LESIONES INTERPERSONALES - Instituto Nacional de Medicina
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LESIONES INTERPERSONALES - Instituto Nacional de Medicina
Padre e hijo regresando a casa. Madera, arcilla, arena, lámina de hierro, tela y resina, 2001. LESIONES INTERPERSONALES Personal Injures By María Isabel Soriano Statistic CRNV During 2002 the National Institute of Legal Medicine and Forensic science recorded 107.387 injured people in cases of common violence, so the death rate was 4% lower than the year before, with 65% men, this means 324 men and 169 women for every 100.000 inhabitants, the average ages were 32 and 30 years for men and women, respectively. The most affected people were those between 18 and 24 years. 63% of the cases were committed with solid weapons (hammers and stones), and the main cause was street fight with a frequency of 75%, in 68 % of the cases the aggressor was known and the place were most aggressions were committed were the streets (57%) The quantity of violent events and its economical and social cost request more study in order to prevent and control them, as well as this, the principal aim of this studies is to bring the attention of the government about the violent problem in Colombia, and then creating new ways of participation and opinion trying to make the life of the Colombians better. Resumen Durante el año 2002, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Cien- cias Forenses valoró a 107.387 personas lesionadas en eventos de violencia común presentándose respecto del año anterior una disminución del 4% en esta forma de morbilidad. A nivel nacional, la participación de los hombres fue del 65%, con tasas de 324 para el sexo masculino y 169 para el sexo femenino, por cada 100.000 habitantes. La edad promedio fue de 32 y 30 años para hombres y mujeres respectivamente, siendo el grupo de edad más vulnerable el de 18-24 años. El 63% de los lesionados fue agredido con arma contundente. La riña fue el móvil que se presentó con mayor frecuencia 75%; en el 68% de los casos se conoció al agresor, y el lugar donde más se presentaron estos casos fue la vía pública con un 57%. A propósito de la cantidad de lesionados en eventos violentos, y a los costos de toda índole que estos conllevan, se hace necesario prestar mayor atención a la prevención y control de éstos, con el fin de crear espacios de participación y organización ciudadana para mejorar la calidad de vida de los habitantes. MARTA ISABEL SORIANO BERNAL Estadística CRNV COLABORADOR JUAN IGNACIO CARDONA GIRALDO Filósofo CRNV Introducción Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Las lesiones Interpersonales por violencia común se refieren a todo evento 50 que genere lesiones a personas que pueden conocerse o no, y que ocurren, generalmente, fuera del hogar. En este articulo se presentan cifras sobre los casos de violencia común que fueron denunciados ante una autoridad y, por consiguiente, valorados por el Instituto nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, es decir, no representan la totalidad de los eventos violentos ocurridos durante el año 2002 en el territorio colombiano. En razón de la alta participación de los eventos de violencia común, respecto al total de dictámenes realizados por lesiones personales en Colombia durante el 2002, y a los costos generados al servicio de salud por los cuidados proporcionados a estos casos, se consideEl 29% de los dictámenes realizados ra prioritaria la atención que se le debe prestar a dicha por lesiones problemática. Esta, por su parte, debe ser analizada en personales doble vía: la primera, porque una buena parte de las corresponden a violencia común. personas heridas este año tiene una probabilidad mayor de hacer parte de los casos de muertes violentas en los siguientes periodos. Lo contrario ocurre en la segunda vía, donde muy seguramente muchos de los lesionados, debido a las heridas recibidas, no formaron parte del grupo de los muertos en forma violenta y, por consiguiente, no incrementaron los indicadores relacionados con muertes por homicidio. De acuerdo con las variables con que cuenta el Instituto sobre actos de violencia común a nivel nacional, y al análisis y comportamiento de cada una de