Los orígenes del poder en Mesoamérica
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Los orígenes del poder en Mesoamérica
~ :¿.~. ENRIQUE FLORESCANO Los orígenes del poder en Mesoamérica Presentación para la Cátedra LatinoamericanaJulio Cortázar,marzo de 2010, Guadalajara,Jalisco. - .. ,c"" .;. .. /"'~ 2 El área cultural que llamamos Mesoamérica se extiende desde la ribera del río Pánuco en el norte de México hasta los estados actuales de Nicaragua y Costa Rica en el sur (Fig.1). Uno de los rasgos distintivos de esta región es la presencia del Estado, la institución que logró integrar un territorio delimitado con una población que compartía tradiciones y una estructura política jerarquizada, a cuya cabeza estaba el gobernante supremo. Desde la aparición de las primeras formas de Estado en la tierra olmeca hacia 1200-900 años antes de la era actual, hasta la caída de México- Tenochtitlan en 1521, la construcción políticas una estables fue obsesión persistente de organizaciones de los pueblos americanos. Una obsesión que se prolongó por más de 3000 años. En esta charla sólo me voy a referir a cuatro momentos de esa dilatada historia. Primero a los reinos olmecas, luego a los reinos mayas, al Estado teotihuacano en tercer lugar, y por último a los estados que surgen en el periodo Posclásico: Chichén Itzá, Tula Tenochtitlan. .;. y México- ~ ~ ~ 3 LOS PRIMEROS REINOS La formación desarrollo del Estado de Mesoamérica, identidad social y cultural. es el proceso el creador de su unidad depositaban irrigado de la multiplicación En el centro de una isla artificial acueductos plazas ceremoniales, prodigiosa de ese San Lorenzo Tenochtitlan El testimonio se y en el poder político de esa región. que comprendía un palacio real, varias hectáreas, cultos de piedra, talleres artesanales y un dispositivo señalado por esculturas, formidable política y de su sus limos en las riberas. Entre 1200 y 900 años antes de la en un poblado importante aparecieron el por ríos caudalosos que año con año era actual, una aldea que hoy llamamos convirtió que impulsa Las ciudades y reinos que entonces nacieron son obra del maíz, un resultado grano en un territorio civilizador religiosos, procesional tronos y estelas que exaltaban el poder real. que acreditó la presencia del gobierno dinástico fue la serie de 10 cabezas colosales encontradas (Fig.2), pues cada una es un retrato monumental en San Lorenzo de los jefes que ejercieron el poder en esa ciudad en distintos momentos de su historia (Fig. 3) . Se trata elocuencia de la de una galería histórica escultura tridimensional que usa la piedra para fijar .;. de y la modo . c~~ 4 imperecedero el rostro del gobernante. Otro testimonio del poder real lo constituyen los grandes tronos con la figura del soberano brotando del interior de cuevas que simbolizaban el inframundo, el lugar donde se acumulaba la energía fertilizadora de la tierra (Fig. 4). La ubicación de estos monumentos en las plazas y ejes del centro urbano sugiere que el gobernante, al posarse en ellos ornado con los atributos del poder, escenificaba los actos públicos que le daban sentido al reino y establecía la necesaria comunicación con los dioses y las fuerzas sobrenaturales. Poco más tarde, en la misma región olmeca se fundó La Venta (Fig. 5), una población donde aparece una demarcación neta entre el espacio urbano y el resto del territorio: la ciudad se separa del campo. El plano de La Venta sigue un eje norte-sur bien marcado (Fig. 6). El área norte es el lugar de los ancestros, el sitio reservado a los fundadores del reino. En este espacio se depositaron ofrendas de piedra serpentina que sumaban toneladas, dedicadas a los dioses de la fertilidad, pues estaban enterradas varios metros abajo de la superficie (Fig. 7). En un manantial llamado El Manatí los arqueólogos descubrieron un ritual dedicado a la fertilidad, representado por una ofrenda de hachas de jade, el mineral privilegiado para significar el agua, la ~ ~ . -_-/' 5 abundancia agrícola y la riqueza. La importancia de este lugar de culto fue señalada por el hallazgo de unos bustos de madera, milagrosamente