Visión - BMFI Costa Rica
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Visión - BMFI Costa Rica
Visión de los hombres de negocios: Evangelio completo Memoria 1977 Costa Rica 2012 Es difícil que Dios se haga socio de un proyecto muy avanzado, cuando desde el principio no lo hiciste tu socio. Cuando esto sucede, el hombre que ha edificado su propia visión, verá cómo al hacer a Dios todopoderoso el socio mayoritario de su proyecto, éste soberano destruirá lo edificado para hacer su voluntad, la cual es buena, agradable y perfecta. La Visión de Dios para los hombres de negocios, es tal cual es Dios, es una, solo hay un Dios y solo hay una Visión de Dios para los hombres de negocios. Para vivir plenamente esta visión, debe ser transferida en el espíritu de cada persona, porque Dios es espíritu y es allí donde nos edifica, es solo a través de hombres espirituales que Dios mantendrá su visión clara y pura. La visión de Dios para los hombres de negocios se mantendrá hasta los últimos tiempos; así lo ha manifestado Dios. Por ello prepara y escoge, a través de su Espíritu Santo, a 2 algunos hombres en particular (pues este tipo de posición no la dan los hombres, la da solo Dios) al igual que Jesús escogió a sus discípulos, para llevar el liderazgo, la formación, la estructura, la pasión, el temple, la sabiduría, y el propósito de esta visión. La han recibido de gracia y se imparte de igual manera. Algo tan valioso no se logra encapsular en un solo hombre. Se han necesitado muchos años de formación en la Universidad de Dios para que hayan transitado un trecho de 35 años, y sacar lo mejor de cada uno de ellos, algo que cuesta trabajo. Existen dos motivos principales por los cuales este proyecto de rescate de nuestra memoria se llevó a cabo. El primero es que sabemos que la memoria falla, que los documentos se deterioran, y que el tiempo se acorta; no sabemos cuánto tiempo más faltará para la venida de Jesús, pero sí que estamos cerca. No sabemos cuántas personas más pasarán por esta Visión, pero sí sabemos que faltan muchas, por lo cual, consideramos de gran Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012 importancia su documentación, para que quienes vengan se pongan al tanto de lo que ha sucedido y cómo, sobre todo si contamos con la facilidad de la tecnología de comunicaciones que hoy gozamos. La segunda razón y que más me inquieta, es que por agradecimiento a Dios, a su amor y fidelidad manifiesta en este periodo, quise tenerle frente a mí, darle un abrazo, y agradecerle que, a través de esta Visión de los hombres de negocios me hiciera su hijo y heredero. Por eso quise hacerle saber algo que ya sabe, pero que anhelo palparlo en lo físico, y su Espíritu Santo me respondió: “Honra a los valientes”, y yo le respondí: “Pero son hombres y solo quiero exaltar al Padre, al Hijo y a ti”, y Él me respondió: “No lo harás a hombres, honrarás al Cristo que habita en ellos, al que les ha dado la voluntad y fuerza para emprender y forjar esta Visión; abrázalos, hónralos, ámalos, agradéceles, reconóceles y bendícelos; al hacerlo a ellos me lo haces a mí”. Este es el segundo motivo por el cual he puesto mi empeño, con la ayuda de Dios y de muchos compañeros, en realizar esta memoria. La historia de la Fraternidad en Costa Rica o en el mundo, no ha podido ser escrita por un solo hombre, ni por una sola organización; solo Dios en su perfecto amor, a través de hombres espirituales que anhelen su semejanza (Lucas 6:39), la continuará. Él escribe y nosotros vivimos a su voluntad, y es lo mejor que nos puede pasar, pues es buena, agradable y perfecta. Esta memoria encierra una magnífica gloria pretérita de Dios, pero su gloria venidera siempre será mayor. Ing. Harry Loaiza Vindas Coordinador General BMFI, Costa Rica Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra! 3 MARCO Yo estudiaba simultáneamente Medicina e Ingeniería en la Universidad de Costa Rica, cuando el 1° de enero de 1969 viajé a una Escuela Bíblica en Inglaterra a realizar estudios durante un año; mis planes no resultaron como lo esperaba y quedé allí por más tiempo del pensado. Yo había crecido en un hogar cristiano evangélico de tradición muy rígida, en la Iglesia Bautista. En los 50´s se estimaba que la población evangélica en Costa Rica llegaba a 1,69% (el “niño millón” nació en 1955) de modo que los evangélicos en nuestro país no éramos ni 20.000 personas y en ese contexto, somos parte de una minoría que enfrentábamos rechazo en las escuelas públicas; por ejemplo: la Niña de Religión –que nos daba clases todos los días–, le decía a mis compañeros al final de la clase “no se olviden de rezar por los protestantes que son los hijos del diablo” y esa frase la oí muchas veces en mi infancia. No obstante, quizás fue lo que me dio valor a temprana 4 edad de llegar a ser –usando un término extraño– “defensor de lo que uno cree, de su fe”, puesto que nosotros no tenemos que defender a Dios, Él se defiende por sí solo, Él cuida de su nombre. Yo fui lector asiduo de la Biblia desde niño; mi mamá me enseñó a leer cuando tenía como 5 o 6 años y aprendí con la Biblia en la mano, de modo que cuando entré a la escuela a primer grado, ya sabía leer, pero sabía leer la Biblia… Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012 En la década de los 50’s la lectura de la Biblia no era permitida por parte de la Iglesia Católica, aunque suene increíble. Había mucha superstición dentro del catolicismo respecto de la lectura de la Biblia, al extremo de haber escuchado frases como “los que leen la Biblia se vuelven locos”; esa y otras frases eran comunes socialmente. Nosotros desde muy temprana edad sufrimos rechazo de parte de la familia de mi papá, que era católica y por parte de mi abuelo materno, el pintor Lydio Bonilla Pérez, uno de los fundadores de los Testigos de Jehová en Costa Rica. Mi abuelo Pérez era un católico extremo, que fue y sigue siendo modelo de vida para mí y mis hermanos. El abuelo Lydio no fue modelo por haber vivido muchos años fuera del país, pero sí llevó una vida muy recta. Mi mamá, desde que era una niñita, aprendió a leer la Biblia y cuando se casó con mi papá, él muy católico, tuvo que ceder porque mi mamá siguió leyendo la Biblia. En el año 1954 mamá ingresa grave a la Clínica Bíblica y por primera vez escucha el evangelio de salvación en Cristo Jesús; le entrega su vida al Señor Jesús y empiezan los problemas de rechazo familiar y social. Así crecimos, leyendo la Biblia y descubriendo desde muy temprana edad quién es el Señor Jesús, con un profundo grado de convicción de que la respuesta para la humanidad está en Cristo y creyendo en un Dios que hace milagros. En 1955 hubo una epidemia de poliomielitis en Costa Rica y yo contraje el virus y entré en una situación de crisis, tenía varios días de no comer, no podía caminar bien, ya el virus había empezado a hacer estragos y mamá, siendo una mujer de fe y oración, después de haber visitado al Dr. Oreamuno Flores en la Clínica Bíblica, me sentó en una mesa en el centro de la sala de mi casa, y clamó a Dios pidiendo que el Señor me sanara y Dios no se hizo esperar. Cuando ella terminó de orar yo me bajé de la mesa y salí corriendo y me fui a la cocina a buscar de comer. Ese Dios que conocí de manera milagrosa a muy temprana edad, es necesario reconocerlo; es menester enamorarse de Él y creo que, cuando conocemos a Cristo nos enamoramos de Él; cuando nos enamoramos de Cristo lo servimos y no creo que haya otra forma de hacerlo. Me parece que esa es la fórmula simple de crecer en nuestro conocimiento de Dios. Interesantemente dice el Señor Jesús en el Evangelio de San Juan: “esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. De modo que al conocerlo, nos enamoramos de Él y le servimos. En el año 66-67 participé en un intercambio estudiantil en EUA y luego viajé a Inglaterra donde pude mejorar mi inglés. En el año 69 fui a estudiar la Biblia en Inglaterra y a finales de ese año conocí a Janet; a los pocos días de conocernos le propuse matrimonio y hoy tenemos más de 42 años de casados. Al regreso a Costa Rica ya venía casado y de manera inexplicable, terminé trabajando para el Gobierno Británico en Costa Rica, gozando de algunas prerrogativas inmerecidas o inapropiadas para mi experiencia y edad; sin embargo, ese trabajo me permitió un roce constante con empresarios y funcionarios públicos de alto nivel, lo que también hizo posible entablar conversaciones a nivel personal con gente importante, en situaciones en las cuales para mi sorpresa, encontré que muchas personas cerraban la puerta de su oficina para hablar en privado, a la vez que abrían sus corazones: vidas sin propósito ni razón, vidas agotadas, vidas que carecían de sentido… Y al hacerles la pregunta: “¿Y quién es Cristo para vos?” la gente no sabía responder, abriendo una oportunidad: “Yo te lo puedo presentar, Jesucristo y yo somos amigos; caminamos juntos, vivimos juntos, en Él está la Vida y vos no lo has descubierto ni con fama, riqueza, ni con poder”, y muchos derramaban sus corazones rindiéndose ante el Señor. Nos seguíamos viendo fuera de la oficina, les invitaba a un desayuno y esa historia se repitió muchas veces. Yo no contaba con grandes recursos económicos pero el estatus del puesto, el vehículo oficial de la Embajada y la labor que realizaba, me posicionaban muy alto y servían como instrumentos para abrirme muchas puertas ante hombres de negocios y funcionarios de alto nivel. De pronto éramos 2 o 3, 5 y 10 y cuando éramos 15, pues ya cada quien pagaba su desayuno. Mi lugar favorito para los desayunos era el Hotel Royal Dutch. Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra! 5 “Hombres de Negocios, con los pantalones bien puestos, que aman a Jesús…” Rodrigo Carazo, 1978 Hubo un momento en que algunos me manifestaron tal contentamiento, que sugirieron recoger dinero para invitar a otros y yo no me opuse, simplemente les dije que mi interés era que nos reuniéramos para hablar de Cristo Jesús. Un día llegó un misionero norteamericano, John Huffman, quien me informa que está en el país otro norteamericano de nombre Bob Dunson, que pertenece a una organización de hombres de negocios, que está haciendo algo similar a lo que nosotros veníamos haciendo en San José. Me reuní con este señor que venía de Houston, Texas y me habló del Full Gospel Business Men´s Fellowship International (Fraternidad Internacional de Hombres de Negocios del Evangelio Completo, FIHNEC) que yo aún no conocía. Después de conversar sobre el tema con el Sr. Dunson, me invitó a Texas para que viera cómo funcionaba la Fraternidad. Era el año de 1975 y me fui a Texas y asistí a una primera convención que me pareció espectacular. Recordemos que yo venía de una tradición Bautista, muy conservadora y me asusté un poco cuando me encontré con una gente muy pentecostal, que en media actividad hablaban en lenguas y otros caían por el poder del Espíritu Santo y aun así, me llamó mucho la atención. Luego pensando en esta experiencia me dije a mí mismo: bueno yo creo en un Dios de poder; el poder de Dios me sanó de niño y eso es algo inolvidable para mí, pero este estilo no va mucho conmigo porque mi énfasis ha sido: 6 “Conozca usted a Cristo, Cristo le va a revelar la Vida y cuando usted descubra la Vida en Cristo todo lo demás vendrá…” Yo nunca había utilizado el recurso del testimonio personal, pero cuando regresé de Texas le comenté a mis amigos, entre los que estaban Jimmy Coleman, Olmedo Castro, Osmín Vargas, Carlos Mauro, Ítalo Basinni, Jorge Sánchez y otros que no recuerdo. Algunos sugirieron reunir a las señoras una noche por semana y ese grupo de señoras con sus maridos todavía continúa hasta el día de hoy. Cuando finalicé el curso de capacitación en la Embajada, me restaba permanecer ahí como “vegetando en el puesto” y, como regalo de cumpleaños, recibí el 23 de febrero una llamada de la empresa CONDUCEN (con la cual me había relacionado por medio de la Embajada) ofreciéndome la Gerencia de Mercadeo y Ventas; eso me quedó de maravillas, porque tenía que viajar por el continente y relacionarme con hombres de negocios y hacer mucho de lo que había aprendido durante la capacitación en la Embajada y de mi experiencia con los hombres de negocios y de lo que había aprendido de los norteamericanos de la Fraternidad. A donde quiera que llegara, compartía con hombres de negocios, políticos, militares de rango y con ellos hacía lo mismo que estaba haciendo aquí con los hombres de negocios. Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012 El trabajo que hacía en Costa Rica, sin ninguna estructura, presentándole a Cristo a cierto tipo de hombres, alguien lo toma en Honduras y lo empieza a replicar por aquí y por allá. Por ejemplo, el Procurador General de la República, Dr. Óscar Pinto, un gran personaje dentro del Gobierno Hondureño, con quien compartí a nivel personal, él abre su corazón al Señor y dice “voy para Costa Rica a ver lo que estás haciendo” y se vino para acá y de pronto ya en Honduras, Óscar continuó con aquella obra y lo mismo se dio en El Salvador, en Guatemala, en Panamá, República Dominicana, Puerto Rico, Chile; ya yo estaba bastante familiarizado con hablarles de Cristo a los hombres de negocios. Desarrollé negocios con la empresa ENDE en Chile (es como nuestro ICE en ese país precioso) y hablando con el Gerente General de ENDE, de pronto le hablé de Jesús y él le abre su corazón al Señor y así sucesivamente… Sin darme cuenta, me dije qué raro, esta cosa se hizo internacional. Yéndonos atrás un poco, recuerdo cuando llegó un hombre extraordinario llamado Miguel Baeza, un publicista español con una personalidad muy fuerte y al final de una reunión de enseñanza bíblica en una casa en Los Colegios, Moravia, quizás por el año 1976, se puso de pie y dijo “hombré, si eso que has dicho es verdad, yo también lo necesito”… Ahí fue cuando él ofreció su sala de juntas en SAM Publicidad, en Tibás y seguimos reuniéndonos regularmente ahí, una vez por semana. Una noche de esas apareció Ricardo Gerli acompañado de su amigo Hugo Castro. Yo lo conocía de mi época de la universidad, Ricky (Ricardo) era “el chiquillo rico y guapo” de la universidad y era la envidia de todos nosotros, porque todas las chiquillas suspiraban por él y nosotros éramos pobres y feos… Cuando Ricky llegó a la reunión salió con un rollo de rosacrucismo y otro montón de cosas en las que él anduvo metido y en esas veo a Miguel –que era muy ortodoxo– que se le iba a ir encima, lo calmé y le dije, “dejalo tranquilo, no me lo espantés”. Esto sucedió en el año 1977. Al día siguiente yo llamo a Ricardo a la Botica Francesa y le dije “Ricky te habla Marco Pérez” y típico de Ricardo me dice: “¡Hola viejo! ¿Cómo estás, en qué te puedo servir?” y yo le dije “te llamo nada más para decirte que yo te amo”... Ricky no era mi amigo, yo fui movido a decirle a Ricky que yo lo amaba. (¿Quién sabe qué habría pensado?, nunca le he preguntado). Pero Ricky quedó en silencio un largo rato, que después él me dijo que se puso a llorar porque (palabras de Ricky) “a mí ningún hombre me había dicho que me amaba, ni mi papá”. Y esa noche como a las 2 a.m., sentados sobre el guardabarros del motor de mi carro, frente a la Botica Francesa, Ricky le entregó su vida al Señor Jesús. Cuando Ricky entra a aquel grupo de hombres de negocios, nosotros éramos un grupito incipiente y él llega con toda la maquinaria de la Botica Francesa, dinero, equipo y visión para hacer las cosas en grande. La conversión de Ricky fue una de esas espectaculares; él le abrió su corazón a Jesús de una manera extraordinaria y yo tengo el privilegio inmenso de haber empezado a Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra! 7 discipular a Ricky, pero él conoce del Señor a través de esa organización rara de hombres de negocios, en la que nos reuníamos empresarios a hablar de Jesús. El Presidente don Rodrigo Carazo dijo en una ocasión: “hombres de negocios, con los pantalones bien puestos, que aman a Jesús…” Cuando Ricky llega teníamos personajes como Miguel Baeza y su joven hijo Carlos, con un grupo de amigos que Carlos atrae; Billy Schlager, Ítalo Bassini, Arnaldo Acuña y muchos otros que se convierten de verdad y dicen que “esto hay que hacerlo grande.” Es ahí cuando la Fraternidad toma un impulso jamás imaginado, se organiza, tomamos una oficina, contratamos a un Secretario Ejecutivo –don Jonás González Rodríguez– y grandes cosas suceden a nivel internacional. No solamente porque se llega a alcanzar a hombres de negocios a todo nivel, sino que se contaba con un recurso económico que con gente como Ricky y otros que dijeron “mi dinero no es mío, es del Señor, podemos hacer lo que el Señor quiera”, empezamos con reuniones en hoteles; ya no éramos 10 o 15 sino, reuniones de 600 personas, en el Irazú, en el Kamakiri, en el Cariari. Yo mantenía relación con los norteamericanos y ellos me designaron el primer Director Internacional de la Fraternidad fuera de los Estados Unidos. Yo fui el primer “extraño” de la Fraternidad hacia el mundo, cargo que también Ricky llegaría a ocupar. personal sino enseñar a los hombres de negocios a descubrir a Jesús en la Palabra de Dios: “enamórate de Cristo porque es inevitable servir a Cristo una vez que se le conoce”. Quien realmente impulsó con entusiasmo la estrategia del testimonio personal fue Ricardo Gerli. Yo tuve que salir del país en el año 84 en que me fui a México y Ricky me sustituye y es ahí cuando toma mucho impulso la estrategia del testimonio personal. A nuestro regreso de México un año después, yo me desvinculé de la Fraternidad (por ninguna razón en particular), ya la Fraternidad se había hecho muy fuerte y Ricky había mostrado capacidades que todos reconocemos hoy sin duda y se impulsó muchísimo más esa estrategia. Mis cargos en la Fraternidad no tuvieron para mí ninguna trascendencia o importancia vital, porque ese no era mi objetivo o mi interés. Mi interés era “encontrarme con Gustavo –o como quiera que se llamara–, presentarle al Señor Jesús y que él le abriera su corazón a Cristo y luego hiciera lo mismo con otros hombres”. Lo de la Fraternidad fue una feliz coincidencia y una lindísima experiencia. Guardo muchísimo afecto por gran cantidad de hombres que conocí en la Fraternidad y que todavía son mis amigos entrañables. Nuestras relaciones en Cristo tienen alcance eterno. ¿Qué más podremos desear en la vida? Ya con el conocimiento de allá y lo que hacíamos aquí decidimos formar en 1977 la FIHNEC y esa es la que jurídicamente cumple 35 años. La oficina de ACOGE se convierte en la oficina de la Fraternidad y simultáneamente empezamos a reunirnos también en hoteles y empezamos a trabajar a nivel internacional de manera sistemática. Yo invito a gente como Francisco Fallas a que venga a ayudarnos, porque había mucha expectativa de orden espiritual, se daban manifestaciones claras de orden carismático y los milagros dejaron de ser sorpresa. Cuando fui a Texas comprendí perfectamente lo que ellos hacían allá pero no lo continué igual. Mi énfasis nunca fue el testimonio 8 Marco Pérez dirigiendo un evento de los hombres de negocios Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012 RICARDO Fui contactado por un grupo de hombres de negocios, inquietos, que estaban buscando respuestas en el área espiritual de sus vidas. Estos hombres se vinculan y deciden reunirse en la oficina de una agencia de publicidad (SAM Publicidad) en Tibás, hace 38 años. Uno invitó a uno, el otro al otro, se conocieron, se vincularon y empezaron a tener una relación amistosa e iniciaron unas reuniones con un solo propósito: “compartir y difundir el Evangelio entre hombres de negocios”. Ahí se fueron perfilando liderazgos. El primero de ellos fue Marco Pérez, que era un joven que había estudiado en Inglaterra y de ahí se relacionó con Porta Antorchas. Cuando eso él era gerente de ventas de la empresa CONDUCEN. Era un joven inquieto que había crecido en el Evangelio y con un claro perfil de liderazgo, y a pesar de su juventud estaba trabajando junto a otros hombres prominentes y muy respetados a nivel empresarial que seguían a Marco en sus iniciativas; él ha tenido siempre dotes de liderazgo innegables. Ellos inventaron hacer reuniones en una sala de juntas y alguien compartía un tema o compartían sobre testimonios de lo que Jesús estaba haciendo en la vida de ellos. No llevaban agenda y ahí participaron hombres cuyos nombres son fundacionales en la Fraternidad, como Guillermo ´Billy´ Schlager, Miguel Baeza Pardo, Noé Martínez, Fernando Castillo, Carlos Alfaro y muchos otros que iban y venían. Ellos se venían reuniendo desde hacía como dos años, entiendo que los días miércoles en la noche a las 7:30 p.m. y luego se iban a comer a un restaurante chino, pero no tenían una metodología ni vinculación con alguna organización nacional o internacional, pero tenían un fuego interno que lo compartían de una manera poderosa, convincente; lo mantenían fuera del marco religioso, de modo que era un ambiente libre y la gente pedía la palabra se expresaba o pedía que oraran por tal asunto o decían que tenía una gran carga y estaba pasando por una gran crisis. Luego empezaron a hacer desayunos en un hotel y cada uno traía invitados, y si venía de visita algún hombre prominente de negocios que participaba de la fe, lo invitábamos a la reunión que se hacía en SAM. Un día aparecí en esas reuniones invitado por un vecino. Cuando llegué, primero fui confrontado por Marco Pérez y definitivamente fui tocado por Dios. Yo venía acostumbrado a ser la cabeza de un grupo de empresas, joven, profesional, adinerado; llegué al grupo y reconocí a algunos de ellos por mis relaciones empresariales, pero yo llegué en medio de una crisis existencial y se me presentó por primera vez una solución para mi vida. El mundo empresarial, el dinero, el liderazgo, nada me llenaba. Yo llevaba una vida como cualquier costarricense que aspiraba a alcanzar cierto estatus, una posición, y una vez que lográs chunchificar tu vida, (llenarla de chunches), tenés una gran frustración: tenía todo y no tenía nada; yo venía de un mundo de cosméticos, de modelos, de organizaciones y representaciones como la del Playboy de Chicago, Nueva York, París, pero yo me decía “tiene que haber algo más”. Yo estaba muy bien casado con una mujer muy especial y entre más mundano era yo, mi esposa mejor me trataba; me amaba mucho, aunque había una desintegración en el círculo social en que yo vivía; yo soy el único de un grupo de como 20 amigos que todavía está casado. Hombres prominentes todos, con vidas destrozadas por un mundo que los había absorbido. Y yo no quería eso porque yo venía de un hogar destruido. Ya había buscado una solución a través de ayuda profesional con un siquiatra famoso que me dijo “tenés que buscar que tus valores, tus principios y tu forma de pensar sean afines y tengás paz con Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra! 9 ellos” y uno no encuentra cómo enderezar esa vida, aún no había tocado fondo pero estaba consciente de que yo iba rumbo a la destrucción. Marco Pérez es una preparación. Marco estaba preparado y capacitado para hacer una presentación de lo que es una solución en Dios, en Cristo; tal vez no en el sistema en que lo hacemos hoy en día en la Fraternidad, pero básicamente la Palabra misma es irrefutable y cuando dice “venid a mí los que estáis cansados y trabajados que yo os haré descansar” se trata de una respuesta categórica y absoluta y Marco dice, “solo hay una respuesta y la respuesta no es una teoría, no es una filosofía, es una Persona, es el Hijo de Dios que pagó el precio por vos y es el único que es la fuente de vida, de esa