La noches Inquieta. A Roma
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La noches Inquieta. A Roma
m w m m * mmmwAB HISPANO—AMERICANAS. A.UTQR1S @ü I LA tttTEC;BAN,í OB1EB1AKE8. ® E S P lio tE S . ¿ M Serró. S| Juan José borrilla. SrnOres f&elcfjor&ama®. ftacíjeío p ©fies. ® ü w ítotrolas, Salas p ^Juiroga. |¡¡ I® I §» <&♦üüartsmímcfj. MONXE VI D 1Av**'' ife . * Í9 S Ü a ® 4 a * f c W i •^ e . s z z . J O 'f , f ? i&tfcuerlío ii? gratitud i aprecie. el iBtnr@R. Im prenta del Nacional Se halla de venta en la Librería de Hernández. »eeesiaoeagio. IiA K O C H E IN Q U IE T A . A I i 9 i oÆ — mam— FANTASIAS POETICAS DE |É¡1 MONTEVIDEO. Im p re n ta d e l IkTacionaii 184Ò * . ; &f-ü' SO ftA bs1 t'o t k ÚLTO1A l u z ’. H ay un^§3KH?ís‘ s'ití hBrasi En que mueínTO lloras cesan, H oras <jue en el alma pesan Como iñfiTétfsfa3eternidad :" Unas horas sin0dtiéVité, Sin occideíre® ^ W S o m p re .1 E n que atosigan'á'lJ hombre La mentirá'1yvlá'‘veífaau. Horas ¿in voz, en nYie quiere Escuchar a'fgfó el oicfo Y el aire no tiene ruido Que potler le'cfái' a oñ': E n que quiere lfÍDiár Ia leogua Y se detiCneÁi^édfeíff,‘ Porque tem e aFguiVaVo^a Que la pued’á 'iiiréffumpír. En que coíi b^os* avaros^ y Miramos lo que ntrveinps, En que delirar creemos. Y delirartlñ^c^éeH " H oras en'q'íié'diiétme^efitéro Este muridoqlik ’ha’bítam ós. o Y nosotros despertamos Su descanso á sorprender. E n los pliegues de la sombra, Como antípodas del día, Estas horas do agonía Caminando amargas v an: El tiempo abortó esas horas F a ra d alma que medita Que el cuerpo no necesita H oras de tan noble afan. Pasan sobre el grato sueño Del labrador fatigado. Sobre el sueño descuidado D el indolente Señor: Sobre el del tranquilo esposo, Y el del nócio indiferente, Y el de la hermosa inocente Que sueña el primer amor. Pasan sobre la sonrisa D e la madre cariñosa, Q ue amante, madre y esposa] E n uu amor goza tres: Pasan respetando el sueño Del olvidado mendigo, Q ue al dar á la sien abrigo D eja desnudos los pies. Y buscan el sueño inquieto D e algún pensador profundo, Que aguarda mas ancho mundo 3 D e este otro mundo detras: Buscan al hombre que piensa, Y que al pensar que es eterno Cambiara por un infierno E l posible de ser mas. Al asentarse en su lecho A sus párpados llamando, El ánima despertando Por el párpado miró. Presentósele la sombra Como imágen de la nada A la roja llamarada Que la lámpara brotó. Escucha, y oye silencio, Mira, y los ojos ven sombra, Habla, y el eco le asombra Sin responder á su voz: Solo Bpreode que es de noche, Que su mente inquieta vaga, Que su lámpara se apaga Y que el sueño huyó precoz. Entonces lucha afanado El cuerpo con la costumbre, E l ojo busca la lumbre, Busca el oido rum or: Y el alma sin luz ni ruido Que su pensamiento estorbe» Yuela libre por el orbe. En pos de mundo mejor, t 4 Pero estando róixtavada A la cárcel de fe tierra, Vuelve al cuerpo qilté la encierra P ara m editar «n él ; Entonces sugeta al cuerpo, M ar que en las rocas se estrella, P ara sentir como aquella Sentidos 1c presta aquel. D ébil como el cuerpo Catolices, P or ojos de carne m ira, Y ve lo que V er delira Por aquel turbio cristal. Y e que la lámpara séCá L a luz postrera derram a, Y ve en la convulsa llama U n no sé qué de infernal. Aquellas ráfagas tibias, Llam aradas de un momento Que alumbran el 'aposento P ara ofuscarle otra vez : Que confundiendo las formas, D ando espacio á los objetos, P intan m anchad y esqueletos Q ue cruzan por la pared. A quella lum bre ^o&crlatite Q ue en torno al pábilo flota A érea, vibrante, rota, D e indefinible color, D ibuja en los pardos vidrios Y en las blancas muselinas 5 Creaciones peregfunas Q ue nos l]ei«uj de terror. Asoma rostros deformes D e diabólicos contornos Que en colg,a»luras y adoraos N<>s parece ver g ira r ; Y a son gigantes m o n tu o so s Q ue desparecen livianos. Y a ridículos enanos Que se juntan .