Revista CACTUS 27 2011
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Revista CACTUS 27 2011
Cactus Corporación N° 27 Noviembre de 2011 A.A. 7324 Bogotá, Colombia Contenido Editorial....................................................................................................... 2 Aeropuerto El Dorado: ¡Símbolo de Progreso! ¿Para quiénes?................... 5 Bogotá: Una Metrópolis: La falacia del desarrollo regional desconcentrado para Bogotá y Cundinamarca............................................ 10 Fotorreportaje............................................................................................. 15 Tiene cabida la agricultura en la sabana del mañana?.................................. 19 El no tan incierto futuro de la floricultura................................................... 25 ¿Quiénes somos? La Corporación Cactus es una Organización No Gubernamental, ONG, de desarrollo, sin ánimo de lucro, creada en 1995 con Personería Jurídica Res. 066/20 de febrero de 1996 de la Alcaldía Mayor de Bogotá, Colombia. La finalidad de la Corporación es promover en los medios urbanos y rurales de la Sabana de Bogotá, prácticas y relaciones respetuosas de los derechos humanos, económicos, sociales, culturales y ambientales, orientados a alcanzar condiciones de vida óptimas, especialmente para las trabajadoras, trabajadores y comunidades, con especial atención a las mujeres y los jóvenes. Con ese propósito adelanta los programas de: – Comunicación y participación para el desarrollo. – Mujeres, trabajo y agroexportación. – Agua y soberanía alimentaria. Revista Cactus N° 27 Dirección: Aura Rodríguez Edición: Ricardo Zamudio Rozo Diagramación e impresión: ARFO, Editores e Impresores Ltda. Editorial S e dice que Bogotá y la región que la circunda son una realidad inescindible. Qué se considere la región circundante, depende de las ganas y estas pueden ser insaciables: la Sabana como el entorno más inmediato, Cundinamarca un poco más allá o los departamentos incluidos en la región central. Reduzcámonos para los efectos de esta reflexión a la Ciudad Región, esto es Bogotá y los municipios de la Sabana. En este caso se afirma que la relación es la de un matrimonio indisoluble, “una relación simbiótica”, o la de dos hermanas con muchas razones para quererse y argumentos suficientes para tomar distancias y verse con recelo. ¿Cuál es exactamente la relación entre estos dos territorios, entre las distintas sociedades que están ubicadas en ellos? Habría que decir en primer término que no son sociedades homogéneas, sino que están cruzadas por diferencias sociales, intereses contrapuestos y grandes conflictos. Por ejemplo: entre el gran comercio, el pequeño comercio y el ambulante hay diferencias, intereses y conflictos. En estas sociedades se dan hegemonías, más significativas en el caso de Bogotá, pues tienen mayor peso y mayor capacidad para subordinar a otros. La hegemonía se concreta en el proyecto que el grupo hegemónico ha definido para la sociedad y el territorio de que se trate. Las élites de Bogotá han decidido “internacionalizarse”, esto es hacerse competitivas en el contexto global. Para ello, se han propuesto atraer inversión extranjera –ahora los inversionistas extranjeros y sus intereses entran en la realidad que llamamos “élites”–, modernizar la infraestructura, producir para la exportación. Exportar no solo flores, también hortalizas y frutas exóticas. Pero, como el Distrito Capital no dispone de los climas y de las tierras apropiadas para una producción agrícola diversificada para la exportación, las élites internacionalizadas requieren del entorno regional para articularlo a su proyecto. En el proyecto de internacionalización no entran los pobres de Bogotá. O de pronto sí, pero sólo como fuerza de trabajo barata, como una más de las ventajas comparativas que se le ofrecen al inversionista. Así, se dice que en Bogotá el ingreso anual para trabajadores con formación profesional y diez años de experiencia es la tercera parte de lo que se paga en Sao Paulo o Río de Janeiro. Es el séptimo lugar en América Latina, pero “si usted señor inversionista, lo requiriera lo podemos rebajar todavía más”. Curiosamente, sí entran las elites políticas de los municipios que reciben su propina por cambiar la destinación del suelo o por liberar de predial los terrenos de las zonas francas, por ejemplo. O por mero arribismo, “porque soy capaz de autorizar que las aguas servidas de Bogotá terminen en Soacha sin tratamiento alguno, si la oligarquía bogotana me hacen sentir que me tiene en cuenta, así sea por un rato”. 2 Editorial De este modo, el proyecto de la ciudad región es la iniciativa de las élites bogotanas, el capital transnacional –sobre todo financiero– y sectores de la clase política local. Del otro lado, del lado de las mayorías, hay ignorancia, desinterés, apatía o acaso la sospecha de que todo está definido y no hay mayor cosa que hacer. Un problema a considerar es que la élite bogotana necesita que el proyecto de la internacionalización de sus intereses cuente con una superestructura administrativa de manera que la concertación sea expedita y no tenga la traba de los alcaldes y los concejos parroquiales, incapaces de alcanzar la dimensión a que ella ha llegado. Se pretendió superar este bache mediante un Acuerdo de Voluntades entre el gobernador de Cundinamarca y el alcalde de Bogotá, que oficializaba el proceso de integración iniciado por instancias tecnocráticas sin contar con las comunidades. Porque como dice el ex alcalde Jaime Castro, se requiere que la Gran Bogotá se dote “de la capacidad institucional que le permita regular con carácter obligatorio para sus miembros, temas que dejaron de ser locales…”. Quién puede negar que se necesita armonizar las políticas en la región. Pero se lo ha querido imponer mediante la creación de una instancia supraterritorial, creada desde el Congreso mediante Acto Legislativo 2003, declarado inexequible por la Corte Constitucional. Igualmente, han intentado saltarse las dificultades a través de decisiones “técnicas” desde el Departamento Nacional de Planeación. Es el caso de los megaproyectos de vivienda, que también fueron echados para atrás. Facatativá. Líder “neomuisca” realizando un ritual frente a una roca con arte rupestre. Razón tiene el profesor Gerardo Ardila cuando sostiene que “la presencia de los alcaldes municipales y de sus respectivos concejos es fundamental para poder ejecutar las ideas de integración”; por ello que en su opinión “el principal reto es, entonces, lograr construir un marco de respeto y confianza y un espacio de encuentro permanente, en el que se discutan las necesidades, se establezcan prioridades y responsabilidades y se tomen decisiones en consenso”*. Pero cabe preguntarse si es posible la generosidad que propone el profesor Ardila. Y en este sentido debemos interrogarnos cómo concibe la élite bogotana su relación con el entorno * Ardila, Gerardo. “Retos de la región capital”. En: Región capital - Bogotá y Cundinamarca son el país entero en una región. Revista Semana, Bogotá, 2010. 3 Editorial regional. Hay manifestaciones al canto. Una de ellas serpentea por la verde Sabana y cuando acaba de recorrerla es un río muerto, una capa de espuma blanca que cubre un curso de agua inmóvil, fétido, sin vida. Es el regalo hediondo que la élite bogotana le hace a la región y al país, sin consideraciones con nadie, con indolencia e irresponsabilidad. La explicación es sencilla. Como en un juego de espejos, la élite bogotana reproduce el tipo de relaciones que las metrópolis desarrollan con sus colonias. Es lo que Pablo González Casanova, desarrollando el concepto del sociólogo norteamericano Wright Mills, llama colonialismo interno. No solo hay asimetría en las realidades económicas, hay también subvaloración de los interlocutores, a los que hay que someter con arrogancia, para aprovechar lo que de ellos sea útil. Se está lejos, muy lejos, de considerarlos merecedores de respeto, cuyas opiniones deben atenderse para integrarlas en un consenso. Nada hace sospechar que, en el marco de la Ciudad Región, las cosas sean diferentes. La élite no ha tenido la confianza en los bogotanos como para surtir una efectiva democratización, que desconcentre funciones y descentralice la gestión de la ciudad. Se acusa que en las localidades predomina la irracionalidad y la corrupción. Sólo que, como se ha visto, la administración desde el Edificio Liévano no es un dechado de racionalidad y honradez. No se puede esperar trato distinto del que le han dado a Bosa, Fontibón y Suba, antes municipios con identidad, ahora localidades anodinas que dependen en todo de lo que decide la centralista administración distrital. Otra muestra. Muchos sabaneros trabajan en Bogotá, diariamente deben dedicar tres horas en transportarse entre su sitio de vivienda y su trabajo. Todos coinciden en que un tren de “cercanías” es la solución. Los mismos que hablan de la Ciudad Región y de la necesidad de integración, pregonan que dicha solución es un asunto de los municipios sabaneros, los cuales por contraste van a tener que asumir la sobrepoblación de la capital mediante megaproyectos de vivienda, para lo cual deben proveerlos de servicios y equipamento urbano. Estos son los problemas que las comunidades de la Sabana deben estudiar para discutirlos, en un plano de igualdad, sin complejos ni falsos miramientos. Es necesario encontrar aliados en la misma Bogotá, porque estamos convencidos de que la internacionalización no es el negocio de los habitantes del Sur y en general de la periferia bogotana. Pero sobre todo, toca aclarar el proyecto propio de los municipios de la Sabana, que bien puede tener puntos de encuentro con otros proyectos pero que ante todo debe ser propio. Habilitemos los escenarios para esto. 4 Aeropuerto El Dorado: ¡Símbolo de progreso!, ¿para quiénes? Por Ricardo Zamudio Rozo L a implementación del Macroproyecto Urbano Regional Aeropuerto EL Dorado –MURA– “es una estrategia de ordenamiento territorial que surge de la necesidad de integrar la región y a Colombia con el mundo. Para ello, dicen, se debe constituir un territorio equilibrado en materia económica y social y preparado para enfrentar los retos de contener y relacionarse con el principal puerto de salida y entrada de carga y de pasajeros del país y de la región en el norte de Suramérica1”. Esta estrategia territorial implica una serie de cambios importantes en la dinámica y la vida de las y los habitantes de municipios de la Sabana occidente (Funza, Madrid, Mosquera y Facatativá), algunos de Sabana Centro (Tenjo, Tabio, Bojacá y Subachoque), así como en las localidades de Engativá y Fontibón del suroccidente bogotano. En este contexto retomamos el evento realizado el pasado 6 de septiembre de 2011: “Bogotá 2038, quinta edición del escenario para pensar a la ciudad cuando se cumplen sus 500 años de fundación”. El evento, que fue convocado por la Revista Semana, Siemens, la Secretaría de Salud y la Secretaría de Desarrollo Económico de la Alcaldía de Bogotá, incluyó la realización de un Debate entre los candidatos y candidatas a la Alcaldía Mayor de la Ciudad, bajo la moderación de Alejandro Santos, Director de la revista. 