descripcion de archivos - Escuela Nacional de Biblioteconomía
Transcripción
descripcion de archivos - Escuela Nacional de Biblioteconomía
DESCRIPCIÓN DE ARCHIVOS GUÍA DE AUTOAPRENDIZAJE DANIEL MARTÍNEZ BONILLA GUÍA DE AUTOAPRENDIZAJE DESCRIPCIÓN DE ARCHIVOS MODALIDAD DE EDUCACIÓN ABIERTA Y A DISTANCIA DANIEL MARTÍNEZ BONILLA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA DIRECCIÓN GENERAL DE EDUCACIÓN SUPERIOR ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECONOMÍA Y ARCHIVONOMÍA MÉXICO, 2003 2 SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA SUBSECRETARÍA DE EDUCACIÓN SUPERIOR E INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA DIRECCIÓN GENERAL DE EDUCACIÓN SUPERIOR ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECONOMÍA Y ARCHIVONOMÍA DESCRIPCIÓN DE ARCHIVOS (SERIE GUÍAS DE AUTOAPRENDIZAJE) MODALIDAD DE EDUCACIÓN ABIERTA Y A DISTANCIA MÉXICO 2003 ASESOR PEDAGÓGICO: RAMÓN MONDRAGÓN SÁNCHEZ PRODUCCIÓN EDITORIAL Y CORRECCIÓN DE ESTILO: IVONNE BAUTISTA CARMONA 3 CONTENIDO INTRODUCCIÓN OBJETIVOS GENERALES DE LA GUÍA 6 7 UNIDAD I DESCRIPCIÓN ARCHIVÍSTICA 8 I.1 EL PAPEL DE LA DESCRIPCIÓN ARCHIVÍSTICA EN LOS ARCHIVOS HISTORICOS I.2 LA DESCRIPCIÓN ARCHIVÍSTICA I.3 INSTRUMENTOS DESCRIPTIVOS I.4 LAS NUEVAS TECNOLOGIAS EN LA DESCRIPCIÓN ARCHIVÍSTICA 9 11 13 17 UNIDAD II EL INVENTARIO 19 II.1 LA FUNCIÓN SUSTANCIAL DEL INVENTARIO II.2 LAS CLASES DE INVENTARIO II.2.1 INVENTARIO GENERAL II.2.2 INVENTARIO DESCRIPTIVO II.3 LOS ELEMENTOS DEL INVENTARIO II.3.1 ÁREA DE PROCEDENCIA II.3.2 DATOS EXTERNOS O VOLUMEN II.3.3 ASUNTO II.3.4 FECHAS EXTREMAS II.3.5 SIGNATURA II.3.6 OBSERVACIONES 20 22 22 22 24 24 25 25 26 26 26 UNIDAD III EL CATÁLOGO 29 III.1 LA FUNCIÓN SUSTANCIAL DEL CATÁLOGO III.2 LAS CLASES DE CATÁLOGOS III.3 ELEMENTOS DEL CATÁLOGO III.3.1 ÁREA DE PROCEDENCIA III.3.2 FECHAS III.3.3 AUTOR Y DESTINATARIO III.3.4 ASUNTO O MATERIA III.3.5 DATOS ADICIONALES 30 31 35 35 36 36 37 37 UNIDAD IV LA GUÍA 40 IV.1 LA FUNCIÓN SUSTANCIAL DE LA GUÍA IV.2 CLASES IV.2.1 GUÍAS ESPECIALES IV.2.2 GUÍAS GENERALES IV.3 ELEMENTOS DE LA GUÍA IV.3.1 NOMBRE DEL FONDO IV.3.2 RESEÑA HISTÓRICA O PROCEDENCIA INSTITUCIONAL IV.3.3 PERIÓDO IV.3.4 VOLUMEN IV.3.5 ORDENACIÓN IV.3.6 DESCRIPCIÓN IV.3.7 INSTRUMENTOS DESCRIPTIVOS IV.3.8 FUENTES COMPLEMENTARIAS IV.3.9 ARCHIVOS AFINES 41 41 42 42 43 43 43 43 44 44 44 44 44 44 4 UNIDAD V LA ISAD-G 48 V.1 CONTEXTO DE APLICACIÓN V.2 ÁREAS PROPUESTAS POR LA NORMA V.3 ANALISIS DE LOS ELEMENTOS DE LA NORMA 49 51 51 CONCLUSIÓN 62 ANEXO 1 EVALUACIÓN DEL CURSO 63 BIBLIOGRAFÍA 65 APARTADO DE LECTURAS 66 ÍNDICE DE LECTURAS 68 5 INTRODUCCIÓN La descripción archivística es una de las áreas de la archivonomía que se ha estudiado en los últimos años, sin que se haya llegado a un sistema de descripción homogéneo que sea aceptado en cualquier medio o circunstancia. básicos se marcaron con un asterisco (*) y se encuentran en el apartado de lecturas; los complementarios, sugiero los consigas, te serán de gran utilidad para reforzar tus conocimientos. En esta Guía, se hace énfasis en los archivos históricos, sin embargo, debe quedar claro que la descripción es utilizada en cualquier tipo de archivo como auxiliar en la recuperación de la documentación-información. En esencia, la guía se ha estructurado de tal forma para que el archivónomo se oriente, analice y construya conceptos, con el fin de superar los problemas persistentes en plazos previsibles. El presente material de autoestudio está compuesto por cinco unidades divididas en temas y subtemas respectivamente, enfocadas a las características de la descripción y los instrumentos que la conforman así como el análisis de cada uno de ellos. También se incluyen actividades que integran el aprendizaje a través de ejercicios e investigaciones en cada unidad. Los textos que se recomiendan, están divididos en: básicos y complementarios. Los Por último, es conveniente observar que la información en la que está basada la guía, es la que se plantea en la bibliografía, además se hicieron sugerencias personales de acuerdo a las necesidades que tenemos, a fin de contribuir en la mejora de la Archivonomía. Así que te invitamos a que investigues y participes interactivamente para mejorar estos conceptos y el futuro de esta área. CORDIALMENTE DANIEL MARTÍNEZ BONILLA 6 OBJETIVOS GENERALES DE LA GUÍA AL TÉRMINO DE LA GUÍA, EL ALUMNO: 1. RECONOCERÁ LA IMPORTANCIA DE LA DESCRIPCIÓN EN LOS ARCHIVOS HISTÓRICOS. 2. TENDRÁ LOS CONOCIMIENTOS SUFICIENTES PARA IMPLANTAR LOS INSTRUMENTOS DESCRIPTIVOS EN UN ARCHIVO HISTÓRICO. EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA El siguiente cuestionario tiene la finalidad de explorar los conocimientos previos a esta asignatura. Si existen temas que aún no están claros, identifícalos, analízalos y si tienes dudas comunícate con tu asesor para que te oriente. 1 Explica, ¿Qué es un Archivo Histórico? 2 ¿Qué características debe tener la documentación para ser de tipo histórico? 3 ¿Cuál es la finalidad del archivo histórico? 4 ¿Qué es un fondo documental? 5 ¿Qué son una sección y serie documental? 6 Define brevemente la valoración secundaria y explica sus fundamentos teóricos ENVÍA A TU ASESOR 7 UNIDAD I DESCRIPCIÓN ARCHIVÍSTICA OBJETIVO DE LA UNIDAD AL TÉRMINO DE LA UNIDAD, EL ALUMNO: 1. RECONOCERÁ LA IMPORTANCIA DE LA DESCRIPCIÓN INSTRUMENTOS NECESARIOS EN LOS ARCHIVOS HISTÓRICOS. 8 DOCUMENTAL Y LOS I.1 EL PAPEL DE LA DESCRIPCIÓN ARCHIVÍSTICA EN LOS ARCHIVOS HISTÓRICOS Hablar de descripción en los archivos, es relacionar la información con los usuarios y lógicamente es referirse al archivo histórico. La Descripción Archivística y los acervos, se encuentran estrechamente vinculados, su relación es interdependiente, es decir, con la ausencia de uno de ellos el otro no existe. Considerando que los archivos históricos son las instancias responsables de la conservación y difusión del patrimonio documental, su organización se efectúa con estricto apego al principio de procedencia y orden original, partiendo de las categorías: fondo, sección, serie, subserie, etc. Los archivos históricos tienen la finalidad de promover la documentación, a través de medios que difundan, propicien la investigación y el aprovechamiento educativo y cultural de estas instancias. Una forma de hacerlo es por medio de publicaciones previamente elaboradas con el análisis exhaustivo del acervo. Cuando se trata de documentos históricos de carácter público, están a disposición del público interesado (derecho a la información), siempre y cuando se cubran ciertas características para su acceso por parte del usuario y de la misma documentación, teniendo como objetivo el acercamiento a las fuentes adecuadas de investigación. El archivo histórico o documentación histórica, representa el patrimonio de una institución o de una Nación; refleja el pasado, costumbres, leyes; una serie de acontecimientos que marcaron la pauta para forjar el presente y que hoy tenemos a la mano para conocer nuestra historia. Los archivos históricos son una fuente inagotable de información que desafortunadamente por falta de interés y recursos, con frecuencia se encuentran desorganizados y peor aún en el olvido. La descripción archivística busca, a través de sus diferentes etapas e instrumentos, la difusión del acervo, llegando así a lo que pretendemos: concientizar y otorgar la importancia que merecen los archivos y todo el patrimonio documental. Por ello nuestro afán de presentar y de recurrir a la realidad mexicana incomparable con la de otros países en el desarrollo de la Archivonomía, aunque sí, retomando conceptos y argumentos que nos apoyen como plataforma de lo que estamos tratando. Por lo anterior, la Descripción Archivística debe ser el factor determinante y no sólo el más importante, sino el único camino para mejorar el paradigma de los archivos. La descripción de archivos, es una actividad que se ha dado casi de modo espontáneo, pues la necesidad social de tener pruebas o recordatorios de los acontecimientos la avalan. Por lo mismo, está enfocada hacía la difusión documental; en otras palabras, es lo esencial para accesar a la información de forma rápida y oportuna. La Descripción Archivística, es una rama de la Archivonomía que tiene el objetivo de enfatizar y/o de dar a conocer la información de los archivos de la forma más precisa y lógica posible, a través de su análisis, ahorrando y optimizando recursos. Sus antecedentes, se remontan a los índices, registros e inventarios precarios, pero útiles e indispensables para el momento en que fueron realizados y que hoy en día seguimos utilizando. 9 Los de México provienen de la archivística española (los de las culturas precolombinas fueron destruidos o no se tienen grandes avances en la identificación y/o en la traducción de jeroglíficos), y retomados para implantarlos en el Archivo General de 1792 de la Nueva España, (hoy Archivo General de la Nación). Estos fundamentos están expresados en diversas ordenanzas y Gunnar Mendoza nos dice que en cuanto a la descripción, la ordenanza 3 señala: “todos los tribunales y oficinas remitirán a su tiempo sus respectivos papeles con un índice individual y expresivo de lo que contenga cada legajo. Si no fuera posible formarlo tan circunstanciado, se hará por mayor pero siempre de modo que dé bastante a conocer la naturaleza de los papeles que se envían. ¨" 1 De igual forma encontramos otras ordenanzas como la 26: "se procederá con la mira de excusar toda la superfluidad, reduciendo los artículos a los menos que fuera posible, sin perjuicio de la distinción conducente a declarar el contenido. Tal vez podrá en pocos renglones exponerse un expediente voluminoso de asuntos comunes y de poco monto, o un legajo entero de documentos que no difieran unos de otros sino en los tiempos, lugares o personas; y tal vez la importancia o singularidad de un documento breve exigirá una declaración más extensa."2 Esto sin duda fue un gran avance durante el período de dominación española, más adelante, con los diferentes movimientos socio-políticos del país, no se da continuidad a esta actividad, los movimientos de independencia y de la revolución marcan la brecha y la agudizan cada vez más, restándole la importancia a los archivos, ya que estos se utilizaban en tiempos de guerra como parapetos, perdiéndose gran cantidad de documentación y la historia misma de un período determinado de la Nación. Así, la historia no ha sido muy favorable, de diversas formas se ha tratado de erradicar el problema más profundo: la concientización de archivistas, funcionarios y el sector social hacía los archivos, a través de la creación de organismos nacionales e internacionales que sesionan en cada país, para que los acervos sean organizados y difundidos. A pesar de ello, la descripción archivística sigue siendo una de las áreas poco estudiadas (y puesta en práctica) como otras de la Archivonomía, debido a la heterogeneidad de los conceptos y principios la han hecho poco difundida y contradictoria a la vez. El problema latente, es que no hay recursos humanos suficientes (y disponibles) para llevar acabo esta labor, los que existen la realizan bajo las necesidades persistentes o por una " costumbre " que fue impuesta, acumulando pérdida de tiempo y desperdicio de los recursos. A pesar de ello, la descripción archivística tiende a evolucionar favorablemente, la globalización en que estamos inmersos nos obliga a que en un futuro mediano los archivos históricos sean difundidos sin fronteras. 1 Mendoza Gunnar. Problemas de la ordenación y descripción de Archivos Históricos en América Latina. ALA pág. 29 2 op. Cit. 10 I.2 DESCRIPCIÓN ARCHÍVÍSTICA La Descripción de Archivos, es una parte de la Archivonomía, en donde se analiza la documentación en diferentes niveles, ya sea en menor o mayor grado. Es una actividad que se lleva a cabo en cualquier fase de la documentación o para cualquier tipo de archivo, sea de trámite, concentración, histórico o archivos especiales. Los antecedentes de la Descripción, se remontan a las antiguas civilizaciones, quienes establecieron diferentes métodos de control, originando una incipiente descripción pero tan necesaria e importante como la actual. Europa, por ser el "viejo continente", cuenta con una larga tradición en organización y conservación archivística. En esta tradición destacan países como, Francia, Holanda, España, Alemania, etc., que fueron algunos de los primeros que se preocuparon por establecer lineamientos factibles para reestructurar los grandes volúmenes. De esta forma, la tendencia europea comenzó a establecer teorías y manuales prácticos que orientaron el desarrollo de las actividades archivísticas. Con respecto a América, la teoría archivística toma auge en el siglo pasado y retomando la experiencia europea, se aplican y desarrollan conceptos nuevos que están relacionados con los problemas reales de sus instituciones. "En contraste con la normalización del mundo bibliotecológico, los archivistas y curadores de manuscritos, aceptaron que cada repositorio decidiera aplicar o no los principios archivísticos básicos. En los hechos, la procedencia no produjo resultados idénticos en todos los archivos públicos y los inventarios no tuvieron el mismo formato y terminología en todas las sociedades históricas. Esta diversidad fue considerada como una consecuencia inevitable del carácter único de los fondos de cada repositorio." 3 Este problema acotado por Miller, es uno de los que hasta hoy en día ataca a muchos de los países, tanto americanos como del resto del mundo, sin embargo se trabaja de diversas formas a fin de establecer una homogenización por lo menos de terminología. A continuación vemos algunas definiciones. La descripción archivística constituye la parte central del trabajo realizado en los archivos históricos, su principio fundamental es el de dar a conocer y difundir la documentación-información que se encuentra en él. Para María Teresa Dorantes: "...la descripción debe entenderse como la aplicación metodológica de la ciencia archivística que contiene todos los elementos en la organización profesional de los archivos para hasta entonces, describirlos en sus diferentes niveles respetando y protegiendo su procedencia y orden original."4 Para José Ramón Cruz Mundet la Descripción Archivística es: "...una tarea primordial del quehacer archivístico y una consecuencia ineludible de la organización de los fondos, encaminada a poner los documentos en servicio, es decir, hacer de ellos un útil disponible para la sociedad."5 El término "Descripción", fue acuñado por el Norteamericano Theodore Schellemberg6 y nos dice lo siguiente (citado por María Teresa Dorantes): 3 Ordenación y descripción de archivos. Fredick M. Miller. pág. 29 Dorantes Ma. Teresa. Los instrumentos de descripción archivística y su aplicación en el Archivo Histórico del Edo. de Mex. VII Congreso Nacional de Archivos. Pág. 111 5 J.R. Cruz Mundet. Manual de Archivística. Pág.225 4 11 "...la descripción es la tarea archivística que engloba las diversas y variadas actividades realizadas por el archivero, para organizar y elaborar los instrumentos que facilitan el acceso a los fondos."7 NOTA: EL TÉRMINO QUE SE HA ADOPTADO, ES ARCHIVÍSTICA Y SE UTILIZA EN ALGUNAS OCASIONES COMO SINÓNIMO DE ARCHIVONOMÍA Y EN OTROS SE CONSIDERA QUE LA ARCHIVONOMÍA ES PARTE DE LA ARCHIVÍSTICA O VICEVERSA PARA EFECTOS DE ESTA GUÍA, SE UTILIZARÁ ARCHIVÍSTICA, COMO UNA PARTE DE LA ARCHIVONOMÍA EN LA DESCRIPCIÓN DE ACERVOS. Englobando los conceptos anteriores, Descripción Archivística es: Una parte de la Archivonomía que consiste en la organización, análisis y síntesis de uno o varios documentos (una pieza documental, una serie, una sección o un fondo) con la finalidad de enunciar o de dar a conocer el contenido de estos para su difusión. ACTIVIDAD INTEGRADORA Es muy importante que para comprender mejor estos conceptos, revises las lecturas que te recomendamos, ya que en esta materia se encontraran conceptos contradictorios y por tal motivo hemos escogido las lecturas para cada tema y de diferentes autores para que los analices y rescates lo más importante de cada uno. De las lecturas relacionadas con los temas anteriores, elabora un resumen general, destacando las características principales del tema. ENVÍA A TU ASESOR 6 El término se ha empleado desde hace mucho tiempo atrás, sin embargo Schellemberg lo adopta y lo teoriza. Dorantes Ma. Teresa. La norma internacional de descripción archivística y su aplicación en la organización del A.H.E.M. VII Congreso Nacional de Archivos. Pág. 106. 7 12 I.3 LOS INSTRUMENTOS DESCRIPTIVOS La Descripción Archivística se ha aceptado como un conjunto de principios que deben regular, controlar y dar a conocer o difundir el acervo de un archivo histórico. Para el apoyo de este proceso se han establecido lo que conocemos como Instrumentos Descriptivos. Estos varían en nombre y características de un país a otro y de una región o estado, aunque tienden a tener la misma función. En esta guía los abordaremos de manera concreta recomendando lecturas para complementar lo descrito. Generalmente se utiliza el término Instrumentos Descriptivos, para definir a aquellos elementos necesarios de la descripción documental. También se les conoce como instrumentos de consulta y en algunos casos como instrumentos de control, enfatizando, que el control interno es para el archivo y será de consulta para el investigador o usuario externo. Los instrumentos descriptivos son interdependientes de la descripción y así lo vemos en el siguiente cuadro: DESCRIPCIÓN ARCHIVÍSTICA INSTRUMENTOS DESCRIPTIVOS PRINCIPALES AUXILIARES O SECUNDARIOS INVENTARIO CATÁLOGO GUÍA ÍNDICE REGISTRO CENSO ISAD (G) A.- INSTRUMENTOS DESCRIPTIVOS PRINCIPALES Son aquellos que tienen la finalidad de proporcionar al usuario, toda información relevante, objetiva y lógica que sintetizada explica el origen, la procedencia y características específicas de un fondo, sección, serie o piezas documentales. A1.- INVENTARIO Es la descripción de documentos o series documentales; generalmente se utiliza para describir a grandes rasgos el contenido de las series sin caer en un análisis profundo. "El inventario describe las unidades que componen las series documentales, dispuestas según el orden que tienen en el cuadro de clasificación y reproduciendo su estructura."8 8 Mundet, Cruz. Manual de Archivística. Pág. 276. 13 A2.- CATÁLOGO Es la descripción detallada de series documentales tomando como origen el documento o expediente, según sea el caso. "El catálogo tiene la finalidad de describir exhaustivamente, así en sus caracteres internos como los externos, las piezas documentales (documentos sueltos) y las unidades archivísticas (expedientes), seleccionadas según criterios subjetivos (por su valor histórico para una exposición, publicación...). Dada su naturaleza pormenorizada no puede aplicarse a una agrupación documental (fondo, sección y serie), salvo que sea muy pequeña, sino a grupos de documentos que presenten un interés especial (mapas, sellos, pergaminos...) y limitados a un periodo cronológico concreto."9 Considerando que el catálogo es una descripción minuciosa de los documentos, no quiere decir que se analizará documento por documento de un acervo, ya que de hacerlo será una labor interminable por que gran porcentaje de los archivos históricos en México están desorganizados. Cabe hacer la aclaración, que los catálogos se realizan sobre algún tema o personaje en particular. A3.- GUÍA Instrumento que describe en forma sintetizada, los fondos de un archivo histórico tomado en cuenta sus características generales previamente analizadas, así como su vinculación con otros archivos. Pueden existir guías de fondo como se analizar en la unidad correspondiente. “La guía es el más amplio de los medios o instrumentos de publicidad y descripción que de ordinario hace uso el archivo. Ofrece a los interesados un panorama general del mismo, poniendo a su alcance datos de interés referentes a la propia institución, tales como creación, historia, servicios de que dispone, bibliografía, etc., y, junto a estos, una información general de los fondos que conserva a través de la enumeración y descripción de las diversas secciones en que su organización se estructura."10 A4.- ISAD-G General International Standard Archival Description o Norma Internacional De Descripción Archivística, como se ha traducido al idioma español. Nombre que se le ha dado a un conjunto de elementos o parámetros que deben extraerse de los documentos de los archivos históricos para la descripción, con el fin de que estos sean difundidos a nivel internacional a través de características similares. La última unidad está dedicada al análisis de la norma. B.- INSTRUMENTOS DESCRIPTIVOS AUXILIARES O SECUNDARIOS Son aquellos que orientan al usuario a encontrar información de un acervo pero que sin embargo, están descritos de forma muy general y hacen referencia a un tema muy específico, por ejemplo un lugar, un hombre, un archivo, etc. 9 Op. Cit. Pág. 282 Tamayo Alberto. Archivística, Diplomática y Sigilografía. Pág. 38 y 39. 10 14 B1.- ÍNDICE Instrumento que funge como auxiliar de la descripción, con la finalidad de apoyar a la búsqueda de algún lugar, nombre o fecha en particular. T. Schellemberg afirma que los índices son útiles para indicar "...el lugar dentro de los documentos donde puede encontrarse información sobre citados temas."11 El mismo autor continúa diciendo: "Los índices son el mejor medio para proporcionar información sobre determinadas materias, cualquiera que sea la unidad documental. Son el medio por el cual se da a conocer información acerca de personas y lugares."12 Frecuentemente los índices nos auxilian para localizar nombres propios de personas, lugares geográficos o años determinados. Por su parte, Antonia Heredia dice: "Los índices informan sobre nombres de personas, lugares o materias ordenados alfabéticamente para su inmediata localización en la guía, en el inventario, en el catálogo. La indización es tarea común con respecto a cualquiera de los instrumentos mencionados."13 B2.-REGISTRO Auxiliar que describe de manera somera y breve a los volúmenes que se encuentran en un archivo, sin especificar datos relevantes de la información contenida. "...es de gran valor, más para el archivero que para el investigador. Se trata del registro que es una relación topográfica que enumera las unidades de instalación por orden de ingreso. Insisto en que se refiere a los legajos, a los libros, a las carpetas, no a las unidades o agrupaciones documentales (sección, serie, pieza). Su finalidad es fundamentalmente de control..."14 B3.-CENSOS Son conocidos también como censos-guía. Es un instrumento que define y difunde el total de archivos de un país o región determinada, presentando de forma general sus características externas. “Este instrumento proporciona información amplia tanto por el ámbito geográfico que abarca, como por la cantidad de aspectos que recoge, aunque lo hace de manera genérica."15 11 Schellemberg, T.R. Técnicas de Descripción de Archivos. Pág. 103 Op. Cit. 13 Heredia Antonio. Manual de Instrumentos de Descripción Documental. Pág.99 14 Op. Cit. 15 Mundet, Cruz. Manual de Archivística. Pág 272 12 15 LECTURAS RECOMENDADAS 1. Archivo General de la Nación. Memoria del VII Congreso Nacional de Archivos. México 1996. p.p. 111-116. (*) 2. Cruz Mundet José R. Manual de Archivística. 2ª. ed. Madrid 1996. p.p. 255-260 3. Schellemberg T.R. Técnicas Descriptivas de Archivos. Córdoba 1961. p.p.103-117. (*) 4. Hodson J.H. The Administration of Archives. Great Britain 1972. p.p. 119-135 (*) 5. Heredia H. Antonia. Archivística General, Teoría y Práctica. España 1988. p.p. 296-317 (*) 6. Heredia H. Antonia. Archivística General, Teoría y Práctica. España 1988. p.p. 391-415 (*) 7. Heredia H. Antonia. Manual de Instrumentos de Descripción Documental. Sevilla 1982. p.p. 98103. 16 I.4. LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS EN LA DESCRIPCIÓN ARCHIVÍSTICA Desde épocas remotas, el hombre ha tenido la necesidad de hacer más fácil sus labores, creando "herramientas nuevas" que le permitan su desarrollo o evolución como ser pensante. La tecnología ha ocupado un lugar relevante para el progreso de las sociedades, ha significado un cambio constante y permanente en el último siglo; de igual forma es un factor determinante para el crecimiento social y económico de los países, que sin duda repercute en el desarrollo educativo y cultural de la misma nación. De tal forma que no es de sorprenderse, que en países desarrollados sus archivos, bibliotecas, centros documentales, etc. Se encuentren organizados, tengan los recursos necesarios y cuenten con la tecnología suficiente para difundirlos y hacerlos prósperos. En México, son pocos los archivos que tienen sus documentos (acervo) automatizados, algunos de forma muy general con bases de datos y otros que se encuentran almacenados en discos ópticos (digitalizados). Hace poco tiempo, el microfilm representaba un ahorro de espacio y resultaba ser tecnología de punta -algunas personas todavía así lo consideran-, sin embargo actualmente con los pasos agigantados de las computadoras y software que se introducen al mercado cualquier tecnología de hoy mañana será obsoleta. La importancia que desempeña la tecnología aplicada en la descripción de archivos, hace que el acceso hacia la información soportada en los documentos sea localizada de forma ágil y eficiente, ahorrando así el recurso tiempo y consecuentemente el económico. Los medios tecnológicos, se pueden emplean de diferentes formas como se mencionaban anteriormente; listados, inventarios y catálogos simples en hojas de cálculo, bases de datos, programas, software especiales para administrar documentos incluyendo lo anterior con imágenes digitales o bien que puedan ser consultados por la red; de ello dependerá el uso, las necesidades, el volumen documental y sobre todo el costo que implica, a razón de que los países en desarrollo como México se ven en la necesidad de comprarla a los que la producen generando desigualdad y desventaja económica por el desfasamiento tecnológico. Para los archivos históricos los medios tecnológicos, representan la preservación de la memoria de la humanidad, en el sentido de que si los documentos se utilizan física y constantemente sin ningún cuidado (como en muchos casos se consultan sin protección lo maltratan, fotocopian, se los roban, etc.) tienden a deteriorarse y perderse posteriormente sin ningún remedio a menos que se les de tratamiento de conservación y/o restauración, implicando un costo mayor. Cuando se planee implantar tecnología en un archivo, es importante valorar en primer lugar, si es realmente necesaria, si es la mejor opción en cuanto a lo que se ofrece en servicio, cualidades y calidad. En segundo lugar, el costo competitivo y si el equipo se puede actualizar. Para concluir esta unidad, el siguiente cuadro representa a la Descripción Archivística, como el enlace entre la historia y el usuario o investigador. 17 DOCUMENTACIÓN HISTÓRICA DESCRIPCION ARCHIVISTICA • • • TECNOLOGIA INSTRUMENTOS DESCRIPTIVOS PUBLICACIONES ARCHIVO HISTORICO DIFUSIÓN USUARIOS ACTIVIDADES INTEGRADORAS I. Elabora un resumen de 5 cuartillas como mínimo, explicando, la importancia de la descripción en los archivos históricos. Así mismo, en el resumen, agrega tus comentarios, si consideras pertinente la venta de información histórica y bajo qué términos o condiciones sería lo adecuado. II. Elabora un ensayo, describiendo la importancia, trascendencia y aplicación de los medios tecnológicos en la descripción de archivos, así como su impacto en la sociedad mexicana, (por lo menos 5 cuartillas). III. Investiga y analiza las disposiciones jurídicas de 5 años atrás, sobre documentos electrónicos (especifica en un cuadro el nombre de la ley, decreto, acuerdo, etc., señala los artículos y la disposición que se emite) y en el mismo cuadro agrega tus comentarios. ENVÍALO AL ASESOR LECTURAS RECOMENDADAS: 1. Efren Sigel, et. al. Libros Bibliotecas y Electrónica. Ed. Edamex 2. Cruz Mundet José R. Manual de Archivística. 2ª. ed. Madrid 1996. p.p. 299-312. (*) 3. El periódico regional (diario local) en la sección de tecnología 4. Revistas sobre sistemas y tecnologías 5. Consejo Internacional de Archivos. Guía para la Administración de Documentos Electrónicos desde la Perspectiva Archivística. A.G.N. México 1999. p.p. 31-46 y de la 25-30 (*) 18 UNIDAD II EL INVENTARIO OBJETIVOS DE LA UNIDAD AL TÉRMINO DE LA UNIDAD EL ALUMNO: 1. IDENTIFICARÁ LOS TIPOS DE INVENTARIO. 2. DESCRIBIRÁ LOS ELEMENTOS QUE CONFORMAN A LOS INVENTARIOS. De esta forma, la identificación en los archivos históricos, constituye el único camino para difundirlos; partimos de lo general con el inventario, posteriormente con el catálogo, la guía y por último la aplicación de una norma internacional como es la ISAD-G, que se concibe como la estandarización en materia descriptiva para todos los países miembros del Consejo Internacional de Archivos (ICA).16 Dentro del plano de la Descripción Archivística, los instrumentos juegan un papel principal, sin ellos la descripción no existe. Para llevar a cabo tal actividad, es importante establecer un sistema planeado que tenga como resultado la optimización de recursos y que en un mediano plazo sean aplicables los diversos instrumentos descriptivos sin tener que repetir actividades que en un momento ya fueron realizadas. Anteriormente se mencionó, que los inventarios describen lo general, es decir series documentales. A través de estos, se motiva al investigador a indagar y participar de alguna forma en la descripción (catálogo) de la documentación que no ha sido analizada; sino fuera de esta forma, ¿cuánto tiempo tardaría el personal de archivo en analizar una serie documental? De ahí que sea una planeación netamente Archivística, detallando los parámetros para describir, las proyecciones, los obstáculos y el resultado final. La planeación en un sistema de Descripción, debe tener un objetivo y un enfoque en prospectiva, ver los problemas a los que se podría enfrentar, prevenirlos en vez de resolverlos, ya que pueden "amontonarse" y del problema inicial surgirán varios problemas con soluciones a largo plazo. La Descripción planeada debe hacerse lógica y objetivamente, siempre con una visión holística, tomando como antecedente y base, el sistema global de información en el que estamos inmersos y no quedar fuera del contexto. 16 19 International Council on Archives II.1. LA FUNCIÓN SUSTANCIAL DEL INVENTARIO Los inventarios cumplen dife12rentes funciones. Sus características así como su estructura serán de acuerdo a las necesidades. Existen inventarios para recursos materiales, humanos y documentales. * Los de Recursos materiales, describen, mobiliario y equipo, * Los de recursos humanos, características del personal y, * Los documentales, series que conforman las secciones de un fondo. Partiendo de lo anterior, nos damos cuenta que la parte sustancial de los Acervos Históricos es la Descripción, de ella depende la eficiencia de los servicios, la ágil recuperación de la información y la difusión que se realice a partir de ese momento. En México, la Descripción es un área poco estudiada, que ha dado como resultado un escaso interés o desconocimiento de los Archivos (a partir de 1999, organismos internacionales se han promulgado por el apoyo y rescate de los archivos históricos), añadiendo a esto la nula o mínima existencia de instrumentos descriptivos dentro de los mismos, por lo cual el "uso" se limita solo a especialistas o investigadores de un tema específico y que terminan realizando el catálogo documental de un tema en particular. Lo anterior es un problema común, derivando que el usuario de la información pierda interés en su objetivo principal y que concluya precipitadamente su trabajo sin explorar y explotar las fuentes primarias. Por tal razón, vale la pena contar con instrumentos que auxilien al usuario y sea orientado hacía los diversos caminos de su investigación. Como instrumento de Descripción, el inventario constituye la esencia o el inicio con lo que deben contar todos los archivos. Permite conocer el acervo a grandes rasgos; de esta forma para el usuario es una herramienta de consulta y para el archivónomo una herramienta de control. Los inventarios: Son la mejor forma de conocer el acervo documental sin tener la necesidad de visitarlo físicamente, y de igual forma es una manera general de presentar la historia que encierran las series de un fondo. Para un usuario con poca experiencia en archivos, suelen ser la mejor herramienta para introducirse al mundo histórico. Indudablemente, la función sustancial del inventario, es servir como un instrumento de control desde el archivo administrativo y como un instrumento de consulta en el Histórico, logrando el objetivo de toda unidad documental que es: eficientar el servicio. Para comprender mejor la función del inventario, analizaremos los siguientes conceptos que retoma Antonia Heredia de otros autores: "Carmen Crespo nos dice que: "inventario es la relación sistemática más o menos detallada de todos y cada uno de los elementos que forman un fondo, serie, etc." Por su parte Schellemberg afirma que: "el inventario es un asiento que se hace de las series documentales dentro de un grupo documental o de una colección de papeles privados." 20 El profesor Aurelio Tanodi: "El inventario es una descripción exacta y precisa de todo el material que conserva un archivo." Y el profesor Manuel Vázquez: "Inventario es una descripción exacta y precisa de toda la documentación de un archivo, cuyos asuntos se ordenan siguiendo el orden de la archivalía y tiene como fin principal dar constancia de la documentación y como fines secundarios la búsqueda, control y estudio del acervo documental."17 Para los anglosajones, el concepto de inventario es: " inventory Synonymous wich list, which is the preferent term."18 Como podemos darnos cuenta, al analizar los anteriores conceptos encontramos similitud en algunos y otros que son complementarios. Para efecto de tener un concepto que abarque los antes citados, INVENTARIO es: LA DESCRIPCIÓN SISTEMÁTICA DE LAS SERIES DOCUMENTALES DE UNA DETERMINADA SECCIÓN O FONDO, TOMANDO COMO PARÁMETRO EL ANÁLISIS GENERAL DE DICHA DOCUMENTACIÓN. 17 18 Heredia Antonia. Instrumentos de Descripción Documental pág. 336 Manual of archival description. Michael Cook. Ed. British library board. 1993.g.b.. pág. 263 21 II.2. LAS CLASES DE INVENTARIOS Los inventarios, permiten el acercamiento al acervo y para ello se dividen en: 1. Inventarios generales 2. Inventarios descriptivos II.2.1. INVENTARIO GENERAL Comúnmente este tipo de inventario resulta poco usual para la búsqueda de información de una investigación, si se cuenta con uno más completo, este fungiría como un secundario. Este tipo de inventario enlista las series de una sección y no cuenta con descripción de las mismas. En archivos administrativos son utilizados con frecuencia como un medio de control, para la eliminación de documentos o para transferirlos a otra unidad a fin de evitar la saturación de espacios. Los inventarios generales deben tomarse como instrumentos de primera instancia, ya que llegan a ser similares a un registro solamente. Los inventarios pueden ser tan completos como se requiera. En México los utilizamos para conocer de forma general lo transferido o que estuvo en una fase inactiva antes de pasar a ser del dominio público, utilizando los elementos necesarios y convenientes siempre y cuando nos remita con la suficiente confiabilidad hacía lo requerido. II.2.2. INVENTARIO DESCRIPTIVO Este tipo de inventario, da a conocer más información de una serie, aunque debemos aclarar que si la especificación es más completa que un inventario general, no cae en especificaciones como las que tendría un catálogo. De hecho en algunas lecturas encontrarás que se hace referencia al inventario analítico, el cual es un sinónimo de un catálogo documental (para complementar esta información revisa las lecturas recomendadas). Los Inventarios Descriptivos, son los más usuales en los archivos históricos, así también son los que se recomiendan, sus elementos pueden variar de acuerdo a las necesidades de búsqueda y recuperación de la información. Retomando nuevamente la teoría española, Antonia Heredia dice sobre el inventario: "Es el instrumento que describe todas las series documentales de cada fondo o sección de archivo, guardando la relación con su origen y remitiendo la localización al número de orden de la unidad de instalación en el depósito."19 De esta manera, los inventarios deben ser instrumentos que precisen de forma general las series de una sección. La descripción en los inventarios debe estar basada en los principios fundamentales de toda ordenación y organización. Debe quedar claro que en el inventario debe definirse lo que se conoce como DESCRIPCIÓN COLECTIVA, que es la descripción de las series en su conjunto. 19 Op cit. 22 Shellenberg señala en su libro Management of Archives, que la descripción colectiva, pretende señalar de forma general una parte del archivo, en lugar de describir expediente por expediente o por documento (que sería imposible) los describe en su conjunto. 23 II.3. LOS ELEMENTOS DEL INVENTARIO Como se ha mencionado, el inventario es el instrumento con el que se inicia la descripción Archivística, por lo tanto es muy importante que contenga los elementos o parámetros necesarios que engloben la información objetivamente. Los elementos del inventario, están basados en las necesidades de uso. Los nombres que se les han dado en muchos de los casos se han adoptado de diferentes países; los que utilizaremos en esta unidad son los más empleados en los archivos mexicanos por ser más prácticos. II.3.1. ÁREA DE PROCEDENCIA Al hablar de procedencia, nos referimos a la identificación u origen de los documentos, es decir de donde provienen, con el fin de determinar a través de la agrupación de series, la formación de secciones y el fondo. Si se tiene conocimiento del origen, solamente se identifica. Debe quedar claro que este punto puede llegar a ser el último cuando se ha armado el total de una sección o un fondo y se desconocen los antecedentes de la documentación. El área de procedencia de donde se origina la documentación a identificar, está vinculada primeramente con la sección o secciones y a su vez estas con el o los fondos. Para comprender mejor estos conceptos, los analizamos brevemente. Los fondos documentales, están comprendidos como la totalidad de documentos producidos por una institución y que han sido previamente valorados para llegar a ser históricos, y los cuales pueden o no estar organizados. Los fondos, no solamente son de una institución, también existen de personajes, entidades y familias, sin que se llegue a alterar por ello su nombre o la descripción en el inventario, (para estos tipos de fondos existe una norma internacional para su descripción la ISAAR que al igual que la ISAD-G tiene elementos propios que dependen de las características de la información). En cuanto a las secciones, son subdivisiones de un fondo, que a su vez están integradas por el conjunto de series. Sobre las secciones, Vicenta Cortés nos dice: "Son agrupaciones documentales reunidas en atención a su origen integradas por los papeles procedentes de una institución o división administrativa importante con su organización y fines conocidos."20 Por lo que respecta a las series, como su nombre lo indica, es una secuencia de expedientes con asuntos similares derivados de un trámite administrativo. Las series documentales, tienen el objetivo de integrar asuntos semejantes a fin de no perder el principio de procedencia y orden original. Para esto, Fredick M. Miller dice: 20 Cortés Alonso Vicenta. Observaciones sobre los archivos. Pág. 51 24 "Generalmente las colecciones y las series son mantenidas tal como fueron recibidas. Los fondos de archivos y manuscritos son organizados y descritos a un nivel general, de acuerdo a las estructuras administrativas establecidas (para archivos) o por los nombres de individuos o familias (para manuscritos)."21 Bajo estos conceptos generales, esperamos que sea claro que la procedencia en un inventario es el elemento inseparable ya que será la guía para el control y apoyo fundamental en una investigación. II.3.2. DATOS EXTERNOS O VOLUMEN Como segundo elemento, son los datos externos. Representan lo cuantificable, es decir corresponden al consecutivo o cantidad de cajas y expedientes de una serie documental y que se encuentra relacionado con el volumen, es decir los metros lineales que ocupa (el volumen se mide en metros cúbicos para cuestiones de espacio, cuando se habla de volumen documental también se refiere al espacio ocupado -cantidad- es en metros lineales) de acuerdo al tamaño de las cajas y a los expedientes por su grosor. TRATÁNDOSE DE UN VOLUMEN O SERIE PEQUEÑA, EL INVENTARIO PUEDE TOMAR COMO REFERENCIA EL EXPEDIENTE O PIEZA DOCUMENTAL (VER UNIDAD 3). II.3.3. ASUNTO Es el tercer punto que debe contener el inventario, dentro del cual se hará la descripción de las series, considerando lo siguiente: 1. Que las series documentales están conformadas por expedientes o piezas, que comparten semejanzas o características similares en información (el soporte puede ser diferente), formando un asunto general. 2. El conjunto de estos asuntos forman a la serie. Así lo vemos en el siguiente cuadro: SERIE DOCUMENTAL ASUNTO GENERAL ASUNTO GENERAL PIEZAS DOCUMENTALES PIEZAS DOCUMENTALES El asunto o tema a describir, es la esencia de todo instrumento, permite la rápida y sencilla recuperación de la información. ¿Qué pasaría si no describimos el asunto? ¿Cuáles serían las repercusiones? En el inventario, el elemento "asunto" es indispensable, ya que gracias a su especificación el archivónomo o investigador pueden accesar a la información requerida. 21 Ordenación y descripción de archivos y manuscritos. Fredick M. Miller. pág. 33 25 II.3.4. FECHAS EXTREMAS Dentro de este rubro, se considera el período que comprende una determinada serie documental y en general todos los asuntos que se comprenden dentro de una sección. Las fechas extremas deben especificar el lapso que abarca cierta documentación que se inventaría. Específicamente, se refiere a la primera y última fecha que aparece en la documentación, tomando el año más antiguo como el primero y el más actual como el último, ejemplo; CONTRATOS 1934-1938 Siendo, CONTRATOS el asunto y 1934-1938 las fechas extremas. La finalidad de especificar las fechas extremas es: 1. Que el archivónomo tenga el conocimiento de la documentación generada, estableciendo el control preciso en la organización física, (se relaciona directamente con el volumen. 2. Para el usuario de la información, conozca y precise el período a investigar sin divagar. II.3.5. SIGNATURA También se le conoce como clasificación o ubicación topográfica y como código de acceso. Es el lugar físico que ocupará la documentación que se ha inventariado y que corresponderá a la descripción de la estantería en donde se ubique. Esta ubicación es tan específica como se requiera, refiriéndonos a la documentación histórica deberá ser muy precisa a fin de evitar posibles confusiones con otra documentación parecida. La ubicación física o topográfica, es empleada de igual forma en los catálogos, permitiéndonos el acceso real a la información. Para llevarla acabo, nos auxiliamos de otros componentes como es la identificación a través de etiquetas y todo lo demás que estimemos necesario. II.3.6. OBSERVACIONES Con lo que respecta al elemento observaciones, nos da una amplia variedad o tolerancia en anotaciones que en los otros elementos no se hicieron. En esta área se pueden dirigir comentarios que no se habían contemplado, desde características de la documentación, relaciones con otras series, etc. Se puede considerar como notas que en su momento otros instrumentos como la Norma Internacional lo llama "notas del archivero". Como elemento complementario, se incluyen lo que son las notas adicionales, que son quién realizó el inventario, si alguien lo revisó, el número de hojas, etc. 26 ANEXO FORMATO PARA INVENTARIO ÁREA DE PROCEDENCIA (FONDO) (SECCIÓN) N° CAJA ASUNTO (NOMBRE DE LA SERIE FECHAS EXTREMAS NOTAS ADICIONALES 27 SIGNATURA UBICACIÓN FÍSICA OBSERVACIONES Para finalizar esta unidad, vemos las siguientes ventajas y desventajas que presenta un inventario documental: VENTAJAS DESVENTAJAS 1. ES EL PRIMER INSTRUMENTO DESCRIPTIVO QUE SE DEBE HACER EN UN ACERVO HISTÓRICO. .2. PERMÍTE UN ACERCAMIENTO GENERAL ENTRE EL ARCHIVÓNOMO, LA DOCUMENTACIÓN Y EL USUARIO. 3. ES UN INSTRUMENTO DE CONTROL PARA EL ESPECIALISTA DE ARCHIVOS. 4. REPRESENTA UN APOYO DE CONSULTA PARA EL INVESTIGADOR. 1. ANUNCIA A GRANDES RASGOS EL CONTENIDO DEL ACERVO 2. LA DOCUMENTACIÓN EN MUCHAS OCACIONES SE ENCUENTRA DISPERSA Y DEBE SER REORDENADA. 3. PARA EL INVESTIGADOR LLEGA A REPRESENTAR PÉRDIDA DE TIEMPO, YA QUE ÉL ES EL QUE DA CONTINUIDAD A LA REORGANIZACIÓN A TRAVÉS DE LA ELABORACIÓN DEL INVENTARIO O DE UN CATÁLOGO. . ACTIVIDAD INTEGRADORA De acuerdo a lo leído en esta unidad y las lecturas recomendadas, realiza las siguientes actividades: a) Explica, ¿cuál es la función y objetivo del inventario? b) Diseña un formato tipo de inventario para un archivo histórico, considerando la compatibilidad con otros acervos. c) Explica cada uno de los elementos del inventario propuesto y elabora 10 ejemplos de descripción con el nuevo formato. ENVÌALO AL ASESOR LECTURAS RECOMENDADAS PARA LA UNIDAD: 1. Heredia H. Antonia. Manual de Instrumentos de Descripción Archivística. p.p. 27-77 2. Tamayo Alberto. Archivística, Diplomática y Sigilografía. Ed. Cátedra. Madrid 1996. p.p. 39-40. 3. Cruz Mundet José R. Manual de Archivística. 2ª. ed. Madrid 1996. p.p. 276-282. (*) 28 UNIDAD III EL CATÁLOGO OBJETIVO DE LA UNIDAD AL TÉRMINO DE LA UNIDAD, EL ALUMNO: 1. IDENTIFICARÁ LAS FUNCIONES DEL CATÁLOGOS, SUS CARACTERÍSTICAS Y ELEMENTOS QUE LOS CONFORMAN. Dentro de la Descripción Archivística, el catálogo es otro de los instrumentos que tienen la función esencial para el conocimiento de la información histórica. al libro de manera individual. Analizando a través de reglas concretas, los elementos que contiene cada obra, sin que varíe la descripción en relación con otro texto similar. El nivel de descripción resulta ser más profundo, se analiza detalladamente la individualidad de cada expediente o unidad documental. Pero no así con los documentos; como sabemos la documentación no se repite y por ello la descripción será distinta entre los documentos. Como un primer ejemplo de catálogo, lo encontramos en las bibliotecas, en donde se encuentran ficheros con cédulas que describen (PARA COMPRENDER MEJOR ESTA UNIDAD, CONSULTA TU GUÍA DE AUTOAPRENDIZAJE CATALOGACIÓN) 29 III.1. LA FUNCIÓN SUSTANCIAL DEL CATÁLOGO. Dentro de los archivos históricos, los catálogos son los instrumentos que describen las piezas documentales de una serie, en donde se analiza, una temática específica o un período determinado. Así, el catálogo es el instrumento que especifica y resume la información de un asunto o personaje en particular. Las funciones de los catálogos en los archivos históricos son varias, entre ellas: * Enlistan un conjunto de asuntos similares. * Representan el análisis de la documentación. * Describen características esenciales de los asuntos de los expedientes, como son: fondo, sección, serie, personajes, asunto, fechas, etc. * Ubica y orienta al investigador hacía un tema o período concreto. Los catálogos presentan la información de forma más completa, aunque con ello no queremos decir que pueden sustituir la información del documento en sí, únicamente presenta la síntesis de los documentos de un período o tema. Alberto Tamayo, nos dice: "Los catálogos describen la pieza documental individualizada, bien sea documento suelto, formado por uno o varios folios, bien sean unidad archivística, es decir expediente administrativo, expediente judicial (testimonio de autos judiciales) documentos agrupados por referirse a una misma materia, o bien sean de códices o libros manuscritos."22 Para José Ramón Cruz Mundet: "El catálogo tiene la finalidad de describir exhaustivamente, así en sus caracteres internos como en los externos, las piezas documentales (documentos sueltos) y las unidades archivísticas (expedientes)..."23 En sí, el catalogo es: El análisis sistemático de la documentación, tomando como base la individualidad de un expediente o documento. Como podemos observar, en las definiciones anteriores, el catálogo de descripción archivística, es un instrumento con mayor grado de elaboración, su quehacer resulta ser más detallado en comparación con los instrumentos descriptivos secundarios y con el inventario. Desafortunadamente los archivos históricos, no pueden sustentar todo su acervo en catálogos, sólo se realizan por períodos determinados, algún personaje en particular o un período de tiempo, por ejemplo, una etapa de la Revolución Mexicana o algún personaje de esta etapa, Emiliano Zapata, Porfirio Díaz, etc. Lo anterior se debe a lo extenso que resulta un acontecimiento, el cuál está relacionado con otros hechos y se conecta con el pre o post del período a investigar, además de que en muchos casos se derivan las llamadas colecciones facticias, (ver guía Archivo Histórico). III.2. CLASES DE CATÁLOGOS 22 23 Archivística, diplomática y Sigilografía. Ed. Cátedra, Madrid, 1996. pág. 40 Manual de Archivística. Pág. 282 30 Los catálogos dependen de la forma de recuperación de la información. Las clases de catálogos que podemos encontrar son dos: 1. POR SUS CARACTERÍSTICAS INTERNAS y 2. POR SU ESTRUCTURA 1. POR SUS CARACTERÍSTICAS INTERNAS Generalmente, cuando no se cuenta con un soporte electrónico, que ubique al usuario en un punto clave de búsqueda, la documentación-información histórica debe de ser recuperada a través de una clasificación. La clasificación está vinculada, numérica o alfabética. de acuerdo a como se realizó el catálogo, es decir, de forma Para la numérica, están los catálogos cronológicos y por su código de acceso24 (forma indirecta). Alfabético es por tema, nombre de lugar o población (geográfico), nombre del personaje (onomástico), etc. En este caso su recuperación dependerá de las líneas a las que el investigador este dispuesto a seguir. Para complementar este tema te sugerimos que revises las reglas de catalogación usadas en México y si es posible consultes las de otros países. 2. POR SU ESTRUCTURA Anteriormente, se utilizaba el término Catálogo, para referirse a cédulas o fichas, actualmente, este término es más completo y no se refiere a la estructura física, sino al nivel de descripción. Los catálogos, de acuerdo a su estructura, los encontramos en tres formas: a) En forma de cédulas o fichas. Parecidas a las que se utilizan en las bibliotecas. Las fichas catalográficas, son registros que se encuentran en tarjetas o cédulas y se guardan para su consulta en ficheros. De esta manera, se puede recuperar la información consultando cada una de ellas de acuerdo con la clasificación que la documentación tenga. b) En forma de listado Al igual que los inventarios, los catálogos, se describen en forma de listados. Tiene la misma función y elementos que las cédulas, la diferencia es que son más prácticos y su estructuración es más precisa al momento de consultarlos. c) En base de datos 24 En la unidad anterior se mencionó la clasificación topográfica o ubicación física, como un sinónimo se maneja el término "código de acceso", este nombre aunque no está sustentado teóricamente, en instituciones de la Iniciativa Privada así es nombrada la ubicación. En la teoría española se encontrará como signatura. 31 Los documentos electrónicos, hoy en día representan mayor comodidad y precisión para consulta de información, sin embargo el problema latente en muchos archivos históricos es que no cuentan con los medios para adquirir equipo electrónico. Los catálogos en bases de datos, dan cierta flexibilidad para el "acomodamiento" de los campos y como mejor convenga la recuperación de la información, siempre y cuando esté bien estructurada y la información que se ingrese sea la adecuada, en este supuesto, las búsquedas se pueden hacer por cualquier área, por ejemplo: lugar, fecha, tema, etc. En sí, lo que cambia es la estructura y el acceso hacía la información, no así el contenido de la misma. Los formatos de catálogos quedan de la siguiente forma: Una ficha catalográfica FONDO SECCIÓN SERIE FECHA Y/O TÍTULO DESCRIPCIÓN DEL ASUNTO (SÍNTESIS) OBSERVACIONES NOTAS ADICIONALES (VOLUMEN, SIGNATURA O CÓDIGO DE ACCESO, No. DE HOJAS, ETC.) En listado lo vemos de la siguiente forma: 32 NOMBRE DEL ARCHIVO O REPOSITORIO FONDO SECCIÓN SERIE TÍTULO DESCRIPCIÓN DEL ASUNTO FECHAS HOJAS DEL EXP. SIGNATURA O CÓDIGO DE ACCESO 33 NOTAS ADICIONALES OBSERVACIONES En una base de datos o un programa para descripción de archivos históricos, en pantalla, pueden quedar sus campos de la siguiente forma: FONDO _______________ SECCIÓN ____________ SERIE _________________ TÍTULO ____________________________ FECHAS EXTREMAS ________________ ASUNTO (SÍNTESIS) LUGAR_________________________ PERSONAJES _________________________ No. de HOJAS DEL EXP. _______DOC. ORIGINAL/COPIA/REPRODUCCIÓN NOTAS ADICIONALES OBSERVACIONES En los dos primeros formatos de catálogo, la recuperación de la información es manual y de acuerdo a su estructuración. En este caso el especialista de archivos deberá ser en vínculo entre la información y el usuario para orientarlo hacía su objetivo. En el tercer formato la recuperación de la información es de forma electrónica, como el usuario lo desee, sin embargo lo que la garantiza, es que el programa este bien hecho y se introduzca la información correcta. Las tres estructuras, presentan algunas variables, aunque en esencia son iguales, como más adelante lo veremos. ACTIVIDAD INTEGRADORA Visita un archivo histórico y copia textualmente una cédula catalográfica (de un expediente), así mismo copia la descripción de un listado. Analízalos y elabora un cuadro comparativo de sus características, estructura y funcionalidad. ENVÍALO AL ASESOR 34 III.3. ELEMENTOS DEL CATÁLOGO Al igual que el inventario, el catálogo debe tener una serie de elementos, que sean los adecuados para la descripción y orientación del investigador hacía la fuente de información. Los elementos del catálogo, deben estar estructurados de acuerdo a las necesidades de los usuarios y al criterio del profesional de archivónomo, ya que los documentos por si solos carecen de características específicas para su descripción, además de que son unidades interdependientes con otras, las ligaduras deben de estar perfectamente entrelazadas. A diferencia con un libro, que es independiente y se basa en principios establecidos para su descripción. Como primera parte, la catalogación es: Un conjunto de lineamientos, en donde el profesional de archivos analiza y detalla factores propios de la documentación histórica, tomando como la unidad básica al expediente o pieza documental. Así, los elementos con los que debe contar un catálogo están relacionados con el tipo documental a describir. ¿QUÉ QUIERE DECIR LO ANTERIOR? Dentro del ámbito documental histórico, lo podemos dividir en dos: los documentos escritos en español antiguo y los modernos. Las diferencias, se encuentran en las características y elementos que la documentación presenta. En el caso de analizar documentación del período colonial, será necesario tener conocimientos de paleografía y diplomática; en primer lugar por el tipo de letra, por las abreviaciones y símbolos que tiene, y por ello los elementos a describir en su nombre son distintos (de acuerdo a la diplomática25) aunque en su descripción serán similares y en cierto momento adaptables a una cédula de características modernas. LOS ELEMENTOS DEL CATÁLOGO III.3.1. ÁREA DE PROCEDENCIA A lo que nos referimos en este punto es lo que con anterioridad mencionamos con el inventario, a diferencia que en catálogo debe estar bien definido. La Descripción del área de origen de los documentos, es muy importante, dentro de este concepto, se debe señalizar, el Fondo, la Sección y Serie Documental. Si fuera necesario por lo complejo de la estructura orgánica de la institución de procedencia, se pueden hacer subdivisiones de la Sección y de la Serie. 25 La Diplomática, en sus lineamientos, contempla elementos como, la invocación, intitulación, exposición de motivos, validación, etc. 35 III.3.2 FECHAS El usuario de la información en muchas ocasiones busca un periodo determinado, y la misma descripción así lo exige, en este caso la fecha o fechas extremas que contienen los documentos deben especificarse, puede ser un solo año o un período. En este último, se deberá especificar la primera fecha que aparece a la última (de la más antigua a la más reciente), por ejemplo: 1745 - 1770 Sin precisar mes ni día. Algunos autores recomiendan que se inicie con el año, mes y día, sin embargo, no es una variante que propicie confusión, por ejemplo: 1745-10-12 al 1770-09-15 Es lo mismo a: 12-oct-1745 al 15-sep-1775 Se debe tener cuidado con la descripción de las fechas que contienen los documentos históricos, ya que en muchas ocasiones aparecen fechas en las que se emite o crea un documento y otra es la fecha en la que se publica. Un ejemplo claro son las disposiciones que se emiten por las autoridades públicas en la fecha con que se crean y otra es la fecha con la que se publica en el Diario Oficial de la Federación. En el caso de que aparezcan 2 fechas o más, como en el ejemplo anterior, se sugiere que se anote y especifique para evitar confusiones. Cuando no aparecen fechas que identifiquen al o los documentos, es importante relacionarlo con otros similares, de acuerdo a sus características internas y en el contexto histórico, de esta forma se deduce una fecha aproximada. III.3.3. AUTOR Y DESTINATARIO En las características de los documentos, el autor y destinatario representan a las personas que participan en el acto; de esta forma también se les llama personajes, haciendo en la descripción el señalamiento correspondiente de su nombre completo (si aparece) y cargo si es una autoridad pública. Anteriormente se dijo que los nombres de los elementos del catálogo en referencia con las cédulas diplomáticas son distintos pero esencialmente son los mismos; para el autor y destinatario es igual a la intitulación y dirección. Lo más importante es que la Descripción catalográfica, contenga todos los elementos necesarios y útiles para el investigador. Si bien el nombre es importante, al homogenizarlo, se le llama PERSONAJES. Describiendo en este apartado el o los nombres completos y su ocupación, por ejemplo: EDGAR GALVEZ, ALCALDE DE... 36 III.3.4. ASUNTO O MATERIA También se le conoce como TEMA. En la Descripción Documental, se contempla el asunto como la parte principal del documento o expediente. En esta área se especifica clara y objetivamente de lo que trata la información, se incluye no solamente como título sino la síntesis de todo el resto analizado. Es conveniente mencionar que esta área es tan explícita como sea necesario, la síntesis debe estar bien elaborada, sin descuidar los aspectos trascendentales que competen a la descripción. Algunos elementos pueden estar contenidos en otros, por ejemplo, la Tipología Documental se puede manejar dentro de este elemento, por ejemplo: CARTAS ENVÍADAS AL GOBERNADOR DEL ESTADO DE MÉXICO POR PARTE DE LOS HABITANTES DE... En donde CARTAS es el tipo documental y está integrado dentro del Asunto, sin la necesidad de abrir otro apartado. III.3.5 DATOS ADICIONALES Como último punto, es importante resaltar otros elementos complementarios de los Catálogos, entre los cuales encontramos: a) Signatura o código de acceso b) El formato de los documentos c) El volumen d) Las observaciones y e) Las notas anexas a) Signatura o código de acceso Establecer las características específicas para el acceso a la documentación, es un factor que se debe definir claramente, de no ser así, ¿cómo se consultaría la documentación? o ¿cómo saber en donde se encuentra? A medida en la que se reorganiza la documentación, es como se avanza y se eliminan defectos de ubicación. Por ello será muy importante que una vez descrito el acervo, sea asignado el lugar en donde permanecerá y a su vez sea registrado en el catálogo. b) Formato Al referirnos al Formato, es el cómo se encuentra el documento, Original, Copia o es una Reproducción. De acuerdo a la teoría española, lo que aquí tratamos como Formato, ellos lo mencionan como Tradición Documental. 37 c) Volumen El número de hojas que constituye al expediente, es de gran utilidad para el control de la documentación, así se evita el extravío o pérdida total de algún documento. Cuando se trate de expedientes extensos y no estén foliados, se señalará el o los volúmenes que lo integran. d) Observaciones Al igual que el inventario, el catálogo en su estructura, debe contar con un apartado en donde se especifiquen las anotaciones que no sean factibles de estar en algún otro elemento. e) Adicionales En este rubro, se encuentran aquellas anotaciones extras (sí así lo desea), por ejemplo: la persona que elaboró, si fue revisado, etc. Como vemos, gran mayoría de los elementos que tiene el inventario son los mismos del catálogo, las diferencias son: 1. En el catálogo se define claramente el Fondo, la Sección y Serie Documental. 2. El análisis de los documentos es más profundo, expediente por expediente, (o por documento cuando son aislados o son archivos especiales), haciendo que la Descripción sea más completa. 3. Se adicionan elementos o se complementan uno con otros. 4. Es la puerta hacia la investigación documental. ACTIVIDAD INTEGRADORA Realiza una tabla comparativa entre los instrumentos auxiliares, el inventario y el catálogo, de la siguiente forma: INSTRUMENTO CONCEPTO CARACTERÍSTICAS ÍNDICE ENVÍALO AL ASESOR LECTURAS RECOMENDADAS PARA LA UNIDAD III 38 VENTAJAS EJEMPLO PERSONAL 1. Antonia Heredia. Archivística General, Teoría y Práctica. p.p. 357-389. (*) 2. Tamayo Alberto. Archivística, Diplomática y Sigilografía. páginas 40-51 3. Shellenberg. Th. Técnicas Descriptivas de Archivos. p.p.117-141. (*) 39 UNIDAD IV LA GUÍA OBJETIVO DE LA UNIDAD AL TÉRMINO DE LA UNIDAD, EL ALUMNO: 1. IDENTIFICARÁ LOS TIPOS DE GUÍAS EMPLEADAS EN LOS ARCHIVOS HISTÓRICOS, ASÍ COMO LAS DIFERENCIAS DE CADA UNA Y LOS ELEMENTOS QUE LAS CONSTITUYEN. 40 IV.1 LA FUNCIÓN SUSTANCIAL DE LA GUÍA Los instrumentos descriptivos y en especial las GUÍAS, constituyen los instrumentos esenciales de la Descripción y Difusión Archivística. Los Archivónomos bien sabemos, que los Instrumentos de Descripción en un Archivo Histórico son obligatorios, la falta de ellos llega a provocar el olvido de los acervos. Es claro que falta mucho por lograr en el área de la Descripción de documentos históricos, sin embargo, esto deberá acelerarse en un futuro a corto plazo, ya que los cambios constantes que mueven al mundo, nos obligan a modificar las estructuras hacía nuevos horizontes buscando la apertura global. En la Descripción Archivística, el instrumento cumbre del análisis general del acervo, es la GUÍA. La GUÍA representa la identificación del o los fondos o grupos documentales que alberga el archivo, además como se dijo anteriormente son un medio de difusión y consulta. Como su nombre lo indica, orienta al usuario del contenido informativo de un fondo o fondos, sin caer en particularidades de alguna serie o tema específico. En sí, la GUÍA: 1. Da a conocer las características generales de la documentación que compone al fondo. 