ellas, se observó una alta participación de jóvenes en estos eventos, sobre todo en las grandes ciudades puesto que el 72% de los datos, correspondieron a capitales de departamento. Otra variable importante que se destacó fue el móvil, siendo las riñas aquellas que alcanzaron una mayor frecuencia. Teniendo en cuenta estas tendencias, se tomó la decisión de dedicar el espacio de este artículo, destinado para el referente conceptual, al recuento de uno de los planes adelantados por la Alcaldía Mayor de Bogotá, para la reinserción de jóvenes pandilleros. Marco conceptual Dentro de las acciones tomadas para disminuir la violencia común, es de resaltar el proceso de desmovilización y desarme de pandillas adelantado en la localidad de Ciudad Bolívar, de Bogotá. Este programa fue realizado por la Unidad Coordinadora de Prevención Integral de la Alcaldía Mayor de Bogotá, en el año de 1996; e involucró a 23 personas la mayoría de ellos jóvenes, de una misma pandilla, que voluntariamente renunciaron al porte y uso de objetos bélicos, el cual culminó con la elaboración y firma de un acta de compromiso de desarme. El primer paso, consistió en formular una hipótesis que guiara el análisis. Una vez establecida esta hipótesis, se enriqueció con reflexiones suscitadas en prolongadas conversaciones con Ignacio Bustos, líder de la pandilla denominada Los especiales, y alma del proceso de desarme1. Posteriormente, esta mirada se iluminó con las opiniones de expertos en filosofía y ética, psicología, sociología y política. Finalmente, el análisis de todo este material condujo a una caracterización del proceso y a la formulación de conclusiones y recomendaciones, para hacer de esta experiencia un posible modelo que pueda compartirse y enriquecerse en muchos otros procesos de paz2. Como hipótesis explicativa, se propuso: el sentido de todo el proceso consiste en la construcción de una ética colectiva, ética que les ha permitido a los pandilleros re-crear una vida con sentido compartido, y reordenar todas las dimensiones de su vida. Esto ha sido posible porque la motivación no proviene de un discurso extenso, sino de una experiencia tejida desde adentro. Después del análisis y aportes obtenidos de las conversaciones con los expertos, se confirma que la hipótesis trata de la construcción de una ética colectiva3. Podría decirse que este proceso finalmente pretende conducir al desarme, y que se trata de una socialización tardía. Representa el pase de entrada a una sociedad a la que nunca antes habían pertenecido estas personas, porque nunca se les había dado la bienvenida. Posiblemente, esta dinámica de abandono de las armas, y todo lo que ellas conllevan (protección, prestigio, poder, dinero), es la expresión de la aceptación de un reto: andar por la vida (en esta sociedad) con otro tipo de instrumentos diferentes a los fierros. Esta sería la ética que surge, a modo de pacto, como una posible actitud frente al riesgo que se corre en semejantes compañías y que, en últimas, consiste en atreverse a seguir su lucha por alcanzar lo que quieren, con los mismos instrumentos que los convencieron a ellos de fundir sus armas: la palabra, la confianza en el otro, y la esperanza de que la sociedad agresiva no les cobrará tanta valentía arrebatándoles la vida4. Las reflexiones finales que se encuentran en este informe, apuntan a señalar las siguientes prioridades: el requerimiento de dosis inmensas de apertura y creatividad para llegar a estos muchachos en conflicto, siendo nuestras pesadas instituciones inadecuadas para ello. Dada la 1 2 3 4 Unidad Coordinadora de Prevención Integral, Reparando el tejido social. Por qué se desarma un pandillero, Alcaldía Mayor de Bogotá., Impresión Creamos alternativas, Bogotá, abril de 2001, p. 11. Ibid., p.11. Ibid., p.34 y 96. Ibid., p.96. problema de un modo distinto, tratando de hacer justicia a ambas partes; es decir, considerando la relación entre al actor y el sujeto igualmente determinadas. Pero, ¿cuáles son esas determinantes que prometen tantas cosas? Antes que nada, se debe decir que tienen un lugar común, aquel que la crítica de Ten a la institución del castigo plantea y que nos permite retomar la propuesta de Martha Nusbaum: la idea de unas condiciones determinantes