e Izquierdo, I. (1995). Retrograde messengers, long-term potentiation and memory processes. Brain Research Reviews, 21, 185-194. Metzger, M. M., y Flint, R. W., (2003). Glucose enhancement of face recognition is unaffected by alterations of face features. Neurobiology of Learning and Memory, 80, 172-175. Meunier, M., Hadfield, W., Bachevalier, J., y Murray, E. A. (1996). Effects of rhinal cortex lesions combined with hippocampectomy on visual recognition memory in reshus monkeys. Journal of Neurophysiology, 75, 1190-1205. 73 Miller, M., Barranda, E. G., Dean, M. C., y Brush, F. R. (1976). Does the rat with hereditary hypothalamic diabetes insipidus have impaired avoidance learning and/or performance?. Pharmacology Biochemistry and Behavior, 5, 35-40. Milner, B., y Penfield, W. (1955). The effect of hippocampal lesions on recent memory. Transactions of American Neurology Association, 80, 42-48. Milner, B., Squire L. R. y Kandel, E. R. (1998). Cognitive neuroscience and the study of memory. Neuron, 20, 445-468. Mizuno, M., Yamada, K., Olariu, A., Nawa, H., y Nabeshima, T. (2000). Involvement of brain-derived neurotrofic factor in spatial memory formation and maintenance in a radial arm maze test in rats. The Journal of Neuroscience, 20, 7116-7121. Mogensen, J., Wortwein, G., Hasman, A., Nielsen, P., y Wang, Q. (1995). Functional and neurochemical profile of place, learning after L-nitro arginine in the rat. Neurobiology of Learning and Memory, 63, 54-65. Moncada, S., Palmer, R. M., y Higgs, E. A. (1991). Nitric oxide: physiology, pathophysiology, and pharmacology. Pharmacological Reviews, 43, 109-142. Monfort, P., Muñoz, M. D., Kosenko, E., y Felipo, V. (2002). Long-term potentiation in hippocampus involves sequential activation of soluble guanylate cyclase, cGMP-dependent protein kinase, and cGMP-degrading phosphodiesterase. The Journal of Neuroscience, 22, 10116-10122. Montero, S., Yarkov, A., Lemus, M., Roces de Álvarez-Buylla, E., y ÁlvarezBuylla, R. (2006). Carotid chemoreceptor reflex modulation by argininevasopressin microinjected into the nucleos tractus solitarius in rats. Archives of Medical Research, 37, 709-716 Morel, A., O'Carroll, A. M., Brownstein, M. J., y Lolait, S. J. (1992). Molecular cloning and expression of a rat V1a arginine vasopressin receptor. Nature, 356, 523-526. Morris, J. F., Chapman, D. B., y Sokol, H. W. (1987). Anatomy and function of the classic vasopressin-secreting hypothalamus-neurohypophysial system. En D. M. Gash y G. J. Boer (Eds.), Vasopressin, principles and properties (pp. 5). New York: Plenum Press. Morris, R. G., Schenk, F., Tweedie, F., y Jarrard, L.E. (1990). Ibotenate lesions of hippocampus and/or subiculum: dissociating components of allocentric spatial learning. European Journal of Neuroscience, 2, 1016-1028. 74 Müller, U. (1996). Inhibition of nitric oxide synthase impairs a distinct form of long-term memory in the honeybee, Apis mellifera. Neuron,16, 541–549. Müller, U. (2000). Prolonged activation of cAMP-dependent protein kinase during conditioning induces long-term memory in honeybees. Neuron, 27, 159-168. Murad, F., Mittal, C. K., y Arnold, W. P. (1978). Guanylate cyclase: activation by azide, nitro compounds, nitric oxide, and hydroxyl radical and inhibition by hemoglobin and myoglobin. Advances in Cyclic Nucleotide Research, 9,145158. Murray, E. A., y Wise, P. S. (2004). What, if anything, is the medial temporal