ádauzar. Y a son pájaros flotantes, Y a son repugnantes viejas, Y a son fantasmas distantes, Negras visiones sin luz:: Y a son vivientes que .pasan, Y a son antorchas que .cruzan,. Cuyo fulgor desmenuzan Lineas hendidas en cruz. Y a charolado vacio D e estrellas rojas orlado, IJ hondo hueco iluminado Por agonizante hachón: Y a pardos gri^pos de .sombra, Y a misteriosos paisages, Y a pabellones de eucages O tapices de crespón. L a llam a.trém ula en tanto • De un momento á otro momento Su resplandor ceniciento c Amaga inquieta matar: Flota en el aire exhalada Del pábilo desprendida, • Y torna al pábilo asida Seg'unda vez á brotar. O lame blanda los bordes Del vaso que la contiene, Y á reconcentrarse viene E n el pábilo otra vez: Y moribunda vacila, Corno vibra y pestañea Mal herido en la pupila Un ®jo con rapidez. Acaso un insecto imbécil, D e nuestro pavor objeto, Viene á revolar inquieto D e la llama en derredor: Y en su fantástico vuelo Cruzando la luz, parece Que aumenta en formas y crece Como ensueño aterrador. Se desvanece un momento, Luego flotando aparece, Y con la llama se mece Cual si la hiciera vivir; Mil veces la hiende y cruza Cual si un espíritu fuera Que danzara en una hoguera Donde alguno ha de morir. 7 Se le vé sobre la llama Volar errante zumbando, O bien las alas plegando L a opaca lumbre beber. Se le vé en el vidrio hueco, Sobre sus pies transparentes, Sus pasos indiferentes D e uno á otro lado mover. Y |si del fuego aturdido La claridad evitando Y su vuelo acelerando , Se le vé cerca pasar, £1 rostro se hunde en las ropas; Y mientras el miedo pasa, La luz que ilumina escasa Se acaba al fin de apagar. m 9 II-. E L S IL E N C IO Y LA' <JBS'ÜRIL).VI>) Cuando tras vela afanosa Fatigados nos dormimos, Soñamos con.lo que vimos O lo que Creimos ver-. Así en tropel misterioso Se ag'itan confusamente Los delirios que' la menté Despreció1volando ayer, P or huir de ella tan soló E n ella se cobijaron, Y dentro de ella aguardaron D e revelarse ocasion; Que esos fantásticos sueños Que turban nuestro1reposo Del ánimo religio o Secretos abortos son. Porque el que cree y el que duda P or descuidado que vira, E n algo el creer estriba Y en alffo O estriba el dudar: Y Rlgu na vrz engañado P or las que creyó evidencias, En sus dudas y creencias H a por fin de vacilar. El ruido y el movimiento, La voz y la compañía ' Que nos dá la íuz del día Impiden peDsar talvez, Y entonces creencias, dadas, Dentro del ánimo callan, Y en él guarecidas hallan Asilo en su timidez. Por eso en orgia insensata E l disoluto mancebo Dice:— -‘en el licor que bebo Ahogo cuanto creí.”— P or eso en placer sumido Dice el embriagado amante : — “Yo no creo en este instante ¡ Vida m ía ! mas que en tí.’’— 'Por eso ante sus monedas El jugador avariento Dice con audaz acento : — “Creo en el oro y no mas.”— Y por eso el pendenciero Que el triunfo lidiando alcanza Dice osado á su venganza : — “Honra, satisfecha estáí.”