de MEXICO - Salud Pública de México
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SALUD PUBLICA de MEXICO E p oe A V. V OLU M E N X 1X, N o 2. ÚM E • MAR Z o - A B R1 L DE 1977 La difusión de información sobre la salud: lo que los merolicos nos pueden enseñar JOSEPH J. i I EN México, como en muchos otros países en vías de desarrollo, gran parte de la población continúa acudiendo a las fuentes tradicionales de información y servicios de salud, tales como curanderos, brujos, espiritistas y herbolarios, sin faltar los merolicos, o sea los que se dedican a vender medicinas empíricas de dudosa eficacia en los mercados ,.públicos. . Las autoridades sobre la materia (Kosa y Robertson, 1969; Levr:in y Taube, 1970; Lewis, 1961, 1974; Liu y Duff, 1972; Mechanic, 1969; Rogers y Svenníng, 1969) escribiendo acerca de las experiencias en México y en otros países en vías de desarrollo, concuerdan en que los factores que contribuyen a esta situación son, entre otros, la diSltancia física que media entre ellos y el acceso a facilidades y servicios de salud, su pobreza y una preferencia de la clase humilde. por la comunicación interpersonal dentro de un medio que les es ya conocido. Uno de los más agudos problemas de México en la actualidad es la difusíén de información sobre la salud, y de ese problema uno de los aspectos más * Departamento de Sociología y Antropología. Universidad de West Virginia, Morgantown, West Virginia. J RICHARD §IMONI, A. BALL, PH. PH. D. D. * * difíciles sido la identificación de canales de comunicació¡!l que sean no solamente efectivos para hacerles IVegar todo lo concerniente a la salud, sino también p!lra la adopción de prácticas de salud basadas en !m comprendimiento conforme van siendo adquiridasl. Algunos de los medios más obvios han resultado tle poco valor, mientras que otros como las parteras, por ejemplo, a las que en un principio I se les denigraba y calificaba denunciando sus prácticas comé "indebidas", a la postre han resultado ser útiles. I El objeto del presente artículo es el de enfocarnos hacia otd fuente de información sobre la misma 'materia que también era vista como negativa, o .sea el merolíco: y apuntar que ciertas estrategias . .que él mismo emplea para influir pueden ser adap, tadas a 14s necesidades de comunicación que conllevan los! programas de salud en México. Estas sugerencias están basadas sobre datos recogidos I durante un intensivo estudio de los merolicos y su clientela. I Toda la información que aquí presentamos fue recogida ~n 1974. Se observó a los merolicos operar en tres diferentes estados de' México (Oaxaca, Mi- 273 choacán y México), así como en el Distrito Federal. Se grabaron sus propios accesos de venta hacia el público, así como entrevistas con su respectiva clientela. Los mismos merolicos sírvíeron también como fuentes de información. El muestreo final de los clientes se compuso de 31 hombres y 69 mujeres, siendo de ese total 54 personas mayores ,de 45 años de edad. 51 habitaban en áreas rurales y los 49 restantes en pequeños poblados. El nivel educacional de ellos era bajo, pues de hecho 79 habían cursado tres años o menos, y sólo tres habían ído más allá de la escuela primaria. Ante estos datos y otras observaciones complementarias de carácter habítacional, se colíge que la clientela de los merolicos se halla casi exclusivamente entre la clase necesitada. Los merolicos son personajes muy pintorescos, con el don de la locuacidad y de la imaginación, y • experimentados en el uso de los sinónimos. Sus productos cubren la gama que va desde los estimulantes de la virilidad hasta los jarabes que todo lo curan, pasando por la pomada para los callos. Sírven de inspiración para el cómico, y es a la vez fascinante y divertido escucharles charlotear con su Cuadro ritmo característico, empleando un idioma que es mezcla' áe términos técnicos y populares. Pero en todo esto existe también el lado serio. Aunque todas las medicinas adquiridas por los clientes entrevistados durante la investigación eran de poco valor curativo, como lo admitieron los propios merolicos, 78 de 100 informantes dijeron que las mismas habían sido efectivas (11 creían que no lo eran y otros 11 se encontraban indecisos). Ochenta y siete de los entrevistados dijeron tener confianza en los merolicos, 57 de esos porque los habían curado; 17 porque hablaban con la verdad; seis porque los merolicos se expresaban con claridad, y siete porque las medicinas no