lobe, and how can the amygdale be part of it if there is no such thing?. Neurobiology of Learning and Memory, 82, 178-198. Nagao, S., Kitazawa, H., Osanai, R., y Hiramatsu, T. (1997). Acute effects of tetrahydrobiopterin on the dynamic characteristics and adaptability of vestibuloocular reflex in normal and flocculus lesioned rabbits. Neuroscience Letters, 231, 41–44. Nandagopal, K., Dawson, T. M., y Dawson, V. L. (2001). Critical role for nitric oxide signaling in cardiac and neuronal ischemic preconditioning and tolerance. Journal of Pharmacology and Experimental Therapeutics, 297, 474-478. Nelson, R. J. (1997). The use of genetic “knock out” mice in behavioral endocrinology research. Hormones and Behavior, 31, 188-196. Nelson, R.J., Kriegsfeld, L.J., Dawson, V.L., y Dawson T.M. (1997). Effects of nitric oxide on neuroendocrine function and behavior. Frontiers in neuroendocrinology, 18, 463-491. Nelson, R. J., y Young, K. A., (1998). Behavioral effects of targeted disruption of specific genes. Neuroscience and Biobehavioral Reviews, 22, 453-462. North, W. G. (1987). Biosynthesis of vasopressin and neurophysins. En D. M. Gash y G. J. Boer (Eds.), Vasopressin, principles and properties (pp. 177). New York: Plenum Press. O’Dell, T. J., Hawkins, R. D., Kandel, E. R., y Arancio, O. (1991). Tests of the roles of two diffusible substances in long-term potentiation: evidence for nitric oxide as a possible early retrograde messenger. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 88, 11285-11289. Okada, D. (1992). Two pathways of cyclic GMP production through glutamate receptor-mediated nitric oxide synthesis. Journal of Neurochemistry, 59, 12031210. 75 O’Keefe, J., y Nadel, L. (1978). The Hippocampus as a Cognitive Map. London: Oxford University Press Orr, W. B., y Berger, T. W. (1985). Hippocampectomy disrupts the topography of conditioned nictitating membrane responses during reversal learning. Behavioral Neuroscience, 99, 35-45. Packard, M. G., Hirsh, R., y White, N.M. (1989). Differential effects of fornix and caudate nucleus lesions on two radial maze tasks: evidence for multiple memory systems. Journal of Neuroscience, 9, 1465-1472. Park, J. H., Straub, V. A., y O’Shea, M. (1998). Anterograde signaling by nitric oxide: characterization and in vitro reconstitution of an identified nitriergic synapse. Journal of Neuroscience, 18, 5463-5476. Pavlov, I. P. (1927). Conditioned reflexes: An investigation of the physiological activity of the cerebral cortex. London: Oxford University Press. Pavlov, I. P. (1928). Lectures on conditioned reflexes (pp. 414). New York International. Plech, A., Klimkiewicz, T., y Maksym, B., (2003). Effect of L-Arg on memory in rats. Polish Journal of Pharmachology, 55, 897-992. Quirk, M. C., Blum, K. L., y Wilson, M. A. (2001). Experience-dependent changes in extracellular spike amplitude may reflect regulation of dendritic actionpotential back-propagation in rat hippocampal pyramidal cells. Journal of Neuroscience, 21, 240-248. Prast, H, y Philippu, A. (2001). Nitric oxide as modulator of neuronal function. Progress in Neurobiology, 64, 51-68. Ramanan, N., Shen, Y., Sarsfield, S., Lemberger, T., Schutz, G., Linden, D. J., y Ginty, D. D. (2005). SRF mediates activity-induced gene expression and synaptic plasticity but not neuronal viability. Nature Neuroscience, 8, 759-767. Ramon y Cajal, S. (1991). Cajal´s degeneration and regeneration of the