— Pues sí en la noche umbría Tras sueño inquieto despierta Cada sentido una puerta A sus creencias le dá ; Y duda, y teme y vacila, Y azorado el hondo pocho, il 11 10 En derredor de su lecho Fantasmas fingiendo está. Su lámpara ya apagada AI matar la última lumbre Dejó sombra en la techumbre, Dejó sombra en la pared ; Cerrado dentro la alcoba El aire falto de ruido Escucha en vano el oido La voz de la lobreguez. En vano miran los ojos La sombra descolorida: Con una ilusión mentida Vienen á topar al fin; Do quíer que avaros sa tornan Ven una masa uniforme, Una sombra espesa, enorme, Que no se ciñe á confín. La mente duda medrosa, Los sentidos se adormecen. Y embriagados se estremecen Con cada nueva ilusión: Todo en la mente se agita, Todo en la mente se embota, Todo en torno nuestro flota E n cállada confusion. Y átanto mirarlos ojos, A tanto oir los oidos, Fatigados, aturdidos, Rumor oyen, sombras ve; E l ánimo se amedrenta, Y brotan los pensamientos Medrosos y antiguos cuentos Que le atosigan también. ¿ Enton cas es cuando el eco Del cabello que tropieza Nos retumba en la cabeza Con chasquido colosal; Entonces semeja el roce De la ropa mal plegada, La voz seca y prolongada De rápido vendaba!. Entonces es cuando el ruido De nuestro azorado aliento Nos parece él sordo acento, La lejana confusion De las invisibles alas D e aves mil desconocidas, Que van cruzando perdidas Los aires en rebelión. Y escuchamos á lo lejos Huellas de pies recelosos Y váguidos vaporosos Que se apagan al nacer; Y crujen en las vidrieras Confusos sacudimientos, Y ahullidos, gritos y acentos De rábia, espanto y placer. 12 E n to n c e s firtjfen ÍOs tfjhg A com pás dé esíos riimó'rtíí M il fan tástico s C'til'órtís, S o m b ras y delirios lYifl j Bultos q u e rñedarl irtformód, C ircu io s de luces bellas, V ag as y N u d a s céntéllái D el m iedo a b o rtó febril. Y fantasmas qué érí tu inulto Pasan, corren, flotiSn, vuelan, Y se apagan y rielan Sin tener lu z fii color; Y parece que cruzando P o r las tinieblas oscuras, A rrastran sus vestiduras C on repugnante rumor. Caprichos, menos que nada, D e esencia desconocida, Delirios sin voz; sin vida, N ad a pueden, nada son; Mas sin cuerpos ni colores, T ien en cuerpos y semblantes • Q u e los ojos delirantes L es prestan en su ilusión. Les presiá to 2 el oido, Y movimientos la ttlenté, Y vienen confusamente» M ente y oido á acOs»fr; Y m ente y ojos y oídos 13 C on tan fantástico- empeño A lejan el blando sueño Y em piezan | delirar. Llénon entonces el aire Peregrinas ilusiones. Y frágiles creaciones D e la duda y de la fé, D o n d e e n tre ig u ales contornos U n a en o tra con fu nd ida L a m iseria d e la vida Y la relig ió n se vé» A llí tíñtré üfi ffciedO füündíiUO Y e n tre u n a etée'iiria e rfá d a V a una idea áé í'd tíada O una olvidada verdad; Y en tan cumplidas tinieblas,. E n silencio tan completo S e transparenta un objeto Inm enso-....... la eternidad. ¿Quién no cree y quien no duda C uando á solas en su lecho E n el reló de su petího S us horas contando está? ¿Q uién nó cree y ño d u d a entonces E n el silencio y ia som bra? ¿Quién pensando no le asombra L o que existe rrias allá? Porque esos seres aéreos 14 Q u e en redor nuestro sentimos. E l rum or que percibim os E n to rn o n u estro bullir, A quel e s tra ñ o delirio E n q u e c reem o s d u d