Viaje a San Francisco
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Viaje a San Francisco
Viaje a San Francisco Por El Alias Para estas fiestas de Navidad haremos algo diferente, un viaje trasatlántico. Salimos del aeropuerto del Prat temprano por la mañana en el vuelo de American Airlines destino New York J.F.Kennedy. Al llegar tenemos que recoger el equipaje, pasar aduana y embarcar el equipaje de nuevo pasando nuevamente el control de seguridad para tomar el avión que nos lleva hasta San Francisco. El viaje se hace algo largo y pesado ya que viajando de día no acostumbra a poderse dormir en el avión y entre las horas de vuelos y las esperas en aeropuerto son unas dieciocho horas de viaje. Llegamos a San Francisco por la noche hora local, con el horario y el hambre precisos para ir a cenar algo una vez recogido el equipaje. Tomamos la autopista en dirección a la ciudad y una vez en el barrio de casa hay una hamburguesería que nos da la bienvenida con sus carteles luminosos (“neon signs”) diciendo OPEN. Para ser la primera noche en Estados Unidos una hamburguesa parece la cena perfecta. Pedimos una media libra completa (“half pound loaded”) que contiene queso suizo, beicon, lechuga, tomate y cebolla, y para acompañar una cerveza o cocacola. Terminada la cena nos vamos para casa y enseguida nos metemos en la cama sin siquiera deshacer el equipaje. Mañana nos espera un día interesante al descubrir la ciudad. San Francisco es conocida como la ciudad de la bahía que tiene el mismo nombre. Está situada al noroeste de California y tiene actualmente novecientos mil habitantes y millones de turistas visitando todo el año. La bahía de San Francisco fue descubierta en 1595 por el explorador portugués Sebastián Rodrigues. Hasta los años 1700 exploradores portugueses y españoles navegaron las costas del Océano Pacífico pero debido a las aguas turbulentas en la costa californiana no encontraban la entrada a la bahía. En 1775 el lugarteniente español Juan Manuel de Ayala atravesó con el primer barco el estrecho del Golden Gate, o puerta dorada, encontrándose con uno de los puertos naturales más grandes del mundo. Por esas épocas los monjes franciscanos estaban fundando misiones de norte a sur de California y en 1776 el padre franciscano catalán, Frai Junípero Serra, con un grupo de indígenas que habitaban la zona construyó la Misión de San Francisco de Asís. Renombrada después Misión Dolores por el lago de las cercanías, alrededor de la misión creció el pueblo llamado El Paraje de Hierba Buena. En 1847 los EUA tomaron posesión del Paraje de Hierba Buena y lo volvieron a renombrar San Francisco. En 1848 se descubrió oro en las faldas de Sierra Nevada y la población de San Francisco pasó de 900 habitantes a 56.000 en un año. A los mineros que vinieron en búsqueda de oro se les conocía como “49ers” o cuarenta y nueves por el año 1849 como el equipo de fútbol local actual nombrado por el año de la fiebre del oro. Entre 1848 y 1906 pasó a ser una ciudad boyante. Se construyó el ferrocarril que une San Francisco con la costa este en el Océano Atlántico, desde esta ciudad hasta Nueva York atravesando los EEUU. Las dunas de la playa fueron aplanadas para construir edificios y casas. Se construyó el puerto y el embarcadero para que los barcos comerciales y de pasajeros pudieran cargar y descargar sus mercancías y pasaje. Se inauguró un servicio de “Cable Cars” o tranvías para desplazarse por la ciudad. Con el tren y el puerto funcionando, un importante flujo de inmigrantes llegaba a la ciudad desde la costa este, y el centro, y por barco desde mas allá del Pacifico, de China y Japón. Desde el sur por carretera llegaban inmigrantes de México y Centroamérica. A principios del siglo XX San Francisco estaba en todo su esplendor. Temprano en la mañana del 18 de Abril de 1906, un terremoto de 8.28 grados en la escala de Richter azotó la ciudad. Las calles se hundían, las chimeneas se rompían, los edificios se caían y las tuberías de agua y gas reventaban. Murieron más de tres mil personas y 28.000 