2. Da a conocer el conjunto de fondos de un archivo. A lo anterior conviene destacar: Que la GUÍA, es el instrumento descriptivo en el que el factor tiempo se agranda para su culminación, ya que se requiere de la investigación para identificar los fondos documentales. Es muy importante que los archivos históricos cuenten con su GUÍA, ya que esto traerá consigo mayor difusión y el objetivo de la Descripción Archivística se cumplirá. Ventajas que ofrece la GUÍA. 1. Es el medio de enlace entre los usuarios y el acervo. 2. Obliga al personal del archivo a actuar con mayor eficiencia y calidad en los servicios. 3. Permite cambiar la imagen del Archivo Histórico y coadyuva al profesionalismo del personal a través de las exigencias de estar mejor preparados. 4. Para el público en general, representa una visión amplia del acervo. 5. Tiene los fundamentos para dar a conocer el acervo a otros niveles, es decir, si se realiza correctamente tiene algunos elementos que exige la ISAD-G. IV.2 CLASES Las Guías se pueden dividir en dos: 1. Guías Especiales y 41 2. Guías Generales IV.2.1 GUÍAS ESPECIALES Dentro del ramo de las Guías, las Especiales constituyen la descripción de un Fondo26 en particular, de allí su nombre y características. En este caso el análisis es más amplio, si embargo los elementos a describir son los mismos. IV.2.2. GUÍAS GENERALES Son aquellas que están formadas por los fondos que integran a un archivo. En ella se especifica de forma general las características del acervo. Al final de esta unidad, se citan dos ejemplos de la descripción de dos fondos de diferentes guías. 26 Fondo y Grupo Documental, se manejan como sinónimos. 42 IV.3 ELEMENTOS DE LA GUÍA Los elementos de la Guía son: 1. Nombre del fondo 2. Reseña histórica o procedencia institucional 3. Período o fechas extremas 4. Volumen 5. Ordenación 6. Descripción 7. Instrumentos descriptivos 8. Fuentes complementarias 9. Archivos afines IV.3.1 NOMBRE DEL FONDO Como primer elemento de cualquier Guía, es su denominación, a fin de saber cual es el Fondo a describir. El nombre debe ir acompañado de un número de identificación, que sirva como control e identificación del acervo. Ejemplo: 54 TESORERÍA GENERAL IV.3.2 RESEÑA HISTÓRICA O PROCEDENCIA INSTITUCIONAL El origen del Fondo se determina a través del análisis de la documentación, dando como resultado el nombre de la institución que la remitió o de donde fue rescatada. Dentro de esta área se establecen los períodos que serán necesarios y se citan datos relevantes de su procedencia. IV.3.3 PERÍODO Esta área se refiere a las fechas extremas que abarca la documentación. Son fechas extremas, la primera y última que aparecen en los documentos y se registran cuando un fondo se ha cerrado completamente. Ejemplo: 1914-1948 Cuando es un fondo abierto, las fechas quedan de igual forma, pero se debe hacer hincapié en la última fecha en que se recibió la documentación. Ejemplo: 1914La última documentación que se integró es de 1970 43 IV.3.4 VOLUMEN Es la cantidad de documentación que integra al Fondo. Se especifica de acuerdo a las medidas convencionales: metros lineales, número de expediente, piezas, etc. Si la documentación se encuentra en cajas, dará a conocer la cantidad y tamaño. Ejemplo 36 mts. lineales (72 cajas de 50 cm.) IV.3.5 ORDENACIÓN Esta área está vinculada con la organización del Fondo, con el dato final de cómo se ordenó la documentación para su recuperación. Por ejemplo: por período cronológico, por asuntos, etc. IV.3.6 DESCRIPCIÓN El elemento Descripción, es uno de los más importantes, en él se indicará el contenido informativo del fondo. Como en los otros instrumentos, la descripción que se haga de él, es lo que permitirá su difusión. IV.3.7 INSTRUMENTOS DESCRIPTIVOS También se les conoce como instrumentos de consulta. Son los instrumentos con los que cuenta el fondo, estos son variables, dependiendo del análisis que se haya hecho con la documentación. Ejemplo: Cuenta con un inventario de la serie Recaudación. IV.3.8 FUENTES COMPLEMENTARIAS La mayor parte de los fondos que integran un acervo, están relacionados con otros documentos. Las fuentes complementarias, son los fondos que tienen una vinculación con el descrito. Este apartado tiene la finalidad de establecer las líneas de investigación de forma general y poder brindarle al usuario la amplitud de un tema. IV.3.9 ARCHIVOS AFINES Como último elemento de la Guía, los archivos afines o complementarios, son aquellos que tienen cierta relación con la documentación del Fondo que se describe. Para fines de una investigación, estos datos al igual que el anterior, le darán la pauta al usuario para la búsqueda de más información. A continuación para que el tema de esta unidad quede más claro, se citan dos ejemplos de la descripción realizada en las Guías: 44 Como ejemplo de Descripción de un Grupo Documental, de la GUÍA DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN 1997, vemos el siguiente ejemplo: 288 COLECCIÓN FOTOGRÁFICA DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA Procedencia institucional Las fotografías que integran esta colección proceden de la Presidencia de la República y de la Dirección General de Información de la Secretaría de Gobernación. Contiene fotografías para el período comprendido entre la gestión de Francisco I. Madero (19111913) y la administración de José López Portillo (1978-1982). Período 1911-1982 Volumen 50 000 piezas Ordenación Las fotografías están ordenadas por período presidencial Instrumentos de consulta Silva, Carmen, Carlos Contreras Servín, Manuel Díaz, Inventario de la Colección Fotográfica de la Presidencia de la República (inédito). U.D.: grupo de fotografías P.C.: 4 000 grupos de fotografías Descripción informativa Incluye fotografías de los presidentes Francisco I. Madero, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodríguez, Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán Valdez, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo. El registro fotográfico comprende numerosas actividades del Ejecutivo: ceremonias, reuniones de trabajo, informes, audiencias, entrevistas y visitas de Estado. Incluye fotografías de actividades de las esposas de los presidentes, así como de los miembros de los gabinetes respectivos. Finalmente, hay fotografías que ilustran actividades productivas (industria, agricultura, servicios) y eventos sociales muy diversos. Fuentes complementarias Archivo General de la Nación: Álvaro Obregón-Plutarco Elías Calles (182), Emilio Portes Gil (183), Pascual Ortiz Rubio (184), Abelardo L. Rodríguez (185), Lázaro Cárdenas del Río (186), Manuel Ávila Camacho (187), Miguel Alemán Valdez (188), Adolfo Ruiz Cortines (189), Adolfo López Mateos (190), Gustavo Díaz Ordaz (191), Luis Echeverría Álvarez (192), Estado Mayor Presidencial (193), Dirección General de Información (199), 45 Archivo Particular de Emilio Portes Gil (246), Archivo Fotográfico Díaz, Delgado y García (284) y Colección Fotográfica de Propiedad Artística y Literaria (287). Otros archivos: AFINAH El siguiente ejemplo de descripción es de un Fondo de la GUÍA GENERAL DE ARCHIVALÍA DEL ARCHIVO HISTÓRICO DEL ESTADO DE AGUASCALIENTES 1996. 1.1.- SECRETARÍA GENERAL DE GOBIERNO FECHAS EXTREMAS 1870-1960 Los documentos de esta sección son los que tienen que ver con los actos de gobierno interior y su relación con otros estados, etc. Según el reglamento interior de la secretaría general de 1867, para la atención de diversos negocios, fueron creadas las siguientes secciones: HACIENDA FOMENTO COLONIZACIÓN INDUSTRIA Y COMERCIO JUSTICIA INSTRUCCIÓN PÚBLICA Y CULTOS GUERRA GOBERNACIÓN RELACIONES EXTERIORES A estas secciones, el reglamento de 1927, sólo agregó la del trabajo, suprimiendo la de cultos. La documentación que comprende los años 1870-1930, está resguardada dentro de 304 cajas. Los años restantes, hasta 1960, recién transferidos, se encuentran sujetos a proceso de catalogación. (432 cajas y 283 paquetes) 114 mts. lineales. Los temas que trata la documentación son: DIVISIÓN POLÍTICA ELECCIONES PUBLICACIONES OFICIALES EXPROPIACIONES INDULTOS CONCESIONES NOMBRAMIENTOS BENEFICIENCIA REGISTRO PÚBLICO DE LA PROPIEDAD REGISTRO CIVIL REGISTRO CONSULAR Y DE EXTRANJEROS EXHORTOS CONTRATOS PRESUPUESTOS INSTRUMENTOS DE DESCRIPCIÓN Para su consulta hay un inventario que se encuentra ordenado cronológicamente por secciones. Cuenta con los siguientes datos: AÑO SECCIÓN EXTRACTO DE CONTENIDO SIGNATURA DE LOCALIZACIÓN (no. de exp., no. de legajo) Para su consulta se cuenta con un catálogo ordenado cronológicamente que aporta la siguiente información: 46 FECHA CONTENIDO LUGAR SIGNATURA DE LOCALIZACIÓN (no. de fólder y caja) SINTESIS DE NÚMERO DE HOJAS ACTIVIDAD INTEGRADORA Visita un archivo histórico y de un fondo documental que esté organizado (pero que no se encuentre en una guía): 1. Desarrolla cada uno de los elementos descritos en esta unidad. 2. Anexa los comentarios que consideres pertinentes, recomendando lo óptimo para su mejor descripción y funcionamiento. ENVÍA A TU ASESOR LECTURAS RECOMENDADAS PARA LA UNIDAD IV 1. Antonia Heredia. Archivística General, Teoría y Práctica. p.p. 319-329. (*) 2. Cruz Mundet José R. Manual de Archivística. 2ª. ed. Madrid 1996. p.p. 273-277. 47 UNIDAD V LA ISAD-G OBJETIVOS DE LA UNIDAD AL TÉRMINO DE LA UNIDAD, EL ALUMNO: 1. ANALIZARÁ LA ISAD-G Y SU ÁMBITO DE APLICACIÓN. 2. TENDRÁ LOS ELEMENTOS NECESARIOS PARA SU APLICACIÓN EN UN ARCHIVO HISTÓRICO. 48 V.1 CONTEXTO DE APLICACIÓN La Norma Internacional de Descripción Archivística, por sus siglas en ingles ISAD-G (General International Standard Archival Description), es una serie de elementos para que la Descripción Archivística sea homogénea a nivel internacional (para países miembros del Consejo Internacional de Archivos, ICA). El, ICA es un órgano no gubernamental de carácter internacional, que engloba diversos aspectos archivísticos. Entre los más importantes están: la conservación, desarrollo y utilización de los acervos documentales; de esta forma contribuye para que la comunidad archivística, a través de sus representantes regionales propaguen y consoliden un mismo lenguaje. Las normas, son lineamientos que se deben seguir y por ende ser cumplidos, las preguntas obligadas sobre la ISAD-G, son ¿es una norma o son estándares generales? ¿es un proyecto que pretende ser Norma? ¿Por qué es importante la ISAD-G? Las respuestas a muchas cuestiones sobre Descripción Archivística están siendo forjadas a nivel internacional, la contribución hacía ellas será determinante para que la interpretación de términos no sea una limitante, sino que hablemos el mismo lenguaje archivístico. Lo anterior será un factor definitivo para que la teoría sea aplicada a la práctica, de no ser así, seguirá ampliándose la brecha entre lo teórico y su instrumentación en la realidad. Así mismo, sino se atienden los problemas archivísticos a nivel nacional, no solamente de Descripción, sino de recursos humanos, materiales y financieros, la situación de los archivos continuará deteriorándose. Las consecuencias a futuro serán múltiples, se profundizarán los abismos en donde cada región "hable su propio idioma". La ISAD-G por establecer elementos y parámetros de orden global, permite tener un acercamiento mayor hacía las regiones que integran una Nación y hacía otras culturas. Es muy importante que ante los retos de apertura de nuestro país con otras naciones busquemos una similitud y la competitividad en materia archivística. Los tratados internacionales con América Latina y el Caribe, Norteamérica, Europa y Asía, nos obligan a seguir trabajando, no dar marcha atrás y si dar prioridad a lo que en cierto momento será representativo de nuestras raíces, tradiciones y costumbres que han forjado el presente y son la base del futuro. La aplicación de la Norma, va más allá de una simple descripción, está enfocada a la documentación histórica que pueda ser difundida. Por las características que ofrece la ISAD-G, su ámbito es muy amplio y abarca diversos géneros de los acervos, sin embargo su análisis debe ser aún mayor para que cumpla su cometido. 49 ACTIVIDAD INTEGRADORA Investiga: ¿Cuál es la participación de la Organización de las Naciones Unidas (o de sus organismos) ante la creación o promoción de normas internacionales? Y ¿Cuál es su participación en la ISAD-G? ENVÍA A TU ASESOR 50 V.2 ÁREAS PROPUESTAS POR LA NORMA La ISAD-G, recopila diversos elementos sustentados en los inventarios, catálogos y las guías, por ello insistimos, en que la adecuada descripción de los instrumentos facilitará la aplicación y manejo de la información que se establezca en la norma, partiendo de estructuras coherentes a lo que se le llama descripción multinivel. La ISAD-G, está dividida en 6 áreas fundamentales: 1. Área de mención de identidad (identificación) 2. Área de contexto 3. Área de contenido y estructura 4. Área de condiciones de acceso y utilización 5. Área de materiales relacionados (fuentes complementarias) 6. Área de notas Las seis áreas propuestas por la norma, abarcan diferentes elementos de la documentación, en el siguiente tema se describirá la regla de acuerdo a lo que se establece en la ISAD-G. V.3 ANÁLISIS DE LOS ELEMENTOS DE LA NORMA Lo que se transcribe a continuación es lo más relevante de la Norma, así como las reglas para cada elemento con algunos ejemplos en su traducción textual de acuerdo a la versión española de 1994, (es conveniente que revises completamente la ISAD-G, para mayor comprensión en cuanto a su amplitud). ÁREA DE MENCIÓN DE IDENTIDAD 1 Código (s) de referencia Regla: Incluir el código del país de acuerdo con la última versión de la norma ISO 3166, Códigos para la representación de nombre de países, seguido del código del archivo, de acuerdo con el código normalizado de archivos del país, seguido del código específico del archivo local, la signatura, u otro identificador único. Ejemplos: CA NAC ANC-C2358 US LC 72-064568 MY P/AMM Z4 MY MS ANM P/PESU.H.C.O 410/1915 FR AD 53/234 J De acuerdo con este elemento, son los códigos con lo que podemos ubicar la documentación. La Norma lo establece con un carácter más amplio, parte desde el código del país como general y baja a lo particular, lo que sería el número de control u otro número. 2 Título Regla: 51 Cuando la unidad de descripción tenga un título formal, éste se deberá transcribir exactamente palabra por palabra, con su orden y ortografía original, pero no necesariamente la puntuación ni las mayúsculas. Ejemplos: Partes de incidencias en Peace River 1832 Protesta clamorosa y Revista de Policía 1828-1842 Embarques de caucho a Italia y Francia Sociedad Pizarrera del Anjou. Explotación Fondo Perret Fondo Hennebique Si se considera apropiado, se abrevió un título formal largo, lo cual solo puede hacerse sin perder la información esencial. En caso de no existir un título, cabe redactar uno conciso. En el nivel de fondo incluir el nombre del productor. En los niveles más bajos incluir, por ejemplo, el nombre del productor y un término indicando la tipología de los documentos que comprende la unidad de descripción y, si fuera apropiado, una frase reflejando función, actividad, materia, localización o asunto. Distinguir entre títulos formales y atribuidos de acuerdo a las normas nacionales o de lenguaje. Este segundo elemento, tiene la finalidad de describir de forma general y abierta el nombre del conjunto de documentos a describir en el orden original, (aunque debemos considerar que si la información de la ISAD-G será a nivel internacional, el idioma debe ser homogéneo, no sólo archivístico sino también de comunicación). 3 Fechas de creación de la unidad de descripción Reglas: Se datará cuando se ha producido la documentación que compone la unidad de descripción tanto en el caso de una única fecha como en el de un período cronológico. Se deberá incluir las fechas de creación si es un período cronológico, excepto si la unidad de descripción es un fondo abierto (o parte de él) a nuevas transferencias. Ejemplo: 1900-1919 (La Comisión Legislativa Conjunta del Estado de Nueva York para la investigación de actividades sediciosas operó y generó documentación desde 1917 a 1919. Sin embargo, las fechas reales de la totalidad de los documentos de las series abarcan desde 1990 a 1919, reflejando la inclusión de documentos originales recogidos como evidencia en las investigaciones de la Comisión). Opcionalmente, incluir también (a) las fechas predominantes o las lagunas más significativas. No incluir nunca las fechas predominantes sin las fechas extremas. Ejemplos: 1703-1908 (predomina 1780-1835) 1923-1945 (falta 1933 a 1935) 52 (b) la (s) fecha (s) de los documentos que custodia el archivo Ejemplo: 1703-1908 En el archivo: 1703-1868 (principalmente 1708-1835) De acuerdo con esta regla las fechas, se establecerán conforme las que aparecen en la documentación descrita, enfatizando los años donde es mayor el volumen o hace falta algún período. Así también, si es un fondo que se ha cerrado, las fechas serán las extremas, más no así para los fondos a los que aún se integra documentación, estos se quedan abiertos los períodos. 4 Nivel de descripción Regla: Identificar el nivel de esa unidad documental. Ejemplos: Fondo Serie Subserie Expediente Es muy importante que se defina el nivel de la documentación que se analiza, la finalidad es de no perderse o llegase a confundir los nombres generales con los específicos. 5 Volumen de la unidad de descripción (cantidad, volumen, tamaño) Regla: Reseñar el volumen de la unidad de descripción dando el número de unidades físicas en cifra arábigas y la denominación específica más apropiada del tipo de soportes que existen en la unidad de descripción. Ejemplos: 2 rollos de película 128 fotografías 19 carpetas 25 volúmenes 20 cartas 20 m (548 legajos) O bien se pueden dar los metros lineales de estantería o los metros cúbicos de la unidad de descripción. Ejemplo: 300 cajas (30 m) Si el tamaño de la unidad de descripción se da en términos lineales y se desea ofrecer información adicional, ésta se añadirá entre paréntesis. 53 Ejemplo: 4m (ca. 10 200 unidades de instalación) Cuando la unidad de descripción es un fondo (o parte de él) a nuevas transferencias, de forma opcional se puede hacer constar la dimensión conocida en una fecha determinada y/o la de la parte que se tiene en custodia. Ejemplo: 128 fotografías (a 6 de febrero de 1990). En custodia: 58 fotografías Como podemos observar el volumen se puede especificar de diferentes formas, lo más importante es que sea entendible y se conozca la dimensión real de la documentación descrita. En muchos archivos históricos de México, se manejan cajas de diferentes tamaños, en este caso se puede señalar por metros lineales y el tipo de caja que se emplea, sin descuidar el total de expedientes si es factible de cuantificar. ÁREA DE CONTEXTO 6 Nombre del productor Regla: Nombre del organismo (u organismos) o del individuo (o individuos) responsables de la producción de la unidad de descripción a condición de que esta información no aparezca en el título. Para este apartado, se describe a quien originó o generó la documentación, que no es lo mismo que el nombre del fondo que se establece en el primer apartado. 7 Historia institucional / biográfica Regla: Recoger concisamente cualquier información significativa sobre el origen, transformación, desarrollo y funcionamiento del organismo u organismos o sobre la vida o actividad del individuo o individuos que han producido la unidad de descripción. Si se incluye información adicional, procedente de una fuente publicitaria, ésta debe citarse. En el caso de personas o familias se recopilará información tal como nombre completo, apellidos y títulos, fechas de nacimiento y muerte, lugar de nacimiento, sucesivas residencias, actividades, ocupaciones o cargos públicos, nombre originales seudónimos y alias, realizaciones significativas, y lugar de fallecimiento. Si se trata de organismos, incluir información tal como el nombre oficial, fechas de existencia, legislación que lo regula, funciones, objetivos y desarrollo del organismo, su jerarquía administrativa y sus sucesivas denominaciones. Ejemplo: El Freedmen's Bureau fue creado dentro del Departamento de Guerra el 3 de marzo de 1865, para supervisar todas las actividades de refugiados y liberados y para asumir la custodia de todas las tierras y propiedades confiscadas o abandonadas. Abolido el 10 de junio de 1872, se traspasaron las funciones que le quedaban a la Freedmen's Branch en 54 la Oficina del Asistente General y desde 18798 a la Colored División de la Oficina del Asistente General. La historia institucional, va encaminada a determinar todos los antecedentes posibles de un fondo y desde luego quedar fundamentado el inicio y desarrollo de la institución o los personajes que se describan. 8 Fechas extremas en que el productor ha generado los documentos de la unidad de descripción. Regla: Dar la(s) fecha(s) extremas de la documentación generada en la unidad de descripción por el productor como una fecha única o como período cronológico. La fecha o fechas recogidas aquí se refieren a acciones registradas en los documentos por el productor y no pueden ser anteriores a la fecha de creación del organismo o a la fecha de nacimiento del individuo productor. Estas fechas pueden ser distintas de las fechas indicadas en fechas de creación de los documentos de la unidad de descripción, en aquellos casos en que la unidad de descripción sea el resultado de una actividad que incluya la adquisición de documentos generados antes de su archivo por el productor, tal como documentos generados por otras procedencias durante una investigación o acción legal. Ejemplo: 1917-1919 (La Comisión Legislativa Conjunta del Estado de Nueva York para la investigación de actividades sediciosas operó y generó documentación desde 1917 a 1919. Sin embargo, las fechas reales de la totalidad de los documentos de las series abarcan desde 1990 a 1919, reflejando la inclusión de documentos originales recogidos como evidencia en las investigaciones de la Comisión). Bajo este elemento, debemos ser cuidadosos en las especificaciones que se hagan y ser bastante explícitos en adicionar algún comentario prudente como nos lo marca el ejemplo. 9 Historia de la custodia de los documentos Regla: Reseñar las sucesivas transferencias de propiedad y custodia de la unidad de descripción junto con las fechas de las mismas, en tanto en cuanto puedan determinarse. Si la historia de la custodia es desconocida debe reseñarse este hecho. Cuando la unidad se recibe directamente de su productor, no se debe incluir una historia de la custodia sino que esa información se recogerá, preferiblemente, en el elemento Forma de Ingreso. Ejemplo: El fondo de la explotación de Rezané incluye, probablemente desde los años 1857-1859, dos fondos de empresas absorbidas: el de la Sociedad Pizarrera de Laubiniere y el de la Pizarrera de la Touche, empresa Bourdais et Cie. El establecer el origen del o los fondos, permite diseñar líneas de investigación más profundas, si fuera necesario se podrían consultar instituciones o archivos históricos afines. 10 Forma de ingreso 55 Regla: Recoger el donante o procedencia de donde se recibió la unidad de descripción y fecha y/o método de ingreso si parte o toda esta información no es confidencial. Si la procedencia o donante es desconocida recoger esta información. Opcionalmente, añadir números o códigos de acceso. Ejemplo: Transferidos por el Departamento de Geografía, 16 de junio de 1977. Donación de la Sociedad Pizarrera del Anjou (explotación de Renazé) al Archivo Departamental de la Mayenne, 1969. ÁREA DE CONTENIDO Y ESTRUCTURA 11 Resumen / nota de alcance y contenido Regla: Dar un breve resumen del contenido (incluyendo período cronológico) de la unidad de descripción. Incluir información sobre la tipología adecuándola al nivel de descripción. No repetir aquí información proporcionada ya en otros apartados de la descripción. Ejemplo: Expedientes de política general y registros del Ministerio de Sanidad y del Ministerio de la Vivienda y del Gobierno Local relativos a la extinción de cargos de Rentas sobre Censos. Los expedientes contienen información sobre concesiones a las autoridades locales, contribuciones y contribuciones renegociadas y evidencias enviadas, a la Real Comisión sobre Rentas cargadas sobre Censos, en 1934. los registros contienen información de pagos de concesiones a varias autoridades de 1938 a 1955 bajo la Ley de Censos de 1936. 12 Valoración, Selección y Eliminación Regla: Indicar cualquier acción de valoración, efectuada en la unidad de descripción si tal acción afecta a la interpretación de los documentos. Cuando sea conveniente, indicar la autoridad que efectuó la acción. Ejemplo: Se han llevado a cabo una eliminaciones mínimas en el curso de la clasificación de este fondo: sólo los borradores sin forma e ilegibles, los formularios en blanco o ejemplares duplicados han sido objeto de eliminación. Globalmente estas eliminaciones no han sido superiores a un legajo. Dado que en muchos archivos históricos, la documentación recibida ha sido prevalorada, es importante señalar el procedimiento y lo que se ha retirado, siempre y cuando esta acción no afecte o altere el curso de algún período en la eliminación de material innecesario. 13 Nuevos Ingresos Regla: Indicar si se esperan nuevos ingresos, transferencias adicionales o depósitos; se dará, cuando sea conveniente, una estimación de su cantidad y frecuencia. Ejemplos: 56 Se esperan nuevos ingresos. Cuando se trata de fondos cerrados, este punto no se llena, sin embargo cuando son fondos que aún reciben documentación, es esencial su especificación y estará ligado con las fechas de creación de la unidad de descripción. 14 Organización Regla: Dar información sobre la organización de la unidad de descripción. Especificar las principales características de la estructura interna, el orden de los documentos y, si fuera conveniente, la forma como han sido tratados por el archivero. Ejemplo: Expedientes ordenados alfabéticamente por su título. Dependientes del expediente 163, una subserie de 17 expedientes numerada 163/1-17, que tratan sobre la compra de Seaford Dock. Los documentos se mantienen de acuerdo a su procedencia original, el resultado directo de la actividad organizadora de la institución productora: La Oficina del Alto Comisario. ÁREA DE CONDICIONES DE ACCESO Y UTILIZACIÓN 15 Situación Jurídica Regla: Recoger información sobre la situación legal de la unidad de descripción. Ejemplos: Documentos Públicos transferidos atendiéndose a la sección 4 (1) de la Ley de Archivos Públicos de 1958. Documentos de carácter público debido a la donación al Estado En México, sabemos que aún no existe una Ley Nacional que regule los archivos, sin embargo, existen algunos otros lineamientos de carácter jurídico en donde se determinan las transferencias, o éstas están reguladas por políticas de cada institución. 16 Condiciones de acceso Regla: Informar sobre las condiciones que restrinjan o afecten la accesibilidad de la unidad de descripción. Se indicará el alcance del período de restricción de la consulta y la fecha en que los documentos estarán disponibles. Ejemplos: Sólo se permite el acceso a la documentación con un permiso escrito del director de la empresa La mayoría de los documentos contenidos en este fondo son de libre consulta. Excepto la información de algunos expedientes relativos al personal y sujetos a las condiciones o plazos especiales de consulta. 57 La guarda que considera en nuestro país antes de tener algún acceso público, es por 30 años, después de dictaminarse que carece de valores primarios. Se determina este período, porque el acceso inmediato a la información puede afectar a las personas e instituciones involucradas o a terceras personas indirectamente. También se pueden especificar para la documentación histórica, políticas de acceso hacía ciertos fondos o documentos, que por sus características internas y/o externas así lo ameritan. 17 Derechos de autor / normas sobre reproducción Regla: Informar sobre las normas que regulan la utilización o reproducción de la unidad de descripción después de haber obtenido el acceso a ella. Si las condiciones sobre uso, reproducción o publicación se desconocen o si no existiesen no es necesaria ninguna mención. Ejemplo: Ley de derechos de reproducción de Malasia, de 1987: Documentos de dominio público, reproducción con permiso del Archivo Nacional de Malasia. 18 Lengua de los documentos Regla: Reseñar la lengua predominante de los documentos que componen la unidad de descripción. Dar cuenta de los distintos alfabetos, escrituras, símbolos o abreviaturas empleados. Ejemplo: Texto principal en latín; interpolaciones en francés normando 19 Características físicas Regla: Indicar cualquier detalle físico importante y/o la condición física permanente de la documentación que limite la utilización de la unidad de descripción. Ejemplo: Legible sólo con luz ultravioleta Por descuido, mucha documentación histórica, independientemente del soporte, sufre alteraciones que provocan la modificación de la información plasmada. En este elemento se debe describir las condiciones de la documentación. 20 Instrumentos de Descripción Regla: Informar sobre cualquier instrumento de descripción que puede tener el archivo como el productor de los documentos y que proporciones información relativa al contenido de la unidad de descripción. Si fuera pertinente incluir información sobre dónde obtener una copia. Ejemplos: Registro topográfico 58 Índice de correspondencia hasta 1880 Si en los archivos históricos, se cuenta con instrumentos descriptivos, como lo planteamos en las unidades anteriores, debe anotarse y si están publicados los catálogos y las guías, se deben referenciar. ÁREA DE DOCUMENTACIÓN ASOCIADA 21 Localización de documentos originales Regla: Si la unidad de descripción es una reproducción y otro archivo, organismo o individuo conserva los originales, reseñar su nombre si la información no es confidencial. Se dará también signaturas y cualquier otra información que pueda ayudar a localizar los documentos originales. Si se tiene conocimiento de que los originales no existen, se dará esta información. Ejemplo: Originales en el Archivo Nacional de Canadá en 1981 Definir la referencia cruzada, hace que el investigador tenga fundamentos para establecer líneas de investigación. Si los instrumentos descriptivos como son las Guías se hacen de forma adecuada, la referencia de otros archivos se retoma en este apartado. 22 Existencia de copias Regla: Si la unidad de descripción está disponible en otro soporte (ya será en la institución o en cualquier otro lugar), reseñarlo junto con cualquier signatura significativa y el lugar donde puede ser consultado. Ejemplo: Diario y correspondencia también disponibles en microfilm. 23 Unidades de descripción relacionadas en el Archivo Regla: Si la unidad de descripción estás formada por documentos que tienen una relación directa y significativa con otra unidad de descripción se debe indicar esta relación. Se utilizarán unos términos introductorios adecuados. Si la unidad de descripción relacionada es un instrumento de descripción usar el elemento de descripción llamado Instrumentos de Descripción parta hacer la referencia. Ejemplo: Series relacionadas: Comunicaciones internas de la Oficina del Director General 24 Documentación complementaria en otros archivos Regla: Si la documentación existente en otro archivo tiene relación con la procedencia de la unidad de descripción se debe proporcionar información sobre la documentación complementaria y el archivo. Ejemplo: Fondos de Ernest Buckler en el Archivo Público de Nueva Escocia. 59 En muchas ocasiones, los fondos que conserva un archivo (puede ser el central), son únicamente los significativos o fondos que se consideraron muy importantes. Sin embargo en sus archivos de origen es donde se encuentra documentación relacionada con el fondo. 25 Bibliografía Regla: Recoger una cita y/o información sobre una publicación que se base en el estudio, utilización y análisis de la unidad de descripción. Ejemplo: Folios 23-24 publicados en Chronicon Petriburgense, ed. T. Stapleton (1849), p.p. 176182 En los acervos, la documentación representa la fuente básica para el estudio de un tema o algún personaje; las publicaciones son las más frecuentes después de haber concluido una investigación, o de haber retomado datos de alguna fuente primaria para algún artículo. ÁREA DE NOTAS 26 Notas Regla: Recoger información adicional importante que no se puede incluir en ninguno de los elementos de descripción definidos. Lo adicional que se describa, corresponde a lo que en los instrumentos anteriores lo manejamos como observaciones o como notas adicionales. En algunos elementos de la Norma, la descripción parece repetirse o puede causar confusión, esto es porque se trata de la llamada "descripción multinivel". Te volvemos a reiterar, que es indispensable que consultes la ISAD-G y la analices, si tienes dudas o comentarios al respecto, comunícate con tu asesor. NOTA: SI TIENES LA OPORTUNIDAD DE CONSEGUIR LIBROS DE ARCHIVONOMÍA ANGLOSAJONA O NORTEAMERICANA, REVÍSALA, YA QUE SERÁ MUY IMPORTANTE PARA COMPRENDER MEJOR EL TEMA DE ESTA UNIDAD. SI DESEAS CONSEGUIR ESTE TIPO DE BIBLIOGRAFÍA CONSULTA POR LA RED, LAS LIBRERÍAS, BUSCANDO POR RECORD MANAGEMENT, ARCHIVES MANAGEMENT Y/O ADMINISTRACIÓN DE ARCHIVOS. Finalmente, esta norma de descripción no es la única con la que se ha trabajado, el CIA ha publicado por conducto del Archivo General de la Nación, la Norma Internacional sobre Encabezamientos Autorizados Archivísticos Relativos a Entidades, Personas y Familias, ISAAR (CPF). Además se trabaja en otras normas para archivos especiales, es decir para documentos de audio, de imágenes, electrónicos y otros. 60 ACTIVIDAD INTEGRADORA Visita un archivo histórico, analiza un fondo documental y de la información obtenida, valora: 1. Si se pueden aplicar todos los puntos de la norma llévalos a cabo. 2. Si no se aplican, únicamente los que consideres apropiados y los demás, analízalos y describe su poca funcionalidad. ENVÍA A TU ASESOR Lecturas recomendadas para la unidad V 1. Consejo Internacional de Archivos. Norma Internacional de Descripción de Archivos. Versión española 1994. (Se recomienda estar al tanto de las modificaciones o nuevas disposiciones que se dan cada año al celebrarse el Congreso Internacional de Archivos) 2. Consejo Internacional de Archivos. Norma Internacional sobre los Encabezamientos Autorizados Archivísticos Relativos a Entidades, Personas y Familias. A.G.N. México 1998. 3. Consejo Internacional de Archivos. Guía para la Administración de Documentos Electrónicos desde la Perspectiva Archivística. A.G.N. México 1999. 61 CONCLUSIÓN La Descripción Archivística en nuestro país y en muchos otros, presenta problemas similares. Sin embargo, a pesar de ello y de las limitantes que persisten, exigen una mayor y mejor coordinación e integración de quienes somos los profesionistas de la Archivonomía. El trabajo en equipo, la calidad con la que se desarrolle y sobre todo una mentalidad comprometida, es lo que se requiere ante este mundo cambiante y globalizado. Ante los retos y oportunidades del futuro de la Archivonomía y los Archivos, es indispensable el desarrollo y preparación constante de sus profesionistas convirtiéndose en los líderes promotores del cambio, siendo corresponsable con una sociedad informada y con una historia latente. En este sentido la elaboración y aplicación correcta de los Instrumentos Descriptivos serán el eje hacía la consolidación significativa del cambio de paradigma que aún se tiene en y de los archivos. De esta forma, podemos asegurar que el destino de los acervos históricos estará en buenas manos y que la historia no se repetirá como sucede, perdiéndose una y otra vez poco a poco parte de nuestro pasado. Para finalizar esta GUÍA, te invitamos a que seas de los Profesionistas Líderes de la Archivonomía, construyendo desde ahora, un futuro deseado. 62 ANEXO 1 EVALUACIÓN DEL CURSO Completa el siguiente texto con las palabras que a continuación se enuncian, (algunas se repiten). piezas documentales series documentales conocer el acervo investigación Documental criterios Archivísticos Rescates documentales fondo secciones la isad-g descriptivos la guía el inventario Volumen Homogenización Guías Principales el índice Expedientes el censo Secundarios Catálogos el registro inventarios el catálogo archivo período histórica CIA fechas instrumentos Los instrumentos ___________ son utilizados para __________________ porque dentro de ellos existe gran cantidad de información __________ útil para una _____________. Sabemos que los instrumentos descriptivos se dividen en: ________________ y ________________. Los ____________ son: __________, ____________, ____________ y ____________. Los ____________ son: __________, ____________ y ___________. Los ____________ documentales, entre sus funciones principales, está la descripción de las _____________________, es decir, documentación en su conjunto. Los ___________ describen unidades como son: ________________ y ________________. Las __________ describen fondos de un archivo, dentro de sus elementos, el que describe la cantidad se le llama _____________ y es muy importante para conocer la dimensión del ___________ descrito. _____________ contempla ciertos elementos para la ________________ de ___________________________ a nivel internacional, con la finalidad de que los países miembros del Consejo se entrelacen en un mismo idioma archivístico. Responde las siguientes preguntas, de acuerdo a lo leído en la guía y en las lecturas recomendadas. 1. ¿Por qué es importante la legislación aplicada a los archivos y/o documentos electrónicos-? 2. De acuerdo con T. H. Shellenberg, ¿cuál es la razón para que en un inventario, la documentación se analice en su conjunto? 3. ¿Qué es lo que menciona Antonia Heredia en cuanto a los catálogos y su funcionalidad? 63 4. Elabora un ejemplo ficticio de un fondo documental, aplicando los elementos de la Guía. 5. Elabora 20 propuestas fundamentadas para la Descripción Archivística del archivo histórico en donde trabajas o hayas visitado durante el desarrollo de la Guía. En este trabajo deberás anotar: a) tus datos personales y el puesto que desempeñas b) los datos del archivo, incluyendo el nombre y el puesto de la persona al cual dirigirás la propuesta. En el siguiente conjunto de enunciados marca con una V si es verdadero y con la F si es falso. 1. Shellenberg dice que los inventarios deben describir a las series documentales en su conjunto_____. 2. Los catálogos son instrumentos de control para los Archivónomos______. 3. Los índices, registros y censos, son instrumentos auxiliares de descripción______. 4. Los 23 puntos de la Norma Internacional son indispensables para la identificación de fondos documentales______. 5. Los censos identifican el total de archivos de una región o país_____. 6. El nivel de descripción se refiere a análisis de la documentación a describir_____. ENVÍA A TU ASESOR 64 BIBLIOGRAFÍA 1. Archivo General de la Nación., VII Congreso Nacional de Archivos. A.G.N. México 1996. 2. Consejo Internacional de Archivos. Actas del Seminario sobre Normas Internacionales para la Descripción Archivística, México 1994. 3. Consejo Internacional de Archivos. Norma Internacional de Descripción Archivística. España 1994. 4. Consejo Internacional de Archivos. Norma Internacional sobre los Encabezamientos Autorizados Archivísticos Relativos a Entidades, Personas y Familias. A.G.N. México 1998. 5. Consejo Internacional de Archivos. Guía para la Administración de Documentos Electrónicos desde la Perspectiva Archivística. A.G.N. México 1999. 6. Cook, Michael. Manual of Archival Description. Gower Publishing co. 2ª ed. Great Britain 1993. 7. Cortés Alonso, Vicenta. Auxiliares descriptivos. Cortés Alonso. 1981. 8. Cruz Mundet José Ramón. Manual de Archivística. Fundación Germán Sánchez. Ediciones Pirámide. 2ª ed. Madrid 1996. 9. Efren Sigel, et. al. Libros Bibliotecas y Electrónica. Ed. Edamex. México 1994. 10. Fredic M. Miller. Ordenación y Descripción de Archivos y Manuscritos. Oea. The Society of American Archivist. Washington D.C. 1994. 11. Hawort Kent. Normalización de la Descripción Archivística en la Era Informática. XII Congreso Internacional de Archivos. CIA. Montreal 1992. 12. Heredia Herrera, Antonia. Manual de instrumentos de Descripción Archivística. Excma. Diputación Provisional de Sevilla 1982. 13. Heredia Herrera, Antonia. Archivística General: Teoría y Práctica. España 1988. 14. Mendoza Gunnar. Problemas de descripción y ordenación en América Latina. Córdoba, Escuela de Archiveros. 1978. 15. Shellenberg T. R. Técnicas Descriptivas de Archivos. Córdoba 1961. 65 APARTADO DE LECTURAS 66 PRESENTACION. Las lecturas que forman la presente Guía han sido seleccionadas para apoyar tu aprendizaje cubriendo los temas que se desarrollan en la Guía de Auto aprendizaje cubriendo los temas que se desarrollan el la Guía de Autoaprendizaje. Por lo que se han ordenado siguiendo la secuencia del programa. Encontraras textos de autoridades en la materia que te permitirá ampliar tu formación así como materiales elaboradas por instituciones de gran prestigio en los ámbitos nacional e internacional. En algunas actividades de aprendizaje se te solicita la lectura de un texto determinado, pero en la mayoría de los temas la lectura es una actividad complementaria, lo que de ninguna manera significa una actividad opcional, por el contrario, indica la importancia de su realización para la integración cabal del aprendizaje, para complementarlo. Para su mejor aprovechamiento es recomendable que elabores fichas de resumen de cada texto y que anotes tus comentarios personales sobre el tema. Con ello aumentara tanto tu retención del tema como su comprensión del tema como su compresión, además de ejercitarte en la emisión de opiniones argumentadas, lo que redunda en un aprendizaje significativo. El conjunto de tus fichas de resumen y sus comentarios te permitirán la preparación de trabajos para otras asignaturas y te dará material para tu participación en foros de discusión, conferencias o encuentros entre estudiantes de la especialidad. Te deseo éxito en tus actividades. Atentamente Daniel Martínez Bonilla 67 ÍNDICE DE LECTURAS Heredia H. Antonia. Archivística General, Teoría y Práctica. España 1988.p.p. 296-317 69 Schellemberg T.R. Técnicas Descriptivas de Archivos. Córdoba 1961.Capítulo V La preparación de índices y catálogos. 80 Heredia H. Antonia. Archivística General, Teoría y Práctica. España 1988. Capítulo 15. Otros instrumentos de descripción. 89 Archivo General de la Nación. Memoria del VII Congreso Nacional de Archivos. México, 1996.p.p.111-116. (*) Los instrumentos de descripción archivística y su aplicación en el Archivo Histórico del Estado de México 103 Hodson J.H The Administration of Archives. Great Britain 1972.p.p.119-135(*) The arrangement and description of archives. 109 Cruz Mundet José R. Manual de Archivistita. 2a .ed Madrid 1996.p.p.299-312. (*) Los archivos y las nuevas tecnologías. 118 Consejo Internacional de Archivos. Guía para la Administración de Documentos Electrónicos desde la Perspectiva Archivistita A.G.N. México 1999.p.p.31-46(*) Capítulo 2 Documentos y Archivos en el área electrónica: conceptos esenciales. 127 Cruz Mundet José R. Manuel de Archivística. 2a .ed Madrid 1996.p.p.276-282. (*) 4.2 Los inventarios Antonia. Heredia. Archivistita, Teoría y Práctica. p .p 357-389. (*) Capítulo 14 Catálogos 137 141 Schellemberg. Th. Técnicas Descriptivas de Archivos .p.p 117-141. (*) II. Catálogos 158 Antonia Heredia. Archivistita General, Teoría y Práctica p.p 319-329. (*) Capítulo 12 Las guías 172 Consejo Internacional de Archivos. Norma Internacional de Descripción de Archivos. Versión española 1994. (*) 177 68 ARCHIVÍSTICA GENERAL, TEORÍA Y PRÁCTICA. CAPITULO11 los identifiquen) y que permitirán y facilitaran la comunicación (consulta y recuperación). 1.-Conceptos generales: análisis y descripción archivistita. Instrumentos de descripción. La descripción es el puente que comunica el documento de los usuarios. En la cabeza del puente está el archivero que realiza una tarea de análisis que supone identificación, lectura, resumen e indización que trasmite al usuario para que este inicie la recuperación en sentido inverso a partir de los índices. Siguiendo el esquema básico de una programación archivística indicando en el capitulo 7, llegamos a la etapa de servir la documentación. Hay que tener presente que hoy el profesional de archivos está obligado no solo a servir y entregar para su consulta el documento o expediente que se le solicite y que el guarda y conserva, sino que ha de facilitar y difundir los medios para su conocimiento y su acceso y aquellos no son otros que los instrumentos que ha de elaborar con esa finalidad. Ha sido Theodore Schellenberg1 quien ha designado con el término <<descripción>> esa tarea específica que engloba las diversas y variadas actividades del archivero para elaborar los instrumentos que facilitan el acceso a los fondos en general y a los documentos en particular. La descripción documental comprende no solo el análisis de los documentos: de sus tipos, tanto diplomáticos como jurídicos, de su contenido, del lugar y fecha de su redacción y de sus caracteres externos, sino también los datos para su localización. La descripción es necesaria tanto en un archivo administrativo como en un archivo histórico, aunque su práctica pueda presentar algunas variantes. La descripción, en definitiva, es el medio utilizado por el archivero para obtener la información contenida en los documentos y facilitarla a los usuarios. Resulta curiosa la falta de definición en los Manuales más divulgados (Francia, Canadá, Italia). Los productos inmediatos de la descripción suelen ser las fichas de inventario o de catálogo, los asientos de índices e incluso los cuadros de clasificación en los que están identificadas y localizadas las series; los productos definitivos son los instrumentos de descripción destinados a facilitar el acceso documental en una gama que va desde una amplia extrema (archivo, fondo) al detalle de la pieza. La palabra descripción, en términos amplios, es la numeración de las cualidades y elementos fundamentales de una persona o de un objeto, de tal forma que la persona que la efectúa pone en conocimiento de otros los rasgos determinantes que identifican lo que describe2. La descripción es el análisis realizado por el archivero sobre los fondos y los documentos de archivos gravados natural o artificialmente, a fin de sintetizar y condensar la información en ellos contenida para ofrecerla a los interesados. Equivale a dar al documento de archivos o sus agrupaciones sus señas de identidad, aquellos rasgos que los definen con precisión (eligiendo los elementos que mejor Los instrumentos de descripción son las representaciones de los documentos o de sus agrupaciones, por cuanto los transforman mediante una forma distinta de la original. 1 El análisis aplicado a los documentos de archivo ha de hacerse con objetividad para respetar su naturaleza que ofrece esa nota substancial. Asepsia la llaman algunos. La Lo que no podrá considerarse nunca como descripción es la reproducción documental, a no ser que ésta esté acompañada de los signos mínimos de identificación. Técnicas descriptivas de archivos. Córdova, 1961, pág. 1 2 TANODI. Aurelio: Descripción y catalogación. PNUD. Capacitación a distancia, Santiago de Chile, 1981-82, pág. 3. 69 valoración, la interpretación corresponderá a los usuarios. Nosotros nos limitaremos a representar, condenando o sustituyendo los más fielmente posible. Tanodi: <<Ordenados bien o mal los archivos son prácticamente incontrolables e inaccesibles o de consulta sumamente difícil, sino cuentan con auxiliares de control de consulta e investigación >>5. Para conseguirlo la descripción ha de ser: Exacta, en cuanto los documentos no son algo impreciso, sino testimonios únicos y concretos. La descripción que es análisis documental no puede tomarse como una tarea genérica para archiveros, bibliotecarios y documentalistas. Es una manera de hacer concreta que exige una denominación específica y un método también especializado, diferente, porque Diferentes son los archivos de los libros y de los denominados <<documentos científicos >>. (vid. CAPIT.5). Suficiente para la unidad que se está informando (archivo, fondo, serie o documento), sin ofrecer mas de los necesario, por exceso o por defecto. Oportuna en cuanto ha de reflejar una programación que marque una jerarquía de información3. Su definición podría ser: el proceso de análisis de los documentos de archivo o de sus agrupaciones materializados en representaciones que permitan su identificación y localización y la recuperación de su información para la gestión o la investigación. La obtención de datos por el archivero para elaborar un producto de información no es una <<explotación>> de los documentos en beneficio propio, como ser la del historiador, si no que esta labor está encaminada a dar a conocer la información indispensable a quien la solicita. Ya hemos dicho que la descripción no puede considerarse como algo aislado, sino en estrecha relación con la organización. De ahí su paralelismo. La descripción está condicionada por los diferentes niveles de información que ofrecen los documentos agrupados de una forma natural y que darán respuesta alas necesidades de los usuarios. La descripción persigue dos objetivos: dar información a los demás y facilitar el control del archivero. Considera Duchein esta operación fundamental de la Archivística. parte << Sin una descripción adecuada, los archivos son como una ciudad desconocida sin plano como el cofre de un tesoro sin llave, aun peor: lo mismo que un viajero con mapa inexacto corre el riesgo de extraviarse, así un instrumento de descripción erróneo o imperfecto puede engañar gravemente al investigador, sea por falsa interpretación de otros datos, sea por falta de informaciones referentes al origen y ala historia de los documentos>> 4 Estos niveles (3 y 1 auxiliar) están determinados por las agrupaciones documentales. Cada nivel de descripción al materializarse en un instrumento exige un nombre específico (guía, inventario, catálogo, índice). En esta misma línea se pronuncia el profesor 2. Planificación descriptiva 6 Ya veremos como la existencia de esos niveles supone la jerarquización que habrá de reflejarse en la elaboración de cualquier programa descriptivo. 5 TANODI Aurelio : inventario, catálogos e índices CIDA, Córdoba, 1978, Pág. 6. 3 Cfr. Cortes Alonso Vicenta: la información de archivos IV Congreso ANABAD, Cáceres, 1985, <<boletín de ANABAD>>,Madrid, XXXVI, 1-2 4 Prólogo a la obra: Manual de instrumentos de descripción documental, Ob. Cit. 6 HERENDIDA HERRERA ANTONIA: planificación de los instrumentos de trabajo en los archivos <<Boletín interamericano de archivos>>, Vol. VII 70 inciden de una manera especial sobre la conservación: el manejo masivo de los fondos y la conveniencia de acrecentar los instrumentos de descripción para atender a las demandas actuales de la investigación y solucionar en gran medida la durabilidad de las fuentes. 2.1Desproporción entre demanda y servicio de la información. En la actualidad muchos de nuestros archivos has sufrido la avalancha del crecimiento demográfico de los investigadores, como consecuencia del aumento progresivo de la población universitaria en las Facultades de Humanidades y de las crecientes necesidades científicas7, a la vez que están sometidos al aumento de la gestión de las instituciones productoras que exigen una información pronta y adecuada. En cuanto a las cifras de asistencia y su incremento en estos últimos años, son elocuentes las listas publicadas en las <<Guías de los investigadores en los archivos españoles. Rama de Humanidades>> para los años 1974 a 1977. Cada persona de las allí relacionadas tiene abierto un expediente en un determinado centro y ha consultado sus documentos. Lo que no nos informan estas gulas es del movimiento de estos últimos. En este sentido, las memorias de cada uno de los archivos y los datos que facilitan hablan por si solas acerca de su crecimiento en proporciones geométricas9. Lo que ni unas ni otras nos detectan es el índice que nos dé la proporción en que cada unidad archivística o de instalación deteriora su estado físico por la utilización de aquellos usuarios. Ese acceso masivo a las fuentes documentales incide sobre dichos centros con signos muy diversos y plantea problemas a los que hay que hacer frente. Se han multiplicado las tareas administrativas que lleva aparejada esa asistencia que, aunque inevitables y necesarias, merman las funciones técnicas de los archiveros. Han crecido las gestiones de control y vigilancia, ha aumentado en tal proporción el movimiento de legajos y la utilización de su contenido que ha de temerse por su conservación. Pero estas mayores necesidades no se han visto compensadas ni mucho menos con la ampliación de plantillas que ayuden a remediar tales cuestiones8. Existen, además, determinadas circunstancias en algunos asistentes habituales que pueden acentuar las notas negativas por lo que se refiere a la conservación10. Hay un numero crecido de alumnos universitarios investigadores ocasionales- que acuden a los archivos con el único fin de aprobar una asignatura para la que es preceptivo hacer prácticas sobre documentos de nuestros depósitos. Su meta no está en la investigación y su paso por las salas de trabajo es obligado y de mero trámite. El manejo de algo, tan insustituible como son las piezas documentales, por personas no preparadas para ello, creo que hay que tenerlo en cuenta. Habrá que buscar soluciones porque tampoco se puede negar a esos investigadores en ciernes el manejo de la documentación, y aquéllas pueden estar en el microfilm o la fotocopia. Actualmente hay series dentro de Siendo todos estos problemas importantísimos, quiero insistir en los que Córdoba, Argentina, 1980, pags87-91 y <<boletín del Archivo General de la nación >>, VOL LXXI N os 240-241, Caracas, enero- diciembre, 1981, pags813. 7 En España los usuarios que han obtenido servicio de los archivos del Estado han alcanzado la cifra de 111.735 en 1974, lo que supone 14.817 más que en 1973. En 1975 la cifra ha llegado ha 116.636, o sea 4.901 más que en 1974. Cfr. CORTEZ ALONSO. VICENTA: Los Archivos Dependientes de la Dirección General del Patrimonio Artístico y Cultural, 1974 y 1975. <<Boletín de Archivos>>, no 1, Madrid, enero- abril, 1979, Págs. 45-90 Vid. Tb. De la misma autora: Notas sobre la investigación en el A.G.I <<Archivo Hispalense>>.LXVIII, nos207-208, Sevilla, 1985, págs. 197-221. 8 CORTES ALONSO. Vicenta: Función de los archivos y recursos humanos, Revista de Educación, n.° 235, 1974. págs. 72-83. 9 CORTES ALONSO. Vicenta: Los Archivos dependientes... Ob. cit 10 HEREDIA HERRERA, Antonia: Un peligro para la conservación: el acceso masivo a los fondos documentales, <<Boletín de Archivos>>, n.° 4, Madrid, 1980. 71 descripción son los documentos o sus agrupaciones. Con esas agrupaciones, que ya tratamos de dejar identificadas, se pueden establecer tres apartados: algunas secciones facticias (pergaminos, mapas, estampas, pianos) que se sirven habitualmente para su manejo en forma de reproducciones aunque la consulta del original no esté descartada para comprobaciones. 1º Archivo, fondo, sección de fondo, sección histórica de archivo. 2º Series documentales. 3º Piezas singulares, unidades archivísticas. Aparte de aquellos casos, es innegable que la utilización reiterada de los fondos por los profesionales de la investigación ha de incidir en su conservación. El facilitar el acceso a estos documentos mediante un mayor y efectivo número de instrumentos, cubrirá un doble objetivo: abreviar la tarea del investigador, reduciéndole las búsquedas y localizaciones largas e infructuosas que machaquen las piezas documentales y, como consecuencia, evitar o, al menos, disminuir su deterioro. Estos tres apartados obedecen a una escala jerárquica, de mayor a menor, en las que cada una de las agrupaciones está contemplada por su personalidad plena. Hemos excluido en este caso a las secciones documentales por entender que éstas son subdivisiones de un fondo, de una sección de fondo o de una sección de archivo. Estamos todavía lejos, para la mayoría de los archivos, de salas de investigación sin papel donde la consulta se haga solo a través de pantallas. La descripción aplicada a cada uno de estos tres apartados determinará un nivel de profundidad en el análisis en relación con la naturaleza de las agrupaciones que se describen. Así describiremos en el primer caso, un archivo, un fondo, etc.; en el segundo, cada una de las series que integran cualquier fondo, sección de fondo o sección de archivo y para el tercero, los documentos simples o compuestos. Si la organización tiene una relación directa con la conservación no lo es menos la que tiene en esto la descripción en cuanto que de una correcta planificación descriptiva se eliminará, como hemos visto, la consulta innecesaria y el manejo inútil de muchos legajos por los investigadores que podrán ir directamente a la noticia que les interesa consiguiéndose para ellos un ahorro notable de horas de trabajo. Estos niveles, además responden. A las diferentes necesidades de información de los usuarios. Veamos: 2.2. Niveles de descripción v paralelismo con las agrupaciones documentales y los instrumentos de descripción. - No nos vamos a referir a niveles administrativos o políticos que entrarían de lleno en lo que seria una Administración de Archivos. Ahora nos interesa centrarnos en los niveles que exige cualquier programación descriptiva para cualquier archivo, sea cual sea el ámbito administrativo. - Alguien puede necesitar conocer en qué archivos españoles hay fondos con documentos americanistas. Pueden interesarle las disposiciones de la corona española para México en la primera mitad del XVI. Le conviene localizar el titulo del virrey Antonio de Mendoza. Solo desea saber si hay documentación sobre la pólvora. Es claro que la información demandada es mucho más amplia, más general y panorámica en el primer caso que en los otros. La necesidad en el primer caso se satisfará a partir de una guía de los Archivos españoles o de las Gulas de cada uno de ellos, en el segundo con un inventario de la Audiencia de Estos niveles guardan una relación estrecha con las agrupaciones documentales de las que nos ocupamos en el capítulo 4, estableciéndose un paralelismo entre ambos. Esta relación no es otra cosa que la consecuencia de que el objeto de la 72 México, en el tercero con un Catálogo de los cedularios novo hispanos y en el cuarto con un índice incorporado a un banco de datos. El resultado de la descripción se materializará en unos instrumentos específicos, paralelos a dichas agrupaciones, quedando así establecida la equivalencia entre niveles de descripción, agrupaciones documentales e instrumentos de descripción. Nivel I II III IV Agrupaciones documentales Instrumentos de descripción Archivo Guías Fondo Sección de fondo Sección de archivo Series documentales inventario Piezas singulares Catálogo Unidades archivísticas Existe hoy una tendencia a incluir como resultado de la descripción en el primer nivel los cuadros de clasificación de cada una de las agrupaciones documentales que están integradas en dicho nivel, estimándolos como otros instrumentos de descripción, por cuanto pueden ser elaborados con independencia de las gulas, aunque cuando éstas se confeccionen hayan de ser incluidos en ellas. Ya veremos cómo también guardan una relación estrecha con los inventarios a los que hay que añadir, hasta el extremo que los cuadros de clasificación como introducción a cualquier inventario vienen a convertirse en la condensación de éstos. De entrada he fijado el orden de los niveles de descripción de mayor a menor, aunque pudiera estimarse que podía establecerse a la inversa por cuanto algunos cuando hablan de agrupaciones documentales van de lo singular a lo global. índice El orden no puede ser arbitrario. Importa y es necesario determinarlo, por cuanto de dicho orden partirá el establecimiento jerárquico de cualquier programación descriptiva. Me parece equivocado establecer el primer nivel de descripción a partir del documento, materializado en un catálogo. Llevamos mucho insistiendo en que hay que ir de lo general a lo particular, ofreciendo una visión de conjunto para descender luego. El catálogo es el estadio final de la descripción y por tanto estará en el tercer nivel. No podemos dejar de plantearnos que para los archiveros el objeto inmediato es el archivo, el mediato, los documentos. Internacionalmente hay una, aceptación generalizada de estos tres niveles. Sin embargo no suelen ser tan consensuadas ni la estimación de las agrupaciones documentales, como ya vimos al hablar de la terminología, ni, sobre todo, la materialización de los instrumentos que suelen multiplicarse, al menos por lo que se refiere a las denominaciones11 Tampoco entre nosotros existe una adecuación total con lo expuesto. Existe un cuarto nivel, que más que describir identifica y localiza, que yo estimo auxiliar por la dependencia que guarda con esos tres instrumentos esenciales y que su única razón de ser es la recuperación de información contenida en cualesquiera de ellos. 2.3. Los índices no guardan relación con las agrupaciones documentales, sino con los instrumentos resultados de la descripción y no son diferentes para unos y para otros. Plan de descripción. La promoción y aumento de actividades investigadoras y de gestión, pues no corren paralelas al ofrecimiento de los instrumentos de descripción por parte de los archiveros. Existe una desproporción entre unas y otros. Se hace inevitable una programación descriptiva a nivel nacional, a nivel autonómico y a nivel de centros para salvar esta situación. 