a n d o Q ue h ay quien nos esta m iran do S in podérselo im p e d ir ; E se rum or misterioso C o n que la sombra m urm ura, E sa lu z leve, insegura, Q u e radia la obscuridad; E se tem or sin objeto Q u e la som bra nos infunde, Y en la m ente nos confunde L a m entira y la verdad; E se insectdlo nocturno Q u e nos asalta y aterra, Q u e con nosotros se cierra Im portuno á combatir, Q u e en monótona algazara, E n ronco y sonoro ruido Acosa nuestro descuido Sin dejar de ir y venir; E se insecto á quien juzgamos E n nuestra aflccion medrosa Un ser, un soplo, una cosa Q u e nos dice no se qué, U n no sé qué misterioso Q u e nos traspasa de miedo, 15 Q u e de un labio rebolt'oso S e derram a y no se ve; Y aquel afanoso empeño C on que dorm ir procuram os Y con quien tanto porfiamos Q u e hace inútil nuestro afán, S o n voces d e nuestra nada Q u e soñando com prendem os, Y q u e á g rito s— sí c reem o s—<■ P re g u n tá n d o n o s están. P o r eso si en órg’iá inm unda E l disoluto m anrebo D i c e :— “ en el licor q u e bebo A h o g o c u a n to c r e í ;“ — P o r eso si en sus placeres D ice el insensato a m a n te : — “ Y o no creo en este instante ¡ V ida m ia m as que en t í ;“— P o r eso si ante su oro E l ju g a d o r avariento D ice con seg u ro a cen to : — “ C reo en el o ro y no m as — P o r eso si el pendenciero Q ue el triunfo lidiando alcanza D ice altivo á su v e n g a n z a : — “ H o n ra , satisfecha estás,“— E n la som bra de la noche C on su corazon á solas L uchan con las tu rb ias olas 16 De la duda y el temor; El uno por sus fesJines, E l otro por'su dinero. P o r su honor el pendenciero, Y el am ante por su am or. Porque ese fugaz murmullo, Ese crepúsculo vago, Son el reflejo, el amago Del final de nuestro ser; Y dudar en el silencio, Tem er en la sombra oscura, No es ni duda ni pavura, Es conocerse y creer. 17 Que la som bra y ol silero Reflejan la eternidad Como la luz de los cielos Reverbera en un cristal, Y recordando su polvo A la flaca humanidad, Son clamor de nuestra nada Qu.e diciéndonos éatá “ Creed, 6 velad.“ Q ue el no atreverse á creer E s decidirse á dndar, Y dudar es tener miedo D e creer una verdad; D udar es estar en vela, C reer es tranquilo estar, Y es fuerza por duda ó miedo, Puesto que tan juntos van, C reer, ó velar. Pues no es mas el corazon Que un indestructible altar D e donde nuestras creencias No se separan jam as ; Y el jugador y el valiente, Y el disoluto galan, Tienen allá en la alfa noche U n momento sin solaz E n que sus vagos temores Y su inquietud y su afan Les están diciendo á voces E n la muda oscuridad: ¡ Creed, ó velad.“ i 18 Que ese rum or del silencio, Y esa ráfaga fugaz Que deliram os que alumbra L a callada oscuridad, Y ese tem or sin objeto, Y ese insecto pertinaz Que zumba, y silba y se agita, Sube y baja, y viene y va, Y ese empeño, esa porfía Conque en nuestro torpe afan Procuram os el descanso, ¡Vive Dios! que no son mas Que el miedo á nosotros mismos Q ue nos impone tenaz Creer, ó velar. Es la sombra incomprensible D e ese oculto mas allá Tras de cuyo pensamiento No alcalizamos á ver mas Que lo que envuelve la noche, Silencio y oscuridad. III. EL AMANECER. Y al fin de tanto temer, T anto soñar sin dormir, Y tanto afan, E l alba esperando ver Cerrándose sin sentir Los ojos van. Al menor ruido que oimos Vuelven á abrirse otra vez Lentam ente : Mas apenas los abrimos