1 Macroproyecto Urbano Regional Aeropuerto EL Dorado - MURA. Componentes, impactos y propuestas sociales, página 16. 5 Aeropuerto El Dorado: ¡símbolo de progreso!, ¿para quiénes? Una de las muchas preguntas que les fueron hechas a quienes participaron del debate, giró en torno a su percepción respecto del aeropuerto El Dorado y su significación para la ciudad y la región. Palabras más, palabras menos, sus respuestas fueron las siguientes: • Aurelio Suárez: Es muy preocupante es que en aras de la competitividad se sacrifique a 7 mil familias de las localidades de Fontibón y Engativá, que tendrían que ser expulsadas. Para evitar esto habría que pensar incluso en la reubicación del aeropuerto. • Gina Parodi: No se trata de construir una ciudad con aeropuerto, sino un aeropuerto con ciudad. El aeropuerto representa la conexión entre Bogotá y el mundo, y es además un polo de competitividad. Hay que tener en cuenta en esto asociar a los habitantes de Fontibón y Engativá, para crear un polo de desarrollo económico y social. • David Luna: Lo clave es tener en cuenta el número de toneladas a exportar, más que el número de pasajeros que harán uso de sus instalaciones. Los Ministerios deberían pasar al Centro de la Ciudad y los pobladores de las localidades afectadas pasar al lugar que hoy ocupan los Ministerios. Es muy importante, para mejorar el acceso al aeropuerto, la construcción de la Avenida Longitudinal de Occidente. • Jaime Castro: El aeropuerto ha dejado consecuencias graves en salud para quienes habitan las localidades de Fontibón y Engativá, puesto que la población escolar sufre de otitis e hipoaudición. Adicional a este impacto, ya presente, no hay un plan para atender el desplazamiento de las 10 mil familias que se van a ver afectadas. • Gustavo Petro: Hay un sobredimensionamiento del aeropuerto. Para articular a Bogotá con el resto del país y el mundo no solo está el aeropuerto; existe la posibilidad de 6 mejoramiento del internet con banda ancha, el ferrocarril y las aguas navegables (especialmente en lo que tiene que ver con manufacturas), el aeropuerto se conecta con el Centro a través de la calle 26. Junto a esto es necesario pensar en el turismo cultural y no solo en el turismo de negocios. • Enrique Peñaloza: Se han aprobado obras en el aeropuerto sin diseños; es necesaria una pista adicional y el mejoramiento de la tecnología para que se reduzca el tiempo entre vuelos. Habría que pensar además en un aeropuerto alterno en la Sabana de Bogotá. Son importantes las vías de acceso al aeropuerto como la Calle 63 desde la Circunvalar, la Luis Carlos Galán y la Avenida Longitudinal de Occidente. • Antanas Mockus: Para pensar en el Aeropuerto primero hay que responderse una pregunta: Queremos una Bogotá modesta, o una Bogotá ambiciosa? Si la respuesta es la segunda necesariamente tenemos que referirnos a la globalización. El 90% de la población tiene una educación deficiente; es necesario elevar el nivel de la educación para aumentar la clase media. Se necesita más gente cualificada para producir mercancías de mayor consumo mundial. • Carlos Galán: La construcción del aeropuerto implica cobro de valorización a pobladores de las localidades. Es necesario garantizar la infra- Aeropuerto El Dorado: ¡símbolo de progreso!, ¿para quiénes? estructura necesaria, manteniendo el respeto por el medio ambiente y la integración de los habitantes. Como puede observarse son múltiples las miradas que pueden tenerse sobre una obra de infraestructura tan importante como el MURA, cada una con sus énfasis y matices. Sin embargo, tratando de agrupar las visiones planteadas por los diferentes candidatos y la candidata es claro que hay prioridades diferentes: Para unos, la mayoría, es indiscutible que lo fundamental es el aeropuerto por las posibilidades económicas que representa; para otros, los menos, la prioridad es la gente que habita los territorios que se verán más afectados. Surgen entonces algunas preocupaciones como las siguientes: La población: ¿Permanecer o “volar” de la zona? Para algunos candidatos su preocupación central está no tanto en el aeropuerto en sí mismo, sino en la población que históricamente habita los sectores circundantes y en cómo se ha visto y se verá afectada su calidad de vida, sea por las condiciones de salud o por el desplazamiento de miles de familias. Frente a esta situación algunos de ellos hablan de mitigar el impacto reubicándolas en otra u otras zonas de la ciudad; otros hablan de asociarlas a las dinámicas que genere el aeropuerto. En el primer caso, muy seguramente se afectarían, por no decir se rasgarían, las dinámicas culturales y comunitarias que durante muchos años han construido un tejido social en sus localidades. “Para los planeadores es menos costoso expulsar gente que reubicar y construir un aeropuerto en otra parte2”. Por otro lado, habría que preguntarse cuáles serían las opciones de tierra y de planes de vivienda para estas familias y las condiciones en que se realizaría este desplazamiento y esta reubicación. Para sus habitantes “este territorio significa mucho más que un espacio físico disponible para cualquier clase de construcciones o megaproyectos”3, razón por la cual deben ser consultadas. Si hay un desplazamiento de la población se le debe garantizar todos los equipamentos urbanos necesarios para proteger su derecho a una vida digna. En el segundo caso, asociar a las y los pobladores a las dinámicas del aeropuerto, cabe preguntarse: ¿Qué significa “asociar” en este contexto específico? Si se trata de la generación de empleo, vale la pena mencionar que “solo hay lugar para negocios de alta jerarquía, para servicios de alta calidad y en el mejor de los casos para tratar de engancharnos de forma precarizada en las cadenas productivas proyectadas4”. Adicionalmente, los pequeños negocios y la prestación de servicios, fuentes del sustento de quienes habitan los barrios de estas localidades, con seguridad desaparecerán. De otra parte con la ampliación de las operaciones aeroportuarias, bajo el supuesto de la permanencia de la población en la zona, se seguirá viendo afectado su derecho a la salud, el cual en el futuro seguramente se verá más agravado por el aumento de la exposición al ruido, dado el incremento en la frecuencia de los vuelos. ¿Polo de desarrollo económico y… social? Para otros, la gran mayoría, pareciera que profundizar la apertura económica impulsada por el expresidente Gaviria a principios de la década de los noventa, es la salida a dos grandes problemas que tiene el país: aumento de la pobreza y desempleo. “La nueva ola de competencia generada por la introducción de productos extranjeros al mercado Idem, página 21. Idem, página 17. 4 Idem, página 20. 2 3 7 Aeropuerto El Dorado: ¡símbolo de progreso!, ¿para quiénes? colombiano transformó por completo la relación de producción y demanda que había regido al país por varias décadas. Como resultado, muchas industrias no lograron sobrevivir a la competencia, y sectores enteros de producción desaparecieron5”. Desde esta lógica es comprensible que al suroccidente de la capital y a la Sabana de Bogotá, caracterizada por tener tierras de las más fértiles del país y una vocación agrícola importante, les destinen, al menos en buena parte, a la construcción de un gran puerto seco que incluye bodegas, vías y la ampliación del aeropuerto, lo cual facilitará el almacenamiento, el ingreso y la salida de muchas mercancías que van y vienen de diferentes partes del mundo. Por otra parte “…los grandes negocios asociados al MURA serán aprovechados por el sector privado. Esto ya es evidente con la concesión a la empresa Opain del Aeropuerto, por gracia del cual el Estado recibe menos del 50% de las utilidades, por el uso de una infraestructura pública6”. Junto a lo anterior “el desarrollo de las grandes obras lleva aparejados grandes impactos socioambientales tales como la eliminación de zonas verdes, la contaminación del aire por material particulado que conlleva un sinnúmero de enfermedades respiratorias, la intervención sobre los humedales y el aumento del ruido por el incremento de las operaciones aéreas7”. Todo por la competitividad Es la terca creencia, a pesar de las evidencias, de que “el mercado”, y más concretamente “el mercado internacional”, solucionará los grandes problemas económicos del país. En aras de promover y garantizar dicho mercado, se hacen grandes inversiones en infraestructura y se crean las condiciones para que este sea viable. Es cierto que la construcción de esta infraestructura puede generar empleo y que posiblemente cuando esté en funcionamiento también lo haga; pero, qué tipos de empleo se ofrecen y en qué condiciones laborales? Muy probablemente empleos que no permiten un mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones circundantes, ni posibilidades de cualificación y formación. Siguiendo la tradición del trabajo ofrecido en la Sabana de Bogotá, se ofrecerán empleos que requieren poca cualificación, y que se limitan a la realización de actividades repetitivas y operativas (Producción de flores y más recientemente trabajos de bodega). Tomado de Apertura Económica en Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango. Ver link http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ayudadetareas/ poli/poli69.htm 5 8 La Competitividad, otra palabra muy mencionada en el evento referido arriba, es sinónimo de producir más, a menor costo, con más calidad y en el menor tiempo posible. Generalmente, y la sabana de Bogotá tiene la experiencia con los cultivos de flores para exportación, el aumento de la competitividad suele recaer sobre los hombros y la salud de quienes laboran de diversas maneras: con el aumento de las metas de productividad a lo largo de los años, con la tendencia a deslaboralizar y desregularizar el mundo del trabajo; todo para ser más competitivos en el mercado internacional. Obviamente existen otros países que también trabajan por lograr la mayor competitividad posible, lo que implica que también sus poblaciones, sus trabajadoras y trabajadores, y su infraestructura se vean afectadas. En esta competencia mundial desaforada, se hace “lo que sea” por la competitividad y se sacrifican las tierras y los seres humanos que Macroproyecto Urbano Regional Aeropuerto EL Dorado - MURA. Componentes, impactos y propuestas sociales, página 21. 