eran costosas. Contrariamente a la estereotipada y errónea interpretación que hemos encontrado, nuestro acervo de datos revela que la conducta del cliente del merolico no es la de experimentar sólo una vez por mera curiosidad. Del muestreo de 100 entrevistados se llegó al conocimiento de que 81 habían comprado medicinas al merolico más de una vez, y una tercera. parle lo había hecho 10 o más veces. A mayor abundamiento, la información recogida arroja considerable confianza en el merolico y creencia 1 Q . CLASIFICACION DE DIEZ FUENTES DE.INFORMACION POR 100 CLIENTES DE MEROLICOS Merolicos Competencia Saben de salud Educados Inteligentes Vel'osimilítud Honestos Les pueden preguntar con confianza Responsables Utilidad de servicios Ayudan Dan información importante Explican bien -Curan Accesibles Dan atención Similitud Piensan como usted Clasificaciones mixtas Médicos En/ermeras 1 1 1 1 3 3 3 4 3 4 2 5 4 3 2 1 2 2 1 4 3 3 6 4 5 4 5 5 1 1 1 3 1 4 2 2 1 5 1 6 1 7 7 3 '-. Farma- céuticos Parteras 2 2 4 8 10 5 10 , 9 9 10 3 6 6 5 9 4 7 2 5 4 5 7 2 4 3 5 5 4 2 ·4 2 2 4 4 2 3 3 6 6 3 8 9 5 5 5 3 3 7 Vecinos 10 10 9 Familia 9 8 8 8 1 1 10 10 10 10 1 5> 10 10 8 9 10 9 9 10 9 8 6 5 1 3 6 1 1 4 Radio T.V. Periódico 7 6 7 7 7 9 10 6 9 6 6 8 8 7 6 7 7 8 8 9 9 9 4 8 8 6 3 7 8 7 6 6 6 7 6 9 7 9 8 8 8 4 10 10 8 10 10 8 3 (, 2 2 6 ~ 't "e 2 274 ~ -e ~ SALUD PÚBLICA DE MÉXICO ~- en su utilidad. De todas las fuentes de informaciÓn , sobre salud de que disponían los clientes, incluyendo médicos, enfermeras, farmacéuticos, parteras, vecinos, familiares, radio, televisión y publicaciones periódicas, el merolico se-encontraba a la cabeza de todas ellas en cuanto a verosimilitud; y solamente los miembros de la familia eran considerados como más "honestos". El merolico quedaba sólo en segundo lugar a la familia como alguien que "ayuda", y un poco más abajo de los médicos y enfermeras como alguien que "cura". Aunque los médicos, farmacéuticos y enfermeras iban a la cabeza de aquellos que prestan atención, el merolico ocupaba el primer lugar como alguien que "proporciona informaoión importante", "explica bien y es "accesible". El médico quedaba el? cuarto, quinto' y sexto, .respectivamente, sobre estos últimos aspectos. En términos de similaridad como alguien que "piensa como tú", quedaba en segundo lugar después de la familia, el médico en séptimo y la enfermera en quinto. Es importante examinar de cerca los trucos de comunicación por ser esta la clave para la aceptación del merolico como vendedor. Un análisis del contenido revela que existen seis grandes categorías de comunicación. La primera (Categoría 1) en la que el merolíco .llama la atención hacia tipos de gente que tienen los mismos problemas de salud entre sí. Usualmente, ello íncluye mujeres 'embarazadas o que están criando, gente que no entíende las enfermedades, gente con parásitos o problemas renales, los que no usan calzado y contraen lombrices,' los que no tíenen fácil acceso al agua para asearse, las que sufren de mala rrutrdcíón, los que padecen de "susto" y, por último, las gentes que íngieren demasiada aspirina, Novarína o Alka-Seltzer. Esta lista suele abarcar a casi todo el mundo que' les escucha. En la siguiente categoría, la 2, hay una descripción vívida del curso que llevan las enfermedades, acompañada f.recuentemente de ,cartas anatómicas, botellas llenas de lombrices del tipo solitaria, y fotografías de niños malformados. Sigue la categoría 3, la descripción del remedio para esos males: el merolíco mismo .. Se explota la credibilidad a través de referencia a los médicos y el uso de la frase "como el doctor dice ... "; o bien diciendo que aprendieron medicina de los expertos, y haciéndose pasar, con frecuencia, como representantes del laboratorio que se supone elaboró la medicina. Intentan también la identificación con Dios por el 000 frecuente de frases tales como "en nombre del Señor ... ". Aparentan cierto aire de cosmopolitanísmo mediante referencias a supuesto trato I con gente c¡Ieotros pueblos o ciudades, y despliegan merla habítídad en las artes tales como el ventríI loquismo. En ocasiones despliegan cierto método populachero de identificarse con otro mexicano que comprende; los problemas personales de quienes le escuchan. Por último, despliegan toda clase de credenciales, incluyendo licencias o permisos "validados" para 'trabajaT. I .El truco de comunicación para vender ínchiírá también una descripción del producto (Categoría .5) aleg.andoq!ue la medicina se anuncia en la radio, que provieilede plantas o hierbas medicinales, que tiene valor: nutritivo amén del poder curativo, y que todas sus cualidades no han sido aún apreciadas' por el munldo de la medicina .establecida. A menudo las cu!llidades de la medicina' conllevan la "prueba dJ, la sangre". El auditorio escuchará almerolíco d~cir que ellos mismos pueden cerciorarse del poder curativo de la medicina examinando la cantidad de parásitos muertos en la excreta. El merolico recurrirá a la prueba de la medicina por parte ~Ie él mismo y permitirá a los compradores que' ~~scOjanla botella o paquete que más les agrade, a f:in de que nadie sospeche de una superchería. : La quinta categoría de comunicación consiste en relatar detAlles de solución de problemas, inclusive 1 haciendo él lfasis en que no es necesarío guardar dieta algun!l durante el tiempo que se esté tomando la medicina: que ésta es para tomarse oralmente en vez de ~ser inyectada, que tratar de obtener la medicinaen 'algún otro lugar sería difícil, que el periodo curativo será relativamente corto, que se vende a base de promoción y no con el fin de lucrar con ella y, por Último, que está garantizada. La sexta categoría requiere del auditorio la necesidad -del saber y aprender. Hay un constante énfasis sobr¡e la necesidad de ver, saber y aprender, por parte de quienes le escuchan. Hay una cuidadosa demostración de cómo preparar la cura, una explicación ¡ acerca de las dosis, y otra sobre la manera de cómoactúa la cura en el cuerpo humano. De paso ptlede haber también una explicación detallada acérca de la especialización en el arte empleado p~orel propio merolico (por ejemplo ventriloquismo) al principio de su charla para atraer y retener a su auditorio. Como Menzel (1960) ha señalado,. la adopción de una conducta encaminada hacia el cuidado de la salud depende de factores de comunicabilidad, riesgo y persuasió1n que llegue a una categoría específica I social. Lasl comunicaciones entre los merolicos y sus clientes tienen lugar dentro del marco estableI I I ; - 275 cido de los mercados públicos, y tienden a la identificación personal. Estos factores, unidos a la relativa "creabílídad", "utilidad" y "similaridad" percibida que los clientes atribuyen a los merolicos, realza la comunicabilidad y facilita su aceptación. La manera con que el rnerolíco maneja el factor riesgo es particularmente efectiva. Existen índícíos de que el pobre está más predispuesto a aceptar estrategias que tiendan a reducir riesgos que aquellas que puedan aumentar ventajas, especialmente . bajo condiciones de angustia (Ball, 1968). Por ejemplo, obtener menos de lo que hubiera de desearse pero a bajo costo, es más de preferirse al obtener el mejor tratamiento, pero a un costo que no se puede pagar; especialmente cuando no existe garantía de buen éxitopor parte de uno u otro. El truco de comunicación para vender consiste en enfatizar' el mínimo de riesgos, corno el "hecho" de que no es necesario el cambio de hábitos de alimentación; no hay riesgo de sufrir inconveniencias; no existe el riesgo de dolor físico, los periodos curativosserán cortos. (No hay temor al riesgo de desgaste emoeíonal.) El producto puede obtenerse a bajo precio y con garantía, por tratarse de una campaña de promoción. (No hay riesgo económico.) En cuanto a la penetración de su atractivo, es evidente que el truco para vender tíende a hacerse de la atracción del auditorio; en parte porque se \ establece la liga entre los problemas de la salud y la pobreza, misma que no enfatizan ni los medios masivos ni las autoridades. Hay también una conciencia de la ansiedad resultante entre el conocimiento inadecuado de los cuidados de la salud y las fuerzas también inadecuadas para obtenerlo. Katz y otros (1973) ponen de manifiesto hasta qué punto los medios masivos son incapaces para enfrentarse a los problemas personales como éste, y la inmensa importancia del contacto personal en tales casos. El merolico proporciona precisamente este contacto, y en apariencia ofrece una solución al doble problema del conocimiento y de los recursos. Nuestra hipótesis es que el truco de venta satisface hasta cielito punto el deseo personal de saber algo acerca de los problemas inherentes a la salud, y aprender algo mediante el contacto personal y el uso de' medios visuales de observación. Esto indica por qué las explicaciones del merolico son más exitosas cuando las ilustra con cartas anatómicas y otcos medios de educación visual. Arenberg y Neihoff (1971:93) hacen hincapié en el valor comunicativo de las demostraciones de la siguiente manera: "El aldeano de todo el mundo, como el pobre de 276 las grandes urbes, es gente pragmática. En verdad han tenido que serIo para sobrevivir. Sin embargo, el meollo sólido del pragmatismo estriba en el escepticismo. La persona que es práctica tíene que ver resultados antes de creer en el valor de algo. Esta es la base para la demostración o la técnica de exhibir de un modo pragmático las ventajas de una nueva idea o práctica. Es la comunicación más directa posible." El merolico, por tanto, exhibe una extrema sensibilidad hacia las condiciones sicológicas de su auditorio. Se presenta como un eslabón hacia la me: , dicina científica y enfatiza la necesidad de aprender y saber acerca de las enfermedades. A mayor abundamíento, los artículos que vende ouestan relativamente poco comparados con los medicamentos "científicos" que provienen de otras fuentes' (médicos, farmacéuticos). Al explotar la tendencia social sicológica de sus clientes en potencia, el merolico se convíerte en' una variante crucial y necesaria entre el problema percibido y su acción correlativa. En otras palabras, un "gatillo" (Rosenstock, 1969:178) de comportamiento en la salud, TIEMPO Como S~ ha indicado más arriba, la penetración del atractivo del merolico depende, hasta un grado importante, de la actitud sicológica de su cliente en potencia. El fijarnos en la dimensión del tiempo plantea el hecho de que la buena voluntad no es necesariamente una constante, y que las diversas fuentes de información sobre el cuidado de la salud e influencia pueden variar en sus resultados, dependiendo del tiempo en que tales informaciones hayan sido introducidas. Afortunadamente para todos aquellos que s~ interesan por .la introducción de nuevas ideas sobre el cuidado de la salud, la investigación más reciente indica que los pobres de la América Latina atraviesan por una etapa de cambio gradual de preferencia hacia la medicina científica, apartándose de aquella de carácter popular (Schendel, 1968; Rivera, 1973). Estos resultados tienen sentido a la luz de otra investigación que indica que los medios masivos en áreas en vías de desarrollo, han servido para crear un clima favorable a la difusión de lo nuevo (Rogers y Shoemaker, 1971), en este caso la aceptación de la medicina científica. Al llegar .a este punto, el' merolico parece representar un puente. Tanto sus ligas hacia los patrones tradicionales de asociación y comunicación, como su coyuntura con lo que se concibe SALUD PÚBLICA como productos "científicos", son de valor inestimable y pone de manifiesto su buen éxito como agente de difusión. CANAL DE COMUNICACION Es obvio que la comunicación es el factor clave para la efeotividad del merolíco, y debemos fijarnos más detenidamente en la naturaleza del canal de comunicación. Los merolicos proporcionan al mexicano pobre, sea rural o urbano, información sobre la salud y cuidado de la misma que rara vez les llega proveniente de los profesionales de salud. Durante el presente estudio se observó cómo los merolicos se comunicaban con no menos de 200 gentes, de las cuales 70 compraron algo en un periodo de 2 a 2% horas. De hecho se observó que aun aquellos que estaban relativamente menos preparados y pulidos en la presentación de sus productos, tuvieron buen éxito en términos de ventas. Los merolicos constítuyen elementos de sistemas laicos de la salud, y. su prestigio depende del peso que tengan de reputación en la comunidad local de que se trate. Estos merolicos han llegado a ser un grupo ínstítucío. nalizado dentro de la sociedad mexicana. Estas funciones manifiestas y status social se hallan discretamente reconocidas por dos grupos de la sociedad: la medicina establecida y el pobre, y ambos controlan la situación sancionando positiva o negativamente. La postura de la primera, al permitir trabajar al merolico, constítuye una sanción positiva, mientras que el exigirles dádiva o el obstaculizarlo periódicamente es una sanción negativa.' El pobre, por otra parte, ejerce su sanción a las funciones del merolico a través de su patrocinio o falta del mismo. Dada su omnipresencia y obvia efectividad, nos sorprende la falta de atención que se da a los merolicos como portadores de información sobre salubridad y como fuentes de cuidado de la salud. Existen tres autoridades