conservados en el medio húmedo que se formó en este sitio (Fig. 8), que quizá representan a jefes tribales o antepasados. A su lado se encontraron bastones de mando de madera y una colección de preciosas hachas de jade. No lejos de ahí los arqueólogos descubrieron la representación más antigua que conocemos del dios olmeca del maíz (Fig. 9). En esta época el maíz, el agua, la fertilidad y el soberano eran los principales objetos de culto. En una de las plazas de la ciudad sobresale una estela que tiene grabada la figura de un personaje con el bastón de mando en sus manos, rodeado de seres que parecen protegerlo y que algunos autores identifican como ancestros (Fig. 10). Los tronos, las estelas, los monumentos y las esculturas daban cuenta de sus funciones como cabeza del reino, capitán de los ejércitos y gran chamán encargado de la ejecución de los ritos y ceremonias colectivas. Otro medio transmisor de imágenes eran las brillantes hachas o celtas de jade, dedicadas a representar al dios del maíz como a.JCÍs mundi. Más tarde, el lugar del dios ~ . ~. ~,- 6 del maíz será ocupado por el gobernante, quien es presentado también como a.xis mundi y encarnación del numen del maíz (Fig. 12). Una escultura encontrada en la montaña sagrada de Los Tuxtlas muestra a un personaje que tiene por tocado una imagen del dios del maíz. Se le ve aquí en el acto de levantar un árbol cósmico (Fig. 12), en el momento de dar principio y orden al mundo, una de las funciones de la realeza. Otra estatuilla de jade retrata al gobernante sentado con una banda real incrustada de pequeñas hachas de jade que semejan granos de maíz y un tocado donde sobresale el rostro del dios del maíz (Fig. 13). Otra hacha de jade tiene grabada la figura de un personaje que sostiene en su mano izquierda un punzón para el sacrificio de la sangre y su tocado es la efigie del dios del maíz. Estas y muchas otras esculturas muestran que el dios del maíz era el numen privilegiado del panteón y el emblema más valorado por los gobernantes. (Fig. 14). Los logros de estos gobernantes pueden resumirse en el dominio de un territorio bien delimitado, el impulso en gran escala de la agricultura y el comercio, la fundación de un escenario urbano espectacular y el desarrollo de una población numerosa y contrastada. Para alcanzar estas metas se sirvieron de una lengua común y de símbolos compartidos. ~~ ~ .~-/,-, ~ 7 Construyeron las bases territoriales, políticas, sociales e ideológicas que dotaron de unidad a la diversidad. De pronto, la aglomeración urbana puso ante los ojos del alfarero, el pintor, el tejedor o el escultor la rica panoplia de la diversidad social y sus contrastes (Fig. 15). En estas variadas representaciones de la humanidad se advierte la intención de captar la peculiar fisonomía del otro, sea éste mujer, niño, anciano, chamán, contorsionista, bufón, jugador de pelota, guerrero o ancestro venerado (Fig. 16). Es decir, al confrontarse los pobladores de la ciudad entre sí, al vivir día con día la heterogeneidad de sus actividades, los habitantes de La Venta cobraron conciencia de que más allá de esas diferencias compartían una identidad común. La lengua y la comunión con el territorio, el vestido, la comida, los ritos, las ceremonias colectivas, los sacrificios a los dioses, los usos y costumbres, los identificaron con la ciudad, los gobernantes y sus dioses protectores. Así, entre 1000 y 400 años antes de la era actual, varios millares de pobladores vivieron en la región de La Venta la experiencia de compartir identidades originadas en el reino, procreadas por la convivencia política. Veamos ahora ~ -c, ~ ¿" 8 LOS REINOS MAYAS El Estado maya nace impulsado por los mismos resortes que construyeron a los reinos anteriores: edificar un mundo social regido por reglas estables. El rasgo que lo distingue de sus antecesores es que conocemos su historia desde sus orígenes hasta su desaparición, gracias a la escritura jeroglífica. Se trata de una historia narrada en letras por sus propios hacedores y exaltada en tonos altos por la escultura, la pintura, la arquitectura, el rito y los