7 Idem, página 20. 6 Aeropuerto El Dorado: ¡símbolo de progreso!, ¿para quiénes? las habitan, de aquí y de allá, de nuestro país y de otros países. Es como si, inevitablemente, los pobres de la tierra tuvieran que resultar sacrificados, para alcanzar permanentemente una competitividad que supuestamente los va a salvar. Mejores vías, para las mercancías… Es evidente que a lo largo de los años el paisaje sabanero se ha ido transformando: De la imagen de unas tierras fértiles para la producción agropecuaria, y en particular para la producción de alimentos, en una Sabana más agroindustrial orientada a la producción de flores para exportación, en donde por supuesto el aeropuerto ha jugado un papel muy importante. Actualmente, la sabana se orienta a la construcción de un puerto seco que, en armonía con la adecuación de un aeropuerto moderno, garantice la conexión de la región y el país con el mercado global, facilitando la circulación de mercancías y la realización de negocios internacionales. Desafortunadamente las comunidades de la Sabana de Bogotá y de la ciudad no están siendo consultadas en relación a estos cambios estructurales en su territorio. ¿Qué pasa y pasará con la producción de alimentos en la Sabana de Bogotá, fuente de abastecimiento para la ciudad y el país? De qué manera este cambio de paisaje impacta e impactará la construcción de identidades individuales y colectivas con el territorio, con la región? Lo que está en juego no es solo la conexión con el mundo, sino también la conexión con nuestros territorios, sus poblaciones y sus habitantes. ¿Todo por la plata? En la mayoría de los planteamientos se deja entrever una perspectiva economicista del desarrollo: Los seres humanos, el medio ambiente y la región se colocan al servicio de los negocios de empresas nacionales, multinacionales y de negocios internacionales; no al contrario, como podría pensarse debería ser el orden de las cosas. De otra parte, tienden a priorizarse mucho más los negocios que la cultura, el intercambio cultural y la educación: Si se piensa en ella (la educación), generalmente es en función de cualificar para mejorar la producción y asegurar el éxito de los negocios, y muy poco para enseñar a pensar sobre el presente y la construcción del futuro de la región, de una manera integral, que contemple la economía como un aspecto importante de la vida y la sociedad, pero no como el único y el más importante factor de desarrollo de las y los habitantes de la región. Todo esto debería hacernos pensar en cuál es el modelo de ciudad y región que queremos; cuál es el modelo de desarrollo que queremos para nuestros hijos e hijas. Y en este contexto, resignificar el aeropuerto como símbolo para conectarse, primero con otras regiones del país, luego con el mundo, desde la economía, pero una economía que beneficie a todos y todas; adicionalmente, también desde la cultura, la educación, el arte y la solidaridad. 9 Bogotá: una metrópolis La falacia del desarrollo regional desconcentrado para Bogotá y Cundinamarca Por Darío Antonio García Los primeros diez años H an transcurrido diez años desde el momento en que la gobernación de Cundinamarca y la alcaldía de Bogotá firmaron el acuerdo de voluntades para hacer de la ciudad y el departamento una “región”, en lo que hoy se conoce como la ciudad región Bogotá-Cundinamarca. En los últimos diez años han aparecido diversos documentos que alimentan esta idea. Es así como desde el acuerdo de voluntades, firmado en el 2001, nace el concejo regional de competitividad (hoy Comisión Regional de Competitividad CRC), conformado por el sector público, empresarial y académico. En 2003 sale a la luz pública el documento “Bases del plan de competitividad”; en el mismo año se emite el documento Conpes 3256 que lleva por titulo “Políticas y Estrategias Para la Gestión Concertada del Desarrollo de la Región Bogotá-Cundinamarca”; en 2004, la gobernación de Cundinamarca divulga su texto “Articulación De Los Planes de Ordenamiento Territorial de los Municipios del Departamento de Cundinamarca y el Diseño e Implementación y Puesta en Marcha del Sistema de Información Geográfica Regional”; en 2005, motivados por la posible firma del TLC con Estados Unidos y haciendo caso omiso de los mandatos del gobierno Nacional, se publica el documento “ Agenda Interna para la Productividad y la Competitividad de la Región” con 71 proyectos que serían ejecutados con el ánimo de construir el desarrollo regional. En adelante, la alcaldía de Bogotá, la gobernación de Cundinamarca y la Corporación Autónoma Regional, apoyados por Universidades (fundamentalmente privadas), de la Cámara de Comercio de Bogotá y del sector empresarial de la ciudad y el departamento, con múltiples estudios, constituyen el “Plan Regional de Competitividad Bogotá-Cundinamarca 2010-2019”. Por su parte el observatorio de la región 10 Bogotá: una metrópolis. La falacia del desarrollo regional desconcentrado para Bogotá y Cundinamarca Bogotá-Cundinamarca realiza balances permanentes sobre el comportamiento de la economía y la inversión en Bogotá y Cundinamarca. Lo que parecen tener en común estos textos, entre muchos otros publicados en la década pasada, es un mismo proyecto de desarrollo, una misma forma de mirar el mundo y el rumbo del país y la región. Tres son los pilares de dicho proyecto de desarrollo: 1. Inversión extranjera e internacionalización de la economía de Bogotá y Cundinamarca. 2. Competitividad regional. 3. Integración regional (en lo que tiene que ver con su ámbito infraestructural). De fondo, lo que parece tener en común la idea, es la imposición de un modelo de desarrollo pensado para favorecer la internacionalización de la economía mundial sin contar con los intereses, deseos y expectativas de la población del departamento y la ciudad de Bogotá; los proyectos y las obras que en la actualidad están en fase de desarrollo no han sido comprendidos y construidos por la población: el espacio y sus características geográficas vienen cambiando y las comunidades, atónitas, no se explican a qué se deben dichas transformaciones. Parece cierta la afirmación del geógrafo David Harvey cuando dice que los ricos dominan el espacio mientras que los pobres se encuentran atrapados en él. ¿Construir una región? ¿O, imponerla sin ser viable? El reto para la Gobernación de Cundinamarca, para la alcaldía de Bogotá y para la CAR es la configuración de lo regional: Hacer de Bogotá y Cundinamarca una región; pero ¿qué se entiende por lo regional? ¿Cuáles son los elementos que definen a una región? Ha existido históricamente en Colombia una discusión importante al respecto que los actores antes enunciados han ignorado. La literatura oficial sobre la ciudad región (es decir, la enunciada en la primera parte de este artículo) comprende que el espacio se regionaliza por las acciones de reconfiguración espacial que el mercado a nivel mundial demanda. En últimas las regiones no las construyen las personas sino el mercado: “Los territorios relevantes en la economía global se caracterizan por integrar sus zonas urbanas más desarrolladas y los entornos suburbanos y rurales, dando lugar a formaciones regionales con capacidad para interactuar competitivamente con las redes mundiales de ciudades región”1. En teoría, la construcción de la región estará marcada productivamente por un modelo de desarrollo endógeno, que resaltará las ventajas competitivas de Bogotá y el departamento para sacar mejor provecho de la actividad comercial en los mercados internacionales. Esto, reiteramos, en teoría, traerá beneficios para la población en su conjunto. Dos elementos de fondo vale resaltar en lo que hemos hasta ahora enunciado: En primer lugar, el discurso sobre lo regional está siendo utilizado de manera retórica sobre una región que no existe ni político-administrativa, ni socioculturalmente. Esta región, se supone, va a construirse impulsada por un modelo de desarrollo que el empresariado local, internacional e instituciones gubernamentales apoyadas por la academia, vienen gestando sin tener en cuenta a las personas que habitan el espacio; en segundo lugar, el desarrollo endógeno de que se habla, está maquillado por un discurso que no cambia la realidad productiva; todo lo contrario, detrás de él se esconde la reprimarización de la economía. En últimas, entramos al mercado internacional con productos con poco valor agreConpes 3256. POLÍTICAS Y ESTRATEGIAS PARA LA GESTIÓN CONCERTADA DEL DESARROLLO DE LA REGIÓN BOGOTÁCUNDINAMARCA. Bogotá, 2003. 1 11 Bogotá: una metrópolis. La falacia del desarrollo regional desconcentrado para Bogotá y Cundinamarca gado en la propuesta productiva hecha para Cundinamarca y los municipios aledaños a la capital. Nuestra posición en la economía mundial no cambia sino se afirma. Por último, vale recalcar que los proyectos agenciados por la Comisión Regional de Competitividad y apoyados por diferentes sectores públicos y privados, están demarcando la ruta a seguir de los municipios del departamento de Cundinamarca: están eliminando la poca autonomía que quedaba a los municipios y a las personas que los habitan para definir qué rumbo quieren tomar. En este contexto no importa si los y las habitantes construyen una identidad regional y una pertenencia territorial, la región no está siendo construida de abajo hacia arriba: este es un proceso de “regionalización” ajeno a las personas y por supuesto, impuesto. ¿DESARROLLO REGIONAL DESCONCENTRADO? Al iniciar este proyecto de “regionalización”, el Concejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES) decidió optar por un modelo de desarrollo desconcentrado de la siguiente manera: 1 concentrado 19 municipios Este modelo abarca la conexión de 116 municipios como la figura lo enuncia. La idea que hizo al Conpes optar por este modelo es que, según ellos, la región Bogotá-Cundinamarca “requiere del diseño de una estrategia regional de desarrollo desconcentrado que movilice los recursos alrededor de una visión compartida del desarrollo en busca, fundamentalmente, de posicionar ventajosamente a la región frente al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas –ALCA– y la coloque como la zona más dinámica de la Comunidad Andina-CAN2”. Sin embargo, muchas cosas han pasado desde el momento en que el Conpes planteó esta idea hasta la actualidad. Además de no ser firmado el ALCA, el desarrollo regional desconcentrado no ha podido ser. La gobernación de Cundinamarca, en su documento “Articulación de los planes de ordenamiento territorial de los municipios del departamento de Cundinamarca y el diseño, implementación y puesta en marcha del sistema de información geográfica regional”, expone la división subregional del departamento de la siguiente manera: 2 LINEAL 3 DESconcentrado 66 municipios 116 municipios Concentración del desarrollo Asentamientos principales Infraestructura estratégica 12 Conpes 3256. Políticas y estrategias para la gestión concertada del desarrollo de la Región Bogotá-Cundinamarca, 2003. 