sobre la materia, Folk Practices in North Mexico (Prácticas Populares en el Norte de México) (Kelly, 1965), Medicine in Mexico (Medicina en México) (Schendel, 1968), e I1lness and Shamanistic Curing in Zinacantan (Curaciones de Charlatanería en Zinacatán) (Fabrega y Silver, 1973), que ni siquiera hacen mención alguna del merolico. Nuestro estudio de los merolícos se pronuncia por aquellos que están por la identüicación y aplicabilidad de un tipo de canal de comunicación que no es generalmente reconocida en la literatura relativa a esta materia. El merolíco en México representa un medio de comunicación que no puede ser DE MÉXICO clasificado ni como medio masivo ni como fuente ínterpersonal. Como los medios masivos, el merolico alcanza rr1etas más amplias de la población de lo que se podría hacer mediante el sistema de contacto interpersoI~al. Un merolico a mentido se le escuchará comunicáddose con auditorios de 50 a 75 gentes, y como en 1¿)S canales de medios masivos, el merolico r trabaja rápídamente, sobre la base de cierta uniformidad fn su mensaje que llena su función de informar. ¡Sin embargo, y como en el caso de los canales ínterpersonales, el merolico posee la habilidad para' concretar mensajes enderezados hacia un auditorio «leterminado, con la ventaja adicional de poder ser más íntimo. I DISCUSION .¡ Si aceptamos la probabilidad de que la relativa pobreza, clon su consiguiente bajo nivel educacional, continuad privando en un futuro cercano en gran parte de Ila población nacional, debemos enfrentarnos al re\to de cómo realizar runa campaña de información sobre salubridad y del cuidado de la salud ent~e la clase necesitada, tanto rural como urbana. uln patrón de transición es evidente dentro de estos grupos menos privilegiados. La gente busca los benefiJ~ios de la medicina científica, al mismo tiempo qJe continúa o cesa de consultar al practicante de iliedicina empírico. Su preferencia. sin embargo, seJ~á por aquellos que practican la medicina cien!;ífica, pero siempre que su trato sea agradableJ1nente personal y demuestre interés en ver que sus Placientes aprenden algo sobre sus propios problemas de salud. Los merolicos desempeñan ese papel en ¡la sociedad mexicana. Más aún, hemos sabido que las autoridades mexicanas se han valido en el pasado de los merolicos en campañas para diseminar determinados programas de salud.: pero que su empleo ha sido limitado a ciertas condiciones de urgenela. Los da!tos que hemos recogido sugíeren que la comunicación mediante el método del merolíco sería no sólo d¿l agrado del pobre, sino reuníría con eficacia las Iventajasde los medios masivos y de los canales interpersonales de comunicación. Las caraoterístic1as de los medios masivos tenderían a desal'I'olla~ y mante~er ambientes sociales para aceptar nuevas normas de salubridad, mientras que Ías de lo~ segundos proporcionarían el contaoto de persona a Jpersona que en La.práctica se ha visto cómo ihrluyeneh la adopción de disciplinas ínnovatívas en las socied!l.des en vías de desarrollo. El utilizar esta forma de! medios de comunicación local, ayudaría r • I 277 a fortalecer ambos sistemas encaminados hacia las mismas metas. El resultado de nuestros esfuerzos puede llevarnos a diversas deducciones. Una de ellas puede ser la viabilidad "de entrenar personal de salud en el estilo de comunicación empleado por los merolicos. Siendo cierto que existen deficiencias en la forma en que dicho personal se comunica con los grupos menos privilegiados, y como la información que hemos recogido pone de manifiesto la preferencia de éstos por el estilo que emplea el merolíco, parecería lógico que los profesionales de la medicina aprendieran algo de la experiencia de otros que tienen más éxito de comunicación. Por descontado que ahora se sugiere al profesional que se· beneficie del método, más no del contenido. ' Otro corolario implica la reestructuración del merolico como ahora existe a los programas de salud pública relacionados con tópicos tales como enfermedades venéreas, higiene dental e higiene en general (lavado y pelado de la fruta antes de comerla, aseo de las manos). La ventaja de esta última alternativa estriba en que los merolicos son ya elementos institucionalizados dentro de la estructura social, yIa adaptación de su habilidad a los programas de salud necesitaría muy poco o casi ningún cambio en los patrones ya existentes de interacción social. .El merolico está capacitado para desempeñar