Revista Ecos de Asia / Nº 4
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Revista Ecos de Asia / Nº 4
[REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Presentación ÍNDICE DE CONTENIDOS Historia y Pensamiento La revista Asia y el orientalismo norteamericano. Por Marisa Peiró. 4 De fotos, napalm y happy endings: una historia vietnamita. Por Claudia Sanjuán. 11 Arte Breve historia de la mujer japonesa en el arte. Periodos Muromachi, Momoyama y Edo. Por Ana Asión. 14 La figuración de lo impersonal en el realismo cínico chino. Por Julio A. Gracia. 18 Introducción a la muñeca tradicional japonesa. Por María Gutiérrez. 20 Uso de la porcelana china en la corte otomana. Por David Lacasta. 22 Aires del Este: El abanico japonés desde su aparición hasta el período Momoyama. Por María Galindo. 25 Amar el arte japonés: Federico Torralba, coleccionista y maestro. Por Carolina Plou. 31 Literatura El alma japonesa. Por Carolina Plou. 37 El Haiku de las palabras perdidas. Por Laura Martínez. 42 Cultura Visual Mangakas españoles. Más allá de la influencia. Por Julio A. Gracia. 45 Un acercamiento oriental al trabajo de Jeff Wall (II). Por Ana Baena. 47 Breve introducción al yuri japonés: mujeres que. Por Meriem T. Merabet 50 Cine y Televisión El valor del testimonio. Rithy Panh y la tragedia camboyana en La imagen perdida. Por Claudia Sanjuán. 54 Khal Drogo: un Gengis Khan del siglo XXI. Por Laura Martínez y María Galindo. 57 Un mes más, ponemos a su disposición, queridos lectores, un nuevo número de Ecos de Asia. Como portada, esta vez, un detalle tomado de un plato de porcelana china, conservado en el Museo de Arte Oriental de Valladolid. Como siempre, queremos que la portada diga algo de nosotros y del número, en este caso, habla de artes, porque en este número tienen un peso especial. Pero la elección de una porcelana no es casual: reivindica la importancia que en Asia poseen las artes que en Occidente se han considerado, tradicionalmente, menores o decorativas. En este número hablamos de artes en su sentido más amplio. David Lacasta resuelve las dudas que pudieron quedar en el número anterior sobre por o para qué se coleccionaba porcelana china en la corte otomana. Ana Asión continúa analizando la representación de la mujer japonesa en las artes. María Gutiérrez realiza una introducción a un mundo apasionante y relativamente desconocido: el de las muñecas japonesas. María Galindo se ha aproximado al mundo de la indumentaria y de la moda los más variados temas: el traje Namban, el peinado Meiji y el complejo y fascinante mundo de los abanicos. Hemos tenido lugar también para el recuerdo, en el segundo aniversario de la muerte de Federico Torralba, repasamos su figura y valoramos su importancia para el conocimiento del arte japonés en España. Pero no solo de Arte vive Ecos de Asia, y a comienzos de mes celebramos uno de los acontecimientos televisivos de la temporada: el estreno de la nueva temporada de Juego de Tronos, con un reportaje escrito mano a mano entre Laura Martínez y María Galindo que pone en evidencia aquellos rasgos de la cultura mongola que han servido de inspiración para el retrato televisivo del pueblo dothraki. Igualmente, nos hemos ocupado de hechos históricos relevantes que, en nuestra opinión, han sido injustamente olvidados (del orientalismo americano de la revista Asia al Genocidio camboyano), y hemos continuado adentrándonos en el mundo del cómic y de la fotografía. En el campo literario comprobaremos, una vez más, cómo el Japón tradicional resulta un recurso estético y cultural muy recurrente tanto para los escritores del presente cómo para los de hace más de un siglo. Y veremos, de nuevo, como Asia está muy presente en el campo musical, en ámbitos tan diversos como la ópera o la pedagogía, ejemplificada en ese caso en el personaje de Shinichi Suzuki, que nos introduce nuestra nuestra nueva colaboradora Ana Isabel Serrano. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 1 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Abril es, además, un mes muy especial para gran parte del equipo de Ecos de Asia, ya que veremos la celebración de toda una institución de los estudios japoneses de nuestro país, la XIII Semana Cultural Japonesa de la Universidad de Zaragoza. Igualmente, hemos dado comienzo a un especial que podrán disfrutar en exclusiva en el próximo número, aunque nuestros contenidos del mes van más allá: muchos más artículos de los más variados temas, críticas, anuncios, segundas partes que ponen punto final a asuntos que quedaron pendientes en marzo y comenzamos a recorrer nuevos caminos en los que esperamos tenerles como compañeros los próximos meses. No en vano, en este número alcanzamos (y superamos ampliamente) nuestro artículo número 100, más de cien historias compartidas, más de cien textos escritos con todo el cariño y la pasión del mundo con el único fin de entretenerles descubriendo cosas nuevas. Fdo. La Dirección. ÍNDICE DE CONTENIDOS (cont.) Música y Escenarios Introducción a la ópera china. Por Alba Finol. 62 Shinichi Suzuki: un puente musical entre Japón y occidente. Por Ana Isabel Serrano. 65 Varia MODAS Y MODOS JAPONESES II. Traje Namban. Por María Galindo. 71 MODA Y MODOS JAPONESES III: El Cabello Meiji. Por María Galindo. 73 Crítica Exposición: “Maravillas de Isfahán, tres artesanos persas”. Por Marisa Peiró. 77 Ecos de Asia somos: Dirección y coordinación: Marisa Peiró, Carolina Plou. Tesorería: Marisa Peiró. El último gánster: un melodrama noir en la China precomunista. Por Laura Martínez. 78 Metro Manila (2013). Por Marisa Peiró. 80 Secretaría: Carolina Plou. Poco que envidiar al maestro: The Berlin File (2013). Por Claudia Sanjuán. 83 Responsable edición web: Carolina Plou. Una vida sencilla (2011). Por Laura Martínez. Responsable edición en pdf: Marisa Peiró (variaciones y maquetación) y Alberto Clavería (diseño de portada). Reisei. 5 centímetros por segundo. Por Julio A. Gracia. 86 Comité de redacción: Ana Baena, María Galindo, Julio A. Gracia, Marisa Peiró, Carolina Plou. Breves Comité científico: Ana Asión, Ana Baena, María Galindo, David Lacasta, José A. Mármol, Marisa Peiró, Carolina Plou, Claudia Sanjuán. Colaboradores en materia web: Verónica Blázquez, Alberto Clavería y Fernando Sánchez. 84 Resumen del congreso “Japón y Occidente: el patrimonio cultural como punto de encuentro”. 89 Próximamente: XIII Semana Cultural Japonesa. 90 ISSN 2341-0817 Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 2 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 3 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 La revista Asia norteamericano. y el orientalismo Por Marisa Peiró En la introducción de su archiconocida, parcial y muy personal obra Orientalismo Edward Said mantenía que la susodicha actitud, campo de estudio, y en definitiva, manifestación cultural – el orientalismo – era una creación eminentemente Europea, y que no tuvo valor ni vigor en los Estados Unidos hasta pasada la Segunda Guerra Mundial. Creemos firmemente que Said se equivocaba, ya que la revista Asia (operativa en las primeras décadas del siglo XX), de la que les hablaremos a continuación, fue, decididamente, uno de los hitos más importantes del siempre olvidado orientalismo norteamericano. Hemos hablado en múltiples ocasiones de esa apasionada historia de amor, llamada japonismo, que Occidente especialmente, Europa – lleva viviendo desde aproximadamente mitad del siglo XIX. El novedoso interés por lo japonés se aglutinaría dentro de uno mucho más general (existente desde hacía tiempo, Comencemos aquí un viaje por las impresionantes portadas de Asia. pero exaltado por el clima romántico y positivista) por el mundo oriental, en el que se mezclaba y se confundía lo proveniente de China, la India, el Sudeste Asiático o – entre tantos otros lugares-, el Mundo Árabe. En tanto que las actitudes y aptitudes políticas y culturales de las sociedades europeas y norteamericanas eran bien diferentes, era Algunas de las escasas portadas dedicadas a Japón. consecuentemente lógico que lo fueran también sus particulares objetos de deseo y las formas mediante las que este se manifestaba. Por ejemplo, el japonismo estuvo particularmente ausente, si lo comparamos con el impacto europeo, en la sociedad norteamericana, a pesar de que los intercambios prácticos con Japón, personificados en eminencias como Okakura Kakuzô o Ernest Fenollosa, habían sido más que productivos. Demostrada la potencia y vigencia militar del país de Meiji, los Estados Unidos se interesaron por otros futuros socios comerciales, o bien por lugares a los que poder exportar sus modelos de producción: en ambos casos sobresalía la opción china, que con su milenario pasado y con su irreprochable lucidez intelectual, provocaba temor a la par que respeto. De hecho, hay toda una serie de autores – cuya opinión compartimos – que Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 4 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 mantienen que el Orientalismo (desde aquel de alta cuna, como el de la revista que les estamos presentando, a las omnipresentes muestras de prejuicio y racismo del “peligro amarillo”) es un elemento intrínseco de la configuración de la idiosincrasia de la nación estadounidense, definida a partir de la negación y la construcción de la otredad. Desde finales del siglo XIX, y especialmente durante las primeras décadas del XX, Estados Unidos entró en una carrera – especialmente contra Japón, pero también las otras grandes potencias coloniales – por la conquista, económica y Algunas portadas de Asia correspondientes al mundo árabe. política, de AsiaPacífico, que le permitiría proclamarse definitivamente como la superpotencia mundial, una aprehensión que no terminaría – si es que acaso ha acabado – hasta la Guerra de Vietnam. Fue precisamente en el contexto de definitiva instauración de los Estados Unidos como superpotencia, en plena Gran Guerra, cuando nació la revista Asia, de Algunas de las portadas dedicadas a Indonesia. la mano del matrimonio formado por Willard Straight1 y Dorothy Payne Withley,2 que compraron una publicación anterior. Derivada 1 Willard Dickerman Straight (18801918) fue un inversor, editor, reportero y diplomático estadounidense. Ocupó varios cargos diplomáticos de bajo nivel en Corea, Cuba, Manchuria y Pequín, en donde vivió junto a su esposa Dorothy Payne Withney hasta que consideraron que la Revolución China había convertido el país en uno demasiado peligroso. Habiendo amasado una buena fortuna mediante inversiones en el mercado asiático, el matrimonio volvió a los Estados Unidos en 1912 y en los años siguientes se dedicaron a actividades sociales y de caridad. En 1917 comprarían y refundarían Asia. 2 Dorothy Payne Whitney (1887-1968) fue una activista social y filántropa norteamericana. Riquísima y jovencísima heredera de William C. Whitney, dedicó buena parte de su inmensa fortuna (una de las más importantes de los Estados Unidos) a la Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 5 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 de la académica, y culturalmente modesta (aunque políticamente ambiciosa), 3 Journal of the American Asiatic Association (fundado en 1898), la revista Asia mantenía un tono marcadamente académico, pero de talante progresista y liberal, y aparentemente permitía a sus colaboradores total libertad en la elección y tratamiento de los temas. Tras morir Willard de gripe española en 1918, los designios de la revista continuaron en manos de la viuda, que relajó en cierta medida el tono industrialista y que lo dirigió hacia actividades y actitudes algo más hedonistas y cercanas al ya conocido orientalismo europeo.4 Algunas de las portadas dedicadas al sudeste asiático. A pesar de ello, la revista tenía un tono menos decorativo que el habitual de las publicaciones europeas, adoptando unas actitudes más pragmáticas, aunque igualmente paternalistas: los escritores y editores escribían sobre las culturas asiáticas para explicar los posibles beneficios de una relación con ellas, siendo estos últimos más económicos que culturales. Los colaboradores de las revista era líderes políticos, estudiosos académicos y ricos hombres de negocios interesados en fomentar el interés de los norteamericanos en el cada vez más importante mercado asiático. Fue precisamente esta revista la que ayudó a forjar fuera parte de la opinión y las políticas de la clase pudiente norteamericana sobre Asia: dirigida a una poderosa minoría, la revista fue tan influyente no por su alcance cuantitativo, sino porque era una herramienta e instrumento investigación, la actividad editorial y a organizaciones feministas y sociales además de a la caridad. Casada en dos ocasiones, la primera con Willard Straight, cuyo legado estudiamos aquí, y la segunda con el británico Leonard Knight Elmhirst. 3 A tal efecto no podemos sino citar una de las frases de la editorial del número de marzo de 1917: The ignorance of our people in regard to the countries of the Far East is unquestionably a serious obstacle to the legitimate extension of American influence…, en Journal of the American Asiatic Association, marzo de 1917, sp. 4 Algunos autores establecen diferencias muy marcadas entre el orientalismo americano (ligado a la práctica comercial y política) y el europeo (ligado al estudio e influencia de las artes), incluso se utilizan diferentes nombres para las diferentes escuelas (oriental studies vs. orientalism, o a su vez, oriental studies vs. area studies). Nosotros creemos que estas separaciones, aunque fundamentadas, no solo son solo falsas y parciales sino que además se han realizado para minusvalorar y denigrar a ambos modelos, como si las escuelas europeas no fueran capaces de emprenden estudios socio-económicos o de mercadotecnia o las escuelas norteamericanas de emprender un estudio humanístico. En lo referido al orientalismo, o a los oriental studies de la época que nos concierne, preferimos decir, con cierta jocosidad, que el orientalismo americano era un orientalismo de butaca de despacho –ligado a la actividad política y comercial – mientras que el orientalismo europeo habría sido un orientalismo de diván – más hedonista y estetizante-. Sus participantes partían de diferentes nociones e incluso de diferentes estratos sociales, y manifestaban diferentes actitudes y entendimientos de las culturales orientales, pero en definitiva creemos que formaban parte del mismo tótum revolútum de personajes pudientes y culturalmente formados que se movían en círculos sociales similares. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 6 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 esencial para alguno de los nombres más poderosos de Norteamérica. Aunque lo hacía en multitud de ocasiones con un tono exotista, la revista animaba a la tolerancia y a la colaboración con el Oriente. Los contenidos de la revista incluían ensayos sobre los pueblos y las culturas asiáticas, sobre viajeros americanos en Oriente, y sobre su política, industria y comercio. El resultado era siempre variopinto – más que pintoresco – e incluía ejemplos tan variados como los siguientes: “La superpoblada India”, “La Historia de la Muñeca Japonesa”, “Rosarios de las grandes religiones”, “De Singapur al Zoo”, “El Buda del marfil”, “El Próximo Oriente y Mr. Lloyd George”, “Más allá de Jordania”, “Los Jenízaros”, “La historia del Muro de las Lamentaciones” o “Argumentos para el comprador de alfombras”. De estos títulos, así como de sus Algunas de las portadas correspondientes a las islas del Pacífico. portadas, puede entenderse cómo el Oriente poseía unos límites y culturas mucho más amplios y difusos de lo que se consideran hoy en día. De una parte, se trataban habitualmente temas sobre culturas oceánicas e islas del Pacífico, mientras que tampoco fueron extrañas las referencias a la antigua Algunas de las portadas correspondientes a África. URSS. Por otra, parte, parecía que el Oriente de la revista Asia no acababa en un indefinido Mundo Árabe, sino que se extendía más allá de Suez llegando a Egipto e incluso el África negra (como dato curioso, en enero de 1929 se dedicó una portada a los nativos americanos). La aproximación a Oriente que Asia ofrecía era, como puede esperarse, coherentemente elitista: no solo determinada clase social podría permitirse su compra (treinta y cinco centavos era el precio oficial), sino que Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 7 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 en ella se relataban viajes y negocios inalcanzables para la clase media.5 A pesar de esto, debemos recordar como, por norma general, la actitud y representación de las sociedades asiáticas que aparecían en la revista se hacía siempre desde el respeto y con un genuino interés por el conocimiento y su transmisión, desde una Algunas de las portadas correspondientes a Rusia. perspectiva filantrópica muy en consonancia con las actitudes de los miembros de su mesa editorial.6 Al principio, las portadas eran modestas y apenas incluían el título y los principales contenidos en un membrete, acaso junto a una pequeña imagen, pero muy pronto la revista encontraría uno de sus principales distintivos: las impactantes portadas que durante a lo largo de varias décadas diseñaría Frank McIntosh (autor de todas las portadas que ven en el artículo),7 uno de los aspectos más recordados de la revista. McIntosh, que sería también un ilustrador muy popular de la temática hawaiana Portadas dedicadas a diferentes animales. 5 Otro elemento que nos indica el poder adquisitivo del grueso de lectores de la revista es el carácter de los productos que en ella se promocionaban; entre los anunciantes podemos destacar Cadillac, General Electric, Rand McNally & Company, Crane Bathroom Products, Bank of America, Standard Oil Company of New York o los Carl Zeiss Prism Binoculars. 6 El matrimonio Willard – Straigth Withney eran muy conocidos como “capitalistas sociales”, ligados a movimientos progresistas y de la Tercera Vía, y financiaron importantes revistas como The New Republic. Otros miembros importantes de la mesa editorial fueron C.B. Van Tassel (que entró en Asia en 1923, proveniente de Harper’s Bazaar), L.D. Froelick, John Foord y Gertrude Emerson. 7 Frank McIntosh nació en 1901 en Portland (Oregón), donde pasó sus primeros años antes de trasladarse a estudiar arte en San Francisco, graduándose en la Escuela de Bellas Artes de California en 1923. Durante sus años de formación, manifestó un gran interés en la escenografía y el arte industrial, estudiando en Nueva York con Norman Bell Geddes. A partir del contacto con Asia, se centraría en la ilustración literaria y publicitaria, pero fue también un gran amante del arte oriental, llegando a regentar una galería de dicha temática en Los Ángeles en la década de los 1960. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 8 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 (crearía buena parte de la parafernalia de los cruceros de la Matson Line), comenzó su colaboración con Asia en 1926 y a él se deben la gran mayoría de las portadas entre esta fecha y 1933, aunque siguió colaborando ocasionalmente en los años siguientes. A él se deben decenas y decenas de portadas del mejor Art Dèco galante, propias de un estilo Algunas de las portadas dedicadas a Siam y a Birmania. unitario bien definido, pobladas de elegantes y coloristas figuras de sempiternos ojos rasgados, en las que prevalecen en cantidad y calidad sus representaciones del sudeste asiático. A la manera de un Erté más primitivista y atrevido en el uso del color plano y de la línea rasgada, Algunas de las portadas dedicadas al sudeste asiático. McIntosh supo otorgar el merecido misterio orientalista a una revista lujosa, pragmática y optimista, que adoptaría un tono diferente tras su compra en 1933 por Richard Walsh. Walsh, director de la editorial John Day, quedó dirigiendo la mesa editorial y, acorde con sus intereses y praxis profesional, el contenido de la revista evolucionó del tratamiento del Algunas de las portadas dedicadas a China. mercado del lujo y de la promoción del comercio norteamericano en Oriente a un debate más actual sobre la situación internacional y sobre la cultura y literatura en Asia, especialmente desde que, no mucho después, el propio Walsh se casase con Pearl S. Buck, la más afamada escritora y cronista sino-americana (que en 1938 ganaría el Nobel por sus novelas sobre China), que pasaría a formar parte del equipo editorial y que escribió para la revista muchos artículos todavía hoy considerados memorables. En esos años, Walsh y Buck contratarían a toda una serie de Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 9 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 importantes personalidades de procedencia (o especializadas) en el continente asiático, muchas de las cuales eran además representantes significativos de movimientos nacionalistas y/o anticoloniales, algo de especial audacia si tenemos en cuenta que se trataba de los años previos y del estallido de Algunas de las portadas dedicadas a la India. la Segunda Guerra Mundial. Entre tales, figuras, además de la propia Buck, se encontraban Lin Yutang, Hu Shih, Jawaharlal Nehru, Miguel Covarrubias u Owen Lattimore, junto toda a una serie de periodistas y corresponsales independientes como Gertrude Emerson Sen8 (que en la década anterior también había ejercido de editora de la revista) o Edgar Snow. A pesar de que la ocupación de Manchuria y el eventual estallido de la Segunda Guerra Sino-Japonesa supusieron un aumento masivo de las suscripciones a la revista, la entrada de la Estados Unidos en la Segunda Guerra mundial constituiría un hito trágico para la publicación, que fue rebautizada Asia and the Americas en 1942 y Algunas de las portadas dedicadas a Persia. que definitivamente vería su fin en 1947, debido a la falta de fondos, cuando se fusionó con otras dos publicaciones para formar la United Nations World. Como conclusión, podemos decir que lejos del tono de las omnipresentes muestras del terror amarillo, la revista Asia fue, en palabras de la época, una revista de opinión, comentario y controversia, que reflejó el humor predominante del intelectual americano, su optimismo, su desesperación, sus aspiraciones y sus temores. Su orientalismo, del diletante al antropológico, del decorativista al industrial, fue una buena muestra de esta a menudo ignorada corriente norteamericana, que desde luego merece un estudio mucho más profundo. Esperemos que no tarde en recibirlo. 8 Gertrude Emerson Sen (1890-1982) fue una geógrafa, periodista y experta en Asia, hermana del célebre entomólogo Alfred E. Emerson y socia fundadora de la Society of Woman Geographers. Tras ser profesora de inglés en Japón, volvió a los Estados Unidos para ejercer como editora de Asia, antes de marchar a una vuelta al mundo, asentándose definitivamente en un pueblo del noroeste de la India. Allí desarrolló un gran amor por su país de adaptación, participando en movimientos nacionalistas e independentistas, escribiendo numerosos libros sobre la India, y casándose con el eminente científico Basishwar Sen en 1932. El matrimonio recibía en su casa de Kundan a personalidades de la talla de Rabindranath Tagore, Jawaharlal Nehu, Julian Huxley o Carl Jung. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 10 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 De fotos, napalm y happy endings: una historia vietnamita. Por Claudia Sanjuán El fotoperiodismo de guerra es uno de esos ámbitos en los que la prensa cuenta con la oportunidad de convertirse en el temido ‘cuarto poder’ y así hacer historia. La famosa fotografía de ‘la niña del napalm’, tomada en 1972 por Nick Ut y ganadora del Premio Pulitzer al año siguiente, es un buen ejemplo. 9 Una imagen cuyo impacto acabó resultando un espaldarazo al movimiento en contra de la guerra de Vietnam, contribuyendo, finalmente, a acelerar la llegada del alto el fuego. La empatía se expandió como la pólvora en la opinión pública ante la desgarradora historia de Kim Phuc, la vietnamita de nueve años cuya piel se caía a tiras por el efecto del napalm, sin ropa alguna que la cubriera. Durante la Guerra de Vietnam, Susan Sontag dixit, el mundo pudo degustar a diario la ‘teleintimidad de la muerte’, y el individuo medio pasó a convertirse, ante su periódico o su informativo habitual, en receptor de una ‘ofrenda acumulativa’ de catástrofes ante las que había de reaccionar (o no) según su cansancio y su conciencia dictaran. Vietnam, 1972: un fotógrafo asiático, una modelo asiática, ¿un Pacifistas anti-Vietnam. Imagen usada bajo licencia Creative Commons, cortesía de ‘mikefisher821’. conflicto armado asiático? Quizá no, o quizá no sólo. Indochina, tradicional colonia francesa, incluía a un Vietnam que, tras lograrla independencia, se había escindido en dos (Conferencia de Ginebra, 1954), siendo Vietnam del Sur la nación apoyada por las democracias occidentales. Pero la comunista Vietnam del Norte ansiaba integrar a su vecina en un solo Estado, naturalmente de idéntica ideología. China y la Unión Soviética, que aspiraban a hacer del país reunificado un Estado satélite, le respaldaban. Por fin, en la compleja partida de ajedrez de la Guerra Fría, EE.UU. no tardó en mover pieza… El conflicto desencadenado, como sabrán, tuvo en vilo durante varios años a la juventud estadounidense más ‘progre’, e hizo a amplias masas de la población cuestionar a su gobierno, por otra parte envuelto en el engorroso ‘escándalo Watergate’. Hablemos ahora de Nick Ut. Nacido como Huỳnh Công Út en Vietnam, en 1951, el autor de la fotografía que hoy comentamos fue reclutado a los catorce años como fotógrafo para la agencia Associated Press con el siniestro propósito de ocupar el puesto de su hermano mayor, quien acababa de perder la vida mientras cubría el conflicto vietnamita desde plena línea de fuego. El mismo Nick sería herido tres veces mientras duró la guerra. Siete años después de su incorporación al oficio, conseguiría la instantánea que le granjearía fama y galardones. Al llegar la paz, el aguerrido reportero sería transferido a nuevas sedes de la AP, acabando finalmente en Los Angeles, donde, desde 1977, continúa trabajando para la prestigiosa agencia. Nacionalizado estadounidense, Ut ha mantenido contacto regular con Kim Phuc, la protagonista de su archiconocida imagen, a lo largo de las décadas transcurridas (al parecer, ésta le llama incluso “tío Nick Ut junto a dos de sus estudiantes (IMMF 2010, Hanoi). Imagen extraída de Flickr, (usuario Nick”). Según se difundió años después de que la fotografía fuera tomada, Ut, tras captar con su cámara a los civiles que huían por la ‘haithanh’). Licencia Creative Commons 2.0. carretera cercana a la localidad de Trang Bang, entre los cuales se hallaba Kim junto a varios familiares (su hermano es el niño aterrado que figura a la izquierda en la foto, y 9 Pueden ver la fotografía en esta galería de imágenes recopilada por El País en 2010 con motivo del 35º Aniversario de la Guerra de Vietnam. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 11 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 dos de sus primos fallecieron a resultas del bombardeo), ofreció asistencia inmediata a la menor, a la que condujo rápidamente al hospital. Allí, Kim se debatió largo tiempo entre la vida y la muerte. La historia de su milagrosa recuperación (el napalm había quemado el 65% de su cuerpo), difundida a bombo y platillo por los medios de EE. UU., fue recibida con el entusiasmo propio del pueblo americano –que tan conmocionado había quedado ante su desgracia– por los buenos dramones con final feliz y moralina bienintencionada. Sin embargo, y, sin ánimo alguno de querer cuestionar o criticar a la víctima, a su dolor y a su posterior opción de vida, parece que como si en su supervivencia hubiera intervenido un guiño del destino… con un sentido del humor algo macabro. Y es que la niña del napalm sobrevivió para convertirse en un símbolo de redención para los estadounidenses a través de la religión, de la voluntad de perdonar, del afán de superación, y de todos esos clichés edificantes que hacen emocionarse al país del coaching, del self-mademan, del God will provide, del tesón de los primeros colonos, de los inescapables eslóganes y mantras colectivos. No es que queramos realizar una prédica de antiamericanismo. Sin embargo, no está de más señalar cuán idónea resulta para la conciencia colectiva americana la reconversión de Kim Phuc en una resuelta embajadora por la paz que, nacionalizada canadiense, ha hecho de su vida una cruzada en pro de la reconciliación por territorio, nuevamente, norteamericano. Así, Kim pronuncia emocionados discursos en memoriales, se deja fotografiar junto a su bebé (símbolo de la esperanza y la confianza en el futuro) mostrando las cicatrices que aún conserva, se abraza con veteranos, y todo ello declarándose ‘contenta’ por el papel que Dios (para él el napalm huele a victoria, parece) le reservó al hacer de ella su instrumento. Instrumento de perdón, que Kim otorgó públicamente al piloto presuntamente responsable de su desdicha en aquel 1972, muy a lo Karol Wojtyla con Mehmet Ali Agca. Y, por Vietnam Memorial Room, Museo de la Aviación en Fort Rucker (Alabama, EE. UU.). Autor: James supuesto, la cámara sigue disparando. Emery. Usada bajo licencia Creative Commons 2.0. Recapitulando, la fotografía de la ‘niña del napalm’ se convirtió para muchas retinas en símbolo del horror inadmisible, forjó las carreras de un fotógrafo y de una activista, les dio celebridad y una nueva patria. Irónicamente, ésta se hallaba en el seno de la civilización que había trastocado sus existencias, arrebatando la vida a familiares cercanos, destruyendo su país nativo, marcando su cuerpo y su psique para siempre. En cierto modo, el happy ending de Nick Ut y Kim Phuces de lo más hollywoodiense. Pasan muchas ‘cosas malas’, el lagrimón cae, todo es muy Spielberg y encontramos compasión por los débiles… Pero, inevitablemente, todo vuelve a su sitio, pues la historia no es un ‘judíos vs. Nazis’, sino una de entre otras cruzadas patrocinadas por una América que, Para saber más: aunque a veces yerra, permanece pura y grande. Y que - Emmett, Arielle, “Too domina el poder de contar historias. Graphic?”, AJR (marzo de 2010). La víctima, casi agradecida a su verdugo, aprende su - Kim’s Story: The Road from Vietnam, dir. idioma, bebe de su mano, se instala en el civilizado país Shelley Saywell (Bishari Film vecino y hace de su resentimiento y su vergüenza una Productions, 1997). corriente de ejemplaridad, tan apartada del ‘lado oscuro’ que parece lejos de lo humano. Esta es la historia de la - Miller, Nancy K., “The Girl in the bienintencionada ciudadana Kim Phuc, esa niña que Photograph: The Vietnam War and the sufrió público martirio y que redimió con él al mundo Making of National Memory”, JAC, 24.2 (esto no es nuevo. La catarsis de una buena historia todo (2004), pp. 261-290. lo puede, y su ‘vietnamesidad’, como el horror del napalm, parecen paradójicamente pasar a ocupar un - Sontag, Susan, Ante el dolor de los demás, limbo lejano. Dios, desde luego, parece bendecir a Madrid, Santillana, 2004. América. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 12 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 13 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Breve historia de la mujer japonesa en el arte. Periodos Muromachi, Momoyama y Edo. Por Ana Asión En el periodo Muromachi (1333-1572) destaca la figura del shogun, sobre todo en manos de la familia Ashikaga (uno de los grandes mecenas de las artes). Época salpicada de guerras internas, rebeliones campesinas, aunque a su vez se produce un gran florecimiento de las artes y fascinación de nuevo por China (a través de las lacas). Así pues, en este período culmina una era militar, buscando refugio en la religión (Budismo zen) y la tranquilidad de la naturaleza. En esta época surge además una pintura a la tinta (sumi-e), monocroma, que también procede de China (periodo Shong). Encontramos en ella una pintura exquisita, desarrollada en su máxima expresión. A su vez la necesidad de paz hará que la pintura Yamato-e,de motivos propios de Japón, vuelva a cobrar el esplendor de siglos atrás a finales de este periodo (S. XVI). En ella se fusiona el estilo chino con el nacional japonés. Dentro de la misma destaca la figura de Kano Hideyori, quien marca los orígenes de la escuela Kano. Sin embargo lo que nos interesa de ésta es que, dentro de tales formatos, aparece la mujer incluida dentro de distintas clases sociales, estableciendo un antecedente de lo que será el Ukiyo-e. Precisamente fue Kano Hideyori quien desarrolló una obra llamada Escena popular entre los árboles momiji, en la que combinaba las técnicas chinas y niponas. La obra representa a un grupo de japoneses disfrutando en una tarde de otoño de la contemplación de la coloración roja que adquieren los árboles momiji (arce rojo). En esta escena popular la mujer entra en contacto con los hombres en una festividad mundana. Ya no Escena popular entre los árboles momiji, Kano Hideyori (finales del S.XVI). encontramos a la mujer individual, divinizada ni portadora de la abundancia, sino que se representa desde otra perspectiva: la de un ser humano que se encuentra inscrito en la naturaleza, que es capaz de gozar en la contemplación de ésta junto al hombre. Sin embargo aún se perciben algunos indicios de una pasada idealización de la mujer, manifestado en los finos ropajes que utiliza, pero muy pronto serán desechados con la pintura de género. El periodo Momoyama (1572-1615) se va a caracterizar por el intento de dar unidad al país, lo cual se logra con Tokugawa Ieyasu. El establecimiento del shogunato Tokugawa contribuyó a dar a las mujeres un prestigio como hijas, esposas y madres gracias a las normas morales del confucianismo, que llegó a tener gran influencia en la vida política y social. Se daba la particularidad de que, aun en situaciones privilegiadas como eran las de las mujeres nacidas en la nobleza, estaban sujetas al arbitrio del padre, que disponía Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 14 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 utilitariamente del casamiento de sus hijas. La educación de la mujer tenía como meta suprema ser buenas esposas, servir de instrumento de transmisión de la tradición familiar a los descendientes y satisfacer las ambiciones del propio progenitor, que la había entregado al mejor postor. Sin embargo, dentro de este ambiente de sumisión de la mujer en estos momentos, no debemos de olvidar el caso de algunas mujeres que destacaron por su heroicidad: las mujeres samuráis (onna-zamurai). Éstas participaron activamente en las luchas de época feudal. En esta época además se siguieron potenciando los valores de la filosofía zen. Es de nuevo una época de apertura, de hecho a partir de 1543 llegaron comerciantes portugueses a Japón, así como los primeros misioneros (a partir de 1549). Fruto de todas estas interrelaciones surgió el arte Namban (bárbaros del Sur). Esta influencia, esta unión entre Oriente y Occidente, también se manifestó en otras artes, como los textiles. Se hicieron además objetos con técnicas japonesas, pero con usos occidentales. Lamentablemente esta convivencia acabó de forma trágica: los shogunes expulsaron a los extranjeros y suprimieron todo lo relacionado con sus nuevas creencias (cristianismo como elemento de inestabilidad). Este rechazo llevó a que Japón a comienzos del periodo Edo cerrara todas sus puertas al exterior. Por su parte el arte japonés de la época Momoyama y principios del periodo Edo refleja los cambios sufridos por la sociedad japonesa del momento. De la inestabilidad crónica de finales del periodo Muromachi se pasó en el periodo Momayama al alza de centros e imágenes de poder que transfirieran una sensación de seguridad en la población. A raíz de este momento que se estaba viviendo en Japón se produjo una mejora general de los estándares de vida de la población japonesa. Se fue forjando la consolidación de una clase comerciante que por primera vez comenzaba a tener un papel de cierto peso en la sociedad. Sus miembros quisieron rodearse a su vez de objetos artísticos que reflejaran sus costumbres y entornos de vida. De este modo el arte japonés se centró en las costumbres, maneras y entornos urbanos de la gente corriente. Sin embargo, en medio de toda esta copiosa producción de lacas, pinturas, textiles y pantallas desbordadas por toda clase de figuras, las mujeres abandonaron sus biombos, cediendo su atractivo a las prendas dejadas tras de sí, colgadas en los soportes para kimonos. Estos biombos son conocidos en la historia del arte japonés como biombos tagasode. Normalmente estas obras constan de un par de pantallas, de seis u ocho piezas cada una, en las que se muestran, sobre un fondo dorado, uno o varios soportes de kimono donde se encuentran desplegados riquísimos y coloridos kosode, la prenda antecesora del kimono. En ocasiones podemos verlos acompañados de prendas masculinas (hakamasobre todo). Si prestamos atención a la pintura de género de la época Momoyama y principios de Edo, en la que en muchos casos vemos escenas de danzas, festivales y diversiones, podemos relacionar la representación de estos biombos con el deseo masculino en relación con la cortesana. A través de estas obras sabemos además que las cortesanas usaban esta decoración en sus fiestas al aire libre. Se podría decir que las telas colgadas de estas cortesanas disparan la mente del espectador. Vemos ya pues una visión de la mujer desde el punto de vista sensual, erótico, anticipándonos a las obras artísticas relacionadas con el mundo de las geishas. Pero también podría ser que estas obras no hubiesen sido concebidas para ser vistas por un ojo masculino, sino por uno femenino. Se tiene constancia de que desde la época Heian se practicaba la costumbre de decorar las habitaciones con las vestimentas. Esta costumbre se mantendría de generación en generación, y de hecho a lo largo de la época Edo se publicaron Biombo tagasode (1573-1615). lo que se conoce como manuales de universidad para mujeres, en los que se incluye siempre una sección dedicada a la “decoración de los soportes de kimonos”. Durante el periodo Edo (1615-1868) se produce un dominio absoluto del poder en manos de los shogunes de la familia Tokugawa, que logran unificar el país. Época pacífica, con la sociedad muy controlada; además de tratarse de un periodo de aislamiento. Momento a su vez de prosperidad económica y desarrollo de la burguesía (ciudadanos, comerciantes, artesanos,…), que va a tener un gran papel económico. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 15 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Además se dan notables frutos culturales. Surgen una serie de manifestaciones culturales vinculadas a la burguesía. Entre otros nace el teatro Kabuki, en el que debemos destacar el hecho de que no hay actrices; son los onnagata quienes representan los papeles femeninos. Es también importante el teatro Bunraku, el teatro de muñecos.En el ámbito del arte surgen escuelas pictóricas, como la ukiyo-e, así como la escuela Rimpa o la escuela Zenga. A principios del S.XVII hubo un intento de diseñar un modelo de “mujer perfecta” basado en las normas morales del confucianismo y bajo la tesis de la fidelidad escalonada y jerarquizada: fidelidad de la mujer al marido, fidelidad del marido al señor feudal y fidelidad del señor feudal al shogun.El confucianismo, procedente de China, daba por sentado la inferioridad de la mujer, e identificaba el carácter femenino con el yin, es decir, con lo negativo, la oscuridad y la noche. En dicha religión, la educación de la mujer tenía como meta suprema convertirla en buena esposa, que sirviera de instrumento de transmisión de la tradición familiar a sus descendientes y que satisficiera las ambiciones del propio progenitor que la había entregado al mejor postor. Las pautas de esa educación se establecieron en un breve código de conducta, el Onnadaigaku (Manual de la mujer). Este texto, publicado en 1716 y dirigido a las jóvenes casaderas y a las esposas, dominó y marcó la vida de las mujeres, oficialmente hasta la restauración Meiji, en 1868. En el Japón tradicional, el matrimonio se consideraba una alianza entre familias, un mecanismo que aseguraba la continuidad del ie. Por ello en el matrimonio prevalecían siempre los intereses de éste, es decir, su continuidad y prosperidad estaban por encima de las consideraciones individuales o de los propios deseos. Queda claro que, al contraer matrimonio, ni hombre ni mujeres esperaban ningún tipo de satisfacción emocional. Curiosamente, mientras se promovía un tipo concreto de mujer centrada en su papel de madre y esposa, para representar la esencia de la belleza y de la femineidad tradicional japonesa se tomó como modelo a otro prototipo de mujer: será la geisha la que encarnaría el ideal de belleza femenino. Con el surgimiento de los barrios de placer y su aceptación por parte de la sociedad japonesa se puso de manifiesto la existencia de dos mundos femeninos paralelos: el de la esposa (una mujer comprometida con la familia y cuyo principal rol era tener descendencia) y el de la geisha (una mujer especializada en la “diversión masculina”). En realidad no eran dos mundos excluyentes, sino complementarios. Emakimono del Distrito de las luces rojas y escenas de teatro. Hishikawa Moronobu (1618-1624). Así pues, en un primer momento la mujer jugó un papel simbólico, de orden engendrador y cultural. A partir de ahí vamos en transición sucesiva a una inscripción de la mujer a la naturaleza y las fiestas populares, y, ahora, nos encontramos con la representación femenina en el ámbito social, popular y sexual. La escuela ukiyo-e fomentó las representaciones de la sociedad japonesa de aquellos tiempos, pero sobre todo intentó mostrar las escenas vulgares y populares de la vida comunitaria. Por ello se hicieron muy recurrentes las representaciones teatrales, tabernas, fiestas populares y escenas de la vida nocturna. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 16 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Ahora la mujer se manifiesta partícipe dentro de la sociedad: siendo objeto de deseo (escenas amorosas), escenas narrativas (la mujer en actividades cotidianas) y en representaciones con motivos sexuales. A este punto, la mujer está en contacto directo con los hombres, se desvaneció completamente la barrera divina que los separaba, además, se inscribe completamente en los procesos y escenas sociales de la época. Y, un factor muy importarte para los siglos posteriores, el cuerpo de la mujer deja de ser sagrado y pasa a ser erótico: la sexualidad de la mujer pasa a ser motivo y tema importante en las representaciones conforme ella misma continúa introduciéndose en la sociedad. De ello desprendemos que mientras disminuye la divinización de la mujer, aumenta en la misma medida su potencial sexual y erótico, por lo tanto, en el arte nipón, el concepto de erotismo y divinidad, en cuanto a la mujer, son inversamente proporcionales. En estos momentos aparece el concepto de mujer como geisha. Por encima de todo ésta es una artista. Pero no hay un arte exclusivo del mundo de la flor y el sauce. La danza japonesa, la ceremonia del té, los arreglos florales y la caligrafía, todos ellos tienen su público en el mundo exterior. Tanto la ceremonia del té como los arreglos florales son el terreno apropiado donde aprender el equilibrio, la tranquilidad y la paciencia que se esperan de toda mujer japonesa virtuosa. Estas mujeres son las protagonistas de muchos grabados ukiyo-e, y más concretamente de los bijinga. Se las representaba de cuerpo entero, busto o grupo, realizando actividades cotidianas. Hay un género (mitate-e) que son unas estampas aparentemente de la vida cotidiana pero que realmente son juegos intelectuales. Se enfatizaban pues los aspectos externos de la mujer japonesa: peinados, vestidos,… Todo con un toque simbólico (color). Se valora el aspecto de la mujer (el envoltorio), no la belleza interior. Sobre todo en el S. XVIII se representaba a las mujeres de manera idealizada. Ausencia de individualidad, estereotipo de belleza (blancura, labios diminutos, cejas un poco gruesas,…). No hay tampoco una expresión facial de sentimientos, aunque esto no significa que no se manifiesten, sino que lo hacen mediante los gestos. En el S. XIX empiezan a no mostrar esta imagen idealizada, sino que comienzan a expresar. Cada artista supo dar a sus mujeres un sello distintivo, como Suzuki Harunobu (“mujeres mariposa”, dulces, frágiles), Tori Kiyonaga (mujeres esbeltas, intelectuales) o Kitagawa Utamaro (es el artista que mejor capta la esencia, el interior de las mujeres). La literatura eligió asimismo, en la década de 1760, a camareras y cortesanas como protagonistas de las novelas, asimilándolas así a las heroínas de la literatura clásica, procedentes de la Para saber más: nobleza. - Barlés, Elena y Almazán, D. (coords.), La mujer japonesa. Realidad y mito, Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2008. - García Gutiérrez, Fernando, El arte de Japón. Lo sagrado, lo Caballeresco y otros temas, Sevilla, Guadalquivir Ediciones, 2008. - Hane, Mikiso, Breve historia de Japón, Madrid, Alianza Editorial, 2000. Ferry cruzando el río Rokugo, Tori Kiyonaga,(1754). Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 17 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 La figuración de lo impersonal en el realismo cínico chino. Por Julio A. Gracia Desde nuestro prisma occidental, y a pesar de la globalización y del derribo de barreras (otras son impuestas, aunque las tradicionales caigan), el arte que llega desde oriente sigue creando una cierta fascinación por el toque de novedoso y distinto que tiene con respecto a nuestra tradición vernácula. Todavía nos resulta más llamativo e interesante cuando tiene ínfulas de lucha y revolución en contra del sistema dictatorial que domina el país. Ai Wei Wei, el artista que llenó de pipas de porcelana la Tate Modern, es un buen ejemplo de ello, al igual que todos los creadores insertos en el denominado, por algunos teóricos y medios, como “realismo cínico”. Iniciado en los años noventa, principalmente, en Pekín, el movimiento reunía a toda una serie de artistas descontentos con la herencia de la Revolución Cultural (purga de altos cargos del partido, intelectuales y artistas, comandada por el presidente Mao Zedong en los años sesenta) y con el alineamiento colectivo que había impuesto, a nivel político, social y, por supuesto, artístico. Con un tono irónico y mordaz, la herencia realista se transformaba de acuerdo a los nuevos cánones de la China consumista, la China pop que dejaba entrar a Coca-Cola y que, al mismo tiempo, ofrecía un acceso limitado de su ciudadanía a Google. El país que representa Fang Lijun, experto en combinar elementos propios de la tradición de arte pop occidental con acúmulos nubosos, pequeños 30th Mary (2006), de Fang Lijun. Las distintas figuras aparecen vestidas con ropas kitsch detono infantil y se disponen en un remolino de nubes sin fin, sonriendo. tornados o tormentas que parecen extraídos de ciertos estilos de pintura china tradicional. Entre el tótum revolútum se pintan cuerpos desechos, figuras grotescas, de rasgos exagerados hasta la caricatura y sin pelo. Hombres grises, repetidos una y otra vez, trasunto del propio artista y ejemplo simplificador del panorama cultural chino, obligado a la repetición de patrones en pos de una causa mayor de bien común. Las obras de Yue Minjun gravitan en una órbita muy similar, al menos desde un mero análisis superficial: los rostros impersonales, de risa sádica, continúan estando ahí. Hileras e hileras de personajes que no pierden nunca la sonrisa exagerada, hiperbólica, de dientes gigantes, que mueven los mofletes y obligan a los ojos a cerrarse, configurando una estampa dantesca y desagradable, que el artista ha llegado a Esculturas de Yue Minjun situadas en los exteriores del plasmar, incluso, de forma escultórica. Son cuerpos Museo de Arte Contemporáneo de Pekín, un viandante circula entre ellas. Se observa como las figuras tienen, gigantescos, que abruman a aquel que se sitúa delante de aproximadamente, el doble de la escala humana. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 18 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 ellos, lanzan su risa hacia adelante, en un gesto que parece escupir a los espectadores. Son esperpentos, muecas deformadas en máscaras que ocultan la realidad. Hombres grises como los que podemos encontrar en la serie norteamericana Fringe, y que responden a un arquetipo o paradigma de carácter universal: el de la repetición de la misma personalidad a través de una plasmación física semejante. El de la alineación mental con el poder o, más bien, con el consumo. Pero, mucho antes de que el equipo en el que se encontraba J. J. Abrams apostase por una serie de ciencia ficción protagonizada por una atractiva agente y secundada por un científico loco y su hijo, Michael Ende había incluido, en su Hombres grises de la película Momo, que llevaba en 1986 al cine el, ya por aquel entonces convertido en clásico, libro de Michael Ende. novela Momo, a unos seres sin personalidad que trataban de destruir e invadir el mundo de la pequeña protagonista convenciendo a sus habitantes para que ahorrasen valioso “tiempo” que podrían gastar más tarde. Treinta años antes de la publicación, Philip K. Dick había presentado algo similar en su relato corto Equipo de ajuste, a través de seres que, como los protagonistas de Momo o de Fringe, controlaban a su antojo todo el trasfondo espaciotemporal del universo conocido. Movían los hilos de forma evidente para nadie, o sólo para unos pocos. La comparación entre los trazos de literatura y las obras plásticas descritas resulta meramente ensayística, pero sirve al lector para insertarse en el sentido de las obras de los dos artistas chinos, en la repetición de patrones que caracteriza al pop occidental y que tantas críticas ha granjeado a estos autores por su supuesta falta de originalidad. Para saber más: Muchos artistas forman parte o han sido insertados total o tangencialmente dentro del conocido como “realismo cínico”. Entre ellos, Yang Shaobin (con unas pinturas que al lector occidental le recordarán rápidamente a las obras más paradigmáticas de Francis Bacon), Wang Jinsong (en el que dominan los retratos a los que les falta, de forma muy simbólica, la cara) o Song Yonghong (que otorga una especial importancia a la figura de la mujer). Un buen libro en español para aproximarse al arte contemporáneo producido en el país asiático es: Fernández Del Campo, Eva y Sanz Giménez, Susana- Arte chino contemporáneo, San Sebastián, Nerea, 2011. Y no han sido las únicas, ni las más graves: está claro que el contenido político de estas obras ha conseguido, por una parte, hacerlas más atractivas a ojos occidentales y potenciar su coleccionismo, insertándolas en una valoración cada vez mayor del arte chino contemporáneo en el mundo, que ha alcanzado sus más altas cotas de mercado en los últimos años. Por otra parte, el régimen chino ve con relativos buenos ojos la crítica que realizan estos artistas, verdaderos artistas-estrella reclamados por numerosos museos y universidades de su país y del extranjero. Aceptar con deportividad críticas superficiales (que pueden, además, ser interpretadas en numerosos sentidos) otorga un aire de libertad al país que en realidad no existe. Lo presenta al mundo de una forma muy distinta a la que en verdad encontramos, con una población totalmente sometida a los designios de unos pocos, de esos hombres grises de los que hablábamos antes, pero a los que estas obras ayudan en parte a consolidarse en el poder. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 19 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Introducción a la muñeca tradicional japonesa. Por María Gutiérrez La palabra japonesa que sirve para designar a las muñecas es ningyô, que traducido al español vendría a significar “forma humana”. Cabe destacar que la concepción de estas muñecas nada tiene que ver con la occidental: Mientras que para nosotros son meros juguetes con los que entretener a los niños, en Japón desempeñan diversas funciones destacando la de amuletos protectores. A la hora de hablar de la historia y evolución de las ningyô se hay que partir de tiempos primitivos, de los que se han encontrado vestigios de estas pequeñas obras de arte. En este caso, las muñecas se contemplaban con cierto temor, consideradas como recipientes de espíritus. 10 Avanzando en el tiempo aparecen los denominados haniwa, unas figuras de terracota que presentan diversas formas, ya sean humanas, zoomorfas o incluso de objetos. Estas figuras se disponían rodeando las tumbas de los miembros de la aristocracia, siendo los útiles y siervos del difunto en la otra vida. Con la introducción del budismo en Japón en torno al siglo VI, se producen una serie de imágenes que representan a las divinidades correspondientes: Podrían considerarse como muñecas, pero realmente su función está relacionada con el culto. Durante el período Heian (794 – 1185), las muñecas van a continuar estando presentes en la sociedad. En este caso funcionan como una especie de talismán y purga de enfermedades, normalmente son de papel o de paja. Igualmente tenemos muñecas que van asociadas a determinados festivales anuales en los que se lleva a cabo un desfile compuesto por diferentes carrozas que exhiben representaciones de héroes históricos. Por otro lado, en este mismo momento, destaca la presencia de las Tachi-bina realizadas normalmente mediante papel, representan a una pareja y sirven como alojamiento temporal para los dioses, atraídos por las ofrendas, para que participen en diferentes rituales de purificación de las familias nobles. Avanzando hasta el período Edo (1615-1868) se va a experimentar la mayor evolución y avance de las muñecas japonesas. Durante este período dominado por los Tokugawa (1603-1867), cuando los comerciantes adquirirán bastante poder pasando a formar parte de las clases poseedoras de ningyô. En este momento cobran protagonismo las muñecas relacionadas con los festivales que tienen lugar el día 3 de marzo y 5 de mayo, el Día de las niñas y Día de los niños respectivamente. Las Hina-ningyô son las muñecas que se Tachi-bina. corresponden con el primero: Las clases adineradas celebran ese día, exponiendo muñecas sobre un estrado de varios escalones, además, estas ningyô se acompañaban de objetos presentes en el palacio, de tal forma que los niños de la nobleza podían jugar a ser los anfitriones de sus muñecas. Las que se corresponden con el segundo son las Musha-ningyô, representaciones de héroes, tanto históricos como fantásticos. Mediante las tipologías mencionadas se pretendía transmitir una serie de valores referentes a las jerarquías sociales y valores confuncianos (La obediencia y silencio en el caso de las niñas y la valentía y el honor en el caso de los chicos). Otro aspecto a destacar es el desarrollo del teatro, sobre todo del teatro de muñecas o bunraku, que incluso va a superar al kabuki. En resumidas cuentas, se podría decir que en el período Edo la técnica de fabricación de muñecas alcanza la excelencia. Tras el período Edo dará comienzo el período Meiji (1868-1912). En este momento la creación de muñecas continúa siendo algo presente, aunque los tipos mencionados van a tener una menor importancia destacando las Yamato-ningyô, representaciones de niños japoneses vestidos a la manera tradicional. Otro modelo de gran éxito son las Furansu-ningyô, muñecas francesas vestidas a la manera occidental. 10 Yamada, Tokubei, Japanese Dolls [Tourist Library vol. 17], Tokyo, Japan Travel Bureau, 1955. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 20 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Respecto a los materiales y a las técnicas empleados, la variedad es bastante amplia. Las más abundantes son las muñecas de madera, que después se policroman con vistosos colores, destacando el blanco de los rostros obtenido mediante conchas marinas trituradas junto con un aglutinante. Otros materiales que se usarán son la cerámica, porcelana, o incluso metal, como es el caso de las muñecas utilizadas para la práctica de la acupuntura. Las tipologías son amplísimas. Una de las más importantes y acerca de la que más se ha escrito son las muñecas relacionadas con los festivales, las ya mencionadas Hinaningyô. La mayor parte de las muñecas se regalaban entre las clases más pudientes como un elemento de cortesía, incluso se da una tipología concreta, las Gosho-ningyô que está estrechamente ligada a esta costumbre, su rasgo más característico es su aspecto infantil. Una de las categorías más preciosista son las muñecas de vestir, que en ocasiones contaban con cuerpos articulados, pelucas intercambiables y un especial cuidado en el atuendo, representado de la Muñeca de vestir articulada y acompañada de pelucas forma más fidedigna posible. intercambiables. A día de hoy, las muñecas japonesas han sido elevadas a la categoría de arte. Aunque esto no ha sido siempre así, pues tal consideración vino de la mano de los coleccionistas individuales, ya que para los museos y conservadores no lo eran (En parte debido al término “muñeca” y sus connotaciones y consideraciones). Podemos situar en el período Meiji, momento en el que el método científico occidental empezó a introducirse en Japón, cuando surge la figura del coleccionista, de tal forma que estos personajes empezaron a mirar de forma científica los objetos de carácter tradicional, igualmente introducen un nuevo enfoque a la hora de coleccionar muñecas.11 Como uno de los pioneros destaca Shimizu Seifû que utilizó sus habilidades como calígrafo para crear un catálogo con las formas regionales de las muñecas basándose en su propia colección hacia 1891. Nishizawa Senko es otra figura importante e igualmente sirve para mostrar la variedad de perfiles dentro del coleccionismo. Banquero de profesión, poseedor de una gran colección, sobre todo de Hina-ningyô. En fechas marcadas abre su colección al público. Destaca como creador de expositores de muñecas para el Hinamatsuri que regala a sus amigos. Tsuboi Shôgorô es el tercero, representante Hina-ningyô. de la vertiente más científica dentro del primer coleccionismo de muñecas. En estos casos más que de colecciones propiamente dichas podemos hablar de acumulación de muñecas obtenidas mediante distintos medios o circunstancias. A día de hoy, estas colecciones se encuentran en museos, al acceso del público. En 1909, Seifû funda una asociación para el estudio y apreciación de las muñecas y juguetes japoneses denominada Ôdomo-kai centrada en estudiar los orígenes de las diferentes formas, su significado o el lugar de procedencia de cada ejemplo. Esta asociación esta compuesta por todo tipo de personas (Banqueros, artistas, académicos, ejecutivos…) Dentro de este grupo se dan incluso hombres americanos o británicos. En este mismo momento van a surgir otras asociaciones interesadas en el estudio y conocimiento de las muñecas 11 Scott Pate, Alan, Japanese dolls: The fascinating World of ningyô, Singapur, Tuttle Publishings, 2008. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 21 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 y juguetes tradicionales, por ejemplo el caso de Arisaka Yotarô, cuyo grupo de veinticinco o treinta personas publicaba sus hallazgos mensualmente. Por otro lado, según Tokubei Yamada, no fue hasta 1927 cuando se tomó por primera vez en serio la fabricación de ningyô, con un aspecto más moderno. Anteriormente, el fabricar muñecas de forma artesanal se consideraba como un mero hobby que ganaba popularidad entre las mujeres jóvenes. Una de las figuras que destaca en este momento como fabricante artesanal de muñecas es Takeshita Yumeji (1886-1934), cuya originalidad supuso todo un empujón para los artesanos profesionales, caracterizados por dominar la técnica gracias a la enseñanza de sus maestros y antepasados, que había dejado de lado esta actividad. También se ha de considerar la propia labor del propio Yamada, autor de un monográfico centrado en la muñeca en 1955, que toma la iniciativa de organizar una exposición de muñecas una vez al año en Tokio con la participación de artistas pertenecientes a diferentes categorías (Pintores, hombres de letras…) sin dejar de lado a esas jóvenes aficionadas, es decir, la muestra aglutinaba tanto a profesionales como amateurs con una misma pasión. Su siguiente paso fue establecer una asociación hacia 1933 compuesta por más de cien artesanos profesionales y cincuenta amateurs, un número considerable si se compara con las agrupaciones anteriores. El principal objetivo de esta asociación era interesar ya no sólo a los artistas y profesionales, sino también llegar a un público general, demostrando que las ningyô son más que juguetes o adornos. Finalmente, en 1936 el gobierno japonés subvencionó una exposición centrada en estas pequeñas Para saber más: creaciones por primera vez. A día de hoy podemos decir que ya no sólo las ningyô, sino muñecas de diversas procedencias han pasado a ser consideradas como un arte además de una fuente bastante importante a la hora de conocer las diferentes costumbres de diversas culturas. Muchas de las tradiciones relacionadas con muñecas siguen presentes a día de hoy en Japón, a la par que las tipologías más tradicionales se han adaptado a la era presente. - Baten, Lea, Identifying japanese doll. Notes on ningyô, Países Bajos, Hotei Publishings, 2000. - Scott Pate, Alan, Ningyô. The art of the japanese doll, Singapur, Tuttle Publishing, 2005. Uso de la porcelana china en la corte otomana. Por David Lacasta El siguiente artículo es una continuación al publicado en el número anterior de Ecos de Asia y en el que planteábamos la cuestión del coleccionismo de porcelana china en la corte otomana en los siglos XV Y XVI. A continuación, con el fin de profundizar en el tema, vamos a exponer brevemente los usos a los que se destinaban estas piezas. La alta estima y admiración que los otomanos mostraron hacia la porcelana china plantea la cuestión de la función a la que estaba destinada. La variedad de usos era enorme, tal y como se puede imaginar. De los documentos conservados de la época se pueden desprender algunas de esas funciones. Destacaban, por ejemplo, las piezas destinadas a la limpieza de las manos y las jarras vertedoras de agua, cosa que no ha de extrañarnos si atendemos a la importancia que tienen para el Islam la purificación y las abluciones rituales. Pequeñas jarras se empleaban para guardar encurtidos, mermeladas, medicamentos y tintas, y algunos cuencos se reservaban para propósitos y ceremonias especiales. Aparte de estas funciones, el servicio y la presentación de los alimentos parece su principal cometido, ya que en los banquetes celebrados en las cortes Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 22 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 de Próximo Oriente el protocolo y la presentación de los alimentos requería de una gran cantidad de platos y bandejas alargadas. Para todas estas funciones la porcelana reunía una serie de ventajas prácticas que le conferían un lugar destacado por encima de la cerámica, tales como su durabilidad y su fácil limpieza. El celadón, un tipo de cerámica procedente de China que destaca por su esmalte de tonalidad verdosa, además, contaba con el mérito fantasioso de ser capaz de revelar la presencia de veneno; razón por la cual muchos viajeros europeos le achacaban su escasez y sus elevados precios. Además de estas razones de índole práctica, existen motivaciones religiosas que también propiciaron la popularidad de la porcelana china. El Islam consideraba pecado que en las comidas se empleasen objetos realizados en metales preciosos, como el oro y la plata. La porcelana no se encontraba entre los materiales condenados, cualidad que resulta esencial para entender la estima que sentían los otomanos hacia ella. En principio, el Corán no expresa desaprobación hacia el uso del oro y de la plata. Al contrario: una de las recompensas que aguardan a sus fieles en el paraíso son las bebidas servidas en resplandecientes cálices de oro. Sin embargo, las lecciones del profeta Mahoma sí son intransigentes en su condenación hacia aquellos que coman o beban en objetos de oro y de plata: “Cualquiera que beba de una copa de plata está bebiendo del fuego del infierno”. Sin embargo, esta desaprobación no persuadió a las cortes musulmanas de usar objetos de oro y de plata en los banquetes. Esta contradicción con los principios religiosos fue evidente en la corte otomana. En una descripción de Ibn Battuta sobre un banquete celebrado en un emirato de Anatolia, el cual visitó en 1331, comenta que los alimentos se sirvieron en cuencos de oro y plata, siendo las cucharas de los mismos metales, y además añade: “al mismo tiempo se trajeron algunos cuencos de porcelana, conteniendo los mismos alimentos, junto con cucharas de madera, y sólo los que sentían escrúpulos usaron las porcelanas y las cucharas de madera”. De manera similar, otros viajeros occidentales recogen en el siglo XVI que, a pesar de estar considerado pecado, el uso de cucharas de plata estaba generalizado entre los turcos. Existe en principio una complementariedad entre la porcelana y los metales preciosos. En la práctica, los objetos eran intercambiables. Recogen los cronistas que la mesa de Bayecid II (1481-1512) estaba plagada de objetos de plata,y que para calmar su conciencia, los objetos de metales preciosos se empleaban para servir la comida a incontables pobres tres veces por semana. El sultán Solimán el Magnífico (1520-1566) pareció ser insensible a esas sutilezas en sus primeros años de reinado, pero al final de su vida se habría vuelto más cuidadoso, como recoge un embajador de los Habsburgo en sus escritos: “el sultán se vuelve día a día más escrupuloso en sus observancias religiosas, mucho más supersticioso… solía usar para comer un servicio de plata, pero alguien se encargó de recordarle tal falta, por lo que ahora solamente usa platos de cerámica.” Estas palabras son de 1578, y para aquel entonces parece que los sultanes habían abandonado la costumbre de comer con objetos de metales preciosos, decantándose en favor de la porcelana. Porcelana Blanca y Azul procedente de las colecciones del Museo Topkapi de Estambul, la cual conserva la tapa de Existe, sin embargo una solución a la cuestión religiosa. El cobre dorado. principal problema radicaba en que los alimentos tuviesen un contacto directo con el oro o la plata, mientras que en cambio no existían objeciones para usar tapas o cubiertas de metales preciosos sobre los objetos de porcelana, así como para cubrir las bandejas. Así, en las miniaturas del período, siglos XV-XVI, se describen tapas de oro o doradas sobre los celadones y las porcelanas del tipo azul y blanco, y se conservan tapas de cobre dorado en el museo Topkapi de Estambul. Una pintura conmemorativa de la visita de un embajador polaco en 1677 nos da información sobre cómo se realizaban los banquetes y del empleo de las porcelanas. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 23 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Miniatura en la que se describe el festín organizado en honor a la visita del embajador polaco en 1677, en la que se observa el uso de porcelanas. Museo Nacional, Cracovia. Posteriormente, en el siglo XVII y XVIII, el celadón se convirtió en el material por excelencia, mientras que las tapas se realizaban en plata o en cobre estañado. El uso de los metales preciosos en los banquetes privados se fue volviendo más raro con el tiempo, viéndose totalmente desplazados por el empleo de porcelana, no solamente en el palacio imperial sino también en las residencias de los visires. Sea como fuere, parece que el abandono de los metales preciosos a mediados del siglo XVI habría obedecido a varios motivos, entre ellos los preceptos religiosos, a los que se sumó una elevada presión financiera, que forzó a los sultanes a fundir muchos de los bienes de oro y plata pertenecientes al tesoro. Junto a estas razones, no hay que olvidar que las nuevas conquistas propiciaron un incremento en la disposición de porcelana, al controlar los otomanos puntos clave del comercio con Extremo Oriente. Recapitulando, sabemos que el uso de los metales preciosos fue constante en la corte otomana en el siglo XVI, y que este uso con el tiempo se fue volviendo cada vez más escaso, mientras que, en cambio, el uso de la porcelana y de celadones fue en aumento. Esto nos Para saber más: trasmite la idea de que los gustos de los otomanos viraron hacia una predilección por las porcelanas, lo que - Dirección del museo Topkapi de propició la aparición de importantes colecciones. Buena Estambul, donde pueden contemplarse muestra de ello es la colección de porcelana procedente algunas de las piezas más destacadas de la de China que se conserva en el museo Topkapi de colección: http://topkapisarayi.gov.tr/en Estambul, que constituye la mayor colección de porcelana que se encuentra fuera de las fronteras de China. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 24 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Aires del Este: El abanico japonés desde su aparición hasta el período Momoyama. Por María Galindo La sensibilidad artística japonesa excede con mucho a la occidental. La calificación de “arte” es difícil de adscribir a las manifestaciones de este pueblo antes de la apertura Meiji y la adaptación a los modos occidentales. De la misma manera que en el curso occidental del arte, se llegó al paradigma de que todo lo que haga un artista será arte, en Japón todo lo que haya realizado un ser humano puede, y debe tener, las cualidades de este: estética, funcionalidad y un espíritu tan profundo como el de su creador y, con el uso, como el de su dueño. Por ello la distinción occidental entre artes decorativas y bellas artes no tiene ningún sentido en la mentalidad japonesa tradicional. Siguiendo esta unificación de la expresión artística, el abanico tradicional japonés se adapta a las clasificaciones que nos esforzamos en crear en la pintura y sus escuelas y se contagia de sus esquemas en base a su similitud estilística o su autoría, el mismo artista que crea pinturas en soportes más dignos a nuestros ojos las crea en abanicos. Estos no sólo son piezas de arte, la importancia de estos objetos en la vida cotidiana supera su función práctica. El abanico se hizo hueco en la vida diaria, en el quehacer de la corte y en sus ceremonias, así como en los círculos religiosos,12 cobrando un papel vital en las relaciones sociales y la etiqueta de Japón. Por todo esto hemos afrontaremos su historia como la de un arte en desarrollo y evolución en la tierra del Sol Naciente. Durante todo su desarrollo el abanico, además de formarse según las modas imperantes ha sufrido cambios también respecto a sus usos: eran necesarios en el protocolo de la corte; se regalaban al novio durante su boda; servían como sistema de comunicación política; como mapas y postales; en juegos de habilidad como el ôgiotoshi; para la ceremonia del té donde servían de receptáculo para pasteles; como álbumes de poemas… Y por supuesto eran usados en las artes escénicas, ya sean malabares, como los ejecutados por Hayatake Torichi, los bailes de geishas, el teatro Noh, o en la danza Kagura de los santuarios shinto. A esto debe añadirse que tenían su propio manual de uso y etiqueta. Cuando se Demostración de uso ceremonial del abanico: danza Kagura. caminaba se podía llevar abierto, pero en el momento de entrada a una casa en la casa se guardaba en la manga. Una vez sentado el invitado lo colocaba al lado de la mano izquierda o delante del anfitrión. Dentro de casa ajena se podría juguetear un poco con ellos, pero nunca abanicarse con él a no ser que se estuviera en presencia de amigos muy íntimos y nunca delante de arreglos florales o ikebanas por respeto a estos trabajos. Sin embargo un sirviente si podría abrirlo y taparse con él la boca delante de su empleador para recibir órdenes de cerca. Y en la ceremonia del seppuku se podría colocar delante del que iba a suicidarse en lugar del puñal como signo de su rebeldía si 12 Es tal su relación con lo religioso que según el estudioso de la religiosidad japonesa Hiroko Yoshino el abanico plegable deriva del uso de la hoja del biro, cortado en forma de mano humana por mujeres chamanes en rituales místicos. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 25 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 este era un hombre especialmente irreverente. Aún en la actualidad los sacerdotes sintoístas los llevan y con ellos hacen énfasis en sus ceremonias, cuando le hacen ofrendas al dios se lo colocan en su túnica tras la nuca, sin embargo, cuando estén rezando lo sujetan con sus manos y lo alzan hacia su cabeza. Si quisiéramos averiguar donde aparecieron los primeros abanicos nos perderíamos en los albores del tiempo, pues coger una hoja para darse aire es algo bastante instintivo. Si bien su origen se asocia a Oriente no es fácil precisar más detalles. Los testimonios tempranos de estos objetos son múltiples: aparecen reflejados en la Biblia; así como en una tumba de la decimoctava dinastía en Tebas; o en la China de la dinastía Zhou (1050 a.C.-256 a.C.) donde se inventan en el 991 a.C. los abanicos de marfil. Si dirigimos nuestra mirada hacia el este vemos como todas las naciones asiáticas tienen el uso del abanico como algo antiguo en su memoria. En China nos encontramos ya con la pretérita creencia de que en los tiempos del emperador Hsien Yuan (ca. 2697 a.C.) era ya usado, y también hay testimonios sobre el emperador Tchao-wong de la dinastía Zhou usando abanicos emplumados en el 1052 a.C. Más adelante podemos encontrarnos con abanicos en todas las grandes culturas de la Antigüedad, incluidas Grecia y Roma cuyos formatos se reciclarán para uso litúrgico con la primera iglesia (usuaria del flablellum13) y con esta por toda la Edad Media hasta que el comercio italiano traiga el abanico plegable en el siglo XVI que permanece en nuestros días. Si nos centramos en la historia del abanico japonés podemos decir que esta comienza, como tantos otros asuntos japoneses, en China, desde donde llegarán a las islas niponas a través de Corea. Los primeros ejemplares que pudieron observar y poseer los japoneses son los abanicos de pantalla o fijos que ellos llamaron uchiwa. Suponemos que la llegada de este instrumento fue acogida con atención junto con las grandes novedades que llegaban a las islas durante estos años gracias a las conexiones y al interés del emperador Shôtoku (574-622) 14 por la cultura china. Así poco a poco el abanico se abriría hueco entre el espíritu japonés convirtiéndose en parte indispensable del traje nacional usado tanto por el emperador como por el agricultor más humilde. Esta omnipresencia fue clave en la Abanico de tipología uchiwa. diversificación de los abanicos, que se dividieron en variantes dependientes del uso y del rango de su portador. Desde tiempos antiguos hasta la segunda mitad del siglo XIX el abanico fue un objeto habitual para todos y cada uno de los habitantes de Japón y por ello la cotidianeidad de su uso se ha plasmado en las demás artes, pudiéndose observar su forma como motivo ornamental en lacas, kimonos, emblemas, pinturas… incluso en la configuración de las casas tradicionales, donde en algunos toko-no-ma15 se exhiben abanicos junto con kakemonos. Como es natural la primera representación de abanicos en Japón, será de ejemplares fijos o uchiwa, la encontramos en una pintura de color de una pared interior en una tumba del siglo VI en Wakamiya en la prefectura de Fukuoka, siendo este del tipo ceremonial chino t´uanshan. Si este primer paso - la entrada y difusión del primer abanico en Japón- ya lo tenemos asegurado, llegamos a un punto discutido: su evolución. Tradicionalmente se dice que el abanico plegable, conocido como ôgi, se inventó en Japón, así lo relata la leyenda popular situada en el reino del Emperador Tenji (668-671).Esta leyenda cuenta que un hombre, Toyomaru, que vivía en Tamba en las cercanías de Kioto, estaba en la cama con su mujer cuando un murciélago irrumpió en la habitación. La mujer le pidió que lo echara del cuarto, él remoloneó, y entre tanto el murciélago voló demasiado cerca de una lámpara, se quemó las alas y cayó al 13 Un tipo de abanico de grandes proporciones que cuenta con un mango muy ornamentado y un cabezal de plumas o tela con el que se apartaban los insectos voladores de la sagrada forma. 14 Impulsor del budismo fuertemente interesado por la cultura de China. 15 Pequeña habitación en estilo tradicional japonés, con piso de tatami, donde se cuelgan rollos desplegables kakemono junto con ikebana o arreglos florales. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 26 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 suelo. Cuando el hombre se levantó a recoger al animal muerto le llamaron la atención las alas de este y se le ocurrió la idea de inventar un instrumento que batiera el aire como lo hacían las alas del animal plegándose y guardándose cuando fuera oportuno. De ahí que la palabra antigua para abanico plegable en japonés sea komori, murciélago. Respecto a la veracidad de la autoría japonesa del ôgi existen numerosas discusiones: el sinólogo Irons afirma que la evolución de este abanico no pudo ser hallada en Japón a tan poco tiempo de su llegada y que el origen del abanico plegable sería chino. 16 Otras voces discrepan de la teoría de Irons, como los japoneses Nakamura y Kondo. Nakamura dice que dada la similitud entre el hiôgi y los mokkan (tablas de madera escritas con asuntos administrativos del periodo Nara) podemos aventurar un origen japonés en el que losmokkan abrían evolucionado uniéndose entre sí hasta llegar a la forma de un primer abanico plegable. Como puntal de esta teoría tenemos en Tôji, Kioto, una escultura de Kannon 17 con veinte tablas de madera inscritas (una data del año 877), que no estaban atadas pero tenían cada una de ellas dos agujeros en una parte, lo cual sería, quizás, una huella de un primer Representación pictórica de una dama de corte portando un abanico. paso de esta evolución y posiblemente uno de los primeros “proto-ôgi”. Para Eikio Kondo este es el primer abanico japonés y lo clasifica como hiôgi de pleno derecho, además de sugerir que en esta época tendríamos ya el abanico de papel plenamente desarrollado aunque no se conserven ejemplares dada su naturaleza más delicada (el primer ejemplar conservado data del siglo XII y se guarda en el templo de Itsukishima). Si bien el origen del abanico plegable aún no está claro, la evolución de este en Japón fue tan acelerada y notable que ambas naciones, tanto China como Japón, le han dado tradicionalmente la maternidad del invento a Japón. Aceptando que su origen, ocurriera en el lugar que ocurriera, data del siglo VII,no tenemos referencias literarias de este artefacto hasta el siglo X. En el Songshu, el relato oficial de la dinastía Song (960-1279) se dice que en el 988 un monje japonés, Chônen, presentó a la corte Song como obsequio varios abanicos plegables de corte, concretamente doce hiôgi y dos komoriôgi (tipos de abanicos plegables, el primero de madera y el segundo de papel). Lo que sugiere que, aunque se pudiera haber inventado este abanico plegable en China, no eran tan comunes como en Japón. En el Japón de la era Heian (794-1185) vemos referencias literarias a estos instrumentos en los clásicos literarios del Genji monogatari y el Makura no soshi. La popularización de estos objetos los llevaron a desarrollarse con gran lujo con el uso de materiales preciosos como el oro, la plata, y vivos colores, tanto que 16 Irons, J.N., Fans of Imperial Japan, Hong Kong, Kaiserreich Kunts, 1981, p.40 Kannon es un bodhisattva (figura del budismo que hace referencia a aquellos que siguen la senda de Buda), tradicionalmente vinculado a la compasión y muy venerado en el budismo mahâyâna, muy extendido en Japón. 17 Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 27 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 en el período Choho (999-1004) los hiôgi ykomori fueron incluidos en una serie de leyes suntuarias para restringir el ornamento de estos. Es en esta época cortesana es cuando alcanza gran esplendor el abanico de corte hiôgi, el cual no se popularizó en China hasta el siglo XVIII e incluso entonces sólo como parte de cargamentos comerciales para Occidente. Sin embargo otros tipos de ôgi llegaron a Corea y China desde el año 960, para posteriormente ser adoptado por las prostitutas de la corte y más tarde por las damas cortesanas. Las primeras representaciones plásticas de este tipo de abanico en Japón se encuentran en una sala del tesoro del templo de Tôji, una escena pintada del siglo X, también lo podemos ver en el Chôgû Giga, en el Ban Dainagonemaki y en el Genji monogatari emaki donde aparecen muestras pictóricas de estos abanicos plegables. El éxito de la nueva tipología fue fulminante y se integró perfectamente en la vida cortesana, incluso dio lugar al pasatiempo ôgiawase, una competición que en los siglos VIII-XI comparaba abanicos decorados con pintura o poesía con bellas caligrafías. También aparecen en el siglo XII los primeros abanicos con sutras de papel de la secta Ejemplo de abanico con decoración pictórica y caligráfica. Tendai. Podemos observar entre estos ôgi las producciones elitistas más lujosas, como por ejemplo hiôgi realizados enmadera de ciprés hinoki, usados en la corte imperial. En el caso concreto del abanico de la emperatriz, estaría normalmente compuesto por 25-38 varillas que se pintarían exclusivamente motivos de crisantemo, pinos, azahar, ciruelos o camelias. Los habitantes de la corte podrían añadir flores como el cerezo o incluso pájaros con colores diferentes dependiendo del rango del que los ostentara. Además presentaban cordeles a juego con los colores de las flores. Las varillas se sujetaban con un hilo de seda de colores y donde acababan las varillas habría borlas compuestas por siete cuerdas de siete colores anudadas. De las guardas (las varillas exteriores, más gruesas protegen el abanico cuando está cerrado) caerían flores artificiales. Su clave tendría en el frente la forma de una mariposa y en el reverso la de un pájaro. Los colores son brillantes y vivos y conviven con nubes de polvo de oro y plata. Se trata de todo un juego de armonías y colores que unido a las vestiduras imperiales hubo de ser fascinante. Dentro de estos abanicos cortesanos había una peculiar excepción, aquellos que eran usados por los menores de dieciséis años, en la que en vez de elaborarse a partir del ciprés hinokise hacían con sugi, cedro japonés. En época Heian no sólo triunfó el hiôgi, junto a él se popularizaron los abanicos de papel de uso común, la difusión de este objeto es muy amplia y existía una fuerte demanda, por ello vemos como dentro de los gremios establecidos en el siglo XII el de abaniqueros ya está formado con centro en el templo Eimeiji en Kioto (el cual creció tanto que en el período Muromachi ya satisfacía la demanda interna y aún vendía a China). Pasado un tiempo, según decaía el esplendor de la corte Heian, la militarización samurái abarca todos Ejemplo de abanico de corte. los factores de la sociedad, y el abanico no se libra de esta conversión. En el siglo XI aparecerá el gumpai, el abanico férreo de guerra de tipo Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 28 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 fijo cuya versión más avanzada aparecerá un siglo después: el tessen que además de férreo será también plegable. El gumpai es un abanico de guerra fabricado con hierro y cuero con una doble función, por un lado es un arma defensiva y ofensiva y por otro sirve de mando. Otro personaje que hace uso de este abanico es el del árbitro del sumo usando ejemplares con la admonición “una mente, una voz” escrita en ellos para demostrar la inquebrantabilidad de las decisiones del árbitro. Los abanicos de guerra aparecen constantemente en la tradición, como en la historia de Takeda Shingen y Uesugi Kenshin en la batalla de Kawanajima en 1561 Grabado que representa un combate de sumô en el que puede verse al árbitro portando cuando en medio de la batalla un abanico. Uesugi Kenshin logró colarse entre las filas enemigas hasta el puesto de comando principal donde se hallaba, totalmente desprevenido Takeda Shingen el cual salvó su vida gracias a su tessen. También se dice que Minamotono Yoshitsune venció al gran monje guerrero Bankei con un tessen. Y Araki Murashige salvó su vida con un tessen cuando Oda Nobunaga intentó asesinarlo. A estas historias podemos añadir el arte marcial del tessenjutsu enseñado por el clan Yagyû (instructores de los Tokugawa) en su dojo de Yagyû Shinkage-ryû. Estos abanicos bélicos no dejarán de poseer la belleza característica de los instrumentos de guerra japoneses, ya que la búsqueda de la belleza es una misión que alcanzaba toda actividad cometida por la élite samurái que se preocupó de hallar el equilibrio entre bu ybun, las artes de la guerra y las de la paz. La militarización del arte no eliminará lo cortesano ni mucho menos, una vez entremos en el período Kamakura la corte seguirá desarrollando sus quehaceres. De hecho el énfasis en el conocimiento de las Grabado en el que se representa una de estas leyendas de guerreros combatiendo con sus abanicos bélicos. artes de la corte, tal y como se practicaba en la época Heian fortalecía la autoridad aportando la dignidad y prestigio necesario para gobernar una nación. Así entre las muchas facetas que dominarían un buen samurái y su familia estaban el conocimiento de las Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 29 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 artes y el mecenazgo de artistas y artesanos especialmente, en esta época de influencias externas, de aquellos de las escuelas zen. A finales del Kamakura y principios del período Muromachi, llega una nueva influencia china introduciendo el papel por los dos lados del país del abanico, es decir por las dos caras del mismo. En el siglo XIV, el peso que los abanicos tenían en la cultura era innegable, tal como aparecía reflejado en multitud de manifestaciones artísticas, en las que se convertía en un elemento ornamental más. Dentro de su constante evolución, en el siglo XV aparecen el suehiro o suyehiro un abanico usado en la corte y posteriormente heredado por los actores Ejemplo de tessen. de teatro Noh, y el bombori surgidos ahora por el nuevo grosor del país de doble hoja que ensanchaba notablemente la pieza, dada la disposición de sus guardas que se comban hacia dentro dan la sensación de nunca estar cerrados. Junto con estas nuevas formas en el período Muromachi la pintura de abanicos pasa a formar parte de la disciplina pictórica general, muchos artistas se dedicaron a ello, las mejores obras no llegarían ni a montarse, se quedarían en tan solo países que el artista creaba tan sólo para demostrar su habilidad y la posibilidad de adaptarse a este medio. Un poco más adelante, en época Momoyama, surge con fuerza una El actor Ichkawa Danjuro actuando en una obra de teatro noh con la máscara “Hannya”. Grabado ukiyo-e, actividad que calará obra de Kunichika, 1893. En él puede verse al actor portando un abanico en la mano izquierda. profundamente en la cultura japonesa: la ceremonia del té elaborada por Sen no Rikyû (1522-91), que incluirá en su ritual un pequeño abanico que jamás se usaría para abanicar (actividad no permitida en esta ceremonia) sino para sostener dulces: el rikyûôgi, un abanico de tres varillas y papel grueso. La ceremonia del té es un ejemplo de su concepción unificadora del arte y la vida, la obra de arte total, que da encuentro a todas las artes tradicionales japonesas: el vestir, la cerámica, la caligrafía, la arquitectura, la gastronomía y cierta performatividad, el hecho de que incluya un abanico en esta nos deja claro la importancia de este objeto en las artes y en la vida cotidiana japonesa. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 30 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Amar el arte japonés: Federico Torralba, coleccionista y maestro. Por Carolina Plou Buena parte de los componentes de Ecos de Asia pertenecemos a una de las escuelas españolas más longevas de estudio de la cultura oriental, concretamente, en la disciplina del arte japonés (aunque con una gran diversificación en los últimos años). Por ello, queremos dar a conocer a la figura que (para nuestra generación ya indirectamente) ha sido maestro y pionero en estos estudios, dedicándole un homenaje en el segundo aniversario de su muerte. Hablamos del profesor don Federico Torralba Soriano (1913 – 22/04/2012). Federico Torralba nació en Zaragoza en 1913. Hijo de una familia acomodada, su infancia transcurrió tranquila, recibiendo ya algunas influencias que marcarían lo que luego fue su trayectoria y su pasión: solía rememorar sus visitas a la tienda de Cesáreo Campo, donde se vendían porcelanas japonesas de Satsuma (como la que su madre empleaba para tomar chocolate con sus amigas), grabados y reproducciones, juegos de Mahjong… Imágenes que formaban parte de la imaginación de un niño con una gran inquietud intelectual, que soñaba viajar a la China montado en el tranvía, lector asiduo de la Revista Chiquilín (fundada entre otros por Enrique Jardiel Poncela, en 1924, dirigida a un público infantil y juvenil, en la que se cuidaba con mimo la literatura dirigida a los niños). En su adolescencia, y como premio a sus buenas notas, pidió que le regalasen la Historia del Arte de José Pijoan (una de las obras de mayor prestigio de la época). También tuvo la oportunidad de visitar París, en 1927, ciudad con la que mantendría una especial relación. Fachada del Museo Guimet en París. En su etapa universitaria, don Federico estudió Filosofía y Derecho en la Universidad de Zaragoza. Don Federico Torralba. En esta misma universidad obtuvo el título de Doctor en Filosofía y Letras, en 1956, aunque previamente, a finales de los años cuarenta, había realizado una estancia en París, bajo la tutela de Jean Cassou (1887-1986), donde tuvo ocasión de visitar, entre otros, el Museo Guimet de arte asiático. Casi una década después de su nombramiento como Doctor, en 1965 obtuvo la cátedra de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo, en 1970 la de Salamanca y en 1972 la de Zaragoza, donde permaneció hasta su jubilación en 1983. No obstante, tras su jubilación continuó ejerciendo como profesor emérito y escritor hasta pocos años antes de su muerte. Paralelamente a su trayectoria como docente universitario, también dio clases en la Escuela de Artes y Oficios y fue nombrado académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (con sede en Madrid) y de San Luis (con sede en Zaragoza). Dirigió la sección de Arte de la Institución Fernando el Católico y la revista Seminario de Arte Aragonés. Desde 1963 dirigió la Galería Kalos y en 1970 promovió la creación de la Galería Atenas, ambas en Zaragoza, dedicadas ambas al impulso del arte contemporáneo (por ellas pasaron grupos como Tierra, Azuda 40, Algarada, Equipo LT o Forma). Uno de los mayores méritos de Federico Torralba fue el de ofrecer una nueva mirada más abierta sobre la Historia del Arte, prestando gran atención a la contemporaneidad: desde Goya, artista en el que se demostró un gran experto (a través de varias monografías y del comisariado de exposiciones, así como de su labor en la Institución Fernando el Católico de la Diputación Provincial de Zaragoza, donde fundó y dirigió la cátedra Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 31 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Goya), pasando por las vanguardias, hasta el arte más rabiosamente actual que acogía en las Galerías Atenas y Kalos. Su reivindicación, empero, no se limitó al arte contemporáneo, sino que se extendió hasta una de sus pasiones: el arte oriental. Ya adelantábamos que el niño Federico recibió influencias orientales de la mano de los objetos que vendían tiendas zaragozanas que, en la misma línea que Bruno Cuadros en Barcelona o que L’Art Nouveau en París, satisfacían el gusto burgués por el arte y los objetos orientales, principalmente japoneses (una cuestión que trató la exposición Japonismo, de la que ya hablamos aquí). Sin embargo, un suceso clave (y anecdótico, como suele pasar en estos casos) definió para siempre las pasiones de Federico Torralba: en su adolescencia, un amigo le enseñó un grabado japonés, propiedad de la familia, del que don Federico quedó prendado y se prometió que conseguiría algún día. Respecto al grabado en cuestión, sí, lo consiguió: Desde muy joven me interesó todo lo relacionado con el arte y las culturas orientales. Empecé a comprar libros sobre esa especialidad y a estudiar su contenido e ilustraciones. Cuando en 1927 vi algunas obras en los museos parisinos, aún se marcó más mi entusiasmo. Algunas de las reproducciones fotográficas de los libros me hicieron ensoñar que algún día yo pudiese tener en mis manos algunas de aquellas obras; también en casa de unos amigos míos diplomáticos vi, por primera vez, un grabado de Hiroshige. Puedo afirmar que alguna de las obras que yo había admirado en los libros, está hoy en mi colección, así como un ejemplar del grabado de Hiroshige —al que acabo de referirme— que tanto me deslumbró. Empecé relativamente pronto a comprar algunas cosas (por ejemplo un pequeño Buda de porcelana adquirido a los trece o catorce años) pero fue más tarde, siendo ya profesor de universidad, cuando enriquecí más mi colección.18 Este grabado produjo un impacto que fue germinando en el corazón de don Federico, que poco a poco fue haciéndose con piezas de este arte oriental que tanto le había impresionado. Aunque sus más significativas adquisiciones El puente Ōhashi en Atake bajo una lluvia repentina, de Ando Hiroshige pertenecían al arte japonés, también hubo (hacia 1857). espacio en sus gustos y en su colección para obras de otras procedencias. Como él mismo declaró, su colección estaba siempre condicionada a la labor particular y a una economía modesta, en la que primaba ante todo el interés y el gusto personal, y a la que resultaba imposible incorporar determinadas piezas, bien por su precio o por la dificultad de encontrarlas. Esto no supuso, sin embargo, una merma en la calidad, cantidad y variedad de objetos coleccionados, al 18 Torralba, Federico (y otros), “Museo de Zaragoza. La colección de arte oriental Federico Torralba”, en Artigrama nº 18, Monográfico sobre las colecciones de arte extremo oriental en España, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 2003. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 32 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 contrario, don Federico logró atesorar una de las mejores y más nutridas colecciones españolas dedicadas al arte oriental. Como decimos, la colección se forjó de manera absolutamente particular, a través de las compras de Federico Torralba y posteriormente ayudado por su discípulo, Antonio Fortún (1945-1999). Para realizarlas, don Federico se desplazaba por toda Europa. Sus lugares predilectos eran el Barrio Latino de París, la ciudad en la que estuvo becado, y los anticuarios de Venecia, su ciudad de veraneo habitual. No pocas veces visitó la Galería Lella & Gianni Morra, especializada en estampas y otros objetos japoneses. Sin embargo, no fueron estos los únicos lugares en los que en los viajes de don Federico se veía ampliada su colección, sino que hubo muchas otras ciudades en las que realizó adquisiciones: Londres, Amsterdam, Ginebra, Bruselas… También en España consiguió piezas, especialmente en Madrid y Barcelona, pero también en Bilbao, donde compró una funda para pipa casi única en Europa, de la que solo se conserva otro ejemplar en Amsterdam. El plan que Federico Torralba había trazado para el destino de su colección era, originalmente, legársela en herencia a Antonio Fortún, su discípulo y ayudante, con la intención de que se quedase en Aragón (ambos habían rechazado ofertas para depositar la colección fuera de la comunidad). Sin embargo, la prematura muerte de Fortún en 1999, cuando contaba con apenas 54 años, Mueble lacado japonés. Colección de Arte Oriental Federico condicionó un cambio de rumbo y la urgencia de Torralba. encontrar un nuevo destino. De este modo, el 1 de octubre de 2001 se firmaba un pacto sucesorio entre Federico Torralba y el Gobierno de Aragón. Los términos de este pacto recogían que el Gobierno de Aragón se hacía cargo de la colección y se responsabilizaba de su inventario, catalogación y su exhibición en el Museo de Zaragoza, poniéndola así a disposición de todos los ciudadanos. A la vez, gestionaría la biblioteca especializada y el archivo documental de la colección. El Gobierno de Aragón se comprometió además a la creación de una Fundación dependiente de la Comunidad Autónoma de Aragón, con el objetivo de divulgar el arte oriental e impulsar su estudio. Esta Fundación se constituyó en 2002, con el nombre de TorralbaFortún en honor a los dos coleccionistas (aunque el profesor eclipse al artista), y desde entonces ha participado activamente financiando la restauración de las piezas, las nuevas adquisiciones, actividades culturales de todo tipo, la edición de libros especializados y creando becas de investigación en arte asiático. Como ya hemos avanzado, aunque el arte japonés supone la parte más importante de la Colección, no es la única procedencia de las obras, ya que existe también un nutrido conjunto de arte chino. Además, entre las más de mil que suponen el total de la Colección, se encuentran también piezas de India, Corea, Tíbet, Nepal, Irán, Tailandia, Indonesia, Cabeza de Buda de Gandhara, siglo III, de la Colección de Birmania y Turquía. Se custodian en el Museo de Zaragoza Arte Oriental Federico Torralba. (situado en la Plaza de los Sitios, nº 6), aunque solo una selecta Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 33 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 muestra es exhibida en una pequeña sala dispuesta para tal fin, mientras que el resto de la colección permanece almacenado en las dependencias del mismo museo. Más allá de la clasificación geográfica (de gran importancia al hablar de China o Japón, y mucho menor en el resto de los casos), las diferentes temáticas y tipologías de los objetos coleccionados también son muy elocuentes a la hora de definir la Colección. Destaca, por una parte, el arte búdico. Esta parte de la Colección es la que abarca un mayor número de procedencias, así como la más amplia cronología. La pieza más antigua de la Colección Torralba pertenece al arte búdico, se trata de una cabeza de Buda que se calcula del siglo III, procedente de Gandhara (Pakistán), y se prolonga hasta el siglo XIX, prácticamente alcanzando el límite cronológico (que en piezas de otras temáticas llega hasta el siglo XX), con varias esculturas de Buda japonesas del periodo Meiji. A la izquierda Suzuribako de la colección; a la derecha, Hokusai Manga volúmenes pertenecientes a la Colección Federico Torralba de Arte Oriental. Del máximo interés resultan algunas parcelas de la colección japonesa, concretamente, las lacas y los inros. Dentro de los muchos objetos lacados que conforman la Colección, pueden encontrarse desde piezas de menaje hasta muebles, pasando por un importante conjunto de cajas de muy diversas funciones: desde suzuribako (cajas específicamente diseñadas para guardar los objetos de escritura) hasta bentô-bako o cajas para picnic. Por otro lado, también posee gran importancia la colección de inrô, 19 algo más de setenta, algunos provenientes de las grandes colecciones europeas de la época del japonismo en el siglo XIX. Por supuesto, no pueden olvidarse en este apartado los grabados ukiyo-e (tanto del periodo Edo como posteriores) y libros ilustrados, entre los que se encuentran obras de relevancia como los 15 volúmenes que conforman el Hokusai Manga. Respecto al arte chino, entre las varias tipologías debemos destacar las piezas de cerámica y porcelana. El grueso principal de la colección se remonta a las dinastías Ming (1368 – 1644) y Qing (1644 – 1912), aunque también hay ejemplos muy celebrados de época Sung (960 – 1279). Están representadas numerosas técnicas como el celadón (un esmalte de tonalidad verdosa muy empleado en Asia continental, no solo en China, también en Corea, desde tiempos antiguos hasta el siglo XIII), cerámicas craqueladas en distintos colores, reproducciones en cerámica de piezas de bronce, porcelana azul y blanca… Aunque sin duda la que más destaca por su aspecto y presencia es la porcelana roja conocida como “sangre de buey” o “sangre de toro”, de la que se Cerámica “sangre de buey”, conservan varias piezas de gran tamaño, distintas formas y muy buena calidad. perteneciente a la Colección Federico Torralba de Arte Oriental. 19 Un inrô es un pequeño estuche, compuesto de una serie de cajitas o departamentos apilados y unidos por cordones en sus extremos, diseñado para ser llevado colgando del cinto u obi, para lo cual contaban con un pequeño contrapeso en el otro extremo del cordón. Este contrapeso, llamado netsuke, alcanzó también un gran desarrollo artístico, convirtiéndose en auténticas miniaturas escultóricas de gran calidad. La colección Torralba también posee ejemplos de netsukes entre sus piezas. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 34 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Además de todo lo anteriormente citado, la Colección se completa con pinturas y caligrafías sobre distintos soportes, esculturas de temática profana, lacas y esmaltes chinos, pipas, abanicos, tsuba, 20 tabaqueras, bordados, piezas de carácter ritual (campanillas, hachas, vajra 21 ) y un largo etcétera. En resumen, se trata de una colección de gran versatilidad, que ha permitido la realización de numerosas exposiciones temporales temáticas tanto en el Museo de Zaragoza como en otros espacios (por ejemplo, el Museo Pablo Gargallo de Zaragoza o el Centro Joaquín Roncal de la Vajra de la Colección de Arte Oriental Federico Torralba. Fundación CAI). No solo como coleccionista, sino también como docente, Federico Torralba contribuyó enormemente a la difusión y conocimiento del arte oriental en España. A finales de los setenta, creó la asignatura Artes fuera de Europa en la Universidad de Zaragoza, y en 1982, con la creación de un nuevo plan de estudios en el que la Historia del Arte se convertía en una especialidad dentro de la titulación de Licenciatura en Geografía en Historia, transformó dicha asignatura en Arte Extremo Oriental, de carácter optativo. Con la creación de una Licenciatura específica en Historia del Arte, esta Para saber más: asignatura, ya en otras manos (las de los profesores Elena Barlés y David Almazán) se consolidó, adquiriendo - Federico Torralba, Retrato de un carácter obligatorio, tal como se ha mantenido hasta la coleccionista. www.youtube.com/watch? actualidad, incluido el nuevo plan de estudio con la v=oUWz87yCpgk titulación de Grado en Historia del Arte. - Barlés, Elena, “La Colección de Arte Oriental Federico Torralba en el Museo de Por su trayectoria, así como por esta magnífica y Zaragoza” en AA. VV., Japón. Arte, cultura excepcional colección, Federico Torralba fue distinguido y agua, col “Caxón de sastre”, en 2008 con la Orden del Sol Naciente, Rayos Dorados Zaragoza, Prensa Universitarias de con Cinta Colgante, una de las máximas distinciones que Zaragoza, 2004, pp. 29- 48. otorga el gobierno japonés. Esta condecoración, que nació para premiar servicios especiales prestados al país - VV.AA. Arte Oriental. Colección Federico de manos del Torralba, Museo de Zaragoza, Zaragoza, emperador Mutsuhito 2002. consultable online aquí. en 1875, puede - VV.AA., Cerezos, lirios, crisantemos y pinos. otorgarse desde 1981 a La belleza de las estaciones en el arte extranjeros en japonés. Fundación Torralba-Fortún, reconocimiento por Zaragoza, 2008. las labores de difusión de la cultura japonesa - VV.AA., “Museo de Zaragoza. La colección y de acercamiento del de arte oriental Federico Torralba”, pueblo nipón al resto Artigrama,, nº 18, Monográfico sobre las del mundo, y solo se colecciones de arte extremo oriental en ve superada en la España, 2003. Consultable online aquí. jerarquía nipona por Orden del Sol Naciente, Rayos Dorados la Orden del - Almazán, David, “El grabado con Cinta Colgante. Crisantemo. japonés Ukiyo-e de era Meiji (1868-1912) en la Colección de Arte Oriental Federico Torralba del Museo de Zaragoza”, Artigrama, nº 26, 2011, consultable aquí. 20 Tsuba es el nombre que recibe en japonés el guardamanos de la espada, una de las varias piezas de las armas niponas que recibía una exquisita decoración. 21 Vajra es un arma simbólica de la religión hindú, generalmente de oro, que fue adoptada por la vertiente tántrica del Budismo como símbolo de la estabilidad y la imperturbabilidad. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 35 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 36 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 El alma japonesa. Por Carolina Plou Viajemos en el tiempo a la primera década del siglo XX. Japón es ya una potencia de primer orden, reciente está su victoria sobre China, y quiere afianzarse como ente dominante en Asia. Por ello, ve como provocación intolerable la pretensión rusa de obtener un puerto cálido que pueda utilizar durante todo el año en el Pacífico. Tras unas cortas e infructuosas negociaciones, Japón declara la guerra, con el objetivo principal de proteger su dominio de Corea. Asombrando (una vez más) a medio mundo, Japón se alza victorioso. La guerra contra Rusia ha acaparado portadas de prensa a lo largo y ancho del planeta, y los ojos de Occidente están vueltos hacia ese archipiélago todavía semidesconocido, hasta hace nada completamente medieval, que de la noche a la mañana ha articulado un ejército capaz de derrotar a los dos gigantes asiáticos. Es aquí donde entra la figura del que va a ser nuestro protagonista y guía, Enrique Gómez Carrillo. Nacido en Guatemala en 1873, de ascendencia española, fue un polifacético hombre de letras, destacado en numerosos campos: novela, ensayo, crítica literaria, crónica de viajes, periodismo… En 1905, se encuentra trabajando para los periódicos La Nación, de Argentina, y el madrileño El Liberal, desde su residencia en París. Fue el primero el que propició su visita a tierras niponas, encargándole documentación para conocer más en profundidad a esta nación emergente que tan pasmado tenía a Occidente. Partió, pues, desde Marsella, siguiendo la ruta habitual (por el Mediterráneo, cruzando el canal de Suez, y saliendo por el Mar Rojo al Océano Índico, desde donde se bordea el territorio continental asiático con diferentes escalas), en Nuestro guía, Enrique Gómez Carrillo, en junio de 1905. Aunque su estancia es breve (su vuelta se documenta en una fotografía de juventud. noviembre de ese mismo año), resulta un viaje tremendamente productivo, en el que visita los más importantes enclaves del país, y recopila material suficiente para la publicación de tres libros: De Marsella a Tokio, El Alma Japonesa (ambos inmediatamente posteriores a su regreso) y El Japón Heroico y Galante (1912). Nos centraremos en El Alma Japonesa, considerado el más notable de entre sus escritos sobre Japón. A través de sus 14 capítulos, arroja luz sobre distintas facetas de la personalidad japonesa, tanto individual como colectiva. Vamos, si os parece, a hacer un repaso por algunos de los que presentan mayor interés. Ya en el prólogo se recogen numerosos elogios que el autor ha recibido por su primera publicación (De Marsella a Tokio), así como por capítulos de la presente que ya han visto la luz en francés. Esto nos da una idea de la importancia capital de Enrique Gómez Carrillo. En su recepción, son considerados como obras veraces, en comparación con otros textos contemporáneos, se percibe una seriedad y una búsqueda de trascender más allá de los aspectos superficiales, así como de comprender las causas de unas manifestaciones culturales tan diferentes. Realiza este ejercicio con una prosa fluida, empapada de admiración y muy evocadora, haciendo gala de la maestría que le coloca, con toda justicia, entre los grandes escritores modernistas. Portada de la edición original de El alma japonesa. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 37 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 El primer asunto que aborda Gómez Carrillo es el amor por la naturaleza. Comprender este sentimiento supone, para el occidental, abrir la puerta a la comprensión de los aspectos culturales más complejos de los japoneses. Para lograrlo, se sirve de historias, pero también realiza una primera aproximación a la poesía japonesa, y explica el significado evocador de los jardines como paisajes miniaturizados. La figura del samurái es uno de los temas que a Gómez Carrillo le resultan más fascinantes. Se dedica con prolijidad a recoger historias de samuráis, a través de las cuales profundiza en la mentalidad de los mismos, en cómo a lo largo de los siglos, estas leyendas caballerescas han ido influyendo y constituyéndose en modelos de conducta para nuevas generaciones, que a su vez viven, luchan y mueren con valentía, convirtiéndose en leyendas. De aquí se desprende ya otro aspecto en el que incidirá más adelante, la importancia de las historias, cuentos y narraciones en la vida diaria de los japoneses. El samurái, prosigue Gómez Carrillo, se rige por un código moral, el Bushido, que tiene como pilares cinco virtudes: lealtad, piedad filial, justicia, honor y valor, nacidas de la convivencia de las tres grandes religiones del país: sintoísmo, budismo y confucionismo. Recoge y traduce Grabado de un samurái, realizado por (del inglés) estudios sobre el Ando Hiroshige. Bushido realizados por un japonés, Tesshu Yamaoka, textos que finalizan con una comparación entre la mentalidad japonesa y la extranjera, en referencia a cómo Japón estaba adoptando cada vez más costumbres europeas, en detrimento de las suyas propias. En las palabras de Yamaoka se nota la amargura de quien ve una transformación que no se limita a lo superficial, sino que ataca a los más profundos ideales, que se van minando sin que nadie pareciera darse cuenta. En cambio, Gómez Carrillo añade una última pincelada Tesshu Yamaoka. de esperanza, dedicada a la memoria de Yamaoka, negando que estos cambios superficiales afectasen a la personalidad japonesa, como bien ejemplificaban sus recientes victorias militares. Se preocupa mucho, también, de explicar la visión que los japoneses tienen de la muerte, y el porqué de la extendida costumbre del suicidio ritual. Ensalza su valor como enorme sacrificio, el de renuncia a la vida, por la que tanto amor sienten los japoneses, y considera éste como el punto clave: los japoneses aman la vida, y entregarla en acto ritual supone el gesto de mayor halago, de mayor consideración, que se puede tener hacia la otra persona y hacia la sociedad. Fotografías de estudio recreando una ceremonia de hara-kiri, seppuku o suicidio ritual (izda) y una escena cotidiana de maternidad (dcha). Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 38 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Después de largo tiempo hablando (mayoritariamente) del hombre, se presta atención a la mujer, ese objeto de fascinación para los occidentales. Se ocupa aquí de la mujer doméstica, aquella que es sumisa, que es abnegada, que carece de importancia, peso o voluntad. La mujer es considerada como una herramienta para perpetuar la raza, pero la raza del varón. Pese a esta condición tan inferior, añade, que no son desgraciadas esclavas, sino que, fruto de una educación recibida desde niñas, conocen este rol como algo natural, de forma que asimilan de manera inherente su inferioridad y ello no les causa desgracia. Se hace eco, también, de movimientos de apertura que fomentan un utópico cambio de mentalidad, primeros pasos del feminismo nipón. A la izquierda, Murasaki Shikibu, autora del Genji Monogatari. Busca las causas de esta mentalidad, y las A la derecha, Sei Shonagon, autora de El libro de la almohada. atribuye a China, en el siglo XIII, cuando se consideraba a Japón, despectivamente, como “pueblo de las reinas”. Previamente a este momento, expone cómo la mujer gozaba de reconocimiento social, y hace referencia a las grandes escritoras, como Murasaki Shikibu o Sei Shonagon, que mantuvieron vivas las letras japonesas mientras los hombres se dedicaban al estudio de las letras chinas. La religión, o mejor dicho, la presencia de múltiples religiones, es algo que también llama la atención de Gómez Carrillo, y dedica un capítulo a un estado de la cuestión teológica a través de intelectuales y eruditos japoneses, limitándose a traducir algunos textos. Así, nos da directamente la visión japonesa de varias cuestiones religiosas, resultando de gran interés. Por un lado, la búsqueda de una renovación religiosa, por otro, el desapego paulatino a las creencias que va asentándose en la sociedad, y, un rasgo de apabullante modernidad, la idea de que se camina, en Japón, hacia una vía única, una religión que aúne confucionismo, budismo y cristianismo en una sola, y que suponga para las tres religiones un progreso, un nuevo paso en la evolución natural de cada una. Se habla también de la razón por la que el cristianismo no cala en Japón, debido a su carácter excluyente, que choca con el arraigo, especialmente, de la religión sintoísta. Atiende en profundidad a la poesía, dando las claves para entender lo que supone la poesía en Japón, así como sus estructuras típicas, y explica al occidental la causa de que no le resulte tan fascinante: para poder disfrutar verdaderamente la poesía japonesa, debe leerse en su lengua original, es la única forma de poder apreciar todos sus matices. Sin embargo, y aunque tiene esto en cuenta y lo transmite como enseñanza, también permite, en cierto modo, que nuble su juicio, colocando a los poetas japoneses en una posición inferior a los del mundo occidental. El emperador Mutsuhito. Para entender la sociedad japonesa, hay Uno de los poemas que Gómez Carrillo recoge en que partir de su punto más alto, el El alma japonesa. emperador, y todo el culto que le rodea. Se desprende de su texto un interés especial en la figura del emperador, a quien describe como una figura anacrónica en medio de la modernidad que fomenta. No le falta razón, ya que, si nos paramos a pensarlo, está convirtiendo al país en un país occidental valiéndose de un poder legitimado por la divinidad y anclado en la Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 39 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 tradición y en el mundo antiguo. Su poder, nominalmente absoluto, se ve controlado y dirigido por sus ministros, que equivaldrían a los antiguos shogunes y nobles de alto rango. Además, si su origen divino le es válido para el pueblo, no lo es ya para las altas esferas a las que sirve de títere y bajo las cuales ha perdido, en su afán modernizador, gran parte de los privilegios y ostentaciones de la corte. Muy interesante resulta también para Gómez Carrillo, aparte de estas cuestiones meramente políticas, la personalidad del Algunos de los poemas del emperador Meiji que publica emperador, atreviéndose a describir cómo debe sentirse en Gómez Carrillo en El alma Japonesa. su fuero interno. Casi a modo de curiosidad, recoge algunos de los versos publicados compuestos por Mutsuhito, el emperador Meiji. Resulta sorprendente que se haga eco de los aspectos negativos de la sociedad, de sus problemas, especialmente, en las grandes ciudades, realiza descripciones de los barrios pobres y la miseria que se recoge en ellos. Habla de los enfermos, de la pobreza extrema, de las hambrunas… Se percibe una idealización hacia los habitantes de estos suburbios, a los que describe de esta manera: “aun en los más abyectos, aun en los más repulsivos seres, cierto aspecto de dulzura resignada, de suave melancolía, de noble dignidad, persiste siempre entre los harapos. Una de las pruebas del pudor de esta miseria, es que lejos de buscar los sitios visibles y de exponerse en pleno sol, se oculta en barrios obscuros y prefiere la vida nocturna.” A continuación, critica el socialismo que ha movido a los campesinos a las fábricas en las que viven en condiciones paupérrimas o a las ciudades, en las que buscan trabajo en peores condiciones; pero, sobre todo, critica a Europa como culpable de estas desgracias: “En otro tiempo, todos éramos pobres, pero ninguno miserable”, pone en boca de la población japonesa. Su faceta periodística está presente al hablar de Corea, a través de artículos de actualidad japoneses, da unas breves pinceladas sobre la actitud que los japoneses, tan correctos para sus iguales, mantienen sobre los coreanos, a nivel individual, tratándolos con desprecio y superioridad, así como evidencia una postura colonial paternalista por parte del gobierno, muy semejante a la que manifestaban las potencias europeas durante el siglo XIX. Concluye, finalmente, con una descripción de la cortesana japonesa, una mujer, tan distinta a la mujer, esta sí es la que evoca amores, pasiones, fascinación… A través de ella, da pistas, muy superficial y sutilmente, sobre la mentalidad que los japoneses tienen hacia el sexo y cómo entienden de manera diferente la moralidad en este ámbito (dado que una cortesana puede perfectamente ser casta y pura a sus ojos, e incluso digna de elogio si el motivo de su oficio es mantener a sus padres). Habla de los libros y grabados eróticos, y finaliza con un repaso a todos aquellos grabadores que destacaron en el género del bijin-ga o de las mujeres hermosas, alabando, por encima de todos, a Utamaro. Puede observarse, a lo largo de todo el texto, cómo Gómez Carrillo recurre siempre que puede a fuentes y textos nipones que arrojen mayor luz sobre los asuntos que plantea. Aunque recoge una gran cantidad de historias y leyendas, no se trata de una antología de cuentos japoneses, sino que se vale de ellos como ejemplos, realizando un ejercicio magistral al utilizarlos didácticamente para que los lectores, como los niños japoneses que los escuchan por primera vez, vayamos aprendiendo su significado profundo. De sus palabras se desprende un profundo amor por la cultura japonesa. Mujer con espejo, Utamaro Kitagawa. Aunque ahonda en aspectos negativos, y la presenta con sus más y sus menos, por encima de todo se encuentra una admiración profunda. Como vulgarmente se dice, se le llena la boca al hablar de Japón, de sus costumbres, de sus ritos, de sus historias, y es fácil imaginarlo presa de un febril entusiasmo y casi epatado por lo que descubre a su alrededor. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 40 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 A modo de conclusión, he querido reproducir un fragmento en el que describe, de primera mano, el ritual que acompaña la visita a Yoshiwara, y que refleja toda esta admiración y delicadeza. Si les gusta Japón y les gusta lo que leen, les recomiendo encarecidamente que se aproximen a los textos de Enrique Gómez Carrillo. “Mas lo que mayor sorpresa nos causa a los que venimos por primera vez a este parque de flores vivas, es la perpetua exhibición de mujeres que sonríen dentro de sus jaulas. Yo ya había leído descripciones detalladas del espectáculo. A través de las páginas de Loti y de Lowel, había visto a las musmés colocadas en sus escaparates como juguetes de carne que todo el que pasa puede Postal coloreada del barrio de Yoshiwara. comprar. Las había visto también en las estampas de Toyokuny y de Utamaro, suntuosamente vestidas con trajes de antaño, inmovilizándose en posturas de iconos bárbaros. Pero he aquí que la realidad es mucho más bella, mucho más impresionante. Nada, en el espectáculo que contemplo, de la tristeza que temía. Las cortesanas no parecen resignadas, sino contentas de exponerse así, envueltas en magníficas sedas a las miradas del público. En sus ojos negros, tan expresivos y tan ardientes, refléjase el orgullo de sus almas. Sus frentes, lejos de inclinarse como las de sus hermanas de occidente, álzanse serenamente altaneras. Son divinidades populares, menudas diosas vivas, ídolos tangibles. Y ellas que lo saben, gozan de su prestigio y se complacen en su poder. Las jaulas tienen un lujo fabuloso. En el fondo, biombos de laca con incrustaciones de nácar y de oro limitan el espacio. En el suelo, sobre las blancas esteras, almohadones de terciopelo sirven de asientos a las musmés. Ellas permanecen allí, quietas, pero, no inmóviles como los viajeros las pintan. Delante de cada sitio hay un espejo y el espejo es, para todas las mujeres, un objeto precioso que basta a entretenerla horas enteras. Cuando no se ven, se dejan ver. Sintiendo la admiración con que los paseantes contemplan sus amplios peinados, gozan íntimamente. Luego, por hacer algo, arreglan los amplios pliegues de sus kimonos claros de manera que los dragones áureos y las quimeras de plata, no tengan las alas arrugadas. Así esperan, y cuando, detrás del biombo una voz las llama, levántanse sin apresurarse. El amor, aquí, no tiene prisas ni impaciencias. Es un rito. ¡Oh! ¡Las complicaciones, las dificultades, las ceremonias, las tardanzas, la etiqueta de estos idilios de paso! Un código antiquísimo establece los menores detalles con una rigidez digna de la corte de Carlos III. Cuando la oirán penetra en la vasta sala donde nos introdujo el portero, es necesario recibirla como si fuera una princesa, Pero ¿acaso no lo es? Las dos maikos que la acompañan, llevan su cola lo mismo que en un cortejo palaciego. Ella se inclina, grave, pausada. Sus manos tocan el suelo a cada inclinación. Luego se sienta. Nosotros debemos sentarnos a su derecha, debemos sonreír, debemos tomar la tacita de te que nos ha traído una musmé. Una vez la tacita vacía, nuestra novia se pone de pie, saluda, se aleja. Nosotros no debemos movernos. Y los minutos transcurren, dos, tres, cuatro, cinco minutos, de esos muy largos de los ratos de soledad inquieta. Y con un poco de zozobra acabamos por preguntarnos si ha sucedido algo extraordinario, si nuestra muñeca se ha fugado con un samuray si nos ha dejado para siempre solos en la sala desierta… Pero no. De pronto las dos maikos aparecen (se inclinan, saludan), y nos invitan a que las sigamos por un amplio corredor de maderas preciosas. Las seguimos. Nuestros pasos hacen crujir las tablas acostumbradas a seres más ligeros. Y al fin de mucho andar, nos encontramos en la alcoba, en el nido de amor. Contemplamos con gusto el colchoncillo de estera que sirve de cama. ¿Podemos acostarnos? Todavía no. Las prisas son cosas desconocidas en el Yosiwara. Es necesario que las maikos nos desnuden con sus dedos de marfil ahumado. Y queramos o no queramos, protestemos o no protestemos, lo mismo da, pues a la postre tenemos que ceder ante la ley ineludible del lugar. Con gestos menudos y movimientos rítmicos, las chiquillas nos despojan de nuestras prendas más íntimas. Ya desnudos, el ritual exige que nos dejemos bañar y perfumar, para que las sábanas de Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 41 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 hilo nos sean hospitalarias. Está bien. Las manos inocentes de las maikos nos secan. Y ya estamos en el lecho, en el tálamo nupcial… Pero estamos solos. Entre muchas reverencias las dos servidoras se han ido, dejando cerrada la puertecilla de papel que da al corredor. Una linterna rosa ilumina con reflejos muy vagos la habitación vacía. Sobre los tabiques blancos, corren sombras fantásticas que la linterna proyecta. Son ibis que abren sus largas alas entre bambús. A lo lejos una orquesta de guitarras de dos cuerdas preludia una melodía. Y nosotros seguimos solos, solos, solos. Ningún ruido. ¡Ah! ¡Sí! Un ligero murmullo de sedas, un paso felino, un perfume penetrante de jazmín. ¿Es ella? Es ella que llega, ya no rígida dentro de su traje bordado de dragones y de quimeras, sino Para saber más: envuelta en un ondulante kimono de tul claro. ¡Es ella! Las dos maikos la acompañan hasta la orilla En archive.org pueden encontrarse del lecho. Y los saludos principian de nuevo, los digitalizadas numerosas obras del autor. saludos solemnes, los saludos lentos. Después de saludarnos así, se acuesta a nuestra izquierda. Y Facilitamos aquí los links de la trilogía por fin, siempre sin prisa, las servidoras leales japonesa. cubren el nido con un velo verde. ¡Uh! ¡Las complicaciones y las tardanzas! ¡Oh! ¡Las - El alma japonesa. dificultades infinitas para poder, al fin, estrechar - El Japón heroico y galante. entre nuestros brazos más curiosos que ardientes - De Marsella a Tokio. a la muñeca que escogimos en el escaparate de laca!” El Haiku de las palabras perdidas. Por Laura Martínez “Se llamaba Kazuo, hombre de paz, por lo que no debía tener miedo de enfrentarse a la peor de las guerras esgrimiendo como única arma el fiero corazón de un samurái enamorado.” De esta forma tan contundente y poética nos describe Andrés Pascual a su protagonista, explicando el simbolismo de su nombre y a la vez concentrando en apenas dos líneas el espíritu del Japón más tradicional. Este mismo espíritu perdura a lo largo de toda la novela convirtiéndose al mismo tiempo en su máximo atractivo, así como en su peor hándicap. El haiku de las palabras perdidas (Editorial Plaza Janés, 2011) puede parecer uno de esos bestsellers de título rimbombante y buscado exotismo, pero también encierra algunas reflexiones interesantes sobre la energía nuclear o el papel de la mujer en Japón. La historia comienza el 5 de agosto de 1945 en la ciudad de Nagasaki, donde vemos florecer el amor adolescente entre dos jóvenes: Kazuo, un huérfano holandés criado por un médico japonés, y la bella Junko, hija de una artista del ikebana. Justo cuando se habían citado para compartir un haiku con el que sellarían su amor, estalla la bomba atómica que destruye por completo el valle, truncando la vida de todos sus habitantes y separando los destinos de nuestros protagonistas. De manera paralela, el libro nos sitúa en el Tokio actual, en febrero de 2011, Portada del libro. donde un arquitecto suizo asociado a la ONU, Emilian Zäch, intenta sacar adelante un proyecto que incluye el uso pacífico de la energía nuclear como fuente de energía. Allí se Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 42 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 encontrará con una galerista de arte llamada Mei, obsesionada con encontrar el paradero del antiguo amor de su abuela Junko. Ambos trabajarán unidos, intentando dar cierre a una historia inacabada por la guerra, tratando de dar voz a esas palabras perdidas que, escritas en 17 sílabas, nunca llegaron a ser leídas. El autor nos muestra así dos parejas de generaciones diferentes, con múltiples puntos en común e irremediablemente unidas por la tragedia que precipitó el final de la Segunda Guerra Mundial en Japón. Considerablemente bien ambientada y documentada, lo más interesante de la novela es la manera en que nos traslada a ese Japón de los años 40, haciéndonos partícipes de las penurias físicas y económicas que los japoneses sufrieron durante la guerra, y el modo en el que se vivió la rendición de Hirohito. Por otra parte, es de considerar el esfuerzo de ir encajando ambas historias simultáneamente con una cadencia nada fácil de conseguir, y que como resultado nos da una obra muy fácil de leer, entretenida y casi adictiva, como todas aquellas que requieren un descubrimiento final que vamos poco a poco desentrañando. Para los lectores occidentales medianamente versados en temas de japonismo, el libro puede resultar en ocasiones demasiado naif, pues el modo en que intenta transmitirnos la atmósfera de Japón resulta claramente eurocentrista. Yo misma no pude evitar leer con cierto recelo las primeras treinta páginas, donde intenta condensar un país tan complejo como es Japón en lo que casi podríamos considerar un “Manual básico para occidentales”. De esta forma, incluye consecutivamente y sin ningún pudor referencias constantes a tópicos muy elementales como el ikebana, el teatro Nô, los haikus, la isla de Dejima, el karesansui, las casas de té… que combina con la visión, no menos prosaica que tenemos del país en los años 40, dominada por el militarismo, el Kempeitai, las prostitutas maquilladas como geishas, etc. Sin embargo, para aquel lector que consigue superar estos primeros capítulos sin recaer en exceso en el cinismo, queda reservada una historia de amor y guerra que por momentos se vuelve emotiva y maravillosa, trágica sin perder el optimismo, y escrita a modo de homenaje hacia el pueblo japonés y su más que demostrada capacidad de supervivencia ante la adversidad. Precisamente, un ejemplo de ese poder de superación del pueblo japonés tuvo lugar el mismo año en que se publicó la novela. Cuando el autor se encontraba ya corrigiendo las pruebas de imprenta, aconteció el terremoto y posterior tsunami que trajo consigo el peor accidente nuclear de la última década, en la central de Fukushima. Si para el lector actual, que tiene aún en su cabeza y casi en su retina las imágenes de aquel 11 de marzo, este libro ya resulta altamente inapropiado por momentos, uno no puede imaginar lo inoportuno y polémico que debió de parecer en el momento de su publicación en 2011, meses después de los sucesos. Este hecho obligó al autor a incluir una nota aclaratoria en que confiesa que había pensado no publicar el libro tras la noticia. Lo que resulta más polémico es la postura a favor de la energía nuclear que toma uno de sus protagonistas, defendiéndola como una fuente energética segura y no contaminante, en contraposición al petróleo o el carbón. Este planteamiento esgrimido meses antes del accidente en Fukushima podría haber resultado todo un alegato ecologista, también polémico, sin duda, pero en ningún caso tan difícil de digerir como resulta en estos momentos, pues en algunos pasajes resulta inadecuado y de mal gusto. Si bien el autor no se posiciona, y deja hablar a sus personajes contraponiendo distintos puntos de vista, a favor y en contra del uso de esta fuente de energía, cierto es que el mero hecho de sacarlo a relucir ya resulta controvertido. Al margen de este debate, la novela introduce otros elementos de reflexión que resultan muy interesantes y subyacen a la trama romántica, como por ejemplo la situación de la mujer en el Japón actual. Así, el libro nos muestra a una protagonista joven, trabajadora e independiente, pero que no deja de lado su tradición y pasado cultural, puesto que es capaz de llevar a cabo la ceremonia del té, y se mueve con la elegancia que todo occidental espera. Es aquí donde el libro pierde autenticidad, pues parece ir cumpliendo todos y cada uno de los estereotipos que, como occidentales, buscamos en el país del sol naciente. Debemos comprender que ese exotismo, en algunos momentos muy forzado, se debe tanto a la procedencia del autor como a las exigencias del mercado y, de este modo, si para no defraudar a su audiencia debe incluir con calzador innumerables referencias al periodo Edo, samuráis con katanas, y preciosas mujeres de pelo sedoso enfundadas en kimonos, lo hará. Hemos de tener así mismo en cuenta el origen logroñés del autor, que casi le obliga a hablar del vino de Rioja y de las bodegas de Calatrava porque, asumámoslo, está en nuestro ADN. Así pues, perdonémosle sus fallos, consecuencia de su inocencia occidental, y valoremos su obra como un delicioso pasatiempo y un modo de recordar con cariño a las víctimas de dos tragedias unidas por la energía nuclear. Les invito así a saborear con su lectura un breve momento de placer y belleza, como el que proporciona un haiku. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 43 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 44 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Mangakas españoles. Más allá de la influencia. Por Julio A. Gracia El influjo japonés ha conseguido en España mucho más que incrementar exponencialmente las ventas de cómics de varias editoriales y permitir el surgimiento de otras más pequeñas. Su impronta se ha dejado sentir en la forma de trabajar de numerosos historietistas que, nacidos en España y criados narrativa y gráficamente en torno al manga, han optado por este estilo a la hora de construir sus propias obras. Hace un año, algunos informativos deslizaron entre sus noticias el nuevo camino abierto por estos autores, que comenzaban a ganar prestigio internacional y a ser demandados por editoriales francesas o estadounidenses. Entre ellos, se encontraba Ken Nîmura o asociaciones como Studio Kôseny Xian Nu Studio. El primero, de ascendencia hispanojaponesa, tiene ya un puesto destacado dentro del mercado del cómic, la ilustración y el diseño. Ha participado como grafista en numerosas campañas publicitarias (de marcas tan conocidas como Repsol), como ilustrador, entre otras, de la famosa serie de libros de autoaprendizaje de lengua japonesa Japonés en viñetas (cuyos textos corrían a cargo de Marc Bernabé) y,en el terreno del cómic, consiguió, junto al guionista Joe Kelly, una nominación a los Premios Eisner (los más prestigiosos del mundo del cómic) con su Soy una Matagigantes. Obra de narrativa original que recomendamos desde aquí al lector, en la que historia y apartado gráfico casan a la perfección. Sus influencias (como ocurre con cualquier artista) resultan difíciles de precisar totalmente. En varias entrevistas, Ken Nîmura destaca nombres tanto españoles como japoneses, desde Miguelanxo Prado (autor del reciente Ardalén, con un estilo plástico muy pictorialista, que entronca con el óleo) hasta Yoshitaka Amano (diseñador de numerosos Portada para la edición en castellano personajes de la saga de videojuegos Final Fantasy, también con un estilo de Soy una Matagigantes. muy definido, pictorialista pero vinculado en este caso al grabado). En general, aunque destaca el vínculo inicial con el manga en su juventud22 (al fin y al cabo, era lo más abundante en el mercado español en ese momento), lo cierto es que su estilo ha evolucionado. Nîmura ha vivido en varias ciudades (entre ellas dos de los mayores centros del cómic a nivel mundial: París y Tokio), hasta configurar un trazo que resulta difícil de encasillar. El manga es, sin lugar a dudas, una de las influencias más fuertes que existen en el mundo del cómic y la ilustración en la actualidad, pero ni mucho menos es la única. Muchos autores españoles han crecido leyendo manga y viendo anime en televisión, pero eso no implica una mirada única, aunque en algunos casos el vínculo sea mayor que en otros: para las dos autoras que componen Studio Kôsen, Bola de Dragón o Caballeros del Zodiaco (dos anime shônen con los que crecieron, productos dirigidos a una franja juvenil masculina, con guiones muy definidos, ricos en tópicos inherentes al género) han sido influencias especialmente destacadas para su trabajo, del Una de las imágenes de portada de Sahôshi. Redemption, utilizada para mismo modo que otras obras del mismo estilo, promocionar el álbum. como Bakuman o Claymore. 22 Borja Crespo para Guía del Cómic realiza una buena entrevista a Ken Nîmura, donde aclara muchos de los puntos que hemos ido esbozando en este artículo. http://guiadelcomic.es/entrevistas/crespo/jm-ken-niimura-09.htm[20/03/2014]. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 45 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Al igual que Ken Nîmura, han colaborado como ilustradoras (y también al igual que éste en Japonés en viñetas) y han alcanzado un especial éxito con la serie Saihôshi, manga de temática yaoi (relaciones homosexuales masculinas) ambientado en un entorno fantástico. La primera parte fue publicada, en un magnífico ejemplo del modo de trabajo de estos autores, primero en Estados Unidos gracias al sello Yaoi Press y sólo más tarde llegó a España a través de Editorial Ivrea. El yaoi y el vínculo con la editorial norteamericana son también el sello de Irene y Laura, las componentes de Xian Nu Studio, que publicaron en EEUU toda una serie de historias cortas que les abrieron camino para trabajar más tarde para la editorial francesa Les Humanïodes Associés. En España, han sacado a Imagen extraída del primer capítulo de Bakemono. la luz gracias a Editores De Tebeos su primera trilogía, Bakemono, todo un, si el lector me permite la palabra (parafraseando a numerosos bloggers), mangañol (término formado por la conjunción de manga y español), que narra una lucha fantástica entre humanos y bakemonos (una de las numerosas criaturas que forman parte del folclore nipón). Pero, de una forma u otra, todos estos mangakas (nombre utilizado en Japón para referirse a los autores de cómic)de factura hispánica, al margen de que la huella del manga sea más o menos fuerte en su obra, mantienen una serie de rasgos comunes, generacionales y heredados de los cambios producidos en el mercado editorial español en los años setenta y ochenta: la diversificación (el trabajo para más de un campo, sin dedicación exclusiva al cómic que se alterna, principalmente, con ilustración y diseño gráfico, ya sea por elección o por obligación) y el trabajo para el extranjero, gracias a la suerte, a contactos o al movimiento creado a través de agencias (especialmente en los últimos años). Los tres constituyen buenos ejemplos del influjo del manga y del sello personal que se puede otorgar al trabajo a pesar de la huella industrial que parece que éste deja implícita. Muestra de la globalización y de las ósmosis cada vez mayores entre unos géneros y otros. Muestra además de la capacidad del manga para llegar mucho más lejos de Japón, y de las particulares reacciones que se producen en cada uno de los lugares de recepción, en España en este caso. Para saber más: Al tratarse de un tema tan actual, resulta complicado remitir a bibliografía especializada. En vez de eso, dejamos al lector más nombres que le pueden interesar dentro del fenómeno: Desirée Martínez Quílez, Sebastián Riera, además de un sello ya desaparecido: Editorial Camaleón (donde publicaron por primera vez autores muy influenciados por la estética manga, como Mateo Guerrero o David Ramírez) y de historietistas que parodian mangas japoneses, normalmente con un estilo chibi (deformado, con la cabeza especialmente grande): Jesulink (autor de Raruto) o Nacho Fernández y Álvaro López (autores de Dragon Fall). Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 46 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Un acercamiento oriental al trabajo de Jeff Wall (II). Por Ana Baena Seguimos con la segunda entrega del repaso de la obra de Jeff Wall a través de sus obras de influencia oriental. En este caso analizaremos Spring snow by Yukio Mishima, Chapter 34 (2000-2005), donde parte de las posibilidades del plano en el espacio, que retoman la obra de Mallarmé,23 una de las obras que se alza como el mejor ejemplo del uso literario traspuesto en imágenes de toda su producción.24 Spring snow by Yukio Mishima, Chapter 34 (2000-2005), recrea el capítulo 34 de la novela de Mishima Nieve de Primavera, primera de la tetralogía El mar de la fertilidad(1970), donde se narran los cambios en Japón con la llegada del periodo Meiji. En la novela Mishima nos cuenta la historia de Kiyoaki Matsugae, un chico educado en una familia aristocrática que se enamora de la hija de su preceptor, Satoko. Esta es prometida al príncipe de la familia real, pero tiene un devaneo con el joven Kiyoaki. Queda embarazada y tras perder el niño se encierra en un monasterio. El joven intenta visitarla pero finalmente no lo logra, así que vuelve a Tokio donde muere por haberla esperado en la nieve. Wall condensa toda la historia trágica de la tetralogía en una sola imagen llena de alegorías a la propia sociedad japonesa. Narra el momento en que el amigo íntimo de Kiyoaki arregla una entrevista con la joven para ver qué posibilidades tiene su amigo con ella. Tras pedirle prestado el coche a su amigo va a ver a la joven, que se gira para quitarse el zapato y limpiárselo de arena. El canadiense usará un sistema de inyección de tinta pigmentada, para lograr gamas más intensas de sombras, que conectan con la importancia que tiene la oscuridad en la cultura japonesa, siguiendo el análisis que hace Tanizaki en El elogio de la sombra y la propia idea de reclusión a la que se ve sometida Satoko, al ser repudiada. En la imagen lo bello se nos antoja un dibujo en sombras, un juego de claroscuros entendido Jeff Wall, Spring snow by Yukio Mishima, Chapter 34 (2000-2005). bajo la visión oriental que se complementa con el texto y el discurso estético de Lessing. A esto se une la idea de que la mujer aparte el rostro de la cámara, sometida por la tradición que sacrifica su amor y que la conecta con la obra de Gerhard Richter,Betty (1991); Velázquez, Sibila con tabula rasa (1618) o Gustave Courbet, Les cribleuses de blé (1853). La fatalidad domina todo el cuadro y el gesto es detenido en el momento exacto en que toma su zapato y le quita la arena, quedando conectado con la naturaleza. El autor transforma la imagen en un memento mori de ambos protagonistas. Las dos dimensiones de la fotografía serán la temporalidad de ese gesto elocuente, que resume su tragedia a través de algo pequeño e insignificante, de acuerdo a la concepción oriental y la conversión de esa partícula temporal en un símbolo funesto. 23 Stéphane Mallarmé (1842-1898), poeta y crítico francés representa la superación y culmen del simbolismo francés. En Una tirada de dados nunca abolirá el azar (1897), un largo poema de versos libres y tipografía revolucionaria, intentará aprovechar al máximo las posibilidades espaciales de la palabra frente al plano, o al papel, conformando una de las declaraciones más trágicas sobre la propia obra y el papel del autor. 24 De la misma manera resaltamos otras de sus obras donde lleva a cabo variaciones del mismo tema, el intercambio entre la literatura y la imagen, Storyteller (1986). Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 47 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Otro de los puntos importantes en la obra de Wall es la reflexión sobre los mecanismos de transmisión de las historias. Walter Benjamin ya habla de la importancia del discurso hablado y la facultad de compartir experiencias, ese recuerdo como cadena de transmisión que pasa de generación en generación fundamenta la propia experiencia de vida y se une a la fotografía como captación de un momento vivido. El resto de la composición apoya la tesis de la relectura de la realidad para la construcción de una nueva fotografía autónoma. El procedimiento que usa Wall a la hora de reconstruir las imágenes, está tomado del corpus ideario del gestus de Bretch y la fábula de los significados contradictorios necesarios. A partir de la congelación de ese gesto cotidiano unido a la transparencia, que es fácilmente reconocible por nosotros, lo cotidiano como lugar común, Wall entronca con el nivel social de relectura. La sociedad pasa a formar parte y agente constrictor de la fotografía para intervenir en lo real cuando es asumido por el espectador, por lo que ensambla en tableau del s. XIX, la pintura social, con el happening de la intervención real del s. XXI. Ese gesto debe ser capturado a través de la instantánea, el tableau vivant, en su acepción más teatral, la favorita por De izq a dcha, de arriba abajo: Gerhard Richter, Betty (1991), Wall, pero la condición necesaria es que esté coreografiado. Velázquez, Sibila con tabula rasa (1618) y Gustave Courbet, Les cribleuses de blé (1853). Tal y como Giles Deleuze denomina en “La imagen en movimiento”: el instante cualquiera, 25 esa captación del momento y su duplicidad retoma las primeras experimentaciones de Muybridge y Maray, pero mientras las anteriores de mostraban como consecución lineal de una acción, Wall las fragmenta y a partir de ahí extrae un pedazo de realidad cualquiera, donde el gesto no es lo importante, sino la propia acción de extraerlo frente a la totalidad del tiempo. El fotógrafo da un salto que pasa de lo cuantitativo a lo cualitativo, según Deleuze26 que añade una categoría híbrida a la fotografía. Es decir, tenemos una instantánea cotidiana, una sección de tiempo que Wall coreografía a base de actores, partiendo de la realidad atravesada por el tamiz de la ficción. Ante todo existe la duda de ¿dónde está la fotografía? Si el momento está preparado, ¿cuál es la emoción? ¿y el límite del momento? Ante esto, el autor habla de la temeridad del click, el fatídico momento en que la fotografía vuelve a sus raíces y todo puede fallar. Ese planteamiento metafotográfico dentro del vital, se funde con el “cuasidocumentalismo” al que están ligadas sus fotografías. Siempre manifestara un rechazo a la tiranía del momento estrictamente real, que lo enfrenta a autores como Henri Cartier-Bresson. La fotografía con Jeff Wall pasa a ser una reflexión conceptual del momento, el proceso instantáneo y la definición del mismo. La dialéctica detenida en el tiempo de la que hablará Walter Benjamin o Roland Barthes en La cámara lúcida: la fotografía como testigo. Walter Benjamin, nuevamente, en Tentativas sobre Bretch hablará de la necesidad de ejecutar el texto épico para lograr la interpretación. Si nos atenemos a la influencia de la tragedia y el gesto en Wall, éste lo traducirá en la reelaboración de la realidad ala ahora de compenetrar lo externo con lo interno a través de la dialéctica hegeliana. Según esta, la temporalidad se detiene y continúa progresivamente para formar el discurso. El espectador va construyendo la historia moviéndose por esta dialéctica de vaivenes, que Wall estructura a través de los componentes de la propia imagen, que irá más allá con la llegada del cine y sus procesos de codificación. 25 26 Deleuze, G., La imagen en movimiento, Paidós, Ibérica, Barcelona, 2003, p.27. Ibídem, p. 19. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 48 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Debemos tener en cuenta que el cine se elabora a partir de imágenes “quietas”, es decir, fotografías a fin de cuentas, por lo tanto esas imágenes detenidas nos recuerdas que existe una posibilidad de movimiento. Wall es consciente de eso por lo que se sirve del cine e incorpora muchas de sus lecturas a la hora de componer sus fotografías, no solo en su estructura interna, sino también a la hora de interrelacionar los componentes de las fotografías y relacionar al espectador con su trabajo: las cosas que parecen más inmóviles, más asombrosamente inmóviles, eras las que las fotografías nos habían permitido “ser así”, esas imágenes “detenidas “ sirven también para recordarnos lo que medio olvidamos al ver una Jeff Wall trabajando en una localización en Israel. película, que está hecha a base de imágenes fijas, pedazos congelados de movimiento que el cine resucita.27 En 2007, Wall finalmente publicó Jeff Wall: Selected Essays and Interviews, una colección de ensayos y entrevistas acumulados a lo largo de 25 años. El trabajo de Jeff Wall ha sido ampliamente reconocido, especialmente en Estados Unidos, donde ha recibido numerosos premios, entre ellos el Premio Hasselblad, en 2002, y el Premio Audian por toda su carrera, en 2008. En 2006 es nombrado miembro de la Real Sociedad de Arte de Canadá, y un año después oficial de la Orden de Canadá, en el MoMA, el Instituto de Arte de Chicago, y la Tate Modern. Su fotografía está conscientemente anclada en lo social, relacionada con sus trabajos en la Escuela de Arte de Vancouver y toda su formación a finales de 1970. A lo anterior se une la política racial y las cuestiones de género que analiza con claridad a través de sus cajas de luz en los primeros años de su producción. A partir de ellas establece una igualdad total entre la pintura y la Para saber más: fotografía, que explora en sus subsiguientes épocas con absoluta evidencia recomponiendo escenas mediante el - Ursprung, P., (coord.), Una conversación tratamiento digital. Reclama a los maestros del panteón entre Jacques Herzog y Jeff Wall, pictórico para ello, Hokusai a Velázquez o Manet, del Barcelona, Editorial Gustavo Gili, 2004. mismo modo que usa a sus principales influencias en la fotografía, especialmente la Escuela de Düsseldorf. Wall, J., Fotografía e inteligencia líquida, Andreas Gursky será su mayor representante al que cita Barcelona, Editorial Gustavo Gili, 2007. como un gran modelo para mí, junto a reproducciones de obras de Marcel Duchamp, Diane Arbus, Eugène - Badia, M,. “Entrevista con Jeff Atget, Wols, David Claerbout, Thomas Struth, Frank Wall”, Lápiz, Nº 157, 1999, pág. 27 Stella (usará sus geometrías para las construcciones de los fondos de la mayor parte de sus obras, entre las que - Jarque, V,. “Jeff Wall, más allá de la destacamos Mimic, Milk o Morning cleaning), Robert neovanguardia”, Arte y parte, Nº. 96, Smithson, Rodney Graham, (uno de los representantes 2011, págs. 38-47. más importantes de la escuela de Vancouver que trabajará en la línea de Freud en sus fotografías, también - Olivares, R,. “Jeff Wall, diseñando la usará el gran formato de caja de luz y la sutura que realidad”, Lápiz, Nº 107, 1994, págs. 26veremos a posteriori); Ian Wallace, August Sander, Wiener Lawrence, Dan Flavin o R. W. Fassbinder dentro 29. del cine en el que se mueven algunos de sus filmes como Las amargas lágrimas de Petra Von Kant (1972). 27 Wall, J., “My photographic production” en Jean-Baptiste Joly, Symposium in der zeitgenössischenkunst. Eineveranstung der akademieschlosssolitude 6./7 1999 p. 62, en Newman, M., Jeff Wall, Obras y escritos, Barcelona, Ediciones Polígrafa, 2007, p. 70. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 49 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Breve introducción al yuri japonés: mujeres que. Por Meriem T. Merabet Yoshiya Nobuki, una mujer de mente preclara y evidentemente avanzada a su época escribe una novela, Yaneura no nishojo (‘El ático de las dos vírgenes’), donde una joven estudiante toma la resolución vivir como ella desea vivir, junto a la mujer que ama, rompiendo y olvidando los dictámenes de la sociedad que la envuelven. A pesar de que esto ahora quizá no causaría el mismo tipo de revuelo, estamos hablando del Japón de los años 20, y la novela no sólo planteaba relaciones entre dos mujeres, sino el hecho de que una mujer pudiera vivir de forma independiente a los hombres, en una sociedad claramente patriarcal. Porque, y a pesar de que las relaciones homosexuales entre hombres ya se describen en documentos datados de la época del shogunato Tokugawa (1603-1868), las relaciones de carácter lésbico -aunque existentes- estaban fuera del dominio público, hasta que en 1911 un doble suicidio sacudió la prensa del momento. Nobuki continuaría escribiendo novelas, viajando por el mundo con su compañera Monma Chiyo. Sobra decir que Nobuki era lesbiana, pero afortunadamente vivió durante la época Taisho (1912-1926), unos breves años de progreso social, en la que nació la revista feminista Saito (Bluestocking en inglés), se avanzó hacia la democracia y las mujeres lograron independencia fiscal, porque al fin eran capaces de trabajar fuera de casa. Nobuki no sólo es considerada la abuela de lo que más tarde se convertiría en el género yuri, sino que sus novelas también marcarían los tópicos y los clichés del género, que escritores y mangakas repetirían en años posteriores. Estas historias protagonizadas por estudiantes de instituto (no necesariamente lesbianas, también mujeres que se veían atrapadas en atracciones platónicas), se conocen como historias “S” de shôjo -chica joven-. También la formación del grupo de teatro musical Takarazuka (formado exclusivamente por mujeres) influiría en lo que muchas expertas del tema como Erica Friedman consideran Yoshiya Nobuko. el “proto-yuri”. A pesar del aparente progreso, en 1936 el gobierno japonés censuró las historias “S”, y aunque las protagonistas de Yaneura no nishojo habían encontrado un final feliz, muchas de las historias que se escribieron durante los años posteriores no lo tuvieron. Muchas de ellas encontraban finales bruscos y muertes prematuras, o eran forzadas al matrimonio y a la vida familiar, o incluso jamás dejaban de ser algo platónico. En los años 70, nuevos movimientos políticos surgen, exigiendo un cambio. Las juventudes japonesas también se contagian del bullicio, y se alzan contra el orden establecido, sobre todo en las universidades. No podemos decir que esto provocase un cambio real en Japón, pero al menos se había planteado algo nuevo, algo distinto. Un planteamiento sobre la repartición de la riqueza, de las leyes: básicamente, de la libertad. En esos años, Itou Bungaku, editor de la revista gay Barazoku (‘tribu de la rosa’) utiliza por primera vez por el término yurizoku (‘tribu del lirio’) para referirse a las lesbianas. No es hasta principios de los 90 cuando el yuri sufre una auténtica revolución, que rompería con las clásicas historias “S”, y exigiría algo más, gracias a Sailor Moon de Naoko Takeuchi; ahí encontramos una relación entre dos de sus personajes, Haruka y Michiru, pero más que eso, una relación pública, abierta, aceptada por el resto del plantel de personajes y sin finales dramáticos. A partir de aquí, nacerían más historias que aunque muchas pudieran contener los clásicos clichés de Haruka y Michiru, del manga y anime Sailor las historias “S”, en general se adaptan a las necesidades de una Moon. sociedad cada vez más moderna, y que no sólo se limitan a las aventuras Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 50 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 y desventuras de chicas adolescentes, sino también de mujeres adultas, como los trabajos de Nishi Uko, o romances entre compañeras de trabajo como los de Morishima Akiko. Comienzan a aparecer más mangakas que dibujan y escriben yuri, y con el tiempo se funda la revista Yurihime (‘Princesa del lirio’), dónde estos nuevos mangakas puede publicar sus historias, y unos nuevos lectores pueden consumirlas. Es en estas décadas cuando el yuri se convierte en un género autónomo. Actualmente se considera yuri las historias que contienen relaciones románticas o sexuales entre chicas o mujeres, o a veces de manera más general, historias con un personaje lésbico. Se pueden establecer ciertas diferencias dentro del género: shounen o seinen (autores hombres a lectores hombres), shoujo ai o josei yuri (autoras mujeres a lectores mujeres) y pure yuri (de autoras lesbianas a lectoras lesbianas), pero en general, todo se considera yuri. En Occidente, desde los 90, los fans del manga y anime han crecido rápidamente, convirtiéndose también en lectores leales del género yuri, sobre todo gracias a la difusión por internet, en páginas web de scanlations (donde escanean y traducen mangas originales al inglés, generalmente), como Dynasty Reader. Gracias a su creciente popularidad, algunas editoriales americanas han comprado las licencias y algunos de ellos se han convertido en best sellers, como Girl Friends de Morinaga Milk. Igual que muchos géneros o movimientos artísticos, el yuri no es sólo se limita a narrar la Portada del tomo 1 de Girl Friends, de Morinaga Milk. historia de unas mujeres, sino es también un reflejo de una realidad tangente, en este caso, el feminismo y el mundo LGTB. Mujeres que se plantean su sexualidad, su persona y sus emociones, como reflejan las obras de Yamaji Ebine; o mujeres que no sólo se encuentran en la desdicha del enamoramiento, sino la de vivir en una sociedad dominada por los hombres, como ocurre en Moonlight Flowers de Tsukumo Mutsumi, donde la co-protagonista, Sahoko, sólo encontrará la felicidad cuando rompa con las imposiciones familiares y las de su propio marido. Todas estas historias reflejan no sólo un amor, sino también las dudas sobre existencias en una sociedad poco igualitaria y arraigada en el pasado. Aunque en este último siglo Japón se haya modernizado mucho, especialmente en las últimas décadas, sigue siendo un país de fuertes tradiciones. Existen leyes que protegen los derechos de la mujer y condenan los abusos a los LGTB, pero el matrimonio entre miembros del mismo sexo todavía no es una realidad. Aun así, recientemente, en Kioto, el hotel Gran Vía y el templo budista Shunkoin ofrecen un pack para bodas entre personas del mismo sexo, aunque no tenga validez legal. Scanlation de Moonlight Flowers. Salvando las distancias, podemos encontrar ciertos paralelismos con la situación española. A finales de la década de los 90, se publicaron en España dos novelas: Con la miel en los labios (1997), de Esther Tusquets, y Beatriz y los cuerpos celestes (1998) de Lucía Etxebarría. A pesar de la distancia fugaz en la que Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 51 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 ambas son publicadas, las historias narradas en ellas transcurren en tiempos mucho más dispares. La primera es un perfecto paradigma nacional de las historias “S”, donde las protagonistas encuentran un final desasosegado, dominadas por una realidad que aceptan resignadas. La segunda, sin embargo, narra la historia de Beatriz, que tras dudas e inseguridades, encuentra las respuestas que necesita para estar con la mujer que ama. La última se adecua más a nuestra situación, en un país donde el matrimonio igualitario existe. Sin embargo, y a pesar de todo, todavía quedan muchas cosas que hacer en un país donde la violencia de Free Soul, uno de los trabajos más género es el pan de populares de Yamaji Ebime. cada día, y los colectivos LGTB sufren abusos y vejaciones varias, incluso por aquellas instituciones que deberían de abogar por la libertad de los ciudadanos. De todos modos, quiero ser optimista, y siento que lentamente, en todas partes que dan pequeños pasos para que un mundo mejor sea algo más que el final de una historia de ficción. Para saber más: Yuricon.com es un buen lugar para empezar, no solo está fundada por una de las eminencias del yuri en occidente, Erica Friedman (su página http://okazu.yuricon.com/), sino que también tiene un interesante y jugoso apartado de venta para los títulos que han encontrado editoriales occidentales. Para aquellos títulos que todavía no tienen licencia,Dynasty Readers (http://dynastyscans.com/) ofrece una biblioteca de autores y títulos para complacer a cualquier lector. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 52 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 53 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 El valor del testimonio. Rithy Panh y la tragedia camboyana en La imagen perdida. Por Claudia Sanjuán En el cine, como en la vida, los sentimientos pueden expresarse a través de múltiples medios. No obstante, algunos siempre transmitirán el mensaje de modo más distante. Rithy Panh, nacido en 1964, es un director camboyano hoy de plena actualidad gracias a La imagen perdida. Esta reciente mezcla entre el documental y la expiación de cuentas pendientes ha recibido el marchamo oficial de calidad, pero también de profundidad, en dos de los festivales más mediáticos de la industria del cine, siendo recompensada con el mayor galardón en la sección Una cierta mirada del Festival de Cannes y con una nominación al Óscar como Mejor Película de Habla No Inglesa. Categorías ambas, ya saben, que se quieren siempre sesudas y ‘de autor’. La imagen perdida también ha dejado buen sabor entre la crítica. Y todo ello optando por lo sencillo: la mitad de su metraje se compone de imágenes de archivo documental, y la restante está protagonizada por muñequitos de arcilla pintada. Semejante idea ha despertado opiniones encontradas. ¿Opción estética o nacida de un presupuesto ajustado? Parece que más bien lo segundo, aunque se ha intentado hacer de la necesidad virtud. Con más o menos tiento, eso ya es discutible. La historia de Panh es a un tiempo colectiva e individual, y nace de una deuda con el pasado compartido, pero también con el más íntimo, por parte del director. Resulta lógico cuando se quiere saldar cuentas con un genocidio ocurrido hace tan poco que resulta espeluznante. Y es que Rithy Cartel promocional de La imagen perdida. Panh vivió en primera persona, y sobre su propia familia, toda la oleada de muerte y crueldad que supuso el régimen de los jemeres rojos en Camboya. El genocidio camboyano, que suele decirse, o auto-genocidio incluso. Rithy Panh ya había hecho de la tragedia camboyana su tema obsesivo (y catártico) en repetidas ocasiones. Con su Gente del arrozal (1994) ya optó a la Palma de Oro. Este docudrama fue, además, la primera película camboyana presentada (que no nominada) para participar en los Óscar por parte de Camboya. Y en 2013, unos cuantos años después, mismas obsesiones, fantasmas y urgencias. Panh es un director que aspira a hacer arte y a la vez historia, política y psicoanálisis, auto-encomendándose la misión de difundir los horrores históricos de su país y los de su propia biografía. El resultado en esta ocasión es bien digno. Sin embargo, ¿es brillante? ¿O la verdadera virtud de La imagen perdida es más bien la de servir de altavoz a una historia a la que no se le ha hecho justicia como se debe? Muchos en Occidente desconocen este episodio, y en la empobrecida Camboya actual, muchos de los verdugos de hace unas décadas aún ocupan cargos de responsabilidad, en un trasunto de democracia que encubre y olvida lo que sea necesario para esquivar los problemas, la injerencia extranjera a través de los tribunales internacionales de derechos humanos, o lo que haga falta. Que La imagen perdida es, pues, un documento y un testimonio valioso y noble parece bastante defendible. Pero, en lo que a historia(s) se refiere, el testigo directo no tiene por qué ser el mejor narrador, ni el más ameno. Y es que, para aquél que ya sabe ‘de qué va la cosa’, y que se conoce bien la andadura de ese pieza renombrado como Pol Pot y de sus secuaces, el doloroso film de Panh, que debería conmover hasta las lágrimas, corre el peligro hasta de aburrir en ocasiones. Y en ello, como comentábamos al principio, influyen los medios. La voz grave de Panh, que nos acompaña en un francés de hermosa dicción a lo largo de toda la película, por momentos resulta deprimentemente Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 54 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 monótona. Abundan los planos alargados hasta la extenuación, puntuados por silencios pensados para hacer reflexionar, intensificar la gravedad o mostrar el respeto debido al drama. La estructura del guion es, por otra parte, desigual, incluyendo reiteraciones que sobrecargan el metraje, y una gestión algo torpe de los tiempos y las intensidades. Esto acaba afectando al interés del espectador, pues La imagen perdida ya se ve lastrada por un prólogo exageradamente largo y poco concluyente. Y tampoco lo que sigue consigue estar a la altura en todo momento, a pesar de algunas escenas en las que contenemos la respiración. Finalmente, después de todo lo dicho, de ver La imagen perdida se sale más pensativo y taciturno que con el corazón en un puño. ¿Extraño? ¿Negativo?… ¿O no? Cabría discutir si esta invocación a la razón más que al corazón es intencionada por parte de Panh. Quizá un intento de evitar caer en demagogias, o en sentimentalismos que acaben haciendo daño al director, que también es el narrador y la víctima nunca del todo sanada. De todos modos, hay quien se ha dicho inmensamente conmovido por el relato. Aunque otros sí han señalado, por su parte, que se impone entre espectador y película cierto distanciamiento que hace al resultado final cojear. Sea como fuere, bien vale un elogio esta fábula trágica que, por una vez, prefiere percutir en nuestra materia gris, indignar y estimular, que hacernos sacar el pañuelo durante dos horas. La uniformidad de las figuras de arcilla es, en cualquier caso, triste sustituto de lo que la película podría haber sido con actores reales. El padre de Panh, que se rebelará en contra de Pol Pot y de su régimen con su dignidad como única arma, pide a gritos una voz y un rostro. Lo mismo se aplica a toda la familia Panh y a su feliz vida de clase media en Phnom Penh, capital de Camboya, antes de que llegara el desastre. Y el desastre llegó en los años 70, cuando los jemeres rojos, fanáticos seguidores de un comunismo Uniformes negros, futuro negro: los infortunados camboyanos de arcilla en los campos de trabajo de los jemeres rojos. maoísta llevado al extremo, decidieron acabar con la civilización. Con la individualidad. Con el dinero. Con el amor. Con la salud. Y sin ambages: bodas por sorteo impuestas para incrementar la natalidad, el banco nacional dinamitado y el dinero vetado, prohibición de toda propiedad personal salvo una cuchara y unas raídas ropas de color negro distribuidas a todos por igual. Todo un país esclavizado, toda una clase media expulsada de las ciudades para ser reeducada como campesina, y sometida a un ensañamiento especialmente duro. Toda una población enviada a trabajar el campo de sol a sol, a construir presas y canales que luego nunca conducían a nada, a jugarse el pellejo por cazar ratas para complementar la menguante ración de arroz. Todo esto y mucho más ocurrió en la Campuchea democrática de los jemeres rojos, que en tres años escasos se las arreglaron para asesinar directa o indirectamente a una cuarta parte de sus conciudadanos recurriendo a la tortura, la ejecución y la hambruna selectiva (pues ésta, generalizada, no afectó a las autoridades del Partido). Unos años más en el poder, y quizá no habrían quedado Rithy Museo del Genocidio de Tuol Sleng, en Phnom Penh, Panhs para contarlo. Camboya. Imagen extraída de Wikipedia Commons, con licencia Creative Commons 2.0. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 55 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Es difícil encontrar el tono adecuado cuando vas a contar la aniquilación de todo lo que amaste. En este sentido, todo puede ser disculpable a un Panh que se las ve con un material desgarrador. Así, La imagen perdida quizá no sea la mejor opción para conocer la historia reciente de Camboya a través de una pantalla, pero sí consigue ser relevante y necesaria. Muchos habrán podido, gracias a ella, conocer la increíble historia de un país que desearía verse reflejado en la gloria de los templos de Angkor Wat, máximo legado de la civilización jemer… y no en las imágenes perdidas, las personas perdidas, la felicidad perdida, los recuerdos que no desaparecen. El legado recibido: una hermosa serie de estatuas vela el El éxito de La imagen perdida (es posible que una reciente sueño de los templos de Angkor Wat. reseña por parte del mediático Carlos Boyero contribuya a su difusión en nuestro país) es, en cualquier caso, positivo. Siempre es positivo que existan más documentos, con sus más y con sus menos, acerca de una Para saber más: de las tragedias humanas con más calado de la historia reciente, pero que, sin embargo, no ha resultado - Ficha de La imagen perdida tan mainstream como otras. Aunque quién sabe: puede en IMDB y Filmaffinity, tráiler que el desinterés relativo de Hollywood por la historia en Youtube. camboyana (salvando el caso de Los gritos del silencio) haya contribuido, por un lado, a silenciarla, pero también - Entrevista con el director Rithy Panh tras a salvarla de ser banalizada a fuerza de repetición. su victoria en Cannes, por el Phnom Penh Post, también disponible en Youtube. La nominación al Óscar de La imagen perdida vendría ahora a equivaler a una discreta bendición que imparten quienes detentan la potestad de darla. Camboya y sus horrores se convierten en un asunto que merece ser tratado y conocido a partir del punto en el que así lo aprueban y dictaminan los señores que ‘parten el bacalao’. Y, de momento, sólo dentro de las estrictas reglas del juego que vienen en el pack de eso de ‘film de habla no inglesa’. Es decir: eso del cine ‘sesudo y de autor’. - En cualquier caso, hablando de potestad y legitimidad, lo que sí es cierto acerca de La imagen perdida es que quizá el grito que encarna es más auténtico, porque los que gritan son aquellos que se han ganado a pulso el derecho a hacerlo. Nuestro veredicto final: buena noticia para la memoria histórica de Camboya, señor Panh, y meritorio intento el suyo. No es usted un genio, pero ni falta que le hace. A veces, el coraje de dar testimonio es más importante. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Otros documentales sobre la tragedia camboyana: recomendamos el de la BBC Pol Pot: The Journey to the Killing Fields, dirigido por Andrew Williams en 2005, como excelente introducción al tema. Otro trabajo de calidad es el realizado por el equipo del programa de La 2 En Portada, también en 2005, que lleva por nombre Utopía y terror (Los jemeres rojos), y que puede verse online aquí. Ambos títulos destacan por su claridad y contienen entrevistas inéditas de gran valor. Página 56 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Khal Drogo: un Gengis Khan del siglo XXI. Por Laura Martínez y María Galindo Ante el inminente estreno de la cuarta temporada de Juego de Tronos, desde Ecos de Asia queremos analizar algunos componentes de esta saga televisiva y literaria para mostrar que, incluso en éstas, Asia y su percepción se hacen parte fundamental. Canción de Hielo y Fuego es la hija bastarda de los relatos occidentales históricos medievales y literarios decimonónicos. Obra nacida en 1996 gracias a la pluma de George R. R. Martin; se ha convertido, para sus fans, en la definitiva fantasía medieval del siglo XXI. Tamaña empresa se basa en tres fuertes pilares: la tradición fantástica “tolkiana”, el realismo descarnado (que en la serie televisiva de la HBO se ha visto fuertemente rebajado en pos de la aceptación por parte de un público más amplio) y el imaginario histórico medieval. De esta forma, podríamos decir que Martin recoge hechos ocurridos en nuestra historia, ambientes, ideas e incluso geografías. Estas últimas podemos observarlas en el mapa de su tierra legendaria, donde se equipara una gigantesca Gran Bretaña a Poniente, la cual comunica mediante las Ciudades Libres (similares a las ciudades-estado italianas bajomedievales) con Essos, el Foto extraída de www.lossietereinos.com continente al oriente, que es un reflejo de Asia Menor. Dentro de estas tierras podemos ver pueblos que imitan aquellos que poblaron la Edad Media. Las Islas del Hierro tendrían a los hijos del hierro, véase vikingos, las Islas del Verano a unos africanos muy poco definidos… Y en el centro del continente de Essos nos encontramos con el pueblo guerrero más feroz de la saga y nuestro objeto de estudio hoy: los dothrakis. Para nosotras, y según declaraciones del propio autor, éstos tienen una fuerte raigambre mongola que se manifiesta tanto en los libros como en la serie. El objetivo de este artículo es hacer una comparación entre los dothrakis y la visión que en la Europa bajomedieval se tenía de los mongoles (y que aún perdura en el Obtenida en http://www.imdb.com/ Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 57 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 imaginario colectivo occidental) a través de obras literarias como el Libro de las Maravillas de Marco Polo.28 La primera similitud que podemos observar es su ubicación geográfica: los dothrakis viven en los vastos pastizales del llamado “Mar Dothraki”, que podríamos comparar con el momento de mayor extensión del pueblo mongol durante los siglos XIV y XV. Otra coincidencia geográfica la podríamos observar en la gran ciudad de ambos pueblos, llamada en la ficción Vaes Dothrak y en el caso histórico Karakorum, un lugar construido para reunión de los diferentes grupos tribales que, a diferencia de los campamentos itinerantes de ambas tribus nómadas, contaría con arquitectura permanente, incluida una puerta Típica boda dothraki. monumental compuesta por dos caballos en el caso de la ficción de la HBO. Aquí se realizarían pactos, celebraciones y transacciones comerciales. Pese a que en la ficción Martin no da demasiada importancia a la actividad comercial de del pueblo dothraki (ni siquiera tienen moneda), los mongoles posibilitaron una de las primeras grandes rutas comerciales intercontinentales: la “Ruta de la Seda”, viable gracias al protectorado de los mongoles durante la conocida como Pax Mongolica (1210-1350). Esta paz tuvo lugar tras un periodo de conquistas posibles gracias a su Entrada a Vaes Dothrak. sistema militar, en el que se inspirarán las novelas para retratar al pueblo nómada de los dothrakis. Especializados en las incursiones a caballo a modo de razzias, ninguno cuenta con armaduras metálicas al estilo occidental o armas de asedio (aunque los mongoles desarrollaron estas técnicas mediante el contacto con otros pueblos, como son los musulmanes, que sí conocían la catapulta, y tras la conquista de China se extendió el uso de cañones entre sus filas), destacando ambos en el uso del arco –en el caso mongol– 29 y en la cuerda o látigo -para los dothrakis. Ambos ejércitos proyectan una sombra de terror sobre sus Obtenida en http://www.imdb.com/ enemigos cuidadosamente creada por ellos mismos,30 y son la cumbre de sendas sociedades organizadas en torno a la guerra. El carácter hostil se ve reforzado por sus hábitos alimenticios, ya que ninguno ingiere grano o vegetales, sino que se alimentan a base de carne (en el caso dothraki de sus caballos y en el mongol de su ganado ovino) y comparten la elaboración de una bebida alcohólica a base de leche de yegua fermentada, que 28 Libro en el cual se relatan las vivencias de Marco Polo en la corte de Kublai Khan y se describe, entre otras cosas, al pueblo mongol. En esta obra podemos observar una combinación de leyendas medievales, bestiario, visiones de viajeros… 29 Marco Polo, Libro Primero, Capítulo quincuagésimo sexto. De sus armas y vestidos: “armadura de cuero cocido de búfalo o de otro animal que tenga piel dura. Llevan mazas y espadas, pero se sirven preferentemente de arcos y flechas”. 30 Marco Polo, Libro Primero, Capítulo quincuagésimo noveno. Del valor, la industria y la fortaleza de los tártaros: “son los tártaros arrojados en las armas y victoriosos en las lides, […] son más duros y dispuestos a soportar penalidades que los demás pueblos del mundo. […] Son hombres de muchísimo esfuerzo y se conforman con poco; saben mejor que nadie tomar fortalezas y ciudades”. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 58 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 ambos consumen sin mucha mesura. La fuerza bruta es una de las bazas más importantes de estos pueblos, pero para poder controlarla se requiere de una firme estructura jerárquica y una férrea disciplina. A todo esto hemos de sumar un físico imponente de dos razas con un fenotipo común: piel cobriza, ojos almendrados, largos cabellos negros y bigotes adornados con anillos de oro (aunque en la ficción televisiva no se ha reflejado este último aspecto). De esta manera, ya ha quedado planteada la importancia del ejército, especialmente en el caso mongol, que se organizaba en unidades decenales y contaba con un servicio de postas y correos muy eficaz que permitía la comunicación a lo largo del imperio. Al mando de los ejércitos se situaban los hombres más aptos para ello, pues entre los mongoles primaba la meritocracia, de manera que los títulos eran asignados en función de la lealtad o del valor mostrado en la batalla. Algo similar ocurre entre los dothrakis, que, además de valorar en extremo la lealtad, exhiben su imbatibilidad en combate a través de sus largas trenzas decoradas con campanillas, que deben cortarse tras una derrota. Campamento dothraki. Así pues, en estas dos culturas (real y ficticia) que estamos analizando, existía un líder principal, denominado en el caso mongol como Kan (también podemos encontrarlo escrito como Khan), y que George R. R. Martin renombró como Khal. Los mongoles se encontraban divididos en tribus denominadas khanatos, que podrían equivaler a los khalasares descritos en “Canción de Hielo y Fuego”, y a cuyo frente se situaba el Khan. Los khanatos más importantes fueron el de Persia, el de la Horda de Oro (situado al sur de Rusia) y el del Turquestán. Sin embargo, en el año 1206 Gengis Khan unificó las diversas tribus mongolas y se proclamó Gran Khan. Según la Yassa (el código jurídico mongol), todos los individuos eran iguales ante la ley, con la condición de que fueran nómadas; y esta diferenciación respecto a los pueblos sedentarios de alrededor resulta muy similar a la que se nos plantea en la ficción entre los dothrakis y los que llaman despectivamente “Hombres Cordero”, también conocidos como lazhareenos. Así mismo, esta importancia del nomadismo hizo que se le diera un papel predominante al caballo, también como símbolo de distinción social: en el caso de los dothrakis, el que no puede cabalgar es considerado débil, de manera que tan solo pueden viajar en los carros las mujeres embarazadas, los heridos y los viejos. Es digno de destacar la importancia que el caballo tiene en ambas culturas como medio de transporte, alimento, arma de guerra o incluso como condicionamiento, pues los dothrakis desconfían de cualquier líquido que sus caballos no puedan beber, por lo que el mar abierto les inspira terror, y lo llaman “agua envenenada”. Esto mismo puede reflejarse en el ámbito mongol en el hecho de que, al habitar durante mucho tiempo una vasta región pero sin acceso al mar, cuando intentaron practicar la guerra naval no tuvieron éxito, tal y como demuestran los intentos de invasión a Japón por parte de Kublai Khan (en 1274 y 1281). Tal importancia llega a tener el caballo que, en el caso de los dothrakis, alcanza el papel de divinidad, a la que denominan el Gran Semental, pues no en vano son llamados “Señores de los Caballos”. También le confieren a este animal poderes especiales, de tal Fotograma de Juego de Tronos. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 59 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 manera que cuando la mujer de un Khal está embarazada, debe comer el corazón de un caballo para darle así fuerza al niño que lleva en su vientre. En el caso de los mongoles, aunque con Gengis Khan conviven diversas religiones gracias a la libertad de culto (nestorianismo, confucianismo, cristianismo, islam, budismo, taoísmo…), tradicionalmente eran animistas chamánicos, con un culto centrado en la naturaleza y los antepasados, y con una especie de monoteísmo abstracto hacia la figura de Nacigoy.31 La tendencia al chamanismo puede verse en los dothrakis en el respeto o temor con que tratan a las maegis, una especie de hechiceras de enorme poder; mientras que el culto a la naturaleza se observa en que la Luna y el Sol para ellos son dos divinidades y están casados, y además todos los acontecimientos importantes de la vida de un hombre deben hacerse a cielo abierto, como por ejemplo las bodas, aunque éstas tengan un componente de desenfreno y violencia en nada equiparable al de las festividades mongolas.32 Precisamente una de las bodas más célebres entre los dothrakis (con doce muertos antes de ponerse el sol, nada menos) es la que se nos relata en Juego de Tronos: la unión entre Khal Drogo y Daenerys Targaryen. Este enlace debería además haber dado como fruto el “Semental que Cabalgará el Mundo”: Rhaego, cumpliendo así una profecía. A la izquierda, nuestro teórico Kublai Khan. A la derecha, un retrato del Kublai Khan Extrapolando esto a la historia real histórico. del imperio mongol, podríamos decir que Khal Drogo sería una especie de Gengis Khan, debido a la preponderancia de su khalasar sobre los demás, en parte equiparable a la unificación llevada a cabo por el Khan mongol; mientras que Rhaego, el hijo no nato de Daenerys, habría sido una especie de idílico Kublai Khan, quien llegó a dominar la máxima extensión del imperio conquistando toda China y haciéndose así con la práctica totalidad de Asia, configurando de este modo un gran imperio a la altura de los mayores conquistadores de la Historia. Pese a lo disparatado de algunas de las teorías existentes a este respecto, hemos tratado aquí de recoger lo que creemos una muestra veraz de las grandes similitudes existentes entre los dothrakis y el pueblo mongol. Con todo ello, no hemos querido sino demostrar la innegable deuda que la ficción más fantástica tiene con la realidad histórica, de la cual toma mucho más que su imagen exterior, pues esta influencia se deja ver en aspectos de lo más variados (geografía, religiosidad, ejército…). No cabe duda de que Asia inunda nuestra parrilla televisiva, de maneras a veces subrepticias, y esperamos que así lo siga haciendo en el futuro, pues el 6 de abril se estrena, por fin, la cuarta temporada de esta serie de enorme éxito que es “Juego de Tronos”. Momento álgido de la serie donde vemos el renacer de la Khaleesi. 31 Marco Polo, Libro Primero, Capítulo quincuagésimo octavo. De su idolatría y plegarias: “veneran a un dios que se llama Nacigoy, que consideran señor de la tierra y vela por ellos, los frutos de la tierra y el ganado.” 32 Juego de Tronos cap XII: “ El magíster Illyrio también había hablado a Dany de aquella posibilidad. -Una boda dothraki en la que no haya como mínimo tres muertos se considera aburrida- le había dicho.” Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 60 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 61 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Introducción a la ópera china. Por Alba Finol Con la colaboración de Lorena Gil. La ópera china es uno de los atractivos culturales más importantes de éste país. Admirada por muchos, es cierto que para los extranjeros resulta muchas veces incomprensible, ya no sólo por el idioma, sino porque encierra en su estética un gran significado que no todos conocen. A través de este artículo vamos a aclarar su origen y parte de éste simbolismo. ¿Qué es la ópera china? Es una forma de drama que se practica desde la dinastía Tang, con el emperador Xuangzong (712 – 755d.C.), quien fundó la primera compañía de teatro conocida en China, llamada “Jardín de peras”.33 En origen, era un espectáculo que durante siglos estuvo casi en exclusiva al servicio de los emperadores. En la actualidad, aunque hablamos en general de “ópera china”, existen más de 300 variedades. La más conocida es la ópera de Pekín, 34 considerada como una de las máximas expresiones de la cultura en China. Alcanzó gran popularidad durante la dinastía Qing (1644-1911), configurándose tal y como la conocemos en la actualidad a mediados del siglo XIX. Escena de una representación de ópera de Pekín. Debido a su popularidad, en este artículo vamos a centrarnos en la ópera de Pekín. Al igual que en la ópera occidental, la actuación en la ópera china está acompañada por un grupo instrumental, pero aquí este grupo está formado por cuerdas tradicionales de China e instrumentos de percusión. La actuación de los actores se basa en alusiones, gestos y otros movimientos coreografiados que expresan distintas acciones, como por ejemplo montar a caballo, remar o abrir una puerta. Estos gestos están codificados de tal forma que solo el espectador habitual de éste tipo de óperas los reconoce. También hay un diálogo hablado, que puede ser o bien un texto recitado (en el caso de los personajes serios de la trama) o un texto coloquial (utilizado por los personajes femeninos y los payasos). La ópera de Pekín cuenta con más de 1000 piezas, donde la mayoría provienen de relatos históricos sobre enfrentamientos políticos y militares. Escenario de ópera de Pekín. Respecto al origen de la ópera de Pekín, los expertos lo sitúan en las provincias de Anhui y Hubei (en la mitad este de China) ya que gran parte de sus diálogos se realizan en antiguos dialectos de estas regiones. Se cree que la ópera de Pekín nació en 1790 con una representación para festejar el 80 cumpleaños del emperador Qianlong. 33 34 En la actualidad, las profesiones de la ópera son todavía llamadas “Disciplinas del jardín de las peras.” El 16 de noviembre de 2010, la Unesco declaró la Ópera de Pekín como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 62 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 En cuanto a los personajes de la ópera china, son papeles que están estrictamente definidos y son claramente reconocibles por sus maquillajes. Para poder entender los principales personajes, debemos de remontarnos al “Teatro del sur”. 35 Éste teatro tiene siete personajes que con el tiempo han ido adoptando las formas que poseen actualmente. Éstos son el Sheng (el hombre heroico), la Dan (la heroína) y los personajes secundarios: Mo, Jing, Chou, Wai y Hou. Es importante destacar el periodo de la dinastía Yuan (1279-1368) ya que será entonces cuando se introduzcan los papeles especializados como el Dan (personaje femenino), el Varios personajes en medio de una representación. Sheng (personaje masculino) y el Chou (el payaso). En este artículo nos centraremos en los personajes de Sheng, Dan, Jing y Chou ya que es en ellos donde más claramente se ha mantenido este sustrato del Teatro del sur. El Sheng es el personaje principal masculino. Dentro de este personaje existen varios subtipos. Uno de ellos es el Laosheng (hombre anciano). Son personajes nobles y cultivados, con ricas vestiduras. Otro subtipo es el Xiaosheng (personaje masculino joven). Éste tipo de personaje canta en un tono de voz alto con algunos cambios bruscos en la entonación para representar el tránsito de la adolescencia a la madurez. Dependiendo de su rango social, éste puede ser un personaje simple o muy elaborado. Además, en el escenario se rodea de jóvenes hermosas debido a la imagen de Guía de los rostros de los personajes. juventud que proyecta. Por último, dentro de ésta categoría, está el Whusheng (personaje masculino que se desenvuelve en las artes marciales), adiestrados en movimientos acrobáticos y con una voz natural al cantar. Todos los grupos de actores tienen su propio laosheng, y suelen tener otro secundario. El Dan es el personaje femenino. Al igual que el caso del personaje anterior, el Dan tiene varios subtipos, principalmente cinco: Laodan (mujeres mayores), Wudan (mujeres militares), Daomadan (jóvenes guerreras), Quingyi (mujeres virtuosas de la élite) y Huadan (mujeres vivaces y sensuales). Es cierto que puede detectarse un sexto Ejemplo de Sheng. subtipo: Huashan, pero éste se considera una unión entre la mujer virtuosa y la mujer sensual. 35 El nombre real es Naxi. Apareció en la dinastía Song (960-1279) en la ciudad de Wenzhou. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 63 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Ejemplos de Dan. A pesar de toda esta regularización en los papeles que acabamos de ver, existieron actores conocidos36 en todo el país que estaban especializados en este tipo de papeles, como es el caso de Mei Lanfang (1894-1961), considerado uno de los Cuatro Grandes Dan de la época de Oro de la Ópera de Pekin. 37 Wei Changsheng, reconocido actor especializado en este tipo de papel, desarrolló en la corte Quing lo que se conoció como la técnica Cai Qiao o “falsos pies” para simular los pies vendados de la mujer china o pies de loto. El personaje del Jing es muy reconocible porque se trata de un hombre con toda la cara pintada. Dependiendo del repertorio de la compañía, puede Mei Lanfang. interpretar papeles principales o secundarios. Éste personaje tiene un carácter poderoso, por lo que su voz ha de ser fuerte y ha de exagerar los gestos. En relación con el maquillaje facial, en la ópera de Pekín hay 15 patrones básicos de éste personaje, pero existen más de mil Ejemplo de Jing. variaciones. Cada diseño es único y depende del simbolismo chino de los colores, que dará al personaje una personalidad propia. Hay tres subtipos de Jing: tonguchi (se desarrolla más en el canto), jiazi (al contrario que el anterior, pone menos énfasis en el canto) y wujing (especializados en hacer acrobacias y artes marciales). 36 Destacar como curiosidad que, a pesar de las diferencias entre el teatro oriental y el teatro occidental, en ambos casos está presente la popularidad de ciertos actores en la sociedad, llegando a alcanzar una gran fama. 37 Cheng Yanqiu, Shang Xiaoyun y Xun Huisheng son los otros tres grandes Danes de la época de Oro. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 64 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Por último hablaremos del Chou. Se trata del personaje masculino que hace de payaso. Normalmente se trata de un papel secundario dentro de la obra de teatro, pero no por ello carece de importancia. La palabra “Chou” significa feo, reflejando la creencia tradicional de que el personaje del payaso combinaba la fealdad con la risa para espantar los malos espíritus. En este caso, existen básicamente dos subtipos: Wen Chou (se tratan de personajes civiles, mercaderes y carceleros) y Wu Chou (papeles militares menores). Éste personaje es uno de los que más suele gustar al público por sus actos cómicos, sus acrobacias y su voz grave. Los papeles que interpreta este personaje suelen ser de carácter popular y divertido. En cuanto a su maquillaje facial, recibe el nombre de Xiaohualian. Es completamente distinto al del papel Jing ya que la característica principal del maquillaje del Chou es una mancha de tiza blanca alrededor de la nariz. El actor que interpreta este tipo de papel, Ejemplo de Chou. normalmente usa el guban 38 para acompañar el Shu Ban 39 y en ocasiones canta de forma improvisada. Éste conoce los cantos populares y su timbre de voz es distinto al del resto de los personajes. Si a esto le añadimos que habla en el dialecto autóctono de la zona, nos ayuda a entender el contraste que existe con el vocabulario del resto de los personajes. Como podemos observar, el teatro chino está fuertemente codificado. Paradójicamente, para la mayoría de los occidentales que acuden a verlo resulta muy difícil Ejemplo de Chou. comprenderlo no Para saber más: tanto por la codificación en sí, sino porque se desconoce la existencia - Vidal, L., L’Opera de Pekin, Actes Sud, del propio código y se desconoce que muchos gestos, Paris, 1999. maquillajes, etc. tengan significados que aporten mayor información a la representación. Shinichi Suzuki: un puente musical entre Japón y occidente. Por Ana Isabel Serrano El método para el aprendizaje musical a través de la “educación del talento”, fruto del pedagogo japonés Shinichi Suzuki,40 se mantiene vigente hoy, 80 años después de su alumbramiento, y en plena expansión, traspasando frontera tras frontera y llegando a todos los lugares del planeta. Después de su paulatina implantación en el Japón de 1945, el mundo occidental lo recibió en la década siguiente, sucumbiendo ante una evidencia que sobrepasaba cualquier expectativa sobre el aprendizaje del violín: si el comienzo canónico de su estudio se situaba a los ocho o nueve años, Suzuki abrió una puerta a acometer su inicio desde los tres 38 Se trata de un instrumento similar a un tambor que se toca a la vez que el paiban (badajo). Ambos son tocados a la vez por el mismo músico. 39 Versos hablados para crear un efecto cómico. 40 Nagoya (Japón) 11 de octubre de 1898, Matsumoto (Japón) 26 de enero de 1998. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 65 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 o cuatro años. Las enseñanzas y descubrimientos del sensei japonés emigraron con rapidez a muchos lugares, que cayeron rendidos ante la evidencia de un método dador de resultados rápidos, eficaces y entusiastas. Estados Unidos y, por ende, Europa, quedaron estupefactos ante los logros del maestro nipón. Importante es detenerse en la personalidad de nuestro protagonista, conformada gracias a una amalgama a base de sus vivencias familiares (con epicentro en la figura paterna) y de un incansable afán de búsqueda del conocimiento y la perfección. Clarificadora es su autobiografía, 41 en la que vemos el influjo que ejerció su progenitor, Masakichi Suzuki quien, nacido en 1859, al final del periodo Tokugawa, fue heredero de la tradición familiar de Shiniki Suzuki (obtenida de http://therabbitway.com/wpcontent/uploads/2012/06/suzuki051.jpg). fabricar shamisen japoneses (instrumentos de tres cuerdas de la familia de los banjos). Inquieto y emprendedor, contagiado seguramente por el espíritu aperturista del inicio de la era Meiji, 42 comenzó el estudio del inglés en Edo (actual Tokio) a la par que el de instrumentos musicales occidentales (cuando esta música era considerada como algo casi exótico). Convencido de que ambos, shamisen y violín, tenían ancestros comunes (el “rabanostron”), principió la fabricación de estos interesantes instrumentos occidentales gracias a que un profesor de la “Escuela de Maestros” de Nagoya le dejó uno que observó durante toda una noche en la que logró dibujarlo, con planeamiento detallado de sus piezas principales. Poco después, y tras varios intentos fallidos, construyó su primer violín. Según relata el propio Suzuki “…desde las primeras veces que en Japón se hubiera oído tocar de las manos de un misionero católico cuatrocientos años atrás la viola (delante del príncipe Nobunaga Oda en Otsu, en la extremidad meridional del Lago Biwa), y tras la opresión de los cristianos a manos de Tokugawa, ya no se escuchó más el sonido del violín hasta la Suzuki en acción. época del emperador Meiji”. 43 Fue en 1888 cuando el padre de nuestro protagonista fabricó ese primer instrumento, montando una fábrica en la que se podían hacer cuatrocientos violines por día, dando trabajo a mil cien personas (frente a las doscientas que la más grande empresa alemana del sector tenía en plantilla en Markneukirchen en esas fechas). Aunque el estudio de Suzuki no fue precoz (comenzó a los diecisiete años), el hecho de una infancia rodeada de instrumentos musicales fue decisivo. Él mismo nos describe cómo deseaba reproducir los sonidos del violín, oídos en aquellos primeros fonógrafos y gramófonos, y las largas horas que pasaba en la fábrica de su padre (escuchando a los trabajadores historias de héroes como Iwami Jutaro y Kimura Shigenari) cuando todavía iba a la escuela primaria (en plena guerra ruso-japonesa, 1904-1905). Allí aprendió a fabricar violines y a verlos evolucionar, considerándolos, según la edad, desde un juguete a un elemento indispensable lleno de ignotas emociones a desvelar. 41 La fuente más importante de su biografía y método nos llega a través del libro autobiográfico Vivre c´est aimer, Bélgica, Nieuwmolen, 1975. Versión francesa de Etienne Schoonhoven. Su esposa, Waltraud, tradujo del japonés al inglés sus obras. 42 Shinichi Suzuki nace en la Época Meiji. Durante este periodo el país comenzó su modernización, erigiéndose como potencia mundial. Se impulsa copiar el modelo de los occidentales y, por tanto, Japón arde en deseos de abrirse al exterior. Poco a poco se moderniza. Japón necesita un “nuevo arte” para un “nuevo país”. 43 Ibídem p. 76. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 66 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Su formación posterior en la Escuela de Comercio y la lectura de Tolstoi le abrieron sus miras a nuevos horizontes, aunque la verdadera puerta al estudio se ofreció a través de otra persona fundamental en su vida, el marqués de Tokugawa. Su primer encuentro se produjo en 1919, cuando éste le invitó a embarcarse junto con otros veintinueve expedicionarios en una aventura de un mes a Chishima para realizar una investigación biológica. Después de este crucero, el marqués visitaría la casa de los Suzuki instando al padre a que Shinichi perfeccionara sus estudios de violín bajo su patrocinio. En 1915, con veintiún años, amplió sus conocimientos recibiendo clases privadas en Tokio con Ko Ando. Allí dormía en una habitación de la mansión del marqués situada en Fujimi-cho, Azabu. La señora Ando le virtuoso del violín (obtenida de daba una clase semanal y le sugirió que se preparase para el Einstein, http://www.juntadeandalucia.es/averroes/html/ examen de entrada para la Academia de la Música de Ueno. adjuntos/2008/03/17/0001/fotosyvideos/violin.jpg) Pero el salto lo dio finalmente a Europa (aunque su padre, que le entregó los 150 000 yenes que posibilitaron el viaje, creía que estaba dando la vuelta al mundo con el marqués) y en 1920 marchó a Berlín durante ocho años, donde fue nombrado discípulo de Karl Klinger. En esta ciudad multiplicó sus vivencias musicales y culturales, conociendo entre otros al que sería su amigo y protector, el científico Albert Einstein, que era un virtuoso del violín.44 En una cena en su casa vio por vez primera a la que se convertiría en su mujer, Waltraub Suzuki. Un nuevo mundo estaba listo para ser transmitido de vuelta al país de origen, y en su recuerdo se llevaría numerosos momentos especiales, como los compartidos junto al español Pau Casals.45 Regresó a Japón en 1932 como maestro de violín a la “Escuela Imperial de Música”, comenzando con su carrera como pedagogo. Fundó el cuarteto Suzuki con tres de sus hermanos, siendo su intención inicial transmitir a sus estudiantes del Conservatorio de Tokio lo asimilado en Europa, pero pronto se dio cuenta de la dificultad de modificar hábitos adquiridos, por lo que finalmente decidió empezar desde la base. Ante la petición de un amigo de que enseñara violín a su hijo de cuatro años, le surgió la idea genial, base de su didáctica: si los niños de todo el mundo, sea cual sea la dificultad de su lengua materna, llegan a hablarla tarde o temprano, ¿por qué no enseñarles música por el mismo procedimiento? Suzuki y sus pupilos orientales (obtenida de http://escuelahispanicademusica.files.wordpress.com/2012 /07/suzuki-y-sus-nic3b1os1.jpg) En 1943 tuvo que abandonar todo y dedicarse a la extracción de madera, ya que la fábrica de violines de su padre, a consecuencia de la miseria y la guerra, fue transformada en una fábrica de flotadores de hidroaviones que se hundía por la falta de esta materia prima. Fue sin su mujer a Kiso-Fukushima para acometer esta empresa. Tras finalizar la guerra, en 1945, fundó en Matsumoto el “Instituto de Investigación”, entidad destinada a descubrir jóvenes talentos en los diversos campos de la cultura donde podía desarrollar sus métodos pedagógicos, logrando inculcar el entusiasmo por el estudio de la música en numerosos niños, además de ocuparse de la formación de profesores en todo Japón. 44 Ibídem p. 97: “Einstein nunca iba a ninguna parte sin su violín. Sus especialidades, como la chacona de Bach, eran magníficas, sus ligeros, fluidos movimientos de dedos, la bella delicadeza de su sonido… En comparación con su forma de tocar, la mía me parecía una lucha constante, aunque siempre intentaba recordar que debía tocar sin esfuerzo y con soltura”. 45 Ibídem p. 105: “Pablo Casals nos conmueve profundamente con sus interpretaciones, y también llora de emoción en las actuaciones de los niños, que tantas lágrimas provocan”. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 67 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 El método se introdujo en los Estados Unidos gracias al empeño de M. Mochizuchi, Cónsul General de Japón en Nueva York. En 1958 éste llevó a la Universidad de Oberlin (Ohio), con la autorización del profesor Cook, una película de siete minutos (con el Concierto para dos violines de Bach) que mostraba a los pequeños estudiantes de Suzuki tocando en un recital anual de Tokio. Los primeros en reaccionar fueron el profesor Kendall, del Muskingum College, en Ohio, y Clifford Cook (Oberlin College). En 1959 Kendall acudió a Japón y se quedó un mes en Matsumoto aprendiendo directamente con Shinichi, publicando al regreso a su país el Método Suzuki de violín y dando conferencias por América difundiendo estas enseñanzas. El 16 de abril de 1961 el Bunkyo Hall de Tokio recibió la visita de Pau Casals, aclamado por todos los que allí acudieron: cuatrocientos alumnos de Suzuki le dieron una bienvenida llena de sentimiento y talento, y ambos maestros lloraron emocionados. El interés, siempre in crescendo, se intensificó en 1964, cuando Suzuki llevó a un grupo de diez estudiantes (de entre cinco y trece años) de gira por los EE.UU. durante dos semanas dando Cientos de niños tocando el violín a la vez. veintiséis conciertos y conferencias, tocando, entre otras, para la American String Teachers Association. El método comenzó a prosperar en Norteamérica, iniciándose un flujo de intercambio de visitas de profesores americanos a Japón, giras de concierto de grupos japoneses a EE.UU. y el desarrollo de centenares de programas Suzuki por todo el país. En 1965 se retransmitió un video por Eurovisión: su primer alumno, Koji Toyoda, lo vio desde Berlín conmocionado y el mundo no daba crédito a sus ojos al ver la actuación de ochocientos niños tocando con acierto y destreza el violín… Este procedimiento de enseñanza, concebido por su creador como un sistema general de aprendizaje para su aplicación en las escuelas estatales de Japón, se ha extendido desde entonces por todos los continentes en su aplicación musical. España no es ajena a esta expansión y cuenta hoy con un buen número de enseñantes y cerca de mil estudiantes de violín, violonchelo y piano, que siguen las enseñanzas de Shinichi Suzuki. En todo el mundo hay más de ocho mil profesores formados en el método japonés que lo aplican a decenas de miles de alumnos. Los profesores confían en él y una cuidadosa infraestructura regula las actividades y certifica los lugares donde éste se imparte. Podemos afirmar sin temor que el método Suzuki está extendido como una red Suzuki ejerciendo su magisterio en Occidente (obtenida de que llega a cualquier escuela, instituto o conservatorio de http://www.asociacionsuzukidelperu.org/siniteach.jpg). cualquier punto del orbe. De suma importancia son los diez tomos publicados de materiales musicales para el método de violín Suzuki. Estos diez tomos son iguales en la edición japonesa y estadounidense y todas las partituras son de procedencia europea, sin ninguna inclusión de música oriental.46 Fue a partir de los años setenta cuando se instaló en Europa la enseñanza del método Suzuki, desarrollándose la Asociación Europea Suzuki, que agrupa en la actualidad más de veinte países. Suzuki desplegó numerosos trabajos hasta 1990, siendo nombrado doctor honoris causa por numerosas universidades del mundo. 46 Sorprende que todo el material con el que trabaja Suzuki está basado en partituras de repertorio clásico occidental, sin incursión alguna en las escalas pentáfonas o exóticas propias de la cultura japonesa, probablemente por ese afán de convivir con el lenguaje musical de una cultura tan lejana, oculta tras tantos siglos de confinamiento. También hay que tener en cuenta que el método está basado en principios capitales de la idiosincrasia japonesa, tales como el valor de la familia o el de la búsqueda de la perfección (de ahí la idea de la repetición como fin en sí mismo) en cualquiera de las artes, incluso en lo artesanal, cotidiano o irrelevante para los ojos del hombre occidental. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 68 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 El método Suzuki inicia al niño en la enseñanza musical a los tres años de edad, empezando con instrumentos en miniatura, no utiliza en un primer estadio la notación musical y fomenta la participación de los padres. El valor de su método reside en la creencia de que el talento no es innato y de que, poco a poco, éste se puede ir modelando. La frase que inspiró el trabajo de Suzuki fue: “todos los niños japoneses hablan japonés: ¿no demuestran tener un talento prodigioso?… Los niños de Osaka hablan un dialecto difícil. Nosotros somos capaces de imitar el dialecto Tohoku, pero los niños de Tohoku lo hablan. El secreto es adquirir el talento a través de la interpretación”. Finalizaremos este increíble encuentro con el método y filosofía47 de Suzuki rememorando uno de sus férreos entrenamientos orientales a los que gustoso se sometía y que, a buen seguro, iluminarían nuestro monótono panorama espiritual europeo. Suzuki se levantaba cada mañana (con tiempo suficiente para no descuidar su trabajo), afilaba la sumi48 y escribía la misma e idéntica frase día tras día con el objetivo aparente de mejorar su grafía. Las sencillas palabras que repetía, “el tono tiene un alma sin forma”, las llegó a Cientos de niños tocando el violín a la vez (detalle). plasmar en mil quinientas shikishi.49 Al finalizar este acto se decía con orgullo: “No puedo expresar cuanta satisfacción me brinda esta tarea y lo maravillosa que es la repetición”. Y esa repetición es la piedra angular de todo su sistema, verdadero camino iniciático hacia la perfección artística a través de la disciplina. Vemos, una vez más, que Oriente y Occidente no caminaban tan separados: ¿cuántas veces hemos oído decir a quienes nos aleccionan en nuestra etapa de formación que la base del talento, el secreto del genio, es el estudio, el trabajo y el esfuerzo? 47 En efecto, el método supone todo un sistema filosófico y de valores. Suzuki llegó a afirmar: “La enseñanza de música no es mi propósito principal. Deseo formar a buenos ciudadanos, seres humanos nobles. Si un niño oye buena música desde el día de su nacimiento y aprende a tocarla él mismo, desarrolla su sensibilidad, disciplina y paciencia. Adquiere un corazón hermoso”. 48 Pluma de tinta china. 49 Cartulinas cuadradas u oblongas envueltas en seda y utilizadas para escribir poemas japoneses en waka. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 69 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 70 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 MODAS Y MODOS JAPONESES II. Traje Namban. Por María Galindo En 1543 un barco negro de tamaño colosal, como nunca antes había sido visto, naufraga en las costas del noreste de la isla de Kyûshû (Japón). Por si este objeto no fuera lo suficientemente exótico, de él descienden los hombres más extraños imaginables para los lugareños. Delante de sus sorprendidos ojos rasgados aparecen unos seres de piel clara, cabellos de colores, largas narices y unos ropajes insólitos: los portugueses. Esta vuelta de la fortuna de aquellos marineros tendrá consecuencias menos casuales de lo que puede parecer, estamos ante uno de los primeros contactos de la Historia entre japoneses y europeos, un encuentro que afectó a ambas sociedades mucho más allá de lo anecdótico de este primer acercamiento. En este artículo vamos a estudiar cómo éste se significa en la moda japonesa de esa época y en las posteriores. Algunos lectores ya se habrán imaginado que estoy hablando del período conocido en Japón como época Namban (“Bárbaros del Sur”) y en España como “Siglo Ibérico” (1543-1639). Un periodo histórico de contacto posibilitado gracias a las mejoras en los instrumentos de navegación occidentales, entre ellas la evolución de las carracas portuguesas y las carabelas españolas. Pero a diferencia de los reinos de Castilla y Aragón, centrados en las Indias Occidentales de América, Portugal alcanzó sus mayores logros en sus rutas del este, llegando por accidente hasta la tierra del Sol Naciente. La llegada de los ibéricos fue todo un acontecimiento entre la población nipona, asombrada ante el extraño aspecto físico de los europeos y los raros objetos que portaban, aspectos que quedaron fielmente reflejados en los biombos de estilo Namban que fueron fabricados desde ese momento por artistas japoneses y que son un documento histórico excepcional, no sólo para conocer al Japón de entonces sino también a los comerciantes del sur de Europa, por la calidad y el detallismo de estas obras. Rápidamente el pasmo se convirtió en interés y los japoneses comenzaron a emplear los objetos y atavíos de los portugueses que, poco a poco, se introdujeron en sus guardarropas diarios. Sin embargo, ésta no es la tónica general de ese país que a lo largo de los siglos se mantuvo relativamente aislado al influjo occidental gracias a su condición geográfica de isla al este del continente Detalle de un biombo atribuido al pintor de la Escuela Kano, Kano Domi. asiático. Hasta la fecha, la indumentaria había mantenido una evolución interior con aportaciones puntuales facilitadas por el comercio con China y Corea, que proveyeron a las islas niponas de novedades. Aun con las puntuales influencias de otros países asiáticos, la indumentaria en Japón siempre tuvo un carácter profundamente autóctono y diferenciador, con lo cual la adopción de cualquier atisbo de elementos extranjeros es algo que destacar. Según los escritos de los misioneros llegados a Japón, especialmente los jesuitas, los ropajes de los europeos fueron ampliamente recogidos entre los señores militares primero, y más adelante por más capas de la sociedad. Luis Frois, en su “Historia de Japam”, señala la moda de usar prendas europeas entre los japoneses, Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 71 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 especialmente por Oda Nobunaga,50 el cual debía de ser asiduo usuario de las ropas portuguesas. Hasta tal punto se relacionan estas prendas con su figura que su monumento situado en la prefectura de Gifu podemos verle ataviado con una armadura renacentista portuguesa. Oda Nobunaga no fue el único en adoptar estas prendas: las altas clases japonesas en seguida le siguieron en el uso de algunas de las novedades que los extranjeros traían en sus vestiduras. Incluso Kato Kiyomasa, daimio de Higo (actual prefectura de Kumamoto), uno de los más rigurosos supresores del cristianismo tras el inicio del Sakoku (el “cierre del Ejemplo de vestimenta del periodo país”), tenía en su posesión Monumento de Oda Nobunaga en Gifu. Momoyama que incluye una gola vestimentas ibéricas, como el occidental. jubón que aún hoy se guarda en el templo de Honmyoji, en Kumamoto. Lo cierto es que el uso de estos jubones fue bastante extendido, hasta el punto de que la palabra que lo designa en castellano fue adoptada por la lengua japonesa como jiban o juban, alterándose su significado hasta designar simplemente a cualquier camisa ajustada. Otra prenda que tuvo buena acogida fueron las capas que portaban los jesuitas, franciscanos, dominicos y agustinos, y que pronto entró en el vestuario japonés bajo el nombre de kappa o gappa, siendo usada principalmente en viajes. Junto con las prendas llegó la aparición de complementos, como son las petacas para tabaco Ejemplar de gappa del s. XIX, en venta en con pipas http://www.overthebluehorizon.com. incluidas, que antes de la llegada del tabaco desde América por parte de los comerciantes ibéricos, lógicamente, no existían. A esto se suman los motivos decorativos de carácter occidental: cruces, bandas rígidas y rectas, los kurofune (como llamaban los japoneses a los barcos occidentales) o incluso los propios portugueses. Y nuevos materiales y elementos del hacer textil como son el terciopelo o birodo (versión japonesa de la palabra portuguesa veludo), los botones o botan, el tinte carmín extraído de la cochinilla o los cuellos altos tipo gola.Unas prendas que aceptan todas estas novedades son los jinbaori, prendas de campaña que llevaban encima de la armadura los dirigentes en las batallas para distinguirse del grueso del ejército, junto con otros elementos distintivos como eran los abanicos de guerra gumpai. Inro decorado con la imagen de un portugués. 50 Considerado el primero de los tres grandes unificadores de Japón, junto con Toyotomi Hideyoshi y Tokugawa Ieyasu. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 72 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Dado su carácter pomposo, solían realizarse en tejidos importados que aumentaban su precio y podían incluir elementos occidentales de diversa índole, veánse los botones que ostentan muchas de estas prendas e incluso los cuellos altos en imitación de las golas. Y es que al lujo de lo exótico en el caso Namban se añaden otros valores como el poderío militar, relacionado con los ibéricos que serán los primeros en llevar armas de fuego a las islas niponas, que también se necesitan en la batalla. Tras el cierre de Japón en época Edo estas influencias no desaparecerán sino que perdurarán en la indumentaria, pero entendiéndose ya como algo propiamente japonés. Jinbaori rojo teñido con tinte carmín (no con beni, su técnica autóctona) solapas y cuello alzado. MODA Y MODOS JAPONESES III: El Cabello Meiji. Por María Galindo En cualquier cultura el arreglo del cabello es un signo de estatus social que indica la función y el rol social de la persona que lo ostenta. Su fuerte significado simbólico despliega un gran poder comunicante y limítrofe ya que se encuentra entre el área de lo personal más íntimo y de lo social. Los peinados resaltan y acompañan al ideal de belleza, ya sea femenino o masculino, refuerzan o diluyen la tradición e incluso tienen el carácter de amuleto protector o de ente maligno, como podemos observar en la mitología del terror japonesa.51 A lo largo de la historia de Japón podemos entender el gusto y las maneras a modo de péndulo que oscilaba hacia el espíritu más puramente nipón para luego, siguiendo con el mismo lento y seguro movimiento, acercarse al modelo externo, siendo China la referencia cultural por excelencia en el país. Así en los peinados de los habitantes del país del Sol Naciente podemos observar cómo se buscan su esencia nacional o buscan las novedades y conocimientos del gigante asiático. Siguiendo este recorrido el arreglo delos cabellos se convirtió en un arte. Veamos un pequeño resumen sobre el arreglo del cabello japonés a lo largo de su historia: Desde el período Kofun (250-538 d.C.) la fuerte Grabado de Utamaro donde podemos influencia china los mantenía cortos y recogidos, e incluso durante los observar el cabello típico en época Edo. tiempos del emperador Tenmu el hecho de recogerlos fue obligatorio, a excepción de las mujeres de más de cuarenta años que podían llevarlo suelto. Con el inicio de la época Heian (794-1185 d.C.) se produce un distanciamiento de la cultura china y se 51 http://revistacultural.ecosdeasia.com/breve-introduccion-al-cine-de-terror-japones-contemporaneo-nakata-hideo-en-ringuel-circulo-1998-y-honogurai-mizu-no-soko-kara-dark-water-2002/ Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 73 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 buscan los orígenes nacionales en la nueva capital, Kioto, donde se desarrolla un modo de vida cortesano donde los cabellas son llevados sueltos y larguísimos en un estilo conocido como taregami (que permanecerá presente en otras épocas llevado por los fantasmas y otras diabólicas criaturas) o elsasegami, de igual longitud pero recogido con una coleta baja. Al fin de esta época entramos en los períodos Kamakura, Muromachi y Momoyama, donde el pragmatismo samurái condiciona unos estilos recogidos más prácticos para el trabajo físico. Sin embargo es con el cierre del país o Sakoku en época Edo (1603 – 1868)cuando los peinados alcanzan su edad de oro con la proliferación de estilos creados en los barrios de placer como Yoshiwara por cortesanas y actores de kabuki que difundían los grabados ukiyo-e. Estos peinados se cuajan de kanzashi (similares a las agujas occidentales pueden tener diferentes formas que van desde el abanico a las flores de temporada), peines y cintas de distintas sedas y reflejan una exuberancia y riqueza como en ninguna otra época alcanzaron. Sin embargo toda esta evolución, desarrollo y formación el estilo autóctono se ve interrumpido con la apertura a Occidente y a sus modas en época Meiji (1868-1912). Al principio el modo tradicional de llevar el cabello chocará diametralmente con los cabellos occidentales y estos segundos no serán acogidos con gran entusiasmo. Pero tras los numerosos edictos del Haitôrei52 poco a poco la sociedad ve su transformación ordenada por el emperador y su gobierno Meiji hacia el modelo occidental. En 1871, dentro de estos Haitôrei aparece el Dampatsurei, un edicto por el cual los samuráis debían cortarse el chonmage (el moño tradicional masculino que solía incluir partes del cráneo rapadas) y llevar a cambio el arreglo capilar y sombrero occidental. Con esto el cabello masculino se alejó de su anterior complejidad y se sumó a la simplicidad occidental, imitando esencialmente los looks de pelo corto y grandes patillas, bigotes y barbas. Mientras tanto entre el sector femenino de la sociedad este cambio no fue tan radical y se producen unos efectos de mezcolanza entre lo puramente japonés y las modas llegadas desde Occidente, esencialmente de Francia, la Inglaterra victoriana y más delante de los Estados Unidos con su look “Gibson Girl”.53 Grabado representando al ornitólogo americano John James Audubon donde podemos apreciar un cabello corto y grandes patillas. Uno de los primeros ejemplos de estas mezclas lo podemos ver en las Ejemplos de peinado Gibson Girl que triunfará en todo el estampas del grabador Toyohara Chikanobu, mundo a partir de la última década del siglo XIX. conocido por sus contemporáneos como Yôshû Chikanobu, que en sus series de grabados dedicó numerosas escenas al cambio de la vestimenta del país. Esta nueva forma de arreglarse los cabellos fue llamada sokuhatsu y fue admitiendo, según pasaban los años, las novedades que se difundían por Europa. Grabado de Chikanobu donde observamos la variedad de peinados que se iban introduciendo en la década de 1880. 52 Una serie de medidas creadas por el gobierno desde 1870 para abolir los privilegios tradicionales de la clase samurái. Imagen creada a partir los años noventa del siglo XIX por el dibujante Gibson en la que aparece una mujer, según él, condensada a partir de miles de chicas americanas. Imagen que triunfó y domino la moda occidental como icono de liberación femenina hasta la llegada de las flappers en los años veinte. 53 Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 74 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Tanto el estilo tradicional japonés como el europeo usaban el moño, pero frente a los moños tradicionales japoneses con un perfil geométrico más puro y secciones marcadas claramente-sólo posibilitado por el uso de ceras y adornos de carácter estructural como los kanzashi ya mencionados, nos encontramos el nuevo estilo occidental que no necesitaba de productos de fijación tan fuertes sino del uso de tenacillas y diversos tocados y complementos de menor tamaño y fuerza. Estos dos estilos se unirán creando el sokuhatsu, que tendrá un aspecto a primera vista de un recogido claramente occidental de raigambre francesa cuajado de trenzas que se recogen a Ilustración de revista que muestra diversos peinados a sus lectoras en la década de 1880. su vez en un moño en la mayoría de los ejemplos. Asimismo podemos contemplar como los sombreros y bonets decorados con flores y cintas omnipresentes en Europa y América se instalan en Japón. Pero estos peinados no supondrán la desaparición de los kanzashi tradicionales, que permanecen, pero eso sí, son colocados con menor profusión. Según iniciamos el siglo XX las modas cambian y en Japón son susceptibles a este cambio, aparece en América la “Gibson Distintos recogidos marumage. Girl” con su peinado particular que se fusiona en Japón con el estilo marumage típico en esta era de las mujeres casadas (pese a que en su origen Edo fue un estilo de prostitutas yujo) que oculta la nuca, para decepción de los hombres japoneses, ya que esta es una de las partes más eróticas de la anatomía de la mujer nipona. La fusión de estos dos estilos, marumage y Gibson produjo un peinado que permaneció hasta la entrada del período Taishô cuando el peinado va perdiendo estas elaboraciones tan Sokuhatsu resultado de la mixtura entre el voluminosas y se acerca más al estilo masculino y lineal del vestir marumage y el Gibson, podemos ver incluso como usa los adornos de pelo occidentales. típico de las primeras décadas del siglo XX. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 75 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 76 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Exposición: “Maravillas de Isfahán, tres artesanos persas” Por Marisa Peiró Hasta el 30 de abril estará abierta en Zaragoza, de 12:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00, en el Centro de Artesanías de Aragón (ubicado en el agraciado marco del decimonónico Matadero de Ricardo Magdalena), la exposición “Maravillas de Isfahán, tres artesanos persas”, que nos ha resultado, a todas luces, decepcionante. Decimos esto tras los escasos tres o cuatro minutos que pasamos en el interior de la diminuta exposición – no hacían falta más – , albergada en una sala más pequeña que, posiblemente, el salón de muchos de lo que puedan estar leyéndonos. Debemos advertir, que no la consideramos decepcionante por la calidad de sus piezas (que, como pueden observar en las fotos, no era en absoluto desdeñable), obra de tres artesanos persas, Ali Ayubi (taracea), Rasol Esmaili (esmalte) y Reza Baharlou (miniaturas), sino por la nula planificación expositiva. No ponemos en duda la capacidad de los autores, de notable desempeño (como podrán Algunas de las piezas cerámicas que se exhiben. apreciar) y reseñable trayectoria, pero es ni siquiera sus nombres aparecían en parte alguna: Ayubi ha restaurado importantes piezas en Irán, Esmaili ha trabajado en fachadas de importantes santuarios de Iraq y Baharlou es hijo de miniaturistas y reside desde hace tiempo en España, siendo habitual de ferias y exposiciones. Toda esta información hemos podido recabarla gracias a la web, ya que no había en la sala una sola palabra (ni folleto, faltaría más), aparte del pretencioso título, que nos permitiese conocer o situar las piezas, que, si la memoria no nos falla no serían más de treinta (quizás hubo más que ya hubieran sido vendidas); únicamente figuraba un número, al que suponemos el código para poder facilitar la transacción. La referencia a Isfahán, otrora capital legal y de las artes, no era ni siquiera fotográfica. Como Historiadores del Arte nos hubiera gustado poder saber sobre qué material estaban ejecutadas las miniaturas, si representaban alguna escena identificable o si la tipología cerámica tenía algún nombre especial. Tampoco esperábamos algo del calibre de las “Visiones de la India” del Thyssen (que prestó gran atención a la miniatura), pero no creemos que sea tanto pedir que se explique a los espectadores lo que están viendo o, al menos, lo que están comprando, ya que la miniatura ha sido una de las artes persas con más tradición y prestigio desde hace cientos de años. El principal problema de la exposición no es, para nada, su finalidad comercial, sino lo mal que esta ha sido desempeñada. De un lado, la visibilidad de la misma ha sido casi nula, con apenas breves reseñas copiadas sin ningún pudor (únicamente aragonliberal.es y el Heraldo de Otras de las piezas expuestas. Aragón fueron más allá, este último gracias a una entrevista con uno de los autores); aunque, como ya les hemos comentado, estas son de tremenda ayuda ante el vacío infográfico con el que nos encontramos. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 77 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Puede que otro problema de la exposición radique en esa artificial separación entre Arte y artesanía que se continúa haciendo a nivel burocrático e institucional y que lastra a verdaderos, ahora sí, artistas. ¿Habría tenido esta exposición más éxito si, con las mismas piezas, hubiera sido de “tres artistas persas”? Quizás tampoco, pues me temo que en el provincianismo post-colonial todavía se identifica Oriente con el bazar de regateos y falsificaciones, o bien con el fasto desmedido de caprichosos gobernantes. Posiblemente en esta última línea fue planificada, con más ambición que capacidad de marketing o de curaduría: una exposición no se hace colocando piezas en vitrinas, y no puede esperarse que tenga éxito (comercial, académico o del tipo que interese) únicamente proclamando “¡maravillas, Oriente, Persia - en vez de Irán - !”. De publicidad engañosa, esta exposición es, en definitiva, otro buen ejemplo de cómo Oriente y las sensaciones que este nos evoca son, cuando sabe explotarse (y nos tememos Algunas de las cajas de la exposición. que un título no basta), un más que efectivo recurso comercial. Esperemos, al menos, que las delicadas piezas se hayan vendido, ya que de eso era precisamente de lo que se trataba. El último gánster: un melodrama noir en la China pre-comunista. Por Laura Martínez Con motivo de su reciente edición en DVD, os presentamos ahora la cinta comercial china El último gánster (Da Shang Hai o The Last Tycoon), del director hongkonés Wong Jing, estrenada en 2012. Bajo este sugerente título, que nos promete acción, crimen e intriga, se esconde en realidad una historia de desamor revestida de cine negro, e inserta en el interesante contexto de la China de los años 30: mostrándonos todas las tensiones que desembocarán en la Segunda Guerra Sino-Japonesa. En este ambiente descrito, la película nos cuenta la historia de dos jóvenes enamorados y de orígenes humildes, que llegarán a triunfar pero de forma separada. Por un lado el muchacho: Cheng Daqi (interpretado por Chow Yun-Fat), sueña con hacerse un nombre en Shanghái, pero acabará accidentalmente metido en una mafia, dentro de la cual irá ascendiendo hasta convertirse en una figura clave entre las tríadas. Por otro lado, su amor de juventud: Ye Zhiqiu (a quien da vida Quan Yuan), conseguirá hacerse un nombre en la ópera de Pekín. Separados durante largo tiempo, sus caminos volverán a cruzarse en medio de la creciente tensión por la invasión japonesa cuando el marido de Zhiqiu, un disidente político, requiera de la ayuda de Cheng Daqi y así, nuestro protagonista, deberá elegir entre amor, honor y patriotismo. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 78 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Esta película china, con actores mundialmente conocidos y aspecto de superproducción, se basa parcialmente en la historia de un personaje real: Du Yuesheng, jefe de las tríadas de Shanghái, aliado del Kuomintang y exiliado en Hong Kong. El famoso actor Chow Yun-Fat, encargado de dar vida a este líder mafioso, resulta muy conocido para los occidentales, principalmente por sus roles en películas como Ana y el rey (1999), Tigre y dragón (2000), El monje (2003), Piratas del Caribe: En el fin del mundo (2007) o Los niños de Huang Shi (2008). Cartel publicitario del film. El film combina, con notable éxito, el cine negro con el melodrama, la acción y el romanticismo, pero sin dejar nunca de lado las explosiones y los sempiternos combates cuerpo a cuerpo, en los que desplegar todo tipo de artes marciales, satisfaciendo así los gustos del target masculino. Para las féminas queda un triángulo amoroso digno de Casablanca (con escena en el hangar incluida), pero cambiando el piano de Sam por la mucho más espectacular ópera china, que aporta color y tradición a esta historia de mafiosos. La película mezcla así mismo el tiempo narrativo de la historia con numerosos flashbacks que nos permiten conocer mejor el pasado de sus protagonistas a medida que avanza su presente, en lo que supone un montaje inteligente pero sin estridencias, combinando las distintas líneas argumentales de manera elegante y dinámica. Otro punto a su favor es, sin duda, la cuidada fotografía, casi preciosista por momentos, que unida a los lentos movimientos de cámara, contribuye a configurar unos interiores muy cuidados, que en ocasiones llegan a transmitirnos valores táctiles, por ese poder de sinestesia que tiene el cine, gracias al cual parece que podemos sentir el suave tacto de porcelana en El protagonista, Cheng Daqi y los dos los rostros de estas bellas y delicadas actrices. actores que lo interpretan. Unido a esto, se encuentra el uso que hace del color, con un claro predominio de los azulados y los grises en las escenas de acción, y del rojo en los momentos de amor; un color éste muy vinculado también a China y a su teatro, que en este caso no aparece como mero atrezo o telón de fondo sobre el que se desarrolla la acción, sino que llega a actuar en ocasiones como agente motor de la historia, incluyendo alguna escena digna de El hombre que sabía demasiado (Hitchcock, 1956). Escena del film que capta la atmósfera del cine negro. 54 Por contrapartida, podríamos decir que en ocasiones resulta demasiado melodramática, empleando generalmente planos cortos para mostrar los sentimientos de los personajes mediante la gestualidad de los actores; un recurso habitual que se agudiza al estar apoyado por el uso que hace de la música extra-diegética instrumental (que reaparece en distintos momentos de la película, con ligeras modificaciones, a modo de motiv mémorative).54 A este respecto, la película consiguió el premio a Mejor Canción Original en la 32ª edición de los Hong Kong Film Awards. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 79 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 A la izquierda, la joven Ye Zhiqiu, interpretada por Joyce Feng; a la derecha, un cartel promocional que plasma la escena en la ópera. Pese a este sentimentalismo del que adolece en determinados momentos, la película resulta en general un entretenido divertimento, quizás algo occidentalizado, muestra de un cine que, conocedor de los gustos del público, los explota sin reparos. Metro Manila (2013) Por Marisa Peiró Plantar arroz nunca es divertido, Doblados desde la mañana hasta que se pone el sol, No podemos estar quietos, no podemos sentarnos, No podemos descansar ni un poco. Planting Rice (Mágtaním ay di bíro) - Canción popular filipina Quizá la abnegación sea una de las características más repetitivas de las manifestaciones artísticas filipinas. Decimos quizás, y sólo quizás, porque es un elemento que comparten esta canción, una de las más famosas de la historia de la música popular filipina, y la película Metro Manila, la última gran premiada de la cinematografía.55 Utilizamos esta canción porque perfectamente La familia Ramírez abandona el campo en busca de un futuro mejor. podría haber dado paso a las escenas iniciales del film: una familia de cultivadores de arroz se 55 La película ha recibido numerosos premios en festivales como Sundance, el Filmfest de Hamburgo, el Polar Festival de Cognac, los British Independent Film Awards, además de cinco nominaciones en el SEMINCI de Valladolid. Nosotros se la presentamos aquí a colación de su reciente estreno en DVD en España. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 80 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 da cuenta de que ya no puede mantenerse y decide emigrar a la gran ciudad en busca de un futuro mejor. En este caso, se trasladan desde una provincia ricícola del norte a la Gran Manila (popularmente conocida en el país como Metro Manila), la aglomeración urbana más densamente poblada del planeta. Ahí buscarán trabajo Oscar Ramírez y su familia, siendo estafados una y otra vez, hasta que un empleo les permita estabilizarse; ella, como “bailarina” del club de Charlie, él, con uno de los empleos más peligrosos del mundo: la conducción de furgonetas blindadas que transportan astronómicas cantidades de dinero provenientes de las más diversas actividades. Aunque se trata de una corporación en la que gran parte de los trabajadores mueren en extrañas circunstancias, Ramírez se sentirá más que cómodo gracias a su compañero y benefactor Ong, verdadero anfitrión, en lo bueno y en lo malo, de la incursión familiar en la Gran Manila. A partir de Ong y Ramírez en el trabajo. aquí, les recomendamos que sigan descubriendo la historia ustedes mismos. La mayor singularidad de la película es su pretendido carácter filipino. A pesar de contar con un director británico, el singular y reconocido Sean Ellis, la película se rodó íntegramente en suelo filipino (especialmente, en Ciudad Quezón) y en lengua tagala, con un presupuesto más que limitado. Gracias a la cuidadosa habilidad narrativa, esta falta de presupuesto se convierte más en una herramienta y seña estética de credibilidad de la desagradable realidad de la Gran Ciudad en vías de desarrollo que en una carga, presentando una cuidada dirección de fotografía, lírica, sensible, y más colorista de lo esperable, que ya quisieran para sí muchas superproducciones norteamericanas. El mayor acierto de Metro Manila, que no nos propone una historia sorprendente o nunca vista (al menos hasta el espléndido final, que no pretendemos desvelarles) es la naturalidad. Naturalidad con la que se narra un paisaje urbano deshumanizado, sin recaer en el morbo del que adolecen las grandes distopías urbanas: corrupción, delincuencia de todo tipo, chabolismo, prostitución (e incluso prostitución infantil) se dan la mano con absoluta coherencia y saber estar, como elementos sólidos de un telón de fondo que es más un La familia Ramírez a su llegada a Metro Manila. decorado del thriller que de una historia de supervivencia. Porque en Metro Manila la desgracia está asumida y aceptada de una manera Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 81 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 ingenuamente determinista, y la única manera de sobrevivir es mediante grandes saltos hacia adelante, perdiendo el miedo a caer. Naturalidad con la que dos géneros tan diferentes como el thriller policiaco y el drama, casi dickensiano, aunque con esa atmósfera sobrecogedoramente cargada que tienen gran parte de los macroescenarios asiáticos subtropicales (de Delhi a Shanghái), se dan la mano de una forma entrañablemente simbiótica: esta hibridación ha sido el plato fuerte para los cinéfilos, y en nuestra opinión, es su mayor baza. En medio de estos ambientes nocivos, encontramos tiernas historias familiares e historias llenas de lirismo, como la de Alfred Santos, particularmente sobrecogedoras porque son reales (si no la conocen, les pedimos encarecidamente que no hagan click hasta no haber visto la película): situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. Metro Manila es la narración, lo suficientemente amoral, de dichas medidas y de sus Una de las escenas más evocadoras del film. susodichas historias. Todos estos elementos, que de por sí ya podrían en valor el film, son culminados con un sorprendente final de apenas cinco minutos que revaloriza enormemente el resto de una más que satisfactoria película. No se asusten del apelativo de filipina pues su lenguaje (además del inaudito doblaje al castellano, todo un hito en la historia de esta cinematografía) es más que universal: los sentimientos, traiciones y luchas del ser humano no conocen de barreras geográficas o idiomáticas. Una tiene la sensación de estar ante un habilísimo y más que solvente trabajo en equipo merecedor de un reconocimiento todavía mayor. Quizás Metro Manila no sea la mejor película del cine filipino, pero es un ejemplo en el que merecerá que inviertan su tiempo, y, desde luego, uno de los pocos que tendrán facilidad para ver. Para saber más: Uno de los muchos carteles publicitarios del film. - Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Tráiler de la película. Entrevista al director Sean Ellis. Página 82 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Poco que envidiar al maestro: The Berlin File (2013). Por Claudia Sanjuán Lo confieso: el cine de espías no es lo mío. Y más cuando el argumento se pone tan endiabladamente enrevesado ya en los primeros minutos como en The Berlin File (2013), lo último del surcoreano Ryoo Seung-wan, que llega ahora en DVD a nuestro país como la película de acción de más éxito en taquilla de todos los tiempos del cine coreano. El director ha hecho sin duda los deberes, hay que admitirlo, sirviéndonos una historia que bebe de los ejemplos setenteros del género, y, en particular, de la más reciente saga de Bourne (relación esta última que el propio director tachó de buscada). Las escenas de acción, trepidantes desde el primer minuto y coreografiadas al milímetro, exhiben el acostumbrado surtido de ases en la manga con los que cuenta el héroe de acción clásico para desafiar a lo imposible. En este caso se trata de un oscuro agente norcoreano, Pyo Jeong-seong, ‘héroe de la República’… o más bien antihéroe, a juzgar por el pago que recibe y la vida que malvive como recompensa a sus desvelos. Soledad, privaciones, la sombra de una delación siempre amenazante, y una vida personal convertida en doloroso silencio por el bien del Querido Líder. El deber parece el único camino posible, por encima del amor y la familia. Al Cartel promocional del film. otro lado, la muerte o (¿impensable?) la deserción. En el fondo, este planteamiento no es nuevo en el género del thriller de acción. Schwarzeneggers, Gibsons, Willis y demás se deben, como agentes del cuerpo de seguridad o espionaje de turno ya activos o caídos en desgracia, a su América, aunque ésta sea a menudo ingrata, presos de una especie de imperativo categórico. Por si fuera poco, a pesar de síntomas equívocos, finalmente siempre son hombres de familia. La subtrama familiar o romántica suele dotar de humanidad a personajes cuadriculados que, de otro modo, tendrían difícil causar empatía en el espectador medio. El afecto es lo que nos separa de la máquina de matar, y Seung-wan lo sabe bien. Por ello, cuando su estética de videoclip y sus rifirrafes imposibles entre el Corea del Norte y del Sur, los rusos, los árabes, la CIA y el Mosad parecen conducir a un obvio hartazgo, The Berlin File da una vuelta de tuerca más al guión, ingeniándoselas para imprimir alguna línea digna de mención a una historia más bien convencional. Así, en el marco de un Berlín de embajadas, hoteles nunca inexpugnables y campos de cereales dignos de final de western, los supervivientes natos (que también aquí son el bueno, el feo y el malo) se ven las caras rodeados de un ejército inagotable de comparsas, reclutados para llenar nuestra pantalla de balazos que sólo les aciertan a ellos. Tanto enredo político al final es poco más que paja. Aun así, hay que reconocerle a Seung-wan un meticuloso trabajo, de pulcra factura técnica y argumento que al menos intenta rehuir la simpleza. Esto a un tiempo le favorece y perjudica, pues las mil ramificaciones amenazan con cansar al espectador, hasta que todo se simplifica más y La berlinesa Puerta de Brandeburgo no podía faltar en el el atrezzo queda fuera de plano. Por otra parte, el personaje film. Imagen procedente de Flickr, usuario ‘Fersy’. femenino de turno es otro arquetipo, necesario para explotar el lado más vulnerable y caballeresco de un protagonista llevado al límite. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 83 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Las innovaciones, pues, a pesar de desvíos meritorios, no son gran cosa. Pero a sostener el frágil y excesivo conjunto ayuda un reparto en general bastante correcto, en el que destacan especialmente Han Suk-Kyu como el agente surcoreano Jeong Jing-soo, o el propio Jung-woo Ha, quien, en el papel principal, quizá sonará a los fans del director Kim Ki-duk por su trabajo en Tiempo (2006). ¿Se pierden algo, entonces, por no ver The Berlin File? Francamente, no. ¿Se sentirán estafados después de verla? Con bastante seguridad, tampoco. Este producto de gran presupuesto no aspira a ser más de lo que es, una película de entretenimiento. Su mayor defecto es que no siempre lo ofrezca. Por suerte, de un comienzo y tramo medio tediosos se consigue obtener algo más de gancho en la segunda hora de metraje… pero quizá sea tarde, y sin duda a éste también le sobran minutos. Sea como fuere, para los fans del género de acción The Berlin File demuestra que en Corea tienen poco que envidiarle al ‘maestro Hollywood’. Si gustan de este tipo de cine, los ojos rasgados serán quizá la diferencia más notoria que adviertan. Una vida sencilla (2011). Por Laura Martínez Desde su estreno, todo han sido halagos para esta joya hongkonesa que recientemente se ha editado en DVD y que hoy os ofrecemos como lo que verdaderamente es: una oda a la sencillez, tal y como reza su título. La película, basada en hechos reales, cuenta la historia de Ah Tao (Deannie Yip), sirvienta de la familia Leung durante sesenta años y que aún se hace cargo de Roger (Andy Lau), productor de cine soltero y de mediana edad. La vida de ambos se verá trastocada cuando la anciana sufra un derrame cerebral que le impedirá retomar sus labores, y a consecuencia del cual decide ir a vivir a una residencia de ancianos. Ante esta situación, el espectador irá poco a poco descubriendo las profundas relaciones que unen a los protagonistas, así como su verdadero carácter generoso, que aflora en estos complicados momentos. La artífice de sublimar este argumento tan escueto hasta convertirlo en una pequeña obra de arte, es su directora Ann Hui. Aunque no demasiado conocida en Occidente, esta hongkonesa, de padre chino y madre japonesa, se ha labrado ya un nombre en el panorama cinematográfico asiático, perteneciendo a la denominada Nueva Ola del cine de Hong Kong. En esta ocasión, Ann Cartel promocional de la película. Hui sigue con su línea de cine comprometido con los temas sociales, pero con una película mucho menos controvertida que su anterior trabajo: All About Love (2010), que trataba sobre lesbianismo y maternidad. Para la obra que nos ocupa, Hui dulcifica un relato muy veraz de la vejez, convirtiéndolo en una historia sobre valores universales como la tolerancia, el altruismo o el amor. Toda la familia incluyendo a Ah Tao. Así pues, aunque nos encontramos ante un drama sobre el inexorable paso del tiempo y la tragedia que conlleva Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 84 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 en muchos casos envejecer, no emplea en ningún momento un tono melodramático, no apela a los sentimientos del espectador, sino que deja que estos fluyan de manera muy natural. Sin llegar a conmovernos hasta el extremo, nos transmite unas sensaciones mucho más puras, en parte porque derivan de algo cotidiano. Es aquí donde entra la crítica social, pues nos muestra la situación en que viven los ancianos en los asilos, el problema que supone el envejecimiento de la población en ciudades como Hong Kong, e incluso la crisis económica, con referencias al desempleo, por ejemplo. Sin embargo, en este caso tampoco intenta tener una función moralizante, no trata de concienciarnos sobre ello, sino que nos muestra algo que nos resulta real por lo cercano que supone. Al margen de la tragedia propia de la historia y de la situación socioeconómica que tan bien refleja, no podemos obviar ciertos toques de humor, que sirven de contrapunto al argumento general. De esta forma, podríamos destacar las escenas en que aparece el “ligón” del asilo, siempre pidiendo dinero prestado para fines no del todo legítimos; o la incapacidad de Roger para manejarse con las tareas domésticas ante la ausencia de su asistenta. Como ya hemos ido comentando, el guion sigue una línea extremadamente simple, mostrándonos los diferentes Dos fotogramas donde aparece el asilo. achaques de Ah Tao y el consiguiente estrechamiento de su relación con Roger, hasta el punto de comprender que forma parte de su familia. Ante la suma simplicidad de la historia, el peso recae casi por completo sobre los dos actores protagonistas. Así, Deannie Yip, está magnífica en cada escena, combinando la fragilidad de la ancianidad, con el orgullo y la sabiduría de una mujer fuerte y decidida, lo que la ha hecho merecedora de numerosos premios.56 Por su parte, Andy Lau, conocido por La casa de las dagas voladoras (2004), encarna aquí a un productor de cine, lo que permite una serie de guiños metacinematográficos, como el momento en que se hace referencia a la película en la que Roger está trabajando: Los Tres Reinos, y éste bromea sobre el hecho de que ya se han hecho demasiadas versiones de la misma.57 En lo referente a los aspectos formales, es aquí donde se ve el cine de autor que despliega la directora, destacando por un uso de la cámara casi documental, con una composición de planos en la que prima la asimetría, Distintos planos asimétricos e inestables, que causan cierta inquietud en el espectador. 56 Obtuvo el premio a mejor actriz otorgado por la Hong Kong Film Critics Society, también en los Golden Horse Awards, los Asian Film Awards, los Hong Kong Film Awards, en el Hong Kong Salento International Film Festival y también en los Chinese Film Media Awards; así como el premio del jurado a la mejor actriz en el Tallinn Black Nights Film Festival, y lo que es aún más importante, la Copa Volpi a la Mejor actriz en el Festival de Venecia de 2011. 57 Conviene recordar que el propio Andy Lau protagonizó en 2008 una versión de esta novela de Guanzhong, bajo el título Tres Reinos: La Resurrección del Dragón. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 85 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 incluyendo desenfoques, reflejos, muchos planos de detalle, etc. Aunque emplea un montaje sin estridencias, ciertamente abusa en ocasiones de las elipsis, que desconciertan al espectador poco atento, pues omite muchos hechos relevantes; esto nos exige un esfuerzo para recomponer mentalmente la historia, al mismo tiempo que nos hace conscientes de los saltos temporales, tal vez como metáfora de ese tiempo que pasa y no vemos, que es en el fondo la filosofía última que intenta transmitirnos la película. Reisei. 5 centímetros por segundo. Por Julio A. Gracia Las películas de Mamoru Oshii o Hayao Miyazaki, dos de los grandes referentes de la animación japonesa, plantean profundas reflexiones sobre la naturaleza o la condición humana acompañadas de escenas épicas. El comienzo de Ghost in the Shell 2: Innocence (en el que Oshii compara la creación de una máquina con un alumbramiento humano) o el final frenético de La princesa Mononoke (canto de denuncia de Miyazaki a la destrucción de la naturaleza),constituyen una buena muestra de lo que podemos encontrar en sus filmografías, y de la distancia que los separa de directores del corte de Makoto Shinkai, al que la etiqueta de “nuevo Miyazaki”, lanzada por algunos medios, no acaba de encajarle. En general, porque no hay peor forma de minusvalorar la obra de un autor que poniéndola bajo el paraguas de otro (aunque sea con una finalidad positiva); en particular, porque es cierto que en sus películas parece vibrar un aire artesanal (tanto en la forma de trabajo como en la construcción de las emociones de los personajes) y que uno de sus films de referencia es precisamente El castillo en el cielo. Pero el prisma es radicalmente distinto al que podemos encontrar en las propuestas del director de El viaje de Chihiro: Makoto Shinkai tiene un toque verdaderamente personal que gravita por varios géneros, desde la Cartel anunciador de 5 centímetros por segundo. fantasía más identificable con el director de Studio Ghibli (en Children Who Chase Lost Voices, recomendada desde aquí al lector, encontramos un buen ejemplo) con toques de ciencia ficción, hasta el drama romántico de la película que reseñamos. 5 centímetros por segundo,58 estrenada en el año 2007 y editada recientemente en España en DVD, es un retrato del paso del tiempo y de la evolución del amor a partir de las vidas de dos adolescentes que se ven obligados a vivir sus sentimientos mutuos a kilómetros de distancia. Shinkai plantea una narración de silencios y pausas, con un avance lento en el que se pueden descubrir los hilos de un guion magnífico, intuitivo más que lógico, atado en base a las emociones de los personajes y con verdaderos momentos de clímax emocional. Los protagonistas reflexionan e interiorizan sus emociones, invitando al espectador a unirse a ellos. Las metáforas visuales priman y sirven a veces como sustitutas del diálogo, concediendo una importancia destacada al carácter simbólico de los trenes y las estaciones, como metáfora de viaje y paso del tiempo. Se acompañan por una banda sonora de tono melancólico bastante acorde al mensaje general. 58 El concepto de “reisei”, presente en el título del post, es aproximadamente, “calma” o “tranquilidad” en japonés. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 86 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Estéticamente Makoto Shinkai logra un resultado con bastante fuerza visual. Los films del director se caracterizan por incorporar los beneficios del diseño gráfico por ordenador a los fondos. Se aprecian multitud de detalles, contrastes y brillos que parecen configurar en cada fotograma una postal única. Dos posturas son perfectamente factibles ante esta película: el aburrimiento por la falta de dinamismo físico en beneficio del Los dos protagonistas de 5 centímetros por segundo, Takaki y Akari. emocional, sumado a veces a una cierta indiferencia ante un film que podemos tachar de “sensiblero”, o el impulso rápido al kleenex por parte de algunos espectadores ante los golpes emocionales que pueden encontrar. Mantengamos una postura u otra ante la película, no podemos negarle la construcción sosegada de los personajes y las cuestiones de fondo que propone, en especial el paso de la adolescencia a la madurez y la fuerza del destino, deslizadas a través de una historia cotidiana, sin los héroes de Se aprecia en el fotograma la cuidada calidad de la animación, que forma verdaderos cuadros de Miyazaki ni sus entornos color. fantásticos, en la cruda realidad del día a día. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 87 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 88 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 Resumen del congreso “Japón y Occidente: el patrimonio cultural como punto de encuentro”. La pasada semana buena parte de la plantilla habitual de la revista Ecos de Asia asistimos a la celebración en Sevilla del XI Congreso Nacional y II Internacional de la Asociación de Estudios Japoneses en España, con el lema “Japón y Occidente: el patrimonio cultural como punto de encuentro”; advertimos, sin embargo, y antes de que sigan leyendo, que esta crítica responde a las opiniones de únicamente algunos de los presentes. El Congreso se celebró entre el miércoles 26 y el sábado 29 de marzo, teniendo lugar la mayoría de sus actos en el cómodo y funcional Pabellón de México, reliquia de la Exposición de 1929, algo alejado del centro pero situado en el más que agradable marco del Parque de María Luisa. Quizás un adjetivo para definir el congreso pudiera ser maratoniano. A la vez punto fuerte y punto flaco del mismo, durante más de tres días asistimos a una pléyade de conferencias y mesas redondas, actividades complementarias y, especialmente, comunicaciones (¡más de ochenta comunicantes nos dimos cita en Sevilla!), que, como puede resultar lógico, resultaron de muy diferente enfoque y temática, y, desgraciadamente, de muy diferente calibre. Así pues, fue un congreso intenso y diverso, en el que neófitos y longevos expertos compartían oyentes y escenario, con resultados más que variados. Pretendidamente interdisciplinar, encontramos comunicaciones que versaban sobre flamenco y Gastronomía a la Física y la Arqueología, pasando por las más que habituales disciplinas humanísticas de este tipo de congresos (la Historia, la Historia del Arte, El Pabellón de México de la Exposición de el Cine y la Televisión, el Cómic, la Literatura, la Traducción…), 1929 en Sevilla, sede del congreso. prestando especial atención a elementos también cercanos a las ciencias sociales como la Publicidad, el Marketing y el Turismo. También la procedencia, geográfica (pues estábamos hablando de un congreso internacional, con la presencia de bastantes japoneses), e institucional fue de lo más variado: sobre la obvia participación de la Universidad de Sevilla (con aproximadamente la cuarta parte de las intervenciones), y la sorprendente ausente presencia de su Grado de Estudios Orientales, destacamos la masiva participación de la Universidad de Zaragoza y de la Universidad Complutense de Madrid, además de otras participaciones importantes, especialmente de universidades de Barcelona, Madrid, Oviedo, Córdoba y Málaga. Algo que lamentamos profundamente es que el tiempo de estas comunicaciones fuera de diez minutos, y en lo personal, hubiéramos preferido menor cantidad de comunicantes y mayor tiempo para cada uno, pues la mayoría demostraron ser plenos conocedores de sus materias y hubiéramos disfrutado y aprendido mucho más con una exposición más relajada. Además de las mencionadas comunicaciones, hubo toda una serie de conferencias y mesas redondas, acompañadas por varias actividades Estatua de Hasekura en Coria del Río Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 89 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 complementarias, que fueron desde recitales de haiku y cuentacuentos a una plenamente inmersa en la propuesta del congreso: la visita a Coria del Río. El desplazamiento a esta localidad sevillana como segunda sede del congreso se justifica por ser uno de los lugares que visitó la Embajada Keichô (de la que ya les hemos hablado en alguna ocasión), liderada por Hasekura Tsunenaga, en donde se instalaron muchos de los participantes de la expedición, fruto de lo cual existe todavía, entre su población, un nutrido grupo de descendientes apellidados Japón. Así, en la lluviosa mañana del viernes, nos dirigimos a una embarrada Coria, en la que recibimos una breve visita guiada y otra sesión de conferencias, que esta vez se realizaron en el Centro Cívico Pastora Soler, nuestra recomendación (junto a la estatua del propio Hasekura) personal del viaje: en una pequeña sala del centro se dan cita numerosos objetos japoneses (especialmente contemporáneos): muñecas, cerámica, objetos para la ceremonia del té, litografías y abanicos, junto a una colosal y minuciosa maqueta sobre el Japón tradicional (que fue realizada para el pabellón japonés de la Expo de Sevilla en el 92), componen una selección reducida, aunque acertada, que sin duda sorprenderá al turista casual y que agradará al viajero experto. Los ánimos matutinos ante la estatua de Hasekura, quedaron en gran parte disueltos por una meteorología intempestiva que desgraciadamente incomodó tanto la visita como las múltiples esperas. Y es que el último día fue un día cansado y lleno de retrasos. A la vuelta de Coria del Río, todavía nos esperaba una (espléndida) mesa redonda protagonizada por Fernando Rodríguez Izquierdo, Rosa María Calaf, Loreto Guerrero Almendros y Francisco Javier López Rodríguez, a la que seguirían dos paneles temáticos de comunicaciones. Coincidiendo Detalle de la maqueta del Centro Pastora con la reunión de la AEJE, organizadora del congreso, tuvieron las Soler. últimas comunicaciones, dando un adecuado y lúdico final a este agotador e interesante evento. A la espera de nuevos datos sobre la futura publicación nos despedimos cálidamente, y agradeciendo a los organizadores, con la esperanza de reencontrarnos en el próximo congreso con un poco más de calma, y si el tiempo lo permite, con un poco menos de lluvia. Próximamente: XIII Semana Cultural Japonesa. El próximo lunes, día 28 de abril, da comienzo en la Universidad de Zaragoza la celebración de la XIII Semana Cultural Japonesa, que este año se prolonga durante los días 28, 29 y 30 de abril y 5, 6 y 7 de mayo. Estas jornadas son ya una tradición entre la comunidad universitaria zaragozana, y este año encuentran un nuevo escenario en el Salón de Actos de la Biblioteca María Moliner, dejando de lado el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras en pos de un entorno más adecuado. A lo largo de las jornadas de esta decimotercera edición se reparten un ciclo de conferencias y otro de cine, así como otras actividades que forman parte del programa o están estrechamente vinculadas. El programa, que detallaremos más adelante, se articula en torno a Hiroshige y su época, tema escogido como hilo conductor de la presente edición. Así pues, entronca con las últimas ediciones celebradas: en 2012, la XI Semana Cultural se dedicó a la Era Meiji, y en 2013, la XII Semana Cultural, dedicada a las colecciones y coleccionistas españoles de arte japonés, sirvió de Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 90 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 homenaje a don Federico Torralba (quien, como os explicamos desde Ecos de Asia, vio nacer su pasión por el arte japonés en parte gracias a un grabado de Hiroshige, que ha servido de cartel este año). Hiroshige (1797-1858) fue un artista grabador que vivió y trabajó en las postrimerías del Periodo Edo (1603-1868), y esta proximidad cronológica favoreció que a partir de la apertura de Japón (iniciada en 185254, con la expedición del comodoro Matthew C. Perry) se convirtiese en uno de los artistas japoneses más conocidos en Europa, cuya influencia iniciaría la corriente conocida como japonismo, de la que ya hemos hablado en numerosas ocasiones y en la que tendremos ocasión de seguir profundizando en el futuro. Los grabados de Hiroshige, junto con los de otros como Hokusai o Utamaro, evocaban un Japón que el contacto con Occidente estaba haciendo desaparecer, un mundo de ensueño y de gozo, de disfrute por los placeres de la vida sin preocupaciones, una cultura que se había creado en el contexto urbano del Periodo Edo, conocida como ukiyo, el mundo flotante. (…) viviendo sólo para el momento, saboreando la luna, la nieve, los cerezos en flor y las hojas de arce, cantando canciones, bebiendo sake y divirtiéndose simplemente flotando, indiferente por la perspectiva de pobreza inminente, optimista y despreocupado, como una calabaza arrastrada por la corriente del río.59 Así pues, las conferencias abordarán el arte de la Cartel de la XIII Semana Cultural Japonesa de Zaragoza. pintura y el arte de la laca, la infancia, el mundo flotante, haiku, sumô, artes marciales y la propia figura e influencia de Hiroshige. El ciclo de cine, por su parte, abordará las representaciones cinematográficas del periodo Edo. También habrá un momento para el recuerdo de acontecimientos más recientes de la historia japonesa, con la proyección de documentales sobre el terremoto de 2011. Las jornadas se completan con una visita a la Escuela Museo de Origami de Zaragoza, así como un concierto pedagógico que tendrá lugar el día 23 de mayo, bajo el título Historias del Japón. La información completa sobre todos los actos puede consultarse aquí. 59 Cita atribuida a Asai Ryôi. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Página 91 [REVISTA ECOS DE ASIA / Nº 4] Abril de 2014 ¿Quiénes somos? Conoce a nuestros colaboradores En este número colaboran: Ana Asión ([email protected]). Licenciada en Historia del Arte y Máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte. Actualmente realizan el Máster en Gestión del Patrimonio Cultural, así como el Doctorado en Historia del Arte, con una tesis sobre cine español del tardofranquismo. Ana Baena ([email protected]). Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. Se especializa en Cine y en Arte Contemporáneo. Alba Finol ([email protected]) está terminando sus estudios del Grado en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza y desde hace tiempo está especializándose en cultura japonesa. María Galindo ([email protected]). Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, y actualmente cursa el Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte de la misma, especializándose en Arte Extremo Oriental. María Gutiérrez ([email protected]). Se encuentra a punto de terminar el Grado de Historia del arte con un trabajo centrado en la muñeca tradicional japonesa. Actualmente forma parte de la comunidad de Lolita in Wonderland como subdelegada de la sede en Aragón. Julio A. Gracia ([email protected]). Licenciado en Historia del Arte y Máster en Arte Contemporáneo por el Museo Reina Sofía. Actualmente, cursa el doctorado entre la Universidad Complutense y la de Zaragoza, con una tesis sobre narrativa gráfica española. David Lacasta ([email protected]). Licenciado en Historia del Arte, actualmente cursa el Máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte (siempre por la Universidad de Zaragoza), en la modalidad de Asia Oriental. Trabaja en la cerámica Satsuma y el fenómeno de su coleccionismo en Occidente. Laura Martínez ([email protected]). Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, actualmente cursa el Máster de Estudios Avanzados en Historia del Arte de la misma, especializándose en Cine. Meriem T. Merabet ([email protected]). Ha trabajado durante cinco años en ambiente taiwanés y estudió, durante un tiempo, Antropología Cultural y Social en la Universidad de Barcelona. Marisa Peiró ([email protected]) es Licenciada en Historia del Arte y Máster en Estudios Avanzados de Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. Se especializa en el Arte y la Cultura Audiovisual de la primera mitad del s. XX, y en las relaciones artísticas interculturales. Actualmente, está realizando su tesis doctoral. Carolina Plou ([email protected]). Historiadora del Arte, japonóloga, prepara una tesis doctoral sobre fotografía japonesa. Claudia Sanjuán ([email protected]). Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza y Máster en Nineteenth Century-Studies por el King's College de Londres. El fin del XIX, los estudios de género y la historia cultural figuran entre sus mayores intereses. Actualmente, reside en Viena. Ana Isabel Serrano Osanz ([email protected]) Profesora del Área de Música de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de la Universidad de Zaragoza (Campus de Huesca). Profesora Superior de Órgano. Profesora Superior de Clavicémbalo. Profesora de Solfeo, Teoría de la Música, Transposición y Acompañamiento. Soprano. Para la realización de este número, agradecemos además a Elísabet Bravo, Raquel Carnicer, José Mármol, Roberto Anadón y Lorena Gil y muy especialmente, a los doctores Elena Barlés y David Almazán. GRACIAS A TODOS LOS COLABORADORES POR SU TRABAJO Y ENTUSIASMO, Y A GRACIAS A USTED, LECTOR POR SU TIEMPO E INTERÉS. NOS LEEMOS EN EL PRÓXIMO NÚMERO. Revista Ecos de Asia / REVISTACULTURAL.ECOSDEASIA.COM / Abril 2014 Los textos y opiniones contenidos en la revista Ecos de Asia son propiedad, así como responsabilidad de sus autores. Queda terminantemente prohibida la reproducción comercial de parte o la totalidad de la revista sin la autorización expresa del autor y los responsables. Son ustedes libres de citarnos, siempre cuando reconozcan la autoría. Todo el contenido, queda, por tanto, bajo la siguiente licencia Creative Commons: Creative Commons ReconocimientoNoComercialSinObraDerivada 4.0 Internacional License. Ecosdeasia.com Todos los derechos reservados Información de contacto Revista Ecos de Asia ISSN 2341-0817 revistacultural.ecosdeasia.com [email protected] Zaragoza Abril de 2014 Página 92