2 Bogotá: una metrópolis. La falacia del desarrollo regional desconcentrado para Bogotá y Cundinamarca Nº 1 Subregión Alto Magdalena y Tolima 2 Rioseco y Tolima 3 Bajo Magdalena y La Dorada 4 Río Negro y Boyacá 5 Valle de Ubaté y Boyacá 6 Cuenca alta del río Bogotá y Boyacá 7 Guavio y Chivor 8 Llanos orientales y Meta 9 Chingaza y valle del río Negro y río Blanco 10 11 Sumapaz y Tolima Sabana de Bogotá Mapa subregional El desarrollo desconcentrado no ha sido posible simplemente porque la inyección de capital en la “región” está pensada en su inserción con el mercado mundial, de manera que las empresas adquieren una ubicación que les facilite la exportación y una demanda efectiva de lo que producen. Según la Cámara de Comercio, Bogotá concentra el 27% de las empresas a nivel nacional, mientras que Cundinamarca tan solo el 4%. “Según la localización de las empresas de la región, el 85% se encuentra en Bogotá, el 15%restante se distribuye entre los municipios de las provincias de Sabana centro (3,3%), Sabana occidente (2,8%), Soacha (2%), Alto Magdalena (1,4%) y Sumapaz (1,3%)3”. CÁMARA DE COMERCIO DE BOGOTÁ. DINÁMICA DE LA INVERSIÓN EMPRESARIAL EN LA REGIÓN BOGOTÁCUNDINAMARCA 2007-2008. Bogotá, agosto de 2008. 3 La relación que sostiene la capital con el departamento sigue siendo de extracción. Cierto es que la ciudad está expulsando población e industria a sus afueras, y esto puede representar un cambio en los usos y valores del suelo de los municipios así como un aumento en su productividad; sin embargo esto no necesariamente implica la desconcentración del desarrollo. Apegándonos al mapa subregional (ver arriba), y a la información estadística que sobre este tema ha ofrecido la Cámara de Comercio de Bogotá y otros estudios4, se encontrará que la expulsión de población fundamentalmente se está dando hacia la Sabana de Bogotá, así como la expulsión y lleSe recomienda ver por ejemplo: FRANCOISE, DUREAU entre otros. METRÓPOLIS EN MOVIMIENTO, UNA COMPARACIÓN INTERNACIONAL. Editorial Alfa Omega Colombiana, 2002. 4 13 Bogotá: una metrópolis. La falacia del desarrollo regional desconcentrado para Bogotá y Cundinamarca gada de nuevas empresas. Por su parte, según los mismos documentos mencionados anteriormente, los municipios más lejanos a Bogotá, poco o nada han cambiado su actividad e intensidad productiva. De la misma manera, el desplazamiento de algunas empresas a la Sabana y la creación de otras nuevas no han logrado mejorar las condiciones de pobreza, desempleo, ausencia de hospitales con infraestructura adecuada y demás carencias. La floricultura, sector que es todavía representativo en la Sabana en lo que respecta a creación de empleos, viene en descenso generando un aumento de la tasa de desempleo en la sabana. Las nuevas industrias y el nuevo camino productivo del departamento no han logrado suplir este vacío. El saldo en términos de empleo es negativo. Según la Cámara de Comercio, “Al terminar el 2008, se encontraban en la región Bogotá-Cundinamarca 286 mil empresas (31% de las registradas en el país) y la inversión extranjera en la ciudad llego a la cifra de US $2.364 millones, el 70% de la inversión directa que llegó al país”; sin embargo tal como lo enuncia la Corporación Cactus: “… a pesar de la retórica que emana de las instituciones gubernamentales, es preciso subrayar que el proyecto de integración económica de BogotáCundinamarca se ha llevado a cabo teniendo en cuenta los intereses de los TLC, favoreciendo a la empresas estadounidenses y Europeas junto con las élites locales, más que el bienestar de los ciudadanos de la región5”. 5 Revista Cactus 26, agosto de 2010, página 35. 14 En su estricta lectura geográfica, ciudad región no promueve el desarrollo regional desconcentrado; la integración infraestructural facilita el flujo de mercancías hacia el centro (que en este caso es Bogotá). El desarrollo parece estar presente en los índices de productividad, pero dichos índices no se traducen en mejores condiciones de vida para las personas; es decir; el beneficio de la actividad productiva no ha sido desconcentrado; de manera que puede ser más sensato hablar de un proceso de metropolización que refuerza la vocación tradicional de los unos y los otros: lo que se nos ha vendido como un novedoso proyecto resulta ser en realidad un modelo espacial de más de 27 siglos de antigüedad: la metrópolis. La metrópolis como forma espacial concentra por naturaleza los beneficios de la productividad de su radio de acción. En la antigüedad representaba el centro cultural, económico, religioso, político y social; los habitantes de la polis poseían un nivel de vida mucho más alto que los habitantes de las colonias, y la polis como tal, tenía un nivel de influencia decisivo en la vida social de las colonias y su crecimiento estaba limitado por el radio que podía controlar política y militarmente. Las polis son a las colonias lo que Bogotá a los municipios aledaños. En 1920, Bogotá se abastecía de las aguas de los ríos San Francisco y San Cristóbal, las cuales luego de ser desinfectadas con cloro eran llevadas al tanque de Egipto y repartidas a los habitantes por una rústica red de conexiones que llegaban a muy pocos domicilios de la ciudad. La poca cantidad y pésima calidad del líquido generaba graves problemas de salud e higiene a sus casi 144 mil habitantes. Ppt BID 50 años caso río Bogotá, CD Memoria seminario de recursos naturales y minero energéticos AURY SARA 2009. Foto 126. Recorrido Cuenca media río Bogotá Mesa Territorio Red Juvenil Itoco, 2010. En 1923 se dio comienzo a la primera parte del Sistema Vitelma para el tratamiento de las aguas de los ríos San Cristóbal, Tunjuelito y sus afluentes, la infraestructura más valiosa que tiene la empresa de acueducto y alcantarillado de Bogotá, declarada patrimonio histórico y artístico de la nación en 1988. Actualmente, de los 116 municipios de Cundinamarca, sólo 53 cuentan con agua potable, 33 tienen planta de tratamiento pero no agua potable y en 23 de ellos no hay potabilización. 15 Presentación: Iniciamos el viaje en el agua de donde nace la vida, en los ríos, que se van transformando a través de acueductos y embalses, para el abastecimiento de la creciente población. En la ruta siempre es reconfortante encontrar-nos con estos rostros... alegres, inciertos, inquietos, que ante todo parecen seguros de acompañar los pasos... en la defensa del preciado líquido y el territorio. Cundinamarca tuvo una profunda transformación en el siglo XX, debido al proceso masivo de urbanización que derivó en que la capital fuera el centro natural en torno al cual se desarrollaron las principales actividades económicas, sociales y político administrativas del país; a esto se suma posteriormente el fenómeno del desplazamiento forzado. Para 1938 la población de Bogotá era de 355.502 personas, mientras en Cundinamarca ascendía a 819.105 habitantes1. Para 2009 la población de Bogotá creció a 7.259.597 y la de Cundinamarca a 2.437.1512. En la actualidad la Ciudad región concentra más del 20% de la población del país y aporta el 33% del Producto Interno Bruto (PIB) del mismo. Sin embargo, para 2005 el 49,67% de la población cundinamarquesa estaba viviendo por debajo del umbral de pobreza, mientras el 16,6% se encontraban viviendo en la miseria3. Esta tendencia demográfica y migratoria, los altos niveles de pobreza, el modelo de producción predominante, entre otros aspectos, hacen del territorio de la Sabana de Bogotá, un escenario de alto impacto sobre los recursos naturales, una de cuyas más fuertes expresiones es el Río Bogotá, uno de los más contaminados del mundo. http://www.eclac.org/publicaciones/xml/0/14000/lcl2013-P1.pdf Observatorio de la región Bogotá-Cundinamarca. Cámara de Comercio de Bogotá 2009 3 López, Castaño, Hugo., y Núñez Méndez, Jairo.“Pobreza y desigualdad en Colombia: Diagnóstico y estrategias. Misión para el diseño de una estrategia para la reducción de pobreza y desigualdad”, Departamento Nacional de Planeación, Bogotá, 2007. 1 2 S. M. Doña María Teresa Roldán Fernández y su Corte de Honor. 1930. Familia que vive de la ronda del río Botello en Facatativá. Foto Colectivo Dejando Huellas, 2011. Familia aristocrática de Teusaquillo en 1930. Foto Gumercindo Cuéllar. Trabajadores de flores-Conflicto Flores La Sabana. Foto Corporación Cactus, 2009. Familia campesina cundinamarquesa en 1930. Foto Gumercindo Cuéllar. 16 Niños hijos de trabajadores de flores en festividad del 14 de febrero, Día de las Trabajadoras y trabajadores de Flores, 2009. Natural de la Laguna de Fúquene - 93 años - Bogotá. Foto Gumercindo Cuéllar. Mujer e hija cundinamarquesas en 1930. Foto Gumercindo Cuéllar. Familia cundinamarques en 1930. Comunidad campesina cundiboyacense en 1930. Foto Gumercindo Cuéllar. Foto Gumercindo Cuéllar. Niños trabajadores vía Facatativá. Foto Gumercindo Cuéllar. Nativo de la Laguna de Fúquene. Boyacá - Cundinamarca Foto Gumercindo Cuéllar. Ppt BID 50 años caso río Bogotá. CD Memoria Seminario de Recursos Naturales y Minero Energéticos AURY SARA, 2009. Foto 126. Familia bogotana en paseo sabanero, 1930. Foto Gumercindo Cuéllar. Trabajo realizado por Andrea Cárdenas y Leonardo Luna Fotografía antigua: Archivo de Gumercindo Cuéllar, recopilado por Juan David Delgado. Fotografía actual: Corporación Cactus y Origen Urbano Jóvenes marchando el Primero de Mayo en Madrid, Cundinamarca. 17 Foto Corporación Cactus, 2010. En los setenta se trasvasaron y bombearon las aguas altamente contaminadas del río Bogotá para ampliar la generación de energía del sistema energético, sin importar el grave impacto que esto trajo para Sibaté y su entorno, con múltiples violaciones a los derechos de los pobladores a la salud y al ambiente. Desde 1997 la empresa generadora propietaria de la represa es EMGESA, hoy filial colombiana del grupo español ENDESA, el mayor grupo eléctrico de América Latina. Mujer lavando en el río Botello Facatativá. Recorrido colectivo Dejando Huellas, 2009. Embalse del Muña. Recorrido río Bogotá, Mesa Territorio-Red Juvenil Itoco, 2010. El Muña fue el sitio preferido para la recreación de los pobladores de Bogotá y sus alrededores hasta mediados del siglo XX, cuando se construyó el Embalse para almacenar el agua de dos microcuencas, con la perspectiva de generar energía aprovechando la fuerte caída del salto de Tequendama. 