mitos. Las investigaciones recientes mostraron la aparición del Estado en el Preclásico Tardío, entre 400 y 100 años antes de la era actual, en el norte del Petén y en las tierras altas de Guatemala. En Kaminaljuyú se encontraron estelas que muestran la efigie de los gobernantes ejerciendo actos de poder o con los rasgos de seres divinos (Fig. 18). En El Mirador, un reino enclavado en la selva del Petén guatemalteco, los arqueólogos descubrieron pirámides colosales y una organización política desarrollada. Esta temprana aparición de los reinos en la región del Petén fue confirmada por el hallazgo de las más bellas pinturas del Preclásico. En el año 2001 el arqueólogo William Saturno encontró en el sitio de San Bartolo pinturas extraordinarias por su dibujo y la ~ ~ . ~-/~ 9 combinación maestra del color, donde se plasmó la aparición del dios maya del maíz y la imagen del ajaw de esa región (Fig. 19). Según los estudios arqueológicos estas pinturas datan del año 100 antes de la era actual. En escenas deslumbrantes las pinturas nos presentan la figura de cuatro personajes al lado de cuatro árboles, que corresponden a los cuatro postes que sostenían el cosmos, participando con el dios del maíz en el rito primordial de la creación del mundo. Como en el mito teotihuacano de la creación del Quinto Sol, en San Bartolo los dioses propician el nacimiento del cosmos mediante el sacrificio de su propia sangre, que derraman de su pene. En otra pared, las imágenes describen la historia prodigiosa del dios del maíz y la coronación del ajaw que hace 2000 años regía los destinos de ese reino asentado en la selva. Así, gracias al desarrollo extraordinario de la agricultura, el manejo del agua, el trabajo y los tributos proporcionados por los campesinos, estos poblados se transformaron en organismos estables y poderosos. El acontecimiento político que marca la época Clásica, el periodo que va de los años 250 a 900 de la era actual, es la multiplicación de dinastías ~ " ~ ~_/"~ 10 hereditarias, la fundación de un poder que transmite el más alto cargo político del reino por medio de la herencia. La piedra angular sobre la que descansaron estos reinos fue el ajaw, el gobernante supremo, cuyo poder provenía del ancestro fundador y de la protección de los dioses. Protección divina, linaje, antigüedad y fuerza militar fueron los valores que las monarquías mayas desplegaron como fuente de legitimidad. Gracias al apego a esos valores conocemos los orígenes remotos de los reinos y la biografía sus gobernantes. (Fig. 21) La alianza entre el poder y la escritura que nació entonces la advertimos en los textos que registran el nombre del fundador del reino. Los creadores de estas dinastías recibieron el título de ajaw en el momento de su entronización, un vocablo que quería decir señor, rey. Más tarde, a partir del año 400, los reyes mayas cambiaron ese título por el de k'uhul ajaw, rey divino, un tratamiento que acentuaba su parentesco con los dioses. La expresión visible de la presencia del Estado era la capital, la ciudad cuya arquitectura describía en forma plástica y narrativa la fundación del reino, sus dioses protectores, el palacio real, el juego de pelota, sus plazas y barrios (Fig. 22). Las indagaciones de los arqueólogos descubrieron los emblemas que designaban a más de 50 ciudades y ~ ~ -"'~ 11 reinos mayas. Tikal, Calakmul, Copán, Quiriguá, Yaxchilán, Palenque, Bonampak y muchas otras capitales acumularon en sus recintos los prestigios del poder, el culto a los dioses, la posesión de los calendarios, la escritura, las artes y los saberes más estimados (Fig. 23). La estela, acontecimientos al dar testimonio en fechas precisas merecedores de recordarse, se convirtió de los en testigo privilegiado de la vida pública y en el transmisor de la memoria política. Los mayas acostumbraron levantar estelas cada vez que se terminaba un ciclo calendárico, cuando ascendía al poder un gobernante o tenía lugar un hecho que afectaba la vida del reino (Fig. 24). Así, de manera compulsiva, los gobernantes inscribieron en esas columnas de piedra las fechas de su nacimiento, entronización