11 Así quedó patente en el Coloquio Internacional de archivística sobre Descripción, San Sebastián (junio 1990). Francia quizá sea la que ofrezca mayor multiplicación terminológica. Cfr. HEREDIA HERRERA, Antonia: La descripción documental: estado de la cuestión (en prensa), No podemos ignorar que están publicados o elaborados, sin editar, muchos catálogos, obras analíticas y minuciosas, resultado del 73 tener inventariado correctamente el fondo, en la línea de la normalización. trabajo personal de muchos años de trabajo que son elementos indispensables para determinados historiadores que hayan escogido precisamente la parcela de que sean objeto aquellos libros. Pero esas obras de años, frente al servicio más generalizado de información que tenemos la obligación de ofrecer. Habrá que dejarlas para más adelante. Hasta ahora nos estamos refiriendo a la documentación histórica, es decir aquélla que no tiene otra finalidad que la de servir de fuentes de investigación. Pero hemos de ocuparnos también de la documentación reciente y actual, cuyo aumento es cada día mayor, en razón de La magnitud burocrática de hoy. Su numero es tal que de no tenerla bien descrita, su conservación meramente física resultará inútil Parece contradictorio que hoy que tanto se valora la productividad, se pierdan horas y horas en las instituciones tratando de localizar antecedentes y datos para resolver y tramitar expedientes. La descripción adecuada de ese gran volumen documental ahorraría esfuerzo y facilitaría la gestión de tal manera que la Administración sería más eficaz y los administrados estarían mejor servidos. Hay, en esta línea, que estudiar los problemas y necesidades de cada centro y planificar la descripción en etapas sucesivas, para no pasar a la siguiente sin haber cubierto la anterior. Perogrullescamente hay que empezar por el principio: por las guías y por los inventarios y por último los catálogos. Ante esto se puede objetar que en la mayoría de los centros, refiriéndome a los servidos por archiveros, están realizados los inventarios de casi todos sus fondos. Pero, ¿responden estos inventarios a una concepción archivística actual y a las exigencias de hoy? Y en segundo lugar, ¿están redactadas las guías e inventarios suficientes? Se ha dicho en alguna ocasión instrumentos para qué usuarios? ¿qué Para el primero y segundo nivel no cabe la pregunta porque tanto la Guía como el inventario se plantean como inevitables. Los criterios de actuación han de ser contundentes. No es posible eludir como tarea prioritaria para ningún fondo la confección del inventario, sea cual sea el valor de sus documentos. La única opción a este nivel será en el caso de un archivo con varios fondos determinar por cuál se empieza primero. Así en un archivo municipal habrá irremisiblemente que iniciar la inventariación por el fondo municipal, dejando para más adelante, por ejemplo, los protocolos notariales o las colecciones en él depositadas. No podrá seguirse adelante si para cada uno de los fondos o de las secciones de fondo de un archivo no están confeccionadas sus guías y, revisados y actualizados los inventarios. No quiere decir esto que los inventarios antiguos, que hasta ahora han sido elementos de trabajo indispensables para los investigadores y archiveros, hayan de ser arrinconados v eliminados. Hemos de partir de ellos, pero rectificándolos y mejorándolos. Así, habremos de cambiar descripciones erróneas de series o de legajos, o descripciones incompletas por falta de datos precisos mínimos como pueden ser los de la tipología y tradición documentales. El autor y el destinatario, o descripciones incorrectas por no coincidir con la realidad de las fechas extremas. Habrá que unificar las descripciones de las series homogéneas. Habrá que hacer índices sobre las descripciones correctas y reformadas. Todo ello respetando la actual ordenación y numeración de las unidades de instalación. En este segundo nivel de descripción, por obligatorio, no tiene cabida la participación del usuario. En el tercer nivel, el correspondiente a la catalogación, si entran en juego determinados criterios de actuación por cuanto la catalogación no es obligatoria y sólo se planteará su conveniencia según los casos. Estos criterios afectan al valor de los documentos, a su volumen y a los intereses de los usuarios cuya demanda estará marcada No resultaría ajustada a una planificación descriptiva iniciar tareas de mecanización sin 74 solo dependerá del interés informativo de las mismas y de su demanda. por las corrientes historiográficas. Solo en este nivel cabría plantearse La incidencia de los usuarios y establecer prioridades. Por lo tanto, una planificación descriptiva en cada centro necesitará en primer lugar de la elaboración de un inventario por cada uno de los fondos documentales, completado con una guía, después la redacción de los catálogos de las series que, tras su valoración, se estimen dignas de aquéllos, ya que existen series cuya descripción puede acabar en la inventariación y no precisan de una particularización mayor. Una serie de memoriales o de peticiones es probable que no hayan de catalogarse, en todo caso será suficiente un listado de los nombres de los peticionarios. En este tercer nivel hay otro factor a tener en cuenta: los altos costos que conlleva describirlos. En cuanto al orden de importancia, como tendremos ocasión de ver, no hay diferencia entre ellos, lo que si de preferencia jerárquica del primero respecto del segundo, en cuanto a la elaboración y establecimiento de un programa descriptivo. Sin embargo, la mayoría de los archiveros —me incluyo entre ellos— hemos iniciado nuestras tareas técnicas por los Catálogos o en todo caso hemos visto en ellos nuestra culminación profesional. Pocos han empezado por los inventarios, por considerarlos quizá tarea de menor categoría. De hecho hemos contado con los existentes de antiguo, sin detenernos siquiera a considerar si éstos gozaban de la calidad de tales. No nos hemos parado a analizar su función primordial como instrumentos primeros y principales del quehacer del archivero y si respondían a una normativa adecuada de elaboración, de ahí el gran número de Variantes que los autores les dan (analíticos, esquemáticos, sumarios, de resúmenes, etc.). En adelante no podremos limitarnos a ofrecer y enumerar las características de unos inventarios o de unos Catálogos existentes, pero que no son tales. La elaboración de los catálogos exigirá también una jerarquía que ira desde las series con información de interés más general (disposiciones, reglamentos, por ejemplo) que, lógicamente, son las de mayor demanda a las de interés más concreto (expedientes de confirmación de encomiendas, expedientes de concesión de naturalezas). El planteamiento para archivos organizados e inventariados de antiguo, será algo diferente porque no podremos empezar de cero. La reclasificación y la reinventariación serán los objetivos de la primera etapa, en cada fondo, que podrán cubrirse en un espacio de tiempo asequible y en muchos casos bastante corto. Luego vendrá la segunda "etapa, mucho más lenta, pero que no deberá iniciarse sin haber cumplimentado la primera, en todos y cada uno de los fondos. La reordenación de las series, el vaciado de datos y confección de listas para la mecanización y la redacción de catálogos para series específicas, por su importancia, serán a grandes rasgos los objetivos a llevar a cabo en este segundo momento. 2.4. Estadios o etapas en un plan de descripción. La descripción en cualquier archivo, los más, los menos consultados, comprende dos estadios que han de programarse sucesivamente: La inventariación tras la clasificación de cualquier fondo y la catalogación, después de La ordenación de las series. Nunca la descripción de colecciones se hará en primer lugar. Cada fondo precisa de un inventario que refleje la totalidad de su conjunto documental. En cuanto a las series que integran dicho fondo aunque cada una de ellas sea conveniente ordenarlas y sean susceptibles de catalogarse no por ello requerirán obligatoriamente la confección de un catálogo, cuya necesidad Es importante, sobre todo en el caso de archivos en formación es el caso de los archivos generales de las Autonomía la adscripción de los conjuntos documentales a fondo o sección de fondo, al existir dentro de 75 las Direcciones Generales, Patronatos y entidades con autonomía que podrán considerarse secciones de fondo y para las que habrá que aplicar una planificación descriptiva independiente y completa. 2.5. De ninguna manera podemos contentarnos con el uso restringido que supone una copia mecanográfica de un inventario, existente solo en el centro, o con los ficheros de un catálogo. Desgraciadamente gran parte de los instrumentos de nuestros archivos, incluidos los generales, tienen esta limitación y no podemos olvidar las palabras que hace años escribiera D. Antonio Rodríguez Moñino afirmando que los archivos públicos no cumplen su misión si se limitan a conservar celosamente sus fondos o a confeccionar ficheros, sino que es <<absolutamente inexcusable que se impriman los catálogos13 que se elaboren>>. Difusión y publicación. Una planificación descriptiva no estará completa si no se difunden los resultados obtenidos mediante los instrumentos elaborados a través de un plan editorial conveniente y suficiente. La conveniencia estará sustentada sobre la jerarquía inherente a la programación descriptiva. No sería conveniente la edición de un catálogo de correspondencia de un virrey del Perú o de los privilegios concedidos a un determinado hospital, sin estar editado el inventario de la Audiencia de Lima o el del mencionado hospital. La suficiencia vendrá determinada por el conocimiento de la amplitud de la tirada en virtud de la demanda, de su distribución y por la elección de un formato y composición adecuados que favorezcan el inmediato acceso a la información. No hay nada más ingrato para el que los utiliza que un inventario o catálogo confuso de exposición y formato. En este sentido se pronuncia Vicenta Cortés cuando nos dice que la descripción para ser realmente provechosa ha de publicarse. Ahora bien, con ser necesaria la publicación de los instrumentos de descripción no es esta condición esencial de su naturaleza. Digo esto frente a los que sostienen y consideran solo como tales a los editados Existen algunos manuscritos que esperan la imprenta por dificultades presupuestarias y que revisten todas las características de los mismos aunque no dispongan de una difusión más amplia, que seria lo conveniente. Este complemento editorial es de tal manera necesario que está comprobado que el mayor número de consultantes de una sección en un archivo puede depender de los instrumentos que sobre ella estén elaborados y que faciliten su conocimiento, su acceso y su control12 3. Problemas terminológicos de los instrumentos de descripción. Resumiendo podemos decir que una planificación descriptiva: Como en tantas ocasiones la falta de precisión terminológica vuelve a plantearse, ahora, incluso, con más intensidad. a) Es sintomática de una buena organización. b) Ayuda a la conservación de los fondos. c) Facilita el acceso a los documentos. d) Favorece el control por parte del archivero. e) Ahorra horas de trabajo al investigador v le ayuda en su investigación. f) Reduce el desnivel entre la demanda de los investigadores y el ofrecimiento de los archiveros. g) Agiliza la gestión de la institución productora. Los términos <descripción> e <instrumentos de descripción> no están aceptados con carácter general. Más el primero que el segundo. Del mismo modo que al hablar de clasificación y ordenación veamos como un sector profesional tomaba como una sola la operación denominada ordenación en la que se incluía la 13 RODRÍGUEZ MOÑINO. A: Introducción al Catálogo de memoriales presentados al Consejo de Indias, 1953. 12 CORTÉS ALONSO, Vicenta: Notas sobre la investigación... Ob. cit. nota 8. 76 clasificación, ahora hay otro sector que ha identificado o ha polarizado a la descripción en torno a la catalogación, hasta tomar a ésta como sinónima de descripción. Craso error no desterrado14 <<instrumentos de trabajo>> e <instrumentos archivísticos>> o de archivo resultan muy amplias al poder incluir, por ejemplo, la lámpara de cuarzo o la lectura de microfilm en la primera acepción y en la segunda, tanto un directorio de archiveros, como un inventario de edificios y solares disponibles para archivos; la designación de instrumentos de investigación reduce el campo a los archivos históricos, ya que en los administrativos existiendo también necesariamente instrumentos elaborados por el archivero no suelen utilizarse con fines de investigación, sino de gestión; la denominación de <<auxiliares descriptivos>> quizá minimice su verdadero valor; la de <<instrumentos de información>>18 al estar el término información muy ligado genéricamente a las Ciencias de la Información y en especial al mundo periodístico y de los medios de comunicación social, quizá desvirtué su exacta significación; la denominación de <<instruments de recherche>> aceptada por los franceses19 con el significado de búsqueda o localización tampoco se identifica con la de <<Instrumentos de descripción>> por la que yo me inclino, si aceptamos el término descripción como tarea específica del archivero y como concepto que abarca la actividad de hacer posible el conocimiento y localización de los documentos tras haberlos identificado, después de enumerar sus caracteres externos e internos. Me he pronunciado en más de una ocasión15 por la aceptación sin reservas del término descripción para identificar nuestra forma específica de análisis de los documentos de archivo. Si nos fijamos, el uso del término a secas por los documentalistas se hace de forma genérica, de la misma manera que cuando nosotros utilizamos el término análisis. Pero si quieren precisar hablan de descripción bibliográfica, que nada tiene que ver con nuestra, descripción archivística. En cuanto a los instrumentos cuyo fin es la descripción, reciben variadas denominaciones genéricas: de <<catálogos>> por los norteamericanos; de <auxiliares descriptivos> por la Escuela de Archiveros de Córdoba (Argentina); de <instrumentos de localización>, <<de información>> <<de descripción>>, <<de trabajo>> o <<de consulta> en España de <<instrumentos de investigación>>16 en algunos trabajos de la UNESCO, no faltando otras designaciones como las de <<instrumentos archivísticos>> o <instrumentos de divulgación del material de archivo>>17. Los canadienses utilizan dos voces: de recuperación en los archivos corrientes, de investigación en los históricos. Me atrevo a manifestar mi opinión ante tal variedad nominativa. El término <<catálogo>> queda, según mi criterio, totalmente descartado, al poder ser precisado y delimitado frente al inventario y a la guía; las variantes de Los instrumentos de descripción deben ser tomados como resultado de una operación de análisis específico de los documentos de archivo o de sus agrupaciones. La problemática particular de la terminología por lo que respecta a los instrumentos, quedó expuesta, después del V Congreso Internacional de Archivos, celebrado en Brúcelas, cuando Carmen Crespo apuntaba su sorpresa al constatar que no existía un criterio fijo para precisar lo que era una guía, un inventario y un catálogo. La falta de fijeza de conceptos, ha Llevado a muchos a enumerar los instrumentos archivísticos en este orden: catálogos, guías, índices e inventarios, 14 Cfr. Mayaus, Antoni; Prades, Isidre; L’ensenyament de l’Arxivistica, <<LLIGALL>>, 1988, pág. 186. 15 Heredia Herrera, Antonia: La descripción documental: estado de la cuestión. <<Actas del I Coloquio Internacional de Archivística>>. San Sebastián, 1990 (en prensa). 16 Así figura en un estudio RAMP de la Unesco: Directrices metodológicas relativas a la preparación de las Guías Generales de Archivos Nacionales, de Francoise Hildesheimer. París, 1983. 17 Crespo Nogueira, Carmen: Terminología de archivos: instrumentos de trabajo, <<Homenaje a Federico Navarro>>, Boletín de ANABAD, 1973, pág. 89. 18 Cortés Alonso, Vicenta: Manual de Archivos Municipales, ANABAD, Madrid, 1982, pág. 82 19 Ministere des Affaires Culturelles: Manuel d’Archivistique, Paris, 1970, pág. 243 77 Inventario, guía y Regesto21 que aunque casi coincide con lo que nosotros defendemos no se ajusta al orden enumerativo que mantenemos, y en cuanto a la denominación de Regesto, difiere de la de Catálogo. siguiendo un criterio de prioridad en cuanto a lo que han estimado la importancia de mayor a menor. Criterio de prioridad que aun persiste, cuando lógicamente habían de enumerarse por orden de elaboración en el tiempo, siguiendo un orden inverso. Lodolini destaca entre estos tres instrumentos esenciales para el archivero: la Guía General y el Inventario22 y da al inventario la primacía que defiendo hace bastantes años y que no todos comparten. Quiero partir de la eliminación de conceptos tan generales como los de <<catálogos>> utilizados por los norteamericanos o los de <<inventarios>> preferidos por los franceses para tratar de precisar los diferentes instrumentos. Los anglosajones hablan también de <<a finding aids>>. Es un hecho que bastantes de los instrumentos publicados bajo la responsabilidad o autoría de profesionales no ofrecen ni por su designación, ni por su elaboración unas características definidas que ayuden a precisar la diferencia entre ellos, sobre todo cuando se trata de inventarios y de catálogos. No pocas veces se denominan inventarios obras que son claramente catálogos y viceversa o mezclan en su redacción los criterios de los segundos en una obra denominada arbitrariamente con uno u otro nombre. Insisto en que los norteamericanos emplean el término <<catálogos>> o <<finding aids>> como los instrumentos elaborados por el archivero que engloban tanto a los inventarios, como a los catálogos; los franceses se inclinan por la palabra <inventario>> con una significación general que incluye tanto el inventario (concebido por nosotros) como el catálogo (donde las piezas son descritas una por una) llamando al primero <<inventario sumario>> y al segundo <<inventario analítico>>20 No podemos olvidar, entre nosotros el término <<regesto>> utilizado con frecuencia por los medievalistas y los notarios para documentación notarial que no es ni más ni menos que un catálogo aunque sus asientos suelen ofrecer los datos en diferente orden del propugnado por nosotros. Otro término indeterminado, utilizado como sinónimo de catálogo, es el de repertorio. La razón de ser de estas tendencias v realidades ha estado por una parte en la ausencia de precisión, incluso conceptual de nuestros principios, en el confusionismo terminológico y en la falta de delimitación de nuestros instrumentos básicos y ha estado por otra parte en una carencia de planificación jerárquica que estableciera prioridades de tareas a realizar y que, no hay duda que de existir, no empezaríamos por confeccionar Catálogos, cuando están por redactar o mal redactados los Inventarios. Otra confusión deriva de los títulos o denominaciones dados en las ediciones de los instrumentos que tienen su propio nombre y que llaman, por ejemplo: <<Documentos>> para designar a un catálogo. Es necesario, pues, que delimitemos cada instrumento de descripción fijando su objetivo y utilidad preferentes, estableciendo su relación con la organización, señalando Las normas para su elaboración. Esto en primer lugar, y en segundo se hace precisa una actitud crítica respecto a los ya elaborados y publicados viendo cuáles responden al concepto que pretenden. Decididamente la enumeración de los instrumentos de descripción por orden de elaboración en el tiempo será: guía, inventario y catálogo. Como instrumentos auxiliares los índices, los registros, las listas, las relaciones sumarias y. con consideración independiente los censos. 21 PRATESI A.: Inventari e al tri strumenti di corredo al servizio della scienza, <<Archivi e cultura>>, VVI. 1971-1972. 22 LODOLINI Elio: .Archivística. Principi e problemi, Milano. 1984, pág. 172. Entre los italianos: Parteéis, considera que los instrumentos pueden reducirse a tres: 20 Ob. Cit. Pág. 243 78 la topología documental. Esta simplificación que no permitirá suprimir datos se supondrá una descripción apresurada, hoy respetote ayer, lo que ocurrirá es que la adscripción a determinada topología llevará implícitos los datos que le son propios. 4. <<Descripción automatizada>> Resulta un poco peligrosa esta terminología, ya que solo a determinados aspectos de la descripción, como es el caso de los índices, puede aplicárseles la automatización, y ya veremos los problemas que ésta plantea. La normalización habrá de partir de las normas para cada uno de los niveles de descripción. Habrá, pues una normalización de las Guías, otra de los inventarios, otra de los catálogos y otra de los índices. En cada caso habremos de elaborar u modelo de ficha de descripción y aunque existan recelos acerca de su posibilidad, hay que apostar por ella. La automatización de la descripción en general exigirá antes normalización. Conviene por tanto hablar de descripción normalizada, para después hablar de descripción informatizada. 5. La normalización de la descripción23. Está en proceso de discusión y experimentación la norma internacional ISAD (G), de aquí mi propósito de no incorporar el tema a este capítulo. Pero si referirme a una bibliografía reciente en España: En teoría, la normalización para el profesional de archivos es piedra de toque para su trabajo, especialmente por lo que se refieren la descripción y no por virtud de la aparición de los ordenadores. Estos lo que han venido a constatar es que los archiveros que tenían que haber hecho de la norma su evangelio, no han rentabilizado sus posibilidades de trabajo archivístico en esa línea y pretenden incorporarse ahora al milagro de la informática para salvar su fallo. Heredia Herrera, Antonia: La Norma ISAD (G) y su terminología, análisis, estudio y alternativas. <<Normas>>, ANABAD, 1995. C.I.A.: ISAD (G) Norma internacional de descripción archivística, versión española preparada por Luis Martínez García, Rosana de Andrés Díaz y Victoria Arias Roca, Ministerio de Cultura, 1995. Normalizar la descripción, no es nada nuevo, sino solo aplicar las reglas de dicha descripción a las que no hemos de renunciar. Los Bibliotecarios lo han hecho ¿por qué no nosotros? Aunque hay quienes piensan que en archivos normalizar es cambiar, transformar o incorporarse a los criterios informáticos o documentalistas. Para que la normalización sea tal han de ser estudiadas las reglas y aceptarlas por la mayoría. No es cuestión de elaborar normas en nuestro trabajo para nuestro centro, hemos buscar la generalización con la aceptación y aplicación de las mismas, consensuadamente. La normalización de la descripción rentabilizará nuestra tarea simplificándola. La simplificación vendrá de la mano del estudio de 23 HEREDIA HERRERA, Antonia: Descripción v NORMALIZACION, <<Actas del Coloquio Internacional de Archivística>>, San Sebastián, 1990 (en prensa); COOK, Michael: Manual of Archival description. Gower, British Library, Board, 1989. 79 CAPÍTULO V LA PREPARACIÓN DE ÍNDICES Y CATÁLOGOS primera vez, un año después. Una edición posterior que salió en 1882, es en gran parte el fruto de la labor cooperativa de varios bibliotecarios. Los métodos modernos para preparar índices mediante el uso de tarjetas o fichas, se desarrollaron en las décadas de 1870 y 1880, fechas en que el Library Bureau puso al alcance de las bibliotecas el mobiliario y otros efectos necesarios para adoptar el sistema nuevo, y que también coinciden con el establecimiento de numerosas sociedades o grupos interesados en promover la preparación de Índices. Hay dos escritos para describir documentos que deben prepararse en fichas en vez de páginas, es decir, en forma de libro. Estos son los índices y los catálogos. Los términos “índices” y “catálogos” con frecuencia se usan indistintamente porque en efecto ofrecen algunas semejanzas. Tienen, por ejemplo, la misma forma física y hasta proporcionan la misma información sobre el contenido de los documentos. Empero, hay una diferencia bastante importante, y ésta se refiere principalmente a la manera en que son identificados los documentos. Los catálogos los identifican proporcionado información sobre la entidad que los produce. Su tipo documental, el lugar y fecha de confección, y la cantidad. En cambio, los Índices identifican los documentos simplemente indicando el nombre o la sigla de la entidad productora. Los Índices, también identifican el contenido de los documentos pero generalmente no proporcionan ni datos bibliográficos ni biográficos. Las últimas y excelentes observaciones sobre la confección de Índices para impresos son las de Martha Thorne Wheeler y Bertha E. Josephson (1). Los Índices para documentos deben distinguirse de los índices para obras impresas. Tanto las técnicas que se siguen como los temas que se identifican en los Índices para documentos, son diferentes de las técnicas y de los temas que se toman en cuenta al preparar Índices para impresos. Las diferencias entre los Índices y los catálogos provienen de los diferentes objetivos uno persigue. Los Índices se preparan con el fin de indica; el lugar dentro de los documentos donde puede encontrarse información sobre citados ternas. Su objetivo no es el de describir los documentos, como es el de los catálogos, sino que su fin es solamente de identificarlos en relación con un tema. Los índices son, pues, un instrumento localizador; los catálogos son escritos descriptivos, aunque es obvio que también pueden utilizarse para localizar información. Las fichas o tarjetas aparentemente fueron utilizadas en Francia por primera vez para la confección de Índices referentes a obras impresas. Fue el Abad Rozier, quien en 1775 empleaba fichas en la redacción de un Índice para las memorias custodiadas en la Academia de Ciencias en París (2). Los métodos para preparar índices fueron desarrollados a principios del siglo XIX y están reflejados, en gran parte, en las actividades de la Historial Society de Massachussets, la primera de tales sociedades históricas que se I. INDICES 1 Martha Thorue Wheeler, indexing: Principles, Rules, and Examples (Albany, N. Y.,1942) (New York State Library, Bulletin 20.50); Bertha E. Josephson, “Indexing”, American Archivist, 10: 133.150 (Apr. 1947). 2 M. S. R. James, “The Progress of the Modern Card Catalog Principle”. The Library and its Contents, ed. by Narriet Price Sawyer (New York, 1925), pp. 331-38. En los Estados Unidos, las técnicas relativas a la preparación de índices, según hemos visto, se desarrollaron principalmente como consecuencia de las actividades de William F. Poole, quien en 1847 inició la tarea de redactar el Index to Periodical Literature (Índice para la literatura periodística), obra que se publicó por 80 que empleamos actualmente (9). El extenso índice de los papeles de Timothy Pickering (1745.1829), publicado por la sociedad histórica bajo el título Collections, fue redactado en fichas, y se compone de un Índice por materias, en el que se resumía el contenido de cada documento; además se preparaban fichas para cada tema importante y se incluía un índice onomástico que según el juicio de entonces, tenía “gran utilidad para los genealogistas y biógrafos” (10). estableciera en los Estados Unidos. En 1791, año de su establecimiento, esta sociedad adoptó reglamentos estipulando “que todos los papeles deben ser marcados, numerados, y luego colocados dentro de cajas, a las cuales también se les asignar números y que cada caja incluirá una lista de los papeles que contiene”(3). Sin embargo, este método que corresponde a los mejores de nuestros días, fue pronto reemplazado por el de encuadernar los documentos, catalogar los volúmenes y luego preparar Índices para lo contenido en cada volumen (4). Las primeras colecciones de Importancia en que se puso en práctica este último método fueron la de Thomas Hlutchinson (1711-1780) gobernador de la colonia de Massachussets, cuyos papeles fueron encuadernados en 1822(5), y la de Jonathan Trumbull (1710-1785), encuadernada en 1824(6). Los índices referentes a los volúmenes de Trumbull fueron “preparados cuidadosamente a fin de que fueran de utilidad para los historiadores” (7). El procedimiento de encuadernar los documentos, catalogarlos y preparar un índice, fue reconocido en los reglamentos adoptados en 1849, los cuales estipulaban que los documentos debían “ordenarse, encuadernarse, y luego preparar un índice para cada volumen, y que tales índices se combinarían en uno solo, cuando esto fuera práctico” (8). Mientras que no se hace mención de la preparación de índices en los reglamentos, subsiguientes no por eso se abandono su redacción. En 1864, se empezó a usar papeletas para la catalogación y según parece, también para la redacción de Índices: desde 1878 se han utilizado fichas como las El método utilizado por la Massachussets Historical Society de encuadernar los documentos sueltos y luego preparar un Índice para los mismos, fue adoptada por la mayor parte de las sociedades históricas del siglo pasado. En la New York State Library, los papeles de Sir William Johnson (1738-1790), la primera colección adquirida por el estado de Nueva York, fueron encuadernados en 1850, y más tarde se prepararon un índice y un catálogo cronológico, y por fin fueron publicados (11). Lyman C. Draper de la Wisconsin Historical Society, una de las primeras y más importantes sociedades históricas en el medio este, reunió materiales de diversas fuentes con avidez. Draper los encuadernó y preparó Índices para la colección referente a pioneros y Hermes fronterizos, labor a que se había dedicado aun antes de asociarse con la Wisconsin Historical Society. En 1851, escribió que había pasado el año anterior “ordenando los documentos a fin de encuadernarlos, numerando las páginas, y preparando los respectivos índices y otros detalles minuciosos que hacen de ello una ocupación laboriosa” (12). 3 Massachusetts Historical Society, Proceedings, 1791-1835 (Boston, 1879), vol. 1, series 1, p. 16. 4 M. H. S., Proc., 1835-1855 (Boston, 1880), Vol. 2, ser. 1. Benjamín R. Nichols fue quien primero encuadernó los documentos y preparo los respectivos índices, en 1822. Joseph B. Felt es el primer individuo empleado para encuadernar los documentos y preparar índices. 5 M. H. S., Proc., 1791.1835, Vol. 1. Ser. I, p. 342. Véase también Proc., 1867.1869), (Boston, 1869), Vol. 10, ser. 1, p. 117. 6 M. H. S., Proc., 1791-1835, Vol. 1. Ser 1, p. 373. 7 M. H. S., Proc., 1835.1855, Vol. 2, 8cr. 1, p. 357 Para la labor descriptiva de los papeles de Trumbull, véase también las páginas 130, 223, y 229. 8 Ibíd., Vol. 2, ser 1, p. 433. 9 M. H. S., Proc., 1892-1894 (Boston, 1894), vol. 8, ser. 2, p. 326. 10 M. H. S., Proc., 1890-1891 (Boston, 1891), vol. 6, ser. 2, pp. 189 and 190. Véase también M. H .S., Proc., 1891-1892 (Boston, 1892), Vol. 7, ser., 2, p. 370. 11 New York State Library, Annual Report, 1854 (Albany, 1855), p. 8; ibid., 1863 (Albany, 1864), p. 6; ibid., 1865 (Albany, 1866), p. 7; ibid., 1866 (Albany, 1867), p.8; ibid., 1870 (Albany, 1871), p. VIII; ibid, 1908 (Albany, 1910), voL 2, suppi. 5; and University of the State of New York, Division of Archives and History, The Papers of Sir William Johnson (Albany, 1921), p. XIII. 12 Lester J. Cappon, ed., “Correspondence between Charles Campbell and Lyman C. Draper, 81 El estímulo que recibieron los índices a fines del siglo XIX por las sociedades que promovían su confección así como por las actividades de bibliotecarios, está reflejado en una carta con fecha nueve de febrero de 1883, dirigida al redactor del periódico Boston Herald. Dicha carta observaba que las reuniones recientes de archiveros y Sociedades para promover la redacción de índices, habían dirigido la atención de todo el mundo a las deficiencias en la preparación de índices para documentos públicos” (13). catálogos que es el de describir los documentos. Cuando se proporcionan datos descriptivos innecesarios, se reducen, en gran parte, las ventajas que ofrecen los índices. La facilidad con que pueden identificarse las unidades documentales depende de la ordenación de los documentos y de los símbolos asignados para su identificación. Si el archivero ordena los fondos documentales correctamente, si les asigna símbolos apropiados a las colecciones documentales intermedias, y a los documentos individuales, la tarea de identificarlos es fácil, lográndose solo con indicar en la ficha los símbolos correspondientes. La ordenación e identificación adecuada de los fondos documentales son los primeros requisitos para la preparación de Índices eficazmente. Los índices son el mejor instrumento para proporcionar información sobre el contenido en una pieza documental, y en particular lo contenido en los documentos sueltos. Pueden prepararse para piezas cuyos títulos no son necesarios para destacar su naturaleza y significación. Los títulos de documentos individuales, es decir, el nombre de la entidad productora, los tipos documentales, y los lugares y fechas de confección a menudo son necesarios para hacer conocer su importancia. Empero, los títulos son importantes para piezas documentales compuestas de varios documentos, tales como diarios y libros de cuentas. Cuando los títulos son de importancia para revelar la valía de los documentos, es aconsejable describir tales piezas en catálogos en vez de índices. Cada ficha debe contener datos sobre lo siguiente para mostrar adecuadamente en qué documentos se encuentra la información que se busque: nombre del tema sobre el cual hay información, y la identificación de los documentos donde se encuentra la citada información. Los Índices pueden dividirse en dos tipos, atendiendo a la información que contienen. Estos tipos son: (1) índices onomásticos, en los que figuran los nombres de personas, y (2) Índices por materias, en los que figuran cosas, fenómena y lugares. Los índices son el mejor medio para proporcionar información sobre determinadas materias, cualquiera que sea la unidad documental. Son el medio por el cual se da a conocer información acerca de personas y de lugares. Índices onomásticos Los índices por nombres de personas son de utilidad para las investigaciones biográficas y genealógicas, y además pueden utilizarse para investigaciones históricas, ya que con frecuencia esta clase de estudios también se dirigen a personas. Ya que los fines que persiguen los índices se logran con sólo identificar los documentos, no es necesario proporcionar otra información acerca de los documentos además de la que se requiere para identificarlos adecuadamente. Por tanto, no es necesario consignar datos adicionales, cosa que sucede con demasiada frecuencia. El objetivo que persiguen los índices es el de identificar los documentos, y no debe confundirse con el objetivo de los Los genealogistas son frecuentes consultantes de fondos documentales y los Índices onomásticos deben prepararse para facilitar sus tareas. Empero, deben prepararse solo para aquellas colecciones o grupos de documentos que tienen alto interés genealógico. Los repositorios que se interesan principalmente en consultas genealógicas, 1846.1872”, William and Mary Quarterly, 3rd. series, 3: 95 (Jan. 1946). 13 John T. Hassam, attorney, to editor, Boston, Feb. 9, 1883 82 acaso deben preparar índices onomásticos para todas sus colecciones. han redactado Índices referentes a personas que prestaron servicio militar durante la Guerra Civil; en la Universidad de West Virginia se preparó un Índice para los documentos de los tribunales de condado(15); y en el Department of Archives of Louisiana State University (Archivo de la Universidad de Louisiana) se ha confeccionado un índice para las colecciones de papeles privados.(16) El Archivo Nacional posee Índices -en microfilm- para casi todos los nombres de personas que recibieron pensiones por servicios militares, Índices de gran utilidad para los genealogistas. Desde 1943, la revista Quarterly ha ido publicando, como números especiales, el índice referente a pensionistas de la Guerra de Independencia. En la ficha del índice onomástico deben consignarse dos elementos: (1) el nombre de la persona, y (2) el símbolo (o Titulo) que identifica la unidad documental que tiene la información relacionada con el nombre. Ya que son numerosos los nombres personales que aparecen en los fondos de cualquier repositorio, por pequeño que sea, los Índices onomásticos deben proporcionar solo los datos indispensables para identificar a la persona y a la unidad documental. Normalmente la unidad documental ha de identificarse mediante un símbolo, sigla, o en forma abreviada del título. El Archivo Nacional también pone al alcance de investigadores índices referentes a personas que recibieron concesiones de tierras y de ciertas clases de personal militar. Otras series de documentos de interés para genealogistas son los censos de población; hay índice onomástico solamente para el censo de 1790. Otras series de documentos para las cuales todavía no hay índices completos, son las listas de pasajeros, principalmente inmigrantes, y la serie de pasaportes. Según Margaret C. Norton, el método para preparar Índices en la Illinois State Library (Biblioteca de Illinois) es el siguiente:(17) Los archivos de los diversos estados han preparado índices para documentación que tiene datos referentes a personas que recibieron concesiones de tierras, que prestaron servicios militares, y documentos demográficos (información sobre nacimientos, casamientos, muertes) y otros de parecida Índole. De especial interés en esta labor descriptiva, es la realizada por el Maryland Hall of Records (Archivo del Estado de Maryland), donde ya se han redactado Índices para casi todas las series importantes para estudios genealógicos. En el Archivo del Estado de Illinois, también se ha confeccionado, bajo la dirección de Margaret C. Norton, un Índice que incluye todos los nombres, más de un millón, que aparecen en documentos estatales anteriores a 1850(14). En la Connecticut State Library (Biblioteca del Estado de Connecticut) se ha preparado un extenso índice de los nombres que aparecen en documentos judiciales; la North Carolina Historical Commission (Comisión de Historia de North Carolina) y el Mississippi Department of Archives and History (Archivo de Mississippi) Se prepara una ficha para cada nombre que aparece en un documento. En el primer renglón de la ficha se escribe, en mayúsculas, el nombre (el apellido primero) de la persona. En el segundo renglón se consignan el nombre del condado y de la ciudad de domicilio. En el tercer renglón se incluye un resumen de los datos biográficos in. Dispensables, en forma concisa pero completa, para evitar la necesidad de consultar el documento original. El último renglón contiene los datos bibliográficos. Las fichas están ordenadas de acuerdo con el sistema Soundex que reúne los nombres que tienen la misma pronunciación tales como, Snyder, Snider, y Schneider, aunque la ortografía sea diferente. 15 William D. McCain, "theh.. Relations of Archival Depositories”, American Archivist, 3: 239 (October 1940) 16 West Virginia University Frirs report of the Archivist of the Division of Documents,West Virginia University 35-36 (Morgantown, 1936), p. 7. 17 Margaret C. Norton, "The Archives Department of the Illinois State Library: Its Organization and Illinois Libraries, 25: 231 (June 1943). 14 Theodore J. Cassady, “Record U ilings of ILLIONIS State Archives”, illinois Libraries, 40 : 296 (April 1958). 83 el índice va a suplantar a los documentos originales, haciendo innecesaria su consulta, entonces es más que un simple Índice onomástico. Puede decirse que es un “índice especial” semejante al que fue redactado por el Departamento de Guerra bajo la dirección de Fred C. Ainsworth (1852-1934) a fines del siglo XIX. En las fichas de este Índice se consignaba la información procedente de toda clase de documentos militares referentes al servicio militar que presto cada individuo (20). Estos datos fueron compilados a fin de atender eficazmente las solicitudes de ex-soldados para pensiones. Índices de este tipo, deben complicarse para el uso de genealogistas solamente cuando sea necesario proteger los documentos evitando su manipuleo, o que se desee prestar servicio de consulta con más prontitud. Empero, programas de esta Índole no deben iniciarse a menos que haya seguridad de recursos monetarios para poder completarlos. En el aso que un archivero tenga que escoger entre la preparación de un Índice que proporciona muchos datos sobre pocas personas y otro que proporciona pocos datos sobre muchas personas, él debe preparar a este último. Normalmente el nombre de una persona es único, e identifica a la persona sin dificultad. Sin embargo, cuando se trabaja con muchas personas, los nombres empiezan a perder esa calidad de “único”. Algunos apellidos ingleses, tales como Smith y Jones, ocurren con demasiada frecuencia. La Oficina del Censo, en un estudio titulado, A Century of Population Growth, incluye una lista de apellidos que aparecen más de cien veces en el censo de 1790(18). Otros apellidos, como Snider, Snyder, Schneider, ya citados por Margaret C. Norton, tienen variantes. Una lista de tales apellidos y sus variantes, está incluida en el libro titulado, Standard Cross References of Proper Names, publicado por Polk Directory Company (19). En concreto, para identificar a personas adecuadamente en un Índice extenso es aconsejable proporcionar datos informativos de la persona, además de su nombre. Dicha información complementaria debe proporcionarse solo cuando sea necesaria para una identificación adecuada. No es necesario proveer datos adicionales para personas cuyos nombres no aparecen con mucha frecuencia. La información complementaria debe limitarse a aquellos datos indispensables para identificar a la persona. Por tanto datos biográficos minuciosos acerca de una persona, normalmente no deben incluirse en un Índice onomástico. Índices por materias Este tipo de índice proporciona información sobre lo siguiente: lugares, corporaciones, cosas, y fenómena normalmente los nombres personajes, son excluidos. El archivero debe determinar con criterio selectivo las materias con relación a las cuales ha de examinar los documentos para la redacción del índice. La selección de materias es una de las tareas más difíciles. La dificultad es la misma que hemos encontrado en otros aspectos de la tarea descriptiva -en la confección de listas de encabezamientos de materias, en la organización de las entradas de la guía con relación a determinadas materias; y en la preparación del índice para una guía. Puede proporcionarse información complementaria relativa al lugar y fecha de los documentos, cuando el compilador pueda encontrarla sin mucha dificultad. Generalmente estos datos son suficientes para identificar a una persona adecuadamente. Mis observaciones acerca de limitar la información que se consigna en cada ficha cálida, solo cuando se piense lograr los fines propios de los índices es decir, el fin de identificar los documentos que tienen datos informativos sobre determinadas personas. Si Demasiado tiempo se malgasta en la preparación de Índices cuando las materias 18 U. S. Department of Commerce and Labor, Bureau of the Census, A Century of Population Growth (Washington, 1909), pp. 227-270. 19 R. L. Po)k & Co., Standard Cross References of Proper Names (Detroit, 1928). 20 T. R. Shellenberg, Modern Archivies: Principles and Techniques (Melbourne, 1956, Chicago, 1956), pp. 86-87. 84 que han de incluirse no se seleccionan con cuidado. En este particular, uno de los mejores ejemplos de programas descriptivos que malgastan el tiempo sin lograr resultados, es el programa descriptivo en que figuran los papeles de George Clinton (1739-1812), primer gobernador de Nueva York. En 1853 el estado de Nueva York compró los papeles de Clinton, y votó la suma de dinero necesaria para “ordenar, preparar índices, y encuadernar los mismos” (21). Para 1855 se había redactado un catálogo cronológico (calendar) que daba un breve resumen de los principales temas (22). En 1881 fue necesario votar más dinero para “ordenar y redactar Índices para los papeles de Clinton y otras colecciones históricas” (23). George W. Clinton, descendiente del gobernador, fue encargado de la tarea descriptiva, la que inició “con celo patriótico y cariño filial” (24). En su primer informe anual expuso su concepto de los fines que debe perseguir un Índice, en los términos siguientes: “Los Índices deben ser como los que facilitan el comercio y al mismo tiempo aumentan la fertilidad de los suelos, sin salirse de su cauce. Los Índices deben redactarse con el propósito de hacer posible contestar con prontitud, cualquiera pregunta que haga un consultante razonable sobre lo contenido en los documentos...“(25). En informe subsiguiente, escribe que el Índice de los papeles de Clinton, proporcionaría información sobre “los asuntos de menor importancia” tales como, el “razonamiento y espíritu de quienes escribieron los documentos”, de “sus observaciones y opiniones acerca de ciertos individuos” (26). Más tarde confesó que su empresa había resultado más difícil de lo que la contemplaba al principio. George W. Clinton murió en 1885 sin terminar su tarea descriptiva -dejando unas dos mil páginas- “en estado que tienen poca utilidad para los investigadores” (27) según la opinión expresada por el primer archivero de la Biblioteca del Estado de Nueva York, George Rogers Howell (1853-1899). El sucesor de Howell, A. J. F. van Laer (1869.1955) describió la labor descriptiva de Clinton en términos más favorables (28). Hubert Howe Bancroft (1832-1918) también luchó con el problema que presenta la preparación de Índices por materias. A fines del siglo XIX, Bancroft se asignó la tarea de escribir la historia definitiva de la América Occidental, para lo cual reunió una enorme cantidad de libros y documentos. Dicho material incluía diarios, autobiografías, entrevistas, narraciones por personas que participaron en episodios históricos, estatutos oficiales, material archivístico, y papeles personales de toda clase. En sus memorias tituladas Literary Industries, Bancroft escribió que en sus anaqueles descansaban “toneladas de documentación desordenada” (29) y que materiales de índole y alcance semejantes, jamás habían sido reunidos, colocados, y consultados por un solo individuo, sin la ayuda de sociedades o del gobierno” (30). La operación más difícil, escribía él era la búsqueda de los datos, pues en ese estado de desorden, la documentación era de poca utilidad. Para remediar la situación, el y sus ayudantes iniciaron la redacción de Índices con criterio bibliotecario, pero pronto se dieron cuenta que este método no era práctico. Bancroft declaró que tal índice “además, de requerir demasiado tiempo y dinero, al terminarlo, sería tan voluminoso y extenso que no se lograran los fines deseados” (31). Como consecuencia Bancroft inició otro método para redactar índices, método que yo considero el más idóneo para confeccionar Índices por materias. Bancroft escogió un número limitado de materias amplias para formar la base de su índice. Las materias abarcaban “todos los conocimientos prácticos” (32) tales como agricultura, antigüedades, arte, bibliografía, botánica, comercio, drama, educación, etc. 21 State of New York, State Library, Annual Report, 1855 (Albanyu, 1856), p. 7 22 Ibid., 1855, p. 7. Véase también Ibid., 1881 (Albany, 1882), p. 145, para datos referentes a la naturaleza del catálogo cronológico (calendar). 23 Ibid., 1881 (Albany, 1882) p.6 24 Ibid., p. 6 25 Ibid., p. 145 26 Ibid., 1883 (Albany, 1884) 27 Ibid., 1887 (Albany, 1888), p.X 28 Ibid, 1898-1899 (Albany, 1901 Hubert Howe Bancroft, Literary Industries (San Francisco, 1890), p. 231. 30 ibid., p. 233. 31 Ibid., p. 238. 32 Ibid., p. 238. 29 85 Había un total de cuarenta o cincuenta materias principales, cada una de ellas identificadas mediante; literatura o sigla. Para preparar un índice por materias, el archivero, primero debe confeccionar una lista de encabezamientos de materias con relación a las cuales los documentos del repositorio vayan a describirse en el Índice. La mayor parte de los repositorios pueden utilizar encabezamientos de materias que corresponden a las principales clases de actividades humanas. Sugiero el uso de las siguientes clases de actividades: Agricultura, Asuntos Militares, Asuntos Sociales, Ciencia, Comercio, Cultura, Gobierno, Industria, Relaciones Extranjeras, Religión. Los repositorios que especializan en materiales referentes a una actividad particular, deben confeccionar una lista de encabezamientos de materias especiales. Para archivos públicos, las principales materias deben corresponder a las principales funciones de la entidad gubernamental. En la confección de las listas de materias, es importante que (1) las materias sean mutuamente exclusivas entre sí, (2) que las materias sean de aproximadamente la misma importancia, y (3) que una vez confeccionada la lista, no se permita agregar nuevas materias. algún dato referente a cualquier materia que integra la citada lista, dicha información se consignaba en una ficha. Todos los participantes en el programa empleaban las mismas normas a fin de producir fichas uniformes. Por ejemplo, en el primer renglón de la ficha se escribía (en forma abreviada) lo siguiente: Agricultura. California, Sericultura, 1867, o Antigüedades. Chiapas, Palenque... En el segundo renglón de cada ficha se consignaba el título del libro o documento, indicando el número del volumen y la página donde se encuentra la citada información. El ejemplo ilustrativo que sigue es una reproducción completa de una ficha por materias: Ind. 1847. Situación geográfica, Carácter, Indumentaria, Manufactura He aquí un índice conciso que se refiere a información específica. La citada información trata de los indígenas s por tanto corresponde al encabezamiento general de Indios. Se refiere en particular a los indios de Tehuantepec y los describe según vivían en 1847. En términos más específicos, los indios pertenecen a la tribu de Zapotecas. La información trata de la región geográfica donde éstos viven, de su carácter, indumentaria y de los productos que manufacturan. La citada información se encuentra en las páginas 848 y 849 del primer volumen de la obra titulada, Progress of América, escrita por J. Macgregor, y que fue publicada en Londres en 1847. Una vez seleccionadas las materias principales y los temas secundarios, Bancroft procedió con la preparación del Índice, operación que describe en los siguientes términos:(34) Cada persona ocupada en la tarea de preparar el índice, recibía la lista de materias principales junto con las respectivas subdivisiones (temas secundarios), y un libro o documento cuyo contenido tenía que examinar... Al encontrar 34 Zapoteca. Macgregor, J. Progress of America. Londres, 1847. Vol. I, pp. 848-49. Después de seleccionar las principales materias que iban a figurar en su índice, Bancroft redacto una lista de materias secundarias (materias específicas) que eran subdivisiones de las materias principales. Dentro de la amplia materia “Agricultura” por ejemplo, se incluían subdivisiones tales como, “cría de ganado, suelos, frutas, así como otros productos agrícolas” (33). 33 Tehuan. Bancroft fue el primero que redactara índices con relación a materias principales semejantes a lo que yo he designado como principales clases de actividades humanas o fenómena. Dentro de cada materia principal, él enumeraba los temas secundarios acerca de los cuales deseaba reunir información. Este método, escribió Bancroft es "ingenioso, simple y eficaz” (35). Añadiendo que el índice Ibid., p. 239. Ibid., pp. 239-40. 35 86 Ibid., p. 239. dirige al consultante “a todas las fuentes informativas sobre la materia de su interés, pues identifica innumerables temas en términos prácticos” (36). En conclusión, Bancroft dijo que “este simple método ahorraría (al archivero) centenares de años de labor en tareas descriptivas inútiles y sin provecho” (37). En el ejemplo que sigue, se reproduce una ficha completa: AGRICULTURA, Harvey Country, Kansas, 1879-1921 Temas secundarios: Cultivo del trigo; cría de ganado (vacas, cerdos ovejas y de aves de corral (gallinas y gansos); gastos y rentas (para cada producto agrícola); sericultura; plantación de árboles frutales (moral y sembrados de trigo (Turkey Red) molienda de trigo en Alta Mill, Burrton, Kansas. Tal vez sea aconsejable modificar ligeramente las fichas del índice de Bancroft a fin de confeccionar un índice para materiales archivísticos. Normalmente los temas secundarios pueden identificarse (1) averiguando de qué actividades trata la unidad documental, y (2) averiguando qué corporaciones o cosas figuran o son el objetivo de dichas actividades. Las cosas y corporaciones son objetos bien definidos y tangibles. Sin embargo, los “objetos” pueden ser también indefinidos e intangibles tales como ideas, opiniones, sentimientos y conceptos. Aunque es posible incluye en un índice objetos intangibles, es preferible omitirlos a menos que sea posible identificarlos con precisión. El archivero que no lo haga, tendrá dificultades como las tuvo George W. Clinton con la identificación de conceptos tales como, “el razonamiento y espíritu de quienes escribieron los documentos”, y “las observaciones y opiniones acerca de ciertos individuos”. En tal caso, existe la probabilidad de que no sea posible terminar el índice. La identificación de la unidad documental que vaya a describirse, debe hacerse por símbolo o nombre, escrito en el ángulo superior izquierdo de la ficha. En el primer renglón de la ficha deben consignarse los tres datos más importantes sobre el contenido substancial de la unidad documental. Estos son (1) la clase de actividades humanas o fenómena de que trate, (2) la región geográfica y (3) el periodo cronológico. En otras palabras, el primer renglón debe identificar lo siguiente: (1) la materia principal (2) el lugar, y (3) las fechas de la unidad documental. He aquí un ejemplo del primer renglón: Cuando surja la necesidad de preparar un Índice para temas secundarios muy específicos, el archivero debe confeccionar una lista de los mismos, como lo hizo Bancroft. Para facilitar la tarea de seleccionar tales temas o materias, pueden consultarse las siguientes obras: Subject Headings Used in the Dictionary Catálogo of the Library of Congress (Encabezamientos de materias para el catálogo-diccionario de la Biblioteca del Congreso) y List of Subject Headings for Small Libraries (Lista de encabezamientos de materias para bibliotecas pequeñas), compilada por Minnie Earl Sears y revisada por Isabel Stevenson Monro. AGRICULTURA. Harvey Country, Kansas, 1879-1921 Los renglones subsiguientes deben utilizarse para analizar los temas secundarios en términos de (1) las actividades reflejadas en los documentos y (2) las “cosas” y corporaciones que figuran en la ejecución de dichas actividades. Conviene recordar, que el término “corporación” se refiere a toda clase de instituciones, organizaciones y dependencias, y que AGRICULTURA, Harvey Country, Kansas, 1879-1921el término “cosas” se refiere tanto a cosas naturales como artificiales. Las cosas artificiales incluyen edificios, maquinaria, mercancías, etc.; las cosas naturales incluyen minerales, terrenos, vegetales y animales. 36 37 El criterio bibliotecario debe seguirse para la confección de catálogos por materias las de fondos (documentales, en los catálogos bibliotecarios, la “entrada principal” generalmente corresponde al nombre del autor Ibid., p. 240. Ibid., p. 240. 87 La necesidad de preparar fichas adicionales resulta de que la unidad (documental trata más de un asunto principal. Por ejemplo, si la unidad documental se refiere a la AGRICULTURA tanto como al COMERCIO, debe prepararse una ficha para Agricultura y otra para Comercio, las cuales se ordenan alfabéticamente por nombre de materia. del libro. Cuando hay más de un autor, o el libro trata de más de un tenia, se preparan fichas adicionales y éstas se intercalan dentro del fichero en orden alfabético. El nombre del autor o del tema, adicionales, se escriben directamente arriba de la entrada principal y se coloca en el fichero en orden alfabético. En el catálogo hay, pues, varias fichas con información sobre un solo libro, colocadas en orden alfabético para facilitar su búsqueda. También es posible preparar fichas adicionales para ordenarlas por región geográfica o en orden cronológico. 88 OTROS INSTRUMENTOS DE DESCRIPCIÓN CAPÍTULO 15 1. Instrumentos auxiliares de descripción. eficacia de los inventarios y de los catálogos hasta el punto de que éstos últimos, sobre todo, pierden su utilidad si carecen de ellos. El título de este capítulo con la calificación de auxiliares a os índices y a los tesauros, bien podrías resultar sorprendente, por no decir escandaloso, para los documentalistas que les otorgan un protagonismo que nosotros no le hemos dado. Protagonismo justificado para aquellos por cuanto son el resultado de su “análisis documental” y ocuparían, en paralelo, el lugar que los archiveros damos a los instrumentos de descripción por antonomasia. 2. Los lenguajes documentales. El término intenta ser nuevo, moderno, pero no lo es tanto. Se atribuyen la paternidad del mismo los documentalistas aunque hay que reconocer que ellos lo han desarrollado1. Desde hace más de cien años se habla de “lenguajes bibliotecológicos” o “documentarios” que no son más que la vía indispensable para ordenar conceptualmente los fondos de las bibliotecas y facilitar la recuperación de los libros por el lector2. Índices y tesauros son la manifestación más genuina de los denominados lenguajes documentales. Los lenguajes documentales están íntimamente ligados al análisis documental ya sea en las bibliotecas, en los centros de documentación o en los archivos. Considerando aquella doble postura que no hace sino marcar las diferencias entre archiveros y documentalistas, nos situaremos en la de los primeros sin perder de vista la técnica y experiencia de los segundos –de acuerdo con esa actitud interdisciplinar a que nos referíamos en la Introducción de este Manual- que pueden contribuir a mejorar la elaboración de nuestros índices y a incorporar los tesauros para una más fácil recuperación de la información. Vamos a establecer sus características para contraponerlo de entrada al lenguaje natural. El lenguaje natural es aquél en que están escritos los documentos originales tradicionales. Incluso los resúmenes que hacemos para condensar el contenido (en una ficha de catalogación) siguen estando en lenguaje natural. Se trata de palabras, de términos, ligados sintácticamente que nos comunican la información global de un documento. Para nosotros, junto a los instrumentos de descripción, propiamente dichos (Guías, inventarios, catálogos), otros instrumentos auxiliares: índices, tesauros, listas de expurgos, relaciones sumarias, registros. Sin embargo con el análisis, ese lenguaje natural puede ser transformado en lenguaje documental, que también se llama lenguaje controlado. Este es la representación del lenguaje natural para registrarlo y encontrarlo. El lenguaje documental condensa y simplifica el natural empleando de éste parte de su léxico y algo de su gramática. En la mayoría de éstos, la calidad de auxiliares, para el archivero lo cumplen a través de una función de control, así las listas de expurgos, los registros, y no suelen estar a disposición del investigador. Otros, como los índices y los tesauros, facilitan la utilización de los instrumentos de descripción. Si los índices no pueden concebirse solos, sino que su existencia presupone cualquiera de los instrumentos de descripción, o bien una serie ordenada o numerada, el registro es un instrumento auxiliar que no exige la existencia de otro instrumento, pero, como veremos, sus datos serán la base del inventario en el caso de los archivos administrativos. Los índices completan la 1 Cualquiera de los variados Manuales de Documentación dedican un capítulo, al menos, a los lenguajes documentales en general y otros a los tesauros y a los índices. 2 En 1978 Rosario Martín Montalvo hacía una propuesta de colaboración común: Unificación de lenguajes documentarios. Bases para la creación de tesauros comunes en español, “Boletín de Anabad”, XXVIII, 1978, no. 4, pág. 489 y ss. 89 semánticas (1°: animal; 2. °: mamífero; 3°: vaca) y relaciones asociativas (de reenvío de descriptores, de sugerencias de uso). Estas relaciones parten de Álgebra de Boole que permiten la búsqueda mediante: Al hacer análisis, por condensación, los resúmenes, los extractos de contenido, siguen, como he dicho, utilizando un lenguaje natural, sin embargo cuando hacemos un índice y tomamos un término, como representación del contenido y le damos un código para localizarlo, estamos utilizando lo que los documentalistas llaman lenguajes documentales. I) Intersección de conjuntos (legislación, archivos, España). 2) Unión de conjuntos (archivos + España). 3) Diferencia de conjuntos (archivos — España). El lenguaje documental debe situarse en la confluencia de las ciencias de la Información y de la Lingüística. Está en conexión directa con la consistencia terminológica de los léxicos científicos. Vamos a seguir insistiendo en características de uno y otro lenguaje. Según Antonio García Gutiérrez3: lenguaje documental es aquel conjunto normalizado y normativo de términos relacionados por principios comunes, declarados portavoces preferenciales de los mensajes en un colectivo documental con el fin de provocar una recuperación pertinente de información por aproximación temática>>. las El lenguaje natural abarca todo el patrimonio lexicológico. Dentro de él cabrá la subdivisión específica: lenguaje jurídico, archivístico, americanista, etc., que no son sino partes del lenguaje natural que comprende el léxico utilizado por los juristas, los archiveros o los americanistas. Un lenguaje documental es un léxico artificial y científico fundamentado en el lenguaje natural específico y formado por los descriptores que lo normalizan. Especificidad y normalización son dos de sus notas, junto con la exigencia de codificación. Para conseguir el diálogo que pretende ha de evitar tanto el ruido como el silenció documentales. El primero enmascara y entorpece la recuperación por sobreabundancia innecesaria de términos, el segundo por ausencia la impide. Según los documentalistas la estructura de los lenguajes y sus manifestaciones pueden ser: Los lenguajes documentales son generados principalmente a partir del análisis de los documentos, ya que la finalidad que persiguen es el control y manipulación de los mensajes (contenido) para satisfacer las potenciales demandas. Son normalizados y a la vez normalizadores y nos ayudan no solo en el análisis sino en la búsqueda. Son válidos para el indicador y para los usuarios: Pueden ser libres (a posteriori), por ejemplo un índice, o controlados (a priori) como el tesauro. Se componen de listas de términos (descriptores) que forman el vocabulario y de una relación o gramática que los dinamiza otorgándoles categoría de lenguaje. Los descriptores se organizan en familias que suprimen sinónimos, optando por un concepto; establecen relaciones jerárquicas o Jerárquica o arborescente combinatoria sintáctica 3 clasificación enciclopédica (p.e.C.D.U.) clasificación especializada clasificación de facetas listas de materias léxicos tesauros simple elaborada García Gutiérrez Antonio Los lenguajes documentales en “Fundamentos de Información y Documentación , Madrid, 1989 , 313—346 VALLE FELIX de: I Coloquio Internacional de Archivística. S. Sebastián, 1990 (en prensa). 