vida que vos necesitás”. Marco Pérez es un hombre de una gran personalidad, de un verbo muy correcto, un gran vendedor, tiene ideas muy claras y además tiene algo muy definido, para él no es suficiente con formar un creyente y llevarlo a Cristo, él quisiera que todo creyente fuese un líder. De modo que Marco no te deja abandonado, te abre las puertas para ser formado, es un excelente tutor y solo el hecho de estar a su lado te permite aprender mucho y Marco, a pesar de tener entonces apenas 30 o 31 años, tenía muchísima experiencia en el Evangelio, por la formación de su hogar. Él es producto de la formación de una madre extraordinaria y cuya fe incluso lo salvó de un episodio de salud gravísimo que sufrió de niño. Iniciamos una linda amistad, encontré en Marco un amigo sincero, especial, alguien a quien imitar, emular; encontré un maestro, un guía, el consejo sano, el consejo correcto, la enseñanza… Un modelo. Y más allá, su estilo no religioso con una gran claridad. Un hombre que compartía su conocimiento con gran libertad y no se dejaba nada para sí. Si él podía participar en tu formación de liderazgo él te incentivaba, te coadyuvaba. Y nunca quiso ser el centro ni la estrella de la película. Yo empecé a crecer en el grupo SAM y unos meses después aparece un norteamericano, Numan Payton, que había contactado a Marco y dice ser representante de una Fraternidad de Hombres de Negocios llamada del Evangelio Completo. Hace una presentación y le propone a Marco que oficialicemos el grupo y lo convirtamos en un grupo de la Fraternidad y que él llevaría la propuesta a los EUA. Marco de manera informal, 10 porque ahí no había afiliación, no había junta directiva, no había estructura, preguntó “quiénes están de acuerdo” y todos levantamos la mano. Al mes recibimos una carta y nos dijeron que nos visitarían una cantidad de hombres de negocios que vendrían de EUA para compartir con nosotros. Desde luego el vínculo era Marco Pérez y él planteó el asunto de organizarnos y así decidimos hacer un almuerzo semanal en el segundo piso del Restaurante Ana en el Paseo Colón y tomábamos acuerdos y demás; decidimos integrar una junta directiva y Marco planteó que nombráramos un presidente y que tuviéramos dos liderazgos: yo me encargaría de la parte estructural y él me orientaría en la parte espiritual. “Vos serás el encargado del dinero, eventos, desarrollo, etc. y yo me encargaré de la capacitación y la parte medular de la extensión del evangelio”; es decir Marco me designó y quería tener como dos presidentes y ese era el estilo de él; ahí no hubo votación. Marco hacía un programa y me preguntaba “qué te parece” y yo sugería algo y decía “me parece bien” y entonces se hacía. Ese era el estilo de él. Yo organizaba las contrataciones, compra de sillas, traslado de local, etc. y él se encargaba del liderazgo espiritual del grupo. Vinieron los norteamericanos y se hospedaron en el Hotel Irazú, era a fines de los 70´s y llegamos a conocer un hombre, que era un ganadero y del cual sabíamos muy poco: que era armenio y nos habían contado que había recibido una visión de Dios. Yo pude conversar con él la primera vez en una cita en el Club Campestre El Castillo y me preguntó quién era yo y qué hacía ahí, entonces le conté sobre mí y me dijo que yo era el tipo de hombre que él quería alcanzar y él me preguntó, “¿qué hacemos?” Y yo le dije “sería bueno que nos contaras qué y cómo”… Entonces tuvimos otra reunión con él y un grupo de hombres estuvimos una tarde compartiendo una especie de seminario de preguntas y respuestas, en donde Demos Shakarián se subió en una plataforma, y todos alrededor de él escuchándolo y preguntándole. Entre los líderes y miembros que estuvieron ese día y permanecen recuerdo que estaban Arnaldo Acuña, Gustavo Palavicini, los hermanos Hernández, Dr. Euclides Padilla, Manuel Pérez (primo de Marco), Hans Ramírez, Mitri Breedy y otros muchos que no recuerdo. Entonces ya tuvimos una idea y la promesa de él, de que nos enviaría un libro que se llamaba “La Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012 gente más feliz de la Tierra”, y los libros llegaron dos o tres meses después y también la revista “La Voz” que editaba un cubano Diarpa, donde se incluían testimonios y supimos entonces lo que era un testimonio al estilo de la Fraternidad. Nos enviaban cada mes 500 o 600 revistas y entonces mi oficina en la Botica Francesa se convirtió en “la oficina de la Fraternidad”. Luego Marco Pérez es nombrado Director de Visión Mundial y al poco tiempo tiene que irse a vivir a México y nos reúne y nos dice que ya no hay dos presidentes, que queda solo uno. Entonces yo empiezo a darle funcionamiento corporativo a la Fraternidad, llevando libros contables, con asistencia de un abogado y se crean estatutos y se inscribe la Fraternidad como una organización sin fines de lucro., se nombra Junta completa con la ayuda de José Julio Quesada quien era CPA y maneja las finanzas mancomunadamente, se llevan actas, etc. y entonces la Fraternidad toma una fisionomía formal. Para entonces hemos crecido tanto que ya no cabíamos en la Botica Francesa y papá nos facilita a un costo muy razonable parte de las instalaciones de ACOGE y nos trasladamos ahí, donde había un salón para 200 personas y otras facilidades. Recibimos nuevamente la visita de dirigentes norteamericanos de la Fraternidad, encargados de la parte internacional, como los hermanos Norwood, Payton y otros. Demos Shakarián nos llama y nos pide que apoyemos la apertura de la Fraternidad en Honduras y desde luego fuimos y apoyamos y ese fue el inicio de toda una labor en Centroamérica que continuamos en Guatemala, El Salvador, Belice, Nicaragua; realmente cayó un avivamiento en Centroamérica. Norwood nos había planteado que abriéramos una oficina internacional en San José, que estuvo a cargo de Jonás González R. (padre), oriundo de Texas, a quien se le asignó un salario y otras facilidades y una secretaria, y luego se creó una Junta Centroamericana y elegimos un Presidente de Guatemala y a mí me nombraron Vicepresidente. Empezamos a desarrollar Suramérica y nos proyectamos también al Caribe (República Dominicana, Venezuela, Panamá, Puerto Rico, etc.). En el último viaje de Demos Shakarián a Centroamérica compartimos sobre nuestra necesidad de capacitar a nuestros líderes y entonces fui a EUA y participé en un ALTS (Advance Learning Training Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra! 11 Seminar) y pude entrevistar a muchos líderes de gran experiencia y conocimiento en el desarrollo de la Fraternidad. A raíz de ello empezamos a traducir materiales de capacitación por medio de un amigo nicaragüense que contratamos, e hicimos una reunión latinoamericana para impartir un seminario para líderes. Imprimimos las charlas, los libros y enviamos toda la información vía télex y configuré una manual para entrenamiento de líderes, de modo que con el trabajo del traductor y la secretaria logramos tener un material adecuado y realizamos la capacitación de unos 15 líderes que reunimos en Guatemala en la Reserva del Biotopo, y luego ellos entrenaron a su vez a otros 150 líderes para Centroamérica. Luego empezamos a reunirnos cada dos meses todos los centroamericanos. Una vez establecida la Fraternidad en toda Centroamérica, se cierra la oficina internacional y Jonás se regresa a Texas. Yo sigo manteniendo reuniones con Demos Shakarián en diversas ocasiones en que viajo a EUA, y mientras tanto el desarrollo local de la Fraternidad en Costa Rica se ve afectado de manera extraordinaria, debido a un avivamiento que permite expandir la Visión y crear capítulos de la Fraternidad en todo el país, bajo el liderazgo de otros compañeros que se habían sumado activamente a la Fraternidad. Por ejemplo, hay un hombre extraordinario que Dios levantó con una enorme energía y convencimiento, a quien Dios le hizo un milagro de sanidad en su hijo y que sirvió para expandir la Fraternidad de una manera milagrosa en casi todo el país, ese hombre es Óscar Bolaños, que con un grupo de hombres de Alajuela fundan unos 35 o 40 capítulos en un tiempo récord; también empiezan a llegar hombres muy especiales a la Fraternidad como Ítalo Basinni, quien tenía un enorme poder de convocatoria y que en solo un año agregó decenas de hombres a la Fraternidad; llega Francisco Fallas también, persona que tiene un gran liderazgo, un don de palabra, un gran carisma y empieza a trabajar como Vicepresidente y se suma a ese gran desarrollo que se está viviendo y resulta en un gran apoyo, porque yo tengo que viajar mucho y apoyar con charlas en México, Estados Unidos, Guatemala, Panamá, Venezuela, Puerto Rico. Entonces Arnaldo Acuña y Francisco Fallas juegan un gran papel en ese crecimiento local espectacular que se está experimentando y llegando a los años 90´s, se está viviendo también en Centroamérica un crecimiento milagroso de iguales proporciones. Se celebran convenciones nacionales e internacionales en toda la región y tenemos visitas importantes como el Gral. Collin Powell, el astronauta Charles Irwin, etc. No hay duda que durante estas décadas, la Fraternidad ha impactado decenas de miles de hombres y sus hogares. Se ha hecho realidad la Visión de sacar a los Hombres de Negocios de las tinieblas y traerlos a la luz admirable de Cristo. Nuestra Visión: “Sacar a los hombres de negocios de las tinieblas y traerlos a la luz admirable de Cristo Jesús” 12 Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012 ROBERTO En el año 1984 yo trabajaba para Seriplastic y fue ahí donde Ítalo Bassini me invitaba con alguna frecuencia a que “fuéramos a la fraternidad”. Algunas veces fui, quizás entre abril y mayo, pero no entendía el mensaje. Ahí conocí a Marco Pérez, Ricardo Gerli, Francisco Fallas, Arnaldo Acuña y estaba llegando también Francisco Hernández, Gustavo Palavicini y muchos otros. Solamente había un grupo y se reunía en ACOGE y luego en KAMAKIRI. Pero realmente mi integración a la Fraternidad, fue a través de un encuentro que tuve con el Señor Jesucristo en Guatemala, a donde tuve que ir en el mes de noviembre del año 1985, para atender un negocio que tenía entre manos con una empresa muy grande y debía regresarme el viernes a San José; pero no fue posible finiquitar el acuerdo para ese día y la contraparte insistió en que debíamos aprovechar y cerrar el negocio hasta el lunes. Entonces yo como hombre de negocios, estaba acostumbrado en aquel tiempo a una vida desordenada y licenciosa y decidí llamar a un amigo, el Ing. Alberto Saldarriaga Palacios y le comenté que tenía que quedarme el fin de semana, le pedí que me llevara a conocer un poco de la vida nocturna de Guatemala, pero él me dijo que no podía porque tenía que ir a un seminario de la Fraternidad Internacional de Hombres de Negocios del Evangelio Completo, entonces le dije: “qué es ese nombre tan raro y tan largo” y me dio una pequeña explicación y me dijo que era igual a la que estaba en Costa Rica y me invitó a asistir, pero me dije: “no no, yo voy a aprovechar el fin de semana, eso no es para mí”. No acepté la invitación. Al día siguiente, sábado al mediodía, estaba muy aburrido y llamé a la casa de Alberto, su señora esposa doña Sandra me contestó y me dijo “mirá, Alberto está en el retiro que te mencionó, ¿Por qué no vas?”, y para matar el fin de semana me fui para allá para saber de qué se trataba. Llegué como a las 4 p.m. y casualmente Alberto estaba dando una charla llamada: “Las prioridades en el orden de Dios” y él habló que de acuerdo a los principios cristianos, primero el hombre nace para tener una relación personal con Dios, y segundo, para tener una buena relación con su esposa y con sus hijos; tercero el trabajo y luego algún tipo de vida social o comunitaria de ayuda al prójimo. Para mí, eso no tenía sentido, Alberto estaba equivocado y así lo