tanto del actor como del sujeto. Supuesto con el cual puede coincidir Rorty, ya que desde su propuesta, el denominado criminal puede verse como un ser humano desposeído, fronterizo a nuestras prácticas de seguridad (entendiendo por esta última las condiciones de una vida lo suficientemente libre para convertir en no esenciales para la propia estima las diferencias con otros), y a nuestra 16 simpatía . La idea de unas condiciones iniciales hace referencia a determinaciones como el empleo, la seguridad, la integridad corporal, la nutrición básica, el cuidado de la salud y la educación, entre otras instancias que, en las sociedades occidentales, se proponen como indicadores de la seguridad MUJER Y BESTIAS RODEADAS POR LA MAREA ROJA. ÓLEO / TELA, 2000. gran dificultad para una acción directa, el énfasis institucional debe colocarse en crear condiciones de entorno, tales como capacitación, bolsas de empleo (insistiendo los mismos jóvenes en la necesidad de aprender a trabajar, en la importancia de aprender a ganarse la vida honradamente, mediante el trabajo, porque es el trabajo aquello que les permitirá adquirir nuevos hábitos, nuevas responsabilidades), y seguridad social. Y para llevar a cabo este proyecto, las instituciones pueden trabajar con jóvenes surgidos del mismo medio, capaces de servir de puente entre los parches y las instituciones5. Para ello, es necesario desarrollar una serie de acciones y programas que ya están claramente identificados (capacitación con becas, pasantías en empresas, generación de unidades productivas en sectores afines a sus gustos artísticos y ecológicos, etc...). Todo esto requiere recursos, pero, expresándolo en los mismos crudos términos económicos, las inversiones requeridas para ofrecer alternativas ocupacionales a estos jóvenes, con seguridad valen menos que el costo en el cual incurre la sociedad por cuenta de la violencia en la cual estaban ellos involucrados y a la que pueden regresar6. De esta forma, posiblemente se disminuirá la frecuencia de este tipo de violencia, a partir de programas que proporcionen a sus actores algunas herramientas para la solución alternativa de conflictos, es decir, para que así se desvirtúe la violencia como única alternativa a seguir. Distribución según edad y sexo Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Cuadro 1. Lesiones interpersonales según edad y sexo. Colombia, 2002 D el total de 107.387 lesionados por violencia común, el 65% correspondió al sexo masculino, es decir, de cada 3 víctimas 1 fue mujer. A nivel nacional, la tasa de participación del sexo masculino y femenino fue de 324 y 169 respectivamente, con rangos que oscilan entre 17-616 para los hombres y 14-307 para las mujeres encontrándose para todos los grupos de edad del sexo masculino, tasas superiores a las del sexo femenino. 5 6 52 Ibid., p.98. Ibid., p.96. La edad promedio de las víctimas fue de 32 años para los hombres y de 30 años para las mujeres. Los grupos de edad de 18-24, 25-34 y 35-44 del sexo masculino, muestran las mayores tasas por cada 100.000 habitantes, siendo de 616, 538 y 521; y los grupos de edad femeninos más afectados fueron de 18-24, 25-34, 15-17 y 35-44 con 307, 275, 266 y 247 lesionados. De esta manera, pues, se pierden 141.460 años de vida saludable, es decir, por cada 100.000 habitantes se pierden 245 AVISA. El 82% de los lesionados en hechos de violencia común en el país durante el 2002, corresponden al grupo de personas económicamente activas, es decir, 58.049 hombres y 29.911 mujeres. Quienes muy seguramente tendrán que afrontar problemas de índole económico, social y familiar durante el tiempo de recuperación o incapacidad, al cual se verán sometidos después de haber estado involucrados en este tipo de hechos violentos. Distribución temporal Cuadro 2. Lesiones interpersonales según mes. Colombia, 2001 y 2002 En promedio, mensualmente se realizaron 8.949 valoraciones por este tipo de violencia, siendo los meses de mayor frecuencia diciembre, 9.768, julio con 9.353 y septiembre con 9.340. Marzo fue el de menor frecuencia con 8.157. Del mismo modo, el mayor número de víctimas se concentró durante el segundo semestre 55.201, lo que representa una diferencia de 3.015 lesionados respecto al primer