90 Para nosotros el que más nos interesa y del que nos ocuparemos será el tesauro no solo por la función en la recuperación sino por la ayuda normalizadora a la hora de elaborar nuestros índices. - Esta es la operación. Su producto, su resultado, el índice. Con todo, y quizá en orden inverso a los documentalistas, nos ocuparemos en primer lugar del índice y luego del tesauro. 2.1. Según el Diccionario de Terminología Archivística del CIA el índice se define como <<lista alfabética de nombres de personas, de nombres geográficos y de nombres de materias contenidas en un documento de archivo>> (n.° 235, Págs. 90-91). Así entendido parece que solo es viable un índice para los catálogos o las ediciones de fuentes. Sin embargo esta lista de nombres puede referirse a las voces contenidas en un inventario. Hay algo más, ausente en esta definición, que es el hecho fundamental de la referencia a la localización en cuanto que su finalidad no es otra que localizar inmediatamente la información sobre un nombre referido a persona, lugar o materia contenido en cualquier instrumento de descripción o documento. Índices. La indización se remonta a la época clásica, pero será con la aparición de los códices como forma de libro, en lugar de los rollos en papiro, cuando realmente se puede hablar de índices alfabéticos. Los índices temáticos no se desarrollarán hasta el siglo XV. Desde entonces hay una evolución que culmina en nuestros días. Indizar según la Unesco4 en su programa UNISIST <<consiste en describir y caracterizar a un documento con la ayuda de representaciones de conceptos contenidos en dicho documento>> y su finalidad: La indización los instrumentos necesidad se inventarios, en Colecciones. La eficacia en la búsqueda de información. Según esta definición parece que quedan excluidas las referencias a las personas o a los lugares por cuanto unas y otros no entran en la estimación de conceptos. Para los archiveros, la indización consiste en vincular a un documento o a un instrumento, representativo de una agrupación documental, con palabras claves (descriptores y nombres propios) a través de los cuales podamos llegar a ellos y a su contenido. Ya veremos como para conseguirlo requeriremos: Difícilmente podrán escapar a la recuperación los nombres de Colombia o de Mario Vargas Llosa, que no pueden ser representados más que por unos términos y no otros. Más problemática será la localización de temas o asuntos cuando éstos puedan ser representados por diversas voces: Familiarización con el documento y sus 5 4 es tarea común para todos de descripción, aunque su hace absoluta en los los catálogos y en las Al elaborar un índice su constructor ha de adentrarse, en cada caso, en las necesidades de información del usuario, adivinar las clases terminológicas a través de las cuales tratará de recuperar lo que se desea. La concreción que nos permite saber de una persona o de un lugar suele facilitar no solo el acceso al usuario, sino la indización para el profesional de la información. Mucho más cercana a nosotros es esa otra definición que nos dice que consiste en <<elegir los términos más apropiados para representar el contenido de un documento>>. Al referirse a contenido, en general, comprende materias, personas y lugares. - agrupaciones, en su formato y en su contenido. Lectura y análisis de los mismos. Selección de términos representativos5. Se ajustan a las facetas que reconoce la Norma ISO para la indización (ISO 5963-1985). UNESCO: Principes d´indexation, Paris, 1975. 91 Los descriptores6 son substantivos o expresiones substantivadas con fuerte carga informativa. De tal manera que al elaborar un índice hay que eliminar lo que en Informática se llaman términos vacíos: Actitud / posición / reacción Sublevación / levantamiento / motín La intercomunicación entre indizador y usuario es en estos casos más complicada. Las referencias a los sinónimos se hacen imprescindibles, amen de forzarnos a elegir, de entre ellos, uno principal. Adjetivos, conjunciones. preposiciones, artículos, Hay que eliminar también los términos ambiguos para encabezar un asiento del índice, por lo que a nadie se le ocurrirá buscar información. O en todo caso establecer las pertinentes referencias: No podemos perder de vista que si existe información y no somos capaces de ponerla al alcance del que la necesita, por medio de Índices, es como si la estuviéramos destruyendo. Reparto de agua (NO) Trabajo, accidentes de (NO) Agua, abastecimiento de (SI) Accidentes de trabajo (SI) Nos hemos referido, hace un momento, a la facilidad de indizar nombres propios, de personas o de lugares, por su concreción. Esto suele ser para hoy, no tanto cuando tales datos se sitúan en una época remota cuando no hay estabilidad en dichos nombres. La elección entre Rodrigo de Bastidas, y Rodrigo Gutiérrez de Bastidas con que una misma persona aparece en los documentos, pudiera apuntar a la segunda acepción por más completa. Sin embargo cualquier americanista buscaría por Bastidas por lo que el personaje suele ser más conocido. Asimismo en el caso de buscar referencias sobre Colombia, para el período colonial, nos forzará al uso de otra terminología geográfica: Charcas, Santa Fe. El uso de términos genéricos (instrucciones, ordenanzas) exigirá un determinativo o un complemento: Instrucciones a………… a………… Actas. de cabildo, de Comisión permanente, de Junta de Asociados. Los descriptores son consubstanciales al tesauro sin embargo por extensión se aplican a los índices, no habiendo una preferencia por <<palabras claves>> que no son —con rigor documentalista— sinónimos de los descriptores. No perdamos de vista que un índice es la materialización de la operación de indizar y consta de una lista de términos y de códigos cifras) para su localización. Al centrarnos en los descriptores tenemos que tener en cuenta que casi nunca existe una sola palabra o conjunto de palabras para identificar el contenido de un documento. Aunque no faltan excepciones como a veces ocurre cuando usamos términos referidos a la tipología documental (<<Hojas de servicios>> expediente personal, relaciones de méritos). Casi siempre son precisos varios descriptores y su elección acertada dependerá del grado Los términos pueden ser libres, procedentes del lenguaje natural utilizado en el documento o controlados, procedentes de un lenguaje documental previamente seleccionado (descriptores). Estos no tienen por qué ser palabras que figuren en el documento o resumen, pueden ser otras por más representativas. 6 Aunque es un vocablo latino, el primero que lo redescubre recientemente es Calvin Moers. Los documentalistas lo definen como: unidad semántica independiente, aislada de sus relaciones y lo identifican con palabras claves normalizadas expresivas del contenido de un documento. 2.1 .1. Descriptores. 92 de conocimiento de las instituciones y de sus documentos, sobre todo cuando no exista elaborado un tesauro que nos permita utilizarlo como referencia. En el caso de nombres principales iguales, se hacen indispensables los determinativos: Santiago de los Caballeros. Santiago de Compostela. Ya hemos aludido a las trabas derivadas de la existencia de varias voces para identificar un concepto, un tema. Es reconocido por todos que el principal problema de los índices es la sinonimia. De la variedad de términos con distinta ortografía y parecida significación hay que elegir uno principal: 2.1 .2. Códigos de localización. El uso de códigos para la localización de la información o del documento, pueden remitir en el caso del catálogo al número de orden del asiento o ficha; en el caso del inventario a la unidad de instalación y en el caso de una colección documental impresa a la página. cargadores, comerciantes, tratantes en Indias, mercaderes. 2.1.3. Recomendaciones. Unas últimas consideraciones sobre la elaboración de los índices nos ayudarán. Los descriptores pueden ser: Simples (un solo término), Compuestos (varios términos), Auxiliares (que se añaden modificar o matizar el contenido) Los índices se hacen a partir de los documentos, pero lo más frecuente es confeccionarlos a partir de los instrumentos de descripción (inventarios, catálogos). para Muchos menos problemas ofrece la representación con nombres propios referidos a personas y lugares. Sin embargo también los hay para épocas remotas por cuanto no hay una ortografía estable: Son indispensables las referencias, en el caso de sinónimos, eligiendo como principal la voz más frecuente. En este caso los datos de localización estarán siempre en la voz principal. Las referencias atañen también, en caso de diferente ortografía, a los nombres propios. Habrá de preferirse la ortografía moderna. Zalçedo, Salcedo, Saizedo. Ávila, de / Dávila. ni unas reglas para los patronímicos (apellidos de la madre o del padre) y una arbitrariedad total a la hora de expresar un nombre para una misma persona, en distintas formas, según los documentos: En caso de palabras similares (pongo por caso <<cargadores>> <<comerciantes>> <<mercaderes>> cada una Llevará la indicación de las cifras para la localización, ahora bien, también cada una se acompañará de un <<Vid. tb. >> (Véase también) remitiendo a la otra u otras palabras similares, ya que no sinónimas, Gerónimo Sandoval / Gerónimo Gómez de Sandoval. Para los nombres de lugares existen a veces duplicidades de nombres: En caso de nombres iguales para lugares geográficos es indispensable el determinativo o la aclaración del país de ubicación: Los Reyes / Lima. Santiago de Compostela. Santiago de Cali. Santiago de Guatemala. Córdoba (España). O un uso preferente cuando el nombre es compuesto: Valladolid (de Oaxaca). 93 identificar el contenido de un documento. Aunque no faltan excepciones como a veces ocurre cuando usamos términos referidos a la tipología documental (“Hojas de servicios”, expediente personal, relaciones de méritos). Casi siempre son precisos varios descriptores y su elección acertada dependerá del grado de conocimiento de las instituciones y de sus documentos, sobre todo cuando no exista elaborado un tesauro que nos permita utilizarlo como referencia. Córdoba (Argentina). También como norma común debemos huir de los índices particulares (uno para materias, otro para lugares, otro para personas). Es más práctico un índice alfabético general en el que los tipos tipográficos pueden marcar la distinción de unos y de otros (negrita, cursiva, redonda). El índice de una gula o de un catalogo ha de remitir necesariamente a las voces del texto por lo que respecta a los nombres de personas y de lugares, en cuanto a las materias la interpretación. El juicio, la síntesis juegan un papel importante para expresar conceptos referidos a la localización (cifras arábigas, en su mayoría) pueden remitir a la página en las guías y al numero de orden del asiento dentro del catálogo. El índice de un inventario recogerá las voces de lugares, personas y materias contenidas en él. En las materias también habrán de incluirse los nombres o expresiones identificadoras de la tipología documental de las series. Los datos de localización remitirán a la signatura de la unidad de instalación. En el caso de doble numeración, las cifras irán subrayadas o no para indicar la condición de libros de le gajos y así se evitará preceder a dichas cifras del término libro o legajo. En caso de impresión, las negritas remitirán a los libros y las redondas a los legajos. Conviene advertir, en el caso de inventarios, que la elaboración de su índice general será el resultado de diferentes procesos de recogida de información, en primer lugar el acabado de mencionar en segundo lugar. Se recogerán también las voces del contenido que hemos tenido opción de conocer al hacer la revisión que nos haya sido precisa realizar al inventariar o reinventariar determinados legajos; en tercer lugar se indicarán las voces informativas de carácter general del contenido de legajos misceláneos En estos dos últimos casos las “palabras claves” que no son –con rigor documentalistasinónimos de los descriptores. Ya hemos aludido a las trabas derivadas de la existencia de varias voces para identificar un concepto, un tema. Es reconocido por todos que el principal problema de los índices es la sinonimia. De la variedad de términos con distinta ortografía y parecida significación hay que elegir uno principal: Cargadores, Comerciantes, Tratantes de Indias, Mercaderes. Los descriptores pueden ser: Simples (un solo término) Compuestos (varios términos) Auxiliares (que se añaden para modificar o matizar el contenido). Muchos menos problemas ofrece la representación con nombres propios referidos a personas y lugares. Sin embargo también los hay para épocas remotas por cuanto no hay una ortografía estable: Zalcedo, Salcedo, Salzedo. Auila, de/Davila Ni unas reglas para los patronímicos (apellidos de la madre o del padre) y una arbitrariedad total a la hora de expresar un nombre para una misma persona, en distintas formas, según los documentos: Gerónimo Sandoval / Gerónimo Gómez de Sandoval. Al centrarnos en los descriptores tenemos que tener en cuenta que casi nunca existe una sola palabra o conjunto de palabras para Para los nombres de lugares existen a veces duplicidades de nombres: 94 Santiago de Compostela. Santiago de Cali. Santiago de Guatemala. Córdoba (España). Córdoba (Argentina). También como norma común debemos huir de los índices particulares (uno para materias, otro para lugares, otro para personas). Es más práctico un índice alfabético general en el que los tipos tipográficos pueden marcar la distinción de unos y de otros (negrita, cursiva, redonda). Los Reyes / Lima O un uso preferente cuando el nombre es compuesto: Valladolid (de Oaxaca). En el caso de nombres principales iguales, se hacen indispensables los determinativos: Santiago de los Caballeros. Santiago de Compostela. 2.1.2 El índice de una guía o de un catálogo ha de remitir necesariamente a las voces del texto por lo que respecta a los nombres de personas y de lugares, en cuanto a las materias la interpretación, el juicio, la síntesis juegan un papel importante para expresar conceptos referidos a la localización (cifras arábigas, en su mayoría) pueden remitir a la página en las guías y al número de orden del asiento dentro del catálogo. Códigos de localización. El uso de códigos para la localización de la información o del documento, pueden remitir en el caso del catálogo al número de orden del asiento o ficha; en el caso del inventario a la unidad de instalación y en el caso de una colección documental impresa a la página. 2.1.3 Recomendaciones. El índice de un inventario recogerá las voces de lugares, personas y materias contenidas en él. En las materias también habrán de incluirse los nombres o expresiones identificadoras de la tipología documental de las series. Los datos de localización remitirán a la signatura de la unidad de instalación. En el caso de doble numeración, las cifras irán subrayadas o no para indicar la condición de libros de legajos y así se evitará preceder a dichas cifras del término libro o legajo. En caso de impresión, las negritas remitirán a los libros y las redondas a los legajos. Unas últimas consideraciones sobre la elaboración de los índices nos ayudarán. Los índices se hacen a partir de los documentos, pero lo más frecuente es confeccionarlos a partir de los instrumentos de descripción (inventarios, catálogos). Son indispensables las referencias, en el caso de sinónimos, eligiendo como principal la voz más frecuente. En este caso los datos de localización estarán siempre en la voz principal. Las referencias atañen también, en caso de diferente ortografía, a los nombres propios. Habrá de preferirse la ortografía moderna. Conviene advertir, en el caso de inventarios, que la elaboración de su índice general será el resultado de diferentes procesos de recogida de información, en primer lugar el acabado de mencionar; en segundo lugar, se recogerán también las voces del contenido que hemos tenido opción de conocer al hacer la revisión que nos haya sido precisa realizar al inventariar o reinventariar determinados legajos; en tercer lugar se indicarán las voces informativas de carácter general del contenido de legajos En caso de palabras similares (pongo por caso “cargadores” “comerciantes” “mercaderes” cada una llevará la indicación de las cifras para la localización, ahora bien, también cada una se acompañará de un “Vid. Tb.” (Véase también) remitiendo a la otra u otras palabras similares, ya que no sinónimas. En caso de nombres iguales para lugares geográficos es indispensable el determinativo o la aclaración del país de ubicación: 95 misceláneos7. En estos dos últimos casos las voces han de ir precedidas de un Véase que puede abreviarse: Vid. Ó V.8 personas, otro de lugares y un tercero de materias e incluso un cuarto de tipología documental, es aconsejable integrarlos en uno que los abarque todos. En el caso de un índice general del inventario en un archivo administrativo las fichas habrán de tener dos datos para su localización: la signatura de la unidad de instalación y los dígitos de la clasificación que nos llevarán respectivamente, primero, al lugar que ocupan en la estantería y en el fichero topográfico o registro y, después, en el fichero-inventario donde cada unidad quedará relacionada con las de su clase. Así: Real Díaz, José Joaquín, Archivero leg. 17 La importancia del índice está en razón de su utilidad (que no es otra que ser la clave para la recuperación inmediata de la información de los documentos, reduciendo esfuerzo y ahorrando tiempo) y de su calidad por la rentabilidad que reporte a los usuarios9. Los índices potencian el valor de los inventarios y de los catálogos. Sin ellos unos y otros se quedarían a medio camino. (3.1.) 2.1.4 La indización automática. Madronalejo, el (Finca) leg. 134 Consiste en hacer reconocer al ordenador los términos que figuran en el documento o resumen y emplearlos tal cual o traducidos para incorporarlos al fichero. (7.4) Construir las secuencias de indización automática, aunque no imposible, sí es difícil. López Yepes reconoce que “por el momento las acciones específicas de determinar lo que constituye la materia indizable del texto y cómo se debe expresar, son funciones todavía de la inteligencia y creatividad humana”10 No faltan los autores que estiman que los índices pueden tener categoría independiente como instrumentos de descripción, sin presuponer la existencia de otros instrumentos. Entiendo, sin embargo, que tales índices son más bien listas referidas a series o conjuntos documentales que no precisan de más para localizar su información. El problema de la indización automatizada es que el ordenador rastrea y recoge palabras que están en el texto, pero aún no es capaz de, a partir de esas palabras presentes en el texto, elaborar términos significantes y ausentes que representen a aquéllas. Es conveniente que el archivero, sobre todo cuando haga los resúmenes, los redacte pensando en el índice y use de las palabras que le serán válidas para la confección de aquél. La indización automática requiere una programación previa que afectará al: Número máximo de caracteres Número máximo de niveles Aunque puede elaborarse un índice de 7 9 A título de ejemplo voy a referirme a la serie de “impresos curiosos” de la Sección de “Consulados” del A. G. I. o a la serie de “Testimonios de autos, sin carta de remisión, sobre asuntos diversos” de la Audiencia de Filipinas, también del A.G.I. 8 Cfr, el Índices del Inventario de los fondos de Consulados del A.G.I., Madrid, 1979, de A. Heredia Herrera. de López Yepes, José: Introducción a Fundamentos de Información y Documentación, Madrid, 1989: reconoce que el “gran problema de la Documentación es la indización”. 10 Pinto Molina, María: El análisis de contenido: la indización de documentos en “Fundamentos de Información y Documentación”, Madrid, 1989, pág.365. 96 encabezamiento Tipo de ordenación Forma de expresión Nos hemos ahorrado la ordenación de las fichas y la copia mecanográfica de las mismas y del índice. Lo que no hemos suprimido es la corrección de los índices que se hace prioritaria y, yo diría, sin temor a equivocarmemás difícil y compleja que de forma tradicional. La faceta de la corrección de listados se intensifica y ha de ser rigurosísima, sobre todo en casos de documentación remota, porque los defectos de ortografía y de usos de términos y nombres, apuntados al hablar de los índices en general, se ponen mucho más de relieve por la falta, aún, de inteligencia en el ordenador para resolverlos. De la indización libre a la controlada hay un largo camino que no hemos terminado de recorrer, al no haber resuelto todos los problemas con el ordenador. Por el momento, difícilmente podemos desentendernos de la confección de un índice no sólo a la hora de elaborar las normas, antes de la introducción de términos, como a la hora de la corrección, a la salida. Entre las primeras: Confección de listas de sinónimos, Elección de términos principales, Uso del singular y del plural, Fijación de la ortografía (mayúsculas o minúsculas, uso de letras). El uso de las máquinas, bajo nuestra supervisión, lo que hace es acelerar el proceso de construcción del índice. Valga como experiencia práctica el proceso de elaboración de índice, con ayuda del ordenador, aplicado en la catalogación de las Consultas del Consejo de Indicas, que no ha sido una indización plenamente automática. Dicho proceso ha arrancado desde el mismo momento de hacer las fichas de catalogación, tras la lectura y análisis preceptivo de las consultas del Consejo de Indias que han requerido una normalización del resumen y del uso de términos significativos que habrán de ser utilizados para el índice. Yo diría algo. El índice siendo la etapa final del proceso de análisis, parte del conocimiento a fondo de la documentación que se está describiendo y de las instrucciones que la han generado. Si no es la principal manifestación de los lenguajes documentales controlados, sí con seguridad es la más estudiada por los documentalistas que le dedican toda su atención.11 2.2 Tesauros. Es un vocabulario específico y documental y los problemas para su construcción son de orden lingüístico. Como tales, son instrumentos indispensables para ordenar conceptualmente los fondos de las bibliotecas y de los centros de documentación y buscar información, facilitando la recuperación de los libros por el lector y de los datos por el usuario. Según Coll-Vinent, el tesauro es “una compilación de palabras y de frases que muestran sus sinónimos, relaciones jerárquicas y otras dependencias, cuya función es suministrar un vocabulario standarizado para el almacenamiento y la recuperación de informaciones”12 En estas fichas de catálogo, normalizadas, manuscritas y desordenadas, se han ido subrayando los nombre propios de personas y lugares y en otra ficha suplementaria que se cose a la principal, se han escrito las palabras claves referidas a conceptos o a materias (funciones, actividades, instituciones, cargos, etc.). 11 Laureilhe, Ma. Teresa: Bibliografía de Tesauros e índices por materias aparecidos después de 1960, París, Biblioteca Nacional, 1975, 22 págs. 12 Coll-Vinent, R: La información y el poder, Barcelona, 1988. A partir de aquí, la introducción en el ordenador del índice particular, tras la introducción de cada ficha de catalogación. 97 Los tesauros actúan en campos especializados del conocimiento, lo cual supone acotación de un campo de información documental. Su sectorización sin embargo ha favorecido una elaboración aislada y sin comunicación entre los distintos sectores. Exigen una normalización materializada en una codificación que permita la búsqueda de una misma información en distintos campos. Es decir, repitiendo: Hay una importante: cuarta etapa posterior e Obligan a una parcelación racional de los diferentes ámbitos de conocimiento y la creación de un sistema general codificado que permita un tratamiento uniforme, tanto manual como informatizado. El resultado de esta elaboración se compondrá de dos partes: una agrupación de términos por afinidad semántica y una lista alfabética de aquéllos. La primera es equivalente a un cuadro de clasificación a priori, por áreas y categorías, de conceptos (no de documentos) y la segunda es un índice permutado (palabras-claves) puede estar completado con índices auxiliares (así geográfico, p.e. de regiones u otras circunscripciones) o índices secundarios (palabras vacías o ambiguas). -Actualización del tesauro. El tesauro no es un diccionario especializado, por cuanto no define, se compone de una organización de descriptores por campos semánticos y en orden alfabético con relaciones de vecindad. Con todo existen intentos de superar la sectorización, mediante la elaboración de magotesaurus, pero esto puede ser inabarcable. En el campo de los archiveros la sectorización vendría establecida por fondos similares de archivo, no por grupos de archivos: Consideran los documentalistas13 que los accidentes lingüísticos que afectan a los términos (homónimos, homófonos, homógrafos, polisemia, sinonimia)14 deben ser evitados en un tesauro por cuanto es un lenguaje controlado. Fondos eclesiásticos, Fondos municipales, Fondos de protocolos notariales, Fondos americanistas o indianos. La principal misión del tesauro es la inducción en cadena sobre la información solicitada. Ese carácter evocador ha de lograrlo mediante el establecimiento de variadas relaciones. Antonio García Gutiérrez nos las especifica: Para su confección son necesarios el archivero, los usuarios, los documentalistas y los lingüistas. Al 50% metodología lingüística y metodología documental. Pretende ser, sobre todo para los archiveros, el perfeccionamiento del índice. Representa su evolución y mejora. - Relaciones basadas en la categoría semántica, mediante lo que se llama término relacionado (T.R.) Su elaboración se hace en tres etapas: - - 13 García Gutiérrez, Antonio, Ob. cit. Págs. 313346 14 Recordemos: Homónimos y homófonos: términos con igual sonido para distinto significado (no suponen incidencia). Homógrafos: igual grafía y distinto significado (palo/bastón; palo/baraja). Polisemia: un mismo significante con varios significados (cubierta: barco, adjetivo, neumático). Sinonimia: distintos significantes con igual significado). Recopilación de la terminología del campo o área (por medio de léxicos, diccionarios, listas, índices, bibliografía sobre instituciones). Reducción y selección de ésta al mínimo (palabras claves o “vedettes”. Agrupación jerárquica por familias. Establecimiento de una gramática que relacione los términos seleccionados. 98 /microfilm/ T.R./microficha/ /miocrofilm/ - equipo de manifestada en la incompatibilidad de la mayoría de los tesauros actuales. /microficha/ T.R. 2.3. Índices y tesauros. Las diferencias del tesauro con el índice están de entrada en la agrupación por familias y en el establecimiento jerárquico de los términos. La confección de un índice, en principio, pudiera entenderse sólo como la relación alfabética de voces referentes a personas, lugares y materias a partir del texto de un documento sin tener en cuenta la relación entre las palabras ni el lugar de las palabras en una estructura administrativa y jurídica. Estos son los índices que salen de los ordenadores sin controlar. Relaciones preferenciales o de sustitución, para los sinónimos y autónomos: USE (Ver, vid) UP (usado por) /censura de prensa/ USE/libertad de prensa/ - Relaciones definitorias mediante las cuales se limita, se excluye o explica un descriptor: NA (nota de alcance) Sin embargo los archiveros, desde hace tiempo, vienen trabajando con índices perfeccionados a partir de criterios de tesauro aunque no lleguen a aplicarlos en su totalidad. Quizá no les interese, al ser su método otro, en cuanto que cuentan de entrada con un cuadro de clasificación cuya agrupación responde al principio de procedencia y no a la agrupación por conceptos en razón de las familias de las palabras. Para los tesauros que, como hemos visto exigen especificación, normalización y actualización, existen una líneas generales de elaboración dadas por la ISO y la AFNOR15. Hay además experiencias que pueden ser tomadas como modelos, como es el THESBIND confeccionado por un grupo de investigadores del Instituto de Información jurídica de Florencia que ha significado un esfuerzo a nivel internacional de normalización en un campo específico: el jurídico) comprende la confección de hasta diez listas16 En ese sentido estamos aplicando el criterio para los sinónimos y para determinados descriptores establecemos una familia, pero siempre sobre una base de orden alfabético: Como conclusión saltan a la vista las ventajas que supone su flexibilidad, su especialización, su facilidad de revisión y la multiplicación de combinaciones entre los términos. Con todo existen inconvenientes graves: costosa elaboración, necesidad de un Merced: - 15 ISO: Principes directeurs pur létablissement et le developpement de thesaurus monolingues. Génova, 1974. Norme ISO 2788, pág. 3 AFNOR : Régles d’establissement des tehesaurus en langue francaise, París, 1973, 20 págs. La UNESCO sólo recomienda 2.000 descriptores para un tesauro, la ISO en cambio considera la dimensión óptima por facetas entre 30 ó 40 descriptores, o sea, la dimensión en función del número de campos abarcados. 16 Sobre su detalle Cfr.: Amorós Devesa, Ma. Ángeles y otros: El thesaurus, “Boletín de Anabad”, 1-2, 1986, págs. 197-203. económica, de encomienda de exención de impuestos, de hábito, de oficio, de perdón, de prórroga de, de título nobiliario, de vacantes de obispados, de vino y aceite. Hay algo que no me atrevo a decir, los tesauros para los archiveros no tienen el protagonismo que para los documentalistas y los bibliotecarios y son a mi modo de ver, instrumentos auxiliares de algo que para 99 alfabéticas de estas voces o resúmenes y con frecuencia nos eximen de la confección de catálogos. Estas listas alfabéticas o relaciones sumarias (por orden cronológico) pueden constituir apéndices del Inventario y una copia de ellas debe quedar a primera vista dentro del legajo correspondiente. nosotros sí tiene el protagonismo a la hora del análisis documental, tras la organización documental: los instrumentos de descripción. No olvidemos que nuestros índices han de plantearse desde las posibilidades de información de los documentos de archivo, a posteriori, ordenando alfabéticamente sus datos mientras que los tesauros parten de las necesidades de los usuarios, a priori, clasificando la información. 3.2 Se trata de una relación topográfica que enumera las unidades de instalación por orden de ingreso. Cada uno de los asientos del registro se refiere a los legajos, a los libros, a las carpetas, no a las unidades o agrupaciones documentales (sección serie, pieza documental). Formalmente el índice se manifiesta en una lista, el tesauro precisa de varias. El índice tiene un campo de acción concreto, limitado a un libro o a un documento o a un instrumento de descripción; el tesauro, aún siendo especializado, abarca un área inmaterial y más amplia referida a un campo de conocimiento. Su finalidad como ya hemos apuntado es fundamentalmente de control, de aquí la ayuda que pueda prestar al profesional de archivos en este sentido y no al historiador al que no compete el control. El índice puede ser obra de una sola persona, el tesauro exige la colaboración de especialistas de diferentes campos (Documentación, Lingüística, área del conocimiento acotado). Estos registros son más frecuentes en los depósitos de documentación “administrativa”, que en los históricos, ya que ordenadamente recogen según el número de ingresos en el archivo las unidades de instalación. Puede existir un registro de libros y otro de legajos, o uno solo cuando no existe separación en la instalación de uno y de otros. Un índice se puede elaborar a base de una normativa, el tesauro requiere normalización por cuanto exige una aceptación mucho más amplia y generalizada. En esta línea aquél es más “mecánico”, mientras que el segundo es más “intelectual”. El formato de registro podrá ser un libro o bien un fichero. Quiero manifestar mi preferencia en el caso de archivos administrativos, por las fichas, ya que su movilidad permite la sustitución cómo de fichas en el caso de “expurgos”. El tesauro es un instrumento para control y recuperación de la información, el índice se utiliza para recuperar y localizar los documentos y la información que contienen. Son frecuentes las ocasiones en que se confunde todavía un registro con un inventario. Los denominados, equívocamente, “inventarios topográficos” no son más que registros. 3. Otros instrumentos de descripción. 3.1 Listas alfabéticas y sumarias de contenido. Registro relaciones A veces el contenido misceláneo de algunas series o de algunos legajos, consecuencia de una práctica no adecuada pero que conviene respetar, o la existencia de expedientes que pueden individualizarse por el nombre de una persona (como el caso de expedientes personales) o por un resumen de contenido nos lleva a la confección de listas El registro, en los archivos de algunas instituciones desaparecidas, constituía el único instrumento de descripción y de control existente17. 17 Heredia Herrera, Antonia: Historia de un depósito documental: El Archivo del Consulado de 100 límites fijados para una Guía. Si ésta puede referirse a un conjunto de archivos con determinadas características específicas (eclesiásticos, nobiliarios), a un archivo en particular (Guía del Archivo General de Simancas) o a una sección (Guía de la Sección de Clero de A.H.N.), el censo abarca dentro de unos límites geográficos muy amplios (una nación, una región, una provincia) toda la diversidad de sus archivos. Los datos del asiento o ficha individualizada de cada unidad de instalación para el registro habrán de constatar en primer lugar el número de orden, la calidad física de la unidad (libro o legajo), a continuación la indicación de la procedencia (negociado, oficina) y la descripción de contenido de una manera breve con expresión de fechas extremas. Estos registros ofrecen la cuantificación de unidades de instalación en un momento determinado, pero no son reflejo de un fondo organizado, ni siquiera ordenado, ya que el orden sólo está determinado por el ingreso, por la entrada en el archivo central y reflejará el lugar ocupado en las estanterías. Así, junto a un legajo de expedientes personales, podrá estar otro de proyectos de obras y junto a éste otro de expedientes de Asesoría Jurídica. 3.3 Los censos nos permiten conocer el número total de archivos (padrón o lista), el estado general de conservación de las fuentes en ellos depositadas, el equipamiento, accesibilidad, personal a su cargo, presentándolos en una panorámica total y sencilla. La descripción sólo desciende a las fechas extremas del conjunto. En los censos se nos hace patente la existencia de fuentes y su dispersión, alejados muchos de los grandes depósitos conocidos, pero que no por eso deben ser ignorados. Con los censos, siguiendo a Vicenta Cortés18 se evitará la pérdida de documentos al ignorar su existencia y se tratará de aprovechar su información. Censos. He dejado para el final este instrumento de la descripción archivística que requiere una consideración aparte por sus características especiales. Los censos de archivos son instrumentos indispensables de la Administración de Archivos con vistas a una planificación archivística. Son necesarios para obtener un estado general de la situación de los centros en cualquier nivel (nacional, regional, local). La elaboración de censos se ha incrementado recientemente al configurarse dentro de los diferentes países la Administración de Archivos que precisa de una información general sobre la que sustentar sus programas de actuación en la materia. Son también fundamentales para la elaboración de las Guías referidas a un conjunto de archivos unidos por un nexo que puede ser el marco geográfico o las características de sus fondos (Guías de Archivos Andaluces, Guías de Archivos Eclesiásticos). Así, en estos últimos años, el Centro de Información Documental en algunas provincias españolas ha elaborado un censo de archivos cuyo modelo normalizado puede servir de ejemplo, amén de otro formulario empleado para los archivos eclesiásticos mexicanos. Para delimitarlos hemos de considerar su primordial finalidad de control. En cuanto a su objeto no son los documentos en sí, sino los depósitos documentales o los archivos. Son particularmente amplios y sobrepasan los 3.4 Colecciones documentales No podemos terminar el apartado de la 18 Cortés Alonso, Vicenta: Panorama de las fuentes documentales de Andalucía. Actas del I Congreso de Historia de Andalucía. Fuentes y Metodología”, Córdoba, 1978, págs. 3-34. cargadores a Indias, “Actas II Jornadas de Andalucía y América”, Sevilla, 1984, págs. 485499 101 descripción sin hablar de catálogos de colecciones y de la edición de fuentes que transcriben íntegramente un conjunto documental cuyo nexo de unión suele estar en el tema o en el ámbito geográfico. Han existido épocas de un gran fervor por estas Colecciones fomentadas y subvencionadas por los países para recuperar la documentación referente a su historia existente en otros archivos del mundo. El catálogo no ofrece variantes sustantivas respecto de un catálogo de series documentales, aparte de que cada asiento podrá ser independiente sin guardar relación con el anterior o el siguiente. Claro ejemplo de esta afición fueron las Comisiones Nacionales desplazadas para este fin desde las repúblicas hispanoamericanas a Espala. Muchas de las colecciones emprendidas quedaron inacabadas. De ellas cabe resaltar las argentinas y la labor que al frente de las mismas llevó a cabo el profesor Levillier20 Las colecciones documentales en forma de edición de fuentes son extensas y costosas tanto por el tiempo que supone la transcripción como por el importe de la edición. Y estos costos no suelen compensar en cuanto a su utilidad, teniendo en cuenta que ni incluso una transcripción total y bien hecha del documento puede sustituir al original. De aquí que estas colecciones no sean punto obligado en una programación descriptiva. Suelen responder la mayor parte de las veces a intereses nacionalistas, a programaciones de instituciones o de historiadores más que de archiveros. Estas ediciones exigen la reproducción del texto respetando las normas de transcripción más aceptadas19 y todo el aparato crítico que precisa el contenido del documento. 19 Existen diversas normas de transcripción. Entre ellas las publicadas por la Escuela de Estudios Medievales, a través del C.S.I.C.: Normas de transcripción y edición de textos y documentos, Madrid, 1944. 20 Heredia Herrera. Antonia: Bibliografía del Archivo General de Indias: pasado, presente y futuro, “Archivo Hispalense”, no. 207-208, Sevilla, 1985, págs. 41-92. 102 LOS INSTRUMENTOS DE DESCRIPCIÓN ARCHIVÍSTICA Y SU APLICACIÓN EN EL ARCHIVO HISTÓRICO DEL ESTADO DE MÉXICO Maria Teresa Dorantes documentales, pues a través de los años había sido imposible homogeneizar criterios y lograr una verdadera organización de los archivos; cada quien hacía lo que quería o podía, según su cultura, sus intereses o su imaginación. INTRODUCCIÓN Para pretender organizar un archivo de cualesquiera de los tipos y clases existentes, es preciso tener el conocimiento exacto de la historia de las instituciones, organismos o personas que generaron los fondos documentales, así como del manejo de la metodología de la ciencia archivística y los sistemas de organización existentes en las escuelas archivísticas internacionales, ya que en México no se ha dado una cultura archivística con personalidad y características propias. Este concepto de descripción es universal, y a través de él se propone que cuando estén ordenados los fondos se inicie una buena agenda de descripción, con a elaboración del instrumento fundamental de descripción: el inventario cardinal. Los catálogos elaborados sin un proceso de ordenación científica de los fondos y sus respectivas series documentales atentan contra los principios enunciados y, por ende, contra el proceso histórico de las funciones de los organismos o personas que generaron los fondos, pues mientras un fondo no sea perfectamente analizado, identificado, ordenado clasificado no podrá ser descrito, ya que esto implicaría la pérdida de su orden, y dicho fondo terminaría pervertido, dispersado y olvidado. Recordemos lo que decía sor Juana Inés de la Cruz: ‘Yo soy el archivo. Yo, depósito donde encierran el alma, los tesoros y riquezas. Infórmate de mí para que después puedas persuadir la voluntad, sin que el orden se pervierta (...)". La descripción archivística es la parte más importante dentro del trabajo intelectual que se realiza en los archivos del mundo, pues aglutina todos los elementos que dan origen a la ciencia archivística.1 Sin embargo cuando nos referimos a la descripción no enunciamos los trabajos metodológicos de la archivística provocando así que se le tome como sinónimo de la tarea de hacer catálogos de una manera indiscriminada y considerando a éstos como un instrumento de descripción fundamental. Ahora bien, la descripción debe entenderse como la aplicación metodológica de la ciencia archivística que contiene todos los elementos en la organización profesional de los archivos para, hasta entonces, describirlos en sus diferentes niveles, respetando y protegiendo su procedencia y su orden original. Como un ejemplo recordaremos la anécdota siguiente: una vez, al presentar la guía de un archivo de encumbrado origen y blasón el archivero informó que sus acervos estaban organizados en cinco secciones, las cuales se encontraban divididas en la instalación topográfica, haciendo de este magnifico repositorio una heterogénea desgracia, pues el archivero nunca contempló las secciones dentro de una organización científica de los fondos (como habían nacido). La sección uno tenía tesorería, juzgados, hospitales y educación; la sección cuatro estaba constituida por Hacienda, receptorías, cleros e inquisición. Recordemos que la Norma Internacional General de Descripción Archivística adoptó el término "descripción" con el amplio significado que le dio Teodoro Schellemberg, y éste no era precisamente el de hacer instrumentos de descripción, sino provocar o inducir con una sola palabra la organización de los fondos 103 El pretenso archivero, con escasa imaginación, jamás pensó que los documentos tenían un origen determinado y que deberían estar interrelacionados de acuerdo con su estructura orgánica y funcional. descuido el propio estancamiento y pérdida de profesionalismo de la actividad archivística más deplorable que los desencuentros que caracterizan en la práctica la triste relación que hoy existe entre nuestra administración pública y sus archivos, es la ausencia de trabajos serios sobre éstos, dentro de las investigaciones sobre administración pública silos archivos efectivamente son parte legítima y necesaria de nuestra administración pública....”5 Lo anterior sucede por carecer de información sobre la existencia de los elementos archivísticos para la elaboración de los instrumentos fundamentales de la descripción, así como de la metodología para lograrlos en su tiempo y en su espacio. EL ANÁLISIS ARCHIVÍSTICO En México, los archivistas navegamos en un iracundo mar de vicisitudes, y entre estos altibajos telúricos de cambios constantes (en los archivos municipales del país cada tres años), presenciamos: duplicidad de funciones, ausencia de una ley nacional de archivos, ambigüedad o discrepancia en las legislaciones existentes en el país, la nula aplicación de las leyes documentales, así como una falta de compromiso y conocimiento de los responsables de la toma de decisiones para el desarrollo archivístico nacional,2 estatal3 o municipal.4 Todo ello ha detenido a posibilidad de participar en un crecimiento armonioso y coherente en relación con América Latina. El análisis constituye el punto de partida de los trabajos intelectuales para la organización de los archivos; es el primer paso metodológico de la ciencia archivística.6 Se trata de un elemento fundamental para alcanzar el conocimiento exacto de los fondos que integran un archivo; sin él, el archivista estará imposibilitado para iniciar trabajos formales de descripción. El análisis archivístico nos lleva a la comprensión de los elementos que se interrelacionan con el conocimiento de las instituciones o personas y las funciones que dieron origen a la procedencia de los fondos y al orden original en el que nacieron sus documentos.7 En nuestro país se hacen catálogos sin previa organización de los fondos documentales, lo cual indica que iniciamos nuestras tareas por el último instrumento de descripción, dejando de lado la metodología de la ciencia archivística. Con esta actitud manifestamos nuestra indiferencia y nuestra ignorancia del hecho de que los fondos documentales tienen una procedencia, que es el resultado de la naturaleza de las instituciones y que éstas generan su documentación de acuerdo con las funciones, actividades y estructuras que les da la administración pública ORGANIZACIÓN CIENTÍFICA DE LOS FONDOS. METODOLOGÍA DE LA CIENCIA ARCHIVÍSTICA La aplicación del método deductivo propuesto por la UNESCO a través del Consejo internacional de Archivos nos lleva a iniciar nuestros trabajos científicos a partir de una hipótesis serial, previo conocimiento y estudio de la institución o persona que generó el fondo documental por describir. Tomemos así el caso del fondo Fomento, organizado, descrito y publicado por el Archivo Histórico del Estado de México: fue preciso saber cuándo habían dado inicio sus actividades y si éstas fueron sustentadas por algún decreto, ley o reglamento que diera vida jurídica a la naturaleza de sus funciones y a las oficinas que fueron surgiendo, debido a las solicitudes de servicios y menesteres de la sociedad decimonónica donde nació esta institución, columna vertebral de la administración pública En relación con lo anterior, Enrique Ampudia Mello dice: “...es importante señalar que dentro de la tradición doctrinal de la administración pública, existe una corriente de pensamiento que permite alimentar y orientar la reflexión acerca de las relaciones entre los archivos y las organizaciones gubernamentales dentro de la Administración Pública de nuestro país, donde lo que priva hacia los archivos es la marginación y el 104 mexicana. ordenamiento, podremos pasar hasta entonces a (a clasificación, cuyas claves determinarán las clases de series y señalarán la signatura o unidad de instalación que corresponde a cada serie dentro del fondo de procedencia. Estas claves se conforman con las siglas del archivo al que corresponden; las primeras letras del fondo de procedencia y las letras de la sección o serie, las que han sido elaboradas con anterioridad en el cuadro de organización científica; el número de volumen dentro de la serie; el número de expediente que le corresponda en el volumen; el año en el que se generó y el número de fojas que integran el expediente (documento simple o compuesto). Esto nos dará como resultado el control intelectual del fondo y as series que lo constituyen, la información que contiene y su dinámica v accesibilidad, así como la eficaz administración del archivo. Con estos elementos iniciamos la elaboración del cuadro de organización científica hipotético, conocido también como cuadro de clasificación. En este instrumento auxiliar de descripción archivística estarán contenidas las series de las cuales, según nuestro conocimiento de (a historia institucional y nuestra deducción, presumimos una existencia hipotética; por ejemplo: el cuadro de organización científica hipotético del fondo Fomento del Archivo Histórico del Estado de México, se inició con 45 series documentales; sin embargo, al finalizar los trabajos de análisis, el cuadro de organización científica definitivo arrojo 81 series. Luego de concluir el cuadro de organización científica definitivo y la etapa de análisis, y de rescatar el principio de procedencia (institución o persona que generó el fondo), podremos pasar a la etapa de identificación y rescatar todas (as series que constituyan el fondo documental. Cuando hayamos terminado los trabajos de clasificación, también con paciencia y dedicación mística, entonces nos encontraremos en posibilidades de concluir los trabajos de organización científica y estaremos preparados para la elaboración de los instrumentos de descripción archivística. Al concluir la etapa de identificación, procederemos al tercer paso metodológico, la ordenación, donde se inicia el rescate del principio de orden original. Aquí necesitamos toda nuestra vocación para probarnos a nosotros mismos si somos archivistas auténticos o burócratas castigados, ya que esta etapa es una de las más difíciles y requiere una irrestricta entrega, así como conocimientos archivísticos, pues se deberán ordenar uno por uno los documentos simples o compuestos (expedientes), con el pleno conocimiento de las características internas (actios y conscriptios) que las integran (acción, tiempo y espacio), así como de sus características externas, e ir colocando la documentación en el lugar serial que corresponda, ordenada de acuerdo con el día, mes. Y año en el que se genero, hasta completar el conjunto de las series que conforman el fondo documental. Los trabajos de organización científica son el resultado de la calidad del ordenamiento de los fondos documentales, que al concluirse nos dan la posibilidad de iniciar (a elaboración de los instrumentos de descripción, primero en soporte tradicional y después en soporte informático que es nuestra aspiración. La descripción, de acuerdo con los 26 elementos de (a norma ISAD (G), nos da como alternativa la homogeneización de una organización científica y los trabajos Óptimos en (a descripción multinivel.8 Descripción, palabra mágica propuesta por Theodore Schellemberg, 9 aceptada por (a gran teórica española Antonia Heredia Herrera y ahora adoptada por el Conseil Internacional des Archives.10 LOS INSTRUMENTOS DE DESCRIPCIÓN ARCHIVÍSTICA En este nivel de organización científica tendremos con exactitud las fechas extremas, es decir, cuándo nació el primer documento y cuándo el último Los instrumentos de descripción son los elementos archivísticos que contienen la información de los fondos documentales organizada científicamente en sus diferentes Si concluimos con optimismo y paciencia el 105 niveles de descripción, Si bien sus características estructurales serán diferentes de uno a otro instrumento.11 específicos de cada serie documental ordenada. Es el medio fundamental para apoyar a los usuarios, ya que en él se localizan las fechas extremas, los elementos básicos de tiempo y espacio, y el volumen documental, indicado en la unidad de instalación o signatura para el proyecto de investigación específico; a tipología documental nos dirá en forma precisa el tipo de funciones del organismo generador y la interrelación del lugar o persona como parte de un todo, pues el inventario cardinal describe series documentales de un fondo determinado. Se deberán incluir los índices necesarios para un óptimo servicio y acceso a la información contenida en el inventario cardinal, ya que este generoso instrumento de descripción archivística constituye un apoyo para organizar masas documentales. Existen siete instrumentos de descripción archivística: tres básicos y cuatro auxiliares; 12 los instrumentos básicos son: • La guía, • el inventario y • el catálogo. Los instrumentos auxiliares son: • • • • El cuadro de organización científica, el índice, el registro y el censo. Como ya se mencionó, la decisión de elaborar los instrumentos de descripción archivística se tomará después de haber logrado una óptima organización científica de los fondos que se resguarden, pues jamás se podrán elaborar los instrumentos de descripción si se carece de una organización científica planificada de acuerdo con las características de los fondos documentales y con estudios preliminares. Al concluir los trabajos de organización científica de fondo y luego de elaborarse el inventario cardinal, se deberá redactar la historia institucional de fondo inventariado, que se realiza con los datos contenidos en los propios documentos, mencionando las lagunas históricas existentes, las situaciones a las que estuvo expuesto el fondo a través de su propia historia, y desde luego se buscarán los soportes jurídicos, legislativos o administrativos que dieron vida formal a la institución, como leyes, decretos, reglamentos, etcétera, además de la bibliografía necesaria para la investigación histórica de la persona o institución generadora. La guía La guía es el instrumento de descripción que ocupa más elementos de la Norma ISAD(G), pues su propósito fundamental es describir de manera general los fondos documentales que integran un archivo municipal, estatal, federal, eclesiástico, clínico, privado, industrial y todos los archivos existentes en un país o comunidad determinada; también se podrá elaborar la guía de un fondo. Esta tiene como objetivos orientar al usuario con respecto a lo más importante del archivo, establecer relaciones con otros tipos si es que existen convergencias e interrelaciones con otros fondos documentales, y aportar bibliografía que apoye al conocimiento de las instituciones y los servicios que presta el archivo y la ubicación del fondo. La historia institucional del fondo inventariado apoyará el conocimiento del organismo que generó la documentación motivo de una investigación determinada, lo que repercutirá en la excelencia del trabajo investigadorarchivista ya que los tiempos se optimizarán y se ocuparán en la búsqueda de más información. El catálogo El catálogo es el instrumento de descripción archivística que se elabora al concluir el inventario cardinal. Su estructura es la descripción de los documentos simples o compuestos, y con él se concluirá la descripción archivística multinivel. El inventario El inventario cardinal es el instrumento de descripción archivística que nos proporciona información dinámica y los elementos profesionales necesarios para elaborar los demás instrumentos de descripción El método que se aplica en archivística es el 106 deductivo, es decir, los fondos documentales se organizan de lo general a lo particular, con la finalidad de Llevar a cabo la homogenización de la descripción multinivel que indica la Norma ISAD (G). El catálogo es la herramienta de descripción empleada en el último nivel, y contiene información detallada con extrema calidad de síntesis, siguiendo los lineamientos internacionales. La información debe incluir los elementos precisos de los documentos que Integran los expedientes dentro de un volumen específico que conforma una serie documental de un fondo determinado. Los expedientes no podrán separarse de su serie ni de su fondo de origen, ni se podrán desvincular los expedientes, pues éstos mantienen la unicidad y son indivisibles, ya que construyen el resultado de acciones en un tiempo y en un espacio, en coordinación con la persona o institución generadora. que complementa los instrumentos básicos, y resulta indispensable para la elaboración de guías, inventarios cardinales y catálogos. Su elaboración responde a diferentes criterios, ya que dependerá de las necesidades que surjan de las características de los fondos a de los archivos. Los Índices pueden ser onomásticos, geográficos, alfabéticos, etcétera, de acuerdo con las estructuras funcionales del organismo o de la persona que haya generado los fondos documentales. El registro Es el instrumento auxiliar de descripción para los archivos de la primera edad (prearchivos o de trámite) y de la segunda edad o de concentración; se conoce también como inventario topográfico. Se ha utilizado errónea e indiscriminadamente en los archivos históricos como listado, y durante más de cincuenta años ha ocupado el lugar del inventario cardinal. El cuadro de organización científica Es un instrumento auxiliar de la descripción que resulta imprescindible para el inventario cardinal y para las demás herramientas de descripción. Se elaboran en los primeros pasos de la organización científica del archivo; se debe realizar en todas las clases y tipos de archivos que existen, de la primera a la tercera edad del documento; sus características serán determinadas por las vigencias, de acuerdo con las instituciones o las personas que generen los documentos. Este cuadro nos indica la jerarquización de las series documentales, presentadas en su formato de características verticales, y facilita el acceso del usuario a la información del conjunto documental pues proporciona una visión general y dinámica del panorama preciso de los fondos, las secciones y las series que los conforman, así como del total de fondos que resguarda un archivo. El registro solo enumera y cuantifica a nivel general las unidades de instalación (volúmenes, legajos, etcétera), pero no refleja la organización científica de los fondos ni apoya una optimización de los recursos de tiempo y forma, ya que solo es una herramienta auxiliar para la descripción archivística. El objetivo fundamental del registro es única y exclusivamente de control interno de los fondos administrativos y de concentración, pero tiene el inconveniente de contener un mínimo de información; es admisible para los archivos señalados, si bien carece de la metodología de la ciencia archivística. Se trata de un instrumento auxiliar técnico para el registro de préstamos o recepción de remesas de concentración, esperando tranquila y silenciosamente el cumplimiento de las vigencias documentales. Sin la existencia del cuadro de organización científica será imposible Llevar a cabo una organización seria de los archivos ni mucho menos realizar una descripción archivística. Por ello, representa el instrumento auxiliar para la elaboración de los tres instrumentos básicos de la descripción archivística. El registro no se debe elaborar en un archivo histórico, ya que se perderían tiempo y recursos. En el archivo histórico solo se elaborarán los instrumentos básicos y los auxiliares que se requieran para su óptima organización y administración, frente a los El Índice Es el instrumento auxiliar de la descripción 107 instrumentos de descripción archivística, para conocer la realidad de los archivos mexicanos, pues mientras solo digamos que nuestros archivos están “organizados” sin exponer nuestros instrumentos de descripción, seguiremos en las mismas condiciones, negados al desarrollo de una verdadera cultura archivística. requerimientos de un archivo permanente o de tercera edad con un eficaz servicio de información a los usuarios. El censo Es el instrumento auxiliar de descripción que nos permite el acceso a la información global de los archivos. A través de él se conoce el número total de los archivos existentes en un municipio, estado, país o inclusive en el mundo, y se conocen también las características de conservación, el nivel y calidad de la organización archivística y el desarrollo de los instrumentos de descripción, así como las características legislativas. 2. Que el AGN realice seminarios sobre descripción archivística a nivel nacional e internacional, para fortalecer nuestros conocimientos con las experiencias obtenidas en otros archivos de México y el mundo. 3. Que la Mención Nacional al Mérito Archivístico se otorgue a los archivistas que realicen aportaciones teóricas y técnicas en beneficio del desarrollo de la archivística nacional. Solo de esta manera podremos aspirar a un crecimiento coherente con la dinámica del siglo XXI. El censo responde a una panorámica general de determinado grupo de archivos, pero deberá efectuarse con una estricta ética profesional pues hará mención del estado real que guarden los archivos censados. Si un censo no se realiza con veracidad los archivos permanecerán en el olvido, no se permitirá su desarrollo óptimo ni se lograra un reconocimiento de la archivología y por ende de los archivistas. 4. Que se integre la Asociación Nacional de Archivistas Mexicanos y que participe a nivel internacional con asociaciones gremiales como la brasileña, la española, la francesa, la inglesa, etcétera, y desde luego que sea reconocida por el Consejo Internacional de Archivos. CONCLUSIONES Debido a la falta de difusión de los acuerdos y trabajos archivísticos a nivel nacional e internacional durante los últimos diez años, la archivística mexicana se ha detenido en sistemas incongruentes, anacrónicos y desfasados por más de cincuenta años. Priva el desconocimiento de las reglas y los principios universales de la ciencia archivística, como el manejo del fondo, la sección y la serie documental, pues en el umbral del siglo XXI todavía existen personas y hasta universidades que siguen utilizando el sistema decimal para la organización de los archivos. Todo esto nos ha llevado a la ignorancia total de la alternativa presentada por la UNESCO a través del Consejo Internacional de Archivos y su Comisión Ad Hoc para normas de descripción: la Norma internacional General de Descripción Archivística, ISAD (G) o General International Standard Archival Descripción. NOTAS 1 DUCHEIN, Michael, Prologo al libro de HEREDIA HERRERA, Antonia, Manual de instrumentos de descripción documental, Sevilla, España, Diputación Provincial de Sevilla, 1982. Michael Duchein es inspector general de los Archivos Nacionales de Francia y egresado de la École de Chartres. 2 No existe una Ley Nacional de Archivos. 3 Como un ejemplo: parece ser que en el Estado de México el Sistema Estatal de Documentación solo reconoce al Archivo del Poder Ejecutivo, ya que jamás ha realizado trámites ante las autoridades correspondientes para un desarrollo integral y congruente de la archivística con la administración pública mexiquense. 4 No hay una concientización para legislar a nivel municipal sobre materia de archivos. 5 AMPUDIA MELLO, Institucionalidad y gobierno. Un ensayo sobre la dimensión archivística de la Administración Pública, México, Archivo General de la Nación, 1988, PP. 7-20. 6 REYES, Román, Terminología Científico Social, Anthropos, Editorial del Hombre, Ministerio de Cultura. 7 DORANTES, Maria Teresa, ‘La archivística general a través de la metodología de la ciencia archivística’ (en revisión, original en soporte informático para publicación). 8 Conseil International des Archives et Commission Ad Hoc, Paris, Francia, 1 990. 9 SCHELLEMBERG, Theodore, Técnicas descriptivas de archivos, Córdoba, Argentina, 1961, p. 1. 10 Conseil International des Archives, op. cit., p. 4. 11 DORANTES, María Teresa, op. cit., p. 2. 12 HEREDIA HERRERA, Antonia, Manual de instrumentos de descripción documental, Sevilla la, España, Diputación Provincial de Sevilla, 1982. PROPUESTAS 1. Que el AGN convoque a una reunión nacional de análisis y evaluación de los 108 11. THE ARRANGEMENT AND DESCRIPTION OF ARCHIVES IN PREPARING his archives for use, an archivist has two aims: good order and ready availability. Having accessioned and shelved a collection, the archivist needs a record of where it is located in his repository, and what treatment he has given it; if it is an accession of some size the order of its parts should be quickly intelligible, both in general in the strong room and in detail on the shelves. Secondly, if the archivist wants to be able to refer easily to particular items in a collection it will need to be analysed to varying degrees. Schellenberg calls these two processes “arrangement” and “description”.’ Arrangement embraces accessioning and classification; description involves cataloguing (of various types) and indexing. form. This should be fairly substantial, with plenty of vertical rulings. An accessions volume is expensive if specially made, but it is possible to adapt a standard account book. An accessions register in card form is not an adequate substitute for a volume: cards can get lost or misplaced or destroyed. Arrangement Schellenberg defines the primary purpose of an accessions register as providing “an immediate, brief, and permanent record of how material came into a repository” (Local Records would also include record of where the material goes to in the repository.) The “permanency” required by Schellenberg’s definition is catered for by using a substantial volume. “Immediacy” means registering the details of an accession while the details are still fresh in the archivist’s mind, so that the collection doesn’t get lost sight of, or out of sequence. While registering the accession the archivist can also complete the first stage of its treatment: giving the documents a first dusting, perhaps, boxing loose items, noting documents which need urgent repair, and, having given the collection an identifying number, putting it away in a recorded part of the repository. The accessions register is, after all, perhaps the most important single record of the repository’s activities: a methodical, chronological record of the receipt of archives. Beyond that, it has psychological value as an indication of the importance attached by the repository to the records it receives: it should be neatly kept, without alterations, and preferably written in one person’s handwriting. Accessioning (i) Accession RECEIPT When an accession of (particularly, private) records has been received the archivist will want to express to the owner his thanks for the deposit or gift. In his enthusiasm he may be tempted to promise a list or catalogue by a certain date, or perhaps “in the near future”. The archivist should, however, resist this temptation: he has no idea what other pressing commitments he may have to accept, and even everyday administrative distractions will usually unhinge a hopeful schedule. Instead, but as a token of the value which he places on the accession, and in the nature of something on account, the archivist may well feel that an official, though attractive, receipt would be acceptable to the owner: the Warwickshire Record Office, for instance, supplies a foolscap receipt in hand-made, linen-rag paper, headed with the county’s coat of arms. As for “briefness”, the following details need to be recorded: accession number, date received, source, terms on which received, description (including covering dates), quantity, correspondence file, location, and classification. These details might be laid out across two open pages of a register as illustrated. (ii) ACCESSIONS REGISTER The carbon copies of accession receipts are useful for reference purposes, but the archivist also needs a more formal record of his acquisitions: an accessions register in volume Frequently, more than one accession is received from the same source. Local Records advises cross-reference in the accessions 109 occasional correspondence, much of it from people wishing to visit the record office; II. Subjects, containing the office’s general mass of papers, arranged by topic and ranging from, say, “Annual reports” to “Wills”; III. Collections, in which are arranged alphabetically the files of correspondence concerning particular accessions; correspondence negotiating an accession being transferred here from section I as soon as the accession has been received. register, and suggests, as the simplest method, a forward reference from the first entry to all additions, with later entries merely referring back to the previous one.4 In county record offices it is usual to keep separate registers for official and unofficial records. In addition, a register for temporary deposits and loans is desirable to cater, for instance, for outside documents being examined, documents received from another record office for the convenience of a student. An accession itself must, of course, be labelled with its accession number. A good many accessions are quite small and can be put in either single envelopes or single boxes. If there is more than one item it is unnecessary to label the items themselves, simply the envelope or box that contains them; but, naturally, if an item is ever removed from the strong room, care must be taken to relate it to its container. If there are several containers it is useful to label them: Acc. 128/1, Acc. 128/2,..., Acc. 128/8 (end). It is convenient to allot part of a strong room to unclassified accessions, so that they can be kept in numerical order (though, of course, a single accession may fill a considerable part of a strong room and so disturb the sequence). As collections are classified they are normally removed from this location, but small accessions, which it would be superfluous to classify, may well continue indefinitely in their accession order. A further useful, subsidiary register is one of correspondence, containing a daily record of all in-coming and out-going letters. It might take the following form, across the open pages of a quarto or foolscap notebook: DATE FROM/TO SUBJECT FILE In this dual purpose correspondence register in-coming letters are entered in black and outgoing letters in red. A correspondence register is helpful in tracing a letter when its writer’s name has been forgotten, and also in proving, to the archivist’s satisfaction at any rate, that he has not received a letter which someone else claims he has. A simple system of filing correspondence and other papers in a record office has three Acc. No. 128 Date of acc. 16.6. 1971 sections: I. Source Terms Atlas Engineering DeCo., Ltd. Olimpus posit Works, Barcheston (through Mr. G. Jones Company Secretary) Miscellaneous, Desvriptions Quantity Accounts, correspondence, minutes, drawings, photoGarphs, c. 1868 – c 1950 containing all 110 5 boxes and 3 rolls File III Atlas Location or Classification Strong room C (iii) ACCESSIONS CARD INDEX To complement the register it is useful to have a card index of accessions, so that the archivist can quickly locate a collection. This index may be an elaborate one, recording not only much of the information already in the register, but also the various stages of treatment sensitive to the nature of the organism he is operating on. From his first sight of a collection to the last catalogue entry he makes, the archivist adapts his treatment of the collection to an unspoken assessment of its character, its age, its comprehensiveness, its physical condition, its order, its housing, its use. of the collection, such as stamping, cataloguing, calendaring, indexing, and dissemination of catalogues. However, it is also worth having a simple index, giving the name of each collection and its location in the repository, arranged by classification marks: this helps to keep a check on the allocation of these marks. What the archivist will not disturb is the original bundle. He may find this tied round with string or tape, wrapped in brown paper, or contained in a tin deed box. These documents have been deliberately put together in the past because they related to a certain piece of property or a particular transaction. It is likely that the bundle will have a label, the parcel a note, the tin box a schedule, describing the contents of each bundle; in addition, the bundles may be numbered and there may be an inventory of them. The bundles, therefore, are clearly organic units, and the archivist must preserve them as they are; he will, in fact, bring similar bundles, parcels, or tins into proximity with each other so that they may form one of the classes (for example, deeds or correspondence) or sub-classes (for example, vouchers) of the collection. Classification It is a usual practice today for archivists to arrange a collection physically in classified order, and for the catalogue of the collection to follow the same order. This operation, called “classification” by Schellenberg and “sorting” in English record offices, involves, of course, to some extent, imposing order on the collection; but, to guard against excessive rationalization (or “methodizing”, as it was called in the nineteenth-century Public Record Office) the archivist is all the time looking for the natural organic order—the manner, that is, in which the records were created There is an older, more cautious procedure which simply accepts any arrangement existing in the records when they are reccived lists them document by document, from the first container to the last This method has two disadvantages. Firstly, in listing document by document, the archivist is tied to a detailed description of the collection: he cannot proceed by broad groups in case other related documents turn up in other parts of the collection. Secondly, a collection treated in this way presents a confused picture both on the shelves and in the catalogue; the archivist can never have the satisfaction of embracing all the household accounts or all the medieval deeds; he is continually taking boxes down to extract isolated documents. Similarly, since most inquiries arc for runs of documents from particular archive groups, it is easier for the searcher if he can see these runs listed consecutively in the catalogue. The condition of an accumulation of records when they are received into a repository varies enormously according to the attention they have been given in the past. They may be in good order, or, more likely, some parts of the collection, for instance, those in recent use or those with attractive bindings, may be in better order than others. Many collections of family and estate records come into record offices at a time of depleted staff, so it is possible for a collection which ‘was once well ordered to show signs of recent neglect or disorganization. It may also be the case that the records have been through the hands of an intermediary, perhaps a historian, who has imposed his own artificial arrangement. For whatever reason, then, it is almost certain that the archivist must, to some extent, restore the archive order. Collections are rarely received by the archivist in the order in which he will decide to arrange them. This may seem to contravene the maxim that the archivist must preserve the original archive order; but what, in fact, he is trying to do is to revive or reveal this order. It is a subtle, delicate process, but, like a surgeon, an archivist must be firm, while remaining How does an archivist set about sorting (or classifying) a medium-size collection which has lost most of its organic order? As Mr. Francis Steer says, archivists have different notions about size in archive accumulations,5 but the 111 the volumes later on. Two such slips would then appear thus: collection imagined here would not be too embarrassing; not too big, that is, to stack, when received, in one large sorting room, leaving enough space for tables and for manoeuvring. Ample sorting area is essential. A good idea, employed at the Staffordshire Record Office, is to have plenty of large pigeon holes around the walls of the sorting room. Also useful, for sorting long series of small documents, is a smaller, movable frame of pigeon holes, say 5 ft x 4 ft overall, with eighty holes each 7 x 5 in., which can be hung on the wall. Such a frame was used in the Nottingham University Department of Manuscripts for sorting 5000 medieval deeds connected with thirty counties; under each pigeon-hole was a strip of plastic on which place-names could be written with a crayon and then erased. In the absence of pigeon-holes a considerable number of tables is necessary; these can well be trestles or stacking tables, to be stored away when not in use. A WALLOTON HOUSEHOLD 1573-82 A WALLATO N 1713-25 Where A = accounts and R = rentals. When the archivist has gone through the volumes in this way he can sort them into classes (e.g. accounts) and types (e.g. household), arrange them chronologically within these groups, and pile them away on a side table or on the floor. He does not, however, list them at this stage because other similar volumes may turn up in boxes or parcels. The archivist, then, looks round his store room at a jumbled mass of volumes, bundles, maps, tin boxes, cardboard boxes, and parcels. He sees similar types of records in different parts of the room, and he may decide to move like things near to each other, but it is not essential and he may not have space. Since his aim is to classify, arrange, and list the accumulation as a whole, and he cannot be completely certain about everything that is there until he has looked at the last item, the archivist cannot start listing until he has come to the end of sorting. What he does instead is to insert into each volume or bundle, as he deals with it, a projecting slip of paper on which he writes brief details of the item. After the volumes have been gone through, it is a matter of personal preference which class the archivist turns to next; perhaps an attractive group of estate maps engages his attention. If the number of maps is considerable they may take some time to identify and record. Large and, particularly, rolled maps are rather awkward to handle, so the archivist needs a good-size table, and lead weights to keep the maps flat while he is examining their details. As rolled maps acquire a column of dirt down the innermost margin it is worth while giving them a preliminary wipe with a duster (treatment which is desirable with volumes and bundles, too, at this stage, looking at the same time for evidence of mould and insects). Perhaps the best items to start on are the volumes since they can be worked through more quickly than, say, bundles. The archivist thus makes an earlier impression on the collection, and this is always psychologically helpful. Having collected the volumes together, the archivist begins to examine them one by one. As he identifies volumes of accounts, of rentals, of surveys, etc., he notes this information on the slip which he inserts in each volume, giving also locality and covering dates. He may well at this stage put a classifying letter at the head of the slip; this will help him to sort Eventually, of course, the archivist will want to catalogue his maps, giving details of size, scale, surveyor, area, special features, etc. For the moment, however, all that he is concerned with is date and locality; if the area covered by the map includes parts of several parishes their names should be noted, or, alternatively, the area can be identified by the name of that part of the estate. These details are then written in pencil at one end of the outside of the rolled map, and can remain there for convenience even after listing. The maps are probably best arranged alphabetically by principal place, and 112 Applied to a mass of estate papers made up in bundles, the moral for the archivist is not to read, identify, and list each individual document, but to flick through a bundle, noting as he goes the dates of the earliest and latest documents, and the subject, or principal subjects, referred to. Of course, this way he will miss some of the subjects, but even if he read every document he would still, because he is not a research worker, miss much of the matter. At this stage the archivist is not aiming at a calendar of the documents, but simply a descriptive list, that is, a list which will give to an inquirer an idea whether the documents fall within his period, his locality, and his subject. The archivist can build up a fair speed in this method of dealing with bundles of papers. within that chronologically; minor places will appear in the list, and should ideally be picked up in an index. Deeds form a considerable part of most estate collections. Detailed cataloguing and calendaring of deeds comes later. At the listing stage the technique for deeds is the same as for other material: to slip a note under the string of the bundle or parcel, giving the covering dates and the places referred to. How the bundles and parcels are then dealt with will depend on their quantity and the structure of the estate. The Middleton family archives in the Nottingham University Department of Manuscripts contain two distinct groups of deeds. The first group consists of 5000 medieval deeds: documents which, having been long dissociated from each other, can be treated as single items and arranged as seems most convenient to the archivist: actually, firstly by county, secondly by passed and thirdly by date. The second, larger group comprises post modifical deeds, made up in bundles, with each bundle referring to a particular piece of property or a certain transaction (for example,a marriage settlement). In this case the deeds clearly have to be arrege by existing bundles: as a large proportion of the bundles fall into groups relating to particular parts of the estate, they are convenienty listed firstly by these areas and then chronologically, the date of each biwdie being determined by its earliest document. By now, probably most of the collection will have becn gone through, but one considerable group, manorial records, may remain. Once again, these can be listed quite simply: by type (court rolls, bailiff’s accounts, etc.), by manor, and by date. When the archivist has dealt with the whole collection in this summary fashion (depending on its size the operation may take him a few days or several weeks) he will finish up with bundles, rolls, and volumes piled more or less neatly about the room, each pile a related group of documents, and each item with a projecting slip bcaring a brief description. To each of the groups he has given a letter: A for accounts, D for deeds, E for estate papers, M for manorial records, 0 for official papers, and so on. He now arranges the groups in alphabetical order, very likely beginning with accounts; if the accounts are a largish group he may wish to divide them into types, e.g. household, personal, estate, but if they are very miscellaneous he may decide simply to arrange them in chronological order, identifying their contents in his list. Having arranged the accounts in the order he prefers he proceeds to number and list them. The beginning of the first page of his list may therefore appear thus: When the archivist has eliminated volumes, maps, and deeds, he will have dealt with a fair proportion of the whole collection, but he may still be confronted by a considerable mass of miscellaneous bundles and loose papers. At this point he is in danger of getting bogged down. If he approaches the documents one by one he is liable to lose his way in a jungle in which he cannot tell the wood from the trees. There are two methods of getting out of a forest: one is to chop down each tree until there is no forest left; this method, though thorough, can take a lifetime; the other is, by climbing the tallest trees, to feel one’s way systematically and expeditiously towards the edges of the wood. ACCOUNTS 1 2 3 113 A 1525—36 Wollaton: household, estate, personal 1536-48 Wollaton: household, estate 1550—56 Wollaton: estate, personal Relatively little attention, on the other hand, has been paid to the description of series”, yet it is these intermediate units which require the special attention of the archivist. In a similar way he continues through the remaining groups of the collection. Mr. Steer has described the method he adopted in listing the very large accumulation of family records of the Duke of Norfolk at Arundel Castle. When he began work he “vainly attempted to sort the archives into classes so as to get all the accounts together, all the letters, all the manorial documents, all the inventories, and so forth, in the hope that they could be catalogued as separate groups”. Because of the size of the collection he found this system unworkable. Instead, dealing with each document as he came to it, he noted its details on a card, gave the document a temporary number, and replaced it in its box. At the end, when the cards had been arranged in classified order, the relevant documents could easily be found and given permanent number and storage: “by this means, one avoided having too much archive material lying about”. Schellenberg finds that the terms used to designate various types of finding aids— guides, inventories, calendars, catalogues, lists, indexes, etc.—are “not well defined”. During the formative years of the American archives profession the word “catalog” was used as the generic term, because of its library usage, but Schellenberg proposes the term “finding aid” to cover all types of archive description. The word “catalog”, he suggests, should be used for a description in card form. “Inventory” should have the meaning it commonly has when applied to goods: a stocktaking of records. “List” should refer to a detailed description in which record items are identified and described. “Calendar” should apply to a chronological list of record items with a brief summary of the contents of each. “Index” should imply a finding aid in card form which shows where specific information can be found in record units; it should merely identify the units, not describe them.8 Description Both Jcnkinson in his Manual of .4rchive Administration and Schellenberg in his management of Archives devote considerable space to the description of archives. What they (and particularly Schellenberg) say is very detailed (and not always easy to follow) because they have in mind large masses of records, namely the national archives of their respective countries. Practice in smaller record offices will naturally be simpler. (i)INVENTORIES For Schellenberg, the first operation is the compilation of an inventory. The inventory is an initial, provisional finding aid, primarily for internal use. Its preparation is also “a kind of discipline” for the archivist, because in compiling it he has to study the organization which produced the records.’ The inventory’s entries should be logically (e.g. Organizationally) arranged, and should consist of (i) a title line, giving the record type (e.g. correspondence), its inclusive dates, and its quantity; (ii) a descriptive paragraph, specifying significant items, provenance, content (e.g. main subjects dealt with), and composition (e.g. files, bundles, volumes).10 For Schellenbcrg the description of archives involves two actions: firstly, identifying the “record unit”, and, secondly, enumerating its essential qualities. He distinguishes three types of record unit: large, consisting of groups of public records, or collections of private papers; intermediate, consisting of series (or, as English archivists would say, classes) within groups or collections; and small, consisting of individual record items within series. According to Schellenberg, archival description techniques in the U.S.A. relate mainly to large and small record units, i.e. to groups (or collections) and to single items; particularly to the latter: the ‘literature on the description of private papers is concerned almost exclusively with cataloguing and calendaring single items. Jenkinson defines an inventory rather more casually as “a summary but complete exposition on paper of the arrangement we have given to our Archives”11 But English practice, as, in fact, described by Jenkinson, and as followed in numerous local record 114 offices, is similar to the American. Thus, a typical inventory entry reads: Dodworth National School: treasurer’s cash books, 1887—1904 (5). (Guide to the Manuscript Collections in the Sheffield City Libraries, 1956, p. 43). County Bridges: Bridge Committees: 1821—1889; 2 bundles, 2 volumes of draft minutes (1821—51) and 2 volumes of minutes (1846—59. 1876—89). By order of Quarter Sessions (Mich. 1876) a standing County 12 Bridges Committee was to be annually appointed. (ii) A typical entry in the Guide to the Contents of the Public Record Office, 1963 (vol. 1, p. 75), reads: Memoranda Rolls (L.T.R.) (E368) 2 Henry III to 5 William IV. 804 rolls. DESCRIPTIVE LISTS Jenkinson says that in repositories of any size, in which part at least of the detailed work must often be postponed for many years, the inventory is an essential finding aid; but “the archivist dealing with a very small quantity of documents might find it possible to proceed at once to detailed Listing or Calendaring and dispense with the Inventory”.”The experience of local archivists probably confirms this. The classifying operation described earlier produces not an inventory but what in England is called a descriptive list (or by Schellenberg simply a list). A descriptive list “may vary from the barest schedule to a form of catalogue only once removed from the calendar”.14 The feature, however, which distinguishes a descriptive list from an inventory is that the unit of description is not the series (or class) but what Schellenberg calls the item, i.e. a single document, bundle, file, or volume. In these entries there is no attempt to distinguish the dates of particular volumes of rolls; i.e. they are characteristic inventory entries, as distinct from descriptive list entries. It is, however, difficult to make an inventory without first making a list. Hence, it is difficult to make a guide before all the collections in a repository have been listed, and this naturally delays its compilation. Yet a guide is generally recognized by archivists as the best introduction for a student intending to use a particular record office; one suspects, therefore, that parts at any rate of some guides are based on a summary examination of the documents. The Sheffield Guide is quite frank about this: “In order that the Guide might be as up-to-date as possible on publication, several collections which have not yet been fully listed and arranged for students’ use, are included”15 There is clearly justification for a certain amount of summary treatment in order to get basic information into the hands of research workers as quickly as possible; the information, however, will not always be accurate, or it may give a false impression of the amount of material which exists about a given subject or place. It is for this reason that Schellenberg describes the inventory as provisional, not necessarily correct in detail, and primarily for use within the repository. When the National Archives of the U.S.A. started publishing its inventories, “excessive attention came to be given to their composition and editing”, and so the inventory programme of the National Archives became gradually bogged down.16 Thus the archivist is on the horns of a dilemma when he is considering the publication of his guide. On the whole, there is much to be said for urging him to publish sooner rather than later—temperamentally, archivists (with some notable exceptions) are prone more to punctiliousness than publicity. The technique of sorting and listing which we have advocated in a small repository leads, then to the production of a descriptive list: for each item dealt with the archivist gives its nature (record type), the name of the principal place mentioned, the date or covering dates, the physical characteristic of the item (volume, bundle, file, roll) and the approximate number of documents in any bundle. This is a fairly expeditious, fairly (but not too) detailed way of dealing with a collection. The inventory missed, though in fact it returns later on. The inventory example quoted earlier was actually from a record office guide. A guide is an assembly of inventories, and so to prepare one the archivist must condense his descriptive lists into inventories. (iii) GUIDES A typical entry in a local record office guide reads: 115 that are registered, i.e. identified by date, by the name of the person initiating a transaction, and by a brief statement of the content of the transaction.”11 English archivists began compiling calendars of records in the State Paper Office as early as 1825, and the first Deputy Keeper of the Public Record Office, Francis Paigrave, began a systematic programme of calendaring in 1841. Schellenberg then goes on to give a pithy statement of the nature, virtues, and defiicncies of calendars. They contain, he says, substantially more information about records than lists, and they are always concerned with individual documents, which are listed in chronological order, identified, where possible, by the names of writer and recipient, and described by a digest of their contents. On the other hand, calendaring is a time-consuming and expensive procedure which can only be justified for important documents with great research value. Jenkinson, as we have seen, says that the aim of the calendar is to make consultation of the original document unnecessary except in exceptional circumstances. But, claims Schellenberg, “a cheaper and more accurate modern way of doing this is to microfilm” the originals; and, from a research point of view, microfilming is better because it provides a full text, not merely an abstract. If, on the other hand, the calendar paraphrases the language of the main facts and ideas of the documents, then, says Schellenberg, “perhaps a better and more efficient way of providing information in regard to the documents is to compile subject lists of them. In such lists, documents are described in relation to subject heads, not merely enumerated in chronological sequence. The information provided in them about the record type, the provenance, the dates, and the content of individual documents is usually quite adequate to meet all scholarly needs”.22 Schellenberg quotes an American archivist to the effect that “from the public’s point of view, the guide is the first publication that should arrest the attention of the archivist".17 Schellenberg has no doubt about the importance of guides and devotes twenty-four pages to them (six more, in fact, than indicated in his index). Strangely, however, despite the distinction of the Public Record Office’s Guide, Jenkinson’s Manual has only eight lines on the subject: “The first requirement may probably be held to be a General Guide to the contents of the Repository. This will be a small matter if the system of arrangement advocated above has been followed, for it will consist roughly speaking of a combination of all the Introductions and Notes from all the Inventories, condensed as far as possible, plus a modicum of information from the body of the Inventory as to dates and (in some cases) quantities.”18 Equally strangely, in view of the popularity of guides with local record offices In England, the word “guide” does not appear at all in the index to Local Records. (iv) CALENDARS Calendars have whetted a good many antiquarian appetites in the past, so it is not surprising that both Jenkinson and Local Records have more to say about them than about guides. Jenkinson defines a calendar as “a précis whose compiler endeavours, while economizing space, to achieve the same end as the Editor of a full text—that of making consultation of the original document unnecessary save in exceptional circumstances”.10 For Local Records “the ideal method of treatment of records is by the calendar and, for certain types of archives, notably title deeds, it is eventually almost the only practical method of cataloguing. This method, however, can hardly be applied to many other records . . . in repositories where economies of time and labour are of vital significance.20 A second reason for calendaring, continues Schellenberg, is “to make records accessible that would otherwise be inaccessible because of their physical character”, and he gives as “a perfect example” the calendars prepared by the Public Record Office of medieval rolls, documents that are difficult to use because they are cumbersome and sometimes in poor condition, and because (and here Schellenberg However, once again, it is Schellenberg who is the most stimulating. He interestingly suggests that the technique of calendaring “probably grew out of the registry practices of English government offices. In such offices, documents are brought together into file units 116 Nottinghamshire Records Office, of listing straight on to cards, which can then be arranged in index order. This sounds attractive, but there is some doubt whether it produces either satisfactory lists or decent indexes: it is as though the two disciplines require different frames of mind which are difficult to adopt simultaneously. The virtues of extensive and thorough indexing have been eloquently sung by Mr. Emmison who graphically portrays the miseries of record offices without them and the complacency of customers with them.u In the early years of a record office an archivist, perhaps with the help of an assistant, can usually recall his collections in sufficient detail to be able to refer readily to the relevant lists and guide inquirers in the right direction. With growth, however, this becomes gradually impssible and indexes come to seem inevitable. Yet they can never be ient. Just as a reader in a closed-access library can find the formal punctilios of the most detailed catalogue frustratingly inadequate, so a student confronted by cards full of references to names a subjects feels the need for some sort of evaluative comment befor he calis for particular documents. Indexes will always need archivists as midwives. Nevertheless, there is no doubt that indexes satisfactory. narrow students’ options and stimulate archivists’ memories. writes presumably as a modernist) “the writing in them is often almost indecipherable and in languages difficult for many present-day scholars to interpret”. Schellenberg gives as a third reason for calendaring, the protection of “records of great intrinsic value” by reducing the need to handle the originals; but, he thinks, this purpose “can be accomplished as well and perhaps more cheaply by microfilming the documents”. Schellenberg concludes on a gently satirical note: Calendars have a peculiar appeal to historians. They provide information about documents in chronological sequence—the sequence in which historians must read them to understand how things actually happened.They provide enough information about documents to enable an historian to know if any one of them is pertinent to his enquiry. They almost relieve historians of notetaking, and often relieve them of the necessity of consulting the originals of documents. (v) INDEXES One of the ways ofjudging the quality, or at any rate, the maturity of a record office is to look at the extent of its indexing. On the whole, an archivist cannot afford to engage in systematic indexing until his listing and perhaps his calendaring have reached a fair pitch; but there is a technique, practised in the past by the 117 Los archivos y las nuevas tecnologías aprovechamiento de las nuevas tecnologías, afectada por un inveterado conservadurismo auxiliado por la escasa presión de los usuarios tradicionales y por los limitados recursos disponibles. Siendo esto cierto, no son todos ni los más decisivos ante factores como el escaso grado de normalización necesario para un uso racional de dichas tecnologías, o la poca consideración de los archivos como recurso básico de información por parte de las propias entidades a las que dan servicio2. Introducción Antes de entrar en materia conviene aclarar que las relaciones con las nuevas tecnologías entendidas como algo diferente al procedimiento archivístico es enfoque llamado al desaparecer, ya que su decidida aplicación a las distintas fases del quehacer profesional exigirá su tratamiento combinado como algo inherente. La bibliografía en la materia abunda todavía en especulaciones acerca del futuro impacto de las tecnologías de la información, aunque cada vez es más numerosa la que aborda aplicaciones concretas y ofrece soluciones. Aspectos básicos como las transferencias, la selección, el control de fondos, la descripción... dentro de poco serán prácticamente inconcebibles sin el auxilio o la mediación de dicha tecnología. Es por esto que nos proponemos abordar la cuestión desde un punto de vista eminentemente práctico, centrando la vista en las posibilidades y en los logros que ofrecen en las distintas fases del trabajo archivístico. Ya en el Congreso Internacional de Archivos de 1964 celebrado en Brúcelas se trato el tema de la automatización, aunque los participantes consideraron que el ordenador en los archivos solo tenía cabida para realizar determinadas operaciones Contables y estadísticas; hubo en cambio una excepción, el NARA de Estados Unidos, que consideró más amplia su utilidad en aspectos. Como el control de los depósitos y la localización de expedientes, según sus propias experiencias estaban demostrando3. Hacia 1971 la actitud de un número creciente de archiveros había cambiado. En el informe dirigido a la Octava Mesa Redonda de los Archivos, R. H. Bautier señaló la aplicación incipiente de las técnicas informáticas en la recopilación, procesamiento y difusión de la información, concluyendo que su desarrollo afectaría a las políticas archivísticas de algunos países: los Archivos Nacionales de Suecia fueron los primeros en asegurar su competencia sobre los documentos informáticos de valor permanente como ya la tenia sobre los Convencionales seguidos por el NARA, Canadá... Esta nueva situación venía gestándose desde finales de los sesenta. Se habían producido algunos cambios de origen externo que propiciaron dicha evolución. De un lado, la aplicación de los ordenadores a los estudios históricos y sociológicos propicio el Asimismo es necesario adelantar que no vamos a extendernos en explicaciones acerca del <<software>>, del <<hardware>> de los nuevos soportes y demás aspectos técnicos que, aparte no ser competencia archivística, son ya sobradamente conocidos y cuentan con voces autorizadas para su análisis. Por último, al tratarse de un entorno en constante mutación, consideramos que una monografía corre el riesgo de quedarse rápidamente desfasada en este punto, como lo ponen de relieve obras de tan solo hace algunos años1. 1. Historia Es opinión comúnmente aceptada que la profesión archivística ha sido poco ágil en el 1 Tal es el caso de los trabajos de Cook y de Hedstrom, por ejemplo, que en su momento constituyeron la vanguardia. M. Cook: Archivos y ordenadores Barcelona: Mitre, 1984. 173 Págs. M. Hedstrom: Archivos y manuscritos• los documentos soporte informático. Coblenza: Consejo Internacional de Archivos, 1988. 168 Págs. 2 P. C. Mazikana: La gestión des archives et des documento au service des decideurs: une étude’ RAMP. Paris: Unesco, 1990, 52 págs. 3 M. H. Fishbein: ((La automatización de archivos: historia Sumaria, >> en Boletín del ADPA, 3, 1981, Págs. 9-13, que seguiremos en este epígrafe 118 deseo de acceder a los datos registrados en los nuevos soportes; del oro, se estaba comenzando a expurgar cintas magnéticas al margen de los archiveros, dada su falta de conocimiento sobre la materia, la carencia de recursos para conservar y utilizar los nuevos documentos, así como los obstáculos legales para transferirlos por ser tan recientes. Todo ello animó a los profesionales de diversos países a utilizar las computadoras y a automatizar algunos procesos, especialmente la recuperación de la información. Alemania (RFA) fue la pionera en los programas de indización, seguida por EE.UU., Italia y Francia. 2. La aplicación tecnologías de las nuevas Todavía no se ha llegado al extremo de fabricar un androide archivero que sustituya por completo el trabajo humane, sin embargo las nuevas tecnologías nos brindan la posibilidad de automatizar muchos procesos con indudables ventajas: la gestión administrativa, el almacenamiento y sustitución de soportes, las transferencias, el control sobre el expurgo, la descripción, la difusión... Este nuevo mundo de posibilidades exige, en contrapartida, el acercamiento hacia un entorno como el de la informática y las telecomunicaciones que en principio puede resultar extraño, por lo cual es recomendable dirigir nuestros pasos en dos sentidos: Fruto de éste nuevo estado de cosas se fundó en 1972 EL Comité para la Automatización del CIA, centrado en el fomento de las nuevas tecnologías aplicadas a los archivos. A partir de entonces los proyectos van proliferando sobre todo en los países desarrollados. Con un ligero desfase España se suma a estas iniciativas con proyectos como la <<Guía de investigadores>>4 (1975), la informatización del Catastro de Ensenada (1976) y el inventario informatizado de los protocolos notariales5 (1976), interrumpidos al poco tiempo de su inicio. 1. Conocer dichas tecnologías y las ventajas que ofrecen, lo que no implica convertirse en un experto, algo tan poco probable como innecesario. 2. Reflexionar hasta alcanzar un alto grado de certeza sobre cuáles son nuestras necesidades, las exigencias de nuestro centro que podrían ser mejoradas con estos medios. La experiencia nos muestra que muchos proyectos malogrados lo son por la incertidumbre del archivero sobre lo que desea y necesita. Lo que caracteriza a esta primera generación de aplicaciones informáticas es su carácter minoritario, su rigidez —derivada de la poca flexibilidad de los sistemas— y sus elevados costes, así como el abandono de la mayoría ante la segunda generación surgida en los años ochenta. Esta se caracteriza por el diseño de proyectos que se mantienen vigentes a largo plazo y son más flexibles que los anteriores por la menor rigidez técnica, resultan más baratos, se extienden a todos los campos del trabajo archivístico y a un número muy amplio de centros y países. Esta generación, que aún permanece activa, será el objeto de nuestra atención ya que la que podríamos considerar coma tercera — caracterizada por el almacenamiento masivo en soportes ópticos, los sistemas hipermedia, los documentos virtuales, los sistemas expertos, etc. — es aun incipiente. Por ello, es necesario familiarizarnos con este entorno y conocer cabalmente nuestras exigencias. Estos han de ser los principios básicos que nos permitan evaluar la educación, así de los productos comerciales como de las soluciones a medida. El siguiente paso consistirá en elegir entre la adquisición de productos comerciales o su diseño ad hoc y, en este supuesto, contratarlo con el exterior o a los servicios informáticos de la entidad. Salvo el ((hardware)>, que siempre será adquirido, la respuesta dependerá de múltiples factores, pero sobre todo —una vez más— de nuestras necesidades. La relativa capacidad de absorción que ofrecen los archivos ha posibilitado la proliferación de empresas y de productos específicos. Cuando hasta hace unos años solo era factible adaptar 4 Guía de investigadores en los archivos españoles. Ramo de humanidades. Madrid: Comisaría General de Archivos. 1977, 2 Vols. 119 soluciones más o menos compatibles, hoy se pueden comprar buenos paquetes informáticos concebidos para su uso archivístico. La oferta es muy amplia y abarca desde las bases de datos para la descripción, hasta paquetes para la gestión archivística integral. programa de gestión integral del archivo que funcione conectado can todas las unidades administrativas6. Desde este punto la consulta, el préstamo, el régimen de acceso... en la fase de gestión, se realiza con los mismos procedimientos. Excepción hecha de los proyectos que incluyan investigación y desarrollo de nuevas aplicaciones a la respuesta a necesidades cuyo volumen y especificidad así lo justifiquen, la adquisición es factible y recomendable además las empresas suelen facilitar la adaptación de sus productos a cada centro. Insistamos nuevamente en que lo importante es especificar con claridad las necesidades funcionales del archivo, conocer las tecnologías y su mercado, para poder evaluarías; lo contrario puede ocasionar el encargo a medida de aplicaciones coma sencillas bases de datos para la inventariación y otros errores. En cualquier caso, y a falta de un organismo de tutelaje con capacidad para homologar productos, procede asesorarse a través de colegas que hayan solucionado demandas similares, expertas de la propia entidad, consultores externos, y estudios de caso cada día más abundantes entre las publicaciones del área. Como quiera que la gestión electrónica integral del archivo requiere normalizar todos los procesos desde la fase de oficina, la descripción, la indización y la clasificación realizadas en estos momentos serán transferidas al archivo intermedio coma lo serán también las hojas de remisión de fondos a través del sistema, con el consiguiente ahorro de tiempo y de personal7; asimismo se controla mejor la disponibilidad de espacio en los depósitos y la signaturación de las unidades de insalación8, realizado todo ello de forma automatizada. Por cuanto se refiere al expurgo, informatizando los cuadros de selección, el ordenador indicará periódicamente las series que van de ser objeto de tratamiento, so localización, el tipo de selección aplicable, las unidades de instalación y las signaturas que queden libres, con su posterior asignación a nuevos ingresos; asimismo es imprescindible para seleccionar información en bases de datos9 y cualquier tipo de documentas informáticos. Si bien la mayoría de los procedimientos archivísticos son susceptibles de ser automatizados, el más beneficiado es sin duda la descripción-recuperación y cuanto con ella se relaciona, en perfecta consonancia con las disciplinas afines que en este sentido se encuentran en una fase bastante más avanzada. Dejaremos fuera la gestión administrativa y aspectos tan obvios como el procesamiento de textos, pues no presentan peculiaridad alguna que los diferencie de la actividad administrativa general. 6 R. Bedia: <<Registro de documentos, archivo y recuperación electrónica: el mundo de la imagen en la gestión de expedientes. Nuevas tecnologías en aplicaciones tradicionales>>. en XI Jornadas Informática y Administración Local. Zaragoza: FEMP. 1989, págs. 13.1-13.30. I. Zumalde: <<Kontrol-fitxa eta expediente-jarraikuntza Euskal Autonomía Elkartearen Administrazioren Sistema Artxibistikoaren oinarrizko tresna deskripzio gisa. La ficha de control y seguimiento de expedientes como instrumento descriptivo básico del Sistema Archivístico de la Administración Autónoma Vasca, en brargi. IV, 1991. Págs. 379-389. 3. Borrás: <<L’arxiu general de la Universitat Pompeu Fabra: un sistema integral de la gestió dels documents administratius i d’arxiusa, en Lliqull. 5, 1992, págs. 147-158. 7 C. Pailhes: Le système de classification des archives officiels francais. La serie W, en Lligall, 2, 1990. págs. 35 y ss. 8 M. Duchein: L’arxiver davant Ia informatica, en Lligall, 6, 1993, pág. 81. 9 A. Kowlowitz: ((Archival appraisal of online information systcmsa, en Archival Informaths Technical Reports. 3. 1988, Págs. 1-74. La amplia expansión de la informática a todos Los aspectos del trabajo administrativo facilita sobremanera la automatización del archivo desde sus inicios. Tan pronto coma la entrada de un documento es registrada par medio del ordenador conectado en red, podemos realizar el seguimiento del expediente a la largo de so tramitación, clasificarlo y describirlo (incluyendo su indización), la cual es factible mediante un 120 inmediata, en algunos casos, o inminente, en otros; nos estamos refiriendo a los avances en la aplicación de las tecnologías ópticas, los sistemas expertos, los documentos EDI, las gulas de recursos de información, los sistemas integrados y las conexiones en red. Como ya hemos apuntado, el campo primero y más amplio de aplicación es el de la difusión de la información, ya que al fin y al cabo la informática es el tratamiento automática de la información10. A partir de los registros acumulados en las fases anteriores, el archivo podrá elaborar —mejorándolos— los instrumentos de descripción, de control de consultas y usuarios, estadísticas, etc. Las tecnologías ópticas para el tratamiento automatizado de imágenes se está revelando coma uno de los campos más prometedoras. La combinación del disco óptico como soporte de almacenamiento y las técnicas de OCR (Reconocimiento óptico de Caracteres) aplicadas al tratamiento de imágenes, gráficos, documentos... en múltiples profesiones ha sido rápidamente adaptada por los archivos, bien que can carácter experimental. En Canadá el sistema Archivista conserva en discos ópticos los fondos del Centro Canadiense de la Caricatura, cerca de 20.000 ilustraciones. En Estados Unidos se experimenta el sistema ODISS para documentos de la Guerra Civil. El Archivo Municipal de Utrecht ha puesto en marcha el ARIS para el acceso a la descripción y a los documentos digitalizados de Los registros notariales15 En España destaca el Proyecto de lnformalización del Archivo General de Indias16 desarrollado por el Ministerio de Cultura en colaboración con IBM y la Fundación Ramón Areces, el cual espera ser aplicado en el futuro a otros archivos históricos nacionales. Consiste en un sistema automatizado para la gestión de las distintas fases del archivo, principalmente en lo que hace referencia al servicio e información al investigador. Está compuesto por tres subsistemas: la gestión del servicio de referencia a través de una base de datos de información textual, la consulta de documentos —previamente almacenados en discos Ópticos— a través de pantallas de alta resolución, y la gestión de usuarios (acreditaciones, acceso, peticiones, estadísticas...). Las dificultades técnicas que Entendidos coma aplicaciones concretas, al margen de sistemas integrados de gestión, son tantas los proyectos y los logros alcanzados que resultaría prolijo y estéril su enumeración. Las primeras aplicaciones de la que hemos denominado segunda generación continúan en marcha y están centradas en la indización de inventarios impresos, tal es el caso de la base EGERIE, un índice extraído a partir del Invetaire General des Fonds de los Archivos Nacionales franceses11 Otros se han orientado a la gestión informatizada de inventarios coma es el caso del Archivo Municipal de Alcobendas12 a el programa ARCA que consiste en la aplicación del programa CD/ISIS para la organización e inventario de las archivos de la iglesia veneciana13 a la base de datos de licencias de obras públicas del Archivo Municipal de Barcelona14, por citar algunos ejemplos. 3. Ultimas tendencias aplicadas a los archivos En los últimos años se están desarrollando nuevas aplicaciones cuya repercusión es 10 M. T. Molina: <<EI archivero en la sociedad informatizada, en Boletín del ,4NA1L4D. XXX VI, 1986, Págs. 19-30. 11 I. Cloulas: “Aplicación EGERIE. Indización del Inventario General de los Fondos. Orientación de los investigadores en los fondos de archivos”, en Boletín del ADPA. I. 1985, págs. 63-84. 12 J.M. Rodríguez: “Etapas previas al proceso informático de un archivo municipal” en Lligall, 1, 1990, págs. 201-221. 13 C. Salmini y E. Pozzana: “ISIS/ARCA: uno strumento per l’ordinamento e l’inventariaziones di archivi”, en Centro di Ricerche Informatiche per l Beni Culturali: bolletino d’informacioni, l, 1991, págs. 35-44. 14 I. Puig:”La base de datos LL.O.P. del Archivo Municipal Administrativo de Barcelona”, en Arquivo Río Claro, 9, 1990, págs. 16-29. 15 C. Kitching: Las consecuencias de la informatización en los instrumentos de consulta rápida de los archivos: un estudio RAMP. Paris: Unesco, 1992. Págs.43-45. 16 Proyecto de informatización del Archivo General de Indias. Madrid: Ministerio de Cultura (etc), 1989. M. Vázquez de Parga y P. González: “Changing technologies in european archives” en The American Archivist, 55, 1992, págs. 160-165. 121 han presentado los documentos por su estado de concertación, han hecho de este proyecto un banca de pruebas inmejorable para el perfeccionamiento de una tecnología cuyos costes, cada día menores, van facilitando su expansión. recuperación de información en grandes masas documentales con la ayuda de un sistema experto19. El intercambio electrónico de datos. Cuando la comunidad archivística había comenzado a resolver las cuestiones planteadas por los documentos electrónicas, también denominados según su traducción literal del inglés: documentos legibles por máquina, las tecnologías de la información —la conjunción de la informática y de las telecomunicaciones— han introducido un nuevo foco de atención que se perfila como la vía más decisiva para llegar a la oficina sin papel: el intercambia electrónico de datas, más conocido par su acrónimo EDI (Electronic Data Interchange). Los sistemas expertos. Otro de los horizontes con futuro es el uso de la inteligencia artificial —el procesamiento del lenguaje natural, la robótica y los sistemas expertos— para comunicarnos con las máquinas en nuestra propia lengua17, acceder a bases de datos inteligentes con grandes cantidades de información, etc. Ya se están realizando algunos ensayas con sistemas expertos, sistemas con capacidad de aprendizaje que acumulan el comportamiento de los expertos en un área del saber y emulan sus respuestas, de ahí su nombre. Ya en 1986 Los Archivos Nacionales estadounidenses elaboraron un prototipo para el servicia de referencia18. La base se realizó con parte de los fondos del Departamento de Interior, el sistema aprendió el conocimiento profesional acerca de la naturaleza y el origen de las unidades administrativas, el contenido de los documentos, su clasificación y los procedimientos de búsqueda para responder a las demandas. Los resultados fueron sorprendentemente buenos, aunque la incorrecta indización limitó la capacidad de respuesta al 74 % de las preguntas correctamente formuladas; además el sistema identificó nueve series apropiadas en las que el archivero había creado al primer invento. El problema principal fue la dependencia del sistema respecto de la calidad e integridad de la información que se le había proporcionado. Asimismo es reseñable el Proyecto de Gestión Inteligente de la Información que están desarrollando los Archivos Federales de Suiza, junta con la Universidad de Ginebra y el Instituto de Estudios en inteligencia Artificial de Lugano, consistente en un sistema de Tradicionalmente las empresas así como las administraciones basan sus operaciones en el intercambio de documentos en soporte convencional, ya sea para la correspondencia, la facturación o cualquier otro tipo de actividad. El desarrollo de las tecnologías de la información ha permitido en los últimos años incrementar el intercambio de datos en forma electrónica, sin intervención del papel. Si bien para que dicha comunicación fuese aceptada par todos, pura compatibilizar sistemas, ha sido necesario alcanzar formatos normalizados que desde 1979 comenzaron a ser desarrollados en Estados Unidos y en los qué actualmente trabaja ISO (ANSI X12, TDCC, EDFACT20). Dichas normas definen la sintaxis, los elementos de los datos, los segmentos de datos, las estructuras de control y los protocolos de comunicación para la transferencia entre computadoras. El intercambio electrónico de datos21 es el canje de información de ordenador a ordenador en un formato normalizado, es decir, la comunicación sin papel, con el consiguiente ahorro de tiempo y de medios. No 17 19 C. Diez Las industrias de la lengua: panorámica para los gestores de información. Madrid: Biblioteca Nacional, 1994. 18 P. B. Hirtlc:<<Artificial intelligence experts systems and nrchiva automation>>, en Provenance, 1, 1987. págs. 76-78. A. Michelson: Expert systems technology and its implication for arehis’e.c. Washington: NARA, 1991, 41 págs. M. Vázquez de Parga y P. González op. cit., Pág. 160. 20 S. Gavrel: “Information technology standards: tools for the archivisr”, en Archivum, XXXIX, 1994, págs. 241-250 21 B. Wright: ED! and the American Law: a practical guide. Alexandria: Electronic Data Interchange Association, 1989, págs. XIII y ss. 122 se trata ni del las ni del correo electrónico, ya que ambos comunican texto libre generalmente en una forma legible par el hombre. Par contra, EDI comunica información codificada, simbólica, en un formato estructurada y los datos son legibles par las máquinas. países más desarrollados, España entre ellos, las carencias legales han sida resueltas mediante la legislación sectorial. Hasta ahora el intercambio electrónico de documentos se utiliza fundamentalmente en el ámbito mercantil: compra-ventas, (transporte, banca, seguros, etc., y en el del automóvil, aunque también se está introduciendo en las administraciones públicas Los documentos, en consecuencia, son de tipa contable: presupuestos, Ordenes de compra, facturas, pagos, embarques, letras de crédito, cheques... Cada documento EDI está concebido como un <<conjunto de transacciones>> compuesta par: los <<segmentos de datos> equiparables a los apartados de un documento convencional, los <<elementos de datos>> que son las unidades de información más pequeñas en las normas EDI y las rutinas para la detección de errores a fin de asegurar una comunicación adecuada. Veamos coma ejemplo la secuencia para el intercambia de un contrata de adquisición de bienes o mercancías: comprador envía una orden de compra al vendedor, el cual responde con un <<acuse de recibo funcional>> en el que indica la recepción del pedido y si es inteligible, para posteriormente enviaría un <<reconocimiento del pedido>> donde le indica los pormenores: aceptación, rechazo, modificación, etc. Todo ello con la rapidez que permite la comunicación en línea, frente a la tradicional del correo o del fax, que exigen además introducir los datos en el sistema informático para la gestión. Se trata, en resumen, de una comunicación directa entre sistemas e independiente del <<hard>>, del <<soft>> y del procedimiento de conexión, ya sea red propia o mediante servidor, funciones que en España ejerce Telefónica. Son las grandes empresas, especialmente las grandes superficies, quienes más están pujando par la implantación extensiva del EDI, ya que presenta ventajas muy importantes: 1. La normalización documental para su gestión y, también, para su archivo. Por múltiple que sea la procedencia de los documentos y so tipología, se trata de formatos normalizados 2. Reduce los costes en el proceso de datas, pues no hace falta <<picarlos>>. 3. Disminuye los errores al reducir los trámites. 4. Agiliza las relaciones así comerciales como administrativas y de todo tipo. 5. Representa, por todo ello, un ahorro enorme de tiempo y de recursos. EDI presenta algunos problemas de carácter legal22 por su escaso reflejo en el ordenamiento jurídico, los cuales se están resolviendo con lo que se denomina <<Acuerdo entre partes que mantienen relaciones comerciales>>, un contrato entre comprador y vendedor que describe la relación EDI existente entre ellos, define la manera en que las partes se comunicarán entre sí electrónicamente, establece reglas para el intercambia de datos y eL usa de normas para mensajes, y resuelve Las cuestiones relativas a la automatización, control de acceso, confidencialidad integridad, aceptación y disponibilidad de los documentos. En los 22 Existen otras normas que actúan en el entorno de sistemas abiertos y afectan a las telecomunicaciones pero no directamente a la documentación de archivo, por ejemplo el SGML23 (Standard General Markup Language) adoptado por ISO en 1986, sirve para describir la estructura Lógica de los documentos y es utilizado Sobre todo en el entorno de La publicación electrónica. ODA (Open Document Architecture) se emplea para el intercambio de 23 F. Role: <<La norme SGML pour décrire la structure logique des documents>>, en Ducumetalist c-Sciences de l’Information, 28, 1991, págs. 187-192. S: Gavrcl: op. cit. 123 documentos compuestos imagen y sonido)24. (texto, gráficos La conexión a redes internacionales. La adopción de algún formato para el intercambio de información a escala internacional a través de las redes es la faceta en la que menos avances se han producido por el impedimento que representa la falta de tina norma internacional de descripción. Los archiveros estadounidenses28 han desarrollado una versión del formato MARC para el control de archivos y manuscritos (USMARC:amc), lo que los permite intercambiar información a través de las redes bibliotecarias como son la Online Computer Library Certer (OCLC) y la Research Libraries Information Network (RLIN); en Canadá, Gran Bretaña y Suecia se está estudiando la adaptación de este formato29, aunque lo emplean sobre todo las propias bibliotecas con archivos y colecciones de manuscritos, así como algunas universidades. Aun siendo modestos los resultados si los comparamos con los niveles alcanzados en otros sectores de la información, la aplicación de las nuevas tecnologías está provocando un efecto de arrastre en la solución de viejos problemas pendientes de la archivística, de modo que los avances en la normalización terminológica, de la descripción, en la búsqueda de formatos... permanecería presumiblemente en una situación menos prometedora si no llega a ser por las exigencias de este nuevo entorno. Las guías de recursos de información archivística. Son bases de datos nacionales con información acerca de los archivos y de los instrumentos de descripción disponibles, actualizadas y consultables en línea lo que no impide su regular publicación impresa como la Records repositorios in Great Britain o el Directory of archives and manuscripts repositories the United States25. En España es muy destacable la base de datos CARC (Censo de Archivos Españoles) ya citada en el capítulo anterior, que forma parte del sistema integrado del CIDA. Algunas comunidades autónomas preparan sistemas de información de este tipo, de acuerdo con el articulado de su legislación sectorial. Los sistemas integrados han surgido como respuesta a la nebulosa de aplicaciones que impide la armonización de los subsistemas dependientes de los sistemas nacionales. En Francia, a través del Departamento de Organización y Sistemas de Información (DOSI) dependiente del Ministerio de Cultura, están trabajando en la coordinación de integración de las múltiples aplicaciones ofrecidas por los Archivos Nacionales (EGERIE, JLB, MINOTAUR, RENO, SERAC, ARCADE...)26. En Gran Bretaña el Public Record Office está desarrollando el Records Information System (RIS) que aunará el control y los datos de los fondos. En Estados Unidos el Archivo Nacional prepara el Archival Information System (AIS), en Portugal el proyecto ARQBASE27 y en España el CIDA ofrece un sistema de bases de datos sobre el censo-guía (CARC), fuentes para la historia GUFU para la de España e Italia GUCI para la Guerra Civil) y bibliografía archivística (BARC). La conexión de los distintos sistemas en redes internacionales de difusión de la información es un anhelo contemplado a comienzos de los ochenta30. Las redes locales (LAN) y nacionales vienen funcionando en muchos pases aunque con las limitaciones ya observadas, sin embargo son todavía muy pocos los archivos que intervienen en conexiones de mayor alcance. Entre las excepciones se encuentran el Archivo Nacional de Estados Unidos y el Archivo Histórico de las 28 M. Cook: <<The role of computers in archives>>, en Information development. S. 1989, págs. 217220. K. D. Roe: <<From archival gothic to MARC modern: building common data structure>>, en The American Archivist, 53, 1990, págs. 56-66. 