expresé públicamente. Habíamos como unas 60 personas en el seminario, yo estaba atrás y era el que se oponía a lo que Alberto exponía, yo creía Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra! 13 que el hombre había nacido para estudiar, para prepararse, para tener un trabajo y para mantener una familia, para luego, con esa familia disfrutar de la vida, y claro, de vez en cuando ir a misa, pues esa era la parte que llenaba el aspecto espiritual. Por aquel entonces el trabajo no andaba bien, habían muchos problemas en el negocio que estábamos desarrollando, luego mi esposa y mis hijos me estaban reclamando que yo “parrandeaba mucho”, que andaba mucho en la calle. Como hombre de negocios “vivía en el mundo”, llevaba una vida muy disipada, con mucho desorden, y según yo, era incomprendido porque aportaba suficiente dinero al hogar para que tuvieran todas las comodidades. Como mi punto de vista era tan controversial, Alberto me hizo una pregunta que me dejó desarmado. Él me preguntó: “Decime una cosa, volvete a ver hacia adentro, ¿tu vida está totalmente ordenada, bien balanceada, tus prioridades están bien equilibradas?” y agregó: “Me imagino Roberto, que tenés una buena relación con tu señora”. Cuando Alberto me pregunta sobre la situación actual de mi vida, eso para mí fue determinante y me hizo cuestionar el corre corre en que yo vivía, y la verdad es que mi señora me estaba reclamando demasiado por mi estilo de vida y dado mi ausentismo de la casa, me decía que el dinero mejor lo enviara con el mensajero; mis hijos ya estaban saliendo del bachillerato y tomando decisiones muy importantes, hasta hablando de matrimonio, y yo no me estaba enterando de nada; en el trabajo estaba con muchos problemas y los amigos que yo tenía eran amigos de parranda, no eran ningún tipo de personas con las que podía entablar una vida social sana; así que yo me sentí muy mal, al extremo que tuve que retirarme de evento y para rematar, Alberto me dijo: “Esto es lo que dice la Palabra de Dios en la Biblia, ¿vos leés la Biblia?” y me dije a mí mismo: “¿Cómo leer la Biblia si eso es para los sacerdotes?”. Recuerdo que en aquel entonces la Biblia era algo muy específico para cierta gente, y sobre todo para los sacerdotes y pastores, además, lo que yo oía en misa era en latín, aún peor para poder entender, así que no era un libro asequible; de modo que cuando él me confrontó tuve que retirarme de la reunión, porque dentro de mí se desato “una guerra de perros”. Me retiré hacia un jardín a pensar en todo eso y me di cuenta que algo no andaba bien, yo andaba 14 en un corre corre y en un sube y baja; mi situación con la familia estaba muy deteriorada y lo peor era que los dioses míos eran el dinero y el trabajo y tampoco estaban bien, así que me quedé más de dos horas debajo de un sauce llorón y me escondí ahí para que nadie me viera porque me sentía avergonzado, con un llanto que no podía parar. Me encontró un amigo y me preguntó qué me pasaba y le comenté brevemente el asunto, entonces me dijo: “...hay una persona que tiene toda la autoridad y poder, y está interesada en que vos hagás un buen negocio con Él, que vos le entregués la vida, así como la tenés de desordenada y Él va a hacer maravillas en tu vida…”, y eso me impactó, porque como hombre de negocios te sentís tan mal y que alguien llegue y te ofrezca una ayuda de esa naturaleza, yo me dije: “aquí está el negocio”. Entonces fue cuando me habló de Cristo Jesús, a quien yo oía solo de referencia, a quien creía que se había quedado clavado en la cruz, y una frase que me dijo este amigo me sorprendió: “...a Él le fue dada toda autoridad y poder…” Si esto es así, me dije, este es el cable del que me tengo que agarrar y ahí mismo hicimos una oración muy sencilla pidiéndole al Señor Jesús que viniera a poner orden en mi vida, porque yo necesitaba urgentemente su ayuda y que yo lo aceptaba como mi Señor. A partir de ahí empezaron a suceder una serie de maravillas en mi vida que todavía no han concluido, inclusive después de casi 27 años de haber aceptado al Señor Jesús en mi vida. Ese fue el inicio de mi relación con Jesús. Me regresé el martes siguiente a Costa Rica y venía con una llenura increíble del Espíritu; cuando llegué a mi casa conversé con mi esposa y le dije que las cosas iban a cambiar, que había recibido al Señor y que ahora íbamos a hacer una vida diferente. Mi esposa se asustó mucho, porque realmente yo permanecía muy poco en la toma de decisiones y no me involucraba en las cosas de la casa, y entonces ella me preguntó: “¿Qué fue lo que pasó, cambiaste de religión, te volviste “pandereta” o qué?” y entonces le conté mi experiencia en Guatemala. Yo había estado ausente de mi hogar durante muchos años y por eso mi mujer estaba escéptica y le costaba creerme, así que tuvieron que pasar como dos años para que realmente ella viera que el cambio en mí era verdadero, puesto que yo Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012 Hemos vivido casos de sanidad maravillosos en mi familia y el último fue hace un año, cuando el Señor me dijo “vas a tener que llevar preventivamente a tu mujer donde un especialista”, y cuando fuimos le encontraron un cáncer en el colon y entonces la operaron, se lo extirparon y aunque hubo una complicación en el proceso, luego ha venido una restauración extraordinaria, no solo en el aspecto físico sino también en lo espiritual, porque hoy mi mujer tiene una relación preciosa con Dios, y los hijos también, porque Dios usa esas cosas para impactar a todos. antes llegaba rutinariamente a las diez de la noche y cuando empecé a llegar a las seis de la tarde, todos se asustaban y se encerraban en sus cuartos preguntándose, “¿Qué está haciendo papá aquí?”. Porque yo no tenía ese hábito, los hijos no me veían; ese cambio tan marcado en un principio por supuesto que desordenó la rutina hogareña. Reconstruir la relación de hogar fue muy duro y llevó tiempo, pero el Señor empezó a hacer una transformación en mí muy visible para la familia y ellos comenzaron a ver un papá diferente, un papá más cercano, comenzaron a aceptarme y así se inició esa regeneración de vida que Dios ha hecho en nuestro hogar: ahora sí tengo una relación con mi esposa y mis cuatro hijos. Hoy por hoy tengo 8 nietos, una nieta de 22 años y hasta uno de kínder y otro en gestación en estos momentos. Las manifestaciones de amor y del poder del Señor en nuestras vidas han sido maravillosas, tanto en las grandes como en las pequeñas cosas. A mí me ha costado mucho entender que Dios no solamente está interesado en los grandes proyectos, sino también en las pequeñas cosas del diario acontecer, porque si vos le permitís tener una relación con vos, es como si invitaras a alguien a tu casa y le das el derecho de ingresar en cualquier habitación, en todos los rincones, hasta donde guardás cosas viejas. Él quiere poner toda tu casa en orden, pero a veces uno quiere reservarse ciertas cositas por ahí, pero si vos le decís “vení a mi vida”, Él quiere participar en todos los aspectos de tu vida. Ya me había pasado con mi hija, que tuvo un accidente cuando tenía 14 años y los siete médicos que la vieron en la Clínica Bíblica, me dijeron que era muy difícil que se recuperara y que seguramente quedaría como un vegetal; pero yo había escuchado y visto el poder de Dios, y que Él a través nuestro, hace grandes milagros, le impuse manos y reclamé sanidad total para ella en el nombre de Jesús; y para la gloria de Él, mi hija fue sanada, y hoy por hoy, es una médica dedicada a sus pacientes, pero a raíz de esa misma formación profesional, cuando se entera del cáncer de su mamá, entiende del peligro inminente y sobre todo, cuando le extirparon el colon y la posterior unión de los órganos, estos se sueltan y se produce una infección, peritonitis, pero el Señor cumple su palabra y fue ahí en donde una vez más, comprobamos que el Señor es fiel, porque Él me había dicho que todo lo que pasaríamos era preventivo, sin importar las circunstancias por las que pasáramos, y así fue, la sanidad se produjo de manera sobrenatural. Yo he sido apasionado en las cosas que hago y cuando estuve en el mundo también fui así, de modo que cuando ingresé a la Fraternidad, entendí que debía servirle al Señor con patrones de excelencia. Al poco tiempo de haber ingresado a la Fraternidad se produce una elección. Marco Pérez ya se había retirado a su ministerio personal; Ricardo Gerli era el presidente y a mí me nombran secretario del único grupo que había en el año 85. Ricardo me dice que en Guatemala hay como 10 capítulos, en El Salvador como 8, en Honduras como 14 y nosotros que casi tenemos 10 años de existencia solo tenemos un grupo y me preguntó: “¿Qué hacemos¿”. Era evidentemente una sentida necesidad que Ricardo veía. Como a mí me tocaba viajar por Centroamérica por el tipo de trabajo que tenía, Ricardo me dijo: “¿Porqué no aprovechás en Guatemala y les preguntás a Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra! 15 los líderes de allá cómo es que hacen ellos para abrir nuevos capítulos para ver si repetimos la experiencia aquí?”. Llegué a Guatemala y me reuní con mi amigo Alberto Saldarriaga, conversamos del asunto y me explicó lo siguiente: “Cuando alguno siente la necesidad de abrir un nuevo capítulo, se reúnen cuatro o cinco a orar, piden al Señor dirección, ponen el asunto en manos de Dios y buscan el lugar, buscan otras personas y se lanzan a fundar el nuevo capítulo”. Luego en El Salvador, le pregunté lo mismo a Edgardo Rodríguez el presidente nacional y en su casa me dijo: “Vamos un momentito al jardín” y me hizo sentarme, me impuso sus manos y me dijo “Yo, Señor, en el nombre de Jesús, a este hombre lo ato para que él comience a hacer el segundo capítulo en Costa Rica” y punto. A mí me llamaban mucho la atención, porque yo estaba comenzando y me impactaban mucho esta forma de hacer las cosas, porque no se veían en ninguna parte. ayuda de Dios, providencialmente se dio una circunstancia excepcional y logramos limpiar la situación y reinscribir el nombre de nuevo según consta en La Gaceta N°195 del miércoles 7 de octubre del año 1998. Mi vida actual transcurre bajo la firme dirección del Santo Espíritu de Dios, dándole a Él el primer lugar en todo, en lo que debo de hacer, en mi hogar, en mi ministerio y en la comunidad en la que vivo, con la consigna de que “El que no sirve, no sirve”, pues el cristianismo es un evangelio de acción permanente para glorificar a Jesucristo, nombre sobre todo nombre. ¡El que no sirve, no sirve! Ya de vuelta en Costa Rica, le conté a Ricardo toda la experiencia y así nació en mi corazón la idea de hacer otro grupo. Hablé con Francisco Hernández y con Gustavo Palavicini y les comenté mi inquietud de abrir otro grupo en el Hotel Corobicí, así tendríamos uno en el este y otro en el oeste de San José. Nos pusimos a orar y a pedirle dirección al Señor y nació el segundo capítulo en el Hotel Corobicí en el año 87; se cambió un poquito la temática porque yo me traje algunas ideas de cómo estaba funcionando en Guatemala porque aquí la hacíamos tipo escuela, con las filas de mesas y dos personas al frente, pero allá lo hacían más abierto, con la gente alrededor, en círculo. Ese capítulo del Corobicí hoy debe tener unos 25 años de funcionar o más y, un dato curioso, cuando celebramos los 10 años del capítulo, hicimos un árbol genealógico y vimos que de ahí habían salido como 25 capítulos más y esos a su vez se habían multiplicado. Hoy en día hay más de doscientos grupos en todo el país. Otra tarea importante en la que me vi involucrado fue en el asunto del nombre de nuestra agrupación, cuando se perdió el nombre que estaba inscrito en el Registro Nacional de Asociaciones, por atrasos en la presentación de las actas de las asambleas generales y renovación de las juntas directivas, con el