descarga - Dermatología Pediátrica Latinoamericana
Transcripción
descarga - Dermatología Pediátrica Latinoamericana
Dermatología Pediátrica Latinoamericana ISSN 1812 - 903X Volumen 04 Número 3 SETIEMBRE -DICIEMBRE 2006 ÓRGANO OFICIAL DE LA SOCIEDAD LATINOAMERICANA DE DERMATOLOGÍA PEDIÁTRICA C O N T E N I D O IN MEMORIAN Ramón Ruíz-Maldonado ........................................................... 167 ARTÍCULO DE REVISIÓN Patrones del mosaicismo en la piel humana: comprendiendo aspectos actuales y futuros Eritroqueratodermia variabilis. Reporte de un caso Marianita Barzallo, Diana Legña, Marlene Legña ............................................................................ 217 Pitiriasis rubra pilaris: reporte de un caso Rudolf Happle, Mario Bittar ..................................................... 171 Felipe Velásquez, Héctor Cáceres-Ríos, Francisco Bravo .......................................................................... 220 ARTÍCULOS ORIGINALES HAGA SU DIAGNÓSTICO Aspectos emocionales de los pacientes con dermatitis atópica en grupos de apoyo y su relación con el control de la enfermedad Marice Emanuela El Achkar, Gina Bressan Schiavon, Vânia Oliveira de Carvalho, Kerstin T Abagge, Susana Giraldi, Leide Parolin Marinoni .................................. 224 Magda Blessmann Weber, Clarissa Prati, Paulo de Tarso da Luz Fontes Neto, Tania Ferreira Cestari ............................................................... 183 CORRELATO CLÍNICO PATOLÓGICO Aplasia cutis congénita: caracterización de una población Margarita Larralde, María Eugenia Abad, María Angélica Ruiz Moh, Rosana Marina Flores ................ 190 Onicomicosis en niños: estudio en una población mexicana Janeth Villanueva-Reyes, Roberto Arenas .............................. 197 REPORTE DE CASOS Displasia ectodérmica hipohidrótica, a propósito de un caso Pápulas hiperqueratósicas y umbilicadas en manos y pies Rosalía Ballona, Rosa Inés Castro, Felipe Velásquez, Iris Kikushima, Héctor Cáceres-Ríos, Rosario Torres ............................................................................ 227 TERAPÉUTICA Uso de imiquimod en infantes Cyro Festa Neto, Cecilia Guerra Arias ................................. 232 REVISTA DE REVISTAS Úrsula Rivas, Felipe Velásquez .................................................. 240 Rosario Alarcón, Pía Ramírez,Tatiana Yáñez, Francisco Alarcón, Felipe Solís ................................................. 204 Acrodermatitis enteropática: descripción de siete casos y revisión de la literatura Gina Bressan Schiavon,Vania Oliveira de Carvalho, Leide Parolin Marinoni, Kerstin Taniguchi Abagge, Susana Giraldi ............................................................................. 211 163 In memoriam R. Ruíz Maldonado In memoriam Doctora Lourdes Tamayo- Sánchez Los miembros del Servicio de Dermatología de Instituto Nacional de Pediatría de México: Carola Durán-McKinster, Ramón Ruiz-Maldonado, Luz OrozcoCovarrubias, Marimar Sáez de Ocariz, Carolina Palacios y Mónica Mérida-Galván, comunican con profunda pena a la Comunidad Dermatológica mexicana e internacional, el fallecimiento de la Doctora Lourdes TamayoSánchez, acaecido el 23 de noviembre del presente año. La Doctora Tamayo, como todos los que la conocimos sabemos, dedicó gran parte de su vida a la Dermatología Pediátrica, desde 1971 hasta unos días antes de su muerte. Fue durante diez años jefa del Servicio de Dermatología del Instituto Nacional de Pediatría y fue también miembro numerario de la Academia Nacional de Medicina y de muchas otras sociedades científicas nacionales y extranjeras. En el campo de la investigación, publicó cientos de artículos, algunos de ellos, como El uso de retinoides orales en niños con trastornos severos de la queratinización, fueron pioneros. Llamaba la atención de propios y extraños su continuo interés por todas las novedades y su perenne deseo de aprender, que denotaban la juventud de espíritu que siempre tuvo. En el campo de la docencia, transmitió sus conocimientos, que eran muchos, a numerosas generaciones de residentes en las aulas y a especialistas, en cursos y congresos. Su paciencia, sencillez, buena voluntad e interés en sus alumnos, fueron más cercanos a los de una madre con sus hijos, que los de una maestra con sus discípulos. Sin duda, para ellos, su fallecimiento es una pérdida dolorosa e insustituible, pero también un ejemplo a seguir puesto que muchos, son actualmente, a su vez maestros. Más allá de sus logros científicos y académicos, la Doctora Tamayo fue un ser humano excepcional. Sin temor a equivocarme, puedo decir que nunca la escuché hablar mal de nadie; ni a nadie que la conociera, hablar mal de ella. Con los pacientes era comprensiva y cariñosa creando vínculos de amistad que frecuentemente perduraban más allá del consultorio. Cuantos pacientes, que trató de niños, volvían, orgullosos, a visitarla con sus hijos. Su muerte la aleja físicamente de nosotros, pero tal vez, para todos aquellos que tuvimos el privilegio de conocerla y tratarla, su espíritu y su ejemplo, seguirán presentes por muchas generaciones. Dr. Ramón Ruiz-Maldonado, noviembre del 2006. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 167 ARTÍCULO DE REVISIÓN Patrones del mosaicismo en la piel humana: comprendiendo aspectos actuales y futuros Rudolf Happle1, Mario Bittar2. 1 Departamento de Dermatología, Universidad de Marburgo, Marburgo, Alemania. 2Área Dermatología, Departamento de Medicina Interna, Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina. Dermatol Pediatr Lat 2006; 4(3): 171-181. Resumen En los últimos años nuestros conocimientos sobre el mosaicismo en la piel humana han sido profundizados a través del concepto de la actividad de los retrotransposones que pueden explicar ambos mosaicos, el ligado al X y el autosómico; de las categorías de manifestaciones segmentarias de las enfermedades autosómicas dominantes en las enfermedades cutáneas; del concepto de didimosis; por la idea sobre herencia paradominante; y por el fascinante fenómeno de mosaicismo inverso. Aunque algunos de estos conceptos deberían de ser tomados como teorías no demostradas, éstos podrían ayudar al dermatólogo para entender mejor el grupo de los trastornos cutáneos distribuidos en forma lineal, unilateral, en parche, o en forma segmentaria. Palabras clave: Mosaicismo epigenético; Mosaicismo genómico; Retrotransposones; Manifestaciones segmentarias tipo 2; Didimosis; Herencia paradominante; Mosaicismo inverso. Abstract During the last several years our knowledge of mosaicism in the human skin has been enhanced by the concept of retrotransposon activity that can be explain both X-linked and autosomal mosaics; by the dichotomous categories of segmental manifestation of autosomal dominant skin disorders; by the concept of didymosis; by the notion of para dominant inheritance; and by the fascinating phenomenon of revertant mosaicism. Although some of these concepts are unproven theories, they may help the pediatric dermatologist to better understand the group of linear, patch, unilateral or otherwise segmental skin disorders. Key words: Genomic versus epigenetic mosaicism; Retrotransposons; Type 2 segmental manifestation of autosomal dominant skin disorders; Didymosis; Paradominant inheritance; Revertant mosaicism. Las enfermedades de la piel determinadas genéticamente podrían distribuirse en varios patrones. Al comienzo de su carrera en genodermatosis, el primer autor estuvo fascinado por tales patrones y asumió que ellos podrían reflejar el mosaicismo (Fig. 1)1. En esos tiem- pos, sin embargo, no se había probado este concepto a nivel citogenético, ni molecular. Hoy en día, la evidencia a nivel molecular se ha ido incrementando en las enfermedades cutáneas nevoides y névicas2. Correspondencia: Dr.Rudolf Happle Departamento de Dermatología Universidad de Marburgo Deutschhaus-Str. 9 35033 Marburg Marburgo, Alemania Correo electrónico: [email protected] Recibido: 25/10/06 Aprobado: 23/11/06 171 Patrones del mosaicismo en la piel Los patrones arquetípicos Fig. 1. Mosaicismo y las lineas de Blaschko. El crecimiento transversal de un clon de células mutadas es influenciado por el crecimiento longitudinal y la flexión del embrión, dando lugar a un patrón dorsal característico en “V”. Una clasificación de los patrones en mosaico arquetípicos (Fig. 2) incluye las líneas de Blaschko (Fig. 3 y 4), el patrón en tablero de ajedrez (Fig. 5), el patrón filoide (Fig. 6), el patrón en parche sin demarcación de la línea media (Fig. 7) y el patrón de lateralización (Fig. 8)3. Nosotros podriamos anticipar, sin embargo, que algunos patrones arquetípicos adicionales podrían ser reconocidos y demostrados en un futuro cercano4. a b c d e f Fig. 2. Patrones arquetípicos de mosaicismo: a) líneas de Blaschko en bandas angostas, b) líneas de Blaschko en bandas anchas, c) patrón en tablero de ajedrez, d) patrón filoide, e) patrón en parches grandes sin respetar la línea media, y f) lateralización. 172 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 R. Happle, M. Bittar Fig. 3. Patrón arquetípico tipo 1a: mosaicismo pigmentario del tipo Ito. Fig. 4. Patrón arquetípico tipo1b: síndrome de McCune-Albright (Cortesía Dr.Theo Starink, Amsterdam, Holanda). Fig. 5. Patrón arquetípico tipo 2: nevus spilus del tipo popular. Fig. 6. Patrón arquetípico tipo 3: hipomelanosis filoide. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 173 Patrones del mosaicismo en la piel Fig. 7. Patrón arquetípico 4: nevus melanocítico gigante. Fig. 8. Patrón arquetípico 5: síndrome CHILD Mosaicismo genómico versus epigenético se heredan claramente en forma autosómica y se comportan de forma similar en distintas familias, a los cuales durante varios años no los podíamos explicar por ningún fenómeno. Hoy en día, una probable explicación es el concepto de los retrotransposones. Desde hace ya 40 años se conoce al mosaicismo genómico como originario de una nueva mutación postcigótica. Este mecanismo podría explicar algunos mosaicos en los trastornos cutáneos. Todavía quedan, sin embargo, varios problemas sin resolver. ¿Porqué podrían los mosaicos ser hereditarios? En 1961 Mary Lyon5 publicó su hipótesis de la inactivación del cromosoma X, la cual explicaría la transmisión de un mosaicismo en las enfermedades ligadas al cromosoma X entre madres e hijas (A propósito, ella desarrolla esta brillante idea estudiando las enfermedades de la piel, como los patrones en el pelaje de ratones mutantes). Debido a que todas la células de una mujer tienen el mismo genoma, este patrón ligado al X no representa un mosaicismo genómico sino epigenético. Aseverando, sin embargo, que otros mosaicos en enfermedades cutáneas que 174 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 Mosaicismo epigenético y retrotransposones Durante los años '50 en la última centuria, Barbara McClintock6 publicó su estudio pionero sobre los “genes saltarines” (“elementos controladores”) que producen un mosaico en donde el maíz presenta granos de distinto color. En 1983 ella recibió el Premio Nobel de Medicina en honor a sus hallazgos, y esta fue una decisión prudente porque hoy nosotros sabemos que los genes saltarines de McClintock, en efecto, son los retrotransposones7,8. R. Happle, M. Bittar Los retrotransposones son partículas de origen retroviral que están esparcidas en gran cantidad en el genoma de plantas y animales incluyendo el hombre. Más del 40% del genoma humano parece ser de origen retroviral9. Afortunadamente, la mayoría de este material se mantiene en reposo, pero algunas de estas partículas son altamente activas y tienden a controlar la expresión o no de los genes vecinos por medio de la desmetilación o metilación. Un modelo conocido y ampliamente estudiado es el ratón viable “yellow agouti”10. A pesar de que todos portan un genoma idéntico, pueden mostrar un amplio rango de patrones lineares o en parches del pelaje, representando una mezcla del color agouti normal y el amarillo del mutante. Patrones similares son observados en perros portadores de mutaciones merle (Fig. 9). Recientemente Clark y cols.11 fueron capaces de probar que estos patrones en parche o lineares en perros, son del mismo modo causados por la acción de un retrotransposon que se inserta en el gen merle. A la luz de estos nuevos hallazgos se puede considerar como casi certero que las bandas abigarradas hereditarias del perro, caracterizadas por líneas de distinta pigmentación que siguen las líneas de Blaschko (Fig. 10), reflejan la acción de los retrotransposones12. ¿Qué significa esto para los dermatólogos? Este nuevo concepto en genética puede explicar la transmisión hereditaria del mosaicismo cutáneo en algunas enfermedades autosómicas dominantes y en la mayoría de las ligadas al cromosoma X. Mosaicismo autosómico y retrotransposones Nuestras ideas previas que los mosaicismos autosómicos no eran hereditarios es errónea. Las entidades que presentan mosaicos autosómicos hereditarios se conocen en la actualidad en los ratones, perros, y otros mamiferos9. Dado que el genoma humano contiene abundantes retrotransposones, sería razonable considerar que igualmente los mosaicos auto- sómicos humanos podrían ser causados por la acción de los retrotransposones y éstos ser heredados12. Por ejemplo, el mosaicismo hipermelanótico del tipo blaschkolineal podría ocurrir en varios miembros de una familia, en los cuales se excluye que sean ligados al X. En forma similar, el nevus epidérmico verrucoso inflamatorio lineal (NEVIL) ha sido varias veces reportado con una presentación familiar15-19. Basándonos en los conocimientos actuales, tales casos podrían reflejar la acción de los retrotransposones. Alternativamente, se podría también pensar en el concepto de la herencia paradominante. Inactivación del X y retrotransposones En 1998, Mary Lyon aclara su concepto de la inactivación del X por una hipótesis adicional, que es controlada por la acción de los retrotransposones ligados al X20,21. Poco tiempo después, Bailey y cols. proveen evidencia a nivel molecular en favor de este concepto, ya que encontraron retrotransposones LINE-1 (“elementos nucleares intercalados largos”) que estaban sumados en la región del centro de inactivación del X (XIC). De este nuevo concepto se puede concluir que los patrones cutáneos en mosaico reflejan la acción de los retrotransposones. Esto se observa en mujeres con incontinencia pigmenti, hipoplasia dérmica focal, síndrome de Conradi-Hünermann-Happle (Fig. 11), síndrome CHILD (Fig. 8) o en el síndrome de ChristSiemens-Touraine. Mosaicismo genómico En contraste con el mosaicismo epigenético, el genómico usualmente ocurre en forma esporádica. Hay, sin embargo, una importante excepción a la regla que es la herencia paradominante. Por otro lado, las manifestaciones segmentarias tipo 2 de las enfermedades cutáneas autosómicas dominantes, podrían igualmente afectar a dos o más miembros de una familia, por esta vía de la excepción. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 175 Patrones del mosaicismo en la piel Fig. 9. El patrón merle en perros. a) Patrón del pelaje linear y en parches en un perro merle azul, cría de Anke Gutekunst, Schweix, Francia; b) Heterocromia característica del iris (del Museo Collie; www.gis.net/~shepdog/BC_Museum). a b Mutación autosómica letal que sobrevive por mosaicismo Fig. 10. Patrón en rayas del perro, corresponde exactamente a las líneas de Blaschko en la piel humana. Fig. 11. Síndrome Conradi-Hünermann-Happle (Cortesía Dr. Elzo Folkers, Zaandam, Holanda). 176 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 Algunos mosaicos cutáneos ocurren exclusivamente en forma esporádica, porque la mutación subyacente actúa como un factor letal cuando está presente en todo el cigoto. Ejemplos bien conocidos son el síndrome de McCune-Albright (Fig. 4), el síndrome de Schimmelpenning (Fig. 12) y el síndrome Proteus23. Un ejemplo recientemente delineado es el síndrome del nevus spilus (nevus lentiginoso moteado) que se caracteriza por un nevus spilus del tipo papular (Fig. 5) en combinación con defectos neurológicos usualmente ipsilaterales24. Fig. 12. El síndrome Schimmelpenning es probablemente causado por una mutación letal que sobrevive por mosaicismo. R. Happle, M. Bittar Mosaicismo genómico de mutaciones autosómicas no letales En la actualidad podemos distinguir dos categorías diferentes en este tipo de mosaicos (Fig. 13). Las manifestaciones segmentarias de tipo 1 se originan de una mutación postcigótica que ocurre en una etapa temprana del desarrollo en un embrión sano. Este tipo de compromiso en mosaico ha sido confirmado a nivel molecular en la neurofibromatosis1, esclerosis tuberosa, hiperqueratosis epidermolítica de Brocq y en la enfermedad de Darier2 (Fig. 14). El mosaico podría comprometer las gonadas, por lo cual hay un riesgo incrementado de que la próxima generación esté comprometida con la forma difusa del fenotipo. Por esta razón, nosotros deberíamos evitar el término “mutación somática” y reemplazarlo por el termino de “mutación postcigótica”. Fig. 13. Los dos tipos diferentes de manifestaciones segmentarias en las enfermedades autosómicas dominantes de la piel. El compromiso segmentario tipo 1 refleja una mutación postcigótica dando por resultado la heterocigocidad en un embrión por lo demás sano. Por el contrario, el compromiso segmentario del tipo 2 refleja la pérdida de la heterocigocidad que ocurre en un embrión heterocigoto. En contraste, la manifestación segmentaria tipo 2 se origina de una pérdida de la heterocigocidad postcigótica que ocurre en una etapa temprana de desarrollo en un embrión heterocigoto26. En el segmento comprometido, la entidad se muestra de una intensidad más pronunciada, estando superpuesta en el fenotipo no-segmentario. Este concepto ha sido propuesto para ser aplicado a un gran número de enfermedades cutáneas autosómicas dominantes2. En el 2004, la hipótesis fue demostrada a nivel molecular en la enfermedad de Hailey-Hailey27 (Fig. 15). Dado que el compromiso segmentario tipo 2 tiende a manifestarse en edad temprana o hasta podría estar presente en el nacimiento, este concepto es de particular interés para los dermatólogos. Por ejemplo, Loffeld y cols.28 recientemente publicaron un caso de lo que ellos creían que representaba un ejemplo de “síndrome Proteus” en un niño varón de tres años de edad, con un nevus epidérmico unilateral sistematizado. Sin embargo, de sus antecedentes familiares y los hallazgos moleculares obtenidos en este niño, es bastante claro que este caso representa, en efecto, una manifestación segmentaria tipo 2 de la enfermedad de Cowden29. Fig. 14. Manifestación segmentaria tipo 1 en una enfermedad de Darier. Fig. 15. Manifestación segmentaria tipo 2 en enfermedad de Hailey-Hailey comprometiendo la mano en una niña de cinco años de edad27. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 177 Patrones del mosaicismo en la piel Didimosis La didimosis o las manchas gemelas son una forma particular de la pérdida de la heterocigocidad. Ésta es caracterizada por dos parches mutantes que difieren uno del otro y del tejido que los circunda (Fig. 16). Un embrión podría ser portador de dos mutaciones recesivas diferentes en cualesquiera del par de cromosomas homólogos. Una recombinación postcigótica podría producir dos células hijas homocigotas para cualquier mutación. Estas serían las células madres de las dos manchas diferentes mutantes. La didimosis ha sido ampliamente estudiada en plantas y animales30,31. Ejemplos posibles de didimosis en la piel humana incluyen nevus gemelos vasculares (nevus telangiectático y nevus anémico)32, facomatosis spilorosea (nevus spilus del tipo macular y nevus roseus, Fig. 17)33,34, y facomatosis pigmentoqueratótica (nevus spilus del tipo papular y nevus sebáceo, Fig. 18)35. Otro ejemplo de didimosis es el cutis tricolor, que está caracterizado por un par de parches claros y oscuros en un fondo de tinte intermedio36. Recientemente las evidencias han probado que existen distintos tipos de cutis tricolor. Parches asimétricos grandes que no respetan la línea media del cuerpo fueron descritos por Ruggieri37; por el contrario, Larralde y Happle38 delinearon un síndrome neurocutáneo inusual bajo el nombre propuesto de “cutis tricolor parvimaculata” (Fig. 19). Por esta razón, cutis tricolor da la impresión de transformarse en un interesante nuevo campo de investigación tanto clínico como molecular. Herencia paradominante Algunos mosaicos en las enfermedades de la piel que usualmente ocurren en forma esporádica, por vía de la excepción, podrían afectar a varios miembros de una familia. Una posible explicación puede ser por la acción de los retrotransposones, pero la otra explicación valida sería la transmición paradominante2. 178 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 Los portadores heterocigóticos deberían ser usualmente sanos. Solamente cuando una mutación postcigótica temprana podría resultar en la pérdida del correspondiente alelo salvaje, se podría desarrollar un clon celular homocigoto o hemicigoto, formando un mosaico en parche39. El concepto de paradominancia ha sido propuesto para explicar casos familiares excepcionales de nevus sebáceo, nevus de Becker, cutis marmorata telangiectásica congénita y otros tipos de nevus2. Mosaicismo inverso: un interesante nuevo campo de investigación En varios tipos de epidermolisis ampollar autosómica recesiva ha sido documentado un interesante fenómeno de “terapia génica natural”40,41. Algunos pacientes tienen áreas de pequeño a mediano tamaño que nunca mostraron ampollas. Estudios a nivel molecular, llevados a cabo por el grupo de investigación de Marcel Jonkman, del Departamento de Dermatología de Groningen, Holanda, han demostrado que existen dos categorías principales de mosaicismo inverso41. La inversión verdadera es originada por una mutación puntual invertida, “crossing-over” postcigótico40, o conversión génica; en cambio las otras inversiones resultan de una segunda mutación que pueden tener lugar tanto intra como extra génica42. Sorprendentemente, Pasmooij y cols.41 encontraron evidencias a nivel molecular que en un paciente dado, diferentes áreas del tegumento sano se podrían originar de dos o más mutaciones invertidas diferentes. A partir de este trabajo pionero, nosotros podemos concluir que el mosaicismo invertido ocurre con una frecuencia más alta a la esperada. Estas investigaciones nos abren importantes horizontes en el pensamiento para el desarrollo de una efectiva terapia génica en distintas formas de epidermolisis ampollar. Sin embargo, casos de mosaicismo inverso han sido reportados en otras enfermedades cutáneas autosómicas recesivas tales como el sín- R. Happle, M. Bittar Fig. 16. Didimosis en una manzana. La recombinación mitótica compromete un locus del color dando como resultado dos líneas celulares homocigóticas para cada alelo, rojo y amarillo. Fig. 17. Facomatosis espilorosea: didimosis del nevus spilus del tipo macular y del nevus roseus (Cortesía del Dr. HF Jordaan, Stellenbosch, Sud África). Fig. 19. Otro ejemplo de didimosis: cutis tricolor parvimaculata38. Fig. 18. Facomatosis pigmentoqueratótica: didimosis del nevus spilus del tipo papular y nevus sebáceo. drome de Bloom y síndrome Omenn, así como en enfermedades recesivas ligadas al X tales como el síndrome de Wiskott-Aldrich41. En principio, el mosaicismo inverso podría ocurrir igualmente en las enfermedades autosómicas dominantes. Las evidencias a nivel molecular han sido demostradas en un caso de epidermolisis ampollar del tipo DowlingMeara41. Por otro lado, la recombinación postcigótica podría expresarse en forma de parches gemelos con un aumento del compromiso o ausencia del mismo. Un posible ejemplo es el citado por Happle y König43 de un caso de hiperqueratosis epidermolítica de Brocq, reportado por Eng y cols.44 en un niño con compromiso difuso, el cual mostraba además algunas áreas lineares de un compromiso marcado que contrastaban con otras en ausencia del mismo. Además, se ha propuesto que la acción de los retrotransposones podrían igualmente dar origen al mosaicismo invertido en la piel humana45. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 179 Patrones del mosaicismo en la piel Conclusión Es importante enfatizar que algunos de los conceptos presentes en esta revisión, tales como la didimosis y la paradominancia, no han sido probados todavía a nivel molecular. Desde el punto de vista clínico, sin embargo, ellos parecen ser probables. Futuras investigaciones podrán mostrar si estas ideas son portadoras de la verdad. 15. 16. 17. 18. Referencias bibliográficas 19. 1. Happle R. Genetische Interpretation streifenförmiger Hautanomalien [Genetic interpretation of linear skin abnormalities]. Hautarzt. 1978;29:357-63. 2. Happle R. Dohi Memorial Lecture. New aspects of cutaneous mosaicism. J Dermatol. 2002;29:681-92. 3. Happle R. Mosaicism in human skin: Understanding the patterns and mechanisms. Arch Dermatol. 1993;129:1460-70. 4. Torrelo A, Baselga E, Nagore E, Zambrano A, Happle R. Delineation of the various shapes and patterns of nevi. Eur J Dermatol. 2005;15:439-50. 5. Lyon MF. Gene action in the X-chromosome of the mouse (Mus musculus L). Nature 1961;190:372-3. 6. McClintock B. Chromosome organization and genic expression. Cold Spring Harb Symp Quant Biol. 1951;16:13-47. 7. Whitney JB 3rd, Lamoreux ML. Transposable elements controlling genetic instabilities in mammals. J Hered. 1982;73:12-8. 8. Rakyan VK, Blewitt ME, Druker R, Preis JI, Whitelaw E. Metastable epialleles in mammals. Trends Genet. 2002;18:348-51. 9. Rakyan VK, Preis J, Morgan HD, Whitelaw E. The marks, mechanisms and memory of epigenetic states in mammals. Biochem J. 2001;356:1-10. 10. Whitelaw E, Martin DI. Retrotransposons as epigenetic mediators of phenotypic variation in mammals. Nat Genet. 2001;27:361-5. 11. Clark LA, Wahl JM, Rees CA, Murphy KE. Retrotransposon insertion in SILV is responsible for merle patterning of the domestic dog. Proc Natl Acad Sci U S A. 2006;103:1376-81. 12. Happle R. Transposable elements and the lines of Blaschko: a new perspective. Dermatology. 2002;204:4-7. 13. Horn D, Happle R, Neitzel H, Kunze J. Pigmentary mosaicism of the hyperpigmented type in two half-brothers. Am J Med Genet. 2002;112:65-9. 14. Martín Gutiérrez FJ, Escudero Ordóñez J, Happle R, Erojo García J. mosaicismo pigmentario en dos hermanos de distinto sexo. XIV Reunion del 180 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. Grupo Español de Dermatología Pediátrica, Santiago de Compostela, 24-25 Enero 2003. Moulin G, Biot A, Valignat P, Bouchet B, Meunier F. Naevus épidermique verruqueux inflammatoire familial. Bull Soc Fr Dermatol Syphiligr 1975 ;82:130-1. Hamm H, Happle R. Inflammatory linear verrucous epidermal nevus (ILVEN) in a mother and her daughter. Am J Med Genet. 1986;24:685-90. Lopez Perez D, Pujol Vallverdu RM, Alomar Muntañola A, Moreno Carazo A, De Moragas JN. Nevus epidérmico verrucoso inflamatorio familiar. Actas Dermosifiliogr 1988;5:428-30. Alsaleh QA, Nanda A, Hassab-el-Naby HM, Sakr MF. Familial inflammatory linear verrucous epidermal nevus (ILVEN). Int J Dermatol. 1994;33:52-4. Goldman K, Don PC.Adult onset of inflammatory linear verrucous epidermal nevus in a mother and her daughter. Dermatology. 1994;189:170-2. Lyon MF. X-chromosome inactivation: a repeat hypothesis. Cytogenet Cell Genet. 1998;80:133-7. Lyon MF. LINE-1 elements and X chromosome inactivation: a function for “junk” DNA? Proc Natl Acad Sci U S A. 2000;97:6248-9. Bailey JA, Carrel L, Chakravarti A, Eichler EE. Molecular evidence for a relationship between LINE-1 elements and X chromosome inactivation: the Lyon repeat hypothesis. Proc Natl Acad Sci U S A. 2000;97:6634-9. Happle R. Lethal genes surviving by mosaicism: a possible explanation for sporadic birth defects involving the skin. J Am Acad Dermatol. 1987;16:899-906. Happle R. Speckled lentiginous nevus syndrome: delineation of a new distinct neurocutaneous phenotype. Eur J Dermatol. 2002;12:133-5. Paller AS, Syder AJ, Chan YM, Yu QC, Hutton E, Tadini G, et al. Genetic and clinical mosaicism in a type of epidermal nevus. N Engl J Med. 1994;331:1408-15. Happle R. A rule concerning the segmental manifestation of autosomal dominant skin disorders: Review of clinical examples providing evidence for dichotomous types of severity. Arch Dermatol. 