18 ¿Tiene cabida la agricultura en la sabana del mañana? ¿Tiene cabida la agricultura en la sabana del mañana? Por Cenelia Serna Antecedentes de la agricultura en la Sabana: indicios de hacia dónde vamos C on mucha seguridad nuestras últimas dos o tres generaciones no pudieron ser testigas directas de lo que significó la agricultura para la vida de la región y el país. La Sabana de Bogotá, ha sido considerada uno de los ecosistemas mas ricos del mundo, llegando incluso a ser catalogados sus suelos como los más fértiles de Colombia. Estos suelos se han formado con aportes importantes de cenizas volcánicas, materiales orgánicos de las antiguas lagunas de la altiplanicie y sedimentos provenientes de las montañas que la circundan. Por esta razón, son suelos bien estructu- 100 Gráfico 1. Evolución del uso del suelo en la Sabana de Bogotá 90 rados, ricos en materia orgánica y nutrientes, profundos y con buenas características 80 75,88 físicas, que han permitido que este espacio 70 61,9 ofrezca las más altas y mejores condiciones 60 para la producción de gran variedad de es50 pecies agrícolas. Es así como se ha estima38,1 40 do que los predios de la Sabana de Bogotá 30 24,12 han llegado a ser 24 veces más productivos 20 que suelos de otras regiones del país. 9,4 90,6 Agrícola Pasturas 10 0 Para los años 60, la estructura del uso del 1960 1970 suelo de la Sabana correspondía fundamentalmente a pasturas en un 61,9% y a la producción agrícola en un 38,1%. Pese a que la Sabana de Bogotá mantuvo la tendencia nacional sobre los porcentajes de los terrenos destinados a la agricultura y a praderas, los cuales no corresponden con sus reales vocaciones1 la Sabana mantenía un potencial productivo agrícola importante, base de su abastecimiento y del 1989 Las áreas dedicadas al pastoreo son dos veces superiores a las que realmente presentan esta vocación, mientras que las destinadas a la agricultura son diez veces menor. 1 19 ¿Tiene cabida la agricultura en la sabana del mañana? miento de las áreas cultivadas se mantenían para todos los cultivos de la zona, excepto para el cultivo de flores, que cada vez iba ganando terreno literalmente, pues para esta fecha cerca del 12% de área de la sabana estaba dedicada al cultivo de flores. abastecimiento de la ciudad capital. Para 1970 el área agrícola había decrecido en cerca del 13%. Para 1990 el panorama no era el mejor, las pasturas alcanzaban un área del 90,6% mientras que la agricultura solo llegaba al 9,4%. Evolución de la agricultura de 1960 a 1990 80 Gráfico 2. Evolución de la agricultura tradicional en la Sabana de Bogotá 73,37 70 65,59 56,89 60 50 30 Cereales 36,65 40 Papa 25,84 Hortalizas 24,86 20 10 0 9,35 6,45 0,78 1960 1970 1989 En el 38,1% del área dedicada a la agricultura se destacaban principalmente los cultivos de cereales (trigo, cebada, maíz), papa y hortalizas. Es así, como hacia la década de los 60s, del área dedicada a la agricultura en la Sabana un 73,3% correspondía a cultivos de cereales, un 25,8% a cultivos de papa y el 0,78 % restante a hortalizas. Puede apreciarse en el grafico, cómo mientras la papa y las hortalizas ganaban terreno, los cereales iban saliendo de la producción Sabanera de forma acelerada. Según esta misma fuente2, para 1990 el área cultivada en papa había decrecido a un 58% y el cultivo de cereales como trigo y cebada en un 14%, lo que indica que la producción había decrecido en cerca de un 68%. Esta tendencia del decreciGustavo Montañez Gómez. Oscar Arcila Niño, Juan Carlos Pacheco, et al. ¿Hacia dónde va la sabana de Bogotá? Capítulo III. El escenario económico. Páginas 101 a 109. 2 20 Las grandes extensiones de suelo fértil, cubiertas de plásticos bajo los cuales se producen las tristemente hermosas flores de la Sabana de Bogotá, han sacado de sus espacios productivos a cientos de pequeños productores que sustentaban su vida de cultivos tradicionales que garantizaban el 47% de abastecimiento a la región y a la ciudad capital. Además ha obligado a los pequeños y medianos agricultores que aun resisten en la Sabana a ubicarse en zonas de ladera y a ampliar la frontera agrícola, agudizando los ya conocidos problema ambientales. El mantenimiento y sostenimiento de este monocultivo ha propiciado la alteración del microclima de la zona, la acumulación de agroquímicos, la extracción masiva de aguas subterráneas. Aquí cabe anotar que, según estudios de la Sociedad Geográfica de Colombia, en la Sabana de Bogotá el recurso hídrico en realidad no es muy abundante a pesar de estar rodeada de extensos páramos. De acuerdo con los estudios de los rendimientos medios de agua en la cuenca alta del río Bogotá son inferiores a los del resto del país, varían entre 10 y 25 L/s/km2 en las cabeceras de las subcuencas y entre 3 y 10 en la Sabana. Esta situación se explica por el bajo volumen de las lluvias en el año y por la voluminosa extracción de la misma. El declive de la agricultura tradicional La Sabana de Bogotá permanentemente se ha venido enfrentando a grandes y graves cambios, pa- ¿Tiene cabida la agricultura en la sabana del mañana? sando de la producción de elementos básicos para la alimentación, a las flores, el cemento y la agroindustria, elementos básicos para la acumulación. Para 1992 y a raíz de la aplicación de la apertura económica, en el caso de la agricultura salieron de la producción alrededor de 300 mil hectáreas, entre las que se destacan áreas dedicadas a cultivos de soya, cebada, maíz y algodón principalmente, derrumbándose la producción de cultivos transitorios; mientras las estadísticas y las condiciones de vida de las familias dedicadas a estos cultivos mostraban una alarmante baja en la producción, crecían a pasos agigantados las importaciones. Para 1999 las hectáreas salidas de la producción nacional ascendían a 800 mil. Un ejemplo de ello: “Las importaciones de trigo se multiplicaron por más de dos veces y media, las de cebada se duplicaron, las de legumbres y vegetales se triplicaron y las de arroz, soya, maíz amarillo y algodón, de las que nos autoabastecíamos antes de la apertura, para 1997 ya valían más de 700 millones de dólares respectivamente. Hasta nos invadieron de frutas chilenas.”3 Con la aplicación de estas políticas, obviamente la Sabana de Bogotá se veía fuertemente afectada y por ende veía, al igual que bastas áreas de la geografía nacional, cómo se iba enfrentando a una alarmante e irreversible pérdida de su vocación agrícola tradicional. aquí, en lo que corresponde a los seres pensantes, donde se agudizan los problemas. • El uso excesivo de maquinaria agrícola ha sido una práctica comúnmente utilizada en la Sabana de Bogotá cuando se inicia un ciclo de producción; esta práctica ha generado el deterioro de las propiedades fisicoquímicas del suelo, ha aumentado la erosión hídrica y/o eólica, ha generado su compactación reduciendo sustancialmente la tasa de infiltración y de retención de humedad. • La aplicación indiscriminada de plaguicidas químicos, en todas las fases de cultivo, se expresa frecuentemente en dosis más altas de las recomendadas y con mayor número de aplicaciones, con el agravante de que los insumos más usados corresponden a la clasificación de categorías toxicológicas I y II, es decir extremadamente y altamente tóxicas4. Las aplicaciones se realizan en la mayoría de los casos sin ningún tipo de criterio técnico, son aplicaciones calendario independiente de que el cultivo los requiera o no. Esta práctica ha llevado a un mayor deterioro del suelo, contaminación de las MAL USO Y MANEJO DE LOS ESPACIOS DE LA SABANA El suelo es un recurso natural, indispensable para la subsistencia de los seres vivos. Su formación lo influencia el material, el relieve, el clima y los organismos, incluidos en ellos los seres humanos, y es El sector agropecuario colombiano frente al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Recalca. Cartilla de estudios No. 2, 2006. Pág. 23. 3 4 Resolución No. 10834 del 25 de noviembre de 1992. 21 ¿Tiene cabida la agricultura en la sabana del mañana? aguas y pérdida casi irreversible de la microflora y microfauna edáfica. • Urbanización acelerada y desordenada. El paisaje de la Sabana de Bogotá, está pasando de una gama de tonos provista de todos los colores, a una red de grises que dejan entrever poco colorido. La Sabana de Bogotá está siendo víctima de la más acelerada y desordenada urbanización y, como círculo vicioso, vuelven a estar en juego las fértiles tierras de la Sabana, la producción agrícola y la seguridad alimentaria de la región. Una expansión urbana sin consideraciones humanas, paisajísticas ni ambientales, que atenta contra la cultura, que genera graves cambios en el estilo de vida de sus pobladores y pobladoras. Tal y como la plantea Julio Carrizosa: “Las características de concentración de poder y de dinero en la capital y las circunstancias en que vive el resto del país... permiten prever que las migraciones hacia la Sabana de Bogotá se intensificarán durante los próximos años y que el poco más de cien mil hectáreas planas que quedan al norte y al occidente de la ciudad, en el Distrito y en otros municipios, se urbanizarán con la misma o mayor velocidad con que se urbanizaron las 35.000 hectáreas que hoy cubre la capital, o sea que al finalizar el siglo XXI es posible que hayan sido cubiertas con calles y casas más de la mitad de las tierras con alto potencial agropecuario”.5 Proyección de la agroindustria con perspectivas netamente exportadoras En consonancia y plena consecuencia con las políticas nacionales actuales, el enfoque sobre política agropecuaria planteado para el sector es el de libre comercio, donde se pone de presente la urgencia Tomado de Revista de Estudios Sociales No. 32, abril de 2009: Pág. 206. Lograr la sostenibilidad: un debate entre Bogotá y la región. 5 22 de apertura de nuevos mercados, priorizando la expansión del mercado de productos agropecuarios, como bien está planteado en el documento del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural “APUESTA EXPORTADORA AGROPECUARIA 20062020”6. En esa apuesta de apertura de mercados, el gobierno Colombiano ya ha firmado varios acuerdos comerciales con países como Venezuela, México, con la Comunidad Andina de Naciones, con Chile y los países del Mercosur. Hace poco entró en vigencia el TLC con Canadá, ya tiene acuerdos comerciales con Japón y continúa haciendo grandes esfuerzos y el lobby necesario para que se haga realidad el TLC con Estados Unidos, su más entrañable objetivo. Como es sabido por todos, incluso por el mismo gobierno nacional, esta competencia internacional, desleal y desigual genera grandes presiones sobre las economías agrícolas y pecuarias más sensibles, (seguramente aquellas sobre las que se fundamenta la soberanía alimentaria de las y los colombianos). Para amortiguar los impactos generados por el libre mercado en este sector de la economía y proteger a los productores y sus productos, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) planteó el programa de Agro Ingreso Seguro (AIS). No es necesario entrar en detalles sobre la eficacia de este programa; sabemos bien a dónde fueron a parar esos recursos. El Gobierno Nacional a través del MADR, en concierto con los gremios, identificaron y priorizaron los diez grupos de productos de mayor potencial para la exportación7, las áreas en las cuales se deApuesta Exportadora Agropecuaria. Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. 2006-2020. 7 Los productos priorizados como promisorios exportables pueden verse en la Tabla I. Productos Priorizados en la Apuesta Exportadora Agropecuaria 2006-2020, del artículo “El no tan incierto futuro de la floricultura”, en esta misma revista. 6 ¿Tiene cabida la agricultura en la sabana del mañana? sarrollaría el potencial productivo y las regiones que garantizarán la producción, para lo cual fueron considerados aspectos tales como: las oportunidades de mercado para cada producto, los requisitos para lograr su admisibilidad en los mercados internacionales, las regiones del país que ofrecen las mejores condiciones para su producción y los instrumentos de política que servirán de apoyo para incrementar su competitividad y asegurar su ingreso a los mercados externos. Según, este mismo documento, el gobierno espera que entre 2006 y 2020 el área sembrada de cultivos con potencial exportable crezca en 2,5 millones de hectáreas, pasando de 1,9 millones a 4,4 millones. Proyecta que el incremento en el área sembrada de otros cultivos será de 302.569 hectáreas, pasando de 2,9 millones en 2006 a 3,2 millones en 2020. Aunque no deja claro cuáles son los otros cultivos, podría suponerse que son aquellos que no tienen propósitos de exportación y por lo tanto son para el consumo interno, desestimulando la producción para el consumo nacional, la producción de todos aquellos agricultores que no pueden hacer parte de las cadenas productivas o que no se encuentran en las zonas priorizadas. Todos los recursos y esfuerzos estarán centrados en la oferta agroexportadora, dejando a la deriva y a la dependencia de las importaciones, la alimentación de las y los colombianos. ¿Qué se propone para la Sabana? El Modelo Empresarial de Gestión Agroindustrial (MEGA) se vende como la estrategia de desarrollo económico para la región Bogotá-Cundinamarca, que tiene como objetivo el Fortalecimiento de la capacidad productiva y exportable de sus productos agrícolas y agroindustriales. El MEGA apoya los productos de la cadena de Hortalizas, Hierbas aromáticas, medicinales y condimentarías, Follajes, Tubérculos, Productos procesados, Frutas. Su fin es apoyar la agroindustria exportadora, “Nuestros servicios están fundamentados en los Gestión Productiva, promueve sus proyectos integrales de producción, en la cadena agroindustrial, orientándolo a los mercados internacionales”8. Tal y como está planteado en el Plan estratégico del Corredor tecnológico agropecuario para la Sabana occidente: “existen algunas especies hortícolas que han probado en algunas regiones su capacidad de adaptación a suelos salinos y que tienen potenciales de uso en alimentación animal y de generación de energía, como la remolacha azucarera, de la cual se tiene noticia de algunos ensayos exitosos. Es deseable hacer investigación alrededor de esta especie en la Sabana de Bogotá con el fin de conformar un paquete tecnológico integral de producción, manejo del suelo y agua y postcosecha incluyendo oferta para alimentación animal y procesamiento para generación de energía”9. En ese mismo sentido la Mesa de Competitividad de la Sabana de occidente planteó: “…varias son las apuestas productivas que nos atañen, entre ellas, la agroindustria, alimentos, flores, hortalizas, frutales y aromáticas con buenas perspectivas exportadoras. Igualmente el Turismo, la Informática y Salud de alta complejidad. En el sector de Industria se destacan: confecciones, químicos, bebidas, cosméticos, construcción, aseo, automotor”10. Es evidente que la Sabana se consolida como el espacio estratégico para el desarrollo de las políticas agroexportadoras, pues es una región que reúne todos los criterios, requisitos y ventajas exigidas por el mercado mundial; muestra de ello son to- http://www.megagroindustrial.org.co/portal/default.aspx?catID=1 Corredor Tecnológico Agropecuario para la Sabana Occidente. Universidad Nacional de Colombia –SENA– Corpoica. Plan Estratégico. Bogotá D.C, julio 2006. 10 Mesa de Competitividad de la Sabana de Occidente. Centro de Biotecnología Agropecuaria, 2008. 8 9 23 ¿Tiene cabida la agricultura en la sabana del mañana? das las propuestas que se vienen imponiendo y se impondrán. La Sabana de Bogotá está siendo destruida sin consideraciones. A este ritmo, en pocos años los colombianos asistiremos a presenciar las consecuencias de un viaje sin retorno, como producto de unos intereses que priorizan el mercado y anteponen la acumulación de capital pasando por encima de los seres humanos y en particular de los más desprotegidos; unos intereses que arrasan indiscriminadamente con extensas áreas aptas para la agricultura, estratégicas para la protección del medio ambiente y del paisaje, que a la vez permiten la recreación de las comunidades que las circundan. Todos las políticas que se han venido implantando a través de los años, han desplazado al agricultor y su agricultura tradicional, la misma que no puede competir con la agroindustria de alta productividad y rentabilidad que es la prioridad del mercado internacional; los está desplazando a las laderas, o a la periferia de la ciudad e incluso de sus propios municipios, mientras paradójicamente sectores capitalistas, grupos económicos, e inversionis- 24 tas, constructoras e inmobiliarias, las clases alta y media, que en su mayoría están directa o indirectamente implicadas en estas políticas, cual aves carroñeras se apropian de las tierras despojadas, pues tienen en la Sabana de Bogotá la oportunidad de seguir enriqueciendo sus arcas. El futuro agrícola y pecuario que se viene proyectando para la Sabana de Bogotá no es el más prometedor; las políticas diseñadas para la región generarán graves consecuencias: la perdida irreversible de la agricultura tradicional para el abastecimiento interno, la perdida de los suelos más fértiles de Colombia, enfrentarse en el mediano plazo a un fuerte desabastecimiento de alimentos, deterioro de las más elementales condiciones de vida. Pensemos un poco si no es el momento de emprender acciones que estén a la altura de la problemática, es el momento de empezar a reflexionar cuál es el tipo de Sabana que queremos, cuál es el modelo de desarrollo o el proyecto de vida que soñamos para nosotros y las generaciones futuras. Si el problema es regional, regionales tendrán que ser las salidas; si la problemática es grande, grandes tendrán que ser las soluciones. El no tan incierto futuro de la floricultura El no tan incierto futuro de la floricultura Por Omaira Páez Sepúlveda Los continuos cierres de decenas de empresas de flores, los más de 22.000 empleos perdidos en los últimos cinco años, las nuevas formas de organización empresarial así como las insistentes quejas del gremio floricultor por la pérdida de rentabilidad causada por la revaluación del peso, generan incertidumbre frente al futuro del sector. El artículo aborda algunos aspectos relevantes que indican que aunque en los programas para la exportación y en la planeación regional las flores cortadas pierden proyección frente a otros productos, el sector seguirá trabajando por la “competitividad” y seguirá siendo apoyado por el gobierno nacional. Los empresarios seguirán descargando el peso de “salvar” a las empresas en las trabajadoras y trabajadores, quienes, impedidos para ejercer su derecho a la organización sindical seguirán sometidos a una fuerte explotación laboral con violaciones de sus derechos fundamentales, en especial, el derecho a la salud. C ompletando más de seis años de la llamada crisis de la floricultura1, la realidad de los habitantes de la Sabana de Bogotá y de municipios del oriente antioqueño como La Ceja se encuentra signada por el desempleo campante debido a la pérdida de más de 22.000 puestos de trabajo, la degradación de las condiciones laborales y el aumento de las cargas de trabajo para quienes continúan vinculados a las empresas floricultoras. Así mismo, los frecuentes cierres de las empresas (sobre todo de aquellas en donde hay presencia la organización sindical independiente) y el uso de terrenos donde antes se erigían cientos de invernaderos para la construcción de grandes bodegas, En 2004, el Banco de la República efectuó la investigación Comportamiento reciente (2000-2005) del sector floricultor ante las fuertes evidencias de la pérdida de rentabilidad de las empresas por efecto de la revaluación del peso. De otra parte, la tendencia bajista del dólar se viene presentando en el país desde 2003. La Tasa Representativa del Mercado (TRM) abrió ese año en 2.864,79 pesos por dólar y cerró en 2.778,21 pesos por dólar.El Incentivo de Cobertura Cambiaria se estableció en 2004 con el fin de proteger a algunos sectores exportadores entre los que se encontraba el floricultor, otorgando $200 por cada dólar. 1 25 El no tan incierto futuro de la floricultura hacen que la población de la Sabana de Bogotá con preocupación e incertidumbre se pregunte por el futuro de la floricultura. aún cuando se sabe que ninguna medida de orden macroeconómico ha demostrado ser efectiva para estabilizarla. Aunque en los medios de comunicación el sector dejó de hablar de crisis y ahora se refiere a una disminución en su rentabilidad, ésta se adjudica únicamente a la pérdida de valor del dólar siendo que las amenazas sobre el sector son de variada índole, cerniéndose como grandes amenazas para el futuro del negocio tal como se verá más adelante. El sector floricultor, dependiente de la tasa de cambio, es entonces totalmente vulnerable ante sus oscilaciones, por lo que el fenómeno que viene afectándolos desde 2003 y que según previsiones de economistas no va a ceder, efectivamente constituye una gran amenaza para la sostenibilidad del sector. En primera instancia, debe enfatizarse que la revaluación del peso frente al dólar no equivale a que la moneda colombiana tenga más poder en el mercado global, sino a la entrada masiva de dólares al país por la venta de empresas públicas, por la Inversión Extranjera Directa y por el rentable negocio del narcotráfico, así como por la devaluación intencionada como política de Estado de los Estados Unidos para salvaguardar su economía. Aunque existen otras variables que inciden en la volatilidad de la tasa cambiaria, las autoridades monetarias que pretenden tener control sobre esta para proteger a los sectores exportadores, claramente no están en capacidad de hacerlo debido a que se trata de factores estructurales del modelo económico. Perdiendo terreno y disminuyendo el valor Los floricultores aceptan que las medidas que ha tomado el Banco de la República como la de comprar $20 millones de dólares diarios para frenar el flujo de esta moneda no tendrán un efecto continuo de largo plazo, por lo cual “la alta volatilidad continuará en el mercado cambiario afectando la competitividad del sector”2. Aún así, la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores ASOCOLFLORES sigue acusando al gobierno colombiano de no tomar las medidas suficientes para protegerlos de las oscilaciones de la tasa de cambio, Revista Asocolflores. ¿Competitividad con revaluación? Herramientas para enfrentar la pérdida de valor del dólar. Nº 77, Abril de 2011, pág. 57. 