29 C. Kitching: op. cit., págs. 34 y ss. 30 R. M. Keisner <<Aplicación de microordenadores en los archivos: hacia la creación de una red internacional de recuperación de la información>>, en Boletín del ADPA 1-2. 1982-1983. págs. 57-65. 24 S. Gavrel: op. cit. 25 C. Kitching: op. Cit., págs. 9 y ss. 26 J. P. Bruntereh <<Dokumentu informatikoaren bilakacra Frantziako Artxibo Nazionaletan. La evolución de la informática documental en los Archivos Nacionales franceses: balance de veinte años de experiencia en Irargi, III 1990, Págs. 55105. 27 C. Kitching: op. cit 124 Comunidades Europeas que comentaremos seguidamente; asimismo se están haciendo algunos esfuerzos en Canadá, Gran Bretaña, Rusia... Las redes abiertas (WAN) ofrecen ventajas tales como la difusión de la información al más alto nivel, la facilidad para los usuarios de poder simultanear SUS búsquedas en diferentes fondos y fusionarlas con información bibliográfica. Ie confiere tintes ejemplarizantes para otros sistemas archivísticos. 4. El impacto futuro de las tecnologías de la información Como señala Ch. M. Dollar33, la voluminosa inversión en la creación de información y en las. tecnologías que la sustentan ha obligado a considerarla como cualquier otro activo de un negocio (planificación, cálculo de costes, presupuesto y evaluación), lo que ha dado lugar a una nueva profesión y a una nueva disciplina: la gestión de los recursos de información (IRM, Information Resources Manaqement). Esta puede ser .definida como “el conjunto de actividades planificadas y dirigidas en una organización que tienen como resultado una información para la organización, utilizable, accesible, oportuna, segura, integral, económica y exacta”34. Su irrupción está provocando un fuerte impacto en diversos órdenes que nos proponemos abordar siquiera brevemente. En 1983 el Research Library Group31 (RLG) — que alberga la RLIN— introdujo el formato AMC, recién creado entonces, lo que ha permitido a muchos archivos de Estados Unidos registrar y gestionar sus fondos en red. Ya en 1988 el NARA ingresó en el RLG engrosando así el número de archivos interconectados, que al año siguiente sobrepasaban los sesenta. Actualmente está en marcha el proyecto para describir las series de los Archivos Vaticanos para incluirlos en RLIN. Reviste especial interés la experiencia llevada a cabo en los Archivos Históricos de las Comunidades Europeas, consistente en la creación de la base de datos EURHISTAR32 conectada por la vía del servidor ECHO (Organización de Distribución de la Comisión Europea) que proporciona acceso en línea desde cualquier lugar del mundo a una serie exclusiva de bases y bancos de datos. El sistema, basado en el programa BASIS-K, está estructurado en siete niveles descriptivos — siguiendo la filosofía del MAD2— que alcanzan hasta las piezas documentales, y las búsquedas se realizan mediante el CCL (Commen Cominand Language), el mismo lenguaje que para las otras bases de ECHO. Aparte su valor intrínseco, la garantía de acceso global ha animado tanto a la OCDE (Organización Europea para la Cooperación y el Desarrollo) como a la ESA (Agenda Europea del Espacio) a transferir SUS archivos, lo que Los cambios producidos en el entorno de la información han sumido a los profesionales afectados (archiveros, bibliotecarios, documentalistas) en un periodo de adaptación multiple35: física, intelectual, organizativa, educativa y de las políticas de información. La forma diferente de los documentos electrónicos (compuestos, hipermedia, virtuales...) representa la desaparición de los atributos físicos asociados a los tradicionales, con los que hemos trabajado mayoritariamente hasta ahora. El desarrollo de las redes y la conectividad que permiten los sistemas abiertos y las normas de transmisión de datos están cambiando la naturaleza del trabajo, el cual se caracterizará por la instantaneidad, la descentralización y la colaboración e 33 Ch. M. Dollar: ((Arxivers i gestors de documents: un programa per a l’era de la informació”, en Lliqall, 6, 1993, Págs. 13-26. 34 T. M. Campbell: (Archives and Information Management*, en Archivaria, 28, 1989, pág. 146. 35 B. Stuart-Stubbs: “Whiler information?”, en C. J. Durance (comp.): Management of recorded information. Covering disciplines. Munich [etc]: K. C. Saur, 1990, págs. 15-25. 31 A. van Camp: ((Shared electronic information for archives>>, en Janus, 1 1991. págs. 92-96. 32 J~ M. Palayret: ((The European Community Historical Archives: an experience with computerizationa. en Archivi e Computer. 2. 1991, pãgs 115-123. C. Tcrzwli: ((Cli Archivi Storici delle Communitá Europee aperti al público vía ECHOv, en 4 rclth’i e Computer, 1, 1993, págs. 38-39. 125 intercambio de información36. Todo ello repercute en el destinatario final: el usuario, cada vez más familiarizado con estos medios y que espera respuestas más ágiles y acordes con los tiempos37. Uno de los principales efectos de dicho impacto es la progresiva desaparición de las barreras que separaban las profesiones relacionadas con la gestión de la información38, derivada de la necesaria comunidad y normalización de la descripción, el acceso y la conservación. 36 Ch. M. Dollar: The impact of information technologies on archival principles and practices: come considerations. Washington: NARA. 1990, págs. 27-30. 37 Ch. M. Dollar: Arxivers i gestors de documents...D, pág. 19. 38 B. Stuart-Stuhhs: op. cit., päg. 23. Ch. M. Dollar: ((Seizing the opportunity: archivists in the information age’, en Archivum, XXXIX, 1994. pãgs. 449-455. 126 CAPITULO 2 DOCUMENTOS Y ARCHIVOS EN EL ÁREA ELECTRÓNICA: CONCEPTOS ESENCIALES estructura física y binaria o lógica. Ver la lección 2.2. El propósito de este capítulo es representar los conceptos básicos que constituyen la estructura del trabajo de las estrategias incluidas en esta guía. Comienza con los conceptos de documento y de archivación, y continúa con una presentación de las características de los documentos electrónicos y de los intentos para determinar las diferencias (y similitudes) entre éstos últimos y los documentos tradicionales. También se estudia el concepto de función archivística. El capítulo concluye con un comentario del impacto que tienen los documentos electrónicos en las instituciones archivísticas y en los archivistas mismos. 2.1 Concepto archivación de documento y Esta definición se aplica a todos los documentos, cualquiera que sea su formato o soporte sobre el cual se consignan. Según este concepto, un documento debe estar relacionado con una actividad realizada por un ente (una institución, un organismo, una compañía, etc.) o por una persona. Esta actividad y la función, ala cual ella sustenta, determina la proveniencia del documento y este es la prueba de la existencia de la actividad en si. Todos los organismos necesitan documentar sus funciones; dar seguimiento a sus operaciones, programas y exigencias administrativas y jurídicas. Dentro de este contexto, la creación y la archivación de documentos tiene como principal objetivo servir como elemento de prueba. La evidencia de las actividades o de las operaciones es necesaria para la responsabilidad de un ente o de una persona. Este concepto de documento se aplica sin considerar el formato o medio en que se graba. de Las consideraciones y las recomendaciones propuestas en esta guía se basan en la siguiente definición del termino “documento”: Un documento es una información producida o recibida en el inicio, realización o término de una actividad institucional o individual y que incluye el contenido, el contexto y la estructura suficiente que permite probar la existencia de la misma actividad. Para tener valor evidencial, un documento debe considerarse confiable y auténtico. La confiabilidad se relaciona con el hecho que el documento tiene la autoridad y es digno de fe (es decir, corrobora los hechos), la autenticidad se relaciona con el echo que el documento es lo que pretende ser. Estas dos cualidades dependen de su contenido y estructura. Una ausencia, aunque pequeña, del contexto, de la estructura o del contenido desacredita o demerita el valor probatorio de los documentos. Un documento auténtico puede adolecer de confiabilidad cuando con el tiempo, se ha perdido parte de su contexto, de su estructura o de su contenido original. Para satisfacer las exigencias en materia de negocios y la responsabilidad del organismo o de la persona, los documentos deben igualmente conservarse de manera accesible, Para los propósitos del comité el concepto del contexto está relacionado con el ambiente del documento como el de la creación, que corresponde a la función que crea el documento. Hay, por lo menos, tres aspectos del contexto de un documento. El primero, la información contextual contenida en el documento (por ejemplo la firma del funcionario administrativo). El segundo, la relación entre uno y otros documentos del fondo. El tercero, la actividad en la que se creó. El concepto de estructura tiene relación con el modo de archivar los documentos e incluye el uso de símbolos, esquemas, formatos, medios, etc. Para los documentos electrónicos es conveniente distinguir entre 127 etc.). A los cuales un ser humano puede tener directamente acceso (leer). El contenido de un documento electrónico, por el contrario, se registra en un soporte y en un medio al cual el ser humano no puede tener acceso directamente (sobre alta densidad en un dispositivo magnético u óptico). Este contenido se representa por símbolos (cifra binaria)) que deben descifrarse. En general, cuando un documento electrónico produce y almacena, se transfiere y transforma de un formato legible para el ser humano a uno legible para una maquina. Esta es la última versión de la información consignada que constituye el documento. comprensible y ser utilizados dentro de un periodo determinado. Es necesario recurrir a los sistemas de archivación para conservar los documentos auténticos y confiables. Un sistema de archivación es un sistema de información creado para almacenar y recuperar los documentos y estructurado para controlar las funciones específicas de producción, almacenamiento y acceso de estos últimos, para proteger la confiabilidad y la autenticidad. Por tanto, tal sistema es el principal elemento que permite conservar los documentos y utilizarlos. Sin embargo, el sistema de archivación también forma parte integral del contexto de un documento. Ofrece información contextual que puede ser de importancia primordial para “probar” la autenticidad de un documento o para entender mejor su contenido. La recuperación del documento, su traslado y transformación se realizan en sentido inverso. Es una realidad que una persona no pueda leer un documento electrónico tal cual, es primordial que el regreso a un formato legible siga las mismas especificaciones que aquellas que han servido al primer traslado. 2.2 Documentos electrónicos Para lograr esto es necesario no solamente conservar los documentos, sino también tener acceso al equipo necesario (máquina y software) para leer y realizar las transformaciones apropiadas. Conviene igualmente concebir los controles que permitan verlo que se registra. Aunque los conceptos de “documentos” y de “sistemas de archivación” son aplicables a los documentos en cualquier formato, para los propósitos de esta guía, es conveniente describir algunas características únicas de los documentos electrónicos que influyen en las estrategias y en los métodos correspondientes a su gestión y a su conservación. Estas características hacen que un documento electrónico sea bastante diferente a uno tradicional de papel. Ellas exigen la aplicación de nuevos métodos en lo referente alas funciones fundamentales de administración y de archivación. Por lo tanto, es necesario entender estas características, para identificar los documentos electrónicos según los principios de la archivística. *Relación entre contenido y soporte: El contenido de un documento tradicional está registrado en un soporte (como un dispositivo de almacenaje o un pedazo de papel) y no puede estar separado. El contenido de un documento electrónico está también registrada en un soporte, pero a veces (cuando se ha recuperado en otros sistemas o cuando la tecnología de recuperación se vuelve obsoleta), debe ser separado de aquel y transferido a otro, frecuentemente de tipo diferentes. A diferencia de los documentos tradicionales, un documento electrónico no es legible permanentemente por un soporte o por un dispositivo de almacenamiento específico. Por lo tanto, las posibilidades de atentar contra la integridad del documento aumentan. Para los objetivos de esta guía, un documento electrónico es un documento adecuado para ser transmitido o procesado por una, maquina (binaria) digital. Los documentos electrónicos y los tradicionales se distinguen por las siguientes características: *consignación y uso de símbolos: El contenido de un documento tradicional esta registrado en un soporte (papel, etc.) y por medio de símbolos (caracteres alfabéticos, ilustraciones, Esta situación presenta problemas adicionales para garantizar el mantenimiento, la autenticidad y la confiabilidad del documento. 128 electrónicos por que la meta data, en el contexto y la estructura de un documento, son esenciales para hacer el registro comprensible y útil. Como se mencionó cuando se habló del documento, la información acerca del contexto es uno de los elementos que otorga evidencia de la actividad que el documento representa. Los documentos electrónicos carecen de cierto elemento que son propios de los tradicionales que contribuyen a establecer la relación entre un documento y su contexto funcional o administrativo. Por lo tanto los documentos electrónicos dependen de manera importante, no solo del contexto administrativo bien detallado, sino también de los metadata que describen como se registro la información. Los metadata combinan las relaciones administrativas y documentales entre cada ingreso en un sistema específico de archivación y este, durante el ciclo de vida del documento. Por consiguiente los metadata proveen una parte del contexto que debe conservarse. *Características de las estructuras físicas y lógicas: La estructura de un documento tradicional es evidente al usuario. La estructura es parte integral de cualquier documento de papel y uno de los criterios principales para evaluar su autenticidad. La estructura física o material de un documento electrónico no es evidente inmediatamente; por lo general le desconoce el usuario común. La conoce cualquier persona que ha creado el documento, pero ella depende también del sistema informático (equipo de software) y del espacio utilizado por el dispositivo de almacenamiento (por ejemplo, el disco duro, el flexible). Cada vez que el documento se trasfiere a otro dispositivo, la estructura física se modifica. El usuario debe tener siempre una computadora capaz de recuperar el documento, es decir que pueda “leerá reconocer la estructura física o material”. Con excepción de esta característica, la estructura física del documento no presenta algún valor para su uso. El documento no depende de ningún soporte. *Identificación de documentos: un documento electrónico no puede ser identificado como una entidad física. Se trata, más bien, de una entidad lógica que es el resultado de una actividad o de una operación y representa una evidencia. En muchos casos, tales documentos electrónicos tienen su copia en papel (cartas, contratos, notas de servicio, registros). En otros casos, las contra pastes de los documentos tradicionales correspondientes son menos obvias, a veces inexistentes (por ejemplo, en el caso de algunos tipos de bases de datos, de documentos en protocolo Hipertexto, hojas de cálculos, sistemas de multimedia). La identificación de los documentos representa entonces un serio desafió. Como la estructura física de un documento electrónico es variable y no fácilmente evidente, no puede realizar la misma función, como es el caso de los documentos tradicionales. Por lo tanto es necesario que una estructura lógica haga posible la identificación de cada documento y la representación de cada uno de sus elementos constitutivos (como los campos de una grafica o de una tabla, los márgenes, los párrafos, etc.). De manera general, esta estructura lógica será aquella que ha sido producida en la pantalla por el creador del documento. Para que el documento pueda considerarse completo y autentico debe conservar esta estructura de alguna manera. El sistema informático debe tener la posibilidad de reconstruirlo cuando se transforme en un formato legible. La estructura lógica y el contenido de un documento electrónico se representan y almacenan bajo formas de símbolos o de datos (cifras binarias). Por consiguiente, las especificaciones propias de este código, deben integrarse al sistema de recuperación. *Conservación de documentos: la conservación de documentos tradicionales significa almacenar unidades físicas (hojas de papel, volúmenes, etc.) en las mejores condiciones posibles, para evitar daños y repararlos cuando ocurren, la conservación de los documentos electrónicos es algo totalmente diferente. Las unidades físicas (los soportes de información) deben almacenarse en las mejores condiciones posibles, pero cuales quiera que sean estas, la información *Meta data: son datos de los datos es te es un concepto importante para los archivos 129 electrónica se borrará después de un tiempo relativamente corto (5 a 30 años, dependiendo del tipo de soporte). Además, la mayoría de los sistemas informáticos se vuelven obsoletos en un lapso todavía mas corto; esto significa que los sistemas de generaciones siguientes no podrán tener acceso a la información producida. Por tanto, para conservar los documentos electrónicos, se debe de vez en cuando, emigrar a nuevos soportes (es decir copiarlos en nuevos dispositivos de almacenaje y, en algunos casos convertirlos al formato apropiado par a los nuevos sistemas informáticos). veces, de las decisiones políticas. Así, por ejemplo, en el ámbito nacional, a algunas instituciones se les ha atribuido el papel de receptores de documentos con valor archivístico (en una etapa más bien tardía del ciclo de vida de los documentos) demandado concentrar sus esfuerzos en la clasificación, descripción, conservación y en el servicio. En otros casos se ha encargado a los archivos nacionales evaluar y seleccionar los documentos que deben ser transferidos y a veces de establecer las normas relativas a la conservación y a la administración en su estado actual. En está sección se han comentado las propiedades que los documentos electrónicos tienen en común como los tradicionales en papel y que los diferencia. Sin embargo, los ambientes en que se crean los documentos electrónicos los separan en diferentes tipos o categorías que pueden exigir métodos distintos de administración de documentos y de archivo. El comité acordó que un trabajo importante, todavía por hacer, consiste en circunscribir esos ambientes y en identificar esos diferentes tipos o categorías de documentos. La primera sección de la segunda parte “documentos contenidos en bases de datos”, tendrá por finalidad suscitar el debate y motivar la realización posterior de un trabajo en este importante rumbo continúo. Con el tiempo, este comentario favorecerá la producción de documentos de trabajo en caminados a profundizar en la gestión de otras categorías de documentos electrónicos. Se podrá hacerlos disponibles cuando termine su redacción. Desde que los archivistas comenzaron a estudiar cómo las instituciones archivistas adquirieron o debían realizar suS funciones en lo referente a los documentos electrónicos, se han dado cuenta de que existe un concepto más amplio de la función archivística (que podría definirse como la función de conservar definitivamente los documentos con valor archivístico), parte de la cual solamente ha sido realizada, por tradición, por archivistas y por instituciones archivísticas. La función archivística es el conjunto de actividades conexas que contribuyen a preservar y conservar documentos con valor cultural (histórico o archivístico) necesarias para alcanzar las metas propuestas en la materia. Lo anterior para garantizar que dichos documentos sean accesibles y comprensibles. Estas actividades comienzan en la etapa de la producción del documento con valor archivístico (y, en el ámbito electrónico antes de su creación) y continúan hasta la última etapa de conservación y uso. 2.3 Concepto de función archivística. Con los documentos en papel, la función archivística se limitaba a la difusión. Esta función se repartía entre diversos actores como los productores de los documentos, escribanos, los gestores y los archivistas. Tradicionalmente, se ha confiado a los archivistas la custodia de los documentos que se determino tienen valor perdurable(es decir, documentos con valor archivístico). En general se han supuesto que las funciones asignadas a las instituciones archivísticas representan, por definición, el conjunto de actividades pertinentes a esa tarea. Sin embargo, es fácil observar que las funciones encomendadas a las instituciones archivísticas tienden a tener un alcance más amplio; esto depende de la tradición cultural, de mandato legislativo y, a El subconjunto particular de la función archivística, asignada a cada institución permite determinar si las funciones propias de esa última deben entenderse de manera amplia o restringida. 130 vida y los archivistas han aceptado generalmente esta situación sin dificultad. Lo importante es que existe una función archivística, sin considerar las variaciones entre las tradiciones administrativas y orgánicas, e independientemente de las funciones asignadas a una institución archivística, que ha sido realizada en el pasado por diversos actores (como una responsabilidad profesional o de manera implícita), y que debe llegar a ser tema de un examen minucioso mientras los archivistas reflexionan acerca de la administración de documentos electrónicos. Sin embargo, cuando la vida activa del documento en papel con valor archivístico había concluido, era necesario tomar una decisión (quizá provisional) acerca de su valor a largo plazo (decisión que podía tomarse enseguida, pero ciertamente no muy tarde). Este aspecto de la función archivística se ha tratado según las diferentes tradiciones, pero sin considerar a la persona a quien incumbe la decisión, los documentos que permanecen, después del proceso de disposición documentas, quizá han pasado a su debido tiempo a la custodia de una institución archivística A este punto, las tareas tradicionales de valoración definitiva y determinación del control intelectual y material, antes de realizarlas en los documentos, han sido realizadas (aunque se debe anotar que aun en el caso de funciones tradicionalmente reservadas a las instituciones archivísticas, otros actores podrán ejercer las responsabilidades para garantizar esas tareas desde las etapas iniciales del ciclo de vida). La función archivística tiene por objetivo garantizar la creación y la conservación de la evidencia de las actividades o de las operaciones realizadas por los productores de los documentos. La tendencia natural para identificar La evidencia con la noción de responsabilidad ha conducido a suponer (a veces sin fundamento) que se puede tener confianza en los productores eventuales para garantizar el cumplimiento de la primera etapa de la función archivística (es decir, la creación de los documentos propiamente dichos). Una vez realizada esta acción, llegado el caso, se tiene un segundo grupo de supuestos que han orientado la práctica. Como ya se señaló, para tener valor evidencia, Los documentos deben tener un contenido, un contexto y una estructura. En los documentos tradicionales estos elementos estaban ligados por necesidad al soporte (usualmente papel) en el cual se consignaban. Así, se podría suponer que una vez tomada La decisión de crear un documento, el objetivo de tener una evidencia se alcanzaba. Además, el productor del documento tenia generalmente necesidad de volver a usarlo, de cuando en cuando, y los medios disponibles para administrar los documentos activos eran, en ese momento, relativamente complejos (sistemas de expedientes, modelos de clasificación de archivo, etc.); se podría también suponer que se tenía cierto control intelectual sobre el documento con valor archivístico desde Las etapas iniciales del ciclo de vida. Respecto a los documentos electrónicos las prácticas antes descritas, en cuanto a la función archivística, no serán suficientes para alcanzar la meta de crear y preservar la evidencia. Las razones de este hecho se han clasificado según las siguientes categorías: creación o producción de documentos, acceso y uso de éstos. Creación de documentos Es menos claro, en lo referente a los documentos electrónicos, que se pueda confiar en el productor del documento por el hecho de ser su autor. Aun cuando exista alto grado de motivación para garantizar la responsabilidad (de producción), la misma noción de documento electrónico no es tan obvio como la de documento de papel. De este modo, el productor potencial o eventual puede no tener acceso a los mecanismos necesarios para la creación del documento electrónico si las medidas preliminares no son adoptadas. Por ejemplo, si la función de producción de documentos no está integrada a un sistema electrónico desde su concepción o diseño, Por lo tanto, la función archivística, hasta cierto momento del ciclo de vida, ha sido tradicionalmente realizada por el productor o generador de los documentos en el ciclo de 131 mientras esas funciones se efectúan, más que a los documentos mismos. será imposible producir un documento. Por lo tanto, el ciclo de vida de los documentos electrónicos debe comenzar antes de su creación. Esta etapa anterior se conoce como etapa de diseño, La cual incluye a nuevos actores (administradores de información, diseñadores de sistemas, etc.). Estos dos cambios exigen que, mucho antes que se inicie el ciclo de vida de los documentos electrónicos, los archivistas reciban formación adecuada (en realidad, antes que el ciclo de vida haya comenzado, como era el caso para los documentos en papel). Conservación de documentos Esta actividad presenta nuevos desafíos a los archivistas. Como se indicó antes, se debe conservar el contenido, el contexto y la estructura del documento para que sirva como evidencia, independientemente del soporte en casos de documentos electrónicos. Por consiguiente, la conservación sola del soporte no es suficiente. En cuanto a los documentos tradicionales, se pueden concentrar los esfuerzos en la conservación material del soporte (usualmente en papel); y puesto que el contenido, la estructura y, en cierta medida, el contexto está relacionado con este soporte, se asegura el valor evidencia del documento. Por el contrario, con los documentos electrónicos, los archivistas pueden dedicar recursos considerables pata la conservación del soporte material (cinta magnética, disquete, soportes Ópticos, etc.) sin lograr. Valoración de los documentos En lo referente a los documentos en papel, los actores encargados de la parte de la función archivística reservada a la valoración y a la selección, han tenido ligeros cambios según las tradiciones administrativas y de organización. Sin embargo, frecuentemente, esas tareas no han incidido sino en las últimas etapas del ciclo de vida de los documentos. Por el contrario, en lo que concierne a los documentos electrónicos y a su producción, las tareas relacionadas con la valoración y la selección deben iniciarse desde antes del ciclo de vida, con frecuencia en la etapa del “diseño”, porqué los requisitos relativos a la conservación, desde el punto de vista archivístico, deben estar integrados al sistema electrónico en el momento de su elaboración. De otra manera, existe el riesgo de perder los documentos una vez que los usuarios no tengan necesidad de terminar sus actividades de negocios. El riesgo potencial que existe en las funciones de selección de los documentos tradicionales, después que han pasado su fase de uso activo, no existe en el caso de los documentos electrónicos. La necesidad de promover las tareas de valoración y de selección al comenzar eL ciclo de vida de los documentos refuerza la necesidad, antes mencionada, de contar con un archivista (experto en archivos) más bien antes del ciclo. También, implica La adopción de nuevos procesos de valoración y selección en cuanto a que deben ser cumplidos o garantizados por una persona de nivel jerárquico superior. Específicamente, la atención debe dirigirse hacia las funciones de la organización, a los procesos y a las actividades de los negocios Se ha afirmado que los documentos electrónicos con valor archivístico (con valor para ser preservados) podrían conservarlos de manera más económica y eficiente su productor y la entidad creadora dentro de la configuración informática de este último. Por supuesto, esto debe llevarse a cabo con base en normas elaboradas por los archivistas y, probablemente, bajo la vigilancia sistemática de las instituciones archivísticas que garantizan su aplicación. Adoptar un papel ajeno a las funciones de vigilancia o delegantes evitara a las instituciones el problema de invertir fuertes sumas para adquirir la tecnología relacionada con el mantenimiento y la gestión de documentos electrónicos. Lo anterior también liberaría a su personal para que pudiera dedicarse a las nuevas funciones y responsabilidades de verificación y control que les corresponden en el contexto de la difusión de los “archivos virtuales”. Por otra parte, este tipo de solución demanda que los organismos participantes tengan conciencia de la función archivística. Su aplicación exitosa depende de que los gobiernos responsables o sus organismos, 132 cambio en los especialistas y cambio en cuanto a las careas y los papeles asignados. A menos que ocurran tales cambios, la profesión de archivista se volverá irrelevante gradualmente y las instituciones archivísticas quedarán solo como museos de información. estén dispuestos a dar prioridad a las necesidades de conservación, a invertir recursos financieros en la transferencia a otros formatos técnicos de documentos que no representan valor para dichos organismos, y a ajustar sus sistemas de manera que cumplan las normas establecidas por los archivistas en materia de principios de conservación y de servicio a los usuarios. Las opiniones están divididas para saber cuál es el mejor sistema. ¿Cuáles cambios deben ocurrir? En el punto 2.3 se indicaron las implicaciones que tienen los documentos electrónicos en los archivistas y las instituciones archivísticas. Se señaló que en el caso de los documentos electrónicos, existe una dinámica modificada entre la función archivística y las etapas del ciclo de vida de los documentos, en el contexto en que se realiza será función. Este cambio dinámico, así como la manera en la cual los archivistas y las instituciones archivísticas de cualquier administración u organización determinada responderán (es decir, los papeles que ellos escogen o que se les imponen para actuar frente a otros actores), determinará la dirección de este cambio. Acceso y uso de documentos La informática ofrece oportunidades y presenta desafíos para realizar parte de la función archivística relacionada con el acceso y el uso. Como ya se dijo existe una variedad de recursos que permiten localizar y disponer de los documentos electrónicos aun cuando éstos se encuentren lejos. Así, en muchos casos, ni el archivista ni el investigador necesitan estar en el mismo sitio que los documentos. Dentro de los numerosos casos no es necesario reunir los documentos que tengan valor archivístico (valor histórico) en un depósito centralizado para permitir el acceso y garantizar su uso (aunque otro tipo de preocupaciones, como, por ejemplo, la seguridad, obliguen a adoptar tal postura). En cuanto a los desafíos que traen consigo el acceso y el uso de documentos electrónicos, éstos se atribuyen a la complejidad relacionada con su conservación, como se indico anteriormente, y a las consecuencias que deben enfrentar los archivistas y las instituciones archivísticas, en términos de necesitar nuevos expertos. Para comenzar las direcciones posibles de los cambios hay que volver, una vez más, al ciclo de vida de los documentos. Con los documentos electrónicos, el archivista debe poner mayor atención en las etapas de diseño y creación. Esto puede hacerse de manera interactiva (participación real en los procesos mismos) informando, orientando, dirigiendo a los diseñadores y realizadores de Los sistemas y a los autores de los documentos, con el fin de crear y garantizar documentos auténticos, confiables y duraderos. El archivista puede, igualmente, emitir normas y directrices que los demás aplicarán o redactar leyes y reglamentos apropiados. En ambos casos, se prevé también un papel de verificación o vigilancia. Conviene recordar que la participación desde las etapas iniciales del ciclo de vida puede no estar limitada a las tareas tradicionales (valoración, etc.) al comenzar dicho ciclo. Su participación puede proseguir en el contexto de un papel interactivo para ordenar y facilitar la creación de documentos. Por el contrario, las instituciones archivísticas pueden encontrar que su papel por importante que sea desde las etapas iniciales de los documentos electrónicos, disminuye en las últimas etapas del ciclo. Los esfuerzos llevarán a la vigilancia continua de 2.4 Redefinición de los roles de los archivistas y de las instituciones archivísticas La introducción de tecnología moderna ha generado innumerables cambios elementales que nos han obligado a reexaminar las maneras en las cuales se han realizado las actividades tradicionales en casi todos los sectores donde el ser humano está presente. Cuando éstos se enfrentan a los desafíos y a oportunidades que presentan los documentos electrónicos, los archivistas deben entender que no se necesita la evolución, sino un cambio radical, para tener una perspectiva más amplia, cambios en materia de formación, 133 los qué realizan las funciones archivísticas relacionadas con la conservación, el acceso a documentos y a su uso, sin embargo, aun cuando estas responsabilidades continúen recayendo en las instituciones archivísticas, Los roles y las marcas variarán, de aquellas que se tenían con los documentos tradicionales en papel. 1.3 Aspectos de legislación pertinente orden jurídico 1.3.1 Definición de documento En los años setenta, las leyes para archivos no establecen claramente normas para los documentos electrónicos. Gradualmente, muchos países han ajustado a su legislación una terminología particular para indicar que Los documentos “leídos por una máquina” o “electrónicos” forman parte de la definición de documento. En algunos países, la legislación pertinente subraya la función de los documentos en lugar de sus formas y enfatizan que las leyes para archivos y documentos se aplican a todo tipo de documento “sin considerar sus características o forma física”. No obstante, numerosas personas, particularmente en las instituciones, donde las aplicaciones ligadas a procesamiento de datos informatizados no cuentan, sino con una pequeña parte de sus funciones, piensan que los documentos electrónicos no están regidos por la legislación archivística. Otras personas tienen dificultad para distinguir entre los documentos y los otros tipos de fuentes de información. Muchas instituciones buscan tener una definición clara del documento, que puede ser fácilmente comprendida e implantada en los sistemas y usada en la formulación de leyes y de políticas. En el siguiente capítulo se trata el concepto de documento y ofrecerá consejos al respecto. y La legislación que norma los diversos aspectos de la creación de la administración, del uso y de la conservación de la información no se ha ajustado a los cambios rápidos de la tecnología. Las leyes relativas a los archivos no son la excepción En la mayoría de los países se han formulado leyes relativas a los archivos teniendo en cuenta solo los documentos de papel y sobre un modelo más simple de la función y de las instituciones archivísticas muchas instituciones encuentran que sus opciones disponibles en materia de procesamientos de documentos electrónicos son limitadas por las leyes elementales relativas a los archivos. Algunos aspectos que son particularmente problemáticos serían las siguientes: •La definición jurídica de un documento, especialmente cuando no incluye los documentos electrónicos; •Leyes que no reconocen los documentos electrónicos como evidencia legitima en procesos legales; •Leyes que limitan el papel de los archivos a la conservación de documentos; •Leyes y políticas que imponen largos periodos de espera antes que los archivos puedan valorar los documentos o que influyen en su disposición final; •Las leyes que norman la protección de diseños personales y el acceso a los documento, y •Prohibición del acceso a documentos secretos. 1.3.2 Aceptación de documentos electrónicos en procedimientos legales En los sistemas informáticos modernos es muy fácil modificar los documentos electrónicos sin dejar rastro alguno. Por eso su valor evidencia ante los tribunales es poco, a veces nulo La consecuencia inversa es que numerosas instituciones se han dado cuenta de su vulnerabilidad ante las instancias legales, al descubrir y producir información en sistemas no confiables y que no fueron adecuadamente eliminados. Solo será posible realizar progresos en este sentido, si los sistemas informáticos son concebidos para conservar evidencia confiable y segura de todas las transacciones comerciales y, si los organismos aplican políticas y procedimientos pertinentes que garantizan la formación de su personal en la materia. Es conveniente tomar medidas particulares y adoptar regulaciones Los incisos siguientes tratan de manera sucinta cada aspecto de estas tendencias en materia jurídica. 134 presión que se ejerce sobre los gobiernos para que asuman mayor responsabilidad, ha dado lugar a la adopción de leyes que regulan los términos y las condiciones en las cuales los ciudadanos puedan tener acceso a los documentos gubernamentales. Este creciente acceso a los documentos ha causado serias preocupaciones en cuanto a la protección de la vida privada de las personas. La facilidad para buscar, recuperar y trabajar con documentos electrónicos, ha despertado en muchos países, inquietud acerca de la capacidad de los gobiernos y de las instituciones privadas para proteger la vida privada de los individuos que se mencionan en los documentos. En algunos países las leyes disponen que los archivos deban eliminar la información de las personas que se concentran en los documentos, después de que ellos han cumplido su función original; esto limita la capacidad de conservarlos. internacionales para garantizar la autenticidad de la información transmitida por las redes públicas, como el Internet. 1.3.3 La autoridad de los archivos acerca de documentos activos En lo que se refiere a los documentos electrónicos, es importante tomar en consideración las necesidades en materia de archivos, al diseñarse los sistemas informáticos. Conviene, igualmente asegurar que los documentos electrónicos sean objeto de control minucioso durante su ciclo de vida. Se debe definir claramente el papel de los archivos, en relación con los especialistas en informática, a los abogados y a toda persona que renga interés en la generación y creación de documentos probatorios Los archivos que no intervengan en los documentos activos, tendrán menos opciones para resolver los problemas relacionados con los documentos electrónicos Usualmente, las leyes relativas a la vida privada de las personas y sobre el acceso a la información se aplican a los documentos en toda clase de formatos. Sin embargo, en lo que concierne a los electrónicos las preocupaciones en cuanto a un acceso impropio y a una destrucción no autorizada son en realidad alarmantes. Con frecuencia, la protección de la vida privada de las personas y el acceso a la información son el rema de los debates que se suscitan en lo legislativo. No hay duda que estos dos puntos, además de la conservación de los documentos, exigen soluciones precisas en el ámbito político; los archivos deben buscar la ocasión de llamar la atención hacia aspectos que les conciernen. A la vez, las medidas adoptadas para normar el acceso a la información y la protección de la vida privada de las personas pueden tener consecuencias inesperadas para los archivos. 1.3.4 Larga espera en la transferencia de los documentos a los archivos históricos Muchos países disponen de una ley (por ejemplo, la regia de los treinta años) que impone un largo periodo de espera antes que los archivos puedan resguardar los documentos con valor archivístico. Al imponer la autoridad la restricción de intervención en documentos activos, se limitarán las opciones disponibles para adquirir o ejercer control sobre los documentos electrónicos que deban archivarse. Los archivos que deban apegarse a tales reglas son susceptibles de recibir documentos electrónicos de manera poco usual, en donde la transferencia es difícil y costosa, a veces imposible. En tales casos, es crucial el trabajo en colaboración con los autores de los documentos para cerciorarse que ellos cuiden, en adelante, que los archivos asuman la responsabilidad. 1.3.6 Documentos confidenciales Con la descentralización y la privatización algunos han creído que los archivos pierden su control sobre los documentos que contenían las actividades y las funciones del gobierno. Esta pérdida de control puede ocurrir cuando el gobierno otorga en arrendamiento los servicios de procesamiento de datos y los servicios informáticos, sin prestar atención al 1.3.5 Legislación sobre el respeto de la vida privada y acceso a la información Las leyes relativas al respeto de la vida privada de las personas y el acceso a la información tienen impacto creciente en el ambiente en que operan los archivos. En algunos países la 135 En países con vasta experiencia en informática, los archivos están en posibilidad de encontrar los documentos electrónicos dentro de una variedad amplia de formatos incompatibles. Los documentos en formatos más antiguos, a veces obsoletos, auxiliados por sistemas privados, coexisten con Los objetos multimedia recientes y complejos. Los países que adoptaron La informática más recientemente, han superado generaciones anteriores de tecnología y llegaron más directamente a los problemas que presentan los documentos electrónicos modernos. En ambos casos, las presiones del comercio global, el intercambio de información y La ínter funcionalidad entre Los sistemas, imponen niveles de alta estandarización a los sistemas y las aplicaciones usadas por las instituciones para crear y generar los documentos electrónicos. Esto, a su vez, ofrece oportunidades para que los archivos adopten sistemas internacionales. El resto de la guía ofrece sugerencias para afrontar los problemas que causan los documentos electrónicos en un ambiente dinámico. control que se debe ejercer en los documentos generados por esas operaciones. Puede igualmente ocurrir cuando los programas y las funciones financiadas con fondos públicos se privatizan. Si se toman en cuenta los cambios fundamentales en el papel del gobierno, los medios de comunicación, los métodos de registro y de búsqueda de las transacciones las instituciones archivísticas deben realizar un examen del alcance y de la eficacia de las leyes básicas sobre archivos. 1.4 Conclusiones Los archivos forman parte de un mundo de cambios rápidos. Mientras el acelerado avance de la tecnología de la información sea uno de los símbolos visibles de este proceso, los cambios estrechamente relacionados con las instituciones y el papel del gobierno tendrán un impacto considerable en el ambiente en que trabajan los archivos. Muchos factores forman este ambiente. Por otra parte, las tendencias particulares de orden tecnológico, jurídico y de organización en cada país, incidirán en la naturaleza de los problemas y desafíos que deben afrontar las instituciones y los programas encargados de archivar. 136 4.2 Los inventarios Debido a la falta de normalización repetidamente invocada y a su carácter primordial, existe todavía una evidente indefinición acerca de este instrumento. En todos los países a los que nos venimos refiriendo existe acuerdo en cuanto a que entre un instrumento tan genérico como la guía y otro tan exhaustivo como el catálogo, debe haber uno intermedio que ofrezca la posibilidad de describir los fondos con un nivel de profundidad suficiente como para garantizar una cantidad de información satisfactoria para los usuarios y, al mismo tiempo, con la sumariedad necesaria como para permitir la descripción uniforme de amplios grupos documentales. Dicho instrumento, el inventario, presenta variedades más o menos abundantes según los países, así en Francia30 distinguen: el repertorio numérico, el numérico detallado, el inventario sumario y el analítico; en ltalia31 entre sumario y analítico; en España32 las actitudes van desde la de A. Matilla (esquemático, sumario, analítico y analítico de resúmenes) o la de M. C. Pescador (somero, descriptivo, analítico y mixto), hasta la de A. Heredia que los deja en un solo tipo. Resulta complicado reducir tanta variedad33, entre otras cosas porque se basan en prácticas consuetudinarias, en cambio si cabe recomendar dos variedades o tipos de inventario que, a nuestro juicio, compendian las características de los demás y cuya práctica contrastada los ha revelado como instrumentos apropiados. El inventario describe las unidades que componen las series documentales, dispuestas según el orden que tienen en el cuadro de clasificación y reproduciendo su estructura. En función de las unidades descritas podemos distinguir entre el inventario somero (describe las unidades de instalación) y el analítico (describe las unidades archivísticas: los expedientes). Este instrumento es la verdadera obra del archivero, pues condensa la actividad intelectual del trabajo sobre el fondo documental, la clasificación y la descripción, aunados con una doble finalidad: conocer qué es lo que se tiene y cómo está organizado, de una parte informar con precisión acerca de su contenido y localización, de la otra, de modo que ante cualquier búsqueda documental ofrezca siempre una respuesta pertinente y rápida. 4.2.1. El inventario somero Comprende los elementos mínimos, los del área de mención de identidad, y suelen ir dispuestos en columnas cuando se publican. Su utilidad es ante todo de uso interno como procedimiento de control sobre las existencias, pero el interés para los usuarios es mínimo pues les ofrece una información excesivamente genérica y apenas si les orienta acerca de la documentación que puede encontrar34. A pesar de las carencias y junto a su función controladora, es un primer procedimiento válido para la descripción de grandes volúmenes documentales. 30 Association des Archivistes Francais: Manuel d’Archivistique. Théorie et pratique des archives publiques en France. Paris: SEVPEN, 1970, págs. 243-293. E. Taillemite: op. cit., págs. 140-145. J. Guerout: <<Quel type d’inventaire choisir?>> en La Gazette des Archives, 152-157, 1991, págs. 14-47. 31 P. Carucci: <<Gli inventari en Rasseyna degli Archivi di Stato. 1989, Págs. 547-557. 32 A. Matilla: <<Cartilla de organización de archivos>> en Boletín de la Dirección General de Archivos y Bibliotecas, 55, 1960. M. C. Pescador. op. cit., Págs. 20-25. A. Heredia: op. cit., Págs. 27 y ss. 33 Véase para mas información C. Tornel: <<Inbentarioa Espainako artxibagintzaren alorrean. El inventario en el panorama archivístico español>> en Irargi. IV, 1991, Págs. 297-325. Los elementos de la ficha del inventarlo somero, complementado con un resumen de la evolución histórica del ente que ha dado origen al fondo, son: Área de mención de identidad: — Signatura. — Titulo. — Fechas. — Nivel de descripción. — Volumen. 34 N. Sales: <<L’eliminació de documents: el punt de vista de thistoriador>> en Lligal, 2, 1990, Págs. 137.142. 137 — Veamos un ejemplo: Volumen Libros Cajas 3 Nivel Título Fechas Signatura 1.1 Privilegios fundacionales Exps. de constitución del Ayuntamiento Actas 12371456 15121989 1-3 39 12 1.1 3 475 1.1 7 1.1 92 27 1.2.1 89 6 1.2.1 3 ----- 1.2.1 ----- informativo, el archivero deba elaborar otros instrumentos que las describan en detalle. ----- Ordenanzas y reglamentos Causas civiles Causas criminales Autos de conciliación ------------------------- 15121989 15081989 Los elementos de la dicha de inventario analítico son: Área de mención de identidad: -Asignatura -Titulo -Fechas -Nivel de descripción -Volumen Área de contenido y estructura -Resumen de alcance y contenido 4-55 56-530 531-537 15361833 15201823 18361899 538-656 ------- ----- -Información sobre valoración, selección y eliminación -Sistema de organización Área de condiciones de acceso y utilización: -condiciones de acceso -Instrumento de descripción relacionados: -Unidades de descripción relacionadas. 657-751 752-754 OBLIGATORIAS OPTATIVAS Algunos de estos elementos merecen ser vistos son algún detenimiento: Como acabamos de señalar es un instrumento denostado por los usuarios a los que no falta razón, mas por otra parte debemos considerar que el volumen documental y su ritmo de crecimiento muchas veces impiden descender a detalles y contentar así a los especialistas de cada area35. -El volumen: no es necesario explicitarlo cuando es el expediente o el libro habituales, sino cuando se trate de unidades extraordinariamente voluminosas como puede ser expediente que ocupa varias cajas o un libro en diversos tomos. -Resumen de alcance y contenido: consiste en representar el contenido de la documentación para una amplia gama de usuarios potenciales, y no solo del archivero, por ello hay que ser objetivo y el resultado deberá ser intangible por si mismo, sin que sea necesario acudir a la documentación para verificar su contenido. Todo producto administrativo presenta dos objetos centrales a localizar y describir: los actores y el objeto de la acción administrativa; siempre que uno de los agentes sea la propia entidad es ocioso señalarlo a cada paso. 4.2.2. El inventario analítico Posee una característica distintiva respecto del anterior, fundamental por otra parte, y es que describe los fondos con mayor profundidad al descender hasta los expedientes. Con los mismos elementos mínimos obligatorios y algunos más optativos, ofrece información suficiente para localizar la documentación en el tiempo y en su ubicación física, conocer su organización, e individualizarla para que cada cual elija entre todas las opciones las de su interés. Logra la mejor relación costes/beneficios porque permite describir uniformemente los fondos y proporcionar unos niveles de información satisfactorios para los usuarios, lo cual no obsta para que en determinadas series documentales, con indudable interés Muchas veces, la denominación de la serie es suficiente para resumir el contenido de los documentos adscritos a la misma, en cuyo caso podremos repetirla en tal concepto, la datación será el elemento que los individualice. Así por ejemplo, en una serie de libros de actas de Pleno de un Ayuntamiento, del Consejo de Administración de una empresa será suficiente con la denominación de la serie Otro tanto sucedería con los libros registros de entrada, de salida (de documentos), de plicas, censos, padrones, y otros muchos más. 35 Véase a) respecto 0. Krakovitch: <<L'inventaire: travail de forcat ou travail de fourmi? Produit dc série ou ouvrage scientifique?>>, en La Gazette des Archives.152-153, 1991, Págs. 11-13. 138 Aunque el soporte no sea el libro, muchas series presentan características similares: la correspondencia, los expedientes de servicios... En estos casos el archivero valorará —en función de la demanda— la calidad informativa y redactará otros auxiliares, como pueden ser los índices, qué faciliten un acceso más preciso. Por ejemplo, los libros de actas que contienen las deliberaciones y los acuerdos de los órganos superiores de cada entidad, contarán con índices que pormenoricen su contenido. Se conserva completo uno de cada cinco años, los terminados en 1 y 6. Acceso restringido. Un expediente sobre la concesión de la construcción del enlace entre la Carretera Nacional I y la 634 entre San Sebastián y Orio: 1973. 2.5.4. Concesión de obras. Contratación de la obra de construcción del enlace entre la N-I, Km. 24 y la N-634, Km. 36, entre San Sebastián y Orio, concedida a Consorcio de Carreteras, S. A. .73555 I caja. Documentación relacionada en: 71.294-71.298, proyecto técnico; 72.003-72.004, expropiaciones. - información sobre valoración, selección y eliminación: se especifica siempre que la serie no se conserve íntegramente. De este modo cada expediente ha sido descrito en los términos imprescindibles para garantizar una información suficiente. No vamos a extendernos sobre el formato del inventario porque cada vez son más los realizados en bases de datos automatizadas, en cualquier caso se complementa con un buen índice, aspecto que trataremos más adelante. Tampoco nos vamos a ocupar de la casuística que plantea la descripción de un fondo desorganizado o de uno previamente organizado, por obvias razones de brevedad36. - Sistemas de organización: cuando exista alguno distinto al de la tramitación. - Condiciones de acceso: se indican si existe algún impedimento al libre acceso. - Instrumentos de descripción: cuando haya alguno que mejore la proporcionada por el inventario. - Unidades de descripción relacionadas: indica aquellas que tienen una relación directa e importante. 4.3. Los catálogos El catálogo tiene la finalidad de describir exhaustivamente, así en sus caracteres internos como en los externos, las piezas documentales (documentos sueltos y las unidades archivísticas (expedientes), seleccionadas según criterios subjetivos (por su valor histórico, para una exposición, publicación...). Dada su naturaleza pormenorizada no puede aplicarse a una agrupación documental (fondo, sección, serie), salvo que sea muy pequeña, sino a grupos de documentos que presenten interés especial (mapas, sellos, pergaminos...) y limitados a Un periodo cronológico concreto. Veamos algunos ejemplos fijándonos más en la excepción que en la norma: Un libro de actas del Pleno Ayuntamiento en varios tomos: 1993. Libro de actas del Pleno. 36.254-36.257. 4 tomos. Índices. de un 1.1. Actas. Un expediente personal: 1977-1989 2.5.1. Expedientes personales. Maria Antonia García Maldonado, Jefe del Servicio de Recursos Humanos. 7.254. El catálogo es el menos recomendable de todos los instrumentos de descripción, desde un punto de vista práctico y de servicio, a tenor de las necesidades descriptivas y de las Acceso restringido. Un expediente relativo al Impuesto sobre la circulación de vehículos: 36 1986. Impuesto sobre la circulación de vehículos. 15.610-15.615. 6 cajas. Para más información al respecto véase J. R. Cruz: Archivos municipales de Euskadi. Manual de organización. Vitoria Instituto Vasco de Administración Pública, 1992, Págs. 104-116. 3.3.4. ICV 139 carencias de medios materiales y humanos de la mayoría de los archivos. En tiempos pasados algunos profesionales dedicaron su tiempo y los escasos medios puestos a su alcance en la confección de primorosos catálogos, mientras que el consultante Se veía obligado a exprimir sin intuición para intentar sondear en el grueso de los depósitos a través de unos instrumentos descriptivos trasnochados y raquíticos. Por fortuna, los criterios han evolucionado y catálogo ocupa el lugar que le corresponde es decir, ser un instrumento al que se recurre excepcionalmente. De todos modos, cuando se opte debe hacerse sólo para preparar aquellas colecciones que representen un alto valor científico o artístico, pero nunca de manera indiscriminada. Decimos colección porque el catálogo no puede ser aplicado a un fondo, sección... sino a un conjunto de documentos seleccionado de acuerdo con criterios más o menos subjetivos. 4.3.1. El catálogo de documentos Podemos considerar la ficha catalográfica como la unidad de información que describe un documento en tres sentidos: 1 .En cuanto a su contenido y localización temporal, condensando su mensaje en unas cuantas líneas, a fin de orientar al consultante sobre la conveniencia o no de su lectura, y dotándola de la datación tan completa como el documento y los conocimientos del archivero lo permitan. 2 .En sus características formales: volumen, medidas, materia, topología, etc. 3. En su localización espacial dentro del fondo al que pertenece, a través de la signatura. La forma materia que adopte dependerá del soporte elegido para su realización ya sea una ficha de cartulina normalizada, ya la memoria de un ordenador. Aunque pueden ser incluidos otros muchos, los elementos que la componen son como mínimo los siguientes: Este epígrafe se reduce a exponer brevemente37 los pasos para la catalogación de documentos sueltos y de expedientes, con la esperanza de ayudar a quienes se muevan por los mares de futuribles oposiciones, más que por el convencimiento sobre la necesidad de abordar su ejecución, salvo en contadas excepciones, generalmente reducidas al ámbito de determinadas colecciones valiosas dentro del fondo histórico. Área de mención de identidad: — — — — — Signatura. Título. Fechas. Nivel de descripción. Volumen. Área de contenido y estructura: — Resumen de alcance y contenido. 37 Véase J. R. Cruz: <<La catalogación de documentos>>, en Bilduma, I, 19R7, Págs. 129143. Del mismo autor: Archivos municipales de Euskadi..., Págs. 140-149. 140 CAPITULO 14 CATALOGOS 1. carta, etc.) como a la unidad archivística (expediente, testimonio de autos). Puntualizaciones y definición. Según el Diccionario de la Lengua española, catálogo es la relación o lista ordenada de libros, manuscritos, hechos o cosas. Si el inventario está soportado en el cuadro de clasificación del fondo del cual es su fiel reflejo, el catálogo sostiene sus unidades en una ordenación que bien podrá ser cronológica o alfabética. Para los archiveros esta definición se queda corta, por una parte, porque no están expresamente contemplados los documentos y, por otra porque no se trata de una simple enumeración de éstos sino que implica una descripción de los datos precisos de cada uno de ellos en los que no han de faltar los relativos a su localización. La mayor o menor extensión dada a la descripción, al particularizar, por ejemplo, junto al documento principal los anejos que van con él o al detallar cada uno de los documentos integrantes de un expediente, no afectarán a la esencia del catálogo, si se da por descontado que éste ofrece en la descripción los elementos necesarios requeridos. Valga sin embargo como regla general o al menos como actitud, que el volumen de datos de los resúmenes de contenido no deben ser excesivos, partiendo de la base de que el catálogo nunca podrá sustituir a la información total que facilita el documento directamente consultado. Aunque el término catálogo es de uso habitual en bibliotecas, al ser substancialmente diferente el libro del documento de archivo, es claro que los datos que se ofrezcan en el catálogo de archivo han de ser sensiblemente distintos. En ningún momento habremos de partir del modelo de las bibliotecas, aunque alguno de los datos y su forma de plasmarse puedan ser semejantes. Una última diferencia con respecto a las bibliotecas: no existen siquiera tamaños de fichas normalizadas y ya veremos que tampoco normas precisas de catalogación. Podemos concretar todas estas características esenciales en la siguiente definición: Catálogo es el instrumento que describe ordenadamente y deforma individualizada las piezas documentales o las unidades archivísticas de una serie o de un conjunto documental que guardan entre ellas una relación o unidad topológica, temática o institucional Me remito en nota1 a la definición incorporada al Diccionario de Terminología Archivística. Ya indicamos que frente a los inventarios que toman como unidad de descripción la serie, siendo su campo de acción la totalidad de un fondo, los catálogos toman corno unidad de descripción la pieza documental o la unidad archivística siendo su campo de acción no tan definido sino mucho más flexible y parcelado, ya que puede ser una serie total o parcial u otras áreas más variadas en cuanto se refieren a temas o a un periodo cronológico concreto. Cuando habíamos de la unidad de descripción del catálogo nos referimos naturalmente tanto al documento individualizado (Real Cédula, Real Provisión, Real Orden, consulta, mandamiento, poder, 1 La definición de catálogo dada por el Dictionary of Archival Terminology de 1984 es: <<instrumento de trabajo que describe individualizadamente el conjunto de documentos de una misma topología o de documentos reunidos por unos diseños particulares (exposiciones) o de documentos que se refieren a un mismo tema>> (no. 66, Pág. 37). 141 izquierda) de algunos datos (fecha, signatura) podrían llevar al establecimiento de una normativa semejante a la de las bibliotecas — salvando las distancias—. Hasta ahora una dicha o asiento de catalogación de un mismo documento, pero redactado por diferentes profesionales, incluso partiendo de los mismos elementos, puede resultar sensiblemente diferente. Hagamos una simple práctica hojeando algunos de los catálogos editados y comprobaremos la disparidad. 2. Elementos esenciales normas de catalogación. Los elementos indispensables referidos a las unidades de descripción de un catálogo pueden agruparse en tres apartados, áreas o campos2: A) Datos internos (fecha, tipología, autor, destinatario, materia, lengua) que informan y afectan al contenido. B) Datos externos o físicos. C) Datos de localización o signatura. Esta es la realidad con la que no podemos conformarnos pasivamente. La informatización no es posible, sin unas normas generalizadas. No bastará con una normativa casera, a nivel individual o de centro, sino que hemos de conseguir una normalización consensuada por la mayoría. Trataremos por tanto de analizar la casuística para cada uno de los elementos a consignar en una ficha de catalogación de la que habremos de partir para diseñar al final una ficha normalizada de catalogación. Porque lo que es claro es que no vamos a inventar sino a contar con las reglas existentes después de llegar a una puesta en común que nos lleve a la aceptación por todos. Enumerados son los siguientes: - Fecha completa (año, mes, día, lugar). Tipología documental (diplomática y jurídica). Tradición documental. Autor. Destinatario. Asunto o materia. Datos externos (folios, medidas, materia escriptoria, conservación). Signatura (archivo, fondo o sección de fondo, unidad de instalación, número de orden). 