y muerte, el nombre de sus mujeres e hijos, la agenda de las batallas y conquistas emprendidas, las obras realizadas y su propio retrato en el momento de ejecutar los sacrificios a los dioses, fertilizar la tierra, celebrar a los antepasados o dirigir los destinos del reino. El resultado de esa compulsión se tradujo en una dilatada colección de retratos reales, una galería política de los diversos reinos que produjo el archivo visual más extenso y minucioso de que disponemos para reconstruir esa época (Fig. 25). ~ ~ Jf"' - 12 El cometido de las estelas sembradas en las plazas era exaltar las virtudes del gobernante. Una de las escenas más representadas es la del ajaw en el momento cumbre de su vida, cuando asume el mando del reino y recibe las insignias que denotaban su alta investidura: la banda o diadema real, el cetro o el bastón de mando. Numerosas estelas retratan al soberano en su papel de defensor del reino, capitán de la guerra y conquistador prisioneros de enemigos poderosos, a quienes exhibe como sus (Fig. 26). Otras estelas presentaban al gobernante en comunión con los dioses y mostraban la protección que le brindaban los ancestros fundadores de la dinastía. Mediante estas representaciones la cabeza del reino refrendaba su devoción a los dioses creadores y legitimaba ante su pueblo su papel de conservador de la armonía terrena e intermediario entre los seres humanos y el mundo sobrenatural (Fig. 27). Veamos ahora las características que distinguen al Estado de TEOTIHUACAN Durante largos años la imagen que se tuvo de Teotihuacan fue la de una meca religiosa gobernada por un grupo sacerdotal que había edificado ~ " , .. - ~ ~,- . . . - ~ ~FC'~ 13 una teocracia. Sin embargo, desde 1980 la imagen de la metrópoli envuelta en halos religiosos experimentó un cambio radical, los nuevos estudios sacaron a la luz la presencia de un Estado poderoso, el más influyente en la historia política de Mesoamérica en la época Clásica (Fig. 18). El rasgo definitorio de ese Estado es su capacidad para dominar los múltiples resortes del poder, desde el mando político, económico, militar y religioso, hasta los más nimios detalles de la organización social. La acuciosa investigación que concluyó en e 1 primer plano confiable de Teotihuacan dio a conocer la existencia de más de 75 templos en el área central. Pero la sorpresa mayor de los arqueólogos fue el hallazgo de numerosos conjuntos departamentales. Desde los inicios de la ciudad la mayoría de la población campesina fue forzada o persuadida a vivir dentro del perímetro urbano de la ciudad. Se estima que en su época de esplendor Tollan, el nombre antiguo de Teotihuacan, tenía cientos de conjuntos de departamentos y más de 100,000 habitantes. La construcción de grandes departamentos multifamiliares caminó paralela a la conversión de la ciudad en un centro manufacturero. Al final del auge teotihuacano había más de 2000 talleres artesanales en la metrópoli. Lo mismo ocurrió con la manufactura de cerámica suntuaria y ... ~~"~;;~ ~ - - ~4~' 14 con la producción el primer fabricante adquirió ingenio masivo el prestigio artesanos Gracias de utensilios fueron escritura, de estos objetos de centro reconocidos a esta producción humano de uso cotidiano, fueron productor como ejemplo masiva exquisitas del artífice El origen de la se atribuyó a los fue considerada la cuna de las artes y las ciencias y esa fama pervivió entre Al tamaño manufacturas agregarse la Teotihuacan en la mayor potencia Los estudios arqueológicos Estado complejo, probablemente (Fig. 30). de su trazo urbano debe historia por el Teotihuacan y culturales larga creadas toltecas. políticos su y sus por excelencia. tolteca. y otras ciencias urbe ingeniosos sus herederos Durante de obras con el apellido la herbolaria de Tollan (Fig. 29). La gran casi todas las obras bautizadas la astronomía, que hicieron y al volumen dimensión de su producción militar bélica y conquistadora e iconográfico s revelaron que descansaba en un extenso que en una organización sistema tributario de convirtió a de su tiempo. la presencia militar de un poderosa y (Fig. 31). La dilatada dimensión del aparato militar salió a la luz por tres vías distintas. Las excavaciones arqueológicas descubrieron palacios y conjuntos habitacionales en cuyas paredes aparecían pintados personajes vestidos ~ .., ~ . ~ 15 con las pieles, la máscara coyote, animales afiliados depredadores a órdenes caballeros militares, (Fig. 32). Es el antecedente decir, el águila o el eran individuos de los caballeros águilas o tigres de los aztecas. En los edificios de Tetitla, Zacuala y Techinantitla, el dios emblemático militares, confirmaron escenas de la guerra de descubrimiento consagración y exhiben (Fig. de Atetelco, sacrificio seguida ritual. de de recientes de numerosos de este por personajes Estas imágenes el (Fig. 34). bélico de esta metrópoli Templo de Tlálocs, en la ciudad y mostraron del talante más Teopancalco, una procesión 33), que dominaba los militares del llamado Las excavaciones la presencia guerra el ethos guerrero Otra expresión en los palacios las pinturas alto lugar que ocupaban el o los rasgos agresivos del jaguar, 200 prisioneros de la Serpiente en la Pirámide individuos dedicación ritual monumento, procedentes de la cuenca del río Motagua, salió a la luz por inmolados Emplumada de la Luna revelaron sacrificados junto con en (Fig. 35). asimismo con motivo ofrendas en Guatemala. . ~ la de la de jade ~' ~ ~. 16 La prueba irrefutable de la índole guerrera y conquistadora de Teotihuacan la aportó el desciframiento de la escritura maya. En las estelas de Tikal, Quiriguá o Copán, ubicadas en lo que hoy son los estados de Guatemala y Honduras, los mayistas registraron la entrada de poderosos guerreros teotihuacanos que derrotaron al ajaw de Tikal e instauraron dinastías toltecas en esa ciudad, en Copán y en otras capitales (Fig. 36). Junto con las armas de Teotihuacan se asentaron en el área maya los estilos arquitectónicos, los dioses, el concepto de realeza y la ideología bélica y conquistadora de la metrópoli del Altiplano Central. Desde el año 378, fecha de la entrada de los ejércitos teotihuacanos en el área maya, hasta el final de la época Clásica, Teotihuacan fue el modelo político, religioso y cultural que todos los reinos anhelaron imitar. Para los pueblos de Mesoamérica Teotihuacan fue el sitio donde nació el Quinto Sol, la era actual, el lugar donde se originó la realeza y donde los jefes de los reinos lejanos recibían las insignias del poder. Tenía el rango indisputado de centro dispensador de la legitimidad política. El basamento de esta homogeneidad cultural fue la lengua náhuatl que ahora sabemos fue el habla de los toltecas y la lingua franca de Mesoamérica en ese tiempo (Fig. 37). ~ .- - & ~ - 17 Pasemos ahora a considerar LOS REINOS DEL POSCLÁSICO Entre los años 750 y 900 sobrevino una catástrofe. antiguos reinos Sobrepoblación, hambrunas explicar cayeron degradación y epidemias esa catástrofe destruidos o Uno tras otro los fueron abandonados. y erosión del suelo cultivable, son algunas sequías, de las causas aducidas para (Fig. 38). Pero entre las causas humanas que provocaron esa debacle los expertos del mundo maya señalan que el crecimiento desmesurado tributaria poder de los grupos nobles multiplicaron la carga que pesaba sobre los campesinos y cuyas disputas rompieron el equilibrio requerimientos de los pobladores. Sin cien embargo, Mesoamérica. años entre más los recursos tarde el disponibles Estado por el y los resurgió en Pero se trata de un Estado marcado por nuevos rasgos étnicos, militares y políticos. El colapso de los antiguos reinos destruyó el poder y el prestigio de la realeza hereditaria cambiantes, y abrió el paso a procesos a migraciones de pueblos y bandas militares que invadieron diversas regiones de Mesoamérica. Uno de estos grupos se asentó en la ~ . ./"~ 18 tierra maya, se mezcló con la población nativa y fundó Chichén 1tzá (Fig. 39). Otro, formado por descendientes Colhuacan y con otomíes de Otumba de Teotihuacan y fundaron se unió Tula, en el actual estado de Hidalgo (Fig. 40). Ambas eran ciudades multiétnicas, por individuos que hablaban distintas con pobladas lenguas. Ambas construyeron estados gobernados por capitanes de la guerra asociados con la antigua nobleza nativa. monumentos dos edificaron capitales grandiosas, cuyos celebraban la guerra, el sacrificio de cautivos, la conquista y la imposición sacrificios Las de tributos humanos a los pueblos derrotados. Guerra, cautivos y formaron una triada inseparable en el escenario urbano de Chichén Itzá y Tula (Fig. 41). La iconografía del poder que domina en Chichén Itzá está centrada en la Serpiente Teotihuacan Emplumada, emblema originario de (Fig. 42). Los capitanes de la guerra y el gobernante de Chichén Itzá se identifican Quetzalcóatl, un por la imagen de la Serpiente Emplumada, que es el emblema estampado en los principales monumentos de esa ciudad y en Tula (Fig. 43). La presencia ubicua de este emblema es un indicador del cambio político ocurrido ajaw ha sido sustituida en esas capitales. La figura del por el emblema de la Serpiente Emplumada ~" ~ que - ' 19 representa a los guerreros que dirigen el reino. En Chichén Itzá y en Tula el mando supremo está en manos del comandante general de los ejércitos apoyado por un consejo de notables. Chichén I tzá y Tula desaparecieron hacia el año 1100 y su caída provocó otra gran diáspora de pueblos y un tiempo asolado por la guerra. A estos años de zozobra siguió la migración irrefrenable de grupos cazadores y recolectores norteño s que invadieron el centro y el sur de Mesoamérica. Con esos pueblos peregrinos llegó al Valle de México un grupo que se llamó a sí mismo mexica. Los relatos que describen el periplo que va de la salida del legendario Aztlán a la fundación de México-Tenochtitlan forman una historia mitificada que encomia el ascenso portentoso del pueblo mexica. En los 274 años que dura este periplo los mexica experimentaron una transformación social, política y cultural profunda. Inician su recorrido como cazadores chichimecas y lo culminan como pueblo civilizado, según el modelo establecido por los antiguos teotihuacanos (Fig. 44). En ese largo transcurso aprendieron el náhuatl, cambiaron los atavíos agrestes por ropas de algodón y adoptaron la organización política y las instituciones toltecas. ~ ~ ~ - ~'" . 20 Su entrada en la región de los lagos los vinculó con el escenario político más dinámico y competitivo de ese tiempo, una experiencia que absorbieron con avidez (Fig. 45). Colhuacán ascendencia teotihuacana, el antiguo poblado de fue la escuela donde bebieron el legado civilizatorio de los toltecas. Ahí conocieron las instituciones políticas y religiosas, las bibliotecas, los colegios, las ciencias y las artes donde se había condensado la antigua sabiduría tolteca. Siguiendo el antiguo patrón mesoamericano, una de sus primeras estrategias fue casar con las mujeres de ascendencia tolteca y establecer alianzas políticas y militares con los gobernantes de la región de los lagos. Su principal aliado y protector fue el reino tepaneca, al que sirvieron como brazo armado en sus conquistas. En 1325 fundaron México-Tenochtitlan, entonces un poblado pequeño y sin renombre (Fig. 46). En 1428 se aliaron con los reinos de Texcoco y Tlacopan y derrotaron a los tepanecas de Azcapotzalco. Bajo elliderazgo de Itzcóatl (Fig. 47) se fundó la llamada Triple Alianza, la organización que en breve tiempo modificó el mapa político de Mesoamérica. La Triple Alianza respetó el gobierno y las jurisdicciones ,- territoriales de los antiguos ~ ~ ~~¿: - 21 reinos, pero compactó su fuerza militar en una empresa dirigida a la conquista de territorios y tributos. Otra estrategia para consolidar el poder de la Triple Alianza combinó la expansión territorial con la sustentabilidad económica. La ruta de las conquistas (Fig. 48) dibuja una expansión guiada por la adquisición de diversos pisos ecológicos, productos agrícolas, materias primas, mercados y rutas de comercio. Esta estrategia económica fue la dínamo que hizo de la Triple Alianza, en menos de 100 años, el estado más extenso y poderoso de su tiempo (Fig. 49). Las conquistas territoriales y la extracción del tributo impulsaron el establecimiento de una administración imperial, que se superpuso a la organización política gobernada por los tlatoque de los distintos reinos. El ímpetu conquistador y expansionista que cobró fuerza entonces se inspiró en la concepción mesiánica de la creación del Quinto Sol, según la cual el pueblo mexica había sido elegido para mantener la energía vital del sol. De acuerdo con esta concepción, la guerra de conquista, además de los bienes tangibles que proporcionaba, era el proveedor de cientos de prisioneros que se sacrificaban anualmente en el templo consagrado a Huitzilopochtli el dios tutelar de México-Tenochtitlan (Fig. 50). ~ ~ - r--- ~-",,/ - -"" ~ . -~ - c ';' 22 La base ancestral, ciudad que la unidad riguroso edificio territorial del número que debían manejaban personas, estos colectivas, En la sociedad el prestigio repartida censos mexica las rutas militar, tuvo mayor y la experiencia directores de las campañas un las más tlatoani, que en náhuatl de la llevaba un y de la periodicidad agrícola, de las y los funcionarios control decisivo el trabajo, altas supremo que conducían sobre las las fiestas y al ascenso social y y el sacerdocio. peso. L a rigurosa que adquirieron de conquista, autoridades convirtieron más eficiente provenían De las selección como defensores de sus del reino y al ejército del Estado en la (Fig. 51). de esta institución. El quiere decir el que habla, era la cabeza del reino del ejército (Fig. 52). Los mexica construyeron sus instituciones la experiencia rumbos Cada calpolli el comercio y administrativa Por ello y el comandante ejercían el calpolli el ocio y la vida toda de los pobladores. militar política siendo en los cuatro de la población. la producción miembros maquinaria continuó De modo que el tlatoani eran la carrera el oficio político de sus miembros cumplir. la propiedad, ceremonias tres, del donde residía la mayoría registro tareas social del pasado. Como ~.~~~;;;~"' sus políticas antecesores apoyándose olmecas, ~ mayas en y . ~ ~, ~ -: -,- , i 23 teotihuacanos, asentaron el Estado en cuatro pilares: en el poder político, económico, militar e ideológico, y concentraron esas fuerzas en la cabeza del gobierno (Fig. 53). Pero conscientes de las catástrofes que en el pasado dieron al traste con la institución de la realeza, limitaron el poder absoluto del tlatoani mediante la creación de un Consejo Supremo que lo elegía y tenía a su cargo vigilar el funcionamiento del aparato administrativo (Fig. 54). Siguiendo el ejemplo de los constructores de La Venta, Tikal, Copán o Teotihuacan, los gobernantes mexicas se empeñaron en hacer de su capital el ombligo del mundo (Fig. 55). El reino, como la capital, se representaba en la forma de un axis mundi, como la suma de las fuerzas vitales del cosmos. La ciudad estaba asentada en el centro de la superficie terrestre, en la isla de Tenochtitlan, que a su vez estaba conectada con los cuatro rumbos cardinales y articulada con los tres niveles del cosmos (Fig. 56). En la época de su esplendor, en las bibliotecas, palacios y templos de Tenochtitlan se acumularon las múltiples tradiciones culturales que nacieron en las distintas regiones de Mesoamérica, así como los anales, crónicas y códices que narraban su pasado. Sin embargo, entre todos ~ ~ , - - ,-- - -'::¡ 24 esos legados los mexicas adoptaron la tradición política que provenía de Teotihuacan para construir su ideal de Estado y vida civilizada, y de este modo prolongaron y le dieron nuevo aliento a la prestigiosa herencia tolteca (Fig. 57). Apoyado en esa herencia, el pueblo mexica creó un nuevo Estado e hizo florecer otra rama del frondoso árbol político mesoamericano. Sus talentos y creaciones fueron bien resumidos en las palabras con las que Jacques Soustelle cierra su libro sobre los antiguos meXIcanos: De tarde en tarde, en lo infinito del tiempo y en medio de la enorme indiferencia del mundo, algunos hombres reunidos en sociedad dan origen a algo que los sobrepasa: a una civilización. Son los creadores de culturas. Y los indios del Anáhuac, al pie de sus volcanes, a orillas de sus lagunas, pueden ser contados entre esos hombres. Versión del 23 de marzo de 2010. ~ ~