1997;133:1505-9. Poblete Gutiérrez P, Wiederholt T, König A, Jugert FK, Marquardt Y, Rübben A et al.Allelic loss underlies type 2 segmental Hailey-Hailey disease, providing molecular confirmation of a novel genetic concept. J Clin Invest. 2004;114:1407-9. Loffeld A, McLellan NJ, Cole T, Payne SJ, Fricker D, Moss C. Epidermal naevus in Proteus syndrome showing loss of heterozygosity for an inherited PTEN mutation. Br J Dermatol. 2006;154:1194-8. Happle R. Linear Cowden nevus: a new distinct epidermal nevus. Eur J Dermatol 2007 Mar/Apr;17:in press. Carlson PS. Mitotic crossing-over in a higher plant. Genet Res Camb 1974;24:109-12. R. Happle, M. Bittar 31. Graf U.Analysis of the relationship between age of larvae at mutagen treatment and frequency and size of spots in the wing somatic mutation and recombination test in Drosophila melanogaster. Experientia. 1995;51168-73. 32. Happle R, Koopman R, Mier PD. Hypothesis: vascular twin naevi and somatic recombination in man. Lancet. 1990;335:376-8. 33. Happle R. Phacomatosis pigmentovascularis revisited and reclassified.Arch Dermatol. 2005;141:385-8. 34. Happle R. Nevus roseus: a distinct vascular birthmark. Eur J Dermatol. 2005;15:231-4. 35. Torrelo A, Zambrano A. What syndrome is this. Phakomatosis pigmentokeratotica (Happle). Pediatr Dermatol. 1998;15:321-3. 36. Happle R, Barbi G, Eckert D, Kennerknecht I. “Cutis tricolor”: congenital hyper- and hypopigmented macules associated with a sporadic multisystem birth defect: an unusual example of twin spotting? J Med Genet. 1997;34:676-8. 37. Ruggieri M. Cutis tricolor: congenital hyper- and hypopigmented lesions in a background of normal skin with and without associated systemic features: further expansion of the phenotype. Eur J Pediatr. 2000;159:745-9. 38. Larralde M, Happle R. Cutis tricolor parvimaculata: a distinct neurocutaneous syndrome? Dermatology. 2005;211:149-51. 39. Happle R. Paradominant inheritance : a possible explanation for Becker's pigmented hairy nevus. Eur J Dermatol 1992;2:39-40. (Arteiculo no se encuentra, en este año y numetro??) 40. Jonkman MF, Scheffer H, Stulp R, Pas HH, Nijenhuis M, Heeres K, et al. Revertant mosaicism in epidermolysis bullosa caused by mitotic gene conversion. Cell. 1997;88: 543-51. 41. Pasmooij AMG. Genotyping of unusual phenotypes in epidermolyis bullosa. Thesis, University of Groningen, The Netherlands, 28 June 2006; pp 65-89. 42. Jonkman MF, Castellanos Nuijts M, van Essen AJ. Natural repair mechanisms in correcting pathogenic mutations in inherited skin disorders. Clin Exp Dermatol 2003;28:625-31. 43. Happle R, König A. Dominant traits may give rise to paired patches of either excessive or absent involvement. Am J Med Genet. 1999;84:176-7. 44. Eng AM, Brody P, Rhee HL, Bronson DM. Congenital ichthyosiform erythroderma and epidermal nevus. Int J Dermatol. 1991;30:284-7. 45. Bittar M, Happle R. Revertant mosaicism and retrotransposons: another explanation of “natural gene therapy”. Am J Med Genet. 2005;137:222. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 181 ARTÍCULO ORIGINAL Aspectos emocionales de los pacientes con dermatitis atópica en grupos de apoyo y su relación con el control de la enfermedad Magda Blessmann Weber1, Clarissa Prati2, Paulo de Tarso da Luz Fontes Neto3,Tania Ferreira Cestari4. 1 Profesora asociada de Dermatología, Fundación de la Facultad Federal de Ciencias Médicas de Porto Alegre, Brasil. 2Dermatóloga y estudiante del post grado, Universidad Federal de Río Grande del Sur, Brasil. 3 Magíster en Psiquiatría, Universidad Federal de Río Grande del Sur, Brasil. 4Profesor asociado de Dermatología, Universidad Federal de Río Grande del Sur, Brasil. Dermatol Pediatr Lat 2006; 4(3): 183-189. Resumen Antecedentes: La dermatitis atópica es una enfermedad crónica que ocurre en todos los grupos etarios, pero es más común en niños. Está caracterizada por recurrencias periódicas y disconfort intenso usualmente asociado a compromiso importante en la calidad de vida de los pacientes y sus familias. Material y métodos: Los grupos de apoyo incluyen pacientes, familiares y profesionales de la salud, siendo frecuentemente usados en el tratamiento de enfermedades estigmatizantes y/o crónicas. Los reportes de los grupos de apoyo para pacientes con dermatitis atópica del Hospital de Clínicas de Puerto Alegre, Brasil, son presentados y discutidos en este estudio. Resultados y conclusiones: 28% del total de reportes estuvieron asociados a aspectos personales, como vergüenza, culpa y apariencia física. El prurito estuvo presente en el 18% de las frases y es considerado el principal factor estresante. Las preocupaciones familiares figuran en el 13% de las discusiones con énfasis en dificultades de diagnóstico y tratamiento, así como las posibilidades de transmisión genética. Los problemas escolares (9%), dificultades con la aceptación de la enfermedad (10%), incertidumbre (16%) e impresiones acerca del grupo en sí (4%) fueron otros hallazgos significativos. La discusión y el apropiado esclarecimiento de los aspectos emocionales involucrados en dermatitis atópica constituyen un poderoso instrumento terapéutico adyuvante para un manejo global más adecuado de los pacientes. Palabras clave: Dermatitis atópica; Grupos de apoyo; Psicodermatología; Calidad de vida. Abstract Backrground: Atopic dermatitis is a chronic disease that occurs in all age groups but is more commonly seen in children. It is characterized by intermittent recurrences with intense pruritus. It can have significant impact on the quality of the life of the patients affected and their families. Methods:The reports of the Support Group for Atopic Dermatitis and the patients of the Hospital de Clinicas of Porto Alegre -Brazil are presented and discussed in this study. The support groups included atopic patients, their family and their health care professionals. Results and conclusions: Twenty eight percent of the reports were associated with personal issues, such as shame, guilt and negative physical appearance. Pruritus was present in 18% of the comments and considered the major stress factor. Family concerns made up 13% of the discussions with emphasis on diagnosis and treatment difficulties as well as the possibility of genetic transmission. School problems (9%), disease acceptance (10%), general doubts (16%) and impressions about the group itself (4%) were other significant findings. Discussion regarding the emotional aspects of atopic dermatitis is a powerful therapeutic tool for better global assessment and management of affected individuals. Key Words: atopic dermatitis; support groups; psychodermatology; quality of life. Correspondencia: Dra. Tania Cestari Correo Electrónico: [email protected] Recibido: 06/07/06 Aprobado: 20/09/06 183 Aspectos emocionales de los pacientes con dermatitis atópica Introducción La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad crónica muy común que ocurre principalmente en niños y adolescentes1. Se caracteriza por la presencia de prurito constante, xerosis y eczema crónico, los cuales evolucionan por brotes. La etiología de la DA incluye múltiples factores y esta entidad está caracterizada por el incremento de sensibilidad a sustancias irritantes e infecciones. El tratamiento prolongado y las recurrencias frecuentes producen cambios psicológicos importantes en los pacientes, sus familias y sus relaciones sociales2,3. Cualquier dermatitis crónica puede provocar un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes4-7. Las enfermedades de la piel transcurren bajo la observación directa y cambios poco visibles pueden ocasionar cuestionamientos y prejuicios. En general, casos severos son vistos con curiosidad, suspicacia o incluso temor, provocando incomodidad y turbación en el paciente. Actualmente muchos estudios enfatizan la importancia de un abordaje terapéutico que comprenda los aspectos farmacológicos y conductuales8. Los grupos de apoyo están incluidos entre los métodos adyuvantes más eficaces de tratamiento; principalmente en enfermedades crónicas y estigmatizadoras, así como para aquellas que demandan un alto costo socio-económico. La DA es una indicación clara para estas técnicas9. Los grupos de apoyo u orientación son reuniones de pacientes y sus familiares bajo la supervisión de médicos, enfermeras u otros profesionales de la salud. Los objetivos de estos grupos son incrementar el conocimiento sobre la enfermedad y resolver las dudas, compartiendo experiencias entre sus pares. A pesar de no considerar a la psicoterapia como su meta primaria, estos trabajan como un grupo terapéutico toda vez que ellos dan la oportunidad de cambios afectivos prometedores: mostrando sentimientos de temor e ira, enfatizando su insatisfacción con el diagnóstico y sus impresiones de como ellos son vistos en la sociedad10. 184 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 En un esfuerzo por complementar el tratamiento de pacientes con DA un grupo de apoyo fue creado en el Hospital de Clínicas de Porto Alegre, Brasil, con la participación voluntaria de dermatólogos, psiquiatras y estudiantes de medicina. Esta publicación contiene una descripción de algunos aspectos sociales y emocionales identificados en los reportes elaborados en cada reunión de grupo abordando las principales dudas y dificultades expresadas por pacientes y familiares. Material y métodos Las reuniones de los grupos de apoyo se realizaron cada 15 días. Sus procedimientos fueron aprobados por el comité de ética e investigación institucional y un consentimiento informado fue obtenido para cada participante. Ellos estuvieron divididos en dos grupos: el primero conformado por los niños guiados por un psiquiatra y estudiantes de medicina; y el otro grupo conformado por familiares y pacientes adultos siendo asistidos por al menos dos dermatólogos y estudiantes de medicina. Al inicio de cada reunión se presentó un tema introductorio, con la intención de orientar la discusión. Los pacientes y sus familiares fueron referidos al grupo por los dermatólogos de la consulta externa o por otros dermatólogos, y la participación fue voluntaria. Los comentarios generales, dudas y temas discutidos fueron siempre registrados por dos profesionales exactamente tal y como fueron formulados. Las notas de cada reunión fueron clasificadas según el asunto: paciente, prurito, padres, familia, escuela, dificultades generales, impresiones acerca del grupo de apoyo y aceptación de la enfermedad. Resultados y discusión Se analizaron 26 informes de reuniones realizadas de agosto a diciembre de 2005, incluyendo 20 participantes al final del análisis y considerando al grupo familiar total como un M. Blessmann, C. Prati, P. Tarso Fontes Neto, T. Cestari paciente. Se identificaron 140 oraciones completas, de ellas 117 pudieron ser analizadas. El 28% del total de frases analizadas estuvieron relacionadas al paciente en sí, 18% al prurito,13% a los padres y familiares, 9% a la escuela, 16% a dudas generales expresadas, 4% a impresiones acerca del grupo y 10% a la aceptación de la enfermedad. El paciente. Entre las citas específicas acerca del paciente, se observó que 33% de los problemas estuvieron relacionados al estrés motivado por las lesiones. Frases en relación a la vergüenza causada por la enfermedad y sentimientos de culpa de los padres en relación a ella conformaron el 27% de las referencias. Problemas en las relaciones sociales y sobrenombres dados a los pacientes fueron los menos mencionados y sumaron 18% y 21% respectivamente. “Él está enfadado con la enfermedad, nos pregunta y reprocha, ¿por qué a mí?” “¿Por qué esto le ocurrió solo a mi hijo?” Buske-Kirschbaum y cols. describieron en el 2001 al típico paciente con DA como inseguro, con sentimientos de inferioridad e incapacidad, ansioso y susceptible11. Sus competencias sociales están comúnmente afectadas por la enfermedad3. Los reportes de este estudio mostraron la tendencia de los pacientes, incluso los niños, a no aceptar tanto la cronicidad de la enfermedad como la curiosidad despertada por ella en sus amigos y compañeros de clase. Los esfuerzos por esconder las lesiones eran frecuentes ya que ellos se sentían rechazados y avergonzados. Los adolescentes culparon a sus padres quienes muchas veces sutilmente también comenzaron a cuestionar sobre el diagnóstico, los tratamientos y el manejo de la enfermedad en general, tal como mostramos en las frases líneas arriba. sando deterioro en su desempeño social. Estas observaciones se deducen de las oraciones que se detallan a continuación. “Ella lucía como una serpiente; todo su brazo descamaba”. “La primera cosa que ellos dicen es que él tiene escabiosis”. “Él se levanta la camisa y asusta a los otros chicos”. Es común que las personas que son parte de la vida diaria de los pacientes con DA den sobrenombres a las lesiones y a la enfermedad reforzando sus dificultades para aceptar la condición de su piel. El aislamiento social puede ser la consecuencia de estas actitudes. “Malas noticias, aún aquellas en relación a otras personas empeoran el prurito”. “La última y más seria crisis ocurrió cuando nació su hermano”. Estudios recientes sugieren que los cambios en la regulación inmune, con exagerada liberación de citoquinas, podrían estar implicadas en la etiología de la DA11. Actualmente hay reportes de cambios en la función inmunológica inducidos por el estrés, con diferencias significativas entre los pacientes con y sin atopía12. Además, estudios de casos demuestran una relación directa entre la actividad de la dermatitis y los factores de estrés sociales13. Las observaciones clínicas y las de los pacientes incrementan y refuerzan la importancia de las emociones como factores provocadores de DA. El prurito. En el 18% de las discusiones se hizo referencia al prurito. En 43% de ellas el prurito fue considerado como un factor de estrés familiar influyendo en el sueño y siendo usado como un instrumento de manipulación (28%). “Ella era muy agresiva - daba de puntapiés a la maestra, tiraba los escritorios y pegaba a todos”. “Ella tiene crisis de prurito hasta sangrar, luce como si ella estuviera toda cortada”. “Yo siento que alivio su prurito con mis manos”. Cambios en la apariencia física incrementan la ansiedad en los pacientes y pueden influir negativamente en sus relaciones sociales cau- El prurito, algunas veces muy intenso, es una de las características principales de la DA y el mayor factor de estrés intra-familiar. La etiolo- Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 185 Aspectos emocionales de los pacientes con dermatitis atópica gía de este síntoma aún permanece parcialmente explicada, pero está claramente relacionado a diversos factores causales como el umbral disminuido para el prurito, aumento en los niveles de histamina y secreción de neuropéptidos14. El prurito induce a los pacientes al rascado incontrolable de la piel, provocando áreas de abrasión y empeoramiento del eczema. Durante los periodos de severo prurito hay una alta probabilidad de infección secundaria y dificultad en el uso de medicaciones tópicas. “Él se despierta cansado y de mal humor debido al prurito nocturno, él consigue dormir durante el día”. “Cuando yo dormía con él, yo rogaba que termine la noche porque él podría rascarse durante la noche entera”. Algunos estudios indican que el prurito se incrementa durante la noche. Éste influye en la calidad del sueño afectando a los pacientes y sus familiares que tampoco pueden dormir y se sienten angustiados porque ellos no pueden ayudar a sus niños15. “Ella es agresiva, con respecto a los límites y usa el prurito contra nosotros”. “Para de rascarte o yo tendré que vendarte las manos”. Además de los cambios físicos causados por el acto de rascado y el fracaso en la aplicación de medicamentos, el prurito es frecuentemente usado por los atópicos como un artificio para manejar a sus familiares. También el esfuerzo por ayudarlos con exhortaciones para no rascarse pueden ser tomadas como regaño por los pacientes con DA. Los padres y la familia. Preocupaciones en relación a los padres y la familia aparecen en el 13% de las discusiones de grupo. Discusiones específicas en relación a alteraciones en la calidad de vida y la angustia frente al diagnóstico de DA se abordaron en 27% de las citas y la herencia de la enfermedad en 33% de ellas. La interacción médico-paciente fue también abordada durante las reuniones (13%). 186 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 “Entre todos los niños, él fue el único premiado”. “No nos gusta explicar a otros lo que ella tiene, por ello preferimos que ella use ropa que le cubra las lesiones “. Los sentimientos de tristeza, ira y culpa son muy comunes entre las madres de los niños con severas enfermedades de la piel debido a que ellos pierden su belleza física. El conocimiento de la probable herencia puede tener una influencia significativa en ellos, reflejada en las dificultades respecto al hecho de sentirse responsables por el nacimiento de un niño feo16. En suma, esta situación puede llevar a conflictos personales y familiares. “Los doctores no conocen la enfermedad”. “Todos los parientes quieren ayudar, hacen promesas y señalan curas milagrosas”. Como en todas las enfermedades crónicas, las dificultades terapéuticas llevan a los padres y pacientes a buscar alivio a través de soluciones mágicas, las cuales pueden algunas veces empeorar la enfermedad. La angustia y la ansiedad provocadas por la DA repercuten en padres que con frecuencia son escépticos en relación a los profesionales de la salud. Ellos cambian de médico muy frecuentemente buscando formas alternativas de tratamiento. “Yo estoy preocupado por la medicación para el prurito, que tal si genera problemas en el futuro”. “Yo pienso que el doctor debería siempre ver al paciente y hablar con él”. Según Ohya y cols. la mejor relación médicopaciente redunda en la mejor adhesión del paciente con DA al tratamiento. Por ejemplo, recomendaciones claras acerca del uso apropiado de los medicamentos y el conocimiento acerca de sus efectos adversos limitarían los temores al tratamiento y permitirían su uso apropiado17. La escuela. El tema de la escuela fue tocado en el 9% de las discusiones y los prejuicios en relación a la enfermedad en ella fueron mencionados específicamente por 64% de los participantes. M. Blessmann, C. Prati, P. Tarso Fontes Neto, T. Cestari “Él no quiere participar en deportes con tal de no tener que quitarse los pantalones y las mangas largas”. “¿Es malo bañarlos con la regadera?” “Ahora él toma el baño como un soldado - tiene que ser muy rápido”. El rango de edad de los niños que inician su interacción social coincide con la edad de la más elevada incidencia de enfermedad atópica1. En este contexto, la escuela es el principal centro de experiencias, con diferentes tipos de nuevas relaciones (compañeros de clase, maestros y estudiantes de mayor edad). Las relaciones del niño pueden afectarse debido a los signos y síntomas de la dermatitis, atrayendo la curiosidad de las demás personas. Bañarse y contactar con agua (21% de las dudas): El baño diario disminuye la posibilidad de infección secundaria y el uso de jabones neutros pueden ayudar a controlar la xerosis18-20. A pesar de la incomodidad física, debe alentarse la higiene cuidadosa porque los beneficios superan los efectos adversos. En relación a los deportes acuáticos, natación y baños de mar, cada caso tiene que ser orientado individualmente. “La maestra no me abraza y me pone detrás de los otros”. “Los padres de los demás niños ni siquiera aceptaron el informe del doctor y nosotros tuvimos que sacarlo de la guardería”. “Ella me pide que le sople porque el humectante le produce quemazón”. “Es por tu propio bien, hay que untar la crema aún si tienes quemazón”. Usualmente el desconocimiento de la enfermedad parece ser un factor agravante en la adaptación de los pacientes, debido a las manifestaciones de desaprobación, o aún de prejuicio explícito. El temor al rechazo de los compañeros puede alterar sus relaciones en general. De otro lado, algunos padres con dificultades para aceptar el diagnóstico de sus hijos intentan evadir comentarios e interrogatorios ocultando al atópico, evitando su participación en las actividades comunales y sociales. Dificultades generales del diagnóstico en las actividades de la vida diaria. Algunos casos iniciales de DA pueden no ser característicos haciendo los diagnósticos tempranos más difíciles. De otro lado, las presentaciones más severas de la enfermedad necesitan asistencia especial de profesionales acostumbrados a manejar complicaciones específicas de la enfermedad. Como consecuencia de la cronicidad y de la respuesta variable a los tratamientos, la mayoría de pacientes y sus familiares refieren visitas a numerosos doctores buscando una cura definitiva. Dudas surgidas en relación al tratamiento fueron evidentes en 16% de las respuestas de los grupos, siendo distribuidas igualmente entre todos los puntos. Deshidratación (21%): Evitar la xerosis de la piel es esencial para el tratamiento de la DA; es importante adaptar la aplicación de la medicación a la rutina diaria del atópico, enfatizando la necesidad de mantenerla aún durante los periodos de remisión20. Son muy comunes las quejas por la sensación de quemazón, independientemente del producto que se use, afortunadamente dura un tiempo corto. “¿Pasará él toda su vida tomando medicamentos?” “¿La medicación le hace ganar peso? ¿Podrían ellos hincharse?” El tratamiento y la medicación (11%): En el manejo de la DA se usan diversos medicamentos tópicos y sistémicos, según la evaluación de cada caso21. Beattie y Lewis-Jones sostienen que los padres no conocen y están preocupados por los efectos adversos especialmente en relación a los corticoides tópicos. Orientaciones precisas y repetitivas son fundamentales para la adhesión al tratamiento22. “Él no va a las fiestas de cumpleaños porque él no podría comer galletas ni dulces”. “Nosotros hemos oído comentar acerca de suprimir los colorantes de color rosa, sin embargo hacerlo no produce ninguna diferencia”. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 187 Aspectos emocionales de los pacientes con dermatitis atópica La comida fue un aspecto resaltado en 16% de los comentarios. Los estudios que reportan los beneficios de las dietas restrictivas son difíciles de interpretar a causa de sus resultados contradictorios21. Los miembros de la familia deberían estar orientados para observar la reacción individual del paciente y así poder evitar las comidas que claramente incrementan el prurito. “Nosotros no podemos poner a nuestro niño dentro de una vitrina”. “¿Es esta protección necesaria? Un día él tendrá que enfrentar al mundo de todas maneras”. Cada paciente debería de ser evaluado individualmente, estableciendo límites y la intensidad del tratamiento de acuerdo al curso de su enfermedad y a los posibles factores agravantes. De esta manera la adaptación del paciente atópico al mundo real será mucho más adecuada y calmada, inclusive cuando ocurran las recurrencias. La aceptación. Algunos padres (10%) mostraron claras muestras de alivio y aceptación de la enfermedad luego de algunas sesiones. Nosotros observamos que ellos han establecido una categórica y apacible atmósfera para mostrar su ansiedad y expectativas aunque la cura no haya sido encontrada. Así que las orientaciones del equipo médico fueron seguidas con más confianza y dedicación y la enfermedad perdió su misterio para la familia y para el propio paciente. El conocimiento les permitió enfrentar los tratamientos y las nuevas crisis con menos ansiedad. Wenninger y cols. han propuesto un programa estructurado de educación en DA para los padres23. Los resultados preliminares de las reuniones de los grupos de DA refuerzan la idea de que la explicación presentada a un grupo de similares intereses y problemas influencia positivamente en el manejo de la enfermedad y la calidad de vida familiar. La información con respecto a la enfermedad podría también transmitirse a otros lugares donde el niño interactúa (escuela, maestros, amigos y miembros de la familia) para contri- 188 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 buir a una mejor aceptación y adaptación al ambiente. “La enfermedad no es un misterio”. “Yo quisiera que mi hijo pueda curarse, pero sigamos adelante”. “Ud. empieza a conocer la enfermedad, abriendo ojos y oídos, puede identificar los factores agravantes”. Conclusión Las necesidades emocionales y físicas de los pacientes con DA, así como las dificultades de cada día cuando son apropiadamente orientadas, propician la unión entre los miembros de la familia, esto también ayuda al desarrollo de una más efectiva relación con el equipo del cuidado de la salud. El conocimiento de los diferentes aspectos de los atópicos ciertamente ayuda para su cuidado, principalmente en los casos crónicos y de difícil manejo. Aún cuando la posibilidad de curar la enfermedad es siempre una gran esperanza, aliviar el sufrimiento de los pacientes con DA y ofrecerles una mejor calidad de vida es un gran logro. Como dice una madre de los grupos de DA:“¡Lo que yo quiero del grupo no es la cura, yo sé que no existe, yo quiero que mi hijo tenga experiencias con otros niños con la misma enfermedad, para crecer sin traumas serios!”. Traducido por la Dra. Celia Moisés Alfaro. Referencias bibliográficas 1. Werner S, Buser K, Kapp A,Werfel T.The incidence of atopic dermatitis in school entrants is associated with individual life-style factors but not with local environmental factors in Hannover, Germany. Br J Dermatol. 2002; 147:95-104. 2. Kunz B, Ring J. Clinical features and diagnostic criteria of atopic dermatitis. In Harper J, Orange A, Prose N.Textbook of Pediatric Dermatology, volume 1, p199-214, 2000. 3. Kiebert G, Sorensen SV, Revicki D, Fagan SC, Doyle JJ, Cohen J et al. Atopic dermatitis is associated with a decrement in health-related quality of life. Int J Dermatol. 2002; 41:151-8. M. Blessmann, C. Prati, P. Tarso Fontes Neto, T. Cestari 4. Leynaert B, Soussan D. Monitoring the quality-oflife in allergic disorders. Curr Opin Allergy Clin Immunol . 2003; 3:177-83. 5. Gerth van Wijk R. Quality of life, should we bother? Allergy. 2003; 58:284-6. 6. Laurenti R. Comentário. A mensuração da qualidade de vida. Rev Assoc Med Bras. 2003; 49(4): 361-2. 7. Fried RG. Nonpharmacologic treatments in psychodermatology. Dermatol Clin. 2002; 20(1): 177-85. 8. Ehlers A, Stangier U, Gieler U.Treatment of atopic dermatitis: a comparison of psychological and dermatological approaches to relapse prevention. J Consult Clin Psicol. 1995; 63(4):624-35. 9. Ellis CN, Drake LA, Prendergast MM, Abramovits W, Boguniewicz M, Daniel CR et al. Cost of atopic dermatits and eczema in the United States. J Am Acad Dermatol. 2002; 46:361-70. 10. Fernandes WJ. Os diferentes objetivos do trabalho grupal. In Fernandes WJ, Svartman B, Fernandes BS e colaboradores. Grupos e configurações vinculares. Ed ArtMed, capítulo 18, p 185-193, 2003 11. Buske-Kirschbaum A, Geiben A, Hellhammer D. Psychobiological aspects of atopic dermatitis: an overview. Psychother Psychosom . 2001; 70:6-16. 12. Buske-Kirschbaum A, Gierens A, Höllig H, Hellhammer DH. Stress-induced immunomodulation is altered in patients with atopic dermatitis. J Neuroimmunology. 2002; 129:161-7. 13. Rabung S, Schmidt C, Hüther G, Schauenburg H. The influence of psychosocial stressors on neuroimmunological parameters and skin conditions in a patient with atopic dermatitis. Dermatology and Psychosomatics. 2003; 4:207-14. 14. Reitamo S, Ansel JC, Luger TA. Itch in atopic dermatitis. J Am Acad Dermatol. 2001; 45(1 Suppl):S55-6. 15. Reuveni H, Chapnick G, Tal A, Tarasiuk A. Sleep fragmentation in children with atopic dermatitis. Arch Pediatr Adolesc Med. 1999; 153(3): 249-53. 16. Pauli-Pott U, Darui A, Beckmann D. Infants with atopic dermatitis: maternal hopelessness, childrearing attitudes and perceived infant temperament. Psychother Psychosom. 1999; 68:39-45. 17. Ohya Y, Williams H, Steptoe A, Saito H, Iikura Y, Anderson R et al. Psychosocial factors and adherence to treatment advice in childhood atopic dermatitis. J Invest Dermatol. 