agravante de quedar inmovilizados. Solo con la 16 Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012 FRANCISCO Yo conocí a Señor en San Pedro Sula, en un parque al lado de un hotel donde me hospedaba. Era la última noche que había decidido vivir en esta Tierra, porque estaba dispuesto a quitarme la vida; ya tenía un largo historial de 17 intentos de suicidio. Yo trabajaba con una empresa norteamericana y a pesar de que estaba muy bien económica y laboralmente y tenía esposa y dos hijos, estaba en una crisis espantosa y en medio de una profunda depresión. Ese día le había pedido al gerente del hotel, que era un amigo mío, me facilitara una habitación en el último piso, porque ya había planeado que después de cenar, iría a mi habitación y me lanzaría por el balcón hacia el vacío. En esos días yo era un fármaco dependiente porque me tomaba como 14 pastillas diarias, anti depresivas y demás, incluyendo una lorazepán diaria, que me ponía a dormir dos o tres horas cuando me la tomaba y debía acostarme, para levantarme luego tan mal como me había acostado. Según lo que la gente puede entender “yo era un hombre de éxito” pero estaba viviendo una etapa de agobio espiritual tremenda, que desde luego no se apreciaba en la superficie. Esa noche decidí bajar a cenar y como el ascensor no respondía, empecé a bajar las gradas desde el sétimo piso en que estaba y en cada entre piso, me llegaba desde el parquecito del frente una música de gente que estaba cantando; eso para mí era insoportable. No obstante, cuando llegué al primer piso y a pesar del calor ambiente afuera y que yo andaba bien vestido de traje, decidí salir y cruzar el parque; llegué donde estaban cantando y había un hombrecito bajito y muy sencillo, que estaba frente a una mesita predicando y yo le presté mucha atención, porque todo lo que decía en su mensaje estaba dirigido especialmente para mí, como si tuviera nombre y apellidos. No sé cuánto tiempo estuve ahí escuchando y cuando el hombre terminó su predicación, hizo un llamado a aceptar a Jesucristo y pidió que los que deseaban aceptarlo dieran un paso adelante. Yo no me moví de donde estaba, pero de una manera inexplicable me encontré delante de aquel hombre y me pidió que hiciera con él una sencilla oración. Pero yo tenía muchísima resistencia en aceptar a Jesús y cuando el hombre me decía repita conmigo “Señor Jesús…” yo no pronunciaba palabras, simplemente balbuceaba cosas y cuando él finalizó la oración yo empecé a llorar ahí, delante de varias personas, sintiendo un desahogo tremendo. Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra! 17 Esa noche, la depresión, la tristeza, la angustia tan terrible que yo sentía y el deseo de suicidarme desaparecieron de mí y bueno, no tenía la menor idea de lo que tenía que hacer, si buscar una iglesia o qué. Lo que sí sabía es que al día siguiente me sentía como nuevo, no sabía lo que había pasado en mi vida, pero me sentía muy bien, después de haber estado viviendo en el infierno. Viajé a Estados Unidos a Akron, Ohio, donde el dueño de la empresa casualmente había decidido prescindir de mis servicios, y yo me regresé a Costa Rica y no sabía todavía qué me había sucedido. Entonces traté de buscar personas que me pudieran explicar mi experiencia en San Pedro Sula, y Dios que es tan grande, fue poniéndome al encuentro de personas que estaban ya en el camino del Señor. Por ejemplo, algo curioso y extraño me sucedió con un vecino, un señor mayor de origen norteamericano que era cliente mío, don Wilton Nelson, quien nunca me había hablado de temas religiosos ni nada; un día llegó a un negocio que 18 tenía yo en San Francisco de Dos Ríos y me invitó a que fuera al templo bíblico donde él asistía, donde él daba las enseñanzas. Yo acepté acompañarlo al templo, que está en el puro centro de San José, calles 2 y 4, frente al antiguo Registro Civil. Ahí empecé a conocer gente y entre ellos a Marco Pérez, quien en ese entonces trabajaba para Phelps Dodge (CONDUCEN) y entonces Marco me preguntó: ¿por qué no nos reuníamos con un grupo de unos ocho hombres empresarios más y hacíamos una fraternidad, para llevar hombres a la iglesia evangélica?. Empezamos así a reunirnos con un grupo de hombres en una empresa llamada SAM Publicidad, propiedad de don Miguel Baeza, un español muy querido, y ahí llegábamos Marco, Ricky Gerli y muchos otros más. Entonces este grupo de hombres inscribimos la fraternidad como un grupo de hombres cristianos. En ese entonces la llamada visión ni siquiera se mencionaba, porque nosotros éramos hombres llamados por el Espíritu Santo y empezamos a traer hombres a las reuniones y tuvimos mucho éxito. Después de cierto tiempo, Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012 quizás un par de años, tuvimos relación con algunos hombres de Texas que andaban por aquí, buscando hombres de negocios para hacer contacto con una organización que había fundado un hombre llamado Demos Shakarián. Ya nosotros teníamos 5 años trabajando con una visión “hecha en Costa Rica” y fue muy exitosa y era solo cuestión de empatar lo que hacían allá con lo que hacíamos aquí, aceptando de paso lo que Demos dijo que Dios le dijo, sabiendo que también a nosotros Dios nos había dicho lo mismo. Fue algo muy interesante. Al principio de nuestras relaciones con la gente de Houston, las cosas no anduvieron bien porque algunos se resistían a que tuviéramos alguna influencia norteamericana. El primero que fue allá fue Marco Pérez, el hombre que inició el asunto aquí y luego se salió. Entonces quedamos algunos hombres de los que iniciamos, no muchos, entre ellos Ricardo Gerli y yo y hubo muchos que se dispersaron. Entonces empezamos a reunirnos en ACOGE y ahí llegaron otros como José Julio Quesada, Ítalo Bassini y una cantidad enorme de hombres que se fueron sumando. Fue en 1979 cuando Demos Shakarián vino por primera y única vez a Costa Rica y empezamos ya con el nombre de FIHNEC, porque en otros países se llamaba Hermandad de Hombres de Negocios Cristianos. Durante muchos años trabajamos con un solo capítulo en ACOGE y luego lo pasamos a la Botica Francesa y de ahí pasamos al Kamakiri durante varios años, hasta que se inició un segundo capítulo en el Hotel Corobicí. El despegue se dio en Alajuela aunque ya estaba el capítulo del Hotel Costa Rica y del Hotel Europa y así sucesivamente. Luego vinieron las dolorosas divisiones internacionales y nacionales y bueno, nosotros seguimos aquí y hemos crecido enormemente con el “Plan B de matrimonios”, que ha sido una estrategia que nos ha permitido llegar a miles de hogares y extender el mensaje de Dios, porque ya las reuniones en hoteles son muy caras y de esta otra forma logramos participar a las esposas e hijos en la misión de la Fraternidad. “Ya nosotros teníamos 5 años trabajando con una visión “hecha en Costa Rica” y fue muy exitosa” La fraternidad se abre y crece muchísimo en 1991 y se convierte en un movimiento laico, pero habíamos pasado muchos años con solo dos capítulos. La mayoría de la gente que nos llegaba eran católicos y todavía permanecía la idea de que la gente tenía que ser llevada a la iglesia evangélica y quizás por eso no crecíamos, ese era el concepto gringo. Y todos nuestros manuales y todo lo que nos dieron que fue traducido al español, habla de que la intención es llevar la gente a la iglesia evangélica y eso fue un entrabamiento. En ese 1991 hubo una experiencia en Guatemala muy interesante, con un derramamiento del Espíritu Santo en una reunión, que cambió nuestras vidas y a partir de ese momento, iniciamos con un entusiasmo increíble y se multiplicaron los capítulos a nivel nacional e internacional. Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra! 19 OSCAR En octubre de 1988 un buen amigo mío, Jorge Campos “Poto”, me había invitado a que fuera a una reunión en el Kamakiri. A él lo habían invitado en agosto a un evento de hombres de negocios en la casa de Roberto Quirós aquí en Alajuela, era una tarde de oración o algo así; luego lo invitaron al Kamakiri y él fue y le gustó mucho, y por eso también me invitó a que lo acompañara, me dijo que había sido una reunión muy bonita y por eso quería llevarme también. En esos tiempos yo trabajaba como director de ventas de una importante compañía de turismo y estaba casado con una mujer estupenda, pero tenía una vida personal muy complicada; aunque financiera y profesionalmente me iba muy bien, mi vida personal era un desastre y entre mejor me iba en lo económico peor me iba en lo personal, digamos que no superé la “prueba de la prosperidad”. Realmente estaba muy mal, cosechando lo que había sembrado, cosas muy negativas: estaba en proceso de divorcio, había perdido a mi primer hijo dos días antes de que naciera, mi segundo hijo a los ocho meses de edad fue diagnosticado de una enfermedad terrible, incurable, que hoy entiendo que todo ello era producto de la maldición que yo había llevado a mi hogar; yo estaba muy confundido, no sabía qué hacer, no sabía qué quería de la vida. Yo tuve problemas con el alcohol y había dejado de beber, pero seguía teniendo una vida muy desordenada y con gran pena reconozco que era infiel y yo estaba muy confundido, tenía ganas de morirme, no tenía ganas de vivir…, estaba muy muy confundido. 20 En ese contexto fui a mi primera reunión. Por aquellos días estaban Ricardo Gerli, Roberto Madrigal, Roberto Quirós, Ítalo Bassini, Nelson Cuenca, Raudin Soto, Francisco Fallas y muchos otros más, y Francisco Hernández estaba dando testimonio esa noche y me impactó mucho, porque la historia de Francisco era muy parecida a la mía y él al final lanzó un reto y dijo: “hagan la prueba, no tienen nada que perder y sí tienen mucho que ganar”. Yo era tan rebelde que hice la prueba a mi manera, porque dijeron que nos pusiéramos de pie y a mí no me dio la gana; dijeron que levantáramos la mano y yo no quise pero ahí, en el fondo de mi corazón, a mi manera un poco irrespetuosa, hice esa oración en la que él me guió y en vez de decir “Jesús” yo decía “Colochos” por ejemplo, pero al final, di el paso y acepté al Señor Jesús y le entregué mi vida en ese momento, nunca se me olvidará. Eso sí, lo condicioné. Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012 A partir de ahí mi vida empezó a experimentar un cambio radical. El Señor me perdonó y empecé a tener paz y esto es importantísimo porque tenía muchos años de no tener paz en mi corazón, lo que tenía era mucha tristeza… Las facturas me habían estado llegando por tanta mentira y tanto desorden en mi vida, a tal punto de que nada me llenaba, nada me hacía gracia, aunque tuviera el doble de todo no me llenaba ese vacío interior. En ningún lugar donde estuviera me sentía satisfecho y si me cambiaba de lugar tampoco; si tenía un carro quería otro y así sucesivamente. Me iba muy bien financieramente, tenía una casa muy bonita, viajes, carros, sin embargo nada me llenaba. Y reconozco con mucho dolor que ni siquiera la familia tan hermosa que Dios me había dado llenaba ese vacío, y yo creo que tenía razón Pascal cuando decía que “en la vida del hombre hay un espacio que tiene la forma de Dios y que solo Dios lo puede llenar” y uno trata de llenar ese espacio con cosas, pero nada… Entonces, después de buscar en muchos lugares y no encontrar la respuesta, yo le perdí el sentido a la vida. Ya eso me lo había dicho un hombre que tenía fama de ser muy sabio (hoy entiendo que estaba totalmente equivocado), un ex diputado que vivía en Orotina y que era muy influyente, y yo era de los privilegiados de su círculo cercano, tenía como 17 años de edad y un día me dijo en una cantina: “hijo, yo tengo algo que enseñarte: la felicidad no existe”. En ese momento no entendí nada, pero con el paso de los años más de una vez recordé esa frase y llegué a la conclusión, en mi ignorancia, de que el viejo tenía razón y de hecho, yo me daba importancia a mí mismo, cuando en una cantina yo también le repetía a algún fulano incauto “hijo, tengo algo que decirte: la felicidad no existe”. Lo repetí tanto, me convencí tanto, que un día esa verdad me alcanzó; esa “verdad” me dio en la cara; y entonces me cuestioné “si la felicidad no existe, ¿qué estoy haciendo aquí, cuál es el sentido de la vida, si yo soy un perfecto infeliz…?” Entonces entré en una profunda depresión y cada vez me sentía peor. En aquellos tiempos había muy mala información sobre este tipo de problemas y las personas ignorantes a las que yo les comentaba mi situación me hundían más, porque me decían que “ese problema de los nervios que yo padecía era incurable” y yo me decía “si esta cochinada no se me cura y no se me van a quitar estos ataques de pánico, esta zozobra tan horrible en que vivo, si esto es incurable, entonces yo no quiero vivir…” Y así anduve varios meses pensando en la posibilidad de suicidarme pegándome un tiro… Mientras hubo metas que alcanzar, yo me decía por ejemplo “me va a hacer feliz tener un BMW” y entonces canalizaba toda mi energía en conseguir esa meta y cuando tenía el carro BMW, me daba cuenta de que ahí no estaba la felicidad; entonces me imponía otra meta como tener una novia con tales características y cuando la alcanzaba tampoco me sentía feliz, hasta que llegó un momento en que ya no tenía más metas, ya había hecho de todo, había tenido de todo (esposa, casa, carro, viajes, deseos de todo tipo, etc.), incluso con la familia, “quizás teniendo un hijo” me dije y bueno, el primero murió dos días antes de nacer y fue doloroso; volver a hacer el intento y vino el otro hijo, pero tampoco llenó mi vacío; mi matrimonio, mi esposa, una buena esposa, que tampoco me llenaba… Hasta que me quedé sin metas y en esa profunda depresión me cuestionaba constantemente: “la vida no tiene sentido, la felicidad no existe y sino existe entonces para qué vivir…” Pasé a depender de fármacos y tratamientos y nada daba resultado y cada vez me hundía más en la depresión, hasta que apareció mi amigo Poto, quien había logrado salir del alcoholismo por medio de A.A., tratando de rehacer su vida y estaba muy enfocado en ayudar a los hombres con esa problemática. Cuando a él lo invitaron a una reunión de la fraternidad, terminó invitándome a mí también a su segunda reunión. Y ahí fue cuando hice el gran negocio de mi vida. Yo me acuerdo que después de la oración que hice con Francisco Hernández, le puse condiciones a Dios y le dije “Señor, si usted realmente existe yo te pongo como condición esta noche, primero que pongás paz en mi corazón y que me pongás amor por mi esposa”. Esa noche dormí como un lirón, con una paz que nunca había sentido. Y empecé a ver características de mi esposa que antes estaban veladas para mí, incluso su belleza física pero también su belleza moral, espiritual, una mujer extraordinaria, una gran persona y a los 21 días después, se dio un acontecimiento interesantísimo. En un seminario al que asistí en el Convento de las Hermanas Clarisas en Moravia, Ricardo Gerli ofrecería una charla. Después de la charla lo busqué y le pedí que me enseñara a orar, porque yo no sabía orar y le conté que tenía a mi hijo Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra! 21 enfermo, que le habían diagnosticado una epilepsia severa y que esa enfermedad no tenía cura. Ricardo me enseñó un versículo que estaba muy en boga en la fraternidad en esos días, porque a través de un milagro que Dios había hecho con un hombre de negocios, el Señor lo había sanado de una miastenia grave, y lo había sanado a través de ese versículo de Jeremías 33:3, y Ricardo me mostró ese versículo y me enseñó a orar y me explicó cómo hacerlo; y esa tarde ahí mismo, clamamos a Dios por la salud de mi hijo. Yo salí muy motivado del seminario y llegué a mi casa y le dije a mi esposa que oráramos, que Dios decía que si clamábamos a Él nos iba a responder, y esa noche, de lo profundo de nuestro corazón, clamamos a Dios porque sanara a nuestro hijo. Después de orar un buen rato, vino a nuestras mentes y corazones la convicción, la certeza de que nuestro bebé estaba sano. Efectivamente, días después llevamos al niño a hacerle exámenes y los resultados ratificaron que José Pablo estaba totalmente sano. De modo que teníamos la prueba fehaciente del poder de Dios, porque había exámenes y todo un historial médico que primero confirmaban una enfermedad severa y otros exámenes, realizados después de nuestra oración de clamor a Dios, que decían que el niño estaba totalmente sano. Ese fue el gran detalle de parte de Dios; yo me dije: “es como si se hubiera puesto una flor en el ojal para mí”. Le agradecí tanto ese enorme detalle, que a partir de ahí me enamoré del Señor y empecé también a mejorar mi salud, me quitó la depresión, sentía paz en mi corazón y estaba aprendiendo a valorar a mi esposa. Yo asistí durante unos cuatro meses al Kamakiri y luego decidimos fundar un capítulo en Alajuela, en el Restaurante Ambrosía y para ello recibimos un gran apoyo de los líderes del Kamakiri e incluso vinimos a negociar con el dueño del restaurante. El primer día que tuvimos un almuerzo fue sensacional, recogimos una ofrenda y era más que suficiente para arrancar y así empezó el capítulo Ambrosía que estuvo muchos años en ese sitio. Aquí se dio un fenómeno muy interesante desde que arrancó el capítulo y fue un avivamiento impresionante que se vivió en Alajuela. Fue una verdadera locura. Y lo mejor es que todos éramos muy novatos pues el más veterano, Poto, si acaso tenía 6 meses en la fraternidad y de ahí para abajo. 22 Esta inexperiencia nos ayudó a buscar mucho la presencia y la dirección de Dios: ayunábamos para dar la visión, ayunábamos para pedir la ofrenda, ayunábamos todos y nos apoyábamos mutuamente, porque en general teníamos una gran mística y también un gran miedo a equivocarnos o a que las cosas no salieran como esperábamos. Es decir, si a vos te tocaba motivar la ofrenda en la siguiente reunión, vos y los demás líderes ayunábamos para que tuvieras la unción de Dios y que todo saliera bien. O cuando hacíamos reunión de la Junta Directiva todos nos tirábamos al piso y clamábamos a Dios para que nos usara y Él nos respondió enviándonos a veces 50 y hasta 60 hombres nuevos en una reunión. Era una verdadera locura lo que estaba sucediendo y yo creo que a Dios le gustaba esa dedicación, esos ayunos, esos clamores en oración. El restaurante se abarrotaba de una forma inimaginable; por ejemplo había un árbol de mango en el centro del restaurante y había gente literalmente encaramada en el palo, participando de la reunión. Fue una explosión impresionante, impensable. Claro que teníamos hombres que estaban llegando y eran de un enorme calibre espiritual y una vocación de servicio incomparable como Rodolfo Bains, Mario Madriz, Edgar Madriz, Poto, Carlos Varela, Edgar Chavarría, Óscar Cordero, Carlos Araya y un larguísimo etcétera de decenas de hombres en los diferentes capítulos que se fueron fundando. Otro fenómeno interesante que se dio como a los dos años, creo que fue en 1989, fue un día que entré en un restaurante y un tipo me llamó y me preguntó si yo era Óscar Bolaños y le dije “sí señor”, entonces me dijo “le va a parecer una locura pero hace días lo ando buscando” (él era Iván Chavarría Díaz, un comentarista deportivo que no tenía nada que ver con Dios ni era conocido mío). Entonces yo le pregunté: “¿para qué me busca, en qué le puedo servir?” y me repitió “a usted le va a parecer una locura lo que yo le voy a decir, pero a mí Dios me dijo que le diera dos horas en la radio”, y yo le pregunté “¿y cómo le dijo Dios eso?”, y agregó “tres veces me lo ha dicho, me dijo que era usted, me dijo cómo era usted y aunque yo a usted no lo conozco, cuando lo vi entrar supe que era usted” y me volvió a decir “a usted le va a parecer una locura pero esto fue una orden estricta de Dios”, y yo supe después que ese hombre no era cristiano ni creyente de nada, simplemente un tipo con cierta fama local por ser un comentarista Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012 en Puriscal donde el Señor reunió a 300 personas en la fundación del capítulo y así sucesivamente, empezamos a experimentar los milagros y las cosas maravillosas que Dios estaba haciendo a través del programa de radio, que también era muy escuchado en las cárceles y hospitales; fue un éxito total. deportivo, que me insistió en que “Dios en sueños” le había dicho que me concediera dos horas de espacio radial y más aún, me dijo “lo espero tal día a las 5 a.m. en la radio”. Llegamos a la radio el día citado como 7 u 8 hombres y ninguno había siquiera cruzado la puerta de una emisora, no teníamos la más mínima idea de cómo funcionaba ese asunto. Ya habíamos orado y llegamos a las 4:55 a.m. y le dijimos, “bueno Iván aquí venimos a ver de qué se trata esto” y él de inmediato se plantó y dijo “ah no no no, yo no tengo idea de qué se trata este asunto, eso es problema de ustedes…, en tres minutos estaremos al aire” y esos tres minutos se nos fueron diciendo “Dios mío, qué hacemos” y nos respondimos “bueno, vamos a hacer lo que sabemos hacer”: vamos a dar la visión y a dar testimonio; “¿y quién conduce?”, preguntó alguien y yo le dije “yo soy el M.C.” y echamos a andar con el primer programa de radio y sobra decir que fue un éxito rotundo. Y así empezamos pero ¡duramos diez años al aire!, los domingos de 5 a 7 a.m., con repetición de 10 a 12 de la noche. Incluso el horario fue un detalle interesante, porque Iván nos comentó que alguna gente se le había acercado y le había dicho “mirá ese programa no es de Dios, porque a Dios se le dan las mejores cosas y ese horario no es el de mayor audiencia…” Pero resulta que no, que ese día y esa hora eran inmejorables, por varias razones que fuimos descubriendo. Mediante ese ministerio radial el capítulo Ambrosía empezó a expandirse rápidamente, porque nos reportaban sintonía de todo el país; cuando ya teníamos 4 o 5 personas de una misma localidad, nos íbamos para allá y fundábamos un nuevo capítulo, así fuera en Jicaral, en el sur, o No solo abrimos nuevos capítulos en Alajuela sino que también llegaban muchos miembros nuevos cada viernes al capítulo Ambrosía, igual que se abría en Guácimo, Sarchí, Ciudad Quesada, Florencia, Limón, Nandayure, Puntarenas, Cañas, donde fuera. Definitivamente había una unción del Señor que nos tenía totalmente atrapados en una actividad frenética por alcanzar hombres para Cristo, había una pasión desenfrenada y nosotros íbamos donde fuera, donde nos pidieran y nos comprometíamos seriamente; hubo casos donde fuimos durante dos años seguidos, semana a semana a un determinado lugar, pues había un altísimo nivel de compromiso con el servicio a la causa del Señor. Esa fue la explosión de la fraternidad. Habíamos abierto un capítulo en el Banco Nacional y por medio de ellos nos traíamos a los muchachos internos en Hogares Crea y los invitábamos a jugar fútbol y luego compartíamos un almuerzo con ellos y los evangelizábamos. En fin, nuestra creatividad e iniciativa no conocía límites, según el Señor disponía en nuestros miembros agradecidos. Luego tuvimos otros programas de radio y hasta en televisión, en el Canal 31 y muchas otras actividades más, de modo que estábamos como a tiempo completo trabajando en el ministerio que el Señor nos había asignado y vea qué interesante, lo que significa otra muestra más del respaldo de Dios: yo casi no tenía tiempo para trabajar en mi agencia de turismo, pero Dios me prosperaba y a todos los compañeros que también trabajábamos a diario en el ministerio, Dios igualmente los prosperaba y nos permitía dedicarnos casi a tiempo completo a servirle a Él. Por ejemplo, teníamos grupos de trabajo y con mucha frecuencia nos contactaban los gerentes de