2.1. Estos son los datos precisos mínimos. Pero hay que señalar que si la catalogación en bibliotecas, es decir la individualización de la pieza bibliográfica está perfectamente reglamentada por lo que respecta a los elementos esenciales, a su colocación e incluso al tamaño de las fichas, no existen regias adoptadas y aceptadas con criterios generales por lo que respecta a los documentos de archivo. Es cierto que la casuística en los segundos es mayor que en los libros, sobre todo teniendo en cuenta que muchas tipologías están por estudiar y que los documentos no son piezas aisladas e independientes como las obras impresas. Pero a pesar de esto, la aceptación de estos elementos precisos mínimos, la fijación de determinadas normas en cuanto a su uso y de reglas referidas a la colocación (derecha, Datos internos. 2.1.1. La fecha. En cada ficha ha de destacarse, para individualizar a cada documento, la fecha completa del mismo: año, mes, día, lugar, situándola en la parte superior izquierda, en el orden indicado, es decir, en orden inverso al que suele figurar en el documento. Hay quienes prefieren colocar el día antes que el mes, teniendo en cuenta que año va a quedar indicado con carácter general al principio de cada página del catálogo impreso3. La expresión del año y del día ha de ser en cifras arábigas, aunque en el documento aparezcan en letras. En el caso de 3 Como ejemplo del primer caso tenemos: Documentos relativos a la Independencia norteamericana, existentes en los archivos españoles, Vol. 2, Madrid, 1976, y del segundo el Catálogo de las consultas del Consejo de indias (1610-1616), Sevilla, 1984/ Vid. lám.1 1. 2 Para algunos la fecha forma un área o campo aparte, siendo cuatro en lugar de tres las áreas de descripción. Cfr TORNEL COBACHO, Cayetano: Las fichas de catálogo de documentos textuales de archivo Cartagena a. 1 989. Pág. 3. 142 dataciones por otros sistemas han de reducirse al cristiano. En cuanto al mes ha de expresarse, en cambio, en letras, sin abreviar. diplomáticas. Como ejemplo tenemos las consultas elevadas al rey por los diferentes Consejos creados por La dinastía austriaca que, para determinadas épocas, llevan escritas hasta cuatro fechas (la del acuerdo, la de la puesta por escrito, la de la lectura, la de la publicación)5. Hay que preferir la de la puesta por escrito (conscriptio) que figura al final del texto. No faltan sin embargo otros criterios al recomendar el orden siguiente para de la fecha: 8-12-l9364, aunque sigo defendiendo la indicación del año en primer lugar porque entiendo que la localización instintivamente nos lleva a buscar primero el año y dentro de éste, el día y luego el mes. En el caso de faltar la indicación del año, como es frecuente en las peticiones o memoriales, del XVI, XVII y XVIII, puede ponerse la fecha del año de referencia más cercana (en este caso especifico, la de su presentación en el lugar de destino, que no suele faltar) o bien el año aproximado que por el contexto o por las personas a que van dirigidas o las que firman puede colegirse. En un caso o en otro habrá de escribirse entre corchetes: es la que denominamos data archivística. El lugar debe escribirse con ortografía moderna y completarse con cualquier indicación particular con que venga acompañado (así: Sevilla, en la Casa de la Contratación). La separación con puntos y comas dejará de tener incidencia a La hora del encasillamiento en una ficha normalizada. De todas formas hay que suprimir, en el momento de reflejar la expresión de la data, un conjunto de términos que acompañan a los elementos esenciales, durante los siglos XV, XVI y XVII: trece días del mes de setiembre del año del nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo de mil y quinientos y cuatro años. Hay que quedarse solo con las cifras del ordinal del día, del nombre del mes y del numeral del año, expresadas la 1ª y la 3ª en cifras arábigas y la 2ª en letras. Las cifras romanas, de frecuente uso para la expresión del año en el siglo XVI, han de ser sustituidas por cifras arábigas. Asimismo habrán de sustituirse una serie de símbolos numéricos para la indicación de algunos meses del año (7e para setiembre, 8e para octubre, 9e para noviembre y 10e para diciembre), de uso frecuente en la documentación indiana, por sus nombres completos correspondientes, en letras. La aproximación averiguada por datos indirectos nos llevará a la siguiente formalización c/. 1853/. Cuando cataloguemos expedientes habrán de indicarse las fechas límites de los mismos, años: primero, de la iniciación (no de los antecedentes) y último de la resolución. No para todos se entiende por igual la fecha de iniciación por cuanto que los hay que consideran por tal a la fecha del documento principal que da origen al expediente y los hay que entienden por tal a la fecha de entrada en el registro de la institución que lo tramitará6. Cuando se trate de relaciones juradas de cuentas de rentas, convendrá destacar la anualidad o periodo a que se refiere la cuenta, que será distinta de su formalización por medio de la relación jurada y frecuentemente posterior, a veces incluso en bastantes años. Tendrá prioridad la fecha de esta puesta por escrito, sin dejar de referirnos a las fechas alusivas al contenido. También habrán de sustituirse por sus cifras correspondientes la indicación del día en expresiones como <<postrero del mes>>, <<día primero d el mes>. Hay documentos que especifican varias fechas, reflejo de diferentes etapas de la <<actio>> o de la <<conscriptio>> Las copias o traslados de documentos llevarán la fecha de la copia o del traslado 4 5 TANODI. A.: Descripción Y Catalogación en <<Archivística>>, PNUD, Santiago de Chile, Pág. 20. REAL DÍAZ José J.: Estudio diplomático del documento indiano, Sevilla, 1971. Págs. 99 y SS. 6 Tanodi, A. ob.cit., pág. 20. 143 Provisión estaremos viendo, sin verla, su materialidad externa, su formulario, su validación, su sello y sobre todo sabremos que estamos ante un documento real, dispositivo que engendra derechos y obligaciones. haciendo referencia a] documento inserto, confirmado o reproducido. Junto a la fecha no debe indicarse ningún otro dato. Como puede ser el número de orden dentro de la unidad de instalación. Este dato ha de figurar como complementario de la signatura. Ya vimos que los documentos (capítulo 2) tienen una doble tipología, con un doble formulario, la diplomática y la juridica7. Como archiveros a la hora de describir, hemos de inclinarnos por la primera, no dejando de expresar también la jurídica, ya que con la indicación expresa de ambas habremos fijado la mayor parte de los datos que contiene el documento. 2.1.2. Topología documental. La designación del tipo documental es necesaria aunque solo interese el contenido, el asunto, ya que al tratar de localizar e identificar el documento a que se refiere la ficha de catalogación es imprescindible conocer su factura, el formulario en que queda materializado el contenido. La designación del tipo documental ha de basarse en la fijación terminológica determinada por los estudios realizados por los diplomatistas o por la legislación que ha establecido sus características y no por la denominación equivocada, en algunos, de la época. Me estoy refiriendo al hecho frecuente en el XVII y en el XVIII de designar con nombres incorrectos determinados documentos perfectamente estudiados, en su formulario, desde la Edad Media. Así las Reales Provisiones nombradas frecuentemente Reales Cédulas. La topología documental no suele ser algo expreso, como la data el autor o el destinatario. Es un elemento a consignar dentro de los datos internos. La especificación de la tipología es el resultado de un estudio a fondo del documento, de su génesis, de su tramitación, incluso de su formato (Vid. capít. 4) que nos lleva de la mano a su contenido solo con su denominación, por cuanto la disposición de todos estos considerandos son el testimonio de una actividad específica que facilita una información determinada. A título de ejemplo puede valernos lo siguiente. La confirmación de todos los privilegios concedidos por la corona a los Corredores de Lonja sevillanos se hizo por una Real Provisión de Felipe IV, dada en San Lorenzo el 27 de octubre de 1637. Los ejemplares impresos que circularon en la época llevaban una cubierta en la que designaban al documento como Real Cédula8. No olvidemos dos cosas, que tipología documental no es sinónima de tipología diplomática y que la tipología documental es tanto para el documento singular como para la unidad archivística o expediente. De un mismo tema pueden tratar varios documentos. Los datos obtenidos de una Consulta del Consejo de Indias tendrán una perspectiva diferente de los vertidos en la Real Provisión despachada como consecuencia de aquélla consulta. Ambas, pongo por caso, podrán tratar del nombramiento de un general de la Armada, pero en la primera será sólo la propuesta hecha por un órgano consultivo del monarca y en la segunda es el título efectivo despachado por el rey. Solo por el hecho de indicar que se trata de una consulta sabremos el carácter interno, de mero asesoramiento que entraña, sea cual sea el asunto de que trate. Si vemos expresada la condición de Real Tampoco hay que hacerse eco, al indicar La tipología, de esas designaciones genéricas, frecuentes en determinados momentos, de: privilegios, despachos, órdenes, disposiciones. Hay que precisar diplomática y jurídicamente qué son. 7 Empleamos el término jurídico con la amplitud que nos permite considerarlo <<administrativo>>. 8 HEREDIA HERRERA. Antonia: Los corredores de Lonja en Sevilla y en Cádiz <<Archivo Hispalense>>, tomo LII-LIII, n.° 159-164, enerodiciembre, 1970, Págs. 187. 144 teniéndose por originales los que no lleven indicación en contra. Así, pues, al catalogar cualquier documento habremos de indicar la tipología diplomática seguida de la jurídica. Tampoco existe criterio establecido para colocar tal indicación, en el caso de ser necesaria, al principio, precediendo a la tipología diplomática, o al final del párrafo descriptivo y entre paréntesis: A veces la jurídica para una mejor redacción queda inmersa en la descripción, después del destinatario, embebiéndola en el dispositivo /Real Cédula/ Instrucción/: Copia de Real Cédula a los oficiales de la Casa de la Contratación para que den licencia a Francisco Betanzos para pasar a Nueva España Real Cédula a Fulano dándole instrucción para el desempeño de su oficio o bien, /Real Provisión/Nombramiento/: ó Real Provisión a Fulano nombrándolo virrey de Nueva España pero no: Título de virrey de Nueva España a Fulano. Real Cédula a Los oficiales de la Casa de la Contratación para que den licencia a Francisco de Betanzos para pasar a Nueva España (copia). Hay documentos archivísticos para los que no hay duplicidad de acepción tipológica. El mismo término suele englobar a los dos. Por ejemplo las cartas, las peticiones, las consultas. La forma es indiferente, pero seria también bueno adoptar una normativa que definitivamente se inclinara por uno u otro criterio. Una ficha normalizada nos solucionará el problema. Cuando estemos realizando catálogos de series específicas no será preciso repetir en cada asiento su tipología. El título genérico del catálogo: catálogo de cartas, pongo por caso, suplirá tal indicación expresa. 2.1.4. Autor y destinatario. Los datos inmediatos y siguientes al de la tipología han de ser los del autor y destinatario del documento. Han de constar los nombres y apellidos, seguidos del cargo, oficio o vecindad, si vienen expresos en el documento. En el caso de documentos notariales cuando el nombre genérico de escritura o carta acompaña a cualquier negocio jurídico, puede suprimirse adoptando como única denominación de la topología, el determinativo: venta, testamento, poder (en lugar de escrituras de venta, de testamento, de poder, respectivamente). En el caso de unidad archivística no existe variación notable. Un ejemplo: Expediente En cuanto a la preferencia por el nombre o el cargo, vuelve como en otras ocasiones a plantearse la falta de adopción de criterios uniformes. Me inclino por indicar en primer lugar el nombre y a continuación el cargo, por el hecho de ser éste el orden normal de expresión en la documentación. Lo qué no puede sin embargo de ninguna manera es optarse por un criterio y variarlo a mitad del trabajo o continuamente. No siempre estos dos datos vienen expresados y a veces se encuentran incompletos. Lo óptimo será indicar ambos y en caso de no constar, averiguar a partir de datos bibliográficos (índices, repertorios) de uso frecuente, siempre que no haya que excederse en una investigación profunda. de confirmación de una encomienda 2. 1 .3. Tradición documental. Como dato complementario de la tipología documental ha de especificarse la tradición documental. Pero solo será preciso la indicación expresa en el caso de copias, en sus diferentes acepciones, o minutas, 145 Claro que siempre que los datos sean producto de esa averiguación posterior han de indicarse entre corchetes. efectos de orientación y no faltan obras que se han dedicado al tema10. Hay que partir de La base, como ya dije al principio, de que el Catálogo nunca sustituirá al documento, por lo tanto la relación o resumen del asunto no debe nunca ser extensa, tanto que en algunos casos llegue a la trascripción. La expresión del nombre del autor en el caso de documentos reales es preceptiva si se trata de documentos medievales, no lo es tanto a partir de los Reyes Católicos cuando la autoría de la persona regia no plantea dudas de identificación. Extractar un documento supone leerlo, incluso a través de las formas de escritura más antiguas, comprenderlo, penetrarlo y dominarlo, para dar una Visio simplificadora. Esto comporta conocimientos paleográficos, de Las instituciones, de procedimiento, de Historia, etc. Recomendamos la ortografía moderna a partir de los Reyes Católicos. En los documentos notariales podrá añadirse, según criterio tras la indicación de la materia o asunto, la persona del escribano ante quien se hizo la escritura. Hay que mantener fidelidad al texto resumiendo con precisión, claridad y concisión, indicando el tema central sin detenerse en circunstancias laterales o anecdóticas, eludiendo adjetivos inútiles como por ejemplo: la invicta y leal ciudad de...>>, o bien expresiones como <<carta firmada del conde de Coruña...>>. En cuanto al destinatario, una observación. Existen documentos dispositivos tramitados a instancia o petición de parte, generalmente los que tratan de cuestiones de gracia o merced y Los generados de oficio9. La distinción, aparte de otras circunstancias, radica en que los de parte implican una doble dirección expresa en el documento: una la de beneficiario de la disposición y otra la de la autoridad encargada de su cumplimiento. ¿Qué dirección habría que indicar, en estos casos, en la ficha de catalogación? Será preciso expresar, salvo excepciones, la persona del beneficiario. Conviene no utilizar abreviaturas, ni intercalar entrecomillados con párrafos del texto documental. Se adoptarán unos criterios homogéneos de redacción para cada asunto de los que se repitan con frecuencia (libranzas, peticiones, consultas de proposiciones de cargos, licencias, etc.). Así por ejemplo: 2.1.5. Asunto o materia. El contenido habrá de resumirse. Dicho resumen es la representación condensada y abreviada del asunto. La representación para que sea buena y válida debe decir fundamentalmente lo mismo que el texto original pero con pocas palabras, las exactas. Determinar ésta exactitud es cuestión de conocimientos del área y de práctica. Hay quiénes incluso lo reconocen como arte Es en este punto donde precisar reglas es mucho más difícil qué en los otros. Pero si se pueden consignar unas normas de carácter general a Real Cédula a Juan Pérez dándole Licencia para pasar a Indias. En casos parecidos repetir la forma de expresión, cambiando únicamente los nombres del destinatario y del destino; pero no, cuando haya que catalogar otro documento semejante, poner: Real Cédula a Fulano concediéndole permiso para que pueda pasar a Indias. No se intercalará el asunto entre la tipología v el destinatario. No será correcto pues: 9 HEREDIA HERRERA. Antonia: Los cedularios de oficio y de partes del Consejo de Indias. Sus tipos documentales, s. XVII, <<Anuario de Estudios Americanos>>, XXIX, Sevilla, 1972, Págs. 1-60. 10 CREMNINS, Edward: El ante de resumir. Mitre, Barcelona. 1986. 146 En este caso un catálogo de una serie de tipología uniforme podría reducirse a varios listados que ofrecieran solo las variantes de información. Real Cédula concediéndole una ayuda de Costa a Fulano. Mejor será: Siempre que resumamos el contenido de un documento habremos de estar pensando siempre en el índice para lo cual, a la hora de esa síntesis, utilizaremos los términos esenciales y más representativos que nos facilitarán las voces a recuperar, tanto si aplicamos o no el ordenador. Real Cédula a Fulano concediéndole una ayuda de Costa. En el caso de expedientes, a pesar de su volumen, hay que resumir dando el asunto o clave central sobre el que verse la unidad archivística, sin extenderse en exceso. Pueden adoptarse dos criterios, resumir utilizando un solo párrafo descriptivo, por ejemplo: Expediente de confirmación encomienda a Fulano en Popayán. 2.2. Datos externos. Se refieren a circunstancias materiales externas del documento que pueden ser el número de folios o páginas, las medidas, el soporte, formato, sellos, tipos de letras o la conservación. El que no debe faltar es el primero y cuando va solo, suele añadirse a región seguido del texto que resume el asunto. En general es el único que suele indicarse en la documentación moderna. El tipo de letra (nunca para documentos modernos), elementos gráficos (una letra inicial coloreada, dibujos marginales, etc.). de O bien indicar este párrafo descriptivo y a continuación pormenorizar cada una de las piezas de que conste el expediente, muy brevemente, y siguiendo el orden de la tramitación reflejado en el expediente y del que ya hablamos al tratar de la ordenación de los expedientes. La precisión de la tipología correcta obviará en muchos casos tal enumeración o pormenorización. Las medidas son preceptivas en documentos cuya antigüedad así lo requiere, escritos en materia que no sea papel, y también en series como la de mapas y pianos, grabados o estampas. Ejemplo de ese segundo tipo de Catálogos es el: Catálogo de Estado Sección IX del A.G.I. Siendo este instrumento modelo de descripción de expedientes, sin embargo, omite el párrafo descriptivo inicial que debe ser preceptivo, en aras de una mayor claridad, para uso del investigador que, de no ser así, puede perderse en unos asientos de fichas pormenorizadas que, por extensos y por ausencia de una adecuada composición tipográfica, lo obligan a una lectura larga qué podría ahorrarse si al principio existiera ese párrafo descriptivo, resumen del asunto, a que hemos aludido, aunque luego se relacionen las piezas integrantes del expediente. Claro es que en el caso de expedientes uniformes que pudiéramos considerar tipos, como pueden ser los <<expedientes de provisión de empleos>> o <<los expedientes de confirmación de nombramientos>> o los <<expedientes de pruebas de sangre>>, la explicación inicial sobre la tipología documental de dicho expediente, eludiría la pormenorización en cada uno de ellos. La materia escriptoria se especificará siempre que no sea papel (pergamino, tela, cinta). En cuanto a la conservación, para cuya indicación suelen adoptarse siglas (B. R. M.) es frecuente en documentos medievales o en documentos modernos en los que sea conveniente resaltar deterioros notables. 2.3. Signatura. El último dato a consignar, al hacer la descripción de una pieza documental, es su ubicación en el depósito y a ser posible su número de orden dentro de la unidad de instalación. siglas 147 Serán, pues, datos imprescindibles las pertenecientes al archivo (A.G.S., de facilitar el acceso a la documentación y a su información. A.H.N., A.G.I., A.M.S.), el nombre del fondo o sección de archivo (Guatemala, Clero, Consejos Suprimidos, etc.), el tipo y número de la unidad de instalación (libro 5; legajo, 408) y finalmente, si es posible, el número de orden dentro de dicha unidad si ésta está ordenada (número en caso de legajos; y folios o páginas en caso de libros). 4. Clases de catálogos Partiendo del tipo de ordenación que requiera la serie catalogada tendremos un catálogo cronológico o alfabético. Así tendríamos por ejemplo: | Entiéndase bien que el catálogo será uno u otro no porqué nosotros lo decidamos, sino porqué la serie así lo determina. A.G.I. Consulados, 92, 3. A.G.I. Indiferente General, leg. 418, libro 2, fol. 3 v. 4. 1. Catálogo cronológico. Es el más frecuente, como consecuencia lógica de que la ordenación de ese tipo es la más usual. Podemos distinguir dos variantes: aquél cuyos documentos integran una serie cuya identidad está marcada por la topología y cuya información puede ser uniforme o en cambio diversa (expedientes de quintas, expedientes de confirmación de encomiendas en el primer caso; o cartas, disposiciones, consultas, en el segundo) y aquél cuyos documentos han sido seleccionados en razón de un tema y no tienen por qué tener la misma tipología aunque requieran en su ofrecimiento un orden cronológico (Por ejemplo, catálogo de documentos sobre judíos o sobre documentación económica). 3. Otros datos: los anejos. Muchos catálogos suelen hacerse eco de la documentación que acompaña al documento principal, objeto de la descripción a la que nos hemos venido refiriendo. En efecto, estos documentos principales, en bastantes casos, vienen unidos a documentos que acompaña el autor como justificante de lo expuesto en el principal v a documentos que incorpora el destinatario y que corren unidos al principal para una mejor resolución posterior. La relación de estos documentos puede incorporarse a la descripción del principal realizada de acuerdo con las normas que hemos venimos exponiendo. Generalmente estas relaciones suelen venir ordenadas cronológicamente y limitarse al mero enunciado del documento, su fecha y número de folios, sin indicar contenido. Y Los hay que al hacer la relación de estos anejos los introducen con la designación de: Acompaña o de corre unido, de acuerdo con este criterio (Vid. lámina catálogo de consultas). En esto, que son datos accesorios, como en otras cuestiones falta uniformidad de criterios. 4.2. Catálogo alfabético Existen sin embargo series, como sabemos, que para una mejor utilización requieren una ordenación alfabética que habrá de respetarse a la hora de la catalogación. Así las <<Pruebas de ingreso en Ordenes militares>>, <<Expedientes de limpieza de sangre>>, <<Relaciones de méritos y servicios>> <<Expedientes personales>> <<Planos>>, <<Dibujos o Estampas>>, etc. En cuya descripción individualizada lo que interesa destacar a efectos de la ordenación es el nombre de la persona o del lugar geográfico o de las materias. En estos casos el dato onomástico o geográfico encabezará la ficha, en lugar de la fecha. Soy partidaria, no de suprimir estas relaciones, pero si de limitar al máximo su descripción y la información que ofrecen. Los catálogos que se detienen en describir cada uno de los anejos con un pormenor semejante al principal, suelen ser farragosos, mermándoles su finalidad primordial que es la En los onomásticos se podrá eludir la indicación genérica de la tipología documental 148 (Relación de Méritos; Expediente de Ingreso en una Orden Militar. etc.). La homogeneidad de estas series, a la hora de describir las piezas singulares hace posible una simplificación general reducida a listas alfabéticas de nombres de personas11. El resto de los datos informativos podrá someterse a un proceso mecanizado fácil. En cuanto a los datos diplomáticos podrán suplirse con una introducción que estudie en este sentido la tipología documental y las características afines de todas las unidades. disposiciones de la corona para Indias, encuadernados de antiguo) se realizó desde muchos puntos de vista: geográfico, materias, de oficio y de partes, etc. Así los registros cedularios para México habremos de localizarlos en muy diferentes <<secciones>> del Archivo de Indias y dentro de ellos existen subdivisiones en la propia serie que impiden el ofrecimiento de una sucesión cronológica de todas las disposiciones referidas a México. De tal manera, que al plantearnos la confección de un catálogo de la documentación contenida en estos registros no nos cabe otra solución que hacerlo sobre una ordenación cronológica de toda la serie, aunque en la práctica ésta esté dispersa, y que habrá de rehacerse con fichas o asientos fuera de las propias unidades de instalación aludiendo naturalmente a la signatura en cada caso. Porque lo que nos está vedado totalmente es rehacer el orden cronológico con la propia documentación, por cuanto está encuadernada. En cuanto a los catálogos alfabéticos, geográficos o de materias, destacarán estos nombres concretos a efectos de la ordenación, aunque la ficha catalográfica recoja el resto de los datos completos necesarios en cada caso. Ejemplos de estos catálogos pueden ser los de Pianos de ciudades (geográfico) o los de Dibujos o Estampas (por materias). 5. Ordenación catalogación. Si optáramos por mantener el orden numérico de los legajos ofreciendo parcialmente la información sucesiva de cada uno de ellos, aunque en estos mantuviéramos el orden cronológico, el investigador recibirla una información tan dispersa como se la ofrece en origen la documentación y para recopilar los datos referidos a la legislación de un determinado año habría de recorrer varios lugares dentro del legajo. De hacerlo, por el contrario, de la manera que defendemos toda la información requerida estaría agrupada y fácilmente accesible12. Nos hemos referido a la aplicación de la ordenación documental en los catálogos cronológicos sobre la base de series de una misma tipología, pero el problema es igual en los catálogos denominados <<temáticos>> que también requieren dentro de la unidad de la materia o asunto, el orden cronológico. El armazón sobre el que se sostiene un catálogo es la ordenación de los documentos que describe, de aquí la necesidad previa de la primera. Insisto: me refiero a la ordenación de las piezas documentales o unidades archivísticas, no a la ordenación numérica de las unidades de instalación que pueden no responder exactamente al orden de los documentos que encierran. Lo perfecto será que el orden cronológico de una serie se corresponda con el orden numérico de los legajos y al hacer un catálogo que siga el primero nos reflejará automáticamente el segundo. Pero hay ocasiones, por vicios y prácticas que hemos heredado de la conservación, clasificación y ordenación de antaño, que hacen que las series estén, bien, partidas o lo que es peor superpuesto su orden. Algún ejemplo puede ayudarnos: la división de los Cedularios indianos (Libros registros de No sería tampoco problema por lo que respecta a los catálogos que precisan un orden alfabético. 11 Sirva de ejemplo el Catálogo: PEREZ CASTAÑEDA. Ma. Ángeles y COUTO M a Dolores: Pruebas para ingreso de religiosas en las Órdenes de Santiago, Calatrava Y Alcántara, Ministerio de Cultura, Subdirección General de Archivos, Madrid. 1980, lám 2. 12 TAu. Víctor: Libros registros-cedularios del Río de la Plata (1534-1717). Catálogo. Instituto de Investigaciones de Historia del Derecho, Buenos Aires, 1984, 382 Págs., lam. 3. 149 Como norma general, entiendo desde mi punto de vista, que un catálogo no podrá realizarse teniendo como base la ordenación de las unidades de instalación, ésta solo podrá en todo caso ser una consecuencia de la ordenación cronológica o alfabética si en origen se ha mantenido rigurosamente y es paralela a la ordenación numérica de las unidades de instalación. Ni siquiera cuando se trate de unidades de conservación materializadas en forma de libros donde los documentos están cosidos, como es el caso de los Protocolos Notariales. Ni incluso con ellos, repito, debemos tomar como sostén de la catalogación su orden numérico de tal manera que cataloguemos uno y luego el siguiente libro con independencia, porque aunque teóricamente debe existir entre los documentos registrados un orden cronológico éste falla con harta frecuencia, sobre todo sí nos remontamos en el tiempo. Así, pues, habremos de rehacer mediante las fichas de catalogación el orden correcto y así ofrecerlo en el catálogo, aunque naturalmente la signatura en cada caso nos dará la localización exacta y nos detectará estos saltos. He dicho punto de vista personal, porque a la vista de muchos catálogos publicados no parece que esto sea importante, ni preciso13. Sin embargo mi criterio los tacha de no recomendables par cuanto no cumplen totalmente con esa finalidad de facilitar el acceso y al existir en estos casos repetición de fechas y de referencias alfabéticas en distintos e incluso múltiples lugares del catálogo, el investigador ha de ir saltando de un legajo a otro para poder completar la información relativa a un año o a ese sujeto cuya letra del apellido empiece por una determinada letra, cuando respetando el orden cronológico o alfabético de los documentos la localización serla inmediata y completa. Ahora bien, también conviene aclarar que la catalogación es posible sin la ordenación material de la documentación, existen muchos catálogos de series desordenadas o al menos no totalmente ordenadas. Esta posibilidad cuya demostración más palpable está en la actuación de los ordenadores, a los que no es preciso introducir La información de los documentos ordenados, no exhibe la conveniencia de la misma por cuanto facilita la localización posterior de la pieza individualizada dentro de la unidad de instalación que puede contener hasta 200 o 300 documentos. 6. Diferencias elementales inventarios y catálogos. entre Fue preciso, al empezar a hablar de inventarios, señalar unas diferencias iníciales con el catálogo por la confusión terminológica y conceptual existente entre ambos (Cfr. cap. ° 13). Ahora que hemos tratado de delimitar la figura de uno y otro, conviene de una manera esquemática y resumida dejar sentadas las notas de cada uno de ellos14 de acuerdo a todo lo expuesto. El siguiente cuadro podrá ayudarnos: No podemos olvidar que nuestro trabajo va encaminado al mejor uso y provecho de otros: los usuarios. 13 MEDINA ENCINA. Purificación: Documentos relativos a la independencia de Norteamérica existente en los Archivos Españoles. Archivo General de Indias (1 752-1821), 1, 1, 2,11, Ministerio de Asuntos Exteriores, Madrid, 1976 14 HEREDIA HERRERA. Antonia: Archivística. Inventarios y Catálogos, >>Boletín de ANABAD>>, Madrid, 1980, n.° 2, Págs. 239-242. 150 INVENTARIO Finalidad descripción Objeto o unidad de serie documental descripción Campo de acción fondo o sección de fondo o sección de archivo Lugar ocupado en una 2.o, después de la Guía programación descriptivas (nivel) cualidades de la somera información elementos de la fechas extremas (años) descripción tipología y tradición autor destinatario materia (si es posible) signatura operación previa funciones Utilidad (según usuarios) complemento indispensable CATÁLOGO descripción pieza doc. singular una serie una colección un área temática 3.o, después inventario . ó unidad archivística del analítica fecha completa tipología y tradición autor destinatario materia o contenido datos externos signatura clasificación ordenación control, orientación información información n.° general concreta y parcial índice general alfabético índice general Como regla general siempre en estos casos hay que describir individualmente las características especiales de cada unidad, en la que juegan un papel importante los aspectos externos (tamaño, tintas, materia escriptoria, etc.) junto con la indicación expresa en cada caso de la documentación a la que estuvieron unidos. 7. Catalogación de Secciones Facticias (mapas, sellos). Ya vimos cómo en algunos archivos, por imperativos de la conservación, existen algunas agrupaciones artificiales de documentos que están más en la línea de lo que es una colección. La calidad de la serie solo le viene dada por la similitud de la topología documental, (bulas) o cartográfica (pianos, mapas, dibujos, estampas): del soporte físico (tela, pergamino), de las características específicas v especiales (sellos, monedas) de dichas piezas, en cambio no tienen una integración dentro del esquema organizativo del fondo de que proceden en razón del principio de procedencia. Son piezas que han sido desglosadas, separadas de unidades archivísticas con las que estaban íntimamente unidas. El conjunto de las mismas tiene, a veces, un origen diverso. Su catalogación normas más estables. suele tener alfabético Las reglas para su descripción no se ajustan a las de los testimonios escritos textuales, que hemos venido considerando. Los datos específicos que no deben faltar en la ficha catalográfica de una pieza de una Sección de <<Mapas y pianos>> serán15: fecha 15 Estas normas de catalogación son las seguidas para la Sección de Mapas y Pianos del Archivo General de Indias: COLOMAR ALBAJAR, M.’ Antonia: Introducción al estudio de la Sección de Mapas v Pianos, <<Documentación y Archivos de la Colonización Española>>, Subdirección General de Archivos, Madrid, 1980, tomo I. Págs. 35 y SS. Cfr. lam. 4. unas 151 tipología de la documentación gráfica (mapa, piano, croquis, dibujo, estampa) tradición documental título o resumen del contenido autor de La pieza aspectos materiales posibilidad, aunque bastantes son los que se pronuncian por su dificultad. Al admitir un modelo de ficha de catalogación que dé respuesta a todas las variantes en que puedan materializarse los elementos analizados para la catalogación, podemos pensar que es factible una sola ficha de catalogación, independientemente que sea de un documento singular o de un documento compuesto. Bastará que su encasillado recoja todas las posibilidades con la mayor simplicidad. Lo único que ocurrirá, como tendremos ocasión de ver, es que para unas fechas remotas y para determinados documentos singulares habrá que cumplimentar todo el encasillado, mientras que para expedientes recientes, normalizados desde el momento de producirse, bastará con dos o tres casillas. a) internos (toponimia, escalas, coordenadas, etc.) b) externos (materias, medidas, colores, etc.) documentación de procedencia signatura La normativa para la catalogación de sellos, agrupados por el titular, exige los siguientes datos16: Año materia, forma, tamaño estado de conservación, impronta descripción del sello con la trascripción de la Leyenda (anverso y reverso) extracto del documento de donde procedan con su fecha completa signatura 8. El punto clave para la normalización de la catalogación de los documentos de archivo está en la precisión de la tipología documental. Ella será la que nos permitirá la simplificación, sin merma de toda la información individualizada que requiere el análisis en este tercer nivel de descripción. La normalización en la catalogación. La normalización en este caso presentará varias opciones según el catálogo se plantee para una serie o para una colección o conjunto de documentos: Vaya por delante que la normalización no viene a cambiar lo establecido. Deberá partir de los mismos elementos de la catalogación <<tradicional>>, de las mismas áreas o campos, y —a sabiendas de no ser substancial— yo diría incluso, del mismo orden y disposición de dichos elementos. La normalización, a partir de Las normas con que contamos, solo viene a precisarlas y fijarlas dejando al margen las Vacilaciones, los criterios personales. Exigirá por tanto, como en cualquier proceso de normalización, estudio de las reglas, codificación, aceptación y aplicación. La normalización por cuanto lleva inherente de simplificación, no habrá de multiplicar los modelos. Yo apuesto por su Catálogo A.I. homogénea (formato contenido) Expedientes de obras menores testamentos expedientes personales A. 2 diversa (contenido diverso) Formato homogéneo Cartas Reales Provisiones Reales Ordenes Formato variable Expedientes políticos dossiers A. Series B. B. Colección Entendemos por formato, en este caso, la plasmación material de la tramitación o del procedimiento administrativo. El contenido lo tomamos como sinónimo de la información. En todas las opciones es vital el estudio previo de la tipología documental, en su doble dimensión, caso de no existir. 16 GLGLIERI NAVARRO. Araceli: Catálogo de Sellos de la Sección de Sigilografía del A.H, V., Dirección General de Archivos y Bibliotecas, 1974, que sigue en definitiva las mismas normas que las del Catálogo de se/los españoles en la Edad Media. Editado en 1921, de don Juan Menéndez Pidal. 152 En este sentido, sin defender su perfección, pero sí con el propósito generalizador a que me he referido partiendo de los criterios de análisis defendidos en este capítulo, y con intención de aportar un proyecto para confrontar, puede examinarse la ficha normalizada presentada en el Coloquio Internacional de Archivística celebrado en junio de 1990 en San Sebastián (Fig. 4)17 que podrá recuperarse por treinta y cinco conceptos, entre otros: la fecha, el autor, el destinatario, topología documental, las materias, la procedencia .-tanto institucional como documental-, etc., etc. La opción A. 1 es la menos costosa, a efectos de tiempo y de presupuesto, teniendo en cuenta que el discernimiento de la tipología nos acercará a un contenido similar para el que sólo tendremos que establecer las variantes de información y el resultado del análisis solo precisará un listado de descriptores, uno para cada variante. Supongamos que hayamos de catalogar los <<Juicios de residencia>> de una demarcación administrativa como es la Audiencia de México. Bastaría confeccionar: Listado de nombres propios (residenciado). Listado de cargos o puestos (sujetos a la residencia: gobernador, alcalde mayor, virrey, etc.). Listado de nombres geográficos (del lugar del desempeño del cargo: Nueva Galicia, Mérida de Yucatán, Lima). 9. La normalización en la catalogación de documentos gráficos. La normalización también afecta a catalogación de los documentos gráficos. Las opciones A.2 y B. exigen, a nivel de catálogo, un resumen de contenido que podrá obtenerse por condensación o sustitución (abstractos o descriptores). Esta opción, por el costo que supone debe reservarse solo para la documentación más rica en cuanto a su información por más interesante y generalizada. Para estos casos son los que hay que acudir a la confección de fichas cuyo encasillamiento nos permita vaciar la información. la Hace escasos años el instituto Geográfico Nacional y el Instituto Cartografía de Catalunya se plantearon la catalogación de sus respectivas cartotecas. Adoptaron un formato basado en el USMARC que posteriormente analizado18 paso a ser el modelo propuesto para la <<Edición de Cartografía Histórica de América>> bajo el patrocinio de la Comisión del V Centenario en la que participan el Instituto Geográfico Nacional, la Biblioteca Nacional, el Archivo Histórico Nacional, el Servicio Geográfico del Ejército, el Servicio Histórico Militar, el Museo Naval, La Dirección General de Bellas Artes con vistas a la elaboración unificada de un formato para materiales cartográficos válido en España. Las fichas más o menos normalizadas existentes para este nivel varían de unas a otras, han partido —para su elaboración— de las características muy particulares del fondo y de sus series en que las que los documentos a catalogar se encuentran. Su gran amplitud presenta dificultades de implantación pero permite una mejora de explotación de bases de datos, con un gran alcance para los centros y para los usuarios. Los datos a consignar se agrupan en diversos campos que van desde la designación específica del material (diagrama, mapa, modelo, perfil, sección, vista, etc.); Valgan los ejemplos de las fichas (Fig. 1 y 2) utilizadas para el proyecto de informatización de Protocolos Notariales y del Catastro de Ensenada o las usadas en la <<Sección>> de <Guerra Civil>> de Salamanca (Fig. 3). Teniendo en cuenta que la normalización para que sea tal exige consenso, tenemos que situarnos en un plano superior lo suficientemente aséptico y generalizador que nos permita elaborar una ficha con validez lo más amplia posible. 17 Heredia Herrera, Antonia: Descripción y normalización, “Actas del I Coloquio Internacional de Archivística”, San Sebastián, 1990 (en prensa). 18 SAUCO ESCUDERO, A.; LL0RENTE GIL., C.: Formato Marc para materiales cartográficos, Ministerio de Obras Públicas Madrid, 1987. 153 clasificación geográfica signaturas Nombres persona/es v nombres corporativos, etc., etc., etc.1602 color: un solo color, varios medio físico: soporte (papel, madera, metal, yeso, etc.) tipo de reproducción: facsímile; no aplicable Tipo de producción: fotocopia, película Fechas —. 576 — 1 enero, Valladolid, Consejo. Sobre lo que escribe don Bernardino de Avellaneda, de que no entren navíos extranjeros en Sanlúcar. R: <<Conviene que el Consejo de gran priessa a que parta don Pedro de Valdez, ordenando a don Bernardino de Avellaneda, que le haga partir sin dar lugar, a más dilación>> 2 1. Indif. Gral. 747. — 577 — 3 enero. Valladolid, Consejo. Con un despacho para levantar la infantería necesaria para la armada que va a las Indias. R:<<Nómbrense estos capitanes luego, coma lo tengo ordenado, con parecer de la Junta de Guerra, y ténganse cuenta, con los que se nombraron, para la armada de Barlovento para echar mano de ellos siendo apropósito>>. 2 1. Indif. Gral., 747. — 578 — 5 enero. Valladolid, Junta de Guerra, Sobre que se limpie la costa de corsarios para defender la llegada de la flota a cargo de don Luis Fajardo. R: <<Si los navíos están aprestados, y no ocupados en lo de Irlanda, podrían entretenerse desde el Cabo a Cádiz>>. 2 f. Acomp .:Nota del Duque de Lerma al presidente del Consejo de Indias. a. 1. 2 t. —Consulta del Consejo. Valladolid. 27 diciembre 1601 2 1. Indif. Gral. 1866 — 579 — 5 enero. Valladolid, Junta de Guerra. Sobre la provisión de artillería y pólvora para la armada que va por la plata. R: <<Iván de Ibarra trate de esto con don Juan de Acuña de mi parte y me avise lo que se podrá proveer>> 2 f. Acomp.: —Consulta del Consejo. Valladolid, 20 diciembre 1631. 2 f. Indif. Gral. 1866. 142 Lam. I. Página del Catálogo de Consultas del Consejo de Indias. (Catálogo cronológico). 154 TOLEDO y Aldana, Jimena. — Alburquerque—a. 1597.— Convento Sancti Spiritus de Alcántara. Hermana de Catalina Aldana Mercado ABUELOS MATERNOS: Alonso Sánchez de Tapia. Donoso. TORRES —V. Mateos de Torres. TORRES —V. Tapia, Maria de TORRES Cabrera Gómez v Calderón, Isabel y Maria de. — Villanueva de la Serena—a. 1705.—Convenlo Sancti Spiritus de Alcántara. Exp 3 PADRES: Diego Messía de Trillo. Beatriz de Trejo. ABUELOS PATERNOS: Francisco Messía de Trillo. Catalina de Aldama. ARIJELO5 MATERNOS: Francisco Fernández Floriano. , Jimena Álvarez de Toledo. Exp. 145 PADRES Juan Francisco de Torres. Maria Cabrera. ABUELOS PATERNOS: Juan de Torres. Maria Gómez. ABUELOS MATERNOS: Fabián de Cabrera Maria Calderón. TOPETE. —V. Aponte Zúñiga. Leo’ior de. TOPETE Palomeque Aponte Palomeque y Zúñiga. Juana Maria y Maria Félix. — Alcántara. —a. 1652. — Convento Sancti Spiritus de Alcántara. EXP. TORRES Escobar. Inés, Maria y Micaela de. —Brozas. —a. 1684 l643. —Convento San Pedro de Brozas. 141 y 142 PADRES: Andrés Topete Palomeque. Leonor de Aponte. ABUELOS PATERNOS. Pedro Topete Palomeque. Juana Palomeque ABUELOS MATERSOS Diego de Aponte Maria de Zúñiga. Exp. 14g. 147 V 145 PADRES Gaspar de Torres. Catalina Martín Barbancho. ABUELOS PATERNOS. Gaspar de Torres. María Sánchez Escobar. ABUELOS MATERNOS: Alonso Martín Barbancho. Catalina Martín TORANZO Asensio de la Cuesta y Mateos. Teresa. —Plasencia. —a. 1707. —Convento Sancti Spiritus de Alcántara TREJO. —V. Aldana Mercado, Catalina. TREJO. —V. Toledo Aldana, Jimena. TREJO. —V. Neyra Messia de Trillo de Alvarado de, Ana, Beatriz y Maria de. TREJO. —V. Trillo, Maria de. TRILLO. María de — Alburquerque. — a. 1624—--Convento Sancti Spiritus de Alcántara. Exp: 143 PADRES: Pedro de Toranzo. Teresa de Asensio. ABUELOS PATERNOS: Pedro de Toranzo. Marina de la Cuesta. ABUELOS MATERNOS Diego de Asensio Inés Mateos Exp: 149 Diego Menessia de Trillo Beatriz de Trejo. ARUELOS PATERNOS: Francisco Messia de Trillo. Catalina de Aldana. ABUELOS MATERNO5: Francisco Fernández Floriano. Jimena Álvarez de Toledo. TORRES, Ana de. —Villanueva de la Serena—a. 1602. — Convento San Pedro de Brozas. Exp.144 PADRES: Francisco Mateos de Torres. Catalina de Tapia. ABUELOS PATERN0S: Alonso Mateos. Juana Ruiz de Torres. 261 Lam. 2. Página de un Catálogo Alfabético. (Pruebas para ingreso de religiosas en las Órdenes de Santiago, Calatrava v Alcántara del A.H. de Madrid), 155 183 LIBRO IV 848 1571 Diciembre 30. Madrid R.C. a Juan Gutiérrez /. Tello, Caballero de la orden de Santiago, tesorero de la Casa de Contratación de Sevilla. Se le ordena poner diligencia v cuidado en el apresto de la armada de Juan Ortiz de Zárate, para que pueda partir antes del 15 de enero. Fs. 81 vta. /82 849 1571 diciembre 30. Madrid R.C. al adelantado Juan Ortiz de Zarate, caballero de la orden de Santiago. Manda que con la gente, bastimentos y municiones ya aprestados, para una más segura navegación, zarpe hacia él Río de la Plata sin más dilatación. Fs. 82/82 vta 850 1571 diciembre 30. Madrid R.C. a los oficiales de la Casa de Contratación de Sevilla disponiendo que ordenen la partida de Juan Ortiz de Zárate al Río de la Plata a la brevedad, prestándole para ello toda la ayuda y favor que fuere necesario. Fs. 82 vta. /83 851 1571 Diciembre 30. Madrid R.C. Manda a la tripulación y a todos los que acompañaren a Juan Ortiz de Zarate al Río de la Plata, que acaten sus órdenes e instrucciones. Fs. 83/84 852 1571 diciembre 30. Madrid R.C. al adelantado Juan Ortiz de Zárate, caballero de la orden de Santiago. Le manda cumplir las cedulas, instrucciones y provisiones a que por capitulación está obligado, y si iniciado el viaje, y por razones del tiempo, arribaren a otra parte, se dispone que no desembarquen, sino que se aprovisionen y continúen al Río de la Plata, y de no poder hacerlo, regresen con los navíos v toda la gente a España. Fs. 84/84 vta. Lam. 3. Página del Catálogo de Libros Cedularios del Río de la Plata. 156 63 [1832] Diseño de bordado del uniforme para los oficiales de la Intendencia General del Ejercito de Filipinas y Superintendencia Subdelegada de la Real Hacienda. En colores. 310 x 215 mm. En: Testimonio del expediente a consulta del secretario interino de la Intendencia General del Ejercito y Superintendencia Subdelegada de la Real Hacienda de Filipinas, pare que se determine el uniforme que, así coma los demás oficiales, debe usar (Manila, 2, febrero, 1833), anejo a carta núm. 311 de Francisco Enríquez, secretario citado, al secretario de Estado y Despacho Universal de Hacienda (Manila, 6, marzo, 1833). Leg. Filipinas, 823. 64 1769 Estado del vestuario del Regimiento del Rey, de guarnición en la plaza de Manila, con dibujos de sus partes. En estado de costos del vestuario firmado por Felipe del Alcázar (Manila, 21, junio, 1769). A pluma. Escudo con las armas reales. 558 x 535 mm. Con carta de Felipe del Alcázar a Julián de Arriaga (Manila, 17, enero, 1770). Leg. Estado, 45. —Documento 2. 65 Diseños de uniformes y banderas del Regimiento de Caballería para servicio de la plaza de Manila. En colores. 302 x 211 mm. Con carta núm. 52 de José de Raon, gobernador de Filipinas, a Julián de Arriaga (Manila, 12, enero, 1770) y “Proposición que hace Don Vicente Laureano de Memije, Alguacil Mayor de la Mui Noble y siempre leal ciudad de Manila, a la C. y R.M. en orden a levantar un Regimiento de caballería ligera para guarnición de esta plaza” (Manila, 20, diciembre, 1769). Leg. Filipinas, 924. 37 Lam. 4. Página del Catalogo de Uniformes (Sección de Mapas y Planos del A.G.I,). 157 II. CATÁLOGOS biblioteca de la Massachussets Historical Society, e incluyó una lista de manuscritos, en forma de apéndice (38); en 1813 redactó otro catálogo para la biblioteca de la New York Historical Society, en el cual también incluyó una lista con los “nombres de documentos” (39). El primer catálogo dedicado exclusivamente a describir fondos documentales fue preparado por la New York State Library en 1856 (40). En los primeros años de la profesión archivera norteamericana, era común el empleo del término “catálogo” para designar a cualquiera clase de escrito descriptivo, inventarios, guías, etc. Modernamente ha sido preferible el uso, empleándolo para designar los escritos que utilizan fichas para su preparación, es decir, los ficheros. Desde luego, es posible redactar catálogos forma de libro pero hay varios términos mas apropiados, para designar a estos. El desenvolvimiento de los métodos que iban empleándose para preparar catálogos e Índices se trasluce en las actividades de la Massachussets Historical Society. En 1791, año de su establecimiento, la sociedad adoptó reglamentos que exigían al bibliotecario redactar catálogos para fondos documentales así como para libros y objetos que se guardaban en el museo (41). Los citados reglamentos, reiterados en varias ocasiones, fueron suplantados en 1852 por otros que requerían al bibliotecario “preparar y mantener catálogos exactos” para manuscritos y materiales de biblioteca y de museo (42). El primer objetivo de este requerimiento era el de anotar con exactitud el recibo y registro de las nuevas adquisiciones, y en segundo lugar, el de proporcionar un documento que describiera los fondos documentales de la sociedad. Las fichas o tarjetas se utilizaron para preparar catálogos, por primera vez, en Francia antes de la Revolución Francesa. Antes de 1876, año trascendental el desarrollo de la profesión bibliotecaria, la mayor parte de los catálogos bibliotecarios norteamericanos se preparaban en forma de volúmenes impresos. Sin embargo, en la ciudad de Boston se utilizaron las fichas para catalogar desde 1850, fecha en que la Biblioteca Pública, y la Biblioteca de la Universidad de Harvard confeccionaron ficheros. En las décadas que siguieron, un gran numero de bibliotecas adoptaron el uso de fichas, y para fines del siglo el empleo de fichas se generalizó, debido en gran parte a las actividades promovidas por el Library Bureau, uno de los fabricantes del mobiliario y otros efectos necesarios para la adopción del nuevo sistema. Ya para 1900, se habla llegado a un acuerdo sobre el tamaño uniforme de la ficha para catalogar libros. Este registro de adquisiciones, formó la base para la compilación de varios catálogos. El primero al que aludí anteriormente, fue redactado por Alden en 1811; el segundo, por Joseph B. Felt (1789-1869) en 1835; y el tercero por el Dr. John Appleton (1809-1869) en 1859-60. En 1864 se usaron, por primera vez, tiras de papel para la cata1ogacion y años más tarde, entraron en uso las fichas (43). Los métodos para la catalogación de libros fueron definidos principalmente por Charles A. Cutter, quien en 1876 publicó por primera vez, sus reglamentos para la compilación del catálogo-diccionario. También preparó para la dependencia federal, United States Bureau of Education, un informe titulado Public Libraries in the United States of America (1876), en el cual explicó detalladamente los sistemas de catalogación. 38 M. H. S., Proc., 1791-1835, Vol. 1, ser. 1, p. 221. U. S. Bureau of Education, Public Libraries in the United States of America (Washington, 1876), p. 925. 40 New York State Library, Annual Report, 1873 (Albany, 1874), p. 6. 41 M. H. S. Proc., 1892-1894, Vol. 8, ser. 2, p. 329. 42 M. H .S.~ Pr,e., 1835-1855, vol. 2. er. I. p. 518519; M. H. S., Proc., 1855.1858, Vol. 43 M. H. S. Proc. 1892-1894 11 (Boston, 1894), vol. 8. ser. 2, p. 326. 39 Los primeros catálogos redactados en los Estados Unidos con el fin de describir fondos (documentales fueron incorporados a los catálogos bibliotecarios. El Rev. Timothy Alden tiene la distinción de ser el autor. En 1811 Alden redactó un catálogo para la 158 faltan catalogar son... casi tan numerosos como las arenas en las playas del mar” (47). Estos catálogos formados por fichas, es decir, los ficheros, generalmente describían las piezas individuales dentro de los volúmenes. Al principio los documentos pertenecientes a la sociedad histórica eran colocados sin encuadernar, en recipientes, pero más tarde, fueron encuadernados. Para fines del siglo pasado, la sociedad tenía unos mil volúmenes. La tercera parte de estos, eran “volúmenes grandes, cada uno de ellos integrado por centenares de cartas y otros papeles de partida índole; ademáis había numerosos montones de cartas y otros documentos sin encuadernar” (44) Por fin el bibliotecario se vio obligado a iniciar la preparación de una guía comprehensiva, destinada a proporcionar información sobre los fondos documentales de la sociedad, incluso los “montones de documentos sin encuadernar” (48). La guía, a la que ya he aludido, es un instrumento de gran utilidad. La experiencia y conocimientos adquiridos en la catalogación de documentos por la Massachussets Historical Society son semejantes a los adquiridos por otros grandes repositorios de los Estados Unidos. La División de Manuscritos de la Biblioteca del Congreso, actualmente el mayor y más importante repositorio de la nación, también redactó catálogos que describían el documento aislado. Hay dos Índices en la División de Manuscritos, el modo General y el “Shelf List Index”. Este último es un instrumento localizador. El índice General es un instrumento descriptivo en el cual las materias se ordenan alfabéticamente y dentro de la misma materia, las fichas se ordenan cronológicamente. “La tentativa de describir cada documento individualmente”, según Dan Lacy, ex-empleado de la Biblioteca, “produjo un trastorno en el sistema” (49) he hizo necesario adoptar nuevas técnicas descriptivas. Las fichas redactadas para las individuales formaban lo puede designarse como catálogo o como índice: depende de la Cantidad de datos que en ellas se consignaba. En las Proceedings (actas) de la sociedad, los términos “catálogo” e “índice” se emplean indistintamente para designar el conjunto de fichas. Cada pieza generalmente se identifica por nombre de autor. En 1886, se recomendó que se proporcionara información sobre “las que el documento abarca., y un breve resumen de lo contenido (45) en cada documento catalogado. Los montones de material sin encuadernar continuaron en el mismo abandono, sin índice ni catálogo. A medida que iban adquiriéndose materiales más y más voluminosos, se iba imposibilitando la descripción individual de cada pieza. La confección de catálogos que describen la pieza individual era tan general antes de que la voluminosa documentación de nuestros días se trasladara a los repositorios, que la observación que hizo el célebre autor francés, Anatole France acerca de un amigo suyo es aplicable a los conservadores de manuscritos. “Tenía la manía”, escribió Anatole de su amigo, “de confeccionar catálogos. Se pasaba las noches de claro en claro, y los días “Hay mucho que hacer para que en el catálogo general puedan incorporarse los recientes ingresos de documentos”, escribió el bibliotecario de la sociedad en 1927(46) - Y en 1935, lamentó que “los documentos que nos 47 M. H. S., Proc., 1932-1936 (Boston, 1940), 65: 425. 48 . M. H. S., Proc., 1936-1941 (Boston, 1942), 66: 584. 49 Dan Lacy, “The Library of Congress: A Sesquicentenary Review”, Library Journal, 20: 251 (Oct. 1950): 44 M. H. S. Proc., 1897-1899 (Boston, 1899. vol. 12, srr. 2, p. 162 45 M. H. S., Proc.. 1885-1886 (Homo, 1886), so!. 2, set. 2, p. 392. 46 M. H. S., Proc., 1926-1927 (Boston, 1927), 60: 206. 159 de turbio en turbio sin otra ocupación que la de preparar catálogos y más catálogos” (50) ordenación y descripción. La Sra. .J. Macleod de la División de Manuscritos de la Bancroft Library, subraya estas diferencias y añade que la disciplina bibliotecaria destinada al eficaz manejo de libros, “no siempre resulta provechosa para solucionar los problemas de ordenar y catalogar documentos” (51). El número de registros preparados en los repositorios de manuscritos de los Estados Unidos se refleja en las estadísticas procedentes de WPA Historian Records Survey Guildes to Depositores of Manuscript Collection in the United Status, serie de guías preparadas en la década de 1940 en varios repositorios de manuscritos. Los datos proporcionados por las citadas guías hacen posible determinar el número de fichas confeccionadas en cada repositorio. A continuación se da el nombre de varios repositorios y el número de fichas allí confeccionadas: Las fichas, de formato y tamaño uniforme y el uso de signaturas, elementos importantísimos en la confección de catálogos que describen obras impresas, no son necesarios para la catalogación de documentos. Acaso la ficha de tamaño 3x5 pulgadas inglesas (.075x.125) sea ideal para confeccionar Índices para manuscritos pero es demasiado pequeña para consignar en ella toda la información que debe proporcionarse en catálogos sobre muchas de las colecciones de manuscritos. Howard H. Peckham dice que la “ficha uniforme para Catalogar libros, de 3x5 pulgadas inglesas, no tiene calidades sagradas” y sugiere la adopción de “una ficha de tamaño mayor” para la compilación de catálogos de manuscritos (52). William L. Clements Library 85.000 Chicago Historical Society 350.000 Detroit Public Library (Burton Historical Collection) 77.000 Duke University Library 40.000 Henry E. Huntington Library 60.000 New York State Library 80.000 Noth Carolina Histirical Commission 80.000 Historical Society of Pennsylvania 182.000 West Virginia University Library 588.000 Hasta los repositorios más pequeños confeccionan un número extraordinario de fichas, según demuestra las estadísticas siguientes: Arkansas Historical Comisión University of Oklahoma (Phillips Collection) Oklahoma Historical Society Oregon Historical Society Los archiveros han adoptado las formas externas empleadas por las bibliotecas en sus labores descriptivas, sin estudiar con cuidado, la formulación de reglas básicas para catalogar. Actualmente no hay reglas uniformes para la descripción de documentos y las que existen varían unas de otras. 20.000 45.000 45.200 55.000 Las reglas para catalogar materiales bibliotecarios cuando se utilizan para la descripción de fondos documentales resultan inexactas e imprecisas, porque los bibliotecarios las formularon para catalogan libros, cuyos caracteres internos y externos son diferentes del de los documentos. No es posible, pues, aplicar los criterios bibliotecarios a la catalogación de documentos sin tener en cuenta las características particulares de éstos. Las técnicas para describir recursos culturales inicialmente desarrollada por la profesión bibliotecaria, han sido adoptadas por los archiveros. Por lo tanto, las técnicas empleadas para descripción de fondos documentales son una aportación peculiar de la profesión bibliotecaria. Empero, los criterios bibliotecarios no pueden aplicarse a fondos documentales sin algunas modificaciones. Los caracteres internos y externos de los fondos documentales son diferentes de los caracteres de los materiales bibliotecarios, y estas diferencias deben tenerse en cuenta con su 51 J. Macleod, “Problems in Manuscript Cataloging”, Proceedings, Tenth Annual Conference of the American Theological Association, Berkeley, California, June 20-22, 1956, PP. 4348. 52 Howard H. Peckham, “Manuscrit Repositories and the National Register”, American Archivi.~t, 17: 323 (Oct. 1954). 50 Anatole France, “My Friend’s Book”, in Novels and Short Stories of Anatole France (19 vols., New York and London), 9:75. 160 Diversos tipos de catálogos que envió en 1916 a varios repositorios, Ford nuevamente abordo la terna referente a las unidades documentales. El cuestionario trataba de averiguar si los repositorios reconocían las diferencias entre las unidades siguientes: Los catálogos que describen documentos pueden ser de diversos tipos. El tipo puede distinguirse con referencia a (1) la clase de unidad documental que se describe, o (2) la ordenación de las fichas. (1) Las colecciones pertenecientes a un solo individuo; (2) los volúmenes o serie de volúmenes misceláneos compuestos de documentos sin características como y que abarcan extensos periodos cronológicos; (3 ) el documento individual, tiene origen privado o público; (4) los volúmenes, diarios personales, diarios de navegación, libros de series y otros de parecida índole(55). 1. Clases de unidades documentales: Las unidades que se catalogan en una biblioteca son precisas y definibles. Generalmente son piezas físicamente separables (discrete items) tales como libros u otra forma de obra impresa. En cambio, las unidades documentales que han de catalogarse son de diversos tamaños y composición. Los conservadoras de manuscritos no han estudiado detenidamente lo que podemos designar corno “unidad catalogable”, término difícil de origen reciente (53). Hace poco que solo se catalogaba la pieza y ésta generalmente consistía en un documento individual, aunque de vez en cuando también se catalogaba un volumen. John C. Fitzpatriot (1876-1 940) de la división de Manuscritos de la Biblioteca del Congreso, también estudio el concepto de “unidad catalogable”. En su libro titulado Votes on the Care, Cataloguing, Calendering of Manuscripts (Notas sobre el cuidado y catalogación de manuscritos), Fitzpatrick dice que hay (los unidades documentales que pueden catalogarse, los documentos individuales, y los volúmenes aislados (56). Acaso la primera persona que estudio la “unidad catalogable” detenidamente fue Worthington C. Ford (1858-1911), que tuvo el honor de asociarse estrechamente con los dos repositorios de manuscritos más importantes de la nación, la División de Manuscritos de la Biblioteca del Congreso, y la Massachussets Historical Society. La sección titulada Manuscritos” que aparece en la cuarta edición de Rub’s for a Dictionary Catalog de Charles A. Cutter, fue escrita por Ford en 1901. Según el juicio de Ford, hay tres unidades que merecen atención. Estas son (1) los volúmenes separados de diverso contenido, tales como diarios y libros de contabilidad, (2) las colecciones de correspondencia de carácter publico, y (3) papeles sueltos que no están relacionados entre sí (54). En un cuestionario En años recientes, con el ingreso o recepci6n en los repositorios de la voluminosa documentación de nuestros días, los conservadores de manuscritos han empezado a reconocer las cuatro unidades documentales siguientes: (1) el ingreso o adquisición de documentos, es decir, el conjunto de documentos que se recibe en cada adquisición y que puede describirse separadamente como una sola unidad, (2) la colección de manuscritos que puede ser orgánica o artificial, (3) las series de documentos dentro de las colecciones, y (4) la pieza, que puede ser un documento individual o estar compuesta de varios documentos. Conviene observar que los archiveros han inventado el término “unidad descriptible” para designar a estas unidades, 53 Dorothy V. Martin, Cataloging Techniques in Work with Records and Manuscript.”