LA CRISIS HA ACELERADO LA INTEGRACION
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LA CRISIS HA ACELERADO LA INTEGRACION
L A CRISIS H A A CELER A DO L A INTEGR ACION EUROPEA Víctor Pou, Profesor del IESE De un tiempo a esta parte abundan las críticas a la Unión Europea (UE) y los titulares de muchos de medios de comunicación se refieren con frecuencia a la gran crisis de Europa o al desconcierto europeo. Es importante entender que las crisis forman parte del proceso de integración europea desde sus inicios. Jean Monnet, gran inspirador del proceso, acostumbraba a decir que la unión de los pueblos de Europa se alcanzará “a golpes de crisis “o a través de la “progresiva superación de las crisis “. Desde el inicio del proceso después de la Segunda Guerra Mundial, la construcción europea ha tenido siempre un carácter ondulante y se han ido sucediendo los períodos de “eurooptimismo “y de europesimismo”. El primer gran período inicial de eurooptimismo duró tres décadas (“los treinta años gloriosos “ ), vio nacer la unión europea y el mercado común, y terminó en 1973 con la crisis del petróleo. La segunda y tercera etapas de eurooptimismo culminaron con la creación del mercado interior único en 1992 y con la adopción de la Unión Económica y Monetaria (UE M) en 1999. En los años a caballo del cambio de siglo, el ambiente en la UE era de gran euforia fundamentalmente por cuatro motivos: nacimiento del euro, éxito de las nuevas ampliaciones especialmente hacia países del este después de la caída de la URSS, proyecto de un ambicioso tratado constitucional y calendario para la consecución en diez años de la economía más competitiva, justa y sostenible del mundo (Agenda de Lisboa 2000-2010). Pero la nueva crisis estaba a la puerta de la esquina. Por una parte, fracaso del tratado constitucional en 2005 debido a su rechazo en referéndum en Francia y Países Bajos y, por otra, llegada con toda su virulencia de la crisis financiera internacional en 2008 y de la crisis de la deuda soberana de la UE (crisis del euro) en 2010. Todavía no nos hemos recuperado del gran choque de aquel conjunto de crisis que han sido políticas y económicas, pero también institucionales y de relato. Entre 2010 y 2012 el euro estuvo a punto de desaparecer, amenazando la misma continuidad de todo el proyecto europeo, porque la UE M no se había dotado desde un principio con los instrumentos necesarios para hacer frente a una crisis monetaria como la que se estaba viviendo. La situación empezó a cambiar a partir de 2012 gracias especialmente a aquellas famosas declaraciones del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi: “estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para sostener el euro y créanme que eso será suficiente “. Desde entonces hasta hoy, gracias precisamente a la dureza de la crisis, la UE ha dado grandes pasos hacia adelante en términos de gobernanza económica y financiera. La unión bancaria en ciernes es el fruto principal de la lucha contra la crisis del euro. A juicio de muchos analistas, se trata del mayor avance del proceso de construcción europea en décadas. Hay que reconocer que se han cumplido, una vez más, las previsiones de Jean Monnet: la última crisis ha acelerado el proceso de integración. El proceso de integración que apunta, en último término, a una unión política es fundamental para nuestro continente, no tiene alternativa válida y es nuestra gran esperanza. Contrariamente a lo que algunos piensan , la velocidad de integración europea es superior a la de Estados Unidos , que necesitó bastante más de un siglo y una guerra civil por medio. En Europa la guerra civil es anterior al nacimiento del proceso en forma de dos guerras mundiales. Por ello, una de cuyas características fundacionales del proceso es la renuncia para siempre a la guerra, así como la consolidación de la paz y de la prosperidad. Más integración y , sobre todo, capacidad de superación de futuras crisis siguen siendo objetivos permanentes para una Europa que avanza hacia su unión plena.