grandes empresas, para que fuéramos a orar por ellos, incluso asesorarlos y también a visitar al personal y presentarles la fraternidad, con la seguridad de que el cambio en esos hombres cambiaría el ambiente laboral y mejoraría la empresa; hubo empresas donde se convertían 100 Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra! 23 o más trabajadores y también el gerente; éramos asesores de la Asamblea Legislativa y llegábamos a orar por los diputados y opinábamos en ciertos asuntos de interés, en fin, nuestras actividades se expandían con enorme velocidad y eficacia por todo el país, las instituciones y las empresas. Y claro, todo ello venía acompañado además de unos milagros de sanidad extraordinarios que hizo Dios por medio de nosotros. Vimos milagros de sanidad por doquier, puesto que íbamos a hospitales y a casas a orar por personas con problemas de un infarto, sida, cáncer y muchas otras enfermedades graves y Dios los sanaba por medio de nuestras oraciones. Con igual entusiasmo participábamos en las actividades de la fraternidad y también íbamos a las convenciones, nacionales e internacionales; como yo trabajaba en turismo organizaba las excursiones, a tal punto que la primera excursión que organicé para visitar una convención mundial en Los Ángeles fuimos 100 miembros de Costa Rica, luego fuimos a Dallas, Orlando, etc. y algo de lo más hermoso era que, al viajar en grupo, nos regalaban una cantidad de tiquetes que rifábamos entre compañeros que no podían pagarse el viaje y así, siempre llevamos un grupo variopinto de compañeros de todo nivel socioeconómico y tenemos muchas anécdotas impresionantes de los regalos adicionales que Dios nos daba en esos viajes que fueron inolvidables. Lamentablemente cuando vino la división interna de la fraternidad ese fuego se apagó, nos enfriamos, y yo sigo pidiéndole a Dios que vuelva a encender ese fuego, que la verdad es que no lo hemos vuelto a tener al nivel de lo que experimentamos a fines de los ochenta e inicios de los noventa, cuando sentíamos ese amor, esa pasión, esa mística por servir en la fraternidad. Yo sueño y tengo la certeza de que ese avivamiento volverá a caer sobre la fraternidad, porque nosotros somos un ministerio 100% pentecostal y volveremos a ser usados por el Espíritu de Dios para grandes cosas, no solo por lo que está plasmado en la Profecía de Panajachel (Guatemala, 1991), que predijo que desde Costa Rica volvería a encenderse el fuego para todo el mundo, sino que también habla de superar la división, y también espero ese avivamiento por algunas de las últimas manifestaciones de Demos Shakarián sobre el futuro de la fraternidad. “Definitivamente había una unción del Señor que nos tenía totalmente atrapados en una actividad frenética por alcanzar hombres para Cristo” 24 Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012 FRANCISCO Un buen amigo llamado Luis Amador, un buen día de 1985 me invitó a que fuéramos a una cena de la fraternidad en el Kamakiri; teníamos una larga y buena relación y habíamos compartido en el pasado muchas fiestas y reuniones de tragos. Yo estaba casado y tenía hijos pequeños y una muy buena posición económica, porque tenía negocios boyantes aquí y en El Salvador, donde tenía clandestinamente otra familia; tenía el BMW del año, viajes, unos buenos amigos empresarios, pero con una vida sumamente complicada en el campo personal, emocional, asistiendo a muchas fiestas y en constante infidelidad. Entonces me vi enfrentado a un descontrol total de mi vida y empecé a vivir un conflicto espiritual muy serio. Tenía muchas cosas materiales, gozaba de buena posición social y amigos pero, en lo familiar, enfrentando una demanda de divorcio de mi esposa y mis hijos eran enemigos míos, siendo niños de 8, 10 y 12 años, y por ese estilo de vida me perdí la niñez de mis hijos. El Señor me reveló posteriormente esta situación, pero en ese entonces yo no podía entenderlo. Yo andaba buscando una solución para mi vida tan complicada. En medio de todo este embrollo conocí al Dr. Luis Burstin, famoso cardiólogo; también tenía un sicólogo y el sicólogo me manda a buscar de Dios; yo en medio de mi desasosiego, en medio de mi desorden, llegué a la Clínica Burstin frente a la Bíblica buscando Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra! 25 un cardiólogo y me topé con el Dr. Burstin (que se suicida de un balazo en noviembre de 1985) y ese fue el hombre que yo busqué para que me salvara la vida que tenía tan complicada. En eso estaba cuando Luis Amador me habla de los hombres de negocios, no me habló de Jesús, pero en medio de los whiskies me invitó a que lo acompañara a los hombres de negocios. Yo estaba en medio de ese tremendo conflicto existencial que no me dejaba en paz, viviendo en una oscuridad tremenda, lleno de temor, desasosiego y como me decía mi sicólogo “Francisco estás viviendo una dicotomía, tenés una doble vida, tenés que encontrarte, saber qué piensa tu esposa y qué piensa tu otra esposa en El Salvador…” Esa doble vida era imposible para mí. Y cuando acepté la invitación de Luis y llegué a la Sala Kamakiri me encontré un ambiente muy agradable, con hombres como Ricardo Gerli, Roberto Quirós, Francisco Fallas y otro montón de hombres de negocios que hablaban de Jesús y me gustó la reunión porque yo vi hombres espirituales, que hablaban de Dios. Hombres felices, hombres contentos que se abrazaban. Como yo era muy sociable y encontré ahí gente simpática, agradable, aunque yo me sentía muy autosuficiente porque parqueaba mi BMW afuera del Kamakiri, seguí asistiendo e incluso fui a algún seminario, pero yo no tenía todavía aquella realidad de Cristo en mi vida. Estuve asistiendo como unos 3 meses al Kamakiri antes de tener un encuentro personal con Jesús. Yo andaba buscando algo en la intimidad, algo que no conocía, al Dios desconocido para 26 mí, que me pudiera mostrar algo diferente a lo que yo conocía: pues la fama, fortuna, licor, mujeres, carros, viajes y todo eso material no me llenaba... Los hombres de negocios me hablan de Jesucristo, pero el Cristo que yo tenía era un “Cristo de cadena”, un crucifijo de oro que me colgaba del pecho que terminaba en una mesa de noche de algún motel. Entonces yo visitaba la iglesia católica por costumbre, porque yo no tenía ninguna religión. Incluso hice una convivencia donde me presentaron un Cristo sin brazos, mutilado, que no me satisfizo. Pero los hombres de negocios hablaban de Jesucristo y eran hombres que habían tenido fracasos tremendos en sus vidas emocionales, en asuntos financieros, etc., pero eran hombres del perfil en el que yo me movía y que inclinaban su cabeza y oraban y eso me pareció muy interesante. Entonces yo comencé a practicar algunas disciplinas espirituales tales como arrodillarme, por ejemplo, y continúo en esa búsqueda de Dios que mi sicólogo me había recomendado y de la que me hablaban estos hombres. Recuerdo que tuve dos experiencias espirituales muy significativas. Ahorita no recuerdo bien pero creo que primero fue en la Parroquia de La Soledad, donde yo me había casado años atrás y estuve un día ahí, de rodillas, orando con los ojos cerrados y sentí una presencia tan rica, tan exquisita, que me hizo sentir una paz maravillosa y yo sentía que si abría los ojos vería un hombre al lado mío. Posteriormente, es posible que a inicios de 1986, estando un domingo en la tarde en mi casa, solo, de rodillas, comencé a clamar al Señor, a suplicarle a Dios que me ayudara porque yo no podía seguir llevando esa vida que tenía, le decía que yo necesitaba algo diferente en mi vida y entonces tuve una confrontación violenta conmigo mismo. De pronto tomé conciencia de todo lo que yo había estado haciendo en mi vida; comencé a analizar y a darme cuenta de qué era lo que había pasado: una vida desordenada, abusiva, riesgosa, había puesto en riesgo a mi esposa y mis hijos y a mí mismo y a la otra familia que tenía. Vinieron a mi cabeza tantas cosas tormentosas, que me hicieron darme cuenta del desastre que yo había provocado y preguntaba “Señor, ¿qué pasó?”, y le pedí perdón y le dije “Señor, perdóname, perdóname…” Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012 Y entonces comencé a llorar y no podía parar. Luego de 5 o 6 horas llorando ahí de rodillas, ya de noche, me inundó una paz inexplicable. Después de varias horas, llorando por la miseria que yo había vivido durante todos esos años, me pude levantar por fin y era otro hombre. Estaba experimentando la verdadera liberación que Cristo me dio en ese momento. Era un hombre libre, sin pecado, sin condenación, experimenté el amor de Dios, la reconciliación con el Señor y comenzó una nueva vida para mí, una de aceptación, de tolerancia, de cambio, de perdón de mi esposa y de mis hijos, de separación de aquella vida desordenada que había vivido. Empecé a vivir el Nuevo Camino, una vida de esperanza, de paz; ya tenía un hogar, una esposa que amar, una familia que cuidar y aquel negocio de licores que tenía lo vendí, porque no me gustaba ya generar mis ingresos con ese tipo de producto, que aunque era legal yo sentía que no era dinero sano para mí. Y más bien inicié un negocio comercial con una tienda deportiva y hace 26 años puse mi tienda deportiva, con una maquila de uniformes deportivos y esa es mi forma de proyectarme hoy empresarialmente, con relaciones muy importantes con empresas e instituciones muy grandes y hago negocios con mis amigos que necesitan artículos para producir vida y mis clientes me encargan uniformes que llevan a otros países por su propia cuenta y así he llegado a Suramérica, Europa, Estados Unidos…, y esto es obra de Dios. Dentro de esta nueva vida como hijo de Dios, sigo asistiendo al Kamakiri y empiezo a involucrame con estos hombres extraordinarios que servían ahí, y con el liderazgo de Roberto Madrigal y Gustavo Palavicini, decidimos expandir la fraternidad y abrimos el capítulo del Hotel Corobicí con Marco Bonilla y otros que el Señor estaba agregando. Luego abrimos otro capítulo en el Indoor Club con Óscar Brenes, Fabio Solano, Johnny el odontólogo, en el Hotel Europa, en el Club Unión, el Tennis Club, en el Hotel Costa Rica, en Rías Bajas, y empezamos a crecer y crecer y abrir nuevos capítulos en muchos lugares. servicio del ministerio. Sin duda fue una época de avivamiento a fines de los ochenta, con una gran fuerza, mucha vida, mucho compromiso de los hombres. Así que ya yo estaba involucrado en el servicio del ministerio y había tiempo y dinero para hacer la obra y sobre todo, estaba Cristo en medio de nosotros. Ya asistíamos a convenciones mundiales y yo había formado parte del equipo de trabajo de la convención latinoamericana. Trabajábamos con un enorme entusiasmo y nos sobraba motivación para trabajar en la obra del Señor. Luego vinieron ciertos problemas a nivel internacional y también local, pero yo creo que todo ha sido para bien, porque hoy, sobre la base de la visión que el Señor le dio a Demos Shakarián, tenemos al menos cuatro organizaciones que yo conozco, que tratamos de alcanzar a los hombres por medio de otros hombres compartiendo su testimonio. Yo tengo muy clara la estrategia y el tipo de hombres a quienes dirigimos nuestro ministerio: nosotros tenemos que traer hombres que están en abundancia económica, que el Señor les ha dado esas riquezas y no saben que el Señor se las ha dado y están despilfarrando en moteles, en bares, en casinos, en drogas, en una vida desenfrenada, porque no conocen al Dador de la verdadera paz. Ese es nuestro público meta y hacia él enfocamos la visión de los hombres de negocios. “Sin duda fue una época de avivamiento a fines de los ochenta, con una gran fuerza, mucha vida, mucho compromiso de los hombres” Óscar Bolaños llegó y vino también a darle una fuerza enorme al ministerio, porque abrió la fraternidad hacia Alajuela y muchos otros lugares, con una labor protagónica en esa expansión; él y muchos otros fueron llamados por Dios a ser parte de la fraternidad y del Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra! 27 RICARDO Pero una mala noche de tragos, la más oscura de mi vida, llegué a casa y agredí a mi mujer delante de mi hijo. Al día siguiente tenía que repetir el ciclo, tomarme unos tragos, buscar compañía para tratar de llenar ese vacío que sentía y el vacío no se llenaba y esa noche incluso comencé a pensar en suicidarme y peor, pensé en matarme y matar a mi esposa y mi hijo. No pude dormir y a las 5 de la mañana de esa madrugada terrible, estaba tocándole la puerta a mi amigo Francisco. Él me dijo claro que sí, vamos a ir. Eso fue un martes 2 de abril de 1996 y a las 7:30 p.m. íbamos entrando al Hotel Herradura y yo con mucho recelo, pensando si iba a una nueva iglesia, una nueva religión, si iban a haber cánticos, si iban a haber Biblias, pastores o sermones. Yo llegué a la fraternidad invitado por un buen amigo, hace 16 años. En ese entonces estaba muy necesitado de Dios, con un gran vacío en mi corazón, pero convencido de que Dios era un invento de algunos pocos para aprovecharse de las multitudes, no importando la etnia o la cultura; hoy mediante el dinero y en tiempos atrás mediante cosechas y productos en especie que pedían a la gente. Es decir, tampoco tenía ningún interés en conocer a Dios porque era un absurdo, Dios no existía, yo era un ateo. Por muchos años siempre negué la existencia de Dios pero un día mi amigo de juventud, de discotecas, de tragos, Francisco Rodríguez, me invitó insistentemente a una reunión de la fraternidad y yo le decía que no insistiera, incluso llegué a enojarme y hasta ofenderlo. 