nervous system. New York: University Press Rehunandanan, V., Rehunandanan, R., y Mahajan, K. K. (1998). Arginine vasopressin as a neurotransmitter in brain. Indian Journal of Experimental Biology, 36, 635-643 76 Reijmers, L. G., van Ree, J. M., Sprujit, B. M., Burbach, J. P., y De Wied, D. (1998). Vasopressin metabolities: a link between vasopressin and memory?. Progress in Brain Research, 119, 523-535 Reiser, G. (1990a). Mechanism of stimulation of cyclic-GMP level in a neuronal cell line mediated by serotonin (5-HT3) receptors. Involvement of nitric oxide, arachidonic acid metabolism and cytosolic Ca++. European Journal of Biochemistry, 189, 547-552. Reiser, G. (1990b). Endothelin and Ca++ ionophore raise cyclic GMP levels in a neuronal cell line via formation of nitric oxide. British Journal of Pharmacology, 101, 722-726. Rickard, N. S., Ng, K. T., y Gibbs, M. E. (1998). Further support for nitric oxide– dependent memory processing in the day-old chick. Neurobiology of Learning and Memory, 69, 79-86. Ring, R. H., (2005). The central vasopressinergic system: Examining the opportunities for psychiatric drug development. Current Pharmaceutical Design, 11, 205-225. Robertson, J. D., Bonaventura, J., y Kohm, A. P. (1994). Nitric oxide is required for tactile learning in Octopus vulgaris. Proceedings of the Royal Society of London. Series B, Biological Science, 256, 269-273. Roces de Alvarez-Buylla, E. (1961). Conditioned Reflex wich reproduces the hypoglycemic effect of insulin in spinal animals. Acta Physiológica Latinoamericana, 11, 109-112 Rojas, J. G., y Eguibar, J. R. (2001). Elementos, 41, 49-54. Pavlov y los reflejos condicionados. Rosenblueth, A. (1970). Mente y cerebro. El método científico. México: Siglo XXI Editores. Rosenthal, W., Seibold, A., Antaramian, A., Lonergan, M., Arthus, M. F., y Hendy, G. N. (1992). Molecular identification of the gene responsible for congenital nephrogenic diabetes insipidus. Nature; 359, 233-235. Rudomín, P. (1957). Glucosuria condicionada: Sobre el control nervioso de la reabsorción tubular de la glucosa. Acta Physiológica Latinoamericana, 7, 124140. Saar, D., Grossman, Y., y Barkai, E. (1998). Reduced after-hyperpolarization in rat piriform cortex pyramidal neurons is associated with increased learning capability during operant conditioning. . European Journal of Neuroscience, 10, 1518-1523. 77 Sahgal, A. (1984). A critique of a vasopressin-memory-hypothesis. Psychopharmacology, 83, 215-228. Salinas, J. A., y Gold, P. E. (2005). Glucose regulation of memory for reward reduction in young and aged rats. Neurobiology of Aging, 26, 45-52. Schafe, G. E., Nader, K., Blair, H. T., y LeDoux, J. E. (2001). Memory consolidation of Pavlovian fear conditioning: a cellular and molecular perspective. Trends in Neurosciences, 24, 540-545. Schmale, H., y Richter, D. (1984). Single base deletion in the vasopressin gene is the cause of the diabetes insipidus in Bratteboro rats. Nature (Lond.), 308, 705-709. Schuman, E. M., y Madison, D. V. (1991a). A requirement for the intercellular messenger nitric oxide in long-term potentiation. Science, 254, 1503-1506. Schuman, E. M., y Madison, D. V. (1991b). An inhibitor of nitric oxide synthase prevents long-term potentiation (LTP). Abstracts - Society for Neuroscience, 17, 2. Schuman, E. M., y Madison, D. V. (1993). Locally distributed synaptic potentiation in the hippocampus. Science, 263, 532-536. Schuman, E. M., y Madison, D. V. (1994). Nitric oxide and synaptic function. Annual Review of Neuroscience, 17,153-183. Schwartz, W. J., y Reppert, S. M. (1985). Neural regulation of the circadian vasopressin rhythm in cerebroespinal fluid: A pre-eminent role for the suprachiasmatic nuclei. Journal of Neuroscience, 5, 2771-2778. Scoville, W. B., y Milner, B. (1957). Loss of recent memory after bilateral hippocampal lesions. Journal of neurology, neurosurgery, and psychiatry, 20, 11-21. Seri, B., García-Verdugo, J. M., McEwen, B. S., y Álvarez-Buylla, A. (2001). Astrocytes give rise to new neurons in the adult mammalian hippocampus. The Journal of Neuroscience, 21, 7153-7160. Sherrinegton, C.S. (1906). The Integrative Action of the Nervous System. New Haven: Yale University Press. Shors, T. J., Matzel, L. D. (1997). Long-term potentiation: what’s learning got to do with it?. Behavioral and Brain Science, 20, 597-614. 78 Shors, T. J., Meisegaes, G., Beylin, A., Zhao, M., y Rydel, T. G. E. (2001). Neurogenesis in the adult is involved in the formation of trace memories. Nature, 410, 372-376. Sjöstrom, P. J., y Nelson, S. B. (2002). Spike timing, calcium signals and synaptic plasticity. Current opinion in Neurobiology, 12, 305-314. Smith, S. L., Otis, T. S. (2003). Persistent changes in spontaneous firing of Purkinje neurons triggered by the nitric oxide signaling cascade. Journal of Neuroscience, 23, 367-372. Sofroniew, M. V. (1983). Morphology of vasopressin and oxytocin neurones and their central and vascular projections. Progress in Brain Research, 60, 101-114. Spitzer, N. C. (1999). Neuroscience, 2, 489-491. New dimensions of neural plasticity. Nature Squire, L. R. (1992). Memory and the hippocampus: a synthesis from findings with rats, monkeys, and humans. Psychology. Reviews, 99, 195-231. Squire, L. R. (2004). Memory systems of the brain: A brief history and current perspective. Neurobiology of Learning and Memory, 82, 171-177. Squire, L. R., y Zola-Morgan, S. (1983). The neurobiology of memory: The case for correspondence between the findings for human and nonhuman primate. En J. A. Deusch (Ed.), The physiological basis of memory (pp. 199-268). New York: Academic Press. Stanton, P. C., Winterer, J., Bailey, C. P., Kyrosis, A., Raginov, I., Laube, G., Veh, R. W., Nguyen, C. Q., y Müller, W. (2003). Long-term depression of presynaptic release from the readily releasable vesicle pool induced by NMDA receptor-dependent retrograde nitric oxide. Journal of Neuroscience, 23, 59365944. Stevens, C. F., Tonegawa, S., y Wang, Y. (1994). The role of calciumcalmodulin kinase II in three forms of synaptic plasticity. Current Biology, 4, 687693. Stürmer, E. (1968). Bioassay procedures for neurohypophysial hormones and similar polypeptides. En B. Berde (Ed.). Handbook of experimental pharmacology, Vol. 23 (pp. 130-189), Berlin: Springer-Verlag. Sugimoto, T., Saito, M., Mochizuki, S., Watanabe, Y., Hashimoto, S., y Kawashima, H. (1994). Molecular cloning and functional expression of a cDNA encoding the human V1b vasopressin receptor. The Journal of biological chemistry, 269, 27088-27092. 79 Susswein, A. J., Katzoff A., Millar N., y Hurwitz I. (2004). memory. Neuroscientist, 10, 153-162. Nitric oxide and Swanson, L. W., y Sawchenko, P. E. (1980). Paraventricular nucleus: a site for the integration of neuroendocrine and autonomic mechanisms. Neuroendocrinology, 31, 410-417. Swanson, L. W., y Sawchenko, P. E. (1983). Hypothalamic integration: organization of paraventricular and supraoptic nuclei. Annual Review of Neuroscience, 6, 269-324. Taupin, P. (2006). Adult neurogenesis in mammals. Molecular Therapeutics, 8, 345-351. Current Opinion in Thatcher, G. R., Bennett, B. M. and Reynolds, J. N. (2006). NO chimeras as therapeutic agents in Alzheimer´s disease. Current Alzheimer Research, 3, 237245. Theodosis, D. T., Legendre, P., Vincent, J. D., y Cooke, I. (1983). Immunocytochemically identified vasopressin neurons in culture show slow, calcium-dependent electrical responses. Science, 221, 1052-1054. Thompson, R., y Kim, J. (1996). Memory systems in the brain and localization of a memory. Neuroscience, 93, 13483-13444. Tobin, J. R., Gorman, L. K., Baxter, M. G., y Traystman, R. J. (1995). Nitric oxide synthase inhibition does not impair visual or spatial discrimination learning. Brain Research, 694, 177–182. Tolman, E. C. (1948). Cognitive maps in rats and man. Psychological Review, 55, 189–208. Tonegawa, S. (1994). Gene targeting: A new approach for the analysis of mammalian memory and learning. Progress in Clinical Biology Research, 390, 5-18. Toni, N., Buchs, P. A., Nikonenko, I., Bron, C. R., y Muller, D. (1999). LTP promotes formation of multiple spine synapses between a single axon terminal and a dendrite. Nature, 402, 421-425. Tribollet, E., Raufaste, D., Maffrand, J., y Serradeil-Le Gal, C. (1999). Binding of the non-peptide vasopressin V1a receptor antagonist SR-49059 in the rat brain: an in vitro and in vivo autoradiographic study. Neuroendocrinology, 69, 113-120. Valtin, H., y Schroeder, H. A. (1964). Familial hypothalamic diabetes insipidus in rats. Nature (Lond.), 196, 1109-1110. 80 Valtschanoff, J. G., Weinberg, R. J., y Kharazia, V. N. (1993). Neurons in the rat hippocampus that synthesize nitric oxide. The Journal of comparative neurology, 330,1-11. van Wimersma Greidanus, T. B., Dogterom, J., y de Wied, D. (1975). Intraventricular administration of anti-vasopressin serum inhibits. Life Science, 16, 637-643. Wang, J. H., y Kelly, P. (1995). Postsynaptic injection of Ca2+/CaM induces synaptic potentiation requiring CaM-KII and PKC activity. Neuron, 15, 443-452. Woods, S. C., (1983). Conditioned hypoglycemia and conditioned insulin secretion. En: A. J. Szabo (Ed.), CNS regulation of carbohydrate metabolism. New York: Acad. Press. Winder, D. G., Mansuy, I. M., Osman, M., Moallen, T. M., y Kandel, E. R. (1998). Genetic and pharmacological evidence of a novel, intermediate phase of longterm potentiation suppressed by calcineurin. Cell, 92, 25-37. Yarkov, A., Montero, S., Lemus, M., Roces de Álvarez-Buylla, E., y ÁlvarezBuylla, A. (2001). Arginine-vasopressin in nucleus of the tractus solitarius induces hyperglycemia and brain glucose retention. Brain Research, 902, 212222. Yoshi, N., Pruvot, P., y Gastaut, H. (1957). Electrographic activity of the mesencephalic reticular formation during conditioning in the cat. Electroencephalography and clinical neurophysiology. Supplement, 9, 595-608. Zalutsky, R. A., y Nicoll, R. A. (1990). Comparison of two forms of long-term potentiation in singlen hippocampal neurons. Science, 248, 1619-1624 Zola, S. M., Squire, L. R., Teng, E., Stefanacci, L., Buffalo, E. A., y Clark, R. E. (2000). Impaired recognition memory in monkeys after damage limited to the hippocampal region. Journal of Neuroscience, 20, 451-463.