2001; 117:852-7. 18. Barneston RStC, Rogers M. Childhood atopic eczema. BMJ. 324:1376-1379, 2002. 19. Leung DY, Hanifin JM, Charlesworth EN, Li JT, Bernstein IL, Berger WE et al. Disease management of atopic dermatitis: a practice parameter. Ann Allergy Asthma Immunol. 1997; 79:197-211. 20. Raimer SS. Managing pediatric atopic dermatitis. Clin Pediatr (Phila). 2000; 39(1):1-14. 21. Hoare C, Li Wan Po A, Williams H. Systematic review of treatments of atopic eczema. Health Technol Assess. 2000; 4 (37): 1-191. 22. Beattie PE, Lewis-Jones MS. Parental knowledge of topical therapies in the treatment of childhood atopic dermatitis. Clin Exp Dermatol. 2003; 28:549-53. 23. Wenninger K, Kehrt R, von Rüden U, Lehmann C, Binder C,Wahn U et al. Structured parent education in the management of childhood atopic dermatitis: the Berlin model. Patient Educ Couns. 2000; 40:253-61. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 189 ARTÍCULO ORIGINAL Aplasia cutis congénita: caracterización de una población Margarita Larralde1, María Eugenia Abad2, María Angélica Ruiz Moh3, Rosana Marina Flores4. 1 Jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán. Jefa de la Sección Dermatología Pediátrica del Hospital JM Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina. 2Médica de la Sección Dermatología Pediátrica del Hospital JM Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina. 3Médica Pediatra, Residente del postgrado de Dermatología y Sifilografía, Instituto de Biomedicina. Caracas,Venezuela. 4Médica Pediatra, Carrera de Especialista Dermatología Pediátrica, Universidad de Buenos Aires. Dermatol Pediatr Lat 2006; 4(3): 190-196. Resumen La aplasia cutis consiste en la falta congénita de piel, que puede acompañarse de ausencia de estructuras subyacentes. Su apariencia clínica es variable y su origen es multifactorial. Material y métodos: Estudio retrospectivo descriptivo de pacientes con diagnóstico de aplasia cutis del sector de Dermatología Pediátrica del Hospital JM Ramos Mejía (Buenos Aires, Argentina) en el período agosto de 1997 a junio de 2006. Resultados: Se evaluó un total de 47 pacientes. Observamos coincidencias con la literatura revisada en lo que respecta a sexo, edad de primera consulta, localización y forma de presentación clínica. Dos de los pacientes tenían antecedentes familiares con aplasia cutis, en un caso se reportaba el antecedente de feto papiráceo, y en otro se halló el antecedente materno de uso de misoprostol. En un caso se encontró la asociación de anillo de hipertricosis con malformación vascular. Los hallazgos extracutáneos reportados incluyen: siringomielia/médula anclada, asimetría de ventrículos cerebrales, quiste dermoide, y deformidad de pabellón auricular. Conclusión: La aplasia cutis es un hallazgo clínico poco frecuente. Si bien la forma aislada es la más frecuente, no debemos dejar de remarcar la posibilidad de la asociación con otras anomalías. Palabras clave: Aplasia cutis; Aplasia cutis familiar; Feto papiráceo. Abstract Correspondencia Dra. Margarita Larralde Domicilio: Acevedo 1070, Banfield, Provincia de Buenos Aires (1828), Argentina. Correo electrónico: [email protected], [email protected] Recibido: 11/10/06 Aprobado: 20/11/06 190 Aplasia cutis is the congenital absence of skin, which can be accompanied by the absence of underlying structures. The clinical features can be variable with a multifactiorial origin. Materials and Methods: We present a restrospectic and descriptive study of 47 patients that were clinically diagnosed with aplasia cutis and evaluated at the Pediatric Dermatology Department at the Ramos Mejia Hospital, of Buenos Aires, Argentina between August 1997 and June 2006. Results: A total of 47 patients were included. We found similarities in reviewing literature on aplasia cutis in regards to sex, age of first consultation, affected area, and presenting symptoms. Two of the patients had a family history of aplasia cutis. One of them had a history of fetus papyraceous, in the other there was a maternal history of misoprostol use. One case was associated with the hair collar sign with an underlying vascular malformation. Reported extracutaneous findings include: tethered spinal cord, asymmetric cerebral ventricles, dermoid cyst and ear lobe deformation. Conclusion:Aplasia cutis is a rare clinical finding.Although it generally appears alone, clinicians must be aware of the possible associated abnormalities. Key words: Aplasia cutis; Familial aplasia cutis; Papyraceous fetus. M. Larralde, M. Abad, M. Ruiz, R. Flores La aplasia cutis consiste en la falta congénita de piel. A veces se acompaña de ausencia de estructuras subyacentes como el hueso y la duramadre. Puede afectar cualquier parte del cuerpo, en especial el cuero cabelludo1, presentándose de forma esporádica o familiar (autosómica dominante o recesiva)2. La primera descripción es atribuida a Cordon en el año 17673, mientras que el primer reporte en cuero cabelludo se otorga a Campbell 59 años más tarde4; desde ese entonces son numerosos los casos publicados. Es considerada un hallazgo clínico poco frecuente, estimándose su incidencia a nivel mundial en 3 de cada 10000 recién nacidos4. Es probable que los defectos no sean atribuibles a una sola causa y deba considerarse multifactorial, originado por una disrupción del desarrollo de la piel intraútero5. La apariencia clínica puede variar dependiendo de factores como la etiología y el momento en el que la lesión ocurre a nivel uterino, de manera que aquellas que se forman tempranamente se presentan como una cicatriz alopécica, atrófica y fibrótica, mientras que las tardías lo hacen como lesiones ulceradas o erosionadas6. En general se presenta como un hallazgo único, pudiendo estar asociada a otras malformaciones7. Material y métodos Estudio retrospectivo descriptivo de corte transversal. Se realizó una revisión de las historias clínicas de los pacientes con diagnóstico clínico de aplasia cutis del sector de Dermatología Pediátrica del Hospital JM Ramos Mejía, Buenos Aires, en el período comprendido entre agosto de 1997 y junio de 2006. Resultados Se evaluó un total de 47 pacientes. Cuarenta (85.1%) acudieron por primera vez a edades menores de 12 meses, dos entre los 12 y 24 meses, cuatro entre los 2 y 6 años, y uno entre los 6 y 11 años de edad (Fig. 1). El 53.2% (25 pacientes) de los pacientes correspondía al sexo masculino mientras el 46.8% (22 pacientes) al femenino. 100 85.1 80 60 Porcentaje Introducción 40 20 8.5 4.3 2.1 0 Menos de 12 m es es Entre 12 y 24 m es es Entre 2 y 6 años Entre 6 y 11 años Grupo etario Fig. 1. Distribución de acuerdo a la edad de primera consulta de los pacientes con diagnóstico de aplasia cutis congénita. Hospital JM Ramos Mejía, Buenos Aires, 1997-2006. La localización en cuero cabelludo se presentó como la más frecuente con un porcentaje de 82.9% (39 pacientes), en mayor número a nivel del vértex con un 35.9%. El resto se distribuía con porcentajes similares de 2.1% en las regiones maleolar, dorsal y lumbar; y simultáneamente en flancos y extremidades superiores e inferiores. El 85.1% (40 pacientes) tenía lesiones única, el 12.8% (seis pacientes) dos lesiones y el 2.1% (un paciente) más de dos lesiones. La forma de presentación clínica más frecuente fue la placa alopécica (80.4% de los casos). Un paciente presentaba anillo de hipertricosis perilesional, otro lesión ósea y un tercero la asociación de placa alopécica, anillo de hipertricosis y malformación capilar (Fig. 2). Encontramos dos pacientes con antecedentes familiares de aplasia cutis, en un caso se encontraba afectada la madre, y en el otro presentaban historia positiva una tía y abuela paterna (Fig. 3). Un paciente con aplasia cutis localizada a nivel lumbar y resonancia magnética nuclear con hallazgos de médula anclada-siringomielia, tenía un hermano portador de mielomeningocele (Fig. 4). Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 191 Aplasia cutis congénita Fig. 2. Coincidencia de aplasia cutis, anillo de hipertricosis y malformación capilar. Fig. 3.Aplasia cutis congénita familiar: en la fotografía de la izquierda lesiones en el recién nacido y en la derecha lesiones en la madre. Fig. 4. Aplasia cutis congénita de localización lumbar en paciente con médula anclada y hermano portador de mielomeningocele. 192 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 M. Larralde, M. Abad, M. Ruiz, R. Flores En cinco de los casos se refería prematuridad, en dos se reportaba amenaza de aborto como antecedente y en uno de estos casos la madre refería la ingesta de misoprostol como método abortivo. Uno de los pacientes que era producto de un embarazo gemelar con evidencia de feto papiráceo, presentaba lesiones cutáneas cicatriciales, de configuración estrellada, localizadas en flanco y cara externa de extremidades superiores e inferiores, y además un quiste dermoide a nivel de la glabela (Fig. 5). Fig. 5. Aplasia cutis asociada a feto papiráceo. En la foto se observa lesión irregular en flanco. Otras asociaciones encontradas fueron asimetría de los ventrículos cerebrales laterales y alteraciones en la estructura del pabellón auricular. La mayoría de los pacientes, 43 de ellos (91.5%), no presentaba hallazgos asociados. Discusión La aplasia cutis es un grupo de desórdenes caracterizados por la ausencia localizada de piel producto de una anomalía o disrupción en su desarrollo. Su carácter congénito y la evidencia clínica al nacimiento justifican el mayor porcentaje de consultas durante el primer año de vida. No existe predilección sexual3. En lo que respecta a la localización de las lesiones, el mayor porcentaje de los pacientes las presentan en cuero cabelludo. Se describe que aproximadamente el 80% de las aplasia cutis aparecen a este nivel, en su mayoría en el vértex o a lo largo de la sutura sagital8. El 70% a 75% de las lesiones en cuero cabelludo son solitarias, aproximadamente el 20% de los pacientes tienen dos lesiones y un 8% tiene lesiones múltiples3; cuando las lesiones aparecen en tronco y/o extremidades tienden a ser múltiples9. La zona más frecuentemente afectada en la población estudiada fue el vértex; esto se explicaría al ser este sitio el punto de mayores fuerzas de tensión durante el rápido crecimiento del cerebro, y consecuentemente el más sensible a sufrir una disrupción tensióninducida5. El 66% de los pacientes que presentaba lesiones múltiples correspondía a localizaciones fuera del cuero cabelludo. La presentación clínica al nacimiento de las lesiones de aplasia cutis es variable, pueden ser circulares, con apariencia de sacabocado, redondeadas, ovales, lineales, romboidales, o estrelladas. En la superficie, pueden ser ulceradas, erosionadas o completamente cicatriciales (cicatriz atrófica o queloides). La forma más común de aplasia cutis congénita es la membranosa, que aparece como una lesión atrófica pequeña, oval o redondeada, de forma definida, que parece estar cubierta de una membrana delgada. La forma no membranosa se presenta como defectos grandes irregulares y estrellados10. Las lesiones más grandes están comúnmente asociadas a alteraciones óseas subyacentes y/o a anomalías vasculares, que pueden dejar membranas expuestas11. La forma más frecuente de presentación en nuestra serie fue la placa alopécica (80.4%), seguida en menor medida por la lesión ulcerada (8.7%). La presencia de un defecto óseo subyacente se calcula entre 20% y 30%. En nuestra serie sólo fue reportado en un paciente (2.1%). La aplasia cutis en cuero cabelludo rodeada de una corona de pelos es un signo que sugiere la posibilidad de defectos neuroectodérmicos subyacentes, como encefalocele o meningocele. Puede coexistir con una malformación vascular12,13. En los pacientes presentados en este estudio sólo se pudo demostrar alteración en el que presentaba asociación de aplasia cutis nevus flammeus - anillo de hipertricosis, quien portaba asimetría de los ventrículos laterales cerebrales en los estudios de imágenes. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 193 Aplasia cutis congénita En la mayoría de los casos la aplasia cutis es un hallazgo único, sin embargo puede asociarse a otras malformaciones como: paladar hendido, sindactilia, agenesia de los dedos, dedos en palillo de tambor, cardiopatías, malformaciones cerebrales, colobomas, pezón supernumerario, coartación de aorta, estenosis craneal, anencefalia, mielomeningocele, gastrosquisis, onfalocele y fístulas traqueo esofágicas14. taglandina E1, empleado en abortos químicos y para el tratamiento de úlceras. La intensa vasoconstricción y contracción uterina producida por la prostaglandina podría resultar en disrupción vascular y finalmente en isquemia fetal distal4,17. Otras drogas no relacionadas que se han asociado con la aparición de aplasia cutis incluyen: metadona9, ácido valproico, carbimazol4, heparina18 y metimazol14. Varias hipótesis tratan de explicar el mecanismo por el cual se produce esta alteración. La ocurrencia de episodios isquémicos a nivel placentario como consecuencia de eventos trombóticos, la presencia de adherencias amnióticas a la piel fetal, ruptura por tensión biomecánica de la piel embrionaria, defectos del cierre del tubo neural, involución de un gran hemangioma, acción de teratógenos específicos ya sean medicamentos o virus, y traumatismos intrauterinos, son algunos de los mecanismos propuestos5,9-15. Las bandas amnióticas pueden dar origen a una aplasia cutis5. La presencia de casos familiares sugiere un patrón de herencia, habitualmente autosómica dominante con penetrancia incompleta y expresión intrafamiliar variable; existen además casos de herencia autosómica recesiva. La edad paterna superior a los 35 años se relaciona con mutaciones dominante16. Se ha considerado que cuando la aplasia cutis afecta sólo el cuero cabelludo existe hasta un 40% de antecedentes familiares4. La aplasia cutis familiar se ha descrito asociada a la forma clínica no membranosa de la enfermedad5, en este estudio encontramos dos casos familiares, donde madre e hijo presentaban lesiones a nivel de cuero cabelludo, siendo las lesiones de los niños clínicamente de tipo no membranosa. Es importante, sin embargo, destacar que en la mayoría de los reportes los padres o familiares no son examinados, por lo que tal vez muchos casos reportados como esporádicos corresponderían a casos familiares16. Otro antecedente relevante es el uso de misoprostol como agente inductor del aborto. El misoprostol es un análogo sintético de la pros- 194 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 La asociación de aplasia cutis y feto papiráceo ocurre de manera esporádica. Se plantea que la muerte in utero de un gemelo puede promover la generación de material pro-trombótico, causando extensos infartos placentarios, coagulación intravascular diseminada, o daño fetal directo en el feto sobreviviente, debido a la presencia de shunts vasculares. En un intento por facilitar la comprensión de la aplasia cutis varios investigadores han propuestos clasificaciones que tratan de agrupar los hallazgos de acuerdo a su localización, asociaciones y modo de herencia. Quizás la más difundida de ellas es la propuesta por Frieden en el año 1986:5 Grupo 1: Aplasia cutis congénita del cuero cabelludo sin anomalías múltiples. Cerca del 86% de las lesiones solitarias ocurren a nivel del cuero cabelludo, generalmente a nivel del vértex. Constituye el grupo más frecuente, con una herencia autosómica dominante o presentándose de forma esporádica. Grupo 2: Aplasia cutis del cuero cabelludo asociada con anormalidades de las extremidades. Consiste en un defecto solitario en la línea media del cuero cabelludo con hipoplasia o ausencia de falanges distales de pies y de manos. Su herencia es autosómica dominante, con variable expresión genética. Grupo 3: Aplasia cutis congénita del cuero cabelludo con nevo epidérmico y organoide. Los nevos son adyacentes o próximos al área de aplasia, solitarios o múltiples. Son frecuentes las anor- M. Larralde, M. Abad, M. Ruiz, R. Flores Grupo 4: Aplasia cutis congénita sobre malformaciones embriológicas. Puede asentar sobre mielomeningocele, gastrosquisis, onfalocele. La herencia en estos casos depende de la condición subyacente. El diagnóstico de esta patología es clínico5 y en general no está indicada de rutina la biopsia. La histopatología es inespecífica. La epidermis puede estar ausente o presentar pocas capas de células. La dermis presenta fibras de colágeno desordenadas. Los apéndices están ausentes o son rudimentarios y el tejido subcutáneo generalmente es delgado2,8. Grupo 5: Aplasia cutis congénita asociada con feto papiráceo o infartos placentarios. Se caracteriza por la presencia de lesiones estrelladas o lineales, simétricas, de tronco y extremidades, asociadas a la presencia de un feto papiráceo o a infartos placentarios. Puede presentar otras anomalías asociadas. Es esporádica. El diagnóstico diferencial debe ser establecido con nevo de Jadassohn, lesiones traumáticas, quemaduras, herpes neonatal, hipoplasia dérmica focal, encefalocele, epidermolisis ampollar, onfalocele, quiste dermoide, esclerodermia en placas, lupus eritematoso discoide crónico y cicatrices, entre otros3,11,14. Grupo 6: Aplasia cutis congénita asociada con epidermolisis ampollar. Al menos cuatro formas de epidermolisis ampollar se han asociado con aplasia cutis congénita. La atresia duodenal o pilórica puede presentarse en un número importante de pacientes. La herencia es autosómica recesiva. En lesiones menores de 5 a 6cm, se espera el cierre espontáneo, lo que ocurre en un periodo estimado de uno a tres meses4. Se sugiere en estos casos el uso de apósitos o curas con mupirocina2,11. Los defectos más grandes o profundos requieren tratamiento quirúrgico con colgajos o injertos2. malidades oftalmológicas y el retardo psicomotor. Los casos son esporádicos. Grupo 7: Aplasia cutis congénita localizada en las extremidades sin ampollas. Aplasia cutis extensa, simétrica, con defecto de todo el espesor de la piel en extremidades sin ampollas o distrofia ungueal. Herencia autosómica dominante o recesiva. Grupo 8: Aplasia cutis congénita causada por teratógenos específicos. Se han reportado casos asociados a infección intrauterina como herpes simple y varicela, o a medicamentos como el metimazol. Grupo 9: Aplasia cutis congénita asociada con síndromes malformativos. Se ha reportado asociación con displasia ectodérmica, displasia ectodérmica-síndromes malformativos, trisomía13, síndrome 4-p, trisomía4. La herencia depende del síndrome específico. La forma más común de aplasia cutis congénita asociada a otras anomalías es el síndrome de Adams-Oliver, que se caracteriza por grandes lesiones de aplasia cutis, asociado a dilatación de venas del cuero cabelludo, cutis marmorata telangiectásico congénito y defectos en extremidades11. Conclusión La aplasia cutis congénita es una patología poco frecuente. A pesar de que la mayoría de los individuos no presenta otras anormalidades, puede ser observada la asociación con otras anomalías y síndromes malformativos. Debe tenerse en cuenta que las formas familiares son en general subdiagnosticadas. Referencias bibliográficas 1. Baselga E,Torrelo A, Drolet B, Zambrano A,Alomar A, Esterly N. Familial nonmembranous aplasia cutis of the scalp. Pediatr Dermatol 2005;22:213-217. 2. Benjamin LT, Trowers AB, Schachner LA. Giant aplasia cutis congenita without associated anomalies. Pediatr Dermatol. 2004; 21(2):150-3. 3. Speaker M, García-González E, Tamayo L. Sclerosing and atrophying conditions. En Pediatric Dermatology 3rd ed., Schachner L, Hansen R. Eds. Mosby, 2003:793-795. 4. Moros Peña M, Labay Matías M, Valle Sánchez E Valero Adan T, Martín-Calama Valero J, Muñoz Albillos M. Aplasia cutis congénita en un recién Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 195 Aplasia cutis congénita 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 196 nacido: revisión etiopatogénica y actitud diagnóstica. An Esp Pediatr. 2000; 52:453-56. Frieden I. Aplasia cutis congenita: A clinical review and proposal for classification. J Am Acad Dermatol. 1986;14:646-660. Buchel T, Devaul W, Frey K. Newborn with a scalp lesion. Am Fam Physician. 2005;72:1569-1571. Karg E, Bereg E, Gaspar L, Katona M,Turi S.Aplasia cutis congenita after methimazole exposure in utero. Pediatr Dermatol. 2004;21:491-494. Bigliardi PL,Braschler C,Kuhn P, Sigrist J,Buechner S,Rufli T. Unilateral aplasia cutis congenita of the leg. Pediatr Dermatol. 2004;21:454-457. Valverde-Blanco, F.; Moreno, J.C.;Vélez,A.; Cano,A., Aplasia cutis. Med. Cutan. Iber. Lat. Am. 1998; 26:274-278 Eichenfield L, Larralde M. Neonatal skin and skin disorders. En: Pediatric Dermatology 3rd ed., Schachner L, Hansen R. Eds. Mosby, 2003: 225-226. Frieden I. Aplasia cutis congenita. En: Dermatología neonatal. 1ra ed, Pueyo S,Valverde R. 2005:136-139. Fujita Y, Yokota K,Akiyama M,Machino S,Inokuma D,Arita K et al Two cases of atypical membranous Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 13. 14. 15. 16. 17. 18. aplasia cutis with hair collar sign: one with dermal melanocytosis, and the other with naevus flammeus. Clin Exp Dermatol. 2005;30(5):497-9. Herron MD, Coffin CM, Vanderhooft SL.Vascular stains and hair collar sign associated with congenital anomalies of the scalp. Pediatr Dermatol. 2005;22:200-205. Bottegal HE.Aplasia cutis congénita asociada a feto papiráceo. Arch Argent Dermatol. 2000; 50:9-14 Ng PC,Lee CH, To KF, Fok TF, So KW, Wong W, Cheung KL. Severe congenital absence of skin in a preterm infant. J Paediatr Child Health. 1999;35(3):306-8. Sybert V. Aplasia Cutis Congenita: a report of 12 new families and review of the literature. Pediatr Dermatol. 1985;3:1-14. Orioli IM, Castilla EE. Epidemiological assessment of misoprostol teratogenicity. BJOG 2000;107:519-523. Sharif S, Hay CR,Clayton-Smith J.Aplasia cutis congenita and low molecular weight heparin BJOG. 2005 Feb;112(2):256-8. ARTÍCULO ORIGINAL Onicomicosis en niños: estudio en una población mexicana Janeth Villanueva-Reyes1, Roberto Arenas2. 1 Dermatóloga, Universidad del Valle, Cali, Colombia. Micología Médica, Hospital General “Dr. Manuel Gea González” - Universidad Nacional Autónoma de México. 2Dermatólogo, Jefe de la Sección de Micología, Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, México. Dermatol Pediatr Lat 2006; 4(3): 197-203. Resumen La onicomicosis es una infección crónica recurrente de las uñas causada por dermatofitos, levaduras y hongos oportunistas. En niños son menos comunes, pero con un incremento progresivo. En países desarrollados la frecuencia es muy baja (0.44%), mientras que en América Latina no es tan rara (4-8%). Objetivo: Determinar la frecuencia de onicomicosis en niños y su correlación clínica, micológica y patológica. Material y métodos: Estudio descriptivo transversal, realizado en un periodo de seis meses, en 126 niños captados entre niños que acudieron a una consulta de dermatología o eran acompañantes. Los casos de onicomicosis fueron analizados mediante examen directo, cultivo en agar Sabouraud y biopsia ungueal con tinción de PAS. Resultados: Se estudiaron 61 mujeres (48.4%) y 65 hombres (51.6%); con un rango de edad entre 2 meses y 17 años. Se detectaron seis casos de onicomicosis (4.8%), cuatro hombres (66.7%) y dos mujeres (33.3%), con un promedio de edad de 14.2 años. Solo uno (16.7%) tenía asociación con tiña pedis y cuatro (66.7%) tenían un familiar afectado. El 50% tenía entre seis meses y un año de evolución. El 50% tenía afección unilateral de la uña del primer artejo y el 50% bilateral. La variedad clínica fue onicomicosis subungueal distal en cinco casos (83.3%) y onicomicosis subungueal distal y lateral en un caso (16.7%). Los agentes etiológicos fueron candida en cuatro casos (C. tropicales tres (50%) y C. krusei uno (16.7%)) y Trichophyton rubrum en dos casos (33.3%). La tinción de PAS de la lámina ungueal mostró hifas en dos casos (33.3%). Se encontró correlación positiva entre la edad y presencia de onicomicosis, en consecuencia, a mayor edad mayor riesgo de presentar onicomicosis. Conclusión: Las onicomicosis en niños presentan un incremento progresivo, con una frecuencia en este estudio de 4.8%, siendo el grupo etario más afectado entre los 12 y 18 años de edad. El agente etiológico más común fue candida (66.7%). Palabras clave: Onicomicosis; Niños; Candida; Trichophyton rubrum. Abstract Background: Onychomycosis is a chronic recurrent infection of the nails caused by dermatophytes, yeasts and molds. It is found less frequently in children but at a currently increasing rate. In developed countries the frequency is low (0.44%) while in Latin America it is not uncommon (4-8%). Objective: To determine the frequency of onychomycosis in children and its clinical, mycological and histopathological findings. Materials and methods: An observational, prospective and transverse study was performed in 126 children during a 6 month period. These children were both patients and guests during the visit, from an outpatient dermatological clinic. We studied a total of 61 girls (48.4%) and 65 boys (51.6%), age range of 2 months to 17 years. Six cases were of clinical onychomycosis were found. KOH, Sabouraud's dextrose agar culture and a nail biopsy with PAS stain were obtained. Correspondencia: Dra. Janeth Villanueva Reyes Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. Departamento de Dermatología, Sección de Micología. Calzada de Tlalpan CP4500. D.F, México. Tel 52 55 56657791 Correo electrónico: [email protected] Recibido: 06/12/06 Aprobado: 28/12/06 197 Onicomicosis en niños Results: Out of 126 children, 6 (4.5%) had onychomycosis, 4 boys (66.6%) and 2 girls (33.3%) with an age range of 11 to 16 years, medium age of 14.2 years. Four patients (66.6%) were adolescents and 2 (33.3%) were in grade school. One case was associated with tinea pedis and 4 cases had a family member with onychomycosis. Infection time ranged form 6 months to 1 years (50%), with half having unilateral nail involvement and the other half with bilateral nail involvement of the first toenail. Subungual distal onycomychosis (SDO) was observed in 5 cases (83.3%) and subungual distal and lateral onychomycosis (SDLO) in one case (16.6%).The etiologic agents were: Candida in 4 cases (66.6%), (C. tropicalis 3 = 50%, C. krusei 1 = 16.6%, and T. rubrum 2 = 33.3%). The Spearman correlation coefficient gave a positive correlation of 27% regarding age and the onset of onychomycosis, with a statistical significance of < 0.01. Thus the older in age, the higher the risk of onychomycosis. Conclusion: Risk of onychomycosis in children increases in frequency with age, with a risk of 4.8% in this study, with the most commonly affected age being from 12 to 18 years of age. Candida (66.6%) and T. rubrum (33.3%) were the most common etiologic agents. Key words: Onychomycosis; Children; Candida; Trichophyton rubrum. Introducción La onicomicosis es una infección crónica recurrente de las uñas causada por dermatofitos, levaduras y hongos oportunistas1. Por lo general se presenta en adultos como consecuencia de una tinea pedis. En niños es menos común, pero con un incremento progresivo en su frecuencia, encontrando a dermatofitos y Candida sp. como los principales agentes causales. En países desarrollados la frecuencia es muy baja en niños (0.44%), mientras que en América Latina no es tan rara (4-8%). Se cree que factores climáticos y socioeconómicos pueden jugar un papel importante2. El grupo etario más afectado (66.4%) se encuentra entre los 12 y 16 años de edad, probablemente relacionado con incremento en los factores de riesgo como la práctica deportiva y la pubertad (hormonas). La principal fuente de infección son los padres (46.2%) y contactos cercanos (65%), quienes padecen de onicomicosis o tinea pedis3. La menor frecuencia en niños se debería a un contacto reducido con el hongo, menor tiempo de exposición a ambientes con alta densidad de hifas y esporas infectantes (ej. baños públicos, saunas), rápido crecimiento ungueal comparado con la población adulta, menor área de superficie ungueal disponible, menor 198 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 exposición a traumas que faciliten la colonización, diferencias estructurales en las uñas de los pies y una menor prevalencia de tiña pedis en la edad pediátrica4-6. La onicomicosis dermatofítica en niños afecta principalmente las uñas de los pies, manifestada como onicomicosis subungueal distal (OSD) en el 88.5% de los casos, pero se puede observar la variedad clínica blanca superficial (OBS) y la subungueal proximal (OSP)3,7. El diagnóstico se realiza por la sospecha clínica y la confirmación micológica a través del examen directo con hidróxido de potasio (KOH) o negro de clorazol de las escamas de las uñas y mediante cultivo en agar Sabouraud; sin embargo, existe un 30% de falsos negativos, que se confirman con el estudio histológico de la lámina ungueal8-12. Los principales dermatofitos aislados son: T. rubrum (69-92.7%), T. tonsurans (8.8%), T. mentagrophytes var. interdigitale (5.4%) y Microsporum canis (2.9%)3. El tratamiento de elección de la onicomicosis en niños es la griseofulvina, pero se cuenta en países en vías de desarrollo con alternativas terapéuticas sistémicas como itraconazol, fluconazol y terbinafina, y medicamentos tópicos como ciclopirox-olamina 8%, amorolfina 5% y urea 40% más bifonazol13-15. J. Villanueva-Reyes, R. Arenas El presente estudio tiene por finalidad determinar la frecuencia de onicomicosis en niños y su correlación clínica, micológica y patológica. Material y métodos Se realizó un estudio descriptivo transversal durante seis meses en niños que asistieron en forma consecutiva al servicio de Dermatología del Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, México, como pacientes o acompañantes y que no habían recibido tratamiento antimicótico sistémico o tópico, mínimo un mes antes del estudio. A todos los niños se les aplicó una encuesta y a quienes tuvieron un examen físico compatible con onicomicosis se les tomó una muestra de la escama subungueal para realizar el examen directo y cultivo en agar Sabouraud. Un fragmento de 4mm de la uña parasitada fue recortada con alicate para el procesamiento de la biopsia ungueal y tinción de PAS. Todos los procedimientos estuvieron de acuerdo con lo estipulado en el Reglamento de la ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud. Se utilizó estadística descriptiva con medidas de tendencia central y dispersión con el programa SPSS12 para Windows y chi cuadrado de tendencia con EPIINFO 2002. Resultados La muestra estuvo constituida por 126 niños, 65 hombres (51.6%) y 61 mujeres (48.4%); con un rango de edad entre 2 meses y 17 años y una edad promedio de 7.37 años (Tabla 1). Tabla 1. Distribución general por grupos etarios. Grupo etario Lactantes (0 a 2 años) Pre-escolares (3 a 5 años) Escolares (6 a 12 años) Adolescentes (13 a 18 años) Total Frecuencia 25 28 49 24 126 Porcentaje 19.8 22.2 38.9 19.1 100 Eran residentes del área conurbada 115 niños (91.3% del DF y estado de México) y once (8.7%) residían en otros estados. En cuanto a la ocupación, 79 (63%) niños eran estudiantes, 42 (33%) menores y cinco (4%) no tenían ninguna ocupación. Todos pertenecían al estrato socioeconómico medio-bajo. El principal motivo de asistencia al servicio fue como acompañante sano (27%), seguido de candidosis genital (3.2%), tiña de la cabeza (3.2%), tiña de los pies (1.6%), tiña del cuerpo (0.8%), síndrome de Down (0.8%); otras diversas causas representan el 63.5%. De los 126 niños, seis (4.8%) tuvieron examen físico compatible con onicomicosis, cuatro hombres (66.7%) y dos mujeres (33.3%), con un rango de edad entre 11 y 16 años, y una edad promedio de 14.2 años. Cuatro pacientes (66.7%) eran adolescentes (13 a 18 años) y dos (33.3%) eran escolares (6 a 12 años). Los seis pacientes con onicomicosis eran estudiantes residentes de la Ciudad de México y pertenecían al estrato socioeconómico medio-bajo. El motivo de consulta en el 66.7% de los pacientes era patología ungueal (dos con onicomicosis y dos con onicocriptosis), uno por acné (16.7%) y uno por verrugas vulgares (16.7%). De los seis pacientes, solo uno (16.7%) tenía otra micosis asociada (tiña pedis) y cuatro (66.7%) de ellos tenían un familiar afectado (dos un hermano y la madre, y dos el padre). En cuanto al tiempo de evolución, un paciente (16.7%) tenía menos de seis meses de presentar la enfermedad, tres (50%) tenían entre 6 meses y un año, y dos (33.3%) entre 2 y 5 años de evolución. Según la localización, tres (50%) tenían afección unilateral de la uña del primer artejo, dos tenían afección de dos uñas y un paciente presentaba compromiso de tres uñas. Las variedades clínicas diagnosticadas fueron OSD en cinco casos (83.3% - Fig. 1) y onicomicosis subungueal distal y lateral (OSDL) en un caso (16.6%), todos ellos con examen directo y cultivo positivos. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 199 Onicomicosis en niños Los agentes etiológicos aislados en el cultivo fueron Candida tropicalis en tres casos (50% Fig. 2), T. rubrum en dos casos (33.3% - Fig. 3) y Candida krusei en un caso (16.7% - Fig. 4). El estudio histopatológico con tinción de PAS de la lámina ungueal reportó presencia de hifas en dos casos (33.3%), un caso por T. rubrum y uno por C. tropicalis (Fig. 5). Se encontró una relación entre la edad y la presencia de onicomicosis, es decir, a mayor edad del niño, mayor riesgo de presentar onicomicosis (p=0.007 - prueba chi cuadrado de tendencia). Fig.1. Niño de 11 años de edad con onicomicosis subungueal distal (OSD). Fig. 2. Aislamiento de C. tropicalis (Chrom agar) de una niña de 15 años. Fig. 3. Aislamiento de T. rubrum de un niño de 11 años. Fig. 4.Aislamiento de C. krusei (Chrom agar) de una niña de 16 años. 200 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 Fig. 5. Hifas en biopsia de lámina ungueal (PAS 40x). J. Villanueva-Reyes, R. Arenas Discusión En nuestro estudio encontramos una frecuencia de onicomicosis de 4.8% en 126 niños que acudieron al servicio de Dermatología como pacientes o acompañantes. De las variables analizadas en el presente trabajo, la variedad clínica más frecuente fue la OSD, lo que coincide con lo previamente reportado en la literatura. Llama la atención que el agente etiológico más comúnmente aislado fue Candida, que se ha relacionado con onicomicosis de las manos en niños pequeños con el hábito de chuparse el dedo. Nuestros pacientes se encuentran en la adolescencia, donde el agente etiológico principal es T. rubrum. Habitualmente se considera que el estudio histopatológico de la lámina ungueal tiene una sensibilidad del 98% al 100%, especialmente si se utiliza la tinción de PAS8-12. En nuestro caso los datos no son completamente válidos debido a las dificultades técnicas en el procesamiento de las muestras. taron que 23% tenían onicomicosis. Estos autores reportaron a la onicomicosis en segundo lugar en frecuencia, después de las anormalidades congénitas18. Bonifaz y cols. observaron 16 casos de onicomicosis dermatofíticas en niños menores de dos años de edad en un estudio retrospectivo, realizado en un periodo de 18 años en dos hospitales públicos de México. Encontraron como principal factor predisponente el síndrome de Down, mayor afección de uñas de pies (62.5%), la OSD como la variedad clínica más frecuente (87.5%) y T. rubrum como principal agente causal (87.5%)19. Gupta y cols. en un estudio multicéntrico de prevalencia y estrategias de manejo de la onicomicosis en 2500 niños norteamericanos menores de 18 años, reportaron una prevalencia de 0.44%, con 17 niños afectados, de los cuales ocho (47%) tenían tiña pedis concomitante. Realizaron una revisión de los diferentes estudios mundiales de la prevalencia de onicomicosis en niños y hallaron un rango entre 0% y 2.6% (promedio 0.3%)4. En un estudio retrospectivo de micosis superficiales realizado en 1157 niños mexicanos por Vásquez del Mercado y Arenas, se reportó la presencia de onicomicosis en 210 casos (33%), con mayor frecuencia entre los 13 y 18 años de edad (61%). En el 42% de los cultivos aislaron el agente causal, siendo el más frecuente el T. rubrum (64 casos) seguida de Candida sp. (18 casos). Los autores afirman que la onicomicosis es un padecimiento cada vez menos raro en la edad pediátrica; con una prevalencia de 0.2%, favorecida por la oclusión de los pies y asociada a otras entidades como síndrome de Down, enfermedades inmunosupresoras y malignas16. En un estudio retrospectivo de onicomicosis en niños, Romano y cols. estudiaron los agentes causales, aspectos clínicos, fuentes de infección y terapia antimicótica en 46 niños, reportando a los dermatofitos como principal agente causal, seguido por Candida y la onicomicosis subungueal distal y distolateral como principal variedad clínica. Además insisten en la necesidad de la confirmación del diagnóstico clínico por medios microbiológicos para el inicio de un tratamiento temprano que prevenga la distrofia ungueal y la diseminación de la infección20. Arenas, en su descripción de los aspectos clínico-epidemiológicos, micológicos y terapéuticos de las onicomicosis en México, reporta una prevalencia de 1.31% de onicomicosis en niños menores de 15 años17. En otro estudio, con respecto a la prevalencia y naturaleza de las alteraciones ungueales en pacientes pediátricos, Iglesias y cols. examinaron 100 niños mexicanos con problemas ungueales y repor- En Bruselas, Lateur y cols. reunieron durante diez años 296 niños con onicomicosis de 963 con enfermedades ungueales y afirman que la prevalencia de la onicomicosis en la población pediátrica general es baja, entre 0.2% y 2.6%, con incremento de su reporte después de la pubertad. Hacen referencia al estudio de Findlay y cols. en Sudáfrica y Philpot y Shuttleworth en Inglaterra, quienes coinciden Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 201 Onicomicosis en niños en una prevalencia de 0.2%, y al de Chang y Logmann quienes encuentran una prevalencia de 2.6% en niños guatemaltecos5. En Turquía, Inanir y cols. realizaron un estudio en dos escuelas de primaria de diferente estrato socioeconómico para medir la prevalencia de tiña pedis y onicomicosis en niños, tomando aleatoriamente 785 niños entre seis y 14 años de edad. Reportaron nueve casos de tiña pedis y cuatro de onicomicosis, siendo la mayoría de los casos niños mayores de diez años de edad y de sexo masculino21. Durante un periodo de tres años en Polonia, Lange y cols. en un total de 94 casos de dermatofitosis en pacientes de cero a 18 años de edad, solo encontraron un niño con onicomicosis en manos y seis con onicomicosis en los pies; y explican que la mayoría eran niños por encima de doce años de edad, lo cual coincide con lo reportado por otros autores22. La onicomicosis en niños muestra un incremento progresivo, observándose clínicamente asociada a tinea pedis y a enfermedades predisponentes como diabetes mellitus, síndrome de Down, enfermedades inmunosupresoras y malignas16. La morbilidad de la onicomicosis en pacientes pediátricos afecta la calidad de vida, sobre todo cuando se presenta en etapas tempranas. El grupo etario más afectado se encuentra entre los 12 y 18 años de edad, probablemente relacionado con incremento en los factores de riesgo como la pubertad, la práctica deportiva y el inicio temprano de la actividad laboral3,16. Existen pocos estudios en México sobre la frecuencia de onicomicosis en pacientes pediátricos y los reportes de Arenas y cols. mencionan la variedad OSD como la más frecuente entre nuestra población1-3. En esta muestra en niños aparentemente sanos hemos encontrado una frecuencia de 4.8%, cifra más alta que lo previamente informado, lo que muestra un claro aumento de esta micosis. La búsqueda intencionada para medir la frecuencia real y realizar una correlación tanto en 202 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 el ámbito clínico, micológico e histopatológico, permite un conocimiento más adecuado acerca de la etiopatogenia y la historia natural de la onicomicosis en niños; al mismo tiempo permite desarrollar mejores estrategias en el estudio, prevención y tratamiento, que evitan la distrofia ungueal temprana y la diseminación de la infección en este grupo de pacientes. Referencias bibliográficas 1. Arenas R. Micología Médica Ilustrada. 2da Ed. México. Interamericana-McGraw- Hill.2003: 61-70. 2. Ruiz-Esmenjaud J, Arenas R, Rodríguez-Álvarez M, Monroy E, Felipe Fernandez R. Tinea pedis and Onychomycosis in Children of the Mazahua Indian Community in Mexico. Gac Med Mex. 2003; 139(3):215-20. 3. Arenas R, Ruiz-Esmenjaud J. Onychomycosis in childhood: a current perspective with emphasis on the review of treatment. An Bras Dermatol. 2004;79(2):225-32. 4. Gupta AK, Sibbald RG, Lynde CW, Hull PR, Prussick R, Shear NH et al. Onychomycosis in children: prevalence and treatment strategies. J Am Acad Dermatol. 1997; 36(3): 395-402. 5. Lateur N, Mortaki A,Andre J.Two hundred ninetysix cases of onychomycosis in children and teenagers: a 10 year laboratory survey. Pediatr Dermatol. 2003; 20(5): 385-388. 6. Arenas R. Las onicomicosis. Aspectos clínico-epidemiológicos, micológicos y terapéuticos. Gac Med Mex. 1990; 126(2):84-91. 7. Maleszka R. Enzymatic activity of dermatophytes in various forms of onychomycosis. Mikol Lek. 1999; 6(2):77-83. 8. Suarez SM, Silvers DN, Scher RK, Pearlstein HH, Auerbach. Histologic evaluation of nail clippings for diagnosing onychomycosis. Arch Dermatol. 1991; 127: 1517-9. 9. Gianni C, Morreli V, Cerri A, Greco C, Rossini P, Guiducci A et al. Usefulness of histological examination for the diagnosis of onychomycosis. Dermatology. 2001; 202: 283-8. 10. Zabawsji E, Styles A, Clay R. Routine Periodic Acid -Schiff staining of nail plate fragments in fungal cultures for onychomycosis: A meted to increased the sensitivity of diagnosis. Cutis. 2000; 66: 456-58. 11. Pierard GE, Arrese JE, De Doncker P, PierardFranchimont C. Present and potential diagnostic techniques in onychomycosis. J Am Acad Dermatol. 1996; 34(2):273-7. 12. Mahoney JM, Bennet J, Olsen B. The diagnosis of onychomycosis. Dermatol Clin 2003; 21: 463-7. J. Villanueva-Reyes, R. Arenas 13. Gupta AK, Skinner AR. Onychomycosis in children: a brief overview with treatment strategies. Pediatr Dermatol. 2004; 21(1):74-9. 14. Zaias N, Rebell G. The management of childhood onychomycosis. Pediatr Dermatol. 2004; 21(1): 80-81. 15. Bonifaz A, Ibarra G. Onychomycosis in children: treatment with bifonazol-urea. Pediatric Dermatol. 2000; 17(4): 310-4. 16. Vásquez del Mercado E, Arenas R. Datos epidemiológicos y etiológicos de las micosis superficiales en los niños de un servicio de dermatología de la Ciudad de México. Dermatología Rev Mex. 2004; 48:295-9. 17. Arenas R, Ocejo D. Onicomicosis: frecuencia actual en un departamento de dermatología de la Ciudad de México. Dermatología Rev Mex. 1997; 41(5): 171-5. 18. Iglesias A, Tamayo L, Sosa-de-Martínez C, DuranMcKinster C, Orozco-Covarrubias L, Ruiz- 19. 20. 21. 22. Maldonado R. Prevalence and nature of nail alterations in pediatric patients. Pediatric Dermatol. 2001; 18: 107-9. Bonifaz A, Saúl A, Mena C, Valencia A, Paredes V, Fierro L et al. Dermatophyte Onychomycosis in children under 2 years of age: experience in 16 cases. J Eur Acad Dermatol Venereol. 2007; 21: 115-7. Romano C, Papini M, Ghilardi A, Gianni C. Onychomycosis in children: a survey of 46 cases. Mycoses. 2005; 48:430-7. Inanir I, Sahin T, Gunduz K, Dinc G,Turel A, Arisoy A et al. Case Report. Tinea pedis and onychomycosis in primary school children in Turkey. Mycoses. 2001; 45:198-201. Lange M, Nowicki R, Baranska-Rybak W, Bykowska B. Dermatophytosis in children and adolescents in Gdansk, Poland. Mycoses. 2004; 47; 326-9. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 203 REPORTE DE CASOS Displasia ectodérmica hipohidrótica, a propósito de un caso Rosario Alarcón1 , Pía Ramírez2,Tatiana Yañez2, Francisco Alarcón3, Felipe Solís4 Dermatóloga. Prof. Asociado. Facultad de Medicina. Universidad de Concepción. 2Internas de Medicina. Facultad de Medicina. Universidad de Concepción. 3Alumno de Medicina. Facultad de Medicina. Universidad San Sebastián. 4 Alumno de Medicina. Facultad de Medicina. Universidad de Concepción. Hospital Clínico Guillermo Grant Benavente de Concepción, Chile. 1 Dermatol Pediatr Lat 2006; 4(3): 204-210. Resumen Las displasias ectodérmicas (DE) son genodermatosis congénitas difusas, no progresivas, que cursan con un desarrollo anormal de los tejidos derivados del ectodermo: piel, pelo, uñas, dientes y glándulas sudoríparas ecrinas. El tipo más frecuente de DE es la hipo/anhidrótica, cuya característica más relevante es la disminución de las glándulas sudoríparas, acompañada de alteraciones de pelo, dientes, uñas y dismorfia facial. Presentamos un caso de DE hipohidrótica en lactante de sexo femenino evaluada en nuestro policlínico por piel muy seca desde su nacimiento, lesiones eccematosas, cabello escaso y alteraciones dentales. La madre relata falta de sudoración en la niña e intolerancia al calor con episodios recurrentes de fiebre de hasta 41°C. Palabras clave: Displasia ectodérmica; Anhidrosis; Hipohidrosis. Abstract Ectodermal dysplasias (EDs) are a group of congenital heterogeneous and non-progressive inherited disorders that share primary defects in the development of tissues derived from embryonic ectoderm: skin, hair, nails, teeth and eccrine sweat glands. Hypohidrotic/anhydrotic ED is the most common variant of ED and it is characterized by eccrine gland dysfunction, hair anomalies, dental abnormalities, onychodysplasias, and distinctive facial features. We present a case of Hypohidrotic Ectodermal Dysplasia in a 22-month-old girl who was referred to our clinic because of marked dry skin since birth, eczematous lesions, sparse scalp hair and dental anomalies. Her mother noticed the absence of sweating and heat intolerance, with recurrent bouts of fever as high as 41°C in her daughter. Key words: Ectodermal dysplasias; Anhydrotic; Hypohidrotic. Introducción Correspondencia: Dra. Rosario Alarcón Correo Electrónico: [email protected] Recibido:10/12/06 Aprobado: 27/12/06 204 La displasia ectodérmica (DE) agrupa una gran variedad de cuadros clínicos que comparten rasgos comunes como el compromiso de dos o más de las siguientes estructuras: pelo, dientes, uñas, glándulas sudoríparas y otras estructuras ectodérmicas1-3. Su frecuencia es variable y la prevalencia de la DE hipohidrótica, la más frecuente, se estima en torno a 1/100 000 recién nacidos. Las DE no son puras, pueden coexistir con alteraciones del mesodermo y, más raramente del endodermo. Se han descrito entre 150 y 200 variantes de DE, 30 de ellas estudiadas a R. Alarcón, P. Ramírez, T.Yañez, F. Alarcón, F. Solís nivel molecular con la identificación del gen responsable. En 1980 Solomon y Keuer, y más adelante en 1984 Freire-Maia y Pinheiro, así como posteriores actualizaciones en 1994 y en el 2001 establecieron una clasificación de estas enfermedades en seis grupos dependiendo de las cuatro alteraciones clínicas principales: onicodisplasia, tricodisplasia, hipodoncia e hipohidrosis, siendo el compromiso de apéndices cutáneos y ectodermo oral (pelo, dientes, uñas y glándulas sudoríparas) la base de su sistema de clasificación. Con los recientes avances en la identificación de la alteración genética causal de varias DE, se han comunicado nuevas clasificaciones. Lamartine, en el 2003, basado en los defectos fisiopatológicos subyacentes, ordenó las DE en los siguientes cuatro grupos funcionales: (1) defectos en la comunicación intercelular y señalización, (2) defectos en la adhesión, (3) defectos del desarrollo, y (4) otros. De la misma forma, en el 2005, Priolo y Lagana reclasificaron las DE en dos grupos funcionales principales: (1) defectos en la interacción epitelio mesénquima y (2) defectos en el citoesqueleto y solidez celular4-7. Aunque muchas DE también incluyen anormalidades de otras estructuras (queratinocitos, melanocitos, glándulas mamarias, timo, tiroides, hipófisis anterior, médula suprarrenal, mucosa oral, nasal, rectal y genital, oído externo, sistema nervioso central, cristalino, córnea, conjuntiva, glándula y conducto lagrimal), éstas deben ser lo suficientemente prominentes para ser catalogadas como pertenecientes a este grupo de enfermedades3. Solomon y cols, sugieren que el desorden debe ser congénito, difuso y no progresivo para ser considerado como DE3. El compromiso o no de las glándulas sudoríparas permite en la práctica clínica distinguir entre DE anhidróticas/hipohidróticas y DE hidróticas. Las DE tipo anhidrótica/hipohidrótica (DEH) son las más reportadas en la literatura. Su característica más sobresaliente es la disminu- ción o ausencia de las glándulas sudoríparas, junto con otras alteraciones de la epidermis y sus anexos1-3,8. Las cuatro principales DEH descritas en la literatura son: síndrome Christ-Siemens-Touraine; displasia ectodérmica-ectrodactilia-fisura labiopalatina; síndrome de Rapp-Hodgkin y síndrome de Hay-Wells (síndrome AEC)8. Caso clínico Lactante de sexo femenino, nacida a las 41 semanas de gestación por parto vía vaginal, primogénita de padres sin antecedentes mórbidos, embarazo controlado, con rotura de membranas a las 20 horas de iniciado el trabajo de parto y durante el curso de un cuadro febril materno; APGAR 8-9-9-9, peso y talla adecuados a su edad gestacional. Al momento del nacimiento se describe piel seca, descamativa, fina, enrojecida, arrugada especialmente en cara, palmas y plantas. Durante los tres días posteriores a su nacimiento evoluciona febril (39-40°C), con conjuntivitis bilateral, realizándose tratamiento antibiótico empírico. Los exámenes de laboratorio, incluyendo VDRL, fueron normales. En consulta genética se descartan tanto consanguinidad como antecedentes familiares de patologías similares. Se informa desarrollo psicomotor normal para su edad. Sin anomalías cardiopulmonares ni abdominales, evaluadas por especialistas. A los 21 meses es enviada a nuestro policlínico, donde inicia controles periódicos, por sequedad cutánea y escasez de pelo. La madre relata infecciones oculares y de vías respiratorias superiores a repetición, además de períodos de alzas de temperatura (hasta 41ºC) inexplicables y de difícil manejo, especialmente con el abrigo y en época estival. Al examen físico llama la atención la piel seca y descamativa, hipohidrosis, cabello ralo, castaño claro, epicanto, hipertelorismo, cejas y pestañas muy esca- Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 205 Displasia ectodérmica hipohidrótica sas, hiperpigmentación grisácea periorbitaria, nariz pequeña, secreciones nasales abundantes y de mal olor, aplanamiento del puente nasal, narinas planas, pequeñas, labios evertidos, dos incisivos centrales superiores de forma cónica (que habían erupcionado a los 15 meses) (Fig. 1-3). Dermatoglifos normales. Uñas de manos normales, uñas de pies hiperconvexas. Fig. 3. Incisivos centrales superiores cónicos. La evaluación odontológica, por radiografía y ortopantomografía a los 22 meses, reveló brotes dentarios escasos en ambos maxilares (Fig. 4). Fig. 1. Pelo escaso y claro. Fig. 4. Brotes dentarios escasos, de forma cónica en ambos maxilares. Fig. 2. Hipertelorismo, cejas y pestañas escasas, hiperpigmentación y arrugas periorbitarias. Narinas planas. Protrusión de labios. 206 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 Fig. 5. Asimetría de los senos maxilares con menor desarrollo del izquierdo. R. Alarcón, P. Ramírez, T.Yañez, F. Alarcón, F. Solís La evaluación inmunológica reveló hipersensibilidad a dermatofagoides, pastos, árboles y malezas, con IgE 240UI/ml (normal hasta 60UI/ml). En la evaluación por otorrinolaringología se diagnosticó sinusitis crónica por lo cual permaneció en controles periódicos en dicho servicio. Se realizó estudio radiológico que mostró asimetría de senos maxilares con menor desarrollo del izquierdo (Fig. 5). Con estas características, aunque no tenemos confirmación genética, proponemos el diagnóstico clínico de DEH ligada al X o síndrome de Christ- Siemens-Touraine. Discusión La DEH fue descrita por Thurnam en 1848. Christ en 1913 la catalogó como un defecto ectodérmico congénito y Siemens (1921) reconoció su patrón de herencia autosómica recesiva ligada al X. Touraine, en 1936 describió las manifestaciones clínicas de la enfermedad. Desde entonces se le conoce como síndrome de Christ-Siemens-Touraine o DEH ligada al X (DEHL-X)2. Al parecer entre el tercer y cuarto mes de gestación ocurriría la detención de la maduración de algunos tejidos derivados del ectodermo (piel, anexos y dientes)9. Se ha identificado al gen responsable de esta entidad (ED1) en la región cromosómica Xq12-q13.1, el cual consta de 12 exones, ocho de ellos encargados de codificar una proteína transmembrana, la ectodisplasina (EDA-A)10; la cual forma parte de la familia del factor de necrosis tumoral (TNF) y desempeña un papel en la regulación de la formación de estructuras ectodérmicas. La EDAA se expresa en queratinocitos y células epiteliales de la vaina radicular externa de folículos pilosos y glándulas sudoríparas2,3,11. La vía de transducción de señales de la EDA-A se activa en un momento crítico durante el desarrollo de este grupo específico de células epiteliales. Con esta activación, un factor de transcripción, el NF-kB, es traslocado al núcleo de estas células epiteliales alterando la expresión de un número desconocido de genes diana. Este cambio produce un efecto tanto en la proliferación, como en la supervivencia celulares. Se han identificado más de 50 mutaciones del gen ED1. Aparentemente no existiría correlación entre el tipo de mutación y las manifestaciones clínicas2. Dos proteínas más, miembros de la familia de receptores de FNT, interactúan con la ED1: el receptor de la ectodisplasina o receptor anhidrótico de la ectodisplasina 1 (EDAR 1) el cual posee una porción intracelular que se liga a una segunda proteína intracitoplasmática (EDARADD: EDAR-associated death domain). Mutaciones en estas proteínas se han identificado como responsables de algunas formas clínicas de DEH con patrones de herencia autosómico dominante o recesivo; entidades menos frecuentes que el clásico patrón ligado al X1,12,13. Finalmente, mutaciones en el gen NEMO, el cual también codifica una molécula de señalización de un paso posterior en la vía de la ED1, originan la DEH asociada a inmunodeficiencia (DEH-ID)1,2. El patrón de herencia recesivo asociado al cromosoma X, justifica su predominancia en pacientes del género masculino (relación H/M de 5:1), así como su expresión clínica florida, a diferencia de las portadoras del gen, quienes expresan todas o solo algunas de las manifestaciones clínicas de la enfermedad de manera atenuada, así los dientes pueden ser escasos o presentar alteraciones estructurales leves. La enfermedad puede ser heredada de una madre portadora o ser consecuencia de una mutación de novo. Cerca del 70% de los varones afectados heredan la mutación de una madre portadora2. En los casos de herencia de DEH autosómica dominante y recesiva, la clínica es similar en niños y niñas. Aspectos clínicos. Los varones afectados pueden nacer con descamación acentuada de la piel y eventualmente con membrana colodion, como ocurre en las ictiosis congénitas2,3,8,14,15. El cabello es ralo, fino y rubio, y en otras zonas el pelo puede ser escaso o ausente con pestañas y cejas disminuidas; en la pubertad el cabello puede oscurecerse e incrementar de espe- Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 207 Displasia ectodérmica hipohidrótica sor2,3,8. Las uñas pueden estar ausentes o hipoplásicas en el recién nacido y su crecimiento es generalmente muy lento8. Existe intolerancia al calor en grado variable como consecuencia de un número reducido de glándulas sudoríparas, lo cual limita la sudoración y la pérdida del calor corporal. En estos pacientes la piel es fina, delicada y seca debido al número reducido de glándulas sebáceas, las cuales pueden ser rudimentarias. Con la edad las glándulas sebáceas del rostro se tornan hiperplásicas manifestándose pequeñas pápulas perladas de color carne a blanquecino semejando milio. Todas estas características son responsables de la sequedad cutánea, dermatitis xerodérmica y descamación furfurácea ictiosiforme, presentes en estos pacientes.2,3,8,1320 . Además existe hiperqueratosis palmo plantar, arrugas finas, lineales e hiperpigmentación a nivel periocular y peribucal1-3,8. Las glándulas de los oídos, nariz y boca se encuentran disminuidas o ausentes ocasionando cúmulos de cerumen, obstrucción nasal con descarga densa, fétida y adherente, sinusitis, e infecciones recurrentes del tracto respiratorio superior, xerostomía, voz ronca y dificultades en la alimentación en la infancia1-3,8-9. En el rostro se puede observar además hundimiento nasal en silla de montar, frente prominente, hipoplasia del tercio medio facial, narinas anchas, pabellones auriculares sobresalientes, labio inferior protuberante, evertido, panuveítis21, hipertelorismo y epicanto bilateral.2 Las uñas son a menudo engrosadas en su parte proximal y delgadas en su porción distal. Su forma es variable y puede observarse coiloniquia, microniquia o hipercurvatura transversal8. Con respecto a las alteraciones dentarias se han descrito coronas cónicas o puntiagudas, hipoplasia del esmalte, número reducido o ausencia completa de dientes y retraso en la cronología de la erupción2,3,8,16. Es importante resaltar que, a pesar de la ausencia de dientes, el crecimiento de los huesos maxilares es de forma normal, sin embargo la hipodoncia impide el desarrollo del proceso alveolar, llevando a una reducción de su dimensión vertical y protrusión de labios. En ocasiones la detección 208 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 de surcos gingivales hipoplásicos es un indicio temprano que orienta hacia el diagnóstico2, 16. Otras características fenotípicas son aplasia tibial, glándulas mamarias aplásicas o hipoplásicas1,8, reflujo gastroesofágico durante la lactancia y retardo del crecimiento (20-40%) que se recupera en una fase ulterior18. La DEH-ID puede diferenciarse de la DEHL-X por la presencia de defectos inmunitarios variables (entre ellos la hipersecreción de IgM), osteopetrosis y linfedema, y es causada por mutaciones en el gen NEMO2,22. El diagnóstico prenatal se realiza a través de ultrasonografía tridimensional (identificación de características faciales a partir de la semana 30) y de forma invasiva con biopsia de piel fetal o el estudio genético de vellosidades coriónicas23. La detección de DEHL-X en recién nacidos y en los primeros años de la infancia resulta difícil, la hiperpirexia de origen desconocido en el RN podría ser orientadora. La hipotricosis e hipodoncia pueden no estar aún presentes y si hay sospecha clínica la biopsia cutánea será de utilidad en la búsqueda de hipoplasia o aplasia de folículos pilosebáceos y/o glándulas sudoríparas1-3,7,8,10,20. El diagnóstico diferencial se plantea con otras displasias ectodérmicas hipohidróticas como displasia ectodérmica-ectrodactilia-fisura labiopalatina (síndrome EEC), síndrome de Rapp-Hodgkin y síndrome de Hay-Wells (sindrome AEC). La DEH con hipotiroidismo, presenta además hipotricosis, pero los dientes son normales, las uñas distróficas y la piel presenta hiperpigmentación moteada cafesosa3. El síndrome diente y uña de Fried presenta hipotricosis, hipodoncia y labios evertidos prominentes con sudoración normal. El síndrome de Basan se caracteriza por hipotricosis, hipodoncia e hipohidrosis pero cursa con distrofia ungueal severa y ausencia congénita de dermatoglifos3. Diagnósticos diferenciales más alejados son la ictiosis congénita y la sífilis congénita3. R. Alarcón, P. Ramírez, T.Yañez, F. Alarcón, F. Solís El tratamiento de la DEHL-X se basa en cuidados de la piel con productos emolientes e hidratantes, la utilización de ropa húmeda si se practica alguna actividad física importante y el uso de corticoides tópicos o sistémicos en casos de eccematización asociada. infecciones a repetición de la vía aérea superior, que la han obligado a mantener controles permanentes con equipo multidisciplinario. Vargas y cols.24 comunican un trabajo en el que describen el uso de factor de crecimiento epidérmico en infusión continua endovenosa en los primeros dos meses de vida con el fin de inducir la activación y desarrollo de las glándulas sudoríparas. 1. Bayliss M S. Otras Genodermatosis. En: Bolognia JL, Jorizzo JL, Rapini RP. (Ed.) Dermatología. Vol 1. 1a Ed. Editorial Elsevier España SA, 2004; 887-914. 2. Sybert V, Zonana J. Displasias Ectodérmicas. En: Fitzpatrick TB, Freedberg, Eisen, Wolff, Goldsmith, Katz editores. Dermatología en Medicina General. 6a Ed. Buenos Aires. Editorial Médica Panamericana, 2005: 586-594. 3. Harper J, Oranje A, Prose N. En: Texbook of Pediatric Dermatology. Edit. Blackwell Science Ltd., 2002 ;Vol 2: 1163-1171. 4. Itin PH, Fistarol SK. Ectodermal dysplasias. Am J Med Gen. (Semin Med Genet.) 2004; 131C(1):45-51. 5. Pinheiro M, Freire-Maia N. Ectodermal dysplasias: a clinical classification and a causal review. Am J Med Genet. 1994;53(2):153-162. 6. Lamartine J. Towards a new classification of ectodermal dysplasias. Clin Exp Dermatol. 2003 Jul;28(4):351-5 7. Shah KN, Duran-Mc Kinster C. Ectodermal Dysplasia. En: Ortonne JP, Wells MJ, Van Perry Quirk K James WD (Ed). En: e Medicine. 2006 Octubre 15. 8. Plottova-Puech I. Cambazard F. Hypohidrotic ectodermal dysplasias. Ann Dermatol Venereol. 2002;129:1276-85. 9. Segurado Rodrígueza M.ªA., Ortiz de Frutosa F.J., Cornejo Navarroa P., Rodríguez Peraltob J.L., Sánchez del Pozoc J., Guerra Tapia A., Iglesias Díez L. Displasia ectodérmica hipohidrótica: una causa de fiebre de origen desconocido. An Esp Pediatr. 2002;56:253-257. 10. Visinoni AF, De Souza RL, Freire-Maia N, Gollop TR, Chautard-Freire-Maia EA. X-linked hypohidrotic ectodermal dysplasia mutations in Brazilian families. Am J Med Genet. 2003;122:51-55. 11. Gnamey K, Pitche P, Houmey A. Les signes dermatologiques de la dysplasie ectodermique anhidrotique. Ann Dermatol Venereol. 2004;131:76-77. 12. Lind LK, Stecksen-Blicks C, Lejon K, SchmittEgenolf M. EDAR mutation in autosomal dominant hypohidrotic ectodermal dysplasia in two Swedish families. BMC Med Genet. 2006;Nov 24:7:80. 13. Bergendal B, Norderyd J, Dahl N, Pigg M. Ectodermal dysplasia. Anhidrotic Ectodermal Dysplasia EDAI. Christ-Siemens-Touraine syndrome. The knowledge database of the Swedish National Board of Health and Welfare on rare diseases. 2005. Artículo N° 2002-110-10. El seguimiento odontológico individualizado es de especial importancia, adaptando las diferentes terapias al período de desarrollo del niño. Cuanto más precoz se hace el diagnóstico, más exitoso será el tratamiento y requiere un control multidisciplinario, previniendo las complicaciones. Generalmente el pronóstico de la enfermedad es bueno, a no ser que se asocien síntomas de compromiso sistémico. La hiperpirexia, que ha sido reportada por Clark en el 31% de los casos en el período neonatal, puede ser causa de mortalidad, convulsiones y secuelas neurológicas. La frecuente presencia de episodios de asma y eczema con elevación de IgE junto con hipogamaglobulinemia podría ayudar a explicar el aumento de la susceptibilidad a infecciones. Nuestra paciente presenta los signos clásicos de la DEHL-X como piel seca, fina y descamativa, hipotricosis, alteraciones ungueales, hipohidrosis con tendencia a episodios de hiperpirexia y dismorfia facial. También destacan como elemento fundamental en el diagnóstico las alteraciones numéricas y estructurales en la dentición, que en pacientes de sexo femenino como la nuestra, se expresan en diferente grado de severidad. En este caso observamos hipodoncia y aspecto cónico de dientes erupcionados. Otros signo que apoya el diagnóstico de DEHL-X es la susceptibilidad que ha presentado nuestra paciente a padecer episodios de eccema de moderada intensidad, así como Referencias bibliográficas Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 209 Displasia ectodérmica hipohidrótica 14. Executive and Scientific Advisory Boards of the National Foundation for Ectodermal Dysplasias. Scaling skin in the neonate: a clue to the early diagnosis of X-linked hypohidrotic ectodermal dysplasia (Christ-Siemens-Touraine Syndrome). J Pediatr. 1989;114:600-602. 15. Thomas C, Suranyi E, Pride, H, Tyler W. A Child with Hypohidrotic Ectodermal Dysplasia with Features of a Collodion Membrane. Pediatr Dermatol. 2006 May/June; 23(3):251-254. 16. Fernandes B, Gordón MA, Oliveira MA, Álvarez P. Displasia ectodérmica hereditaria: Relato de 3 casos en una familia y revisión de la literatura. Revista ADM. 2002;59 (2):67-72. 17. Clarke A, Phillips DI, Brown R, Harper PS. Clinical aspects of X-linked hypohidrotic ectodermal dysplasia. Arch Dis Child. 1987; 62: 989-96. 18. Motil KJ, Fete TJ, Fraley JK, Schultz RJ, Foy TM, Ochs U, Sybert VP. Growth Characteristics of children with ectodermal dysplasia syndromes. Pediatrics. 2005;116(2):229-234. 19. Lambert D. Pathologie non tumorale des glandes sudorales. En: Encycl Méd Chir. Editions Scientifiques et Médicales Elsevier SAS. París. Dermatologie 2002 ; 98-815-A-10. 210 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 20. Guerrero-Fernández J, Guerrero Vázquez J, Guiote Domínguez MªV. Hiperpirexia neonatal como signo guía para el diagnóstico precoz de la displasia ectodérmica hipohidrópica ligada al cromosoma X. An Pediatr(Barc)2003;59:122 21. Rodriguez N, Elliot D, García-Valenzuela E, Baker J. Bilateral panuveitis in a child with hypohidrotic ectodermal dysplasia. Am J Ophthalmol. 2002;134:443-5. 22. Smahi A, Courtois G, Rabia SH, Doffinger R, Bodemer C, Munnich A, Casanova JL, Israel A.The NF-kappaB signalling pathway in human diseases: from incontinentia pigmenti to ectodermal dysplasias and immune-deficiency syndromes. Hum Mol Genet. 2002 Oct 1;11(20):2371-5. 23. Sepulveda W, Sandoval R, Carstens E, Gutiérrez J, Vásquez P. Hypohidrotic ectodermal dysplasia: Prenatal diagnosis by three-dimensional ultrasonography. J Ultrasound Med. 2003;22:731-5. 24. Vargas GA, Fantino E, George-Nascimento C, Gargus JJ, Haigler HT. Reduced epidermal growth factor receptor expression in hypohidrotic ectodermal dysplasia and Tabby mice. J Clin Invest. 1996;97(11):2426-32. REPORTE DE CASOS Acrodermatitis enteropática: descripción de siete casos y revisión de la literatura Gina Bressan Schiavon1,Vania Oliveira de Carvalho2, Leide Parolin Marinoni2, Kerstin Taniguchi Abagge2, Susana Giraldi2 Pediatra y cursando especialización en Dermatología Pediátrica del Servicio de Dermatología Pediátrica, Hospital de Clínicas de la UFPR, Curitiba, Paraná, Brasil. 2M.D. Profesor del Servicio de Dermatología Pediátrica, Hospital de Clínicas de la UFPR, Curitiba, Paraná, Brasil. 1 Dermatol Pediatr Lat 2006; 4(3): 211-216. Resumen La acrodermatitis enteropática es una enfermedad rara, resultante del déficit de zinc en el organismo, que se caracteriza por dermatitis periorificial y acral, alopecia y diarrea. Puede ser primaria o secundaria a un cuadro de malabsorción. El zinc es una metaloenzima importante en el metabolismo y su déficit prolongado resulta en retraso del crecimiento y desarrollo del niño, reforzando la importancia del diagnóstico y tratamiento precoz de esta patología. En un período de 26 años en un servicio de atención terciaria, fueron diagnosticados siete casos de acrodermatitis enteropática. Palabras clave: Acrodermatitis; Zinc; Malabsorción. Abstract Acrodermatitis enteropathica is a rare disease caused by defective absorption of zinc. It is characterized by a periorificial dermatitis, alopecia and diarrhea. It can be hereditary or acquired. Zinc is a metalloenzyme important in metabolism. Its deficiency results in failure to thrive, highlighting the importance of rapid diagnosis and treatment. During 26 years in a tertiary pediatric dermatology referral center, 7 cases of acrodermatitis enteropathica were diagnosed. Key words: Acrodermatitis; Zinc. Introducción La acrodermatitis enteropática (AE) es una enfermedad rara caracterizada por lesiones cutáneas con distribución acral y periorificial, alopecia y diarrea. En la literatura existen sólo reportes de casos aislados, siendo en su mayoría secundarios a una condición predisponente. La enfermedad presenta distribución mundial1, no tiene predilección por sexo o raza2,3, y su incidencia no está claramente determinada, sin embargo 30% de los pacientes tiene un hermano afectado4. Las alteraciones cutáneas se caracterizan por piel seca, placas eritematoescamosas y costras en la región perioral, anogenital, manos y pies. Las lesiones pueden evolucionar con vesículas, pústulas, ampollas y erosiones. Las mucosas se encuentran afectadas, observándose glositis, estomatitis y principalmente queilitis angular, la cual es considerada un marcador precoz de la enfermedad2. Puede presentarse extensión progresiva de las lesiones al rostro, cuero cabelludo, tronco, nalgas y extremidades, y eventualmente onicodistrofia, paroniquia y alopecia progresiva. Correspondencia: Dra. Gina Bressan Schiavon Hospital de Clínicas de la UFPR, Rua General Carneiro 181, 14 andar, Curitiba, Paraná, Brasil. E-mail: [email protected] Recibido:13/11/06 Aprobado: 21/12/06 211 Acrodermatitis enteropática La AE ocurre como resultado del déficit de zinc en el organismo. El zinc es un elemento esencial para el crecimiento y el desarrollo pondo-estatural. Su déficit puede ser primario, el cual está genéticamente determinado o puede ser secundario a la carencia de aporte, síndrome de malabsorción o aumento de las pérdidas gastrointestinales. La diferenciación entre AE primaria y secundaria es importante, pues define el tiempo de tratamiento. En las formas adquiridas el curso de la enfermedad es variable, sin embargo siempre limitado y no hay recurrencias cuando el tratamiento se interrumpe4. En una revisión de 18 372 casos atendidos en el Servicio de Dermatología Pediátrica en el período comprendido entre enero de 1978 y enero de 2005, se encontraron siete pacientes (0.04%) con diagnóstico de AE. Reportamos estos casos y realizamos una revisión de la literatura. Reporte de casos De los siete casos con diagnóstico confirmado de AE (tabla 1), un paciente tenía la forma primaria, el diagnóstico fue realizado a los cinco años debido a retraso en la Tabla 1: Datos epidemiológicos y evolutivos de los siete pacientes con diagnóstico de acrodermatitis enteropática. Paciente 1 2 3 4 5 6 7 1 2 Edad (meses) 60 5 3 1 1 6 7 Sexo F M F F M M M Etiología Primaria Fibrosis quística Fibrosis quística Fibrosis quística Resección intestinal Diarrea y desnutrición Zinc bajo en leche materna Evolución Remisión Óbito1 Remisión Remisión Óbito2 Remisión Remisión Óbito por sepsis consecutiva a neumonía y desnutrición, diagnóstico por necropsia. Óbito por complicaciones de la cirugía de resección intestinal. Fig. 1. Alopecia difusa. Fig. 2. Placas eritemato-descamativas, de bordes nítidos, antes y después del tratamiento. 212 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 Fig. 3. Lesiones en periné de AE primaria. Observación 1 año No 5 años 3 años No 2 meses 5 años G. Bressan S., V. Oliveira, L. Parolin, K.Taniguchi, S. Giraldo búsqueda de atención especializada, presentaba diarrea y lesiones de piel que comenzaron luego del destete. Al examen físico presentaba alopecia difusa, con cuero cabelludo normal (Fig. 1) y placas eritematodescamativas, de bordes nítidos y geográficos y con eritema más intenso, localizadas en la región perioral (Fig. 2), perineal con extensión a la cara interna de muslos (Fig. 3) y en el dorso de las manos (Fig. 4) y los pies (Fig. 5). Fig. 6. Lesiones eritematosas perineales. seguimiento (tabla 1), excepto por dos casos que evolucionaron al óbito como consecuencia de enfermedad asociada, antes de ser posible evaluar la eficacia del tratamiento. Discusión Fig. 4. Lesiones en manos de AE primaria. Fig. 5. Lesiones eritemato-descamativas en pies. Seis pacientes presentaron la forma secundaria. El caso siete comenzó con diarrea, irritabilidad y lesiones de piel a los tres meses de vida, mientras recibía alimentación materna exclusiva.A los seis meses presentaba lesiones periorales y en periné (Fig. 6). Se observó remisión de los síntomas al administrarse zinc oral, y después de la introducción de dieta sólida las lesiones no recurrieron, aún luego de la suspensión del tratamiento. El diagnóstico de los casos fue clínico. Todos ellos fueron tratados con reposición de zinc (5mg/kg/día), con remisión de las lesiones, sin observarse recurrencias durante el período de La AE fue descrita por primera vez por Brandt en 19365 y nombrada como un grupo de síntomas por Danbolt y Closs en 19426. En 1953, Dillara demostró mejoría clínica con el uso de diiodohidroxiquina oral7, pero fue en 1973 cuando Moynahan8 describió la relación de la enfermedad con la absorción de zinc. Actualmente la AE es una enfermedad controlable y, dependiendo de su etiología, curable. Su morbilidad depende del retraso en el diagnóstico y en los casos secundarios del control de la enfermedad desencadenante. La AE primaria es un cuadro hereditario, que se transmite en forma autosómica recesiva, caracterizada por el déficit acentuado de zinc debido a su insuficiente absorción. Los portadores de AE absorben en el duodeno, yeyuno e íleon, alrededor del 2 a 3% de zinc, mientras que en los adultos normales la absorción varía entre 27 a 65%1 . Los síntomas aparecen en los primeros meses de vida, inmediatamente después de la sustitución de la leche materna por leche de vaca. En los niños alimentados desde los primeros días de vida con leche de vaca, el proceso comienza inmediatamente después del nacimiento. La leche de vaca, pese a tener mayor cantidad de zinc que la leche humana, carece de otras proteínas de bajo peso molecular (presentes en la leche materna) que favorecen su absorción. Otro factor importante es la gran Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 213 Acrodermatitis enteropática cantidad de calcio presente en la leche de vaca que compite con los mismos receptores responsables de la absorción de zinc, disminuyendo entonces su absorción1,9,10. Se han propuesto múltiples teorías para explicar la etiología de la forma hereditaria o primaria. Estudios genéticos han demostrado en los pacientes afectados una alteración localizada en el cromosoma 8q24.311,12 con mutación en el gen SLC39A4 13,14. Este gen se expresa en riñones, colon, duodeno y yeyuno, y codifica una proteína similar a la familia de proteínas que regulan el transporte de hierro y zinc, siendo determinantes para la absorción de zinc11,12. Se ha demostrado la ausencia de proteínas específicas en los fibroblastos de pacientes con AE, que contienen una concentración 62% menor de zinc que lo normal, afectando así la actividad de varias enzimas zinc-dependientes como la 5nucleotidasa1. Se supone que estas proteínas puedan causar la disminución de la absorción de zinc y su metabolismo anormal 12-15. El déficit de zinc secundario o adquirido puede ocurrir por diversas causas como: prematuridad3,4,16-19, nutrición parenteral2-4,16-18,20-22, enfermedades renales3,4,23, insuficiencia pancreática3,4,21,24, drogas como penicilamina y diuréticos4,16,23, secreción mamaria de zinc disminuida1,4,15-17,19, infecciones21,25,26, alcoholismo3,16,21,23, síndromes de malabsorción3,4,16,17,20-23,27, quemaduras extensas4,21,23, neoplasias4,21, dietas ricas en fitatos y cálcio3,4, alergia alimentaria28, anorexia nerviosa16 y cirugía intestinal3,18,21. La mucoviscidosis o fibrosis quística se caracteriza por la disfunción variable de glándulas exócrinas y presenta como complicación frecuente desnutrición, siendo esta, en parte, responsable por la carencia de zinc que estos pacientes pueden presentar, pues la albúmina es la principal responsable del transporte de zinc en el plasma. Los problemas de absorción intestinal causados por la mucoviscidosis llevan a un déficit dietético que incluye zinc, proteínas (albúmina) y aminoácidos esenciales que serían responsables de las alteraciones cutáneas18,24. De los tres casos de AE secundarios a 214 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 mucoviscidosis, uno evolucionó al óbito debido a la demora en el diagnóstico de la fibrosis quística que se realizó en la necropsia. En pacientes con diarrea, desnutrición y en los que reciben nutrición parenteral la deficiencia de zinc y la fisiopatología de la AE son similares, siendo causada por el aumento del metabolismo tisular debido a infección, aumento de las pérdidas y desnutrición proteico-calórica25. En la desnutrición proteico-calórica el déficit de zinc ocurre por la baja ingesta de alimentos, incluso los ricos en zinc (frutos de mar, carne bovina y de carnero, huevos, yogurt, granos y nueces)17,29 y a la deficiencia proteica, elemento transportador de zinc en el organismo. En los niños que reciben nutrición parenteral prolongada la AE era más frecuentemente observada cuando no se aportaban lípidos y vitaminas, pero también puede ser observada en niños con alto catabolismo y aporte inadecuado de zinc en la dieta. La resección intestinal disminuye el área de absorción y en la mayoría de los casos estos pacientes reciben nutrición parenteral prolongada hasta la readaptación intestinal. En el caso cinco la AE fue consecuencia de una cirugía de resección intestinal que fue realizada para corrección de atresia del yeyuno, evolucionó con un síndrome del intestino corto, dificultad para el retiro de la nutrición parenteral y desnutrición. En el caso siete el aspecto de las lesiones sugería el diagnóstico de AE y la posibilidad de ser consecuencia del nivel disminuido de zinc en la leche materna fue confirmada por la ausencia de recurrencia de las lesiones luego de la suspensión del suplemento de esta metaloenzima, hecho que no ocurre en el déficit primario. La deficiencia de zinc en la leche humana en madres con nivel sérico de zinc normal es poco comprendida. Puede ser debida a una anomalía hereditaria en la secreción de zinc por las glándulas mamarias que resulta en una alteración, cualitativa o cuantitativa, del ligando del zinc involucrado en la transferencia de zinc desde la sangre a la leche materna15. En algunos estudios de casos fue observada la deficiencia G. Bressan S., V. Oliveira, L. Parolin, K.Taniguchi, S. Giraldo de zinc en la leche materna solamente en la primera gestación, siendo propuesto que podría ocurrir por inmadurez mamaria. En los casos en que la deficiencia de zinc fue detectada en el tercer embarazo, con gestaciones previas sin alteraciones, se sugiere que la capacidad de concentración de zinc en la leche disminuye de acuerdo con el aumento de la edad materna. En el caso presentado, el paciente era el segundo hijo, con un hermano sano. No obstante, no existen evidencias en la literatura mostrando la correlación entre edad materna y cantidad de zinc en la leche materna19. El diagnóstico de AE es esencialmente clínico, pudiendo haber diarrea, alteraciones del humor y lesiones cutáneas de distribución y aspecto característico con placas eritematosas semejantes a quemaduras y lesiones eczematosas con límites nítidos en la región perioral, genital, manos, pies y alopecia. La investigación laboratorial es complementaria, pero no esencial. El dosaje de zinc sérico, cuando sea factible realizarlo, es un dato importante. La interpretación de este examen es difícil debido a variaciones de los niveles durante el día y según grupo etario, además de la fácil contaminación a través de las agujas y frascos utilizados. En los casos en que no sea posible el dosaje del zinc o el resultado fuera dudoso, el dosaje de fosfatasa alcalina evidencia indirectamente los niveles de zinc en sangre30, debido a que es una metaloenzima zinc-dependiente y, por lo tanto, sus niveles también estarán disminuidos. cias de ácidos grasos, deficiencia de isoleucina, glucagonoma y sífilis. Desde el estudio de Moynahan en 19738 el zinc es el tratamiento de elección. No existe consenso sobre la dosis a ser administrada, pero la mayoría de los autores recomienda una dosis inicial de 5 a 10 mg/kg/día de zinc elemental y dosis de mantenimiento de 1 a 2 mg/kg/día. Puede ser administrado cada ocho o doce horas, tanto por vía oral como parenteral, y en las formas de gluconato, acetato o sulfato32,33. Debe ser administrado una a dos horas antes de las comidas para su mejor absorción. La mejoría con el tratamiento ocurre en 24 a 48 horas con recuperación completa de las lesiones cutáneas en dos a cuatro semanas. El apetito retorna en dos a cuatro días y la diarrea cesa en el mismo período. En los casos con alopecia, el inicio del crecimiento capilar ocurre en tres a cuatro semanas. El zinc en general es bien tolerado, seguro y altamente eficaz. No es teratogénico y puede ser utilizado durante el embarazo. El riesgo de toxicidad es muy bajo, puede ocurrir dolor abdominal, náuseas y vómitos34. El uso crónico y en altas dosis puede llevar a efectos colaterales dosisdependientes como hipocupremia34, anemia y neutropenia10. Por lo tanto, se recomienda que después del control de la enfermedad se utilice la menor dosis posible para evitar la recidiva10. El examen histopatológico de piel es inespecífico, pudiendo ser útil para descartar otras patologías como la dermatitis de contacto y la dermatitis seborreica. La microscopía electrónica tiene sólo interés académico y muestra una queratinización anormal. El examen ultraestructural de la mucosa del yeyuno puede mostrar inclusiones filamentosas en las células de Paneth31. Existe poca información sobre el pronóstico. La dieta rica en zinc puede suplir las necesidades metabólicas diarias. En los pacientes adultos con dieta inadecuada y que suspenden el suplemento de zinc la deficiencia crónica puede pasar desapercibida ya que las manifestaciones dermatológicas pueden ser leves a moderadas como dermatitis seborreica y erupción acneiforme, sin embargo las consecuencias incluyen secuelas neurológicas como enfermedad cerebelar, parkinsonismo, atrofia cortical y alteraciones psiquiátricas importantes11. En el diagnóstico diferencial deben ser consideradas la pelagra, dermatitis seborreica, candidiasis diseminada, hipovitaminosis, deficien- El diagnóstico es clínico, basado en el aspecto y distribución característicos de las lesiones, sin embargo no siempre es fácil debido a su seme- Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 215 Acrodermatitis enteropática janza clínica con otras enfermedades.A pesar de ser rara, la AE debe ser incluida en el diagnóstico diferencial de lesiones periorificiales en niños, pues el retraso en el reconocimiento de esta enfermedad puede resultar en secuelas importantes e irreversibles demostrando así la importancia del diagnóstico y tratamiento precoz. Se agradece a la Dra. Paula Boggio por la traducción de este artículo. Referencias bibliográficas 1. Pereira JC. Acrodermatitis enteropathica: a case report.An bras Dermatol. 2002 jan/fev;76(2):59-64. 2. Sehgal VN, Jain S. Acrodermatitis enteropathica. Clin Dermatol. 2000 Nov-Dec;18(6):745-8. 3. Ozkan S, Ozkan H, Fetil E, Corapcioglu F,Yilmaz S, Ozer E. Acrodermatitis enteropathica with Pseudomonas aeruginosa sepsis. Pediatr Dermatol. 1999 Nov-Dec;16(6):444-7. 4. Perafan-Riveros C, Franca LF,Alves AC, Sanches JA, Jr. Acrodermatitis enteropathica: case report and review of the literature. Pediatr Dermatol. 2002 Sep-Oct;19(5):426-31. 5. Brandt T. Dermatitis in children with disturbances of the general conditions and absortion of food elements. Acta Dermatol Venereol. 1936;17:513-6. 6. Danbolt N CK.Acrodermatitis Enteropathica.Acta Dermatol Venereol. 1942;23:127-69. 7. Dillara C. Acrodermatitis enteropathica: review of thge literature and report of a case succefully treated with Diodiquin. JAMA. 1953;152:509-12. 8. Moynahan EJ. Letter: Acrodermatitis enteropathica: a lethal inherited human zinc-deficiency disorder. Lancet. 1974 Aug 17;2(7877):399-400. 9. Lonnerdal B, Stanislowski AG, Hurley LS. Isolation of a low molecular weight zinc binding ligand from human milk. J Inorg Biochem. 1980 Jan;12(1):71-8. 10. Hachich N. Acrodermatite entéropathique. Nouv Dermatol. 1993;12:706-8. 11. Radja N, Charles-Holmes R. Acrodermatitis enteropathica - lifelong follow-up and zinc monitoring. Clin Exp Dermatol. 2002 Jan;27(1):62-3. 12. Bodemer A. Acrodermatitis enteropathica vs. acquired zinc deficiency. J Am Acad Dermatol. 2004 march;march:173. 13. Kury S, Dreno B, Bezieau S, Giraudet S, Kharfi M, Kamoun R, et al. Identification of SLC39A4, a gene involved in acrodermatitis enteropathica. Nat Genet. 2002 Jul;31(3):239-40. 