28 Yo había estudiado en un colegio de corte religioso en Heredia, donde la disciplina era muy importante y había un hombre encargado de vigilar el cumplimiento de las normas que era sumamente estricto e incluso violento. Por ello generé un rechazo hacia los sacerdotes y pastores y cuando entré a la universidad estudié Sociología y asumí como mío el dicho ese de que “la religión es el opio de los pueblos” y tiene cierta verdad, porque yo hoy valoro la relación con Cristo, no una religión. En mi primera reunión fue interesante porque yo llegué con un absoluto escepticismo, no quería saber nada de iglesias ni de pastores ni sacerdotes y me encontré con un grupo de hombres muy agradables, compartiendo con una gran alegría y no más llegando, me hicieron sentir muy bien, a pesar de que yo venía a la defensiva. Y cuando presentaron la visión de los hombres de negocios y explicaron que no eran una nueva iglesia ni una nueva religión, que no eran dirigidos por pastores ni sacerdotes, me llamó todavía más la atención. Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012 Dijeron que eran hombres comunes y corrientes, hombres de trabajo y eso me gustó mucho, pero lo que más me marcó esa noche fue que un hombre dijo “amigos que vienen por primera vez, les voy a hacer tres preguntas y si alguna de ellas tiene un no por respuesta, usted está en el mejor lugar” y continuó diciendo “pregunta número uno: ¿es usted feliz?” y fue curioso porque él señaló con su dedo y habíamos varios ahí delante pero ese dedo me señaló a mí y yo, con toda la hipocresía del caso moví afirmativamente mi cabeza diciendo “sí yo soy feliz”, ya que no quería que nadie se diera cuenta de que eso era una farsa, era una máscara, porque yo no iba a reconocer ahí delante de la gente que no era feliz; pregunta número dos, dijo: “¿se siente usted realizado con lo que tiene materialmente, económicamente?” y a pesar de que yo trabajaba en un puesto profesional en el ICE y ganaba bien, eso no se traducía en un bienestar para mi familia, sino que vivíamos muy ajustados y con deudas, alquilando casa, y ahí no respondí, me quedé en silencio y agregó, pregunta número tres: “¿tiene usted una vida armoniosa, equilibrada, personalmente, familiarmente, su esposa, sus hijos, sus vecinos, sus compañeros de trabajo, su vida en general?” y yo nada más decía para mí “quítenle el micrófono a este tipo” y repitió: “si alguna de estas tres preguntas tiene un no por respuesta, entonces usted está en el mejor lugar, porque aquí va a encontrar la verdadera felicidad, una prosperidad integral, que te va a sustentar en todo y sobre todo, vas a encontrar un equilibrio en tu vida a nivel personal, familiar, emocional, físico y sobre todo espiritual y por eso lo reto y lo animo a que se de esta oportunidad”. Y han pasado 16 años desde entonces y no me canso de decirle a la gente que ese hombre no me mintió y de verdad funciona; las tres cosas que me ofrecieron como si fueran cláusulas de un negocio, se han cumplido: permanezca aquí y le aseguro que usted va a ser hombre inmensamente feliz y Dios va a ordenar sus finanzas y va a ordenar todos los ámbitos de su vida, y esas tres cosas Dios las cumplió. Desde esa noche me gustó la fraternidad y a la cuarta reunión, me tocó escuchar a un hombre que era ateo como yo y explicó su historia de vida y no sé cómo, al final de la noche, cuando él hizo el llamado para recibir a Jesús, aunque ya lo había escuchado unas tres veces anteriormente, esa noche cerré mis ojos y sí, mi corazón estaba abierto de par en par, comencé a sentir el abrazo más tierno que te podás imaginar y una voz que me decía “porque te amo te perdono” y yo sentía el abrazo, yo sentía que alguien se había venido y me había abrazado pero no sabía de quién era el abrazo, yo solamente lo sentía, cuando abrí los ojos me di cuenta de que no había nadie; yo pensaba que todos estaban viviendo algo similar, pero no, unos estaban viendo para el techo, otros veían el reloj, otros viendo los zapatos esperando a qué hora terminaba la reunión y esa noche fue mi experiencia, mi encuentro personal con Jesús, lo conocí tal como es, vivo y real, no de doctrina, no de conceptos, no de teorías, sino la presencia misma de Dios en mi corazón. Entonces en ese momento y hasta el día de hoy, no ha habido un solo día en que no tenga el deseo de servir a Jesús y de seguirlo a donde Él quiera que vaya. Estuve al lado de hombres maravillosos como Ricardo Gerli, Óscar Bolaños, Roberto Madrigal, Francisco Fallas y otros muy especiales, que me enseñaron muchísimo y que tuvieron la paciencia para ayudarme, formarme; hombres que no les importaba que fuera un muchacho, me llevaron paso a paso a conocer la profundidad de las cosas espirituales y siempre estuve ansioso y anuente a aprender como conviene, algo que no es fácil, porque la corrección nos cuesta. Y con esos ejemplos muy rápidamente ya estaba incorporado en el liderazgo y como a los cuatro meses se habló de abrir un nuevo capítulo que casualmente quedaba cerca de mi casa; en este corto lapso ya Dios había restaurado mi hogar, yo era un hombre nuevo, ya mi esposa estaba de vuelta, Dios había sanado la herida en su corazón. Cuando preguntaron quiénes se apuntaban al nuevo capítulo yo me ofrecí sin saber que ahí iría a permanecer durante los siguientes 16 años hasta la fecha. Al inicio se llamaba El Pavorreal y ahora se llama Alajuela centro y comencé siendo el Fiscal y al año siguiente ya era el Presidente del capítulo. Vinieron unas elecciones nacionales en 1998 y yo era un muchacho con apenas más de un año en la fraternidad y ahí me encontré con hombres de un tremando liderazgo y curtidos de experiencia y me sucedió como Jeremías que le decía a Dios “no no, es que yo soy un chiquillo”, pero Dios lo había escogido y yo siento que igualmente, Dios me escogió esa noche y me nombraron Secretario nacional durante tres años y luego me nombraron Vicepresidente Regional para Alajuela, cuando Francisco Fallas Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra! 29 “Desde que esta organización nació en el corazón de Demos Shakarián, Dios le dijo que el signo distintivo de la fraternidad iba a ser el amor” 30 era el Presidente. Ese trabajo ha sido mi mejor experiencia y fue el fundamento para llegar a la presidencia que hoy ocupo en la fraternidad. Esa experiencia me enseñó a hacer lo que hoy trato de hacer a diario: promover el amor, la unidad y el respeto entre los hombres de negocios. hacer el evento en La Cueva de los Leones y ahí llegaron 600 personas y luego pedimos el Polideportivo Montserrat y fuimos un evento que en las últimas ediciones, que las hacemos en la primera semana de julio, está reuniendo a 4 o 5 mil personas en todo el recinto del Polideportivo. Desde que esta organización nació en el corazón de Demos Shakarián, Dios le dijo que el signo distintivo de la fraternidad iba a ser el amor. Sin embargo en dieciséis años he visto mucho desamor y cómo muchas veces se anteponen los intereses personales y grupales a las causas de Dios. Hoy trabajo por el amor, la unidad y el respeto y daría mi puesto porque todos los hombres que formamos parte de una organización u otra pudiéramos ser uno, como dice Juan 17:21 Señor, que todos sean uno para que el mundo crea. Luego de que tomamos esa gran fuerza comenzaron a llegar las invitaciones a compartir fuera del país, a compartir experiencias y demás. Cuando reiniciamos este renacer de la Fraternidad, hace más de 4 años, iniciamos muy tímidamente con los primeros grupos de jóvenes y de damas, y tres años después ha sido una explosión sobrenatural de Dios, puesto que ya no solo tenemos una Fraternidad de hombres que no pierde su orientación, sino que a su vez sus esposas e hijos están siendo fortalecidos y bendecidos. En ese puesto de Vicepresidente me tocó atender un problema de división que se había sufrido en la zona y la gente se había fragmentado en organizaciones aparte y llegamos con mucho amor y respeto, a ese lugar donde estaba la tierra totalmente desierta y con amor, unidad y respeto empezamos a trabajar con ellos hasta convertir esa zona en un modelo, una zona de la cual todos hablaban bien. Comenzamos con un evento de 100 y 200 personas en el capítulo donde pertenecíamos y fuimos involucrando a toda la zona, ya como Vicepresidente podía invitar a otros para que juntos hiciéramos algunas cosas, partiendo de un núcleo bien unido y a partir de ahí luego pueden venir las multitudes. Comenzamos a trabajar con un pequeño grupo de hombres que se fueron interesando, que fueron creyendo y un evento de 200 personas al año siguiente se había convertido en uno de 400 y en el lugar donde nos reuníamos nos dijeron “bueno ya aquí no se puede” y nos fuimos entonces a El factor de éxito en una organización como esta, es dejar que el Espíritu Santo se mueva con entera libertad, romper moldes y barreras que a veces nosotros mismos nos ponemos, obedecer a las autoridades y cumplir con los compromisos y fomentar el compañerismo como uno de los aspectos fundamentales para desarrollar el trabajo. Y gracias a Dios los medios de comunicación nos han abierto las puertas, porque tenemos programas ahorita en Radio Santa Clara, Radio Bahía, Radio Victoria y el Canal 33, que es un canal de frecuencia nacional, un canal laico, comercial, que nos ha permitido un promedio de 10.000 televidentes diarios, con una expectativa de tener pronto 50.000 personas que nos permitan llegar a sus hogares y eso es lo que le estamos pidiendo a Dios que nos permita para los próximos años, todo esto basados en Efesios 3:20: aquí el que es poderoso para darnos mucho más de lo que pedimos y pensamos, es el Señor. Memoria 35 Aniversario 1977 / 2012 © Club BMFI Costa Rica Todos los derechos reservados Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio, sin autorización de la BMFI. Producción editorial, entrevistas y transcripciones de Habib Succar, BBB Producciones • Tels. 8350-4357 / 2221-8687 Correo-e: [email protected] • www.bbbproducciones.com Somos... ¡La gente más feliz de la Tierra! 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