2 26 En 2009 Augusto Solano, presidente de ASOCOLFLORES, refirió que para 2004 el 85% de la flor para la exportación era comprada por el mercado de Estados Unidos y que para ese entonces ese importador compraba el 75% de la producción. Aunque la agremiación no explicó las causas de este descenso, el aumento de volúmenes de producción de flores colombianas tiene relación con estas variaciones y no solo la avanzada de otros competidores como podría pensarse. Apuntaba el señor Solano en el Seminario de Competitividad realizado en septiembre de 2009 por Asocolflores, que debía verse con preocupación que aunque el 78% de las flores importadas a Estados Unidos eran colombianas, los importadores nacionales recibían apenas el 65% del valor de las ventas. El 20 % conformado por productores de otros países percibían el 35% del valor. La disminución de la rentabilidad de la floricultura para la exportación a nivel global y de los productores colombianos en particular, tiene una relación causal con la fórmula que han utilizado los floricultores para enfrentar los periodos de crisis y para competir en el mercado, enfocada únicamente al aumento de la producción, extrayendo el mayor rendimiento posible a la fuerza El no tan incierto futuro de la floricultura de trabajo con el consecuente aumento del volumen y oferta del producto. De la misma manera, la presencia de otros productores que operan bajo la misma lógica y que también cuentan con recursos de la Unión Europea y de USAID como Kenia, Uganda, Tanzania y Ecuador han saturado los mercados, generando una baja continua en los precios. En este sentido vale recordar que DOLE FRESH FLOWERS, la línea de producción y comercialización de flores de la multinacional DOLE, tras evidenciar que las proyecciones de rentabilidad se alejaban de sus expectativas de ganancia, decidió en 2006 disminuir operaciones en Colombia y Ecuador y en 2008 terminó vendiendo a empresarios colombianos todas las fincas que había adquirido hacía a principios de los 2000. La disminución de la rentabilidad obedece también al aumento de los costos de los insumos y otros productos, que en algunos casos como los agroquímicos, plásticos y cartón pueden ser sustituidos por productos de menor valor y calidad, pero que en otros como el del combustible, que encarece los costos de transporte así como los fletes, no tienen posibilidad de variación. ASOCOLFLORES, ha advertido que el “encarecimiento” de los costos laborales constituye una amenaza para el sector aduciendo que éste, medido en dólares, se ha incrementado el equivalente al 140%3. Con esta afirmación los floricultores sugieren que los trabajadores de forma desconsiderada han agravado los problemas financieros de las empresas, ganando más que en cualquier sector, cuando en realidad siguen percibiendo en promedio un salario mínimo. De fondo, también insinúan que Colombia exportó 450 millones de flores para San Valentín, El universal. com. co http://www.eluniversal.com.co/cartagena/economica/colombiaexporto-450-millones-de-flores-para-san-valentin-8631. Publicado el 11 de febrero de 2011. Acceso 23 de septiembre de 2011. los floricultores deberían pagar salarios menores a los que actualmente perciben sus empleados y empleadas. ¿Salvar el sector? “La globalización radica en producir donde sea más eficiente en términos de costo; obtener más capital donde este sea más barato y vender donde sea más rentable” de N.R. Narayana Murthy es el epígrafe del artículo La floricultura en Colombia: de negocio a empresa4, publicado la Revista Asocolflores. La frase devela cuál es la lógica de los empresarios y permite entender por qué, a pesar de las generosas ayudas del gobierno colombiano que han estado también envueltas en escándalos de corrupción, el sector sigue en declive. Si el objetivo de un empresario o inversor que opera con la lógica de mercado imperante es la mayor obtención de capital y el negocio de la floricultura no está ofreciendo garantías suficientes para cumplir este fin, los empresarios no tienen ningún reparo en invertir sus capitales en otros negocios. El caso de grupos como Floramérica y Falcon Farms, entre otros, demuestra que si no se están cumpliendo las expectativas de ganancia no importa cerrar empresas, aunque se trate de empresas de tradición familiar o con décadas de antigüedad, que otras épocas el negocio les hayan proporcionado altísimas ganancias o que cuenten con trabajadores y trabajadoras que les han servido durante años. Ambos grupos fueron importantes beneficiarios de los subsidios del gobierno y de créditos blandos para exportadores y en 2009 encabezaban la lista de las empresas con mayores ingresos; sin embargo, desde 2010 vienen liquidando varias 3 Orozco, Guillermo A. La floricultura en Colombia: de negocio a empresa. Revista Asocolflores Nº 76, Diciembre de 2010. 4 27 El no tan incierto futuro de la floricultura de sus empresas y se encuentran en régimen de insolvencia según la ley 1116 de 2006. Actualmente la Fiscalía General de la Nación adelanta investigaciones sobre el destino de los recursos prestados por el Banco Agrario en la línea de crédito a exportadores en 2008 que ascendieron a 250 mil millones de pesos y que fueron garantizados en un 100% por el Fondo Agropecuario de Garantías, ya que en 2010 hubo indicios de que estos fueron invertidos en negocios diferentes a la floricultura y en empresas que operan en otros países5. varios años impulsando el modelo agroindustrial en Colombia. En el gobierno de Juan Manuel Santos, promotor de la “prosperidad democrática”, el agro es un sector productivo que se constituye en la “locomotora” de crecimiento económico junto con el de la minería. Frente a este sector, el gobierno de Uribe y ahora el de Santos pretenden la especialización en productos agrícolas para la exportación, que logren mayores ingresos para “generar más empleo e ingresos a miles de productores”6 y a la vez fomentar la modernización del sector agropecuario. El documento Apuesta Exportadora Agropecuaria Empleados de confianza de algunas de las grandes 2006-2020, del Ministerio de Agricultura y Desaempresas floricultoras, de manera confidencial han rrollo Rural expone cuál es el grupo de los diez relatado a la CORPORACION CACTUS que sus productos con mayor potencial para la exportaempleadores les han informado que los capitales ción, las regiones del país que ofrecen mejores serían destinados a negocios más rentables como el condiciones para su producción y los instrumende la palma y a otros productos para generar agrotos de política que asegurarán el incremento de la combustibles como la remolacha. Sin embargo, en competitividad y el ingreso a mercados externos. un país de “libre mercado” como este, donde no La tabla I contiene la lista de tales productos. hay ningún control sobre el sector empresarial, probar esta afirmación resulta casi imposible porque no se encuenTabla I. tran fuentes oficiales que contenProductos Priorizados en la Apuesta Exportadora Agropecuaria 2006-2020 gan esta información. La floricultura y la planeación regional y nacional El afán de inserción de Colombia en la economía mundial y de atracción de la inversión como fórmula de crecimiento y “desarrollo”, cuyos enfoques son formalizados en los diferentes planes de desarrollo, vienen desde hace 1. Cultivos de tardío rendimiento: palma de aceite, cacao, caucho, macadamia y marañón. 2. Frutas: pitahaya, mango, bananito, lima tahití, feijoa, aguacate, uchuva, piña, maracuyá, lulo, mora, granadilla y tomate de árbol. 3. Hortalizas: ají, espárrago, cebolla bulbo, brócoli, coliflor, lechugas gourmet y alcachofa. 4. Forestales. 5. Potenciales exportables: tabaco, algodón y papa amarilla. 6. Carne bovina y lácteos. 7. Acuicultura: camarón de cultivo y tilapia. 8. Cafés especiales. 9. Tradicionales exportables: café, flores, azúcar, plátano y banano. 10.Biocombustibles: etanol a partir de caña de azúcar, caña panelera y yuca y biodiesel a partir de palma de aceite. El informe La realidad bajo los invernaderos, Informe de Floricultura colombiana Mayo de 2011, publicado por la Corporación Cactus, en el artículo Debate a los subsidios a la floricultura, para no insistir en el error, profundiza en el tema de los subsidios y en el escándalo de corrupción que enlodó a los empresarios del sector en 2010. 5 28 Apuesta Exportadora Agropecuaria; Ministerio de Desarrollo Rural 2006-2020 Disponible en http://www.corpoica.org.co/sitioweb/Archivos/ Publicaciones/APUESTAEXPORTADORA.pdf 6 El no tan incierto futuro de la floricultura Llama la atención que las floTabla II. Metas en áreas cultivadas en Colombia 2006 y 2020, miles de hectáreas7 res están contempladas en el numeral 9 como un producto Productos 2006 2020 Incremento exportable tradicional, cuanTardío rendimiento /1 433 1.425 991 do desde la década de 1990 Frutas /2 83 167 84 venía siendo considerado 17 56 38 como un producto no tradi- Hortalizas /3 96 164 67 cional de exportación. Este Exportables potencial /4 1.001 939 -61 cambio de categorización Exportables tradicional /5 40 215 175 tienen serias implicaciones Etanol (yuca y caña) para la floricultura ya que se Forestal comercial 220 1.429 1.208 entiende que los productos Total apuesta exportadora 1.893 4.398 2.504 no tradicionales de expor- Otros cultivos 2.895 3.198 302 tación son aquellos que tieTOTAL CULTIVOS 4.789 7.597 2.807 nen mayores potenciales de Tardío rendimiento: Palma, cacao, caucho, macadamia y marañón 2. Frutas: pitahaya, mango, bananito, ganancia debido a que en lima tahití, feijoa, aguacate, uchuva, piña, maracuyá, lulo, mora, granadilla y tomate de árbol 3. Hortalizas: ají, espárrago, cebolla bulbo, brócoli, coliflor, lechugas gourmet y alcachofa 4. Exportables potenlos mercados internacionales cial: tabaco, algodón y papa amarilla 5. Exportable tradicional: café, flores azúcar, plátano y banano. tienen mayores precios que Fuente: Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) - Apuesta Exportadora Agropecuaria. los productos tradicionales si 8 sectores industriales y 4 sectores agropecuarios bien sus mercados son más reducidos. Dentro de (Carne bovina; Chocolatería, confitería y materias las actuales políticas económicas y de desarrollo primas anexas; Palma, aceites y grasas; y Camarolos productos tradicionales de exportación pasan nicultura) para convertirlos en grandes competia un segundo plano de interés. dores en el mercado global y “altamente generadores de desarrollo económico”. La tabla II muestra en las metas de áreas cultivadas para 2020, que los únicos productos en los A nivel regional se pretende fortalecer en la Saque se pretende reducir el número de hectáreas bana de Bogotá el sistema agroindustrial, a través cultivadas corresponden a los Exportables Tradidel Modelo Empresarial de Gestión Agroinduscionales, en los que la floricultura tiene un lugar trial (MEGA), creado por el Consejo Nacional importante. De 1.001 miles de hectáreas cultivade Competitividad en 2005 para promover el das en 2006 se pasaría en 2020 a 939, indicando desarrollo económico de Bogotá y Cundinamarun descenso de 62 mil de hectáreas, corresponca. El MEGA pretende que para el 2015 la región diendo este número al de hectáreas en las que se aumente sus exportaciones en cerca de US1.500 sustituyen los cultivos de productos tradicionales millones de dólares, con base en una gama de por los otros productos en los que se impulsa el productos que contempla las hortalizas, las hiercrecimiento. En el mismo sentido, el apoyo a sectores potenciales a través del Programa de Transformación Productiva sustentado en una alianza público-privada, el Gobierno Nacional y empresas, gremios, asociaciones e instituciones, determinan el impulso a La Tabla II tiene como fuente los datos de la Apuesta Exportadora Agrícola y es incluido en el documento Sector Agroindustrial Colombiano elaborado por PROEXPORT y la Sociedad de Agricultores de Colombia SAC en el marco del Programa Invierta en Colombia. http://www. inviertaencolombia.com.co/Adjuntos/087_Perfil%20Sector%20 Agroindustrial.pdf. Acceso 22 de septiembre de 2011. 7 29 El no tan incierto futuro de la floricultura bas aromáticas, medicinales y condimentarías, follajes, tubérculos, productos procesados, frutas y derivados lácteos. El modelo, que para 2011 excluye de la cadena empresarial las flores para la exportación8, promueve el proyecto integral para la producción a través de la asesoría, formación y gestión para orientar los productos al comercio internacional. Aborda desde la transformación de productos orgánicos hasta la instalación de empresas especializadas en sistemas de riego, asistencia técnica agropecuaria, producción de semillas, importación de maquinaria para agroindustria, y la implementación de buenas prácticas agrícolas para cumplir con los estándares de calidad que exigen los importadores de países del norte. Se concluye que en los diferentes documentos que rigen las políticas de apoyo al sector agrícola, en los que por décadas apareció el sector floricultor como prioritario, se establece la provisión de apoyo a sectores diferentes debido a que se proyectan como fuentes de mayores ganancias y de mayor “competitividad”, apareciendo la floricultura como un sector en declive. Las estrategias de quienes siguen creyendo en el sector A pesar que los documentos de políticas de planificación que inciden en el sector floricultor, muestran un declive en su proyección, es claro que el sector no desaparecerá y que el gobierno seguirá apoyándolos no sólo por los empleos que generan sino porque hace parte de la “buena imagen” de Colombia en el exterior. Los empresarios que insisten en mantenerse en el sector confían en la persistencia de la demanda interna- cional y buscan estrategias que redunden en un aumento de la “competitividad”, manteniendo las que han venido trabajando y probando otras novedosas que garanticen ante todo un crecimiento de las ganancias. Los floricultores tienen conciencia de que la concentración de la producción y del mercado, a partir de las nuevas formas de organización empresarial como la fusión, les genera enormes ventajas en cuanto a aumentar la capacidad de negociación frente a los otros actores del mercado, en cuanto a la posibilidad de incidir y hasta confundirse con el poder político y para alcanzar mejores niveles de rentabilidad en la medida en que aumentan la productividad9. Estas uniones que consolidan grandes grupos empresariales y que se sirven de empresas más pequeñas para completar sus pedidos, se han venido dando desde hace varios años con buenos resultados para los empresarios. La estrategia consiste en comprar productoras medianas y que ofrezcan buenas condiciones de higiene y de productividad para fortalecer los grupos, y en liquidar o vender empresas menos avezadas que presentan algún problema de sanidad o tienen presencia de organización sindical independiente. En el sector sobresalen los grupos Chía (en el exterior Grupo Queen), Élite, C.I. Hosa y Falcon Farms y Floramérica. Frente a este último se prevé que años después de la intervención y del proceso de venta de algunas de sus fincas, resulten vendiéndose como grupo, algunas pocas empresas, las más grandes y las que se encuentren en mejores condiciones, luego de liquidar a la totalidad de sus trabajadores, para que los nuevos propietarios Esto se explica por el concepto de Economías a Escala que se puede obtener cuando “el costo unitario medio desciende al aumentar el volumen de producción”. En otras palabras, implica que se puede producir con menores costes ya que crece el nivel de producción. 9 MEGA. Modelo empresarial de gestión Agroindustrial http://www. megagroindustrial.org.co/faq/faq_generico.aspx, Acceso 23 de septiembre de 2011. 8 30 El no tan incierto futuro de la floricultura puedan contratar la mano de obra que prefieran en las condiciones de su agrado. transporte marítimo para reducir los costos a través del Proyecto Merlín. A través de Asocolflores, el sector seguirá incidiendo para lograr medidas de apoyo del gobierno de turno, que garanticen lobby internacional y recursos para subsidios, créditos y campañas que permitan la sostenibilidad del negocio. En este sentido resulta importante destacar el apoyo que consiguió del gobierno para que se financien campañas “agresivas” para aumentar el consumo en los Estados Unidos, tal como lo prometió Juan Manuel Santos en su participación en la XXXVIII Asamblea General de Asocolflores10. Sin embargo, la principal estrategia que utilizan y que seguirán utilizando los floricultores es la explotación de miles de hombres y mujeres que deben trabajar en los cultivos ante la ausencia de otras posibilidades de empleo. La reducción de los costos de producción comienza siempre por los laborales, aunque en la actualidad de manera más práctica y a la vez más sofisticada, ya que no se recurre a la disminución de los salarios por el no pago de trabajo extra o por la utilización de contratos que deslaborizan la relación laboral como las Cooperativas de Trabajo Asociado, sino que sencillamente se suprimen puestos de trabajo. En este discurso el presidente Juan Manuel Santos también advirtió que su gobierno continuaba con una serie de acciones de lobby con el Congreso de Estados Unidos para que fuera aprobado el Tratado de Libre Comercio, para garantizar a los floricultores la eliminación en el pago de aranceles que hasta ahora se había sostenido con el ATPDEA y que no había vuelto a ser renovada desde el 12 de febrero de 2011. Entre las múltiples estrategias que desarrollan los empresarios para garantizar la sostenibilidad y la rentabilidad se encuentra: la participación en ferias internacionales con el fin de diversificar los mercados, la homologación del esquema de certificación Flor Verde con otros sellos así como la elaboración de reportes de sostenibilidad GRI (Global Reporting Initiative) que permitan el acceso a nuevos mercados y como estrategia de mercadeo; el impulso del Modelo G, que busca la unión de productores a la hora de efectuar las negociaciones para reducir los valores de los bienes y servicios que requieren las empresas y la promoción del Palabras del presidente Juan Manuel Santos en la XXXVIII Asamblea General de Asocolflores, 31 de Marzo de 2011. http://wsp.presidencia. gov.co/Prensa/2011/Marzo/Paginas/20110331_08.aspx, Acceso 23 de septiembre de 2011 10 La reducción del número de empleos, al tiempo que se eleva la cantidad de flores exportadas, se refleja en el dato aportado por el senador Enrique Robledo en el Debate de control sobre subsidios a la floricultura que se realizó en 2010, el cual indicó que el crecimiento de la productividad en dinero por cada trabajador ha aumentado 36% en los últimos siete años. Las luchas persisten Los principales damnificados de esta baja en la rentabilidad seguirán siendo las trabajadoras y los trabajadores de flores porque los empresarios hacen recaer en ellos el peso de “salvar” a las empresas. En muchos casos la crisis ha servido de argumento para precarizar las condiciones de trabajo e irrespetar los derechos mínimos fundamentales e indudablemente para recargar más trabajo a quienes siguen vinculados a las empresas. Como estrategia para continuar con el negocio de las exportaciones y en concordancia con las proyecciones para la región en el ámbito productivo que tienen sustento en el MEGA, el gremio 31 El no tan incierto futuro de la floricultura ha venido impulsado la sustitución de las flores por el cultivo de aromáticas y frutas. Se trata de aprovechar la experiencia de los exportadores de flores en los mercados internacionales, que implica habilidad en las negociaciones y experticia en el cumplimiento de los requerimientos que tienen los productos agroindustriales en los mercados internaciones, así como las condiciones que ofrece la Sabana de Bogotá, como mano de obra barata, tierras fértiles y disposición de fuentes de agua. Puede decirse en resumidas cuentas que el MEGA es el mismo modelo de producción con los mismos impactos sociales y ambientales, involucrando también los mismos riesgos de la floricultura 32 basados en la revaluación del peso, variaciones en la demanda y reducción paulatina en los precios de los productos. Si el desarrollo de regiones como la Sabana de Bogotá depende directa e indirectamente de la “suerte” de la producción agroindustrial y de las decisiones privadas de los inversionistas, con un impacto directo en la vida de los y las habitantes y en el ambiente, las organizaciones sociales deben seguir liderando propuestas de resistencia a este modelo, que impulsen la construcción colectiva de otras formas de vida más incluyentes, justas y armónicas con el ambiente, el territorio y quienes lo habitan.