14. Nakano A, Nakano H, Nomura K, Toyomaki Y, Hanada K. Novel SLC39A4 mutations in acrodermatitis enteropathica. J Invest Dermatol. 2003 Jun;120(6):963-6. 15. Guillot I,Roth B,Causeret AS,Jullien D,Claris O,Faure M, et al. [Acquired zinc deficiency in a breast-fed premature infant]. Arch Pediatr. 2003 May;10(5):442-4. 216 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 16. Novice FM. Handbook of genetic skin disorders. Philadelphia:W.B. Saunders Co.; 1994. 17. Harper J, Oranje AP, Prose NS.Textbook of pediatric dermatology. Oxford ; Malden, MA: Blackwell Science; 2000. 18. Mazzocchi C, Michel JL, Chalencon V, Teyssier G, Rayet I, Cambazard F. [Zinc deficiency in mucoviscidosis]. Arch Pediatr. 2000 Oct;7(10):1081-4. 19. Stevens J, Lubitz L. Symptomatic zinc deficiency in breast-fed term and premature infants. J Paediatr Child Health. 1998 Feb;34(1):97-100. 20. Bieber T. Une pathologie à laquelle il faut savoir penser: l´acrodermatite enteropathique. Nouv Dermatol. 1990;9(9):738-40. 21. Sampaio SdAP. Dermatologia. 2a ed. Säao Paulo, SP, Brasil: Artes Mâedicas; 2001. 22. Brazin SA, Johnson WT,Abramson LJ.The acrodermatitis enteropathica-like syndrome. Arch Dermatol. 1979 May;115(5):597-9. 23. Prasad AS. Clinical, endocrinologic, and biochemical effects of zinc deficiency. Spec Top Endocrinol Metab. 1985;7:45-76. 24. Patrizi A, Bianchi F, Neri I, Specchia F. Acrodermatitis enteropathica-like eruption: a sign of malabsorption in cystic fibrosis. Pediatr Dermatol. 2003 Mar-Apr;20(2):187-8. 25. Granel F, Barbaud A, Reichert S, Schmutz JL. Acrodermatitis enteropathica-like rash and enterocolitis. Eur J Dermatol. 1998 Sep;8(6):445-6. 26. Fraker PJ, Jardieu P, Cook J. Zinc deficiency and immune function. Arch Dermatol. 1987 Dec;123(12):1699-701. 27. Seyhan ME, Selimoglu MA, Ertekin V, Fidanoglu O, Altinkaynak S. Acrodermatitis enteropathica-like eruptions in a child with Hartnup disease. Pediatr Dermatol. 2006 May-Jun;23(3):262-5. 28. Martin DP, Tangsinmankong N, Sleasman JW, DayGood NK, Wongchantara DR. Acrodermatitis enteropathica-like eruption and food allergy. Ann Allergy Asthma Immunol. 2005 Mar;94(3):398-401. 29. Rostan EF, DeBuys HV, Madey DL, Pinnell SR. Evidence supporting zinc as an important antioxidant for skin. Int J Dermatol. 2002 Sep;41(9):606-11. 30. Weismann K, Hoyer H. Serum alkaline phosphatase and serum zinc levels in the diagnosis and exclusion of zinc deficiency in man.Am J Clin Nutr. 1985 Jun;41(6):1214-9. 31. Mack D, Koletzko B, Cunnane S, Cutz E, Griffiths A. Acrodermatitis enteropathica with normal serum zinc levels: diagnostic value of small bowel biopsy and essential fatty acid determination. Gut. 1989 Oct;30(10):1426-9. 32. Campo AG, Jr., McDonald CJ. Treatment of acrodermatitis enteropathica with zinc sulfate. Arch Dermatol. 1976 May;112(5):687-9. 33. Hirsh FS, Michel B, Strain WH. Gluconate zinc in acrodermatitis enteropathica. Arch Dermatol. 1976 Apr;112(4):475-8. 34. Stephan F, Revuz J. [Zinc salts in dermatology].Ann Dermatol Venereol. 2004 May;131(5):455-60. REPORTE DE CASOS Eritroqueratodermia variabilis. Reporte de un caso Marianita Barzallo1, Diana Legña2, Marlene Legña3. 1 Médico Postgradista de Dermatología del Tercer Año, Universidad Central del Ecuador. 2Pediatra, Hospital Pediátrico “Baca Ortiz”, Quito, Ecuador. 3Dermatólogo, Hospital Dermatológico “Gonzalo González”, Quito, Ecuador. Dermatol Pediatr Lat 2006; 4(3): 217-219. Resumen La eritroqueratodermia variabilis (EV), descrita por Mendes da Costa en 1925, es un raro desorden autosómico dominante que usualmente aparece en el primer año de vida, pudiendo aparecer posteriormente en la niñez. La EKV se caracteriza por la asociación de hiperqueratosis y eritema. Reportamos el caso de un paciente de tres años de edad con este diagnóstico. La descripción de este caso intenta realizar la correlación clínica, histológica y la evolución del cuadro junto con los conocimientos actuales de esta enfermedad. Palabras clave: Eritroqueratodermia; Genes de la conexina; Diferenciación epidérmica. Abstract Erythrokeratoderma variabilis (EKV), described by Mendes de Costa in 1925, is a rare autosomal dominant disorder that usually appears within the first year of life but may arise later in childhood. EKV is characterized by the coexistence of 2 distinct morphologic features: hyperkeratosis and transient erythema. We report a case of a 3 year old patient with erythrokeratoderma variabilis. This case correlates with the clinical and histologic findings of the current knowledge regarding this case. Key Words: Erythrokeratodermia; Connexin genes; Epidermal differentiation Introducción La eritroqueratodermia variabilis (EV) es una genodermatosis caracterizada por un trastorno inusual de la queratinización1. Los primeros casos fueron descritos en 1907 por Buy Wenninger en Holanda, posteriormente en 1925 Mendes da Costa describe clínicamente esta patología al presentar los casos de una madre y su hija, y es quien determina el nombre de la enfermedad “erythro et keratodermia variabilis”. En los años siguientes se relataron múltiples casos en el norte de Europa, los mismos que tenían antecesores familiares, por lo que se determinó su herencia autosómica dominante2-4. Es conocida también con los siguientes sinónimos: eritroqueratodermia figurata variabilis, eritroqueratodermia variabilis con eritema giratum repens y eritroqueratodermia tipo Mendes da Costa5. Pertenece al grupo de las eritroqueratodermias, de las cuales se conocen dos formas básicas: eritroqueratodermia simétrica progresiva y eritroqueratodermia variabilis, siendo la primera la más común6-8. Sin embargo, entre Correspondencia: Dra. Marianita Barzallo R Av. Manuel C. Galarza y Pasaje A. Quito - Ecuador. Teléfono: 00 593 2 2353584. Correo: [email protected] Recibido:11/11/06 Aprobado: 18/12/06 217 Eritroqueratodermia variabilis ambas entidades frecuentemente existen características clínicas superpuestas9. Caso clínico Se detalla el caso de un paciente varón de tres años de edad, nacido y residente en Cayambe, Ecuador, sin antecedentes patológicos personales y familiares de importancia. Fue traído a la consulta por presentar desde hace aproximadamente tres meses y teniendo como causa aparente contacto con cloro, manchas eritematosas que en poco tiempo evolucionan a placas eritematosas e hiperqueratósicas, policíclicas, cubiertas de escamas de bordes irregulares queratósicos, con distribución bilateral y simétrica. Estas lesiones se localizaban en cara, cuello, tórax anterior y posterior, brazos, antebrazos, manos, piernas, rodillas, palmas y plantas. Se caracterizaban por ser fugaces, transitorias y migratorias, además de xerosis generalizada (Fig. 1 y 2). Se realizaron exámenes de laboratorio sin encontrar alteraciones. El estudio histopatológico reportó hiperqueratosis, ortoqueratosis, acantosis leve, papilomatosis y leve infiltrado perivascular (Fig. 3). Se concluyó que el caso correspondía a EV. Fig. 3. Ortoqueratosis, papilomatosis, leve acantosis. H/E 40X. Discusión Fig. 1. Placas eritematosas hiperqueratósicas en cuello, tórax anterior y brazos. Fig. 2. Detalle de la lesión a mayor aproximación. 218 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 La EV es un desorden de la queratinización asociado a eritema no inflamatorio3. La hiperqueratosis marcada está presente, probablemente debido a una proliferación creciente y alteración de la diferenciación de los queratinocitos. Se hereda en forma autosómica dominante, con una penetrancia casi completa, con gran variabilidad intra e interfamiliar, todo esto se atribuye a mutaciones en los genes de la conexina GJB3 y GJB4 que codifican respectivamente la conexina-31 y conexina-30.3 (OMIN 603324, 605425), los mismos que se encuentran agrupados en el cromosoma humano 1p35.14,10-13. Las conexinas pertenecen a un gran grupo de proteínas transmembrana que son las encargadas de formar canales intercelulares, cuya mutación va a ocasionar una alteración de la estructura o función de las uniones gap, provocando una falta de comunicación intercelular que impide la diferenciación epidérmica normal2,14. Se presenta en ambos sexos por igual y puede afectar a todas las razas. Su debut en el 50% de pacientes es en el nacimiento o período neonatal. M. Barzallo, D. Legña, M. Legña Pero se considera que aproximadamente en el 90% de pacientes se observan signos clínicos de esta enfermedad en el transcurso del primer año de vida, con una mejoría relativa con la edad3. Clínicamente se caracteriza por presentar placas eritematosas y otras hiperqueratósicas con configuraciones geométricas delimitadas, policíclicas, generalizadas, que suelen cambiar de forma, tamaño o involucionan completamente1-3,5,14. El eritema puede exacerbarse con exposición al frío, viento, calor y ciertos estados emocionales2,12. Además puede acompañarse de queratodermia palmar y plantar, y siempre respetando uñas, pelo y mucosas9. Histológicamente los hallazgos son inespecíficos, pero por lo general incluyen hiperqueratosis, ortoqueratosis, acantosis de moderada a severa y papilomatosis. Además, se puede observar leve dilatación de los vasos superficiales con escaso infiltrado perivascular2,3,15,16. El tratamiento es sintomático y depende de la gravedad y extensión de las lesiones cutáneas. Así, se podría realizar un control tópico con agentes queratolíticos y emolientes; pero el tratamiento de elección son los retinoides tópicos o sistémicos, siendo los más efectivos el etretinato y acitretina3,17-19. En relación con nuestro caso, consideramos que a pesar de su inicio tardío y no tener antecedentes familiares de esta patología, clínicamente posee todas las características de una EV tipo Mendes da Costa, ya que sus lesiones de configuración geográfica se modificaban en el transcurso de días. Se trató con retinoide sistémico y cremas queratolíticas-emolientes, con lo que se obtuvo una evolución favorable logrando una remisión total de la dermatosis, sin descartar la educación familiar y los controles permanentes de nuestro paciente. Referencias bibliográficas 1. Strober B. Erythrokeratodermia variabilis. Dermatology Online Journal. 2003;9(4):5. 2. Richard G, Ringpfeil F. Erythrokeratodermia Variabilis. En: Bolognia J, Jorizzo J, Rapini R. Dermatología. Barcelona: Elsevier; 2004. p. 799-800. 3. Richard G. Erythrokeratodermia variabilis. Emedicine from WebMD [serial on the internet]. 2006 January. http://www.emedicine.com/DERM/topic143.htm 4. Richard G, Brown N, Rouan F, Van der Schroeff J, Bijlsma E, Eichenfield L, et al. Genetic Heterogeneity in Erythrokeratodermia Variabilis: Novel Mutations in the Connexin Gene GJB4 (Cx30.3) and Genotype-Phenotype Correlations. Journal of Investigative Dermatology. 2003; 120:601- 9. 5. Galadari I, Galadari H. Case study: erythrokeratodermia variabilis. Skinmed. 2004; 3(4):231-2. 6. Griffiths W, Judge M, Leigh I. Disorders of keratinization. In: Rook A, Wilkinson D, Ebling F. Textbook of Dermatology. London, Blasckwell Science, 1998:1533 - 36. 7. Zanini M, Bertino D, Correa K, Camargo L, Landaman G, Freitas E. Erythrokeratodermia simétrica progresiva: relato de um caso esporádico e de surgimiento tardio. Med Cutan Iber Lat Am. 2003; 31 (3): 192 - 94. 8. DalMagro C, Peines C, Bakos L. Eritroqueratodermia Simétrica Progressiva: relato de caso. An Bras Dermatol Rio de Janeiro. 2003; 78(5):587-91. 9. John J. Dermatosis Ictiosiformes. En: Freedberg I, Eisen A,Wolf K,Austen K, Goldsmith L, Katz S, Fitzpatrick T. Dermatología en Medicina General. Buenos Aires: Ed Medica Panamericana; 2001. p.631-32. 10. Macari F, Landau M, Cousin P., Mevorah B,Brenner S,Panizzon R, et al Mutation in the gene for conexin 30. 3 in a family with erythrokeratodermia variabilis. Am J Hum Genet. 2000; 67:1296 - 1301. 11. Fernandez P,Torrelo A. Dermatosis de origen genético. En: Iglesias L, Guerra A, Ortiz P. Tratado de Dermatología. Madrid: McGraw Hill; 2004. p. 288 - 89. 12. Odom B, James W, Berger T, Dermatología Clínica de Andrews. Madrid: Marban; 2004;Vol II. p. 709. 13. Centre for Arab Genomic Studies [database on the Internet]. The Catalogue for Transmission Genetics in Arabs. Erythrokeratodermia Variabilis. 2005. Available from: CTGA Database. 14. Brown J, Kierland R. Erythrokeratodermia variabilis: report of three cases and review of the literature. Arch. Derm.1966; 93(2): 194-201. 15. McFadden N, Oppedal B, Ree K, Brandtzaeg P. Erythrokeratodermia variabilis: immunohistochemical and ultrastructural studies of the epidermis. Acta Derm Venereol. 1987; 67(4): 284-8. 16. Sampaio S, Castro R, Rivitti E. Dermatología Básica. Sao Paulo:Artes Médicas; 2000. pp. 773 - 74. 17. Ribas R, Barbosa S, Santos H, Galuppo M, Duarte A, Cucé L. Eritroqueratodermia variabilis. Sociedad brasilera de dermatología Regional do estado de Sao Paulo. Jornada paulistica No 126. 18. Ruiz-Maldonado R, Parish, Beore. Tratado de Dermatología Pediatrica. Interamericana Mc Graw Hill;1992. p.118. 19. Paller A, Manzini A. Hurwitz Clinical Pediatric of Dermatology: A Textbook of Skin Disorders of Childhood and Adolescence. Elsevier; 1993. p.1,15-16. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 219 REPORTE DE CASOS Pitiriasis rubra pilaris: reporte de un caso Felipe Velásquez1, Héctor Cáceres-Ríos1, Francisco Bravo2 Médico asistente del Servicio de Dermatología del Instituto Nacional de Salud del Niño, Lima, Perú. 2Médico Dermatopatólogo del Hospital Nacional Cayetano Heredia, Lima, Perú. 1 Dermatol Pediatr Lat 2006; 4(3): 220-223. Resumen Pityriasis rubra pilaris (PRP) is a rare condition without a known cause that is characterized by papulosquamous lesions that are classically distributed on the body and affect both children and adults. In children, PRP is rare and clinically presents as red scaly papules and plaques that affect the face, palms and soles. There are certain factors that can trigger PRP, including immunologic, alteration in metabolism of Vitamin A and genetic alterations, amongst others. We present a case of a six year old patient whose clinical presentation was subtle and possibly arose after a viral illness or after having taken montelukast. Palabras clave: Pitiriasis rubra pilaris; Niños; Pápulo escamoso. Abstract Pityriasis rubra pilaris (PRP) is a rare condition without a known cause that is characterized by papulosquamous lesions that are classically distributed on the body and affect both children and adults. In children, PRP is rare and clinically presents as red scaly papules and plaques that affect the face, palms and soles. There are certain factors that can trigger PRP, including immunologic, alteration in metabolism of Vitamin A and genetic alterations, amongst others. We present a case of a six year old patient whose clinical presentation was subtle and possibly arose after a viral illness or after having taken montelukast. Key words: Pitiriasis rubra pilaris; Children. Introducción Correspondencia: Dr. Felipe Velásquez Correo electrónico [email protected] Recibido: 10/12/06 Aprobado: 28/12/06 220 El término de pitiriasis rubra pilaris (PRP) se aplica a un grupo de trastornos cutáneos que cursan con queratosis folicular, queratodermia palmoplantar y eritrodermia1. Se ha descrito una forma familiar y otra adquirida, siendo la primera menos frecuente y relacionada a la edad infantil2. La PRP fue descrita por primera vez en 1835 por Tarral3 en un libro de texto como una entidad parecida a la psoriasis, de localización atípica; hasta que en 1889 Besnier acuñó el término de pitiriasis rubra pilaris que se mantiene hasta la actualidad4. Existen tres picos de presentación de mayor frecuencia: infancia temprana (0-10 años), infancia tardía (11-19 años) y en la adultez; la ocurrencia de casos en la edad pediátrica es variable2. La etiología es diversa, se ha descrito deficiencia o alteración en el metabolismo de la vitamina A, alteración inmune relacionada a supresión del linfocito T y activación del linfocito T citotóxico, hipogamaglobulinemia, deficiencia de IgA, y alteración genética relacionada a patrón autosómico dominante de variable penetrancia5. Dentro de los factores precipitantes que se han hallado están el trauma y las infecciones2. Hasta el momento no se ha F. Velásquez, H. Cáceres-Ríos, F. Bravo reportado asociación a ingesta de medicamentos. Se presenta un caso de PRP infantil de inicio súbito luego de proceso infeccioso respiratorio y uso de montelukast. Caso clínico Paciente mujer de seis años de edad, natural y procedente de Lima, con un tiempo de enfermedad de 15 días caracterizado por lesiones eritematosas levemente pruriginosas, inicialmente en cuello y rostro, y luego en miembros superiores e inferiores. Fue hospitalizada en un servicio de pediatría donde se le realiza exámenes auxiliares y se le da tratamiento. Los padres notan progresión de las lesiones y solicitan su alta voluntaria y acuden a nuestro servicio ya con compromiso de palmas y plantas (Fig. 1, 2 y 3) donde se realiza biopsia cutánea. Fig. 3. Compromiso palmar. Antecedentes: una semana antes de la aparición de las lesiones presentó un cuadro de tos seca y rinorrea por lo que fue medicada con montelukast 10 mg VO antes de dormir. Exámenes auxiliares: Hemograma: hematíes 4 800 000/mm3; leucocitos 8 300/mm3; eosinofilos 3%; segmentados 50%, basófilos 1%; linfocitos 38%; monocitos 8%; hemoglobina 12.7 gr/dl. Anisocitosis 1+. Se le realizó una prueba de ALATOP (test de reacción alérgica) con resultado inespecífico. Dosaje de IgE: 307 UI/ml (VN: 0 - 90 UI/ml). Informe de radiografía de tórax: A nivel paracardíaco derecho se observan tenues radiopacidades heterogéneas, considerar compromiso alveolar incipiente. Fig. 1. Pápulas foliculares eritematosas confluentes en espalda (zona de biopsia). Fig. 2. Placas de color salmón en planta. El estudio anatomopatológico de piel fue compatible con PRP (Fig. 4 y 5). Fig. 4. Se observa hiperplasia exo-endofítica y ausencia de infiltrado inflamatorio. H/E 10x. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 221 Pitiriasis rubra pilaris Fig. 5. Mayor aumento de la hiperplasia epidérmica con estrato córneo compacto. H/E 40x. Teniendo el cuadro clínico y el estudio anatomopatológico se llegó al diagnóstico de PRP. Actualmente la paciente está siendo tratada con acitretina a dosis de 0.7 mg/kg/día con evolución favorable. Discusión La PRP es una dermatosis crónica de causa desconocida y rara en la infancia1,6. Se caracteriza por pápulas foliculares que forman placas confluentes rosado amarillentas y áreas de piel sana con hiperqueratosis palmo plantar2. La edad de presentación suele ser bimodal, con picos en la primera y quinta década de la vida. Existe remisión espontánea en el 75% de los casos dentro de cinco meses a siete años de iniciado el cuadro7. La etiología aún no está clara, la deficiencia o alteración en el metabolismo de la vitamina A siguen en debate, algunos autores sostienen esta hipótesis por la buena respuesta al uso de retinoides, derivados de vitamina A1,8. Otros autores están a favor de la teoría inmunológica relacionada al aumento de la actividad de las células T supresoras con un daño en la función de la células T helper9. Además se han reportado hallazgos como hipogamaglobulinemia, deficiencia de IgA, vitiligo, síndrome de Down e infección por VIH1-8. Pocas veces han sido identificados los factores precipitantes; en un reporte de 57 casos solo en cinco se pudo identificar al traumatismo cutáneo e infección viral como factores desencadenantes, coincidentemente todos eran niños2. En nuestro caso existe el antecedente de un cuadro infeccioso respiratorio y el uso de montelukast dos días antes de la aparición de lesiones. El montelukast es un medicamento que se usa para el control del asma y se ha reportado pénfigo vulgar infantil asociado al uso crónico del mismo10. La clasificación clínica de PRP incluye seis tipos (cuadro 1)11. Los tipos clínicos III, IV y V están relacionados a la etapa pediátrica. Los tipos I y Cuadro 1. Clasificación de la pitiriasis rubra pilaris (modificado de Bragg J,Witkiewicz A, Orlow S, Schaffer J Pityriasis rubra pilaris type IV. Dermatol Online J 2005; 11(4): 14). 222 Tipo clínico Porcentaje de pacientes Edad de inicio Distribución I (adulto clásico) 50 Pico sexta década Generalizada, empieza en cabeza y cuello y se extiende caudalmente II (adulto atípico) 5 Adultos de varias edades Generalizado III (juvenil clásico) 10 Generalizado IV (juvenil circunscrito) 25 Picos primeros años de vida y en la pubertad tardía Prepuberal V (juvenil atípico) 5 Primeros años de vida Generalizado VI (asociado a VIH) Datos no disponibles Variable Generalizado Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 Focal, principalmente codos y rodillas Hallazgos en piel • Placas rojo amarillentas que dejan áreas de piel normal • Pápulas perifoliculares (PPF) con tapones córneos • PPF difusas • Áreas de dermatitis eccematosa • Descamación ictiosiforme en piernas • PPF con descamación lamelar • Alopecia • Similar a tipo I • <50% tienen compromiso palmoplantar • • • • • • • • • Placas eritematodescamativas bien circunscritas PPF con tapones córneos PPF aspecto oleoso difuso Dermatitis ictiosiforme PPF con tapones córneos Aspecto tipo esclerodermia de palmas y plantas Mayoría de casos reportados de tipo familiar Similar a tipo I Asociado con acné conglobata, hidradenitis supurativa y liquen espinuloso Curso A menudo resuelve en tres años Crónico A menudo resuelve dentro de tres años Variable Crónico Pueden responder a terapia antiviral F. Velásquez, H. Cáceres-Ríos, F. Bravo III solo se diferencian por la edad de presentación y se caracterizan por erupción cefalocaudal de pápulas rojo amarillentas, que pueden formar placas confluentes eritemato descamativas alternándose con áreas de piel normal formando islotes12. El compromiso de palmas y plantas es uno de los signos importantes para el diagnóstico de PRP juvenil6; nuestra paciente presentó durante su evolución compromiso palmo-plantar y ha sido catalogada como una PRP del tipo III o clásico juvenil. La histología clásica de PRP juvenil es similar a la del adulto, pudiendo hallarse ortoqueratosis compacta y paraqueratosis tanto horizontal como vertical, hipergranulosis focal o confluente, e infiltrado perivascular superficial de linfocitos13. El patrón histológico encontrado en nuestro caso fue de una hiperplasia psoriasiforme con ortoqueratosis compacta. El diagnóstico diferencial incluye psoriasis, liquen espinuloso, enfermedad de Darier, frinoderma y liquen escrofulosorum6. La mayoría de autores proponen el uso de retinoides (isotretinoína y etretinato) para el control de la enfermedad2,5-7,12. En la literatura médica, el etretinato es el medicamento de mayor uso, a dosis de 0.5-1 mg/kg/día por tres a cinco meses, la duración de la terapia es variable pero ocurren recaídas5,6. Nuestra paciente está recibiendo acitretina a dosis de 0.7 mg/kg/día con evolución favorable. Existen alternativas como metotrexate, ciclosporina A, UV-B de banda angosta combinada con retinoides y tacalcitol, y calcipotriol tópico6. Referencias bibliográficas 1. Griffiths W, Judge M, Leigh I. Pitiriasis rubra pilaris. In: Textbook of dermatology Rook/Wilkinson/Ebling. Champion R, Burton J, Burns Dm, Breathnach S. Blackwell Sciences Editorial London 1998, Chapter 34; 1539-1545. 2. Sehgal V, Srivastava G (Juvenile) Pityriasis rubra pilaris. Int J Dermatol. 2006; 45: 438-446. 3. Tarral C. General psoriasis desquamation from the parts covered by hair. In : A Theoretical and Practical Treatise on the disease of the skin Rayer P, 2nd edition London: Brailliere, 1835: 648-649. 4. Besnier E. Observations pour servier a histoire chenique due pityriasis rubra pilaris.Ann Dermatol Syphilol. 1989 ; 10 : 253-187 5. Dicken CH. Treatment of classic pityriasis rubra pilaris. J Am Acad Dermatol. 1994; 31; 997-999. 6. Allison DS, El-Azhary RA, Calobrisi SD, Dicken CH. Pityriasis rubra pilaris in children. J Am Acad Dermatol. 2002; 47:386-389. 7. Pinkus D. Pityriasis rubra pilaris: A clinical review. Dermatol Nurs. 2005; 17: 448-451. 8. Albert MR; Mackool BT Pityriasis rubra pilaris. Int J Dermatol. 1999; 38: 1-11. 9. Shvelli D, David M, Mimoum M. Childhood onset pityriasis rubra pilaris with immunological abnormalities. Pediatr Dermatol. 1987; 4: 1-3. 10. Cetkovska P, Pizinger K. Childhood pemphigus associated with montelukast administration. Clin Exp Dermatol. 2003; 28: 321-334. 11. Bragg J,Witkiewicz A, Orlow S, Schaffer J Pityriasis rubra pilaris type IV. Dermatol Online J. 2005; 11(4): 14. 12. González F Pitiriasis rubra pilaris en la infancia. Experiencia de 12 años en el servicio de Dermatología del Hospital Universitario de Caracas. Dermatol Pediatr Lat. 2005; 3(2): 123-126. 13. Magro CM, Crowson AN. The clinical and histomorphological features of pityriasis rubra pilaris- a comparative analyses with psoriasis. J Cut Pathol. 1997; 8: 71-79. Presentamos este caso por ser de interés y planteamos la posible asociación con montelukast como factor precipitante. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 223 HAGA SU DIAGNÓSTICO ¿Qué síndrome es? Marice Emanuela El Achkar1, Gina Bressan Schiavon1,Vânia Oliveira de Carvalho2, Kerstin T Abagge3, Susana Giraldi3, Leide Parolin Marinoni4 1 Residente de Dermatopediatría del Hospital de Clínicas de la Universidad Federal de Paraná (UFPR), Curitiba, Brasil. 2Doctora en Pediatría, Dermatopediatra del Departamento de Pediatría, Hospital de Clínicas de la UFPR, Curitiba, Brasil. 3Maestra en Pediatría, Dermatopediatra del Departamento de Pediatría, Hospital de Clínicas de la UFPR, Curitiba, Brasil. 4Jefe del Servicio de Especialización en Dermatopediatría - Hospital de Clínicas de la UFPR, Curitiba, Brasil. Dermatol Pediatr Lat 2006; 4(3): 224-227. Casos clínicos Dos hermanos con baja estatura fueron derivados para evaluación dermatológica, por la presencia de nevos melanocíticos. Caso 1: Paciente varón de 9 años y 8 meses, con desarrollo neuropsicomotor normal, presentaba peso y estatura por debajo del 3° percentilo y microcefalia. Cara alargada, hendidura palpebral alargada, dientes pequeños y nariz prominente en forma de pera (Fig. 1). Presencia de cabellos finos y ralos, piel redundante y varios nevos melanocíticos oscilando entre 0.5 a 2 cm de diámetro en el cuero cabelludo y dorso. También se observó hiperextensión articular, braquidactilia y prominencia ósea interfalángica media (Fig. 2). La radiografía de los huesos de la mano mostraba epífisis falángicas con forma de cono y exostosis óseas (Fig. 3) y el cariotipo fue 46XY. Correspondência: Vânia Oliveira de Carvalho Rua Richard Strauss 62. Vista Alegre. Curitiba-Paraná- Brasil. Código postal: 80-820-110 Teléfono: +55 41 3338-8313 / Fax: + 55 41 33 35-34 77 [email protected] Recibido: 13/12/06 Aprobado: 28/12/06 224 Caso 2: Paciente mujer de 5 años y 3 meses, con baja estatura, pubertad precoz (M3,P1), presencia de nevos en cuero cabelludo y cabellos finos, ralos y de crecimiento lento, con alteración ósea semejante a la del caso 1.Al examen físico presentaba las mismas características fenotípicas del hermano (Fig. 1) y el cariotipo fue 46XX. ¿Cuál es su diagnóstico? M. El Achkar, G. Bressan, V. Oliveira, K. Abagge, S. Giraldi, L. Parolin Fig. 1. Casos 1 y 2, filtro nasal alargado, alopecia del tercio distal de las cejas, dientes pequeños y nariz en forma de pera. Fig. 2. Forma en cono de las epífisis de las falanges medias. Fig. 3. Hallazgos radiográficos de las manos muestran forma en cono de las epífisis de las falanges medias de todos los dedos y múltiples exostosis en los cartílagos. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 225 ¿Qué síndrome es? Síndrome trico-rino-falángico tipo II o síndrome de Langer-Giedion El síndrome trico-rino-falángico tipo II (STRFII) o síndrome de Langer-Giedion fue descrito por primera vez en 1956 por Klingmuller quien relató esta malformación en dos hermanos. En 1966, Giedion profundizó las informaciones sobre el síndrome y lo denominó como trico-rino-falángico1. Se trata de un síndrome genético raro, debido a una deleción en la región cromosómica 8q24.1, que afecta predominantemente al sexo femenino (1.7:1)2. Actualmente se describen tres variantes (tabla 1), con herencia autosómica dominante en la mayoría de los casos y algunos reportes de herencia autosómica recesiva3. Algunas características son comunes a todas las variantes como los cabellos finos, ralos y de crecimiento lento, alopecia del tercio distal de las cejas, nariz en forma de pera, filtro nasal alargado, labio superior fino y orejas prominentes4. Tabla1. Manifestaciones fenotípicas del STRF de acuerdo con su variante. Variantes del STRF STRF-I (Giedion-Gurisch) STRF-II (Langer - Giedion) STRF-III (Sugio-Kajii) Características Clínicas Cabellos ralos y frágiles, pili torti, tricorrexis nodosa. Nariz prominente en forma de pera, puente nasal ancho y elevado. Epífisis falángicas en forma de cono, clinodactilia, braquidactilia, uñas frágiles y finas. Baja estatura, escápulas aladas, enfermedad degenerativa de cadera en la juventud, voz grave. Cabellos ralos, microcefalia, orejas prominentes, aumento del número de nevos, nariz en forma de pera. Epífisis falángicas en forma de cono, múltiples exostosis, hiperextensibilidad articular. Baja estatura, piel redundante en la infancia y retardo mental. Mismas características del tipo I, acentuación de la baja estatura, acentuado acortamiento de las falanges, metacarpos y metatarsos. Adaptado de Marques SA, et al.4 226 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 La variedad de las características clínicas del síndrome y la presencia o no de retardo mental depende de las deleciones cromosómicas, que varían de pequeñas a significantes roturas en el brazo largo del cromosoma 82,5,6. El STRF-II se caracteriza por la presencia de microcefalia, exostosis cartilaginosas múltiples en las costillas y vértebras, hiperextensión articular, piel redundante en la infancia, aumento del número de nevos y ocasional retardo mental3. El examen radiológico es patognomónico, las alteraciones del mismo se observan en todas las formas del STRF y muestra las epífisis en forma de cono, predominantemente de las falanges medias, como resultado de la osificación endocondral anormal1,7,8. Puede ser la única alteración presentada por los familiares del paciente, indicando la naturaleza hereditaria del síndrome9. En los casos presentados, la baja estatura fue el motivo de consulta médica, y las alteraciones de los cabellos, nariz en forma de pera, gran número de nevos melanocíticos y braquidactilia los que orientaron hacia la posibilidad diagnóstica de STRF-II. Las alteraciones óseas confirmaron la sospecha clínica. El grado de compromiso clínico es extremadamente variable. El niño generalmente nace a término, con peso y estatura adecuados, y evoluciona con déficit pondo-estatural. Existe retraso de la edad ósea hasta la pubertad con posterior aceleramiento. Algunas alteraciones clínicas como los cabellos finos, ralos y de crecimiento lento, y las características faciales son de difícil detección, siendo necesario un examen clínico cuidadoso para pensar en la posibilidad diagnóstica de STRF. Muchas veces la búsqueda de signos en los familiares ayuda en el reconocimiento de la enfermedad, como el examen radiológico de los padres que detecta las alteraciones óseas del STRF9. El tricograma de estos pacientes muestra aproximadamente 50% de los cabellos en fase anágena distrófica y 50% en fase telógena4. M. El Achkar, G. Bressan, V. Oliveira, K. Abagge, S. Giraldi, L. Parolin Bajo luz polarizada se observa cabello monocromático con nítidas fisuras limítrofes a las rupturas descritas como “em bout de doigt”, observándose con menor frecuencia rupturas de tricorrexis nodosa y tricoptilosis10. El estudio histológico del cuero cabelludo puede mostrar disminución del número de folículos pilosebáceos9. Los pacientes con STRF frecuentemente desarrollan enfermedad degenerativa de caderas en la adultez temprana, o más tarde también se observa aumento de la frecuencia de infecciones de vías respiratorias en algunos casos1. La asociación con alteraciones endocrinológicas (como hipotiroidismo, hipoglicemia idiopática y diabetes mellitus), cardíacas y urogenitales (como reflujo ureteral) también fueron descritas; este tipo de manifestaciones clínicas determina la necesidad de investigación apropiada en cada caso en particular7,9,11. El diagnóstico diferencial del STRF-II se hace principalmente con las demás variantes del síndrome y con otras que incluyan alopecia y anormalidades estructurales de la nariz u ósteo-articulares, siendo citados los síndromes Larsen, oro-facio-digital, Coffin-Siris y condrodisplasia del tipo McKusick10. Debido a que el síndrome tiene evolución relativamente benigna, desde su descripción por Giedion, no existen muchos reportes en la literatura, y la mayoría de los casos son estudiados por pediatras o radiólogos. El STRF muchas veces no es reconocido o tiene un diagnóstico retardado, pues el paciente consulta para tratamiento de los problemas estéticos del cabello o para control de los nevos melanocíticos, como en los dos casos aquí descritos. El conocimiento de los signos clínicos de este síndrome por los dermatólogos y pediatras es importante para el consejo genético y alerta respecto a las enfermedades asociadas que pueden tener incidencia aumentada9. Referencias bibliográficas 1. Klingmuller G. Über eigentumliche Konstitutions anomalien bei 2 Schwestern und ihre Beziehungen zu neuerenentwicklungsphathologischen Befunden. Hautarzt. 1956; 7:105. 2. Giedon A. Das tricho-rhino-phalangeale Syndrom. Helv Paediatr Acta. 1966; 21: 475. 3. Hou J, Parrish J, Ludecke HJ, et al. A 4-megabase YAC contig that spans the Langer-Giedion syndrome region on human chromosome 8q24.1: use in refining the location of the trichorhinophalangeal syndrome and multiple exostoses genes (TRPS1 and EXT1). Genomics. 1995; 29(1): 87-97. 4. Marques SA, Miot HA, Miot LDB, Marques MEA. Você conhece esta síndrome? An bras Dermatol. 2005; 80(1): 85-88. 5. Goupille P, Fouquet B, et al. Trichorhinophalangeal syndrome. A propos of a case. Rev Rhum Mal Osteoartic. 1991; 58(3): 207-210. 6. Ludecke HJ, et al. Molecular dissection of a contiguous gene syndrome: localization of the genes involved in the Langer-Giedion syndrome. Hum Molec Genet. 1995; 4: 31-36. 7. Ludecke HJ, Schaper J, Meinecke P, et al. Genotypic and phenotypic spectrum in tricho-rhino-phalangeal syndrome types I and III. Am J Hum Genet. 2001; 68: 81-91. 8. Morioka D, Suse T, Shimizu Y, Ohkubo F, Hosaka Y. Langer-Giedion syndrome associated with submucous cleft palate. Plast Reconstr Surg. 1999; 103(5): 1458-1463. 9. Yañez S, Hernández-Vicente I, Armijo M. Trichorhinophalangeal syndrome. Int J Dermatol. 1992; 31(10): 706-709. 10. Lalevic-Vasic BM, Nikolic MM, Polic DJ. Etude des cheveux du syndrome trichorhinophalangien type I. Ann Dermatol Venereol. 1994 ; 121: 618-622. 11. Vaccaro M, Guarneri C, Blandino A. Trichorhinophalangeal syndrome. J Am Acad Dermatol. 2005; 53(5): 858-860. Se agradece a la Dra. Paula Boggio por la traducción de este artículo. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 227 CORRELATO CLÍNICO PATOLÓGICO Pápulas hiperqueratósicas y umbilicadas en manos y pies Rosalía Ballona, Rosa Inés Castro, Felipe Velásquez, Iris Kikushima, Héctor Cáceres-Ríos, Rosario Torres. Servicio de Dermatología, Instituto de Salud del Niño, Lima - Perú. Dermatol Pediatr Lat 2006; 4(3): 228-231. Caso clínico Paciente mujer de 13 años, raza negra, natural y procedente de zona urbana de Lima. Refiere un tiempo de enfermedad de ocho meses, con aparición progresiva de lesiones que comprometen palmas y plantas, ocasionalmente pruriginosas y levemente dolorosas. Este cuadro evoluciona en brotes, con mejoría relativa de las lesiones con uso de cremas con corticoides de mediana potencia. Antecedente de prurigo por picadura de insectos desde los tres años de edad. Niega ingesta de medicamentos previos. No antecedentes personales ni familiares de diabetes. Al examen físico paciente en buen estado general, se evidencia en manos, predominantemente en palmas, múltiples lesiones papulares de 2 a 4mm de diámetro, algunas de color piel y otras eritematosas, algunas con centro hiperqueratósico amarillento; escasas lesiones umbilicadas excoriadas con costras hiperpigmentadas (Fig. 1). En plantas se observan también lesiones hiperqueratósicas umbilicadas con excoriaciones (Fig. 2). Correspondencia: Dra. Rosalía Ballona Correspondencia: [email protected] Recibido: 12/11/06 Aprobado: 21/12/06 228 Exámenes auxiliares: Hemograma, bioquímica sanguínea y examen de orina sin alteraciones; VSG 20mm/h; PPD no disponible; RX de tórax normal. La histopatolgía muestra un estrato córneo hiperqueratósico con una zona de eliminación Fig. 1. Múltiples umbilicadas. lesiones papulares hiperqueratósicas Fig. 2. Lesiones hiperqueratósicas, umbilicadas, algunas excoriadas. transepidérmica de fibras de colágeno degeneradas e infiltrado inflamatorio (Fig. 3), además se observa un granuloma con células linfoides e histiocitos en empalizada (Fig. 4) que rodean a una zona central de degeneración de colágeno y mucina (Fig. 5) en dermis superior. R. Ballona, R. Castro, F. Velásquez, I. Kikushima, H. Cáceres-Ríos, R. Torres Confirmado el diagnóstico por la histopatología, se inicia tratamiento con corticoides tópicos potentes: clobetasol ungüento una vez al día, observándose una respuesta favorable a las tres semanas de tratamiento. La paciente no ha regresado a controles posteriores. Fig. 3. Estrato córneo hiperqueratósico con zona de eliminación transepidérmica. H/E 10x. Fig. 4. Granuloma con células linfoides e histiocitos en empalizada. H/E 40x. Fig. 5. Granuloma con degeneración central del colágeno. H/E 40x. Discusión Desde el punto de vista clínico son pocos los diagnósticos diferenciales que pueden mencionarse ante la presencia de este tipo de lesiones papulares hiperqueratósicas y umbilicadas en manos y pies. Éstos incluyen, entre otros, al prurigo nodular y la acropustulosis1,2, los cuales afectan las partes acrales, pero las lesiones características son nódulos o vesiculopústulas intensamente pruriginosas; a diferencia de nuestra paciente cuyas lesiones eran pápulas hiperqueratósicas umbilicadas, con prurito discreto. En el caso de acropustulosis infantil hay el antecedente de escabiosis y en el estudio histopatológico vesículas intraepidérmicas que no se observaron en nuestro caso3. Por los hallazgos histopatológicos en nuestra paciente, el diagnóstico está ubicado entre las dermatosis que presentan eliminación transepidérmica de algún componente de la dermis como ocurre en la elastosis perforante serpiginosa, colagenosis perforante reactiva y granuloma anular perforante. Se descartan para este caso otros cuadros con hallazgos perforantes como la foliculitis perforante (compromiso característico del folículo piloso), enfermedad de Kyrle (trastorno de la queratinización con hiperqueratosis folicular) o la dermatosis perforante reactiva (similar a la foliculitis perforante asociada a enfermedades renales), porque son patologías frecuentes en adultos jóvenes con hallazgos histopatológicos totalmente diferentes en los que predomina el compromiso del folículo piloso4,5. La elastosis perforante serpiginosa es una rara afección de la piel que se caracteriza por la expulsión transepidérmica de fibras elásticas anormales e infiltrado inflamatorio crónico en la dermis superior. Clínicamente se expresa como pápulas umbilicadas de 2 a 5mm de diámetro, de color piel o rojizas, con tapones queratósicos centrales que al retirarse sangran, tienden a adoptar patrones arciformes o serpiginosos6, 7 y se localizan en nuca, zonas laterales del cuello, extremidades inferiores y tronco.Afecta más a varones que a mujeres en proporción de 4:1 y las edades de los casos Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 229 Pápulas hiperqueratósicas y umbilicadas en manos y pies descritos están comprendidas entre los cinco años el más joven y ochenta y cuatro el mayor, siendo la edad promedio 30 años, la mayoría de casos asociados a patologías como esclerodermia, morfea, síndrome de Marfan y terapia con penicilamina4,8,9. Evolucionan en brotes, puede haber resolución espontánea en tiempo variable10. En nuestra paciente las lesiones no sangraron al caer el tapón queratósico y en la histopatología son las fibras de colágeno las que estaban degeneradas, lo que nos permite descartar a esta entidad. La colagenosis perforante reactiva es considerada como una respuesta cutánea peculiar frente a traumas superficiales con tendencia hereditaria. Las lesiones aparecen durante el primer año de vida o en la infancia, como pápulas de 5 a 10mm de diámetro cuya parte central está cubierta de queratina, que al desprenderse sangra y deja una zona umbilicada; tienen una duración de seis a ocho semanas y al involucionar dejan máculas hipo o hiperpigmentadas y/o cicatrices varioliformes10,11. Es característico el fenómeno de Köebner y las lesiones aparecen sobre áreas de traumatismo: rascado, abrasión, lesiones de acné o picadura de insecto4. La histopatología de lesiones recientes muestra un área de colágeno necrobiótico muy basofílico en la dermis papilar; en caso de las lesiones antiguas éste se elimina por varias perforaciones de la epidermis12. En los adultos se han descrito casos asociados a diabetes mellitus e insuficiencia renal crónica4,13. Por la edad y la clínica de las lesiones de nuestra paciente, así como el antecedente de prurigo por picaduras, podría encajar en esta entidad, pero el patrón histopatológico marca la diferencia con los hallazgos de nuestra paciente. Diagnóstico histopatológico: granuloma anular perforante El granuloma anular perforante (GAP) es un raro subtipo del granuloma anular, descrito por primera vez por Owens y Feeman en 1971, aunque Pinkus en 1934 y Civatte en 1952 describieron casos compatibles con esta entidad14, 15. 230 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 GAP es una rara enfermedad que afecta frecuentemente a niños y adultos jóvenes, su frecuencia es del 5% de todos los casos de granuloma anular. Aunque todas las áreas del cuerpo pueden ser afectadas, GAP más comúnmente ocurre sobre las superficies extensoras de las extremidades y dorso de manos y dedos. La mayoría de lesiones son pequeñas de 1 a 5mm, color piel a rojo, pápulas agrupadas con costras centrales o escamas y/o umbilicación central. Generalmente es asintomático, aunque se ha descrito prurito en el 26% de pacientes y dolor en cuatro casos14,16-18. Escasos reportes de formas generalizadas, recurrentes y pustulosas, con localización particular como pabellones auriculares, han sido descritos en adultos y niños15,19,20. Clínicamente se observan pápulas eritematosas o color piel que evolucionan a lesiones pustulares las cuales exudan un material cremoso claro y espeso, otras son pápulas umbilicadas que forman costras que al curar dejan escaras hipo o hiperpigmentadas atróficas14. Está asociada con factores desencadenantes como picadura de insectos, luz ultravioleta, traumas, infecciones virales, tiroiditis, exceso de vitamina D; pero la asociación más común es con la diabetes mellitus, reportada en un 30% de pacientes con GAP de inicio en la adultez14,19. La histopatología de lesiones no umbilicadas muestra granulomas bien circunscritos rodeados de infiltrado neutrofílico en la dermis superior o media, sin alteraciones epidérmicas. Característicamente los granulomas están conformados de colágeno necrobiótico, fibrina y mucina, rodeados de infiltrado linfohistiocitario y variado número de células gigantes multinucleadas dispuestas en empalizada. En los hallazgos de las lesiones umbilicadas se evidencian la perforación epidérmica, con granulomas en empalizada que muestran un canal perforante o destrucción de la epidermis por donde se elimina el material necrobiótico14. En nuestra paciente, por la clínica de las lesiones y la histopatología se concluyó que el caso correspondía a un GAP. R. Ballona, R. Castro, F. Velásquez, I. Kikushima, H. Cáceres-Ríos, R. Torres El tratamiento es difícil y con resultados controversiales. Corticoides superpotentes, incluso bajo oclusión, han sido indicados; corticoides intralesionales y crioterapia han tenido éxito variable. Ensayos de uso de isotretinoína como medicación sistémica también han sido reportados14,17. 10. 11. 12. Referencias bibliográficas 1. Wallengren J. Prurigo: diagnosis and management Am J Clin Dermatol. 2004;5(2):85-95. 2. Dromy R, Raz A, Metzker A. Infantile Acropustulosis. Pediatr Dermatol. 1991 Dec;8(4):284-7. 3. Mancini AJ, Frieden IJ, Paller AS Infantile acropustulosis revisited: history of scabies and response to topical corticosteroids Pediatr Dermatol. 1998 Sep-Oct;15(5):337-41. 4. Saray Y, Seckin D, Bilezikci B. Acquired perforating dermatosis: clinicopathological features in twentytwo cases. J Eur Acad Dermatol Venereol. 2006 Jul; 20(6):679-88. 5. Schmults CA. Acquired reactive perforating collagenosis. Dermatol Online J. 2002 Oct;8(2):8. 6. De Pasquale R, Nasca MR, Musumeci ML, Micali G. Elastosis perforans serpiginosa in an adult with Down's syndrome: report of a case with symmetrical localized involvement. J Eur Acad Dermatol Venereol. 2002 Jul;16(4):387-9. 7. Kuhn CA, Helm TN, Bergfeld WF, Glanz S, Steck WD.Acneiform papules on the neck. Elastosis perforans serpiginosa (EPS). Arch Dermatol. 1995; 131: 341-344. 8. Wong KC, Fryer JA, Li M, Crosland G. Acquired perforating dermatosis in diabetes mellitus: an unusual case. Australas J Dermatol. 1999 May;40(2):108-10. 9. Mehta RK, Burrows NP, Payne CM, Mendelsohn SS, Pope FM, Rytina E. Elastosis perforans serpiginosa 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. and associated disorders. Clin Exp Dermatol. 2001 Sep;26(6):521-4. Santamaria V, Cervantes AM, Barrios E. Dermatosis con eliminación trasepidérmica clásicas Rev Cent Dermatol Pascua. 2002; 11(1): 40- 48. Hoque R, Ameen M,Holden CA Acquired reactive perforating collagenosis: four patients with a giant variant treated with allopurinol. Br J of Dermatol. 2006; 154 (4): 759-762. Querings K, Balda BR, Bachter D. Treatment of acquired reactive perforating collagenosis with allopurinol.Br J Dermatol. 2001 Jul;145(1):174-6. Lee HN, Lee DW, Lee JY, Cho BK. Two cases of reactive perforating collagenosis arising at the site of healed herpes zoster. Int J Dermatol. 2001 Mar; 40(3):191-2. Peñas PF, Jones-Caballero M, Fraga J, Sanchez-Perez J, Garcia-Diez A. Perforating granuloma annulare.Int J Dermatol. 1997 May; 36(5):340-8. Gamo R, Sopena J, Guerra A,Vergara A, Rodriguez JL, Iglesias L. Pustular generalized perforating granuloma annulare Br J. Dermatol. 2003; 149: 866-868. Jackson MD, Pratt L, Lawson P. Asymptomatic papules on a child. Perforating granuloma annulare. Arch Dermatol. 2001 Dec; 137(12):1647-52. Uribe- Echevarria Delegado, AI; Joseph, D; Montenegro Valera, I et al. Granuloma anular perforans: Presentación de 1 caso. Rev cubana med 2004; vol.43, no.4, p.0-0. ISSN 0034-7523 Fang KS, Lawry M, Haas A, Papules on the hands. Arch Dermatol. 2001; 137: 1647- 1652. Choi JC, Bae JY, Cho S, Choi JH, Sung KJ, Moon KC, Koh JK. Generalized perforating granuloma annulare in an infant. Pediatr Dermatol. 2003 MarApr; 20(2):131-3. Farrar CW, Bell HK, Dobson CM, Sharpe GR. Perforating granuloma annulare presenting on the ears. Br J Dermatol. 2002 Nov;147(5):1026-8. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 231 TERAPÉUTICA Uso de imiquimod en infantes Cyro Festa Neto1, Cecilia Guerra Arias2 1 Profesor Doctor del Departamento de Dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo, Brasil. 2Residente Dermatología, Hospital Central FAP, Lima, Perú. Dermatol Pediatr Lat 2006; 4(3): 232-239. Resumen El imiquimod es un inmunomodulador tópico que tiene potentes propiedades antivirales, antitumorales e inmunorreguladoras; aprobado por la FDA para el tratamiento de verrugas genitales externas y perianales en pacientes mayores de 12 años. Sin embargo, en la práctica clínica se está utilizando con seguridad y eficacia en la población pediátrica menor de 12 años para tratar otras patologías tales como molusco contagioso, granuloma anular, hemangioma infantil, leishmaniasis, morfea y papulosis linfomatoide. Palabras clave: Imiquimod; Modificador de la respuesta inmune; Antiviral; Antitumoral. Abstract Imiquimod is a topical inmunomodulator that has powerful antiviral, anti-tumoral and immunoregulatory properties. It is approved by the FDA for treatment of external and perianal genital warts in patients 12 years and older. Currently it is being used with safety and effectiveness in pediátric population younger than 12 years old to treat other dermatologic conditions, including molluscum contagiosum, granuloma annulare, infantile hemangiomas, leishmaniasis, morphea and lymphomatoid papulosis. Key words: Imiquimod; Immune response modifier; Antiviral; Antitumor. Introducción El imiquimod es una amina imidazoquinolina [1-(2 metilpropil)-1 H-imidazol (4,5-c) quinolina-4 amina) modificadora de la respuesta inmunitaria, que estimula la inmunidad celular innata y adquirida (Fig. 1)1. Correspondencia: Dra. Cecilia Guerra Correo electrónico: [email protected] Recibido:10/12/06 Aceptado: 27/12/06 232 El imiquimod 5% es administrado tópicamente y cada gramo de crema contiene 50mg de imiquimod2. Un sobre contiene12.5mg en 250mg de crema (5%), cantidad suficiente para cubrir un área de 20cm2. El régimen recomendado consiste en la aplicación de la crema durante seis a diez horas en las noches y la frecuencia de su uso varía con la indicación de la patología2. NH2 N N N CH3 CH3 Fig. 1. Estructura química de imiquimod. C. Festa, C. Guerra Farmacocinética La absorción percutánea del imiquimod 5% crema es mínima, se ha recuperado en orina y heces menos del 0.9% de una dosis de 5mg marcada radioactivamente. Se desconoce el lugar en donde se metaboliza y también su grado de unión a las proteínas, en caso de que exista alguno1,3. Mecanismo de acción Imiquimod es un potente estimulador de la respuesta inmunitaria innata y adquirida; estimula a los receptores Toll like (TLRs) en las células presentadoras de antígeno (macrófagos); agonista TLR-7/8 que induce la síntesis y producción de citocinas TH1: interferón, factor de necrosis tumoral, interleucina 6 (IL-6) y la IL-12. Además estimula otros elementos de la inmunidad innata como la activación de los linfocitos citotóxicos, de las células NK, secreción de óxido nítrico por los macrófagos, induccción de la proliferación y diferenciación de los linfocitos B, estimulación y producción de quemoquinas y moléculas de adhesión que atraen otras células inmunes2,4-6. Imiquimod actúa sobre la inmunidad adquirida tanto en la respuesta humoral como en la celular, incrementando la actividad de la inmunidad celular en forma indirecta por estimula- ción de citoquinas TH1 tales como IFN-δ. Además inhibe parte de la respuesta humoral mediante inducción de INF-α el cual inhibe la producción de citocinas TH2: IL-4, IL-55,6. Asimismo, activa y potencia la migración de las células de Langerhans hacia los nódulos linfáticos regionales, presentando los antígenos a los linfocitos T memoria. La actividad antitumoral está dada por la disminución de la proliferación celular y un incremento en la expresión de TIMP-1 (inhibidor de la angiogénesis), así como un incremento de la susceptibilidad de los signos proapoptóticos (Fig. 2)1,4,5-7. Contraindicaciones Pacientes con hipersensibilidad a imiquimod o a cualquiera de los excipientes de la crema1. Precauciones Imiquimod 5% crema puede exacerbar los procesos inflamatorios de la piel, deberá utilizarse con precaución en pacientes con enfermedades autoinmunes y en pacientes trasplantados. No se recomienda la utilización de imiquimod hasta que la piel se haya recuperado de cualquier tratamiento quirúrgico previo. La zona tratada debe protegerse del sol1. Fig. 2. Interacciones celulares inducidas por el tratamiento tópico con imiquimod. El imiquimod estimula a los receptores Toll like (TLRs) 7/8 de las células dendriticas (DCs) y macrófagos estimulando la secreción de citocinas proinflamatorias, atrayendo de la sangre a DCs plasmocitoides productoras de INF (a y e). En respuesta a las citocinas proinflamatorias, las células de Langerhans salen de la epidermis y emigran a los nódulos linfáticos dando lugar a un incremento en la producción de antígenos tumorales en los nódulos linfáticos, y consecuentemente un incremento en la generación de células T tumor-específicas. Las células B son activadas directamente para formar células plasmáticas secretoras de anticuerpos. El incremento de células T tumor específicas en la sangre periférica, junto con el incremento de linfocitos adheridos a los receptores TLR7 endoteliales de la vecindad de la piel tratada, permitirá la infiltración preferencial y la acumulación de células efectoras tumorales en el área tratada. (Adaptado de Experimental Dermatology 2006: 15: 331-34). Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 233 Uso de imiquimod en infantes Carcinogénesis, mutagénesis y fertilidad En algunos estudios con animales (ratas) no se han evidenciado efectos teratogénicos.Ante la ausencia de tales efectos en animales, es poco probable que se produzca malformaciones humanas1. Se dispone de datos en un número limitado de mujeres embarazadas, por lo que no se puede extraer una conclusión general de los mismos. Deberá prestarse atención cuando se prescriba a mujeres embarazadas. Dado que no se han detectado niveles cuantificables de imiquimod en suero (> 5ng/ml) después de dosis tópicas únicas y múltiples, no se puede recomendar específicamente sobre su uso o no en madres lactantes1,2. Se incluye a imiquimod en la categoría C para el embarazo (si la ventaja potencial justifica el riesgo potencial al feto)1. Principales efectos colaterales Las reacciones adversas más frecuentes de imiquimod crema al 5% son locales: eritema, hipopigmentación, irritación, prurito, dolor, induración, ulceración, formación de escamas, vesículas e infección en la zona de aplicación. La mayoría de las reacciones cutáneas son leves o moderadas en lo que a su gravedad se refiere, por lo que remiten al cabo de dos semanas de interrupción del tratamiento. Asimismo, también se han observado reacciones sistémicas adversas tales como: fatiga, fiebre, síntomas gripales, síntomas del sistema nervioso periférico y central (cefalea), síntomas gastro-intestinales (diarrea) y desórdenes del sistema musculoesqueletico (mialgia)1,2,4. 234 Si ocurre una ingestión accidental del medicamento, se pueden producir náuseas, emesis, cefalea, mialgias y fiebre después de una sola dosis de 200mg de imiquimod, que corresponde al contenido de 16 sobres. El efecto adverso de mayor gravedad clínica es la hipotensión, que se resuelve tras fluidoterapia oral o intravenosa.1 Indicaciones Imiquimod ha sido aprobado por la FDA para el tratamiento de verrugas genitales externas, queratosis actínica y carcinoma basocelular superficial (cuadro 1). Imiquimod en niños En estudios recientes se está utilizando con seguridad y eficacia en menores de 12 años en condiciones infecciosas tales como verrugas no genitales, molusco contagioso, leishmaniasis; y en condiciones no infecciosas como morfea, hemangiomas infantiles, xeroderma pigmentoso, síndrome basocelular nevoide (síndrome Gorlin) y papulosis linfomatoide (cuadro 1). Verrugas genitales externas Sobredosis Las verrugas anogenitales son consideradas como uno de los problemas médicos más serios de la población; en adultos se considera como una enfermedad de transmisión sexual y está asociada a carcinoma cervical. 8 En niños el modo de transmisión es controversial; posiblemente la transmisión sea: sexual, de madre a hijo a través del canal del parto o infección no genital a través de fomites. En particular el tipo de HPV (6 ó 11, 16 ó 18) debería alerta al médico a la posibilidad de abuso sexual. 9 Cuando se aplica tópicamente imiquimod 5% crema la sobredosis sistémica es muy improbable, debido principalmente a la mínima absorción percutánea. La sobredosis dérmica persistente con imiquimod 5% crema podría dar como resultado reacciones cutáneas locales graves. El tratamiento de verrugas anogenitales en niños es difícil, sobre todo por la alta recurrencia8. Imiquimod 5% crema ha sido aprobada por la FDA para el tratamiento de verrugas genitales externas y perianales en niños mayores de 12 años; sin embargo en la práctica clínica es de Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 C. Festa, C. Guerra Cuadro 1. Usos aprobados por la FDA y potenciales usos de imiquimod. ENFERMEDAD a. Usos aprobados por la FDA Verrugas genitales y perianales externas* Queratosis actínica Carcinoma basocelular b. Otros usos reportados Queilitis actínica Enfermedad de Bowen Carcinoma basocelular nodular Lentigo maligno Metástasis de melanoma Linfoma cutáneo de células T Neoplasia vulvar intraepitelial Enfermedad de Paget extramamaria Herpes virus simple 2 Molusco contagioso* Papulosis Bowenoide Queratosis de Estuco Poroqueratosis de Mibelli Granuloma anular* Queloide Leishmaniasis* Queratoacantoma Morfea* Hemangioma infantil* c. Remoción de tatuaje FRECUENCIA DE APLICACIÓN DURACIÓN DEL TRATAMIENTO 3 veces a la semana 2-3 veces a la semana 5 veces a la semana 16 semanas 16 semanas 6 semanas 3 veces a la semana 3-7 veces a la semana 3-7 veces a la semana 3-7 veces a la semana 3-7 veces a la semana noches 3 veces a la semana 4-7 veces a la semana 1-3 veces a la semana 3-7 veces a la semana 3-7 veces a la semana 3 veces a la semana 3 veces a la semana noches noches 3-4 veces a la semana noches 3 veces a la semana 3-4 veces a la semana noches semanas semanas semanas meses semanas-meses meses semanas semanas semanas-meses semanas semanas semanas semanas semanas semanas semanas meses meses semanas-meses semanas * Usos reportados en niños y adolescentes uso frecuente en verrugas perianales en la población pediátrica menor de 12 años. El primer caso reportado fue un niño de dos años con verrugas perianales que usó imiquimod 5% crema dos veces a la semana aplicado tópicamente en las lesiones y con completa desaparición de las mismas a las cinco semanas8. En otro reporte de un infante de seis meses, se usó en las zonas afectadas por las noches, tres veces a la semana por 16 semanas, con resolución completa10. En un estudio retrospectivo de 25 infantes diagnosticados de verrugas anogenitales, 11 fueron menores de cinco años, 17 fueron tratados con podofilino 0.5% gel, 15 de ellos mejoraron sus lesiones; y en el grupo que usó imiquimod tres veces a la semana, seis de los ocho niños evidenciaron involución de las verrugas con buena tolerabilidad11. Un informe reciente de Majewski y cols. describe la resolución completa de condiloma refractario en una lactante de 19 meses de edad con imiquimod 5% crema12. Imiquimod estimula la memoria inmunológica frente al VPH, por lo tanto la proporción de recidivas de las verrugas después de la terapia con este fármaco es baja, siendo ésta una posible ventaja frente a los métodos ablativos o destructivos13. Verrugas vulgares Las verrugas vulgares cutáneas son un desafío terapéutico, y más aún las verrugas recalcitrantes, en donde se especula que la inmunidad natural está debilitada. En aquellas verrugas extensas o sintomáticas en niños, el tratamiento debe centrarse idealmente en el aumento de la inmunorrespuesta local. Se ha Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 235 Uso de imiquimod en infantes investigado la eficacia del imiquimod tópico en el tratamiento de las verrugas vulgares, asociadas a los tipos 1, 2 y 4 de VPH. En un ensayo clínico abierto con 18 niños y adolescentes (11 mujeres, 7 varones, entre 9 y 18 años) se administró imiquimod 5% crema dos veces al día en verrugas con más de dos años de evolución, resistentes a terapias previas (5-fluorouracilo, ácido salicílico, dimetilsulfóxido, intervención quirúrgica, crioterapia, láser, ácido salicílico al 60%). La evaluación de la respuesta y la ocurrencia de efectos nocivos fueron realizadas cada cuatro semanas hasta la curación clínica. Dieciséis de 18 pacientes experimentaron la desaparición total de sus verrugas y los otros dos mejora parcial; la duración promedio del tratamiento fue 5.8 meses. Los autores del ensayo concluyeron que imiquimod 5% es un tratamiento eficaz para las verrugas cutáneas recalcitrantes en niños14. Diferentes estudios de casos han descrito buenos resultados conseguidos con crema de imiquimod al 5% sobre las verrugas faciales planas3. Al compararlo con los tratamientos ablativos (crioterapia, láser) que a menudo se asocian a dolor local, el imiquimod parece ser menos traumático, y por consiguiente podría resultar muy útil en niños. Sin embargo, dada la historia natural de las verrugas vulgares, es necesario realizar un estudio controlado4,14. Molusco contagioso El molusco contagioso (MC), una infección cutánea causada por un virus ADN de la familia Poxviridae, ha sido tratado con eficacia mediante imiquimod al 5% crema.15 El MC tiende a presentarse en niños pequeños, adultos sexualmente activos y pacientes con infección por VIH (hasta en el 20% en este último grupo). Bayer y cols. realizaron un ensayo clínico abierto en 15 niños de cuatro a once años con MC múltiple, aplicando imiquimod 5% crema tres veces a la semana por 16 semanas. Nueve de 13 niños (69%) quienes 236 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 completaron el tratamiento respondieron completa y parcialmente. De ellos, dos niños (15%) demostraron una remisión completa y siete (54%) tenían una respuesta parcial, con una reducción notable de las lesiones de MC. Cuatro niños (31%) mostraron enfermedad estable o progresiva. En tres niños (23%) con remisión parcial el número de moluscos se redujo considerablemente, evitando el tratamiento quirúrgico15. En un estudio abierto experimental, aplicaron imiquimod 5% tres veces por semana por 16 semanas en 12 niños con MC entre tres y 13 años; en siete casos se observó remisión total y efectos locales bien tolerados16. Otro estudio en pacientes pediátricos demostró que la combinación de imiquimod 5% con cantaridina por cinco semanas dio lugar a un 90% de mejoría en 12 de 16 pacientes (75%). El tratamiento fue bien tolerado sin efectos secundarios sistémicos17. Estudios recientes también tienen documentada la eficacia de imiquimod en pacientes immunocomprometidos con MC. Imiquimod aumenta la respuesta inmunológica e inflamatoria y es un agente potencial en el tratamiento del MC en niños y adultos. Los resultados de los estudios anteriores sugieren que imiquimod 5% es una nueva opción terapéutica para MC en niños, especialmente en casos severos, aunque es necesario realizar más estudios para determinar la eficacia y la dosis optima del régimen16. Xeroderma pigmentoso Imiquimod 5% crema ha sido aprobado por la FDA para el tratamiento del carcinoma basocelular superficial con un diámetro máximo de 2cm y se debe cubrir la zona de tratamiento, hasta un centímetro de piel alrededor del tumor2. En niños con xeroderma pigmentoso (XP) se ha utilizado con buenos resultados. Giannotti y C. Festa, C. Guerra cols.18 reportan un caso de un varón de 15 años de edad con XP con múltiples carcinomas basocelulares en cara. Se utilizó imiquimod 5% crema tres veces a la semana en combinación con acitretin 20mg/día durante seis semanas. Los efectos adversos fueron bien tolerados y todos los tumores resolvieron en un lapso de seis meses. Diversos estudios detallan el uso de imiquimod para el tratamiento del síndrome de nevos de células basales (sindrome de Gorlin)19. Morfea Morfea o esclerodermia localizada es una enfermedad fibrótica, la cual es mediada por dos citocinas: el factor de crecimiento de transformación β (TGF-β), que induce la proliferación de fibroblastos y síntesis proteica de la matriz extracelular, y el factor de crecimiento del tejido conectivo (CTGF) producido por fibroblastos, los niveles de expresión de CTGF se correlacionan con la severidad de la esclerodermia. El imiquimod es un inductor de interferón δ, que inhibe al TGF-β. El interferón α disminuye la producción de colágeno y glicosaminoglicanos. La capacidad del imiquimod para inducir interferones inhibe la actividad fibrótica y la de la IL-4 (citocina profibrótica); ésta probablemente sea la base de su eficacia en la morfea. Se ha reportado una serie de 12 casos de morfea con diagnóstico clínico e histológico, de los cuales tres eran niños. Todos iniciaron tratamiento con imiquimod tres veces a la semana durante seis meses mostrando resolución de la induración, el eritema y la atrofia. La histología también mostró disminución del grosor dérmico20 Estudios clínicos controlados con imiquimod 5% para el tratamiento de la morfea están actualmente en marcha20. Hemangiomas infantiles Son tumores vasculares benignos que ocurren en aproximadamente 5% al 10% de los infantes. La progresión natural de los hemangiomas implica primero una fase proliferativa, fase estacionaria y una fase involutiva. Recientemente se ha reportado el uso de imiquimod 5% crema en hemangiomas infantiles. Martínez y cols.21 trataron a dos infantes con hemangiomas infantiles en cuero cabelludo con imiquimod 5% crema durante tres a cinco meses con regresión clínica completa y sin recurrencia hasta los seis meses de seguimiento. Asimismo, Hazen y cols.22 reportan el uso de imiquimod 5% en un hemangioma mixto, evidenciando signos de involución a los diez días de tratamiento, buena tolerabilidad y resolución completa después de diez semanas de tratamiento. Welsh y cols.23 publican diez casos tratados con imiquimod 5% crema por 16 semanas con excelentes resultados. Imiquimod induce al IFN-α, IL-12, y TIMP-1 (citocinas antiangiogénicas), los que juegan un papel importante en la respuesta de hemangiomas al imiquimod, por lo que algunos lo consideran como una alternativa terapéutica para acelerar la involución de los hemangiomas infantiles. 21 Granuloma anular Es una enfermedad benigna cutánea autolimitada que suele presentarse como pápulas violáceas de configuración anular. Aunque su curso natural es a la resolución espontánea, la regresión puede tomar varios años, y las repeticiones son comunes. Se reporta un caso en la literatura referente al tratamiento de una niña de 12 años con placas anulares múltiples con diagnóstico de granuloma anular. Se inició tratamiento con imiquimod 5% en las noches tres veces a la semana en una placa grande durante seis semanas. La lesión tratada resolvió favorablemente, aunque las otras placas que no fueron tratadas permanecieron sin variación24. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 237 Uso de imiquimod en infantes Leishmaniasis Es una infección producida por un protozoario del genero Leishmania transmitida por la picadura de un mosquito del genero Phlebotomus. Cada año, aproximadamente 12 millones de personas en todo el mundo son afectadas por esta enfermedad. El tratamiento estándar para la leishmaniasis es el antimonio pentavalente, una medicación costosa con múltiples efectos adversos y el éxito del tratamiento es variable por la aparición de parásitos resistentes. Esto condujo a un ensayo clínico abierto, prospectivo, en 40 pacientes con leishmaniasis cutánea; de éstos nueve fueron niños menores de cinco años de edad.Todos fueron tratados con antimoniato de meglutamina por 20 días, la mitad de ellos usó imiquimod tópico aplicado una vez al día y el grupo control con placebo. Las lesiones se resolvieron en el 50% del grupo que usó imiquimod 5% comparado con el 15% del grupo placebo. Imiquimod 5% administrado conjuntamente con antimoniato de meglutamina es una opción potencial en la terapia estándar de la leishmaniasis25. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. Otras enfermedades dermatológicas En informes y series de casos no controlados se ha descrito que la crema de imiquimod al 5% es de utilidad en el tratamiento del síndrome de nevos de células basales y papulosis linfomatoide19,26. 16. 17. 18. Referencias bibliográficas 1. 3M Pharmaceuticals.Aldara TM (imiquimod) cream 5% 2005. 2. Chang Y, Madkan V, et al. Current and Potential Uses of Imiquimod. South Med J. 2005;98:913-19. 3. Bolognia JL, Jorizzo JL, Rapini R. Dermatologia 1 ed. Nueva York: Raven Press; 2004. p. 465-78.3. 4. Hengge U. Benninghoff B. et al.Topical inmunomodulators-progress towards treating inflammation, infection, and cancer.The Lancet. 2001;1:189-198. 5. Schiller M, Metze D, Luger TA, Grabbe S, Gunzer M. Immune response modifiers - mode of action. Exp Dermtol. 2006;15:331-341. 6. Tyring S, Conant M, Marini M.Van der Meijden W, Washenik K. Imiquimod; an international update 238 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 19. 20. 21. 22. on therapeutic uses in dermatology. Int J Dermtol. 2002; 41:810-816. D.J. Eedy. Imiquimod: a potential role in dermatology? Br J Dermatol. 2002; 147: 1-6. Gruber PC, Wilkinson J. Successful treatment of perianal warts in a child with 5% imiquimod cream. J Dermatolog Treat. 2001;12: 215-17. Schmook T, Nindl I, Ulrich C, Meyer T, Sterry W, Stockfleth E. Viral warts in organ transplant recipients: new aspects in therapy. Br J Dermatol. 2003;149:20-4. Schaen L, Mercurio MG. Treatment of Human Papilloma Virus in a 6 month old infant with imiquimod 5% cream. Pediatr Dermat. 2001;18(5) 450-2. Moresi JM, Herbert CR, Cohen BA. Treatment of anogenital warts in children with topical 0,05% podofilox gel and 5% imiquimod cream. Pediatr Dermatol. 2001;18(5) 448-450. Majewski S, Pniewski T, Malejczyk M, Jablonska S. Imiquimod is highly effective for extensive hyperproliferative condyloma in children. Pediatr Dermatol. 2003;20:440-2. Torrelo A. What's new in the treatment of viral warts in children. Pediatr Dermatol. 2002;19(3)191-9. Grussendorf-Conen EI, Jacobs S. Efficacy of imiquimod 5% cream in the treatment of recalcitrant warts in children. Pediatr Dermatol. 2002;19(3)263-6. Bayerl C, Feller G, Goerdt S. Experience in treating molluscum contagiosum in children with imiquimod 5% cream. Br J Dermatol. 2003;149(Suppl. 66):25-28. Arican O.Topical treatment of molluscum contagiosum with imiquimod 5% cream in Turkish children . Pediatr Dermatol. 2006;(48)403-5. Ross GL, Orchard DC. Combination topical treatment of molluscum contagiosum with cantharidin and imiquimod 5% in children: a case series of 16 patients. Australas J Dermatol. 2004; 45:100-2. Giannotti B, Vanzi L, Difonzo EM, Pimpinelli N. Pimpinelli. The treatment of basal cell carcinomas in a patient with xeroderma pigmentosum with a combination of imiquimod 5% cream and oral acitretin. Clin Exp Dermatol. 2003;28(S1):33-5. Micali G, Laccarrubba F, Nasca MR, De Pasquale R. The use of imiquimod 5% cream for the treatment of basal cell carcinoma as observed in Gorlin's syndrome. Clin Exp Dermatol. 2003;28(s):19-23. Dytoc M,Ting PT, Man J, Sawyer D, Fiorillo L. First case series on the use of imiquimod for morphoea -2005 British Association of Dermatologists. Br J Dermatol. 2005; 153:815-20. Martinez MI, Sanchez-Carpintero I, North PE, Mihm MC Jr. Infantile hemangioma. clinical resolution with 5% imiquimod cream. Arch Dermatol. 2003 o 2002?;138:881-4. Hazen PG, Carney JF, Engstrom CW, Turgeon KL, C. Festa, C. Guerra Reep MD,Tanphaichitr A. Proliferating hemangioma of Infancy: successful treatment with topical 5% imiquimod cream. Pediatr Dermatol. 2005;22(3):254-6. 23. Welsh O, Olazaran Z, Gomez M, Salas J, Berman B. Treatment of infantile hemangiomas with shortterm application of imiquimod 5% cream. J Am Acad Dermatol. 2004;51:639-42. 24. Sandwich JT, Davis LS. Granuloma annulare of the eyelid: a case report and review of the literature. Pediatr Dermatol. 1999;16:373-6. 25. Miranda-Verastegui C, Llanos-Cuentas A,Arevalo I, Ward BJ, Matlashewski G. Randomized, double blind clinical trial of topical imiquimod 5% with parenteral meglumine antimoniate in the treatment of cutaneous leishmaniasis in Peru. Clin Infect Dis. 2005;40:1395-1403. 26. Cockerell C. MD et al.Treatment of lymphomatoid papulosis with imiquimod 5% cream. J Am Acad Dermatol. 2006;54:546-7. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 239 Revista de revistas Revista de Revistas Dra. Úrsula Rivas Dr. Felipe Velásquez Estudio base sobre conocimiento de protección solar, prácticas y políticas en la población infantil de Queensland, Australia. Harrison S, Saunders V, Nowak N. Health Ed Res Adv. 2006;1-11. Los autores hablan sobre la exposición al sol durante la niñez como factor de riesgo para adquirir cáncer de piel. Se necesita saber cuales son las práctica y los conocimientos acerca de este tópico en la población, por este motivo se desarrolló el presente trabajo. Se enviaron cuestionarios autoadministrados, con el fin de explorar los conocimientos, prácticas y políticas a los profesores, directores y coordinadores de los diferentes servicios infantiles en Queensland para ser repartidos entre todos los estudiantes. Como resultados se puede decir que la mayoría de directores tuvo conocimientos moderados sobre protección solar, pero pocos conocimientos cobre índice UV, factor de protección en los bloqueadores, o asociación de exposición infantil al sol y lunares y melanoma. Los profesores de primaria tenían menores conocimientos que los directores de los centros sobre el cuidado para niños. Los miembros de los centros usaron sombreros, ropa protectora y lentes de sol más a menudo que los niños. Sin embargo, el uso de bloqueadores en los niños fue mayor que en los directores. Como conclusión los autores proponen el desarrollo de políticas de protección solar para aumentar el conocimiento de directores y los niños en general. 240 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 Alta prevalencia de Parvovirus B 19 en pacientes con psoriasis. Ayca Cordan Yazici, Gonul Aslan, Kiymet Baz, Guliz Ikizoglu, Hale Api, M. Sami Serin, et al. Arch Dermatol Res. 2006; 5:231-235. Psoriasis es una enfermedad inflamatoria frecuente y se considera que modelos de tipo infeccioso son importantes para explicar la patofisiología de esta entidad. El perfil inmunológico de las placas de psoriasis sugiere que los antígenos virales pueden ser importantes. Parvovirus humano B19 (PVB19) es un virus ADN de una cadena que causa varios síntomas clínicos. Además se han reportado asociaciones con otras enfermedades inmunológicas crónicas y enfermedades dermatológicas. Ha habido poca información del rol de este virus en psoriasis excepto en artritis psoriatica. En este artículo los autores investigan el rol del PVB19 en pacientes con psoriasis. Analizaron muestras de sangre de 27 pacientes con psoriasis versus 20 donantes (DNA). Además se examinó Ig M e Ig G para PVB19 en las mismas muestras. Ellos encontraron 38% de pacientes con psoriasis que tenían DNA del PVB19 versus 0% de los controles.Además se halló 79% de pacientes con Ig G para PVB19 y se asoció con las muestras positivas de DNA (p< 0,05), indicando una infección subclínica de estos pacientes. No hubo correlación del DNA con el sexo, tipo de psoriasis, área de psoriasis e índice de severidad de la misma. Los autores concluyen que existen datos suficientes para asociar psoriasis con PVB19. Ú. Rivas, F. Velásquez Reacciones adversas cutáneas a drogas vistas en el Servicio de Dermatología de un Hospital Universitario. Jakob E. Borch, Klaus E. Andersen y Carsten Bindslev-Jensen. Acta Dermatolog Venereol. 2006; 6:518-522. La mayoría de pacientes con reacciones adversas cutáneas es referida al servicio de alergia o dermatología de los nosocomios. Estos pacientes son seleccionados y comparados con pacientes identificados en estudios prospectivos y de cruce de poblaciones hospitalarias.Esto explica la variación de prevalencia y de drogas que son halladas como causa aparente. Los autores de este estudio investigaron la prevalencia de reacciones adversas cutáneas a drogas en un Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Odense de la ciudad de Odense en Dinamarca, el cual estas enfocado principalmente a la parte de alergia. Se realizó un estudio de 8 meses desde abril a diciembre del 2003. Pacientes que llegaban a la consulta dermatológica con sospecha de reacción a medicamentos fueron evaluados e investigados por los dermatólogos. Se recolectaron 194 pacientes con reacción adversa de los cuales: 33.5% tuvieron un exantema con cierta o probable causa a drogas; urticaria y reacción en el sitio de inyección fueron las reacciones más frecuentes halladas (25% y 18.8% respectivamente). Antibióticos b-lactamicos, extractos para desensibilización e insulinas fueron las drogas que mas frecuentemente fueron halladas como causa de los reacciones (22.8%, 17.1%, 14.2%). Extractos para desensibilización e insulinas tuvieron mas reacciones de las esperadas. Como conclusión estos resultados probablemente reflejen patrones clínicos de alergia. Complicaciones oculares de niños con dermatitis atópica Carmi E, Defoussez-Tribout C, Gañir O, Cene S, Tramier B, Milazzo S, Lok C. Acta Derm Veneoreol. 2006;86:515-17. Las complicaciones oculares de la dermatitis atópica (DA) en adultos son blefaritis, queratoconjuntivitis, queratoconos, uveítis, catarata subcapsular y desprendimiento retinal. La frecuencia de estas complicaciones varía desde el 25% al 50% en algunas revisiones. El presente estudio se realizó con el fin de determinar cual es la frecuencia y el tipo de complicaciones oculares en niños con DA. Los objetivos secundarios fueron determinar la correlación entre severidad de dermatitis atópica, compromiso de cara, signos oculares externos y las complicaciones de dermatitis atópica, e identificar los factores de riesgo para las complicaciones. Se examinaron 59 niños con dermatitis atópica (37 varones y 22 mujeres). Quince niños tuvieron signos oculares externos, uno de ellos catarata, once niños conjuntivitis papilofolicular, uno conjuntivitis bacteriana, uno blefaritis atópica crónica y uno ambliopia. La severidad de DA, compromiso de cara, signos oculares externos no parecía que tuvieran in fluencia en las complicaciones. Concluyen los autores que las complicaciones oculares en niños son raras en pacientes con DA moderada. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 241 Revista de revistas Retapamulin tópico en ungüento (1%) dos veces al día por cinco días versus cefalexina dos veces día por 10 días en el tratamiento de dermatitis atópica infectada: resultados de un estudio randomizado controlado. Sífilis congénita temprana y lesiones tipo eritema multiforme en un recién nacido de un día: detección del DNA genómico del Treponema pallidum de una placa usando reacción en cadena de la polimerasa cestada Parish L, et al. J Am Acad Dermatol. 2006;55. Wu Ch, Tsai Ch, Wong W, Hong H, Chuang Y. J Am Acad Dermatol. 2006;55:s11-15. Existen nuevos antibióticos que están apareciendo para las infecciones bacterianas, sobre todo para gérmenes resistentes y para el tratamiento de dermatitis atópica sobre infectadas (DAS). El objetivo de este estudio fue determinar la seguridad y eficacia de retapamulin tópico en ungüento versus cefalexina vía oral para el tratamiento de dermatitis atópica sobreinfectada. Los pacientes fueron asignados al azar para usar retapamulin 1% ungüento tópico dos veces al día o cefalexina oral (500 mg bid) por 10 días. El punto final de la evaluación fue al finalizar la terapia, es decir a los cinco días. Evaluaciones secundarias incluyeron respuesta microbiológica, seguridad y adherencia. Como resultados se obtuvo que el retapamulin fue tan eficaz como la cefalexina con una frecuencia de 89.9% de éxito en la terapia de dermatitis atópica sobreinfectada. 242 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 Se reporta a un neonato a término de un día de edad, que presentó dificultad respiratoria, bajo peso al nacer, hepato-esplenomegalia y lesiones en diana en cara espalda, nalgas y extremidades. Se le hizo el diagnóstico de sífilis congénita temprana basado en el test serológico. Se le realizó una biopsia de piel donde se mostró células disqueratósicas dispersas en la epidermis y dermatitis de interfase consistente con eritema multiforme. No se halló las espiroquetas en el examen con la coloración de Whartin-Starry. Usando la reacción en cadena de la polimerasa I se detectó el ADN de la bacteria. R. Happle, M. Bittar Instrucciones para publicación La revista “Dermatología Pediátrica Latinoamericana” es el órgano oficial de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica y es la encargada de difundir y promover el conocimiento de ésta importante sub-especialidad de la dermatología en el ámbito latinoamericano. PREPARACIÓN DEL ARTÍCULO: Los artículos serán considerados para publicación como artículos de revisión, artículos originales, reporte de casos, cual es su diagnóstico, correlato clínico patológico y artículos misceláneos. Los artículos deberán ser inéditos excepto en la forma de resúmenes y no deben de haber sido enviados simultáneamente a otras revistas. Aceptado el artículo se considerará como propiedad intelectual de la revista de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica y no podrá ser reproducida sin el consentimiento expreso de los editores. Todos los artículos serán revisados por el Comité Editorial y/o el Comité Asesor, y en algunos casos por Expertos a solicitud del Comité. El informe final de su aceptación y los aspectos pendientes de edición serán comunicados al autor principal en un plazo de dos semanas desde su recepción. El autor principal a su vez dispondrá de dos semanas para reenviar el trabajo al Comité Editorial. Los autores son los responsables del contenido de los artículos. FORMATO DEL ARTÍCULO: El artículo deberá ser escrito a doble espacio, usando un margen de 4 cm, sobre papel bond blanco resistente A4, no autoborrable, acom- pañar con dos juegos de copias de alta calidad, el autor deberá tener una copia para su referencia; acompañar las copias de un disquete debidamente grabado en word y los gráficos en excel para sistema operativo Windows. Título: Debe ser breve no exceder de 45 letras y espacios, con el listado de los autores y sus grados y títulos, además de afiliación institucional. Deberá figurar también el nombre y dirección del autor encargado de recibir la correspondencia. Resumen: No debe ser mayor de 200 palabras, debiendo incluir el trabajo resumido en sus aspectos importantes, siendo imprescindibles los resultados y las conclusiones. Debe haber un resumen equivalente en inglés. Se incluirán las palabras claves (key words) en un número no mayor de cinco. Texto: Este debe ir en la secuencia convencional de introducción, material y métodos, resultados y discusión; agradecimientos, referencias bibliográficas, tablas, figuras y leyendas. Todas las tablas y figuras deben ser citados en orden de su aparición en el texto, numerándolos de manera secuencial. Referencias: Deben ser numeradas consecutivamente, con números arábigos en superíndice en el orden en que aparecen en el texto. La referencia citada deberá seguir las convenciones de “The National Library of Medicine” y el Index Medicus.Todas las referencias deben ser verificadas por los autores. Tablas: Deben ser escritas a doble espacio en hojas separadas y numeradas consecutivamente dentro del texto, las tablas deben llevar sus respectivos números y títulos, todas las abreviaciones deben de ser explicadas al pie de la tabla. Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 243 Figuras: Cada figura debe tener su correspondiente leyenda escrita a doble espacio, las figuras deben ir con un papel engomado al dorso(post it) con los datos del artículo y el autor, así como una flecha indicando la parte superior de la figura. Las figuras deben llevar sus respectivas leyendas en un papel separado escrito a doble espacio y numeradas conforme aparecen en el texto. mentos deben ir con el nombre genérico o denominación común internacional, pudiendo agregarse el nombre de marca. La gramática y la sintaxis deben corresponder al español y al portugués cuando fuera necesario, en caso de usar abreviaciones deben seguir las recomendaciones del Council of Biology Editors style. Fotos clínicas: En aquéllas donde se puede reconocer la identidad del paciente se debe contar con el consentimiento firmado por el paciente o su representante autorizando la publicación de la misma. Las microfotografías de cortes histológicos deberán indicar el método de tinción. Todo trabajo para su publicación debe dirigirse a la siguiente dirección: Recomendaciones varias: Usar pesos y medidas del sistema métrico decimal, y los medica- 244 Dermatol Pediatr Lat Vol 4 Nº 3, 2006 Revista Dermatología Pediátrica Latinoamericana Av. Santa Cruz 647 Lima 18 - Perú Telefax: (51-1) 221-4003 Correo electrónico: [email protected]