Medición estandarizada: Pruebas de admisión
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Medición estandarizada: Pruebas de admisión
Medición estandarizada: Pruebas de admisión ¿ventaja o desventaja? Cuántos de nosotros no nos hemos quejado u oído a amigos quejarse de la pruebas de admisión de las universidades públicas o de las pruebas de bachillerato del MEP. Pero indaguemos más a fondo esas quejas, empecemos por el primer temor de todo estudiante las pruebas de bachillerato, ¿que son las pruebas del MEP una medición estandarizada del conocimiento o la oportunidad de los estudiantes para su superación y un empleo digno en el futuro? Más que estadísticas sobre la importancia de la educación como promueve el MEP y el supuesto nivel de conocimiento de los estudiantes, dichas pruebas muestran una desventaja para el estudiante a quien realmente no se le está evaluando lo que aprendió, sino su capacidad de memoria o “retentiva” a lo tico, la cual si no es buena se convierte en un obstáculo para su tan anhelado título de bachillerato y con ello sus planes a futuro. Entonces surge la duda sobre si realmente se quisiera tener la calidad y el nivel de educación que tanto desea el MEP, entonces no sería mejor preocuparse porque los estudiantes aprendan y adquieran el conocimiento de forma más interactiva y constructiva donde a la hora de evaluarlos se vea el resultado de lo aprendido; en vez de gastar tanto tiempo y recurso en la elaboración de estas pruebas, donde solo importa una nota final para poder pasar. Es en este punto donde es inevitable pensar que realmente estas pruebas están hechas para frustrar y estancar a los estudiantes, lo cual se ve en el aprendizaje social del día a día que nos enseña que “si no se es graduado de bachillerato no se es nadie”, que tal vez no se logre tener un trabajo y mucho menos aspirar a ser un profesional; convirtiendo la educación superior en una lucha constante para asegurar un futuro no muy lejano sin quedarse rezagado, lo anterior cumpliendo con la ley de la oferta y la demanda por la que es impulsada este tipo de estrategias sin ser las pruebas de bachillerato la excepción. Sumado a lo anterior están las pruebas de admisión de las universidades públicas, porque una vez ganada la lucha a las pruebas de bachillerato, se inicia la carrera por superar el obstáculo que representan los exámenes de admisión, donde realmente se pone a prueba lo aprendido en el colegio, sin dejar de ser una desventaja para los estudiantes de colegios públicos donde la educación no es del todo la mejor, principalmente a la hora de hacer estos exámenes, ya que muchos de ellos toman clases privadas para prepararse o buscan ayuda con profesores y compañeros que puedan reforzar sus aprendizaje. Al final los estudiantes provenientes de los colegios públicos y privados luchan por alcanzar el primer lugar para así ser el margen se asignación para el resto de las calificaciones de ingreso a dicha casa de estudios superiores, pero qué pasa con quienes no logran los puntajes necesarios para ingresar a una carrera de la UCR, muchos de ellos ingresan a cualquier otra carrera dejando de lado su sueño profesional pues lo opuesto sería ingresar a una universidad privada la cual por supuesto es mucho mas costa, es decir donde queda la equidad e igualdad de oportunidades que se supone debe brindar una institución pública como esta, para ya sea aquellos estudiantes que no pasaron la prueba o los que no entraron en la carrera que deseaban sin contar con recursos económicos como para inscribirse en una universidad privada. Cosas como estas generan la siguiente interrogante acerca de que tan necesarias son este tipo de pruebas ¿medirán, evalúan o tomaran realmente en cuenta la aptitud o conocimiento de la persona sobre la carrera y su deseo de cursar en la misma? Más relevante aun es qué ventaja genera dicho examen más que una nota mayor o menor a la de los demás estudiantes, asegurándole un campo en la carrera deseada, cuando se supone que la educación pública debería ser accesible para todos; es irónico pensar que la nota de un examen nos hace aceptables o no para estudiar una carrera, como si lo que definiera a una persona, su inteligencia y la aptitud de la misma fuera simplemente un número, donde una vez aprobado dicho examen pero no así la calificación para entrar en la carrera que se quiere estudiar, se debe perder tiempo y dinero hasta logar ingresar en a la carrera que se desea y peor aún si la carrera a la que se quiere pasar es de los puntajes más altos de la universidad o es una carrera que no dan las universidades privadas. Dicho esto y para terminar se debe dar el beneficio de la duda a las pruebas de aptitud que son un preámbulo a la carrera que se desea ingresar y que en muchos casos son necesarias debido las aptitudes que se requieren como profesional en el área y que a su vez sirven de guía para el estudiante en conocer y decidir si realmente es esa la profesión que quiere estudiar; o como en el caso de la Universidad Católica con la carrera de Psicología como una medida ética y necesaria para la salud mental no solo de futuros pacientes sino y principalmente de los estudiantes a la hora de estudiar esta carrera.