. American Archivist, 18: 318 Oct. 1955). Véae también 0.S. Dunkin, “Mangenient and Cataloging of Manuscripts”, Library Trends, 5: (Jan. 1957). 54 Worthington (, Ford, “Manuscript in CliarI. A. Cutter, Rules for a Dictionary Catalog (4th ed., Washington, 1904), p. 135. 55 New York Satate Library, Annual Report, 1916 (Albany, 1918), p. 30. 56 John C. Fitzpatrick, Notes on the Care, Cataloguing, Calendaring and Arrangement of Manuscripts (3d ed., Washington, 1934). 161 término tan difícil como “unidad catalogable” (57). prepararse no antes sino después del ingreso y registro de los documentos. La actividad descriptiva debe seguir la actividad de recibo y registro. En efecto, las dos actividades no son completamente separables, y los datos descriptivos que se adquieren durante las operaciones de adquisición, deben utilizarse después en la labor descriptiva. Los catálogos pueden describir una o las cuatro unidades arriba mencionadas. a) Catálogos de adquisiciones: Mientras que la buena administración requiere que se mantenga un registro exacto de cada nueva adquisición de documentos recibidos en el repositorio, la preparación de, catálogos para describir a cada adquisición, es de dudoso valor. El registro de adquisiciones puede mantenerse en un libro de registro con más facilidad que en la forma de un catálogo descriptivo) Aunque el registro de adquisiciones tiene datos descriptibles, el objetivo principal de éste, es la buena y puntual administración, y no el de ser utilizado como instrumento descriptivo que facilite el servicio de consulta. b) Catálogos que describen la colección de papeles: Los catálogos (ficheros) que describen las colecciones de papeles son parecidos a las guías, pues proporcionan más o menos los mismos datos informativos que las guías. Además, pueden proporcionar información sobre todas las colecciones dentro del repositorio. Normalmente, los catálogos contienen información general y comprehensiva respecto a los fondos documentales de un repositorio. Pero hay una diferencia fundamental entre los catálogos (ficheros) y las guías. El catálogo, por estar físicamente formado por fichas, es susceptible de expansión. Fichas adicionales que representan nuevas colecciones, pueden intercalarse en los sitios apropiados dentro del fichero. Un catálogo es, pues, un instrumento que va creciendo a medida que aumentan los fondos. Por esta razón, el catálogo puede mantenerse al corriente. Según el criterio bibliotecario, un libro no es adquirido oficialmente hasta después de ser catalogado. En los repositorios que han adoptado los criterios bibliotecarios, esta práctica se sigue con respecto a los documentos. Es decir, los documentos no ingresan al repositorio oficialmente hasta después de haberse completado su catalogación. Todos los repositorios deben preparar un catálogo de las colecciones de manuscritos para usos internos y para poder participar en programas cooperativos de catalogación. El catálogo junto con la gula, son el punto de partida para todo investigador. Empero, el criterio bibliotecario respecto a los nuevos ingresos de material, no deben seguirse en los repositorios que guardan fondos documentales. Los documentos no pueden catalogarse tan fácilmente como los libros, porque hemos señalado, carecen de ciertos datos informativos tales como título, autor, y pie de imprenta, que tanto facilitan la catalogación de libros. Además ciertos caracteres internos de los documentos, el contenido substancial es más difícil de precisar cuando se trata de documentos. En una palabra, la catalogación de documentos es tarea más ardua y lenta que la catalogación de libros. Por estas razones, los catálogos que describen fondos documentales deben Las colecciones de papeles tienen características que facilitan su catalogación. Generalmente las piezas que las constituyen pueden identificarse y describirse separadamente en una sola ficha. Los grupos documentales documentos públicos no pueden catalogarse tan fácilmente como las colecciones. Es preferible describir a éstos en escritos descriptivos en forma de libro, no en ficheros. 57 Sherrod E. East, “Describable Item Cttaloging”, American Archivist, 16: 291-304 Oct. 1953). 162 de un grupo documental. Para destacar las relaciones orgánicas es preferible el uso de un catálogo en forma de libro. Las fichas, examinadas individualmente no comunican adecuadamente la información sobre las relaciones orgánicas que existen entre las series de un grupo documental. La información proporcionada en las guías del WPA Historical Records Survey (Estudio de documentos históricos) publicado en 1940, demuestra que los más importantes repositorios en los Estados Unidos estaban preparando catálogos referentes a las colecciones de papeles así como catálogos de las nuevas adquisiciones de documentos, y que la mayor parte de los citados catálogos, ya habían sido termina(los. El porcentaje de catálogos terminados en 1940 en los respectivos repositorios era el siguiente: California Historical Society William L. Clements Library Detroit Public Library Indiana State Library Louisiaiia State Library Maine Historical Society Minnesota Historical Society Missouri Historical Society University of North Carolina North Carolina Historical Commission North Dakota Historical Society Princeton University Library Inicialmente, el Archivo Nacional experimentó con la redacción de ficheros en los cuales cada ficha describía una serie documental. John R. Russell, jefe de la extinta División de Catalogación ha escrito acerca del experimento (58). Primero se redactaron fichasguías para cada una de las dependencias gubernamentales, las cuales se colocaban en orden alfabético También se preparaban otras fichas en las que se consignaban los datos sobre la historia administrativa, información casi idéntica a la que contiene la introducción del inventario preliminar Para fines de catalogación, los documentos de cada dependencia fueron divididos en: a) series aisladas y b) en combinaciones de series. Aunque el experimento mostró que es factible presentar datos informativos sobre grupos y series documentales mediante el uso de ficheros el programa fue abandonado cuando también quedó demostrado que los mismos fines podían lograrse más eficazmente por los inventarios preliminares. 90 100 98 60 80 95 80 100 70 60 100 93 c) Catálogos que describen la serie dentro de las colecciones y grupos documentales: La serie documental no es la unidad ideal para catalogar porque carece de límites precisos y bien definidos. Las características de las series reflejan la manera en que fueron establecidas. Conviene recordar que los factores que influyen en el establecimiento la serie son, el sistema de ordenar los documentos, el tipo documental, o la relación que existe entre los documentos y determinadas actividades o temas. Cualquiera de los citados factores está en una forma u otros relacionados con una actividad, pues fundamentalmente, la serie está integrada por documentos que se reúnen y forman una sola unidad porque se relacionan con la misma actividad. Por tanto, las piezas dentro de la serie están relacionadas entre si, es decir tienen una significación colectivas Además las diversas series dentro de la misma colección con frecuencia están relacionadas entre si, y por tanto, también tienen significación colectiva. Las series dentro de una colección o grupo documentales que tienen relaciones orgánicas entre si, no pueden describirse como unidades físicamente separables (discrete items) y por tanto no pueden describirse eficazmente en fichas. Por esta razón un fichero en que cada serie se describe en una ficha, no es muy satisfactorio para la descripción del contenido d) Catálogos que describen la pieza: Los catálogos que describen la pieza individual parecidos a las listas descriptivas, pero los catálogos están formados por fichas v las listas están formadas por páginas en forma de libro Ambos describen la misma clase de piezas-volúmenes, carpetas y documentos aislados. Ambos proporcionan la misma clase de información Los catálogos que describen la pieza individual dentro de las colecciones artificiales deben prepararse sólo para las colecciones importantes. En el siglo pasado cuando los repositorios de manuscritos se ocupaban principalmente con colecciones artificiales, los catálogos que con más frecuencia se preparaban eran los que describen cada pieza separadamente Las colecciones artificiales, 58 John R. Russell, “Cataloguing at the National Archives”, American Archivist, 2: 169-178 (July 1939). 163 relacionadas con una actividad tienen poco significado por si solas, pues es el conjunto de piezas que refleja el significado de las respectivas actividades. Por tanto, la pieza individual no debe describirse separadamente y por regla general, el conjunto de piezas puede describirse eficazmente con relación a la actividad de que trata, o con relación a los objetos de la actividad. conviene recordarlo, son aquéllas que se reúnen de diversas fuentes, generalmente muchos años después de que han ocurrido los acontecimientos de que tratan. Cuanto más viejos los papeles tanto más la probabilidad de que el conjunto forma una colección artificial. Muchos de los papeles privados de importantes personajes históricos en este país, fueron reunidos en colecciones de carácter artificial. Las colecciones reunidas por coleccionistas también, casi siempre tienen carácter artificial. Es obvio que las piezas dentro de las citadas colecciones, son entidades físicamente separables y, por tanto, pueden catalogarse en fichas. La utilidad de catalogar estas piezas individualmente depende de su importancia. Normalmente las piezas dentro de los grupos documentales y de las colecciones orgánicas no merecen la atención que su catalogación, tarea lenta y difícil, requeriría. Las piezas individuales casi siempre son tan insignificantes, salvo las de las colecciones altamente importantes, que su descripción individual, conforme al criterio bibliotecario, resulta en pérdidas de tiempo y energías pie el personal bien podía utilizar en otras tareas más provechosas. Por cierto, que la descripción de cada pieza separadamente ocupa la atención del archivero, de tal modo, que no le permite hacer el análisis de los atributos particulares de los documentos. Deben prepararse catálogos para describir las piezas individuales o para describir pequeños lotes de piezas documentales, cuando éstas hayan sido reunidas de diversas fuentes. Tales piezas son entidades físicamente separables que pueden catalogarse separadamente. La confección de catálogos que describen cada pieza requiere más tiempo del que dispone el personal de un repositorio, y con frecuencia ha sido necesario abandonar esta clase de programas descriptivos antes de completarlos. La dificultad de describir todos los fondos, por pieza, queda demostrada al hacer un análisis de las gulas preparadas en 1940 por el WPA Historical Records Survey (Estudio de documentos históricos) - El análisis nos hace saber que los catálogos que describen la pieza individual en varios repositorios todavía estaban en un estado incompleto en 1940. Según las estadísticas de las citadas guías, menos de 10 por ciento de las piezas individuales estaban ya catalogadas en la California Historical Society, la Connecticut Historical Society, la Duke University Library, la Hoover Library, la Henry E. Huntington Library, la Illinois State Library, la Maryland Hall of Records, la Nebraska State Historical Society, la University of Virginia Library, la West Virginia University Library, y la Wisconsin Historial Society. Aproximadamente 25 por ciento de las piezas habían sido catalogadas en la Florida Historical Society, la Indiana State Library, la Minnesota Historical Por otra parte, no deben prepararse catálogos para describir las piezas individuales dentro de los grupos documentales o dentro de las colecciones orgánicas. Casi todos los materiales documentales que están produciéndose actualmente y que están ingresando en los archivos y repositorios, deben su origen a actividades de entidades orgánicas o a personas ocupadas en actividades orgánicas. Dicho material es producido en la ejecución de las actividades propias de una empresa comercial, una iglesia, una universidad, una dependencia gubernamental, o una persona ocupada en un negocio, profesión u otra empresa. Las piezas estrechamente relacionadas con una actividad no deben catalogarse separadamente por dos razones. Normalmente las piezas dentro de un grupo documental o de una colección orgánica, carecen de los atributos que hacen posible su descripción individual en fichas. Los documentos que son el producto de una actividad orgánica, poseen carácter colectivo debido a sus interrelaciones con alguna actividad. Las piezas estrechamente 164 Society, y la North Dakota Historical Society. Aproximadamente 35 por ciento de las piezas individuales habían sido catalogadas en la Arkansas Historical Commission Library, la Detroit Public Library, la Missouri Historical Society, la Historical Society of Pennsylvania, y la Princeton University Library. Como 50 por ciento de las piezas hablan sido catalogadas en la Chicago Historical Society, la Clements Library, y la Newberry Library. razón, es imposible producir un catálogo exactamente igual al catálogo-diccionario de una biblioteca en el que se combinan los autores, los títulos y las materias. Sin embargo, pueden combinarse las fichas de autor y las de materias en un solo orden alfabético. Los conservadores de manuscritos han confeccionado diversos tipos de catálogos. Los más comunes son los que identifican la pieza por nombre de autor o escritor. Entre los más importantes repositorios que han preparado catálogos de autores figuran los siguientes: la Massachussets Historical Society, la Huntington Library, la Clements Library, y la New York Historical Society. Algunos de estos repositorios ha Clements Library y la New York Historical Society tienen, también, ficheros por nombre de destinatario del documento. La Huntington Library tiene un catálogo que además de fichas de autor, incluye fichas de materias, de personas (que no son autores), y fichas referentes al tipo documental (60) - La New York Historical Society también incluye fichas para tipos documentales, tales como diarios, libros de contabilidad, y libros de correspondencia (61) - La Duke University Library que ha adaptado las prácticas de la Huntington Library (62) ha confeccionado un catálogo de autores que abarca todas sus colecciones, y otro que se refiere a la correspondencia dentro de cada colección; y por fin, tiene un catálogo por región geográfica, en el que las colecciones aparecen bajo "el estado o región geográfica de que tratan"(63). El uso de catálogos-diccionarios semejantes a los de bibliotecarios, no se ha generalizado, 2. La ordenación de las fichas: El sistema bibliotecario de Catalogación fue desarrollado, según hemos señalado, principalmente por los esfuerzos de Charles A. Cutter. En un significante artículo publicado por la Oficina de Educación con el título de Public Library in the United States of America (1876) (Bibliotecas públicas en los Estados Unidos de America), Cutter examina los diversos sistemas empleados por los bibliotecarios para la ordenación de fichas. El declara que las fichas pueden ordenarse por (1) autores, en sucesión alfabética por apellido, (2) títulos, en sucesión alfabética por las palabras que mejor identifican el título (3) materias, en sucesión alfabética por la palabra que identifica la materia del libro o el nombre de una de las ramas del saber humano, y (4) forma (form), en que las fichas se ordenan de acuerdo con la forma o la clase de producción literaria. Las reglas de Cutter para catalogar, se refieren principalmente a la preparación del catálogo-diccionario, en el cual se combinan las fichas de autor, de título y de materias, en un solo orden alfabético (59). También un archivero puede ordenar las fichas en varias maneras. Puede ordenarlas por materias, aunque para esto tiene que confeccionar una lista de encabezamientos de materias bajo las cuales han de ordenarse las fichas. Es posible, también, ordenar las fichas por nombre de autor o por tipo documental, el término “tipo” aquí equivale más o menos al término “forman” empleado por Cutter. Empero, no es posible confeccionar un catálogo de títulos, porque el título de una pieza documental, según hemos señalado, se refiere tanto al tipo documental como al autor o entidad productora. Por esta 60 R. B. Haselden, “Manuscripts in the Huntington Library”, Library Journal, 53: 764 (Sept. 15, 1928). 61 New York Historical Society, Survey of the Manuscript Collections in the New-York Historical Society, compiled by Susan E. Lyman (New York, 1941), p. IV. 62 Ruth K. Nuermberger. “A Ten-Year Experiment in Archival Practices”, American Archivist, 4: 251 (Oct. 1941). 63 Historical Records Survey, A Guide to the Manuscript Collection of Duke University (Raleigh, 1939), p. III. 59 Bur. of Ed., Public Libraries, pp. 527-528 footnote. 165 aunque un conservador de manuscritos los considera muy prácticos (64). adecuadamente mediante catálogos en forma de libro, en vez de catálogos formados por fichas. Recientemente se ha hecho otra tentativa con el fin de catalogar documentos federales, procedentes del Departamento de Guerra, con relación a la dependencia u oficina de origen así como en relación con encabezamientos funcionales (65). Los catálogos, para describir documentos, que son más fáciles de confeccionar y que al mismo tiempo tienen más utilidad, son (1) los catálogos de autores, (2) los catálogos por tipo documental. Y (3) los catálogos de materias, cada uno de los que se examinará detenidamente. Como regla general es deseable mantener cada tipo de catálogo separado en vez de combinar las fichas de autor, de tipo documental y de materia en un sólo catálogo. Los nombres de destinatarios o de otras personas mencionadas en los documentos, pueden hacerse conocer con más facilidad mediante el uso de índices en vez de catálogos. Las fechas, que abarca o la región de que trata una unidad documental, también puede hasta saber en un catálogo, redactando fichas adicionales y ordenándolos por región geográfica y otras en orden cronológico. Un catálogo organizado por entidades administrativas puede resultar útil para revelar las relaciones orgánicas de piezas documentales en que por diversas razones no han conservado el orden original. Por ejemplo, si la documentación referente a la historia de un gobierno ha sido substraída y después de muchos años, es posible reunirla nuevamente, su procedencia dentro de las diversas dependencias gubernamentales puede hacerse conocer por medio de catálogos formados por fichas. Mientras que los documentos pueden ordenarse cronológicamente, las fichas correspondientes deben ordenarse bajo los nombres de las entidades gubernamentales para revelar su origen. Si se considera que las piezas no son tan importantes para describirse en un catálogo, es posible revelar su origen con solo identificarlas en índices sin incluir detalles descriptivos. a) Catálogos de autores En casi todos los catálogos que se describen las piezas individuales y en muchos de los que se describen Colecciones las fichas están ordenadas alfabéticamente por nombre de autor o entidad productora. Por tanto, la unidad documental -colección o pieza- confeccionada por una persona o por una corporación cuyo nombre empieza con la letra “A” precede a las que tienen nombres que empiezan con “B”, “C”. “D”, etc. b) Catálogos de tipos documentales: Cuando un solo tipo documental se ha reunido para formar una colección separada, como sucede en los grandes repositorios, debe prepararse un catálogo para cada uno de los tipos documentales. Es posible confeccionar catálogos para los tipos siguientes: Cuando se trabaja con documentos públicos la dependencia donde tienen origen los documentos es considerada corno el autor de los mismos. Inicialmente en el Archivo Nacional, según ya señalé, se trato de catalogar los documentos del gobierno federal redactando fichas-guías en las cuales se consignaba el nombre de la dependencia. Inmediatamente después de las fichas-guías se ordenaban las fichas que describían las series documentales dentro de la respectiva dependencia. Este experimento fue abandonado porque las relaciones de los documentos pueden manifestarse más Diarios Genealogías Libros de contabilidad Libros de correspondencia libros de navegación memorias sermones c) Catálogos de materias: La coinfección de catálogos de materias y de índices requieren aproximadamente las mismas técnicas. La diferencia principal es que las fichas de catálogo describen el documento mientras que 65 Sherrod East, “Describable Item Cataloging”, American Archivist, 14: 291-304 (Oct. 1953). Véase también Ken Munden, “Cataloging Rules in the Departmental Records Branch”, American Archivist, 19: 291-302 (Oct. 1956). 64 Randilph W. Church. “The Relationship Between Archival Agencies and Libraries”, American Archivist, 6: 145 (July 1943). 166 mutuamente exclusivos entre si, y que sean del mismo nivel de importancia. las fichas del índice solamente lo identifican, Sin embargo, los encabezamientos de materias tanto para catálogos como para índices deben seleccionarse del mismo modo. El programa, al cual ya he aludido, para la catalogación de determinados documentos procedentes del Departamento de Guerra, bajo encabezamientos funcionales (y administrativos también), es uno de los más notables. Este programa hizo necesario seleccionar varios encabezamientos que se relacionaban con las principales funciones del Departamento del Ejército durante la segunda guerra mundial (66). Entre los encabezamientos funcionales, se encuentran los siguientes: Las fichas de catálogo deben ordenarse, por regla general, con relación a encabezamientos de materias establecidas para las principales clases de actividad humana. Las colecciones, en una palabra, deben catalogarse bajo un número limitado de materias principales. Estas, conviene recordarlo, se refieren a actividades agrícolas, comerciales, diplomáticas, industriales, culturales, gubernamentales, militares, políticas, religiosas, científicas y sociales. En los repositorios que especializan en una actividad particular, las fichas deben ordenarse con relación a las materias especializadas de que tratan los fondos especiales Cuestiones civiles en territorios ocupados Entrenamiento Operaciones en el campo de batalla Personal Presupuesto y servicios fiscales Relaciones internacionales Servicios administrativos Transportes y abastecimientos, etc. En una institución archivística, las fichas deben ordenarse de acuerdo con las principales funciones de las entidades gubernamentales. Estos encabezamientos funcionales, bajo los cuales han de catalogarse los documentos, son aun más difíciles de seleccionar que los encabezamientos de materias respecto a los que deben catalogarse los documentos históricos. Los encabezamientos funcionales corresponden a las principales actividades del gobierno o de una de las dependencias gubernamentales. Las actividades gubernamentales, especialmente las del gobierno federal de los Estados Unidos, cambian con frecuencia. Las administraciones políticas de los diversos presidentes de la nación así como nuevos problemas económicos, militares, o diplomáticos, explican los cambios en las actividades del gobierno. Los documentos pueden catalogarse eficazmente con relación a las funciones que no cambian. Esto Puede hacerse ton documentos “muertos”, es decir, documentos que se refieren a funciones que ya fueron terminadas, y por tanto, no pueden cambiar. Para la confección de una lista de encabezamientos funcionales tanto como para la confección de una lista de encabezamientos de materias es necesario seleccionar encabezamientos que sean permanentes, que sean Es posible preparar fichas adicionales, lo mismo que se sugirió para los índices, las cuales pueden ordenarse en sucesión cronológica o alfabética por nombre de región geográfica. La confección de fichas para los catálogos Aunque todavía no hay reglas uniformes para catalogar documentos, varios repositorios han preparado, por su cuenta, reglamentos que con un pequeño esfuerzo de cooperación se podrán uniformizar, pues varían solo en los detalles que tienen menor importancia. He aquí una lista de personas que han preparado reglamentos para Catalogar documentos en varios repositorios: John C. Fitzpatrick(67) de la División de Manuscritos de la Biblioteca del Congreso, Grace Lee Nute (68) 66 Ken Munden, “Cataloging Rules in the Departmental Records Branch”. American Archivist, 19: 298 (Oct. 1956). 67 John C. Fitzpatrick, Notes on the Care, Cataloguing, Calendaring, and Arranging of Manuscripts (Washington, 1913, 1921, 1928, 1934). 68 Grace Lee Nute, The Care and Cataloguing of Manuscripts as Practiced by the Minnesota Historical Society (St. Paul, 1936). Véase también 167 y Lucile Kane(69) de la Minnesota Historical Society, Howard C. Peckhain(70) de la Clements Library, Norma Cuthherg y Henry Schulz(71) de la Huntington Library, Dorothy V. Martín(72) de la Detroit Public Library, William Bond(73) de la Houghton Library de la Universidad de Harvard. Las reglas para catalogar los documentos de la Chamberlain Collection en la Boston Public Library fueron preparadas anónimamente.74 La Biblioteca del Congreso, como ya hemos observado, ha preparado reglas para la confección de un catálogo general que abarque todas las colecciones documentales (75). Historial Records Survey (Estudio de documentos históricos) no informan completamente todos los datos que diversos repositorios consignan en las, fichas el cuadro adjunto revela en términos generales las prácticamente se siguen en varios repositorios. Buffalo Hist. Soc Chicago Hist. Soc. Clements Library Detroit Pub Library Duke Univ. Library Florida Hist. Soc. Huntington Library Kansas State Hist. Soc. Long Island Hist. Soc. Missouri Hist. Soc. Newberry Library New York State Library North Dakota Hist. Soc. Library Oregon Hist. Soc. Oklahoma University Oklahoma Hist. Soc. Pa. Hist. Soc. Princeton Univ. Library Los datos que con mas frecuencia se proporcionan en los catálogos que describen la pieza individual, los siguientes: (1) autor, (2) lugar de confección, ( 3 ) fecha, ( 4 ) materia o asunto, (5) caracteres externos, y (6) ubicación Aunque las guías preparadas por el WPA “Suggestions for a Code for Cataloguing Historical Manuscript Collections”, Archives and Libraries, 1939 (Chicago, 1939), pp, 54-63. 69 Lucile Kane, A Guide to the Care and Administration of Manuscripts (Prepared as a Bulletin of the American Association of State and Local History), 2: 371-382 (Sept. 1960). Véase también su folleto titulado “Selected Subject Headings”, in Minnesota Historical Society, Service Bulletin, no 2 (St. Paul, 1951), y su artículo “A Guide for Collectors of Manuscripts”, History News (Chapel Hill, N. C., 1956), 11: 19-21 (Jan, 1956). 70 Howard H. Peckham. “Arranging and Cataloguing of Manuscripts in the William L. Clements Library”, Amercian Archivist, 1: 215-227 (Oct. 1938). 71 Norma Cuthbert and Henry Schulz, "Brief Note on the Classification Calaloguing, jig, Usage and Storage of Manuscripts in t the Henry E. Huntington Library and Art Ga Ilery”, copia mecanografiada en National \ Archives Library. 17 pp. 72 Dorothy \ Martin "Use of Cataloging Techniques in Work with Records and Manuscripts American Archivist, 18 317-336 Oct. 1955 73 William H. Bond “The Cataloguing of Manuscripts in the Houghton Library liaryard Library Bolletin 1: 392-396 (Autumn 1 1950) 74 Boston Public Library "Roles for ( Cataloging the ( Chamberlain Collection" copia mecanografía en National Archives Library 11 pp. 75 U.S S. library of Congress Ru/es for Dercrptive Cataloguing in the Library of Congress ( Preliminary edition mimeographed, Washington, 1954) Autor Lugar Fecha Materia x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x Caracteres externos x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x X x x x Ubicació n x x x x x x x x x x x x x x x X x x x x x Varios de los repositorios proporcionan más datos de los que se incluyen en este cuadro. Por ejemplo, en las fichas redactadas por la Missouri Historical Society y la Newberry Library se consignan las fechas de nacimiento y muerte de los autores. La Clements Library, la Florida Historical Society, la Huntington Library, la Kansas State Historical Society, y La Historical Society of Pennsylvania identifican al destinatario de la pieza documental. El término “ubicación” puede referirse al número de la colección o al de la adquisición, o puede indicar el lugar que ocupan los documentos en los anaqueles. La entrada descriptiva en una ficha de catálogo debe contener la misma información que la entrada descriptiva de una lista, inventario, guía u otro escrito en forma de libro. Los datos descriptivos no tienen que presentarse en el mismo estilo y formato empleados para la confección de los catálogos de biblioteca, las entradas descriptivas constan de dos partes: el título que identifica la unidad 168 formar el titulo de la ficha, depende del tipo de catálogo que vaya a confeccionarse. documental que vaya a catalogarse, y el párrafo descriptivo que explica la procedencia, describe el contenido, y proporciona información sobre el origen y uso de la unidad documental. En el catálogo de autores el nombre de la entidad productora se escribe primero. En el catálogo por tipo documental, el nombre del tipo documental es el primer elemento que se consigna en la ficha. Normalmente la entrada descriptiva debe incluir solamente los datos indispensables para que el consultante comprenda la naturaleza y el uso de los documentos. Los símbolos que se utilicen, deben ser fáciles de comprender. La labor descriptiva es más costosa, lenta y se logra con gran trabajo cuando el sistema de catalogación es demasiado difícil, ya sea porque requiere un análisis complicado sobre los documentos o por que se emplea un sistema de notaciones simbólicas difíciles de comprender. En el catálogo de materias, el nombre de la entidad productora se escribe primero. El encabezamiento de materias bajo el que han de describirse los documentos, se consigna en un renglón separado, después del párrafo descriptivo. Las fichas que se refieren a la misma materia, se ordenan cronológicamente bajo las fichas-guías que identifican las respectivas materias. Los datos que se consignan en una ficha de catálogo deben limitarse a la información fundamental sobre los documentos. Si el objetivo de las entradas descriptivas es limitado pero bien planeado, será posible comunicar la deseada información sin convertir la labor descriptiva en una tarea lenta, complicada o costosa. c) Reglas: Las reglas para confeccionar el titulo de la entrada descriptiva en una gala o en una lista, son aplicables para la confección del título para fichas de catálogo. Las citadas reglas pueden consultarse en los capítulos aludidos donde han sido explicadas detalladamente. A contignación se da solamente un breve resumen de las mismas. 1. La identificación de las unidades documentales: El titulo de la ficha debe proporcionar la información que identifica la colección o pieza documental que vaya a catalogarse. a) Caracteres internos y externos: Esta información normalmente, se refiere a los siguientes caracteres internos y externos de la colección o pieza documental: 1) Nombre de la entidad productora: Una colección o pieza documental debe llevar el nombre de la persona o corporación a quien debe su origen. Una colección debe llevar el nombre del coleccionista solo cuando no sea posible darle el nombre de quien la produjo. 1) 2) 3) 4) 5) 6) 7) 8) 2) Lugar de confección: Debe identificarse el lugar donde la colección o pieza documental fue confeccionada. Si el contenido del catálogo abarca varios estados, el lugar puede identificarse indicando el nombre del estado a que Se refiere la pieza; si los materiales descritos en el catálogo abarcan un solo estado, el lugar puede identificarse un nombre de ciudad, pueblo, o condado. El nombre del lugar de confección debe escribirse entre paréntesis. nombre de la entidad productora lugar de confección clase de entidad productora tipo documental, en términos generales o específicos atributos particulares del tipo documental forma de reproducción fechas, y cantidad. 3) Clase de entidad productora: Si la colección o pieza documental fue producida por una persona, debe indicarse la profesión u ocupación de quien la produjo; si originó en una corporación, debe identificarse la clase de b) Distribución de los elementos o caracteres: La distribución de los elementos arriba implicados, a fin de 169 documentación, la cantidad debe expresarse en términos de metros lineales, es decir, el espacio lineal que documentos ocupan en los anaqueles; cuando la documentación ocupa menos de 10 centímetros lineales de espacio, la cantidad debe indicarse en centímetros lineales y también por el número de piezas de que está compuesta; si el espacio ocupado es insignificante, basta con dar el numero de piezas que la componen; la cantidad de los documentos encuadernados debe expresarse por el numero de volúmenes. Cuando se trata de una sola pieza, debe modificarse el número de páginas, siempre que tenga más de una. corporación. Los datos informativos sobre la clase de entidad productora se presentan después de los que identifican el lugar de confección, ambos entre paréntesis y separado por punto y coma. 4)Tipo documental: Si la colección está compuesta de diversos tipos documentales, debe identificarse en términos generales, tales como “documentos”, “papeles” o “manuscritos”; Si la colección está compuesta de un solo tipo documental, debe identificarse el tipo, en términos específicos. Las piezas individuales, también deben ser identificadas por tipo documental, en términos específicos. 2. Enumeración de atributos: Los párrafos descriptivos que proporcionan datos sobre una colección de documentos, deben ser más extensos que los de describen una sola pieza documental. 5) Atributos particulares: El tipo documental puede identificarse aún más detalladamente especificando sus atributos particulares, si los tiene. Estos atributos se refieren a la actividad o trámite que dio origen a los documentos, o al asunto de que tratan. a) Atributos de las colecciones: La entrada descriptiva para una colección de documentos normalmente debe proporcionar información sobre lo siguiente: 6) Forma de reproducción: Si los documentos están en forma de copias hechas a mano o mecanografiadas, deben identificarse como transcripciones (transcripts); si han sido reproducidas por medios fotográficos deben identificarse como fotocopias o microfilm. La información sobre la forma de reproducción ha de preceder a la información sobre el tipo documental, separándose la una de la otra por el uso de dos puntos. 1) su procedencia, proporcionando datos que identifican la clase de corporación o persona donde originaran los documentos así como otros datos significantes en la vida de la corporación o persona; 2) su contenido, expresado en términos de las actividades de que tratan o que dieron origen a los documentos, y de los objetos de dichas actividades respecto a personas, corporaciones, lugares, cosas, y fenómena; 7) Fechas: Deben indicarse la primera y la ultima fecha del periodo en que fue confeccionada la colección de documentos. Si la mayor parte de los documentos o la parte más importante fue producida en determinados años entre la primera y la ultima fechas, éstos pueden escribirse dentro de un paréntesis, entre la primera y ultima fechas. Las lagunas o fechas aproximadas, también pueden indicarse en el titulo. En el caso de una pieza que tiene una sola fecha fija, ésta debe indicarse; si pieza abarca un periodo de tiempo, la primera y la última fecha escriben como las de una colección. 3) su adquisición, indicando Si por donación o compra, y dando el lugar y fechas de adquisición; 4) las condiciones que rigen su uso, especificando las restricciones; 5) datos bibliográficos, indicando las publicaciones que hayan reproducido documentos de la colección e informando sobre los Catálogos referentes a la misma. b) Características de las piezas individuales: La entrada descriptiva para una sola pieza documental normalmente debe 8) Cantidad: La cantidad de documentos en una colección debe expresarse de la siguiente manera: Si es extensa la 170 proporcionar información sobre las siguientes características de la pieza: 1) su procedencia, identificando la clase de corporación o persona que la produjo; y Símbolo Wall, Richard (Harvey County, Kansas; agricultor), Libro de Contabilidad, 1879.1921 1 pieza (34 paginas) Wall (1851.1921) emigró de Rusia a Kansas en 1879, donde compró terrenos a la compañía de ferrocarriles Santa Fe. La principal cosecha era la de trigo, y especialmente la especie llamada “Turkey Red” introducida por los Mennonitas en 1875, y que Wall distribuía para sembrar. También cooperó con el gobierno federal en experimentos sobre la sericultura. Contenido: Cultivo de trigo; cría de ganado (vacas, cerdos, ovejas) y aves de corral (gallinas, gansos); gastos y rentas (para cada producto agrícola); sericultura; la distribución de árboles frutales (mori) y de trigo para sembrar (Turkey Red); molienda de trigo en Alta Mill, Burrton, Kansas. 2) su contenido, indicando la principal actividad de que trata y los fines que esperan lograrse, expresados en términos de personas, corporaciones, lugares, cosas, o fenómeno. A continuación se reproducen dos fichas de catálogo. La primera se refiere al incendio de la ciudad de Colombia, South Carolina durante la Guerra Civil, y resume el contenido de una carta que ya fue utilizada como ejemplo ilustrativo para la preparación de listas. La segunda se refiere a un libro de contabilidad perteneciente a un agricultor, pieza que también ha sido utilizada como ejemplo ilustrativo para la preparación de índices. Ejemplos: En un catalogo de materias, el nombre del amplio tema de que trata el documento, debe escribirse en un renglón separado, inmediatamente después del párrafo descriptivo. Para completar la ficha referente al incendio de Colombia, deben escribirse, pues, las palabras ACTIVIDADES MILITARES v RELIGIÓN, por ser éstos los temas de que trata el citado documento; la palabra AGRICULTURA debe escribirse para completar la ficha que describe el libro de contabilidad. Símbolo Sister St. Etienne Vassas, (Columbia, S. C.; monja), Solicitud para indemnización, 11 dic. 1865 1 pieza Sobre in destrucción del Convento de las Ursulinas durante el incendio de la ciudad de Columbia, S. C., por el ejército del General Sherman, 17 feb. 1865. 3. El uso de símbolos: En el siguiente capitulo, se examinará detalladamente el sistema de notaciones simbólicas, las cuales deben ser fáciles de comprender. El objetivo de los símbolos es el de identificar la colección o el documento individual dentro de la colección que vaya a catalogarse. 171 CAPÍTULO 12 1. Características y definición. LAS GUÍAS — La Guía, referida a los archivos, como su propio nombre indica, tiene la misión especifica de orientar, haciendo valoraciones globales y destacando lo más importante1.No desciende a particularizaciones, sino que de manera general señala las características, establece relaciones, aporta bibliografía, puntualiza la historia de los organismos productores, y sus fondos, señala la génesis documental y las interrelaciones entre las secciones y entre las series. — De aquí que según Schellenberg, que identifica en uno solo los dos objetivos primeros, existen dos clases de guías las generales y las especiales. Puede hacerse una Guía de un archivo con un fondo único (en un archivo municipal), o bien de un archivo con varios fondos, como sería el caso de los archivos Generales de nuestro país2. También puede redactarse una Guía del conjunto de archivos de una nación o de una región, o de archivos similares (Guía de Archivos eclesiásticos) o bien de uno de los fondos dentro de un Archivo3 o de una sección de archivo4. Pero no podrá hacerse una Guía de una serie o de piezas documentales, sí estudios diplomáticos y de tipología documental sobre unas u otras, pero esto ya sería otra cosa. Por su parte, dentro de los estudios RAMP programados por la UNESCO, el (<Manual sobre Guías de Archivos> de Francoise Hildesheimer5 distingue tres categorías: Guías por institución de archivo, guías acumulativas para el conjunto de los archivos de una región o un país, guías temáticas dedicadas a categorías concretas de documentos elegidos, ya sea en función de su naturaleza ya sea en función de un tema de investigación (por ejemplo, Guías de las Fuentes para la Historia de Hispanoamérica). Entiendo que junto a estas tres modalidades, puede incorporarse una cuarta que sería la guía de un fondo con independencia del resto del archivo -ya contemplada por Schellenberg. Varios objetivos pueden atribuirse a la Guías: - Proporcionar información general sobre un conjunto de archivos unidos por un lazo común que puede ser el marco geográfico (archivos de una región) o las características similares de la documentación (archivos nobiliarios o militares). Proporcionar información especifica sobre un fondo o una sección de archivo. Proporcionar información general sobre un archivo identificado con uno o varios fondos. Conjugando esas cuatro modalidades con la división y terminología de este último, podemos decir que la primera y segunda son guías generales y la tercera y cuarta son guías especiales por la limitación de su campo, no perdiendo de vista que unas y otras participan de la generalidad de la información ofrecida. 1 .VAZQUEZ, Manuel: Auxiliares descriptivos (Inventario y Guía CIDA (ejemplar mecanografiado), Córdoba, Argentina, 1978. Cap.° IV: ((Como hacer una Guía>. 2 Sirvan como ejemplo las Gulas editadas de los Archivos de Simancas, Corona de Aragón, Archivo General de Indias o Archivo Histórico Nacional. 3 HEREDIA HERRERA, Antonia: Guía del Consulado de cargadores a Indias, <<Archivo Hispalense>, Sevilla, n.° 183, 1977, págs. 87-Ill. 4 HEREDIA HERRERA. Antonia: <<Guía de los fondos de la Audiencia de Quito, descripción de sus series>> en Organización y descripción de los fondos de la Audiencia de Quito del AGI, <<Historiografía y Bibliografía americanistas>>, Vol. XXI, Sevilla, 1977, págs. 139-165. La Guía en definitiva, es una obra cuya finalidad primordial es informar panorámicamente sobre el conjunto documental: en la Guía se hace historia de la 5 Directrices Metodológicas relativas a la preparación de Guías Generales de Archivos Nacionales, PGI, 83/WS/9, París, 1983. 172 De acuerdo con esto se ha planteado en alguna ocasión6 si la Guía representa la conclusión o los preliminares de una labor de archivo. Siendo el instrumento primero para entrar en contacto con los fondos, con frecuencia una Guía elaborada y meditada ha de realizarse tras la inventariación de cada uno de estos fondos que integran el archivo. La práctica aconseja la publicación de una Guía sucinta para dar a conocer a los investigadores la existencia de los fondos que aún no se hayan organizado ni descrito suficientemente, mientras se prepara una Guía completa tras la inventariación total. Para la elaboración de estas Guías nunca será necesaria la catalogación previa de las series. institución o instituciones que producen la documentación, de las vicisitudes por las que éstas han pasado hasta formar el fondo o fondos que hoy se identifican con un archivo o con el conjunto de archivos con un denominador común. La Guía ofrece la primera visión general a cualquier investigador: el volumen de unidades de instalación y los campos de acción en los que puede desarrollarse su consulta. Su necesidad para el historiador es de vital importancia en cuanto que de su existencia y conocimiento se puede evitar a éste consultas en el lugar de origen, eliminando a veces viajes y gastos inútiles con la simple indicación de ausencia o pérdida de determinadas fuentes documentales En el caso de la Guía de un archivo su confección suele correr a cargo de uno de sus archiveros, cuando se trata de hacer la de un fondo, la autoría corresponderá al profesional responsable directo del mismo. Si se redacta una Guía de ámbito regional o nacional su elaboración dirigida, ha de contar con los informes parciales vertidos en cuestionarios que homogeneicen los datos para todos los centros. La Guía como instrumento primario de información —afirma Vicenta Cortés jerarquiza el valor de los documentos entre si, sitúa a los fondos estableciendo su sistemática dentro del conjunto de un archivo en particular, o valora cada uno de los archivos dentro de una red más amplia, como puede ser el ámbito regional o nacional. Representa la primera aproximación a los fondos y colecciones conservadas. La utilidad de las Guías está en razón directa con el crecimiento e internacionalización de la investigación y nace de la necesidad de acudir a muchos depósitos y como consecuencia de precisar de una forma manejable e inmediata una general y completa información de cada archivo, incluso de los más alejados. Una Guía será más o menos completa dependiendo de los datos más o menos extensos que ofrezca, pero no considero que haya de descenderse para hacer clasificaciones conceptuales y terminológicas basadas en esa mayor o menor amplitud de datos. Esta extensión determinará que las haya muy voluminosas hasta las plasmadas en forma de tríptico Todo archivo debe contar con su Guía, aunque sea en su formato mínimo en forma de tríptico. La generalización de su elaboración es una práctica bastante reciente. Pueden considerarse las primeras, la Guía del Public Record Office, en 1853, ye) Etat Sommaine des Archives de I’Empire, publicado en Francia en 1867. En cuanto a su elaboración podrá hacerse, según el estado de organización y descripción del archivo, inmediatamente, o bien ser simultánea a la inventariación, si el fondo o sección de archivo están totalmente desorganizados, aunque siempre habrán de ofrecerse, en una planificación editorial, en primer lugar seguida del inventario o inventarios correspondientes. En su origen las Guías se reducían a simples listas de fondos con indicación de las fechas extremas, sin la menor alusión acerca de la organización de los mismos y sin referencia a los instrumentos de descripción existentes. Esta formula fue desarrollándose e incrementándose con relatos históricos y precisión de los servicios, hasta alcanzar la forma de Guía que hoy nos es habitual. 6 173 Hildesheimer, Francoise: ob.cit. pág. 4 de los instrumentos de descripción ofrece gran variedad e incluso disparidad. Con el fin de homogeneizar la redacción de estas Guías que entran de lleno dentro de las Generales, señaladas par Schellenberg, la UNESCO encargó a Francoise Hildesheimer la elaboración de una normativa general de orientación partiendo de algunas Guías generales de Archivos Nacionales o generales ya publicadas8. La necesidad de las Guías está más ligada a los archivos con documentación remota que a los archivos administrativos. La definición de Guía, según F. Hildesheimer: <<un instrumento de investigación que ofrece un panorama general de los conjuntos de documentos archivados a los que está dedicada, generalmente dividida por los fondos o series y completado mediante una exposición cronológica de la administración productora y la lista de los correspondientes instrumentos de investigación>>. Donde se dice instrumento de investigación yo diría instrumento de descripción, y donde dice series yo diría secciones de fondo y colecciones y la exposición cronológica quedarla mejor traducida por exposición o análisis histórico, según M. Vázquez en su trabajo ya citado define a la Guía como: Por su parte el profesor Argentina Manuel Vázquez9 trató, con anterioridad, de establecer una normativa para las Guías generales para las especiales, siguiendo lo expuesto por Schellenberg. 2. Guía general y Guía especial. En una Guía considerada general será imprescindible centrar la información sobre el archivo a servicio de archivo: creación, vicisitudes, edificio, dependencias, personal servicios que presta; sobre la historia de la institución a instituciones cuyos fondos se albergan en esos archivos; exposición sistemática de los fondos, de sus secciones con indicación del volumen de unidades, fechas límite modificación en los fondos par cesiones o adquisiciones; orientación bibliográfica sobre el archivo pero, sobre todo, relación completa de los instrumentos de descripción sobre dichos fondos. Él índice alfabético general no se hace tan sustancialmente preciso coma en el inventario o en el catálogo. No nos referimos al Índice par capítulos de la obra. <<una visión sinóptica de los fondos y grupos documentales de un archivo, acompañada de todo lo que pueda iluminar su valor y su sentido, que se publica a fin de ofrecer a los interesados remotas ideas de la archivaría, sea en su totalidad, sea por temas>>. Carmen Crespo7 afirma que <<la Guías es la descripción de un fondo, indicando sus características fundamentales: organismo que lo originó, series, subseries, etc. que lo forman, tipo de documentación que lo constituye, fechas extremas que comprende y volumen de dicha documentación>>. La Dirección de los Archivos de Francia al hablar de las Guías Departamentales las define como <<una visión de conjunto de un depósito, de forma que el investigador pueda saber cuáles son sus recursos, la naturaleza e interés de los fondos con que cuenta y los instrumentos de investigación de que dispone>>. 8 Las guías utilizadas para dicho estudio fueron las siguientes, entre otras: Guide Generale delgi Archivi di Stato italiani, Roma, 1981. Les Archives Nationales. Etat Genéral des fondos, Paris, Archives nationales, 1978-80. De Rijkarchieven in Nederland, Staatsuitgevery, ‘sGravenhage, 1973. Guide to the Records of the Bahamas, 1973. Guía del Archivo Histórico Nacional, Madrid, 1958. Guide to the National Archives of the United States, Washington, 1974. Guides to the contents on the public Record Office, Londres, 1963-68. Guide to the public Archives de Zambia, Lusaka, 1970. 9 Ob.cit. La confección de Guías, sobre todo las referidas a los archivos integrados por diversos fondos, se ha hecho habitual en todos los pases pero su elaboración, corno la del resto 7 Terminología de Archivos: Instrumentos de trabajo “Homenaje a Federico Navarro” ANABA, Madrid, 1973. 174 Entre las Guías generales sobre un solo archivo a servicia de archivo, podemos citar la del Archivo Histórico Provincial de Pontevedra editada no hace mucho y entre las Generales, cualquiera de las de los Archivos generales españoles. ofrecimiento de una situación existente de clasificación e inventariación y que ha requerido tanto una reclasificación coma una reiventariación. 3. Guías generales de Archivos Nacionales: establecimiento de un modelo. En la segunda modalidad de Guías generales, es decir aquéllas relativas a un conjunto temático a geográfico de archivos, los datos concretos de cada uno de los archivos se reducen al mínimo, siguiendo las líneas establecidas en las ya descritas, pero suprimiendo, por ejemplo, la descripción de cada uno de los fondos y la bibliografía. Si se trata de archivos unidos por la similitud de la documentación, existirá un estudio sobre las características e información de la misma, seguida de los datos concretos (datos prácticos, reglamentarios e históricos) de cada uno de los archivos. El hecho de haber sido éstas, dentro de las generales las tomadas por la UNESCO como punto de partida para elaborar una normativa homogénea, puede servirnos para analizar los puntos esenciales que han de ser tenidos en cuenta en esta clase de Guías y de los que arriba solo hemos hecho una enumeración. Cualquiera de ellas habrá de estar integrada por tres partes: I) Capítulos introductorios. 2) Descripción de los fondos y colecciones. 3) Apéndices. Es la segunda parte la más sujeta a variabilidad en razón del mayor o mejor estado descriptivo del archivo en cuestión. 3. I. Capítulos introductorios. En las Guías especiales, las de un fondo o una sección de fondo integrantes de un archivo, los datos sobre el archivo se reducen, se presta más atención a la historia de la institución productora de los documentos integrantes del fonda o de la sección y de sus series, insistiendo en las funciones y actividades de aquéllas que van a dar origen a dichas series. Se desciende hasta particularizar la génesis de éstas y al contenido informativo general que pueden ofrecer al investigador, tanto en un sentido positivo como negativo o de exclusión. Se trata también de fijar las relaciones de unas series con otras, tras una tarea de reclasificación, precisa en muchas ocasiones, tratando de facilitar al historiador el camino de la investigación. Como ejemplos de estas Guías especiales pueden citarse la Guía de los fondos de Consulados de cargadores a Indias o la Guía sobre la Audiencia de Santa Fe10. Ambas responden a dos manifestaciones de estas guías, una como resultado de un fondo organizado e inventariado recientemente, a partir de una desorganización total y otra como En la parte introductoria habrá de tenerse en cuenta coma cuestión previa el hecho de no tratar de constituir un Manual de Archivística, sino ofrecer una presentación de los fondos y colecciones para facilitar su conocimiento. 3. 1. 1. Datos prácticos y reglamentarios. Direcciones del archivo, horario de apertura, incluidos también los cierres anuales y feriados. Condiciones de admisión e inscripción (tarjetas de investigador, validez), recursos y servicios: (fotocopia, microfilm, diversas clases de salas de lectura o trabajo, biblioteca, adquisición de instrumentos de trabajo). Servicio de información: modalidad y límites del servicio de información y consulta, in situ, a distancia. 10 Heredia Herrera. Antonia: Guía del Consulado...ob.cit. Romero Tallafigo, Manuel: Archivo General de Indias. Guía de la Sección de “Gobierno”. Audiencia y virreinato de Santa Fe, “Historiografía y Bibliografía americanistas” XXVIII, Sevilla, 1984, págs. 3-46. 3.1.2. Datos históricos relacionados con el archivo y sus documentos. Creación. Edificio. 175 Naturaleza jurídica de los fondos instituciones de donde proceden. Estatuto jurídico del archivo su integración dentro del sistema correspondiente. En el caso de ser varios fondos y colecciones se hace precisa una sinopsis del esquema integrado por todos estos fondos, indicando cada institución productora, fechas extremas del fonda y el número total de sus unidades de instalación. Las colecciones y secciones facticias también estarán representadas en dicho esquema. Tras esta sinopsis cada fondo y sección facticia se irán ofreciendo sucesivamente con las mismas características que indicamos en el caso de que el fondo coincida con el archivo. 3.1.3. Bibliografía. Referida a la Historia del Archivo y su edificio, a su reglamentación y a los instrumentos de descripción y éstas ofrecidos sistemáticamente de acuerdo a la estructura del archivo y de sus fondos. Es una de las partes fundamental y más útil de la Guía11 3.2. Descripción colecciones de los fondos En estas circunstancias convendría que cada fonda o colección estuviera introducida por la historia de la institución productora y se manifestaran las relaciones de cada una de ellas con los restantes, si existe tal conexión. También sería bueno que aparte de la bibliografía general ofrecida en los capítulos introductorios, la específica de cada fondo referida a los instrumentos de descripción existente se trasladara a esta parte, detrás del cuadro de clasificación de cada fondo12 o bien la indicación de inexistencia de los mismos. La bibliografía referida a los instrumentos irá ofrecida sistemáticamente siguiendo este orden: las Guías especiales si las hubiere, los inventarios, los catálogos y las colecciones. y Es la segunda parte: descripción de los fondos y colecciones, la que constituye el núcleo fundamental de la Guía. Es indispensable en ella un ofrecimiento claro y sintético de la documentación. Siempre dependerá su exposición del estado de organización y descripción de los fondos. En el caso de coincidir el fondo con el archivo hay que ofrecer en primer lugar el esquema de clasificación a través de la subdivisión en secciones, subsecciones y series, especificando en éstas su denominación y las fechas límite y el número de unidades de instalación en cada una de ellas. Si cada uno de estos fondos está definitivamente inventariado, la descripción de cada uno de ellos reproducirá tras la introducción histórica, el cuadro de clasificación con que ha de iniciarse todo inventario. 11 Su importancia y necesidad ha determinado a veces la publicación por separado de esta parte, así: Heredia Herrera Antonia: Bibliografía del .G.I. “Archivo Hispalense núms. 208-209 (Homenaje al Archivo de Indias en su Bicentenario), Sevilla, 1985. 12 Puede servirnos de ejemplo claro: Peña Cámara, José Ma. Archivo General de Indias. Guía del visitante, Ministerio de Educación, Madrid, 1958. 176 CONSEIL INTERNATIONAL DES ARCHIVES INTERNATIONAL COUNCE ON ARCHIVES CONSEJO INTERNACIONAL DE ARCHIVOS ISAD (G) NORMA INTERNACIONAL GENERAL DE DESCRIPCION ARCHIVISTICA Adoptada par La Comisión Ad Hoc de Normas de Descripción Estocolmo, Suecia, 21-23 de enero de (Versión. final a aprobada por la CIA) Ottawa 1994 Norma internacional General de Descripción Archivística Documento preparado con el apoyo financiero de la UNESCO El documento original fue redactado en ingles La presente traducción no es mas que un documento de referencia. No es Un documento oficial Versión española preparada por: Luis Martínez García, Rosana de Andrés Díaz Victoria Aria Roca. Copyright CIA Se autoriza la reproducción de esta publicación a condición de estar la fuente ISBN 177 PREFACIO P.1 Un sub.-grupo de la Comisión Ad Hoc de Normas de Descripción Archivística preparó un borrador de Reglas Generales. Este sub-grupo se formó en la primera reunión plenaria de la Comisión celebrada en Höhr-Grenzhausen, Alemania, en octubre de 1990 P.2 El sub-grupo estuvo formado por. Wendy Duff (Coordinadora). Michael Cook. Sharon Thibodeau, Hugo Stibbe (Director del Provecto y Secretario) P.3 El sub-grupo se reunió en Liverpool, Reino Unido, en Julio de 1991 para completar el borrador que fue discutido, modificado y ampliado en la reunión plenaria de la Comisión en Madrid en enero de 1992. Se adoptó formalmente el borrador en está reunión Se le conoce como el Borrador de Madrid de la “ISAD (G): Norma Internacional General de Descripción Archivística”. P.4 El borrador de Madrid de la ISAD(G) fue puesto en circulación en febrero de 1992, para su comentario por la comunidad archivística internacional traducido a 125 lenguas oficiales del Consejo Internacional de Archivos, y distribuidos como potencia en el XII Congreso Internacional de Archivos, celebrado en Montreal en septiembre de 1992, siendo discutido en una sesión abierta la Comisión volvió a reunirse en Estocolmo, en enero de 1998 para examinar y revisar el documento respondiendo a los comentarios recibidos de todas partes del mundo y a los efectuados en la sesión abierta de Montreal el documento actual el resultado de este proceso. P.5 Se propone un periodo de 5 años para revisar este documento, lo cual será recomendado a la CIA cuando el documento sea presentado para su publicación P.6 La Comisión Ad Hoc de la CIA de Normas de Descripción reconoce y agradece a la UNESCO su apoyo económico a este proyecto. También quiere dar las gracias al Archivo Nacional de Canadá por el sostenimiento de la Secretaria y a las instituciones que han escogido a la Comisión durante él desarrollo de este documento, a la Dirección de los Archivos Escalares del Ministerio de Cultura de España y al Archivo Nacional de Suecia 178 INTRODUCCION 1.1 Este conjunto de Reglas Generales para la descripción archivística forma parte de un proceso encaminado a: a) asegurar la creación de descripciones coherentes, apropiadas e inimaginables por sí mismas b) facilitar la recuperación y el intercambio de información sobre la documentación de archivo. c) hacer posible el compartir los encabezamientos autorizados y d) posibilitar la integración de descripciones de diferentes archivos en un sistema unificado de información 1.2. Como reglas generales, se pretende que sean ampliamente aplicables a las descripciones de documentos sin tener en cuenta la naturaleza o volumen de la unidad de descripción. Estas reglas rigen la recogida de información para cada uno de los 26 elementos que pueden ser combinados, para constituir la descripción de cualquier unidad 1.3 Cada regla está formada por. a) b) c) d) 1.4 1. 2. 3. 4. 5. 6. 1.5 el nombre del elemento de descripción al que afecta la regla; una declaración del objetivo que se pretende al incorporar el elemento en una descripción; una declaración de la regla general (o reglas) aplicable al elemento y, en donde es preciso, ejemplos que ilustran la aplicación de la(s) regla(s). La organización de las reglas refleja la estructura preferible para toda descripción que incorpora elementos regidos por ellas. Dentro de esta estructura, los elementos se agrupan en seis áreas de información: Área de Identificación (donde se incluye información esencial para identificar la unidad de descripción Área de Contexto (donde se incluye información sobre el origen y custodia de la unidad de descripción). Área de Contenido y Estructura (donde se incluye información sobre el tema principal de los documentos y la organización de la unidad de descripción). Área de Acceso y Utilización (donde se incluye información acerca de la disponibilidad de la unidad de descripción). Área de Documentación Asociada (donde se incluye información acerca de los documentos que tienen una relación importante con la unidad de descripción). Área de notas (donde se incluye información auxiliar y la que no se puede incluir en otras áreas). Aunque se puede utilizar la totalidad de los 26 elementos que se incluyen en estas reglas generales, solo una parte de los mismos ha de usarse necesariamente en una descripción Solo unos pocos elementos son esenciales en cualquier descripción a) b) c) código de refrenda título fechas de creación o fechas extremas de los documentos incluidos en la unidad de 179 d) e) descripción1 volumen de la unidad de descripción nivel de descripción Si el nombre del organismo productor no está incluido en él titulo, entonces el elemento de descripción que contiene su nombre es también esencial para el intercambio internacional 1.6 El punto hasta el cual una descripción archivística incorpora más elementos de información de los que son esenciales, dependerá de la naturaleza de la unidad de descripción y de las necesidades del sistema de información, manual o informatizado, de que forma parte Algunos sