Ulls del Mónlleva una década combatiendo la ceguera en los
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Ulls del Mónlleva una década combatiendo la ceguera en los
Abril del 2013 personas SUPLEMENTO DE solidaridad ciudadana elisenda pons Hágase la luz Ulls del Món lleva una década combatiendo la ceguera en los países más pobres ESPERANZA Un hombre ciego aguarda a las puertas del hospital de la localidad mozambiqueña de Inhambane, donde fue visitado por voluntarios de Ulls del Món en el marco de una campaña llevada a cabo en el 2005. 2 12 DE ABRIL DEL 2013 AYUDA A LOS PAÍSES EN DESARROLLO ELISENDA PONS BOLIVIA. Dos pacientes de El Alto, operados por Ulls del Món en el 2008. Cuando la formación y la prevención son la mejor luz La Fundació Ulls del Món lleva más de una década previniendo y combatiendo la ceguera evitable en países pobres, donde se concentran las principales patologías visuales. Lejos del asistencialismo, aboga por enseñar a profesionales locales Rosa Mari SANZ A quel momento mágico en el que aquella mujer, ciega de nacimiento, lloraba desconsolada cuando lo primero que veía en su vida era la cara de su bebé, al que había parido pocos meses atrás a oscuras; o aquel otro en el que lo primero que dijo un hombre después de que le quitaran la venda de los ojos fue: «Hijo mío, ¡pero qué mayor te has hecho!», porque hacía 15 años que no podía verle. O cuando la paciente, con las manos entrelazadas y de rodillas, agradecía el milagro de haber recuperado la vista a la primera persona que entreveía porque gracias a eso podría volver a tejer y mantener así a su familia. Son infinidad las emociones que cuentan los que han vivido el momento en el que una persona recupera la visión tras una intervención quirúrgica, pero aunque sean impactantes y gratificantes, lo más importante es trabajar para evitar que se hubieran quedado ciegas. Porque lo más du- 80% de los casos de ceguera son curables y prevenibles ro es que esa ceguera era evitable. Insisten en esto desde la Fundació Ulls del Món, una oenegé que nació en el 2001 con un carácter asistencial que abandonó muy poco después para volcarse en la divulgación de la prevención de enfermedades oculares y, principalmente, en la formación y cualificación de personal de los países en los que colabora para reducir al máximo la denominada ceguera evitable, la que se puede prevenir y sanar y que representa el 80% de los casos a nivel mundial. Ulls del Món nació casi por casualidad. En enero del 2001 el ahora Síndic de Greuges, Rafael Ribó, muy sensibilizado con el tema porque acababa de ser operado por un desprendimiento de retina por el doctor Borja Corcóstegui, decidió acom- pañar a este oftalmólogo a un viaje de ayuda humanitaria a los campamentos de regufiados saharauis de Tinduf. La precaria situación de la poblaSon las consultas y refracciones realición y sus problemas zadas desde el 2001 por Ulls del Món visuales les llevaron a decidir crear una oenegé para mejorar sus condiciones. En julio fue una reali- La mayoría de los problemas tiedad y en noviembre ya fue la prime- nen su razón de ser en la desnutrira comisión al Sáhara. Le seguirían ción, la falta de higiene y unas adréplicas en Mozambique, Bolivia y versas condiciones climatológicas, Mali (este último ahora parado por y una gran parte de ellas tienen una la gran inseguridad del país). Todos sencilla solución con las técnicas ellos, territorios en los que miles de que se hacen servir de una manera persones están ciegas por cataratas habitual en el primer mundo. Por o con patologías que pueden acabar eso, Ulls del Món trata de exportar derivando en la ceguera. en la medida de lo posible esa capa- 150.000 3 12 DE ABRIL DEL 2013 ELISENDA PONS MOZAMBIQUE. Un niño ve luz por primera vez tras una intervención en un hospital de Inhambane, en el 2005. citación, además de fomentar la prevención con iniciativas destinadas sobre todo a la población infantil. «Es básico que todos los programas sean sostenibles. No se trata de llegar, operar y punto. Lo importante es formar al personal local, médicos, enfermeras, ópticos...», explica Carol Camino, óptica optometrista que lleva ligada a la entidad prácticamente desde sus inicios y que conoce de primera mano todos los proyectos. Esta especialista del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) de Barcelona es uno de los 700 voluntarios de que dispone la fundación, aunque son pocos los que tienen la oportunidad de trabajar in situ, ya que el envío de equipos es puntual y, como insiste la directora de Ulls del Món, Núria Ramon, «se trata, ante todo, de lograr la autonomía de los técnicos y profesionales de los lugares en los que cooperamos». Y lo hacen, entre otras vías, con programas de revisión y prevención de enfermedades oculares en la comunidad autóctona y con una formación que va acompañada de la dotación a los hospitales en los que colabora de material (técnico quirúrgico y farmacológico, aunque también de gafas graduadas recogidas por ópticas de aquí), bien donado por casas comerciales, procedentes de campañas o adquirido con fondos de fundación. El fin es que tengan una unidad oftalmológica propia. Y eso es lo que precisamente está a punto de suceder con el programa que llevan a cabo desde el 2003 en la localidad boliviana de El Alto, donde Ulls del Món cortará en breve el cordón umbilical Esa sensación de recibir más de lo que dan, tan propia de aquellas personas altruistas que dedican su tiempo a ayudar al prójimo, también la remarca el oftalmólogo y miembro del patronato de Ulls del Món Andrés Müller-Thyssen, que viajó por primera vez con la asociación en el 2004, a El Alto. «He tenido la suerte de conocer más directamente la realidad que Son las intervenciones quirúr- viven millones de personas en los países pobres, la precagicas que ha hecho la oenegé riedad sanitaria que sufren y su vulnerabilidad. Pero tamal haber alcanzado sus objetivos, lo bién, sus valores solidarios y su aleque supondrá iniciar un proyecto en gría de vivir·, asegura. Además, suuna nueva localidad, probablemen- braya que como profesional de la ofte africana, cuyo emplazamiento se talmología ha entendido mejor la está estudiando. importancia que tiene la visión para luchar contra la pobreza y contriLA FUERZA DEL VOLUNTARIO / Camino lleva años sacrificando parte de sus vacaciones para ayudar a formar la logística de los proyectos y colaborar en la formación de técnicos donde haga falta. «Es muy enriquecedor. Sufres mucho por ellos y hay veces que no puedes más y tienes que irte a de discapacitados visuales llorar un rato y coger aire, sobre todo en África. Para ir a estos lugares has vive en países en desarrollo de estar muy fuerte de ánimos y dispuesto a dar energía positiva durante todo el día», continúa esta óptica, buir al desarrollo de las personas y madre de tres hijos, que viajaría más las comunidades. de lo que viaja sino fuera por cuestio- Como tantas oenegés en este nes familiares. «Cuando vuelves de contexto de crisis, Ulls del Món esun proyecto tienes las pilas cargadas tá viendo menguar su presupuesto para todo un año», dice. al descender las aportaciones tanto 10.000 90% públicas como privadas, con el agravante de que las entidades que llevan a cabo sus programas fuera de Catalunya están siendo las peor paradas. Solo el Ayuntamiento de Barcelona, que colabora con esta fundación, mantiene su compromiso económico en los proyectos de cooperación internacional. LA CRISIS Y LA COOPERACIÓN / Para Müller- Thyssen, no obstante, el contexto no debería de ser una excusa para cuestionar acciones que promueven el progreso económico y social global: «Creo que es un gran error, una especie de miopía. No conseguiremos salir verdaderamente de la crisis sin cooperación, tanto con los de casa como con los de fuera. No me parece tan importante la cantidad que se pueda dar como la proporcionalidad, y, sobre todo, la actitud». Camino también reivindica la necesidad de no dar la espalda. «Allí los problemas no son un desprendimiento de retina. Puedes encontrar una catarata operable en media hora, o un glaucoma que tratas aquí con unas gotas diarias y allí acaban derivando en una ceguera porque las personas no pueden ser atendidas», dice. «En muchos países un ciego muere de hambre porque no puede trabajar», añade. Y no hace falta llegar a esos casos extremos. En El Alto, por ejemplo, cuenta que muchas mujeres han vuelto a poder mantener a su familia coser de nuevo cuando les han puesto unas simples ga- 700 Voluntarios colaboran con la fundación fas, ya que se habían dañado la vista al carecer de luz e iluminarse con un candil durante años para tejer. RETO MUNDIAL / Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el mundo hay unos 284 millones de personas con problemas oculares graves, de los cuales 39 millones son ciegas y 245 millones tienen una visión reducida. El 90% de las personas con discapacidad visual vive en los países más pobres, mientras que un 80% de la ceguera es curable o se puede prevenir con técnicas sencillas a las que estos países no pueden acceder, sino es gracias a la cooperación. Pese a este panorama, hay esperanza: en las últimas dos décadas se han reducido las enfermedades infecciosas que afectan sobre todo al tercer mundo, un descenso que ha tenido que ver con el programa Visión 2020: el derecho a ver, impulsado por la OMS y la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (de cuyo consejo forma parte Ulls del Món) con el fin de erradicar la ceguera evitable en el mundo antes del 2020. H 4 12 DE ABRIL DEL 2013 Marizol GONZALES Oftalmóloga RICARD CUGAT FORMACIÓN. La oftalmóloga Marizol Gonzales, en el Instituto de Microcirugia Ocular (IMO) de Barcelona, donde realiza un máster. «BCN tiene una oferta de másteres de calidad en todas las ramas profesionales» Rosa Mari SANZ Marizol Gonzales es oftalmóloga del Hospital Municipal Boliviano Holandés de la ciudad de El Alto, del departamento de La Paz-Bolivia. Inició sus actividades en este centro a través de la Fundació Ulls del Món con el objetivo de continuar con la atención oftalmológica clínica y quirúrgica. Actualmente se encuentra en Barcelona realizando un máster en córnea y cirugía refractiva en el Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), ya que la oenegé dejará en breve de tutelar este programa y serán médicos bolivianos los que asuman todos los temas de salud ocular de este municipio y su área de influencia, donde más de 10.000 personas ya han sido atendidas por personal local. –¿Qué ha aportado Ulls del Món a El Alto? ¿Cómo ha cambiado la situación desde que empezó a colaborar? –En el año 2003, cuando empezaron, la población solo tenía acceso a un examen oftalmológico en un consultorio privado. La fundación, en este tiempo, ha creado una red de atención oftalmológica a través de instituciones locales que incluye la implementación de los consultorios en primer y segundo nivel de atención y consultorios y quirófano en los hospitales de tercer nivel. En ellos la población puede recibir atención oftalmológica por parte de profesionales bolivianos. «Lo mejor es la satisfacción de ayudar a una persona a ser independiente en su vida» –¿Cuál es el principal problema oftalmológico que hay en El Alto y a quién afecta más? –En los adultos mayores la principal patología es la catarata, ya que la pérdida de visión paulatina imposibilita a las personas realizar sus actividades cotidianas y las hace dependientes de su entorno familiar. En los niños son la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo, que en la edad escolar son un factor a veces determinante en el rendimiento escolar. –¿Qué es lo que más le emociona de su trabajo? –La satisfacción de haber resuelto algún problema ocular que ayude a una persona a desenvolverse independientemente en su vida. –¿Un caso que le haya impactado? –Hace más o menos un año acudió a la consulta una mujer de 63 años acompañada por una vecina a la que le daba pena verla aislada. Tras examinarla le informé de que tenía cataratas en ambos ojos y que debía operarse. Empezó a llorar porque no tenía ningún familiar que se pudiera hacer cargo de ella y pensaba que la cirugía tendría un coste que no podría pagar y que no volvería a ver. Le dije que existía una fundación que nos ayudaba y que a través de un seguro implementado por el Gobierno no tendría de qué preocuparse. A la semana de ser operada había recuperado su vida, era totalmente independiente. Ahora nos envía a personas con problemas similares. –En Barcelona estará viendo casos operables gracias a la tecnología disponible, pero en El Alto es probable que no la tengan. –La ciudad de El Alto tiene una realidad muy diferente, pero este año se está terminando de equipar un hospital que contempla la adquisición de equipos oftalmológicos de tecnología moderna que harán que la población en general tenga una atención de calidad. –¿Cuál será el principal reto en El Alto cuando Ulls del Món salga del país? –Considero que la fundación está dejando un sistema de salud ocular bien encaminado. Dependerá de los oftalmólogos y del Servicio de Salud Regional El Alto dar continuidad a esta labor, cumpliendo los compromisos asumidos cuando se dotaron de equipamiento básico a los consultorios, realizando actividades de atención ocular y procedimientos quirúrgicos. –¿Cuál es la principal necesidad que tienen para mejorar su labor? –Hay que hacer un especial énfasis en el conocimiento de las enfermedades oculares prevenibles a través de una educación continua, informando permanentemente a la población sobre los centros de atención oftalmológica. –¿Qué es lo que más le está sorprendiendo de su estancia en Barcelona? –Absolutamente todo. Es una ciudad con atractivos turísticos insuperables, y sobre todo, con una oferta de másteres y posgrados de calidad en todas las ramas profesionales. –¿Teme que la crisis en países del primer mundo acentúe más la falta de apoyo a la cooperación exterior? –Cuando la ayuda está bien realizada, como la de Ulls del Món en El Alto, no debe ser olvidada porque es beneficiosa para las personas más vulnerables de una población. H