edificios fueron destruidos entre el terremoto y los fuegos que le siguieron y que sin suministro de agua era imposible apagar. El fuego ardió durante tres días, tiempo en que la ciudad quedó arrasada a excepción del lado oeste en que los militares provocaron una explosión y crearon un corta fuegos para evitar la propagación del incendio. Al cuarto día empezaron las tareas de reconstrucción. La ciudad se levantaba de nuevo. En 1914 una amplia red de tranvías y autobuses recorría toda la ciudad. En 1927 se inauguraba el aeropuerto al sur de la ciudad. Entre 1936 y 1937 se construyeron los puentes del Golden Gate Bridge y Bay Bridge sobre la bahía. En 1972 empezó a operar el servicio BART, o trenes rápidos de cercanías desde San Francisco y el este de la bahía hacia el sur de la península sobre Silicon Valley. En 1989 hubo otro terremoto por encima de los 7 grados pero la ciudad ya estaba más preparada. En comparación hubo solo 63 personas muertas y solo 1.000 edificios fueron dañados. El fuego se extendió nuevamente pero esta vez el ejército extrajo el agua de la bahía con un barco de bomberos para cargar los camiones cisterna de los bomberos. Hoy en día San Francisco comprende un rico tapete de culturas por toda la emigración afincada en la ciudad. Los diferentes grupos étnicos tienden a agruparse en barrios donde mantienen vivas sus costumbres y tradiciones. Así nos encontramos con barrios como La Misión, Chinatown, Little Italy, Japantown, El Castro, Downtown y el Presidio entre otros. Para pasear, conocer, y vivir la ciudad se debe tomar como referencia la calle Market Street por dos motivos principales. Por un lado es una calle que atraviesa la ciudad de norte a sur casi en perpendicular con las principales avenidas y por esto desde Market Street se puede acceder a la mayoría de lugares de interés. Por otro lado la Calle del Mercado tiene un amplio y fluido sistema de transporte público entre los autobuses y tranvías. En la parte norte de Market Sreet encontramos la calle Dolores y si nos adentramos hacia el este llegamos a la vieja misión. La misión, la pequeña iglesia y el cementerio son las construcciones originales de adobe que levantaron los indios Ohlone entre 1792 y 1795. Las campanas también son las originales traídas de México. Vemos así que la misión ha soportado los terremotos e incendios que ha sufrido la ciudad sin daños mayores. No es así con la Basílica de San Francisco levantada al lado de la misión y que fue destruida en 1906 y reconstruida hasta 1913. El Papa Juan Pablo II en su visita episcopal a Estados Unidos ofició una misa en esta basílica. Entre las calles Dolores y la calle Misión se encuentra el barrio latino de San Francisco habitado por Mexicanos, centroamericanos y sudamericanos. La calle Misión es la calle comercial de la zona y en ella encontramos decenas de fruterías, carnicerías, pescaderías y pequeños comercios de ropa y artículos para el hogar contrastando con el país de los grandes supermercados. Para comer podemos pararnos en cualquiera de los restaurantes étnicos de la calle Misión y el menú será bastante parecido: de primero tamales, luego plátano y yuca fritos, arroz con frijoles negros, carne a la parrilla, carne mechada o carne guisada al estilo ropa vieja. Para beber los refrescos del país que sea el restaurante, por ejemplo Colombia. Caminando entre los callejones que unen las principales calles podremos observar las pinturas murales y graffiti en las paredes traseras de los edificios Si volvemos a la Calle del Mercado y seguimos hacia el sureste nos encontraremos sorprendidos por carteles y propagandas escritos en chino por las calles de esta zona. Chinatown es un barrio de calles más estrechas y cientos de pequeños comercios, talleres y bazares. Los adornos al estilo de los restaurantes chinos de aquí inundan las calles y las mercancías se exhiben hasta inundar las aceras. Para comer se puede ir a un restaurante de comida “dim sung” que consiste en pequeñas empanadillas y pastelitos de harina de arroz rellenos de carne, pollo, pescado, mariscos o verduras. Sentados en la mesa los camareros van pasando los carritos ofreciéndote los diferentes tipos de rellenos cocinados al vapor y uno sin saber lo que toma se va sirviendo de las cestas de bambú que desprenden una mezcla de olores característicos. Y sin saber todavía lo que has comido, vas anotando en una lista que te han dado las cantidades tomadas sin tener en cuenta los nombres que se indican. Pero si prefieres comida más clásica puedes llegarte al restaurante ¨The House¨ o La Casa y dejar que te sirvan los platos del día para compartir. Nosotros empezamos por un plato de verduras chinas con semillas y salsa de soja y diversos platos para combinar: cerdo en salsa agridulce, pollo con almendras, pescado en salsa de limón y langostinos rebozados. Al terminar de comer iremos a tomar café. Cruzando la calle al otro lado del restaurante chino nos encontramos en Little Italy o la pequeña Italia que es el nombre que recibe el barrio italiano. Justo enfrente hay una cafetería en el edificio que esta en la intersección de calles donde nos preparan un excelente expreso. El barrio italiano esta plagado de restaurantes y cafeterías y lleno de pequeños comercios que venden productos importados de Italia. Siguiendo hacia en este y adentrándonos en la ciudad nos sorprende la estructura de un puente que parece salido de un cuento oriental. Es un paso de peatones elevado de diseño japonés. Esto y las banderitas de punto rojo ondeando en él nos indican que hemos llegado a Japantown. Bajando de nuevo las empinadas calles de la ciudad regresamos a la calle del Mercado. Seguimos al sur por Market Street y llegamos a la esquina de la calle Castro con el teatro a la vista. Aquí nos reciben las calles ondeando banderas con los colores del arco iris indicando que ya estamos en el barrio de El Castro. Este barrio es el barrio gay de la ciudad donde el Día del Orgullo Gay no es un día al año sino todos los días del año. Las banderas gay están tanto en las calles como en las casas y el antiguo teatro de variedades ha sido reconvertido en cine donde sólo se pasan películas clásicas. En la parte alta de El castro, como ocurre por toda la ciudad, hay calles tan empinadas que solamente se puede acceder a subir y bajar por medio de escaleras. Este barrio está lleno de barberías que recuerdan a principios del siglo XX y salones de belleza para manicuras y pedicuras. También hay muchos comercios de primera con ropa, zapatos y complementos de caballero. Aquí en el Castro encontramos diversidad de bares de alterne donde hoy en día se reúnen tanto grupos y parejas gays como heteros. Es un barrio que tiene mucho ambiente nocturno. Recorriendo las calles de El Castro volvemos a encontrarnos con la calle del Mercado. De nuevo en Market Street continuamos hacia el suroeste donde la arquitectura de la ciudad cambia completamente. Frente a casas y comercios de una, dos y tres plantas nos encontramos los grandes edificios de oficinas. Hemos llegado al Downtown, el centro comercial y financiero de San Francisco. En la zona comercial encontramos un negocio al lado del otro con las tiendas de las marcas conocidas a nivel internacional. El tráfico de vehículos es insoportable y es imposible aparcar los coches a menos que te metas en un estacionamiento de pago. San Francisco no es una ciudad de grandes rascacielos pero aquí en el Downtown hay edificios de considerable altura. Dos de ellos compiten por ser el edificio más alto de la ciudad. Se trata del edificio del Bank of America y La Pirámide. El primer edificio tiene 53 plantas de altura y el segundo sólo 47 pero éste último tiene encima de la azotea una estructura en forma de pirámide que le da el nombre al edificio y, medido desde la parte alta de la pirámide, le convierte en el edificio más alto. Los grandes edificios del Downtown se iluminan por la noche dibujando en el cielo la silueta de la ciudad. Caminando entre la gente, de comercio en comercio, nos adentramos hacia el este y nos encontramos con Union Square. La Plaza de la Unión recibió este nombre durante la Guerra de Secesión Americana entre los estados del norte y del sur. Aunque California no entró en guerra porque sólo pelearon los estados del este, sí había gente apoyando uno y otro bando. Los partidarios del norte o Unión, llamados unionistas, daban sus discursos y mítines en esta plaza por lo que recibió el nombre de Union Square. Esta plaza se engalana para las fiestas navideñas. Instalan una pista de patinaje sobre hielo y un árbol de Navidad adornado que es más alto que el del Rockefeller Centre de New York. Los ventanales de la tienda por departamentos Macy’s están todos adornadas con guirnaldas navideñas. Del otro lado de la plaza está el Hotel Saint Francis, el más lujoso de la ciudad. Macy’s es una tienda por departamentos muy famosa, habiéndose expandido desde Nueva York a todas las grandes ciudades de Estados Unidos. Podríamos decir que es El Corte Inglés norteamericano. Siguiendo entre las calles comerciales volvemos a Market Street y al final de ésta nos encontramos frente a la bahía junto al mar. La calle frente al mar es el Paseo del Embarcadero. Aquí se toman los ferrys para ir a las islas y a los otros puertos de la bahía, incluyendo la isla ¨The Rock¨, también conocida como Alcatraz por la prisión de este nombre. Del otro lado del paseo hay una hilera de edificios de viviendas con vista al mar. A la derecha vemos el puente Bay Bridge y a la izquierda Golden Bridge. el Gate Bordeando la bahía hacia el Golden Gate Brige nos encontramos con el centro turístico que es el muelle de pescadores y sus alrededores. Esta zona esta inundada de comercios de souvenirs para turistas. También hay muchos restaurantes especializados en pescados y mariscos. Asimismo encontramos carritos de comida junto al muelle. Aquí es obligatorio probar un bocadillo o una ensalada de cangrejo rey que es el manjar de la zona. Si tomamos uno de los tranvías del siglo XIX que todavía circulan por la primera ruta que tenían llegaremos a la antigua fábrica de chocolates Ghirardelli. La fábrica que se ubicaba aquí ha sido trasladada a la zona industrial y el antiguo edificio ha sido convertido en una chocolatería y heladería decorada con la maquinaria y utensilios que antiguamente se utilizaban para trabajar el chocolate. Al lado hay una tienda de productos y souvenirs de la marca. Seguimos bordeando la bahía dejando el puerto a la derecha y subimos por la colina hacia el bosque. Este bosque, junto con el parque del Golden Gate Park, es uno de los dos grandes pulmones de la ciudad. Hemos llegado al barrio llamado El Presidio, un lugar donde entre la vegetación bastante espesa se encuentran las viviendas de los antiguos guardias de prisiones de principios del siglo XX hasta los años sesenta mientras la prisión de Alcatraz estuvo abierta. Hoy en día hay edificios de pisos y casas entre los caminos de la urbanización que son de alquiler y están regentados por el ayuntamiento de la ciudad, pero los precios son altos y los plazos de espera de años. En general los precios de la vivienda en San Francisco son muy elevados por lo que mucha gente tiene que ir a vivir a los pueblos colindantes hacia el sur u Oakland que está al otro lado de la bahía pasando por el Bay Bridge. Para fin de año bajamos nuevamente a la bahía para ver los fuegos artificiales que desde allí se lanzan. Bajamos en autobús por Market Street que este día es gratuito para evitar congestiones de tráfico y caminamos hasta el paseo del embarcadero. En el reloj del embarcadero marcan las doce y empieza el espectáculo. El cielo se llena de colores y las luces del puente del Bay Bridge le acompañan en la fiesta, la iluminación nocturna de los edificios parece que también le estén acompañando. Al final del espectáculo una avalancha de gente intenta adentrarse en la ciudad. El trafico está colapsado y el bus ya no para en las paradas o sea que tendremos que llegar a casa caminando. Es un nuevo día y pronto se terminan las vacaciones. Tenemos que preparar el equipaje y emprender el camino de regreso a Igualada.