semestre de 2002. Durante el primer semestre se realizó el 49% de las valoraciones médico-legales por violencia común y, en el segundo semestre, el 51%. de las garantías de aquellos derechos y libertades fundamentales de todo ser humano, instancias obligadas para toda representación de una calidad de vida. En otras palabras, representan los mínimos parámetros en los que tradicionalmente se valora, juzga y castiga, todo atentado contra la dignidad humana y en relación con los cuales, se establecen las prioridades de toda política que se describa a sí misma a favor de la dignidad humana. Entendiendo por dignidad humana, la valía del hombre como tal, aquello que nos diferencia de otro ser vivo y que nos iguala entre sí, es decir, nuestras libertades y oportunidades, nuestras capacidades. Esta hipótesis necesariamente presupone como garante de tal igualdad el respeto por la misma, lo que sólo se da en la medida en que se promueva la capacidad que todo individuo tiene, de organizar su vida de acuerdo con su visión personal de qué es lo más profundo 17 y lo más importante para sí , sea criminal o no; porque aunque no practique esto último de la misma manera que nosotros, no por ello podemos decir que el homicidio pueda representarle a aquel que lo ejecuta una forma de hacer culto a la vida, o una afirmación de su propia libertad, al disponer de la corporeidad del otro. Como dice Nussbaum, el enfoque de las capacidades es un planteamiento que no se centra en la satisfacción de las preferencias o en la mera cuantificación de los recursos, ya que presume que las primeras (las capacidades), más allá de satisfacerse con el cálculo de una distribución promedio de la riqueza de una país o con la predeterminación del bienestar de un pueblo a partir de su proximidad a un paradigma de ciudadanía o humanidad, presupone que tanto los recursos como las preferencias no son algo exógeno, es decir, que dependen de las posibilidades de Al comparar los datos mensuales de los años 2001 y 2002, se encontraron disminuciones en 9 meses del año, siendo los más notorios marzo (1.262 casos = 13%), mayo (1062 casos = 10%) y junio (844 casos = 9%), e incrementos que oscilan entre el 2% y 6% en enero, septiembre y febrero. En el ámbito nacional, se observa una disminución del 4% en los lesionados de 2002 respecto del año inmediatamente anterior, representados en 4.722 dictámenes menos. Lo cual suscita dos posibles hipótesis. Puede ser que, debido a la ineficacia del Estado en lo que atañe a soluciones prácticas para estos problemas, se haya reducido el número de usuarios de estos servicios (ya sea porque no los conocen, o por la deficiencia en la calidad de semejantes servicios); o, por otro lado, que realmente los planes de convivencia y seguridad, adelantados por el gobierno nacional y los gobiernos locales, sí han tenido algún impacto en este fenómeno. Distribución según mecanismo causal Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML Y CF Figura 1. Lesiones interpersonales por sexo según arma. Colombia, 2002 54 En Colombia, 68.001 personas fueron lesionadas con arma contunden- te, 15.690 con arma cortocontundente, 12.962 con arma cortopunzante, 6.318 con arma de fuego, 1.266 con armas desconocidas, quemaduras y químicos, y 3.150 casos correspondieron a otras armas. De cada 20 hombres lesionados, 12 lo fueron con arma contundente, 3 con arma cortocontundente, 3 con arma cortopunzante y 2 con otra arma; y de cada 20 mujeres, 14 fueron heridas con arma contundente, 3 con arma cortocontundente, 2 con arma cortopunzante, y 1 con otro tipo de arma. Nótese que, aunque estadísticamente las mujeres participan con menor frecuencia en este tipo de eventos; el sexo no tiene incidencia alguna en el tipo de armas utilizadas en dichas confrontaciones. Ya que la mayoría de estas armas parecen ser improvisadas, es decir, que se vuelven armas no solamente por su predisposición formal, sino por su inmediatez. Del total de víctimas valoradas por lesiones interpersonales en el país, un 72% pertenecían a capitales de departamento. Obedeciendo posiblemente al fenómeno de las multitudes, imperante en almacenes, calles, buses, o en sitios de diversión, las cuales hacen aún más amplias las oportunidades de enfrentamiento. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML Y CF Cuadro 3. Lesiones interpersonales en capitales según arma. Colombia, 2002 55 Distribución según móvil 7 Figura 2. Lesiones interpersonales por sexo según móvil. Colombia, 2002 Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML Y CF Se pudo establecer el móvil para violencia común en el 88% de los casos 66.554. De éstos, 50.290 correspondieron a riñas; 5.770 a atracos; 4.132 a otros móviles; 3.117 a intervenciones legales; 2.603 a venganzas; 514 a enfrentamientos entre fuerzas armadas y 128 a intolerancia social. La participación del sexo masculino en las riñas fue de 72%, y del sexo femenino de 82%; en atracos, del 10% para los hombres y el 6% para las mujeres. Lo que replicaría el supuesto ampliamente difundido que hace de la violencia una cuestión de sexo. 7 56 Para Bogotá no se cuenta con datos discriminados según móvil. Y Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML Tres cuartas partes de los lesionados a nivel nacional tuvieron como móvil la riña. CF Cuadro 4. Lesiones interpersonales según móvil por departamento. Colombia, 2002 57 Distribución según agresor Figura 3. Lesiones interpersonales según agresor. Colombia, 2002 Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Cuadro 5. Lesiones interpersonales según agresor por departamento. Colombia, 2002 El total de agresores conocidos involucrados en violencia interpersonal fue de 72.890, desconocidos 29.002 y fuerza pública 5.495. 58 Distribución según lugar del hecho 8 Se conoció el escenario del hecho en el 97% de los eventos, 73.286. En orden descendente, los hechos de violencia interpersonal se llevaron a cabo en: vías públicas 41.357, residencias 15.417, tabernasbares 4.683, lugares de trabajo 3386, sitios de diversión 3.236, y, otros lugares, 5.207. Figura 4. Lesiones interpersonales según lugar del hecho. Colombia, 2002 MADRE E HIJO CONTEMPLADO UNA MAÑANA PERFECTA. ser utilizados y del conocimiento de una situación particular, del desarrollo de unas facultades y de las determinaciones de una cultura, que para mal o para bien, predeterminan las posibilidades anteriormente descritas. Tasas de participación La tasa nacional para violencia común fue de 245 lesionados por cada 100.000 habitantes, tasa que disminuyó en un 6% respecto al año anterior (-4.722 casos). En 83 puntos de atención se encontraron valores superiores a dicha cifra, presentándose la tasa máxima en Chocontá, 1.429, y la mínima, en Saravena 25. Por otra parte, el número de víctimas en hechos relacionados con violencia común para las cinco principales capitales de departamento (Bogotá 31.720, Cali 4.578, Barranquilla 4.797, Medellín 4.170 y Bucaramanga 4.082) equivalen casi a la mitad del total nacional (46%). Estos resultados, de nuevo ponen de manifiesto que este fenómeno se ha ido presentando especialmente en las grandes ciudades, porque el establecimiento de considerables poblaciones trae consigo infinidad 8 Para Bogotá no se cuenta con datos discriminados según lugar del hecho. De aquí que la facultad de elegir libremente no se proteja con una defensa solo formal de los derechos y libertades básicas, ya que requiere unas condiciones materiales previas, sin las cuales la facultad de elegir sería sólo un 18 simulacro . Acerca de esas condiciones materiales, es pertinente decir que antes de ser agotadas en la dotación de los medios policivos de vigilancia y castigo, y por ende, para no caer en las dificultades que se señalaban a propósito de la institución del castigo, necesariamente han de ser precedidas por un estudio de las capacidades, es decir, de los medios y finalidades que se ven intrincados en el acto de matar. Como lo dice Nussbaum, la pregunta por las capacidades busca determinar aquello que un sujeto puede realmente ser y hacer, lo que no sólo es la pregunta por la satisfacción que un acción implica para dicho sujeto, sino por lo que hace y está en condiciones de hacer, es decir, por sus determinaciones Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Cuadro 4. Tasa de lesiones interpersonales según puntos de atención del INML y CF . Colombia, 2002 60 de personas de diferente raza, cultura, condición social y/o hábitos de convivencia. Así mismo, diversas problemáticas que resaltan las dificultades para el cubrimiento de las necesidades básicas, situaciones de desplazamiento y migración, desempleo, falta de educación, desarraigo geográfico, social y cultural. Todo esto, unido a la dificultad de adaptación que se presenta a la llegada a un núcleo social complejo como el de las grandes poblaciones, obliga a adoptar algunas actitudes a la defensiva, que determinan la supervivencia en el medio citadino. Estas actitudes, muchas veces no son las más adecuadas y generan formas de violencia, que a la larga, terminan estableciéndose como estilos de vida, los cuales, convencionalmente, se han equiparado con la famosa violencia urbana9. Conclusiones Según la información sobre los lesionados en violencia común a nivel nacional, durante el año 2002, se puede concluir lo siguiente: En promedio, mensualmente en Colombia fueron heridas 8.949 personas, es decir 294 diariamente, o 12 cada hora. En general, el comportamiento de las variables observadas en lesionados por violencia común es similar al de periodos anteriores, encontrándose que la morbilidad disminuyó un 4% respecto al año anterior, la participación de las víctimas del sexo masculino fue de 65%, el grupo de edad más vulnerable fue el de 18-24 años. El promedio de edad de las víctimas fue de 32 años para los hombres y 30 años para las mujeres. Se perdieron 141.460 años potenciales de vida saludable (AVISA). El 63% de los lesionados, fue agredido con arma contundente, el 15% con arma cortocontundente y el 12% con arma cortopunzante; el móvil fue la riña en las tres cuartas partes de los casos, en el 68% de los mismos se conoció al agresor, y los lugares en que se presentó un mayor número de estos actos de violencia fueron la vía pública (57%), y la residencia (21%). La tasa por cada 100.000 habitantes a nivel nacional fue de 245, presentándose los valores más altos en Chocontá (1.429, 6 veces la tasa nacional), Cáqueza (1.212, 5 veces la tasa nacional) y Leticia (1.027, 4 veces la tasa nacional). Las tasas más bajas se dieron en San Juan del Cesar 97, Bello 89, Jamundí 86, Mocoa 35 y Saravena 25. Las agresiones sufridas por un hecho violento son múltiples e interactúan entre sí de forma compleja, comprometiendo el orden mental, y en general la estabilidad de los afectados. 9 Sobre esta hipótesis puede consultarse el texto de Suarez Castro, Alberto. Análisis Psicosocial de la Violencia, Latino Impresores, Bogotá, agosto 2002, p.79-80. Y el texto de la secretaría distrital de salud, Diagnósticos sociales con participación social, localidad 19,ciudad Bolívar. materiales, que en relación con las mismas determinantes económicas y culturales, posibilitan o no desarrollar y utilizar todas aquellas facultades que son inherentes a todo individuo de cualquier sociedad occidental, y que hacen deseable y practicable (es decir, viable), una redescripción de sí teniendo como referente la dignidad humana. La tesis de las capacidades, al remontarse al ámbito de las facultades, se centra en considerar el desarrollo de las mismas, pero partiendo de las determinaciones físicas (es decir, de un estado anímico o de un estado de salud) y culturales (fruto de las jerarquías sociales), que condicionan la posibilidad de dicho desarrollo. Lo anterior, haciendo justicia a Rorty y con el fin de proporcionar una pauta rectora para la medición de la calidad de vida y para la plani19 ficación política . Recapitulando: cuando se habla de capacidades hacemos referencia a las funciones que son decisivas en la vida humana, funciones cuya presencia o ausencia se suele entender como señal de ausencia o presencia de vida humana y que diferencian a los humanos de otros seres distintos, de la misma manera que los iguala entre sí. Sin embargo, una vez dada la desigualdad de condiciones iniciales, el desconocimiento de tal tipo de funciones no excluye a su actor (en el caso que nos ocupa sería el criminal) del canon de la humanidad, precisamente porque la condición de posibilidad del desarrollo de las facultades humanas (como igualmente se afirmaba con anterioridad), depende no sólo de una garantía formal (como los derechos), sino que también estriba en ciertas condiciones materiales como la educación, que predeterminan la disposición y el desarrollo de facultades como la asociación valiosa con otros. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF Figura 5. Puntos de atención del Instituto según rango de tasa de lesiones interpersonales. Colombia, 2002 62 Recomendaciones Promocionar actividades de información, formación, recreación, rescate de valores positivos y establecimiento de proyectos de vida constructivos. Dichas acciones buscan ante todo mejorar la calidad de vida, crear espacios de participación y organización ciudadana y el fortalecimiento de las potencialidades individuales y colectivas10. Si se pretende ofrecer un auxilio estatal a las personas lesionadas en estos eventos, lo ideal sería ofrecer oportunidades de empleo, capacitación, seguridad social y sobre todo, aceptación social11. La violencia urbana surge de la interacción de los individuos en las ciudades, mas no en las poblaciones pequeñas. Por lo tanto, el manejo de esta problemática se debe realizar a gran escala, empezando con programas gubernamentales que realmente cambien la actitud y el comportamiento violento de las personas involucradas en este fenómeno12. El objetivo del resumen presentado en este artículo, sobre el proceso de desarme de la pandilla Los especiales, adelantado por parte de la Unidad Coordinadora de Prevención, de la Alcaldía Mayor de Bogotá, es recordar a las instituciones que les compete intervenir conflictos. Que tengan en cuenta la metodología utilizada en el trabajo con dicho grupo, con el fin de aplicarla para contribuir a comprender las diversas formas de violencia en las que se encuentran involucrados estos jóvenes. Esta metodología les permite construir a ellos mismos su correspondiente proceso. Resulta de suma importancia atender la forma como trabajaron los miembros de la pandilla Los especiales, quienes diseñaron una ética no importada por medio de discursos, sino construida al interior del grupo, que a través de conversaciones y reflexiones, los condujo a tener nuevas visiones de su entorno, a admitir y valorar los principios de convivencia y a reconocer en el otro a alguien casi igual a ellos mismos. En dicho proceso la pandilla, a medida que pierde la seguridad dada por las armas, gana otra, dada por la participación en un grupo que permite el surgimiento de una ética basada en la responsabilidad y el respeto por el otro. 10 11 12 Unidad Coordinadora de Prevención Integral, Ibid., p 9. Ibid., p.97. Suarez, Op.cit, p.89. Por otra parte, el término facultad posee dos connotaciones distintas, en un primer sentido, alude a las garantías jurídicas dadas por el solo hecho de hacer parte de una comunidad concreta. En otro sentido, el término facultad enuncia las capacidades que le son posibles desarrollar a casi todo ser humano, en ciertas condiciones iniciales tanto físicas como materiales, es decir, las posibilidades y garantías de ejecutar ciertas funciones, que hacen o no practicable 20 un estilo de vida . Dichas facultades, en tanto capacidades funcionales, nos remiten a considerar la acción de un individuo en referencia a los medios y fines con los que este cuenta y que se supone promueven o no la valía o dignidad humana; lo anterior puesto que hemos acordado en presumir, que los seres humanos son seres que, con el debido apoyo educativo y material, pueden llegar a ser plenamente aptos para desempeñar esas funciones huma21 nas , como la función de reconocer y respetar la vida e integridad personal de otro ser humano. Igualmente se debe aclarar que Martha Nussbaum habla de tres tipos distintos de capacidades, las básicas o innatas, que aluden casi a una predisposición genética del ser humano; las internas o condiciones suficientes para el ejercicio de las facultades; y las combinadas o funciones donde se alternan las anteriores capacidades, y que por ende, no solo dependen de las facultades jurídicas que legitiman su práctica, sino de la posibilidad de ser practicadas. Como ejemplo de lo anterior Nussbaum dice lo siguiente: una mujer que, sin ser mutilada, ha enviudado de niña y tiene prohibido contraer nuevo matrimonio, posee la capacidad interna pero no la combinada, 22 para la expresión sexual . E igualmente diferencia entre la idea de actuación (ejercicio de las