varios papeles en un progeama de salubridad. Está bien dotado para el de expeditor, que lo mismo funciona como "intérprete" entre los profesionales y la población a servir, que actúa como "negociador", ayudando a su paciente en su interacción con la burocracia, y puede funcionar como "educador" y "ayudante". El merolíco puede ser empleado en la doble capacidad de "transmisor", capaz detransferir conocimientos del hombre de ciencia y del médico al consumidor de programas de salud. En otras palabras, ser eslabón y puente entre estos dos grupos, No deseamos subestimar los problemas que se suscitarían en un intento de emplear al merolico para tales trabajos. Los principios de ética no dejan de ser importantes y hay que enfrentarse a ellos y buscarles una solución. El aspecto político es también muy sensible y hay que manejarlo con gran cuidado. Ciertamente, uno no debe olvidarse de los peligros que esto conlleva, algunos de los cuales son aplicables al empleo de paraprofesionales en general: "Frecuentemente, los profesionales dan por hecho que los no profesionales están identificados con el. pobre y que síenten gran simpatía hacia sus lugares de origen. Aunque esto no deja de ser cierto, poseen también simultáneamente,otrascaracterísticas ... Son especialmente buenos para !funcionar y comunicarse a un nivel informal, Aunque conocen las creencias ocultas del vecindario, no debe colegirse por ello que vayan a mostrarse amistosos, cooperadores o legítimamente 'preocupados'. Más aún, existen diferentes 'tipos' de no profesionales: algunos son sorprendentemente sensatos, otros Jo son mañosos" avorazados y hábiles traficantes, y casi todos están sumamente interesados en su recién adquirida relación con los profesionales" (Miller y Riessman, 1963: 211). Nuestras entrevistas indican que los merolicos mismos están dispuestos a asumir su nuevo papel. Muchos de ellos acarician la idea de poder hacer alguna coneríbucíón a los programas de salud de su patria. Si ahora se encuentran trabajando en la forma en que lo hacen, es porque las oporbunídades para ellos han sido limitadas, y "merolíquear" ha resultado una forma factible de ganarse la vida. Dada su forma de vivir, lo que hacen es aplicar su habilidad a lo que mejor pueden hacer. Poseen capacidad de comunicación, algo que es extremadamente necesario para el desarrollo de programas de salud pública: capacidad que los encargados del bienestar del pobre no pueden dejar de pasar' inadvertida. Simoni, J. J.; Ball, Richard A.: La düusión de información sobre la salud: lo que los merolícos nos pueden enseñar. Sal. Públ. Méx., XIX, N9 2, pág. 273, 1977. ~R E S U M E N Se sugíere que se preste mayor atención a los merolícos y sus estrategias y técnicas de comunicación porque parece que similares estrategias y técnicas podrían emplearse provechosamente en los programas nacionales de salud. En varios estados-de la República Mexicana se 278 observó a los merolícos, se grabaron sus presentaciones y se llevaron a cabo entrevistas con su.elíentela. Los datos recogidos indican que Ias técnicas de comunicación empleadas por ellos son las preferidas de las clases humildes, porque combinan las venta- ~; :;.- SALUD PÚBLICA jas de los medios masivos con la relación más personalizada y, por tanto, la adaptación de los mero- DE MÉXICO i licos a los programas de salud ya existentes, es digna de tomarse en consideración. Simoni, J. J;; Ball, Richard A.: La difusión de información sobre la salud: lo que los merolíeos nos pueden enseñar. (Diffusion on health inf~)l'mation: what hueksters can teach us.) Sal. PúbI. Méx., XIX, N92, ~ág. 273, 1977. SUMMARY It is suggested that more attention be paid to medicine hucksters and the communícatíon stra. tegies and techniques employed by them and that similar strategíes and techníques might be employed as part of community health programe ín developíng societies. In several Mexican states, hucksters were ohserved in action, sales pitches were recorded and I I content ahalyzed, and clients were interviewed. The dJta índícate that communications on fue huckster ~odeI would not only be favored by the poor I but should be especíally effective in combining fue advantages of mass media and interpersonal channels I and theref¡ore that the retooling of already exísting medicine hucksters with public health pitches is worthy of consideration. BIBLIOGRAFI~ KOSA, JOHN y LEoN S. 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