Tornan á su lobreguez M uellemente. Y todavía creemos Q ue sentimos y miramos Desvelados, V Y lo que oimos y vemos E s solo loque soñamos Fatigados. Todavía en la cabeza Se agitan los pensamientos Confundidos, 20 Y con lánguida pereza Dejam os sus movimientos V agar perdidos. Y las nocturnas visiones Que nuestro capricho loco Nos fingia, Sus medrosas ilusiones Desvanecen poco á poco Con el dia. U na luz tibia, insegura, E l quicio de alguna reja Iluminando, Sobre la pared oscura La luz que fuera refleja Va pintando. Y en el rayo fugitivo Que se pierde en el flotante Polvo leve, A quel insectillo esquivo Cruzando á su torno errante L a luz le bebe. Y pasa, y se m ece, y gira, Sube, y baja, y huye y viene Sin recelo, Y se pierde, y se retira, Y sobre la luz se tiene E n ronco vuelo. D e alguna torre cercana El esquilón nos despierta U n momento, Y en una ilusión livian'a Concibe la luz incierta El pensamiento. Y el rayo del sol naciente Y el insecto pertinaz Que bulle en torno, Pasan un punto en la mente Como una som bra fugaz Sin contorno. Y en la duda vacilando Si velamos ó dormimos, Nos parece Que el sueño á que nos rendimos Nos va la luz apagando Que amanece. Y pasando del dudar Al descanso del dorm ir Olvidamos Lo que nos vino á turbar, Y lo que pudo existir O soñamos. Y al despertar otro dia Va no guardam os memoria N i recelo D e la inquietud y agonia, D e la fantástica historia D e aquel desvelo. 22 Porque asi pasan sombrías Las horas de nuestros dias Revoltosos, Las noche de dudas llenas Los días llenos de penas Y azarosos. Las noches creyendo ver Lo que habernos de creer Y- dudamos; Y los dias sin pensar En lo que hemos de soñar Cuando durmamos. ¡ Oh ! verted blando beleño, Tardas noches, en mi sueño. Al resbalar, Y tras sueño inquieto y largo No tenga un recuerdo amargo Al despertar. «sg€£5íSSee< N O T A :— E l Editor de esta colédon h tbia pensado publicar sueltas las piezas </uc la componen. Cuando abandonó esa idea, para adoptar Ib <ju.e hoi realiza, algunas estaban ya fu era de la p i ensa y le ha sido imposible arreglar corectamente la empajinacion de este tomo. U n a C a l a v e r a — 8 — 1 7 — d o s o le s -------- d o s s o le s . — 11— 8 — d e sd e sñ o sa -d e sd e ñ o sa — 16— 16— d e l c r im e n - d e c rim e n L á N o c h e I n — 1 1 — 1 — s o m b r a s v e - s o m b r a s vi q d i e t a — “ — 6 — e n t o n c a s — e n to n c e s — 1 7 — 1 — s ile io --------- s ile n c io A R o m a — 2 7 — 1 — ¿ q u a ----------------------¿ q u é — 2 8 — 7 — e n t o n e n — e n to n a — 30— 17— s a n g rie n to -s a n g ríe n ta — 3 1 — 7 — s u s ------------- t ú s — 3 2 — 9 — y t u s u e lo — y d e t u s u e l — “ — 1 7 — d e l e s ---------d e lo s — 3 3 — 5 — s a n g rie n to - s a n g r ie n ta E l R ü e g o d e — 4 5 — 2 — n e g ro c a p u lla -n e g ra c a p il’ u n a M a d r e — 4 6 — 1 — b r i d a ----------- b r i n d a L a V irg e n b a — ñANDOSE 4 8 — 1 7 — q u i a r e ------- q u ie r e L a F u e n te en — 6 7 — 1 1 — r a y o r -------------r a y o C ANTADA L a m u e r t e d e l — 71 — 5 — te n b la b o n -te m b la b a n BR A V O E l A lc a ld e ro n q u illo — 7 3 — 2 7 — p a v o r o a —^ p a v o r o s a E l m e n d ig o — 84— 1 — a h u s b rie n ta — h a m b rie n ta — 8 6 — 2 6 — zayo^---------------r a y o L a e x p ó s it a -1 0 0 -6 — d i c b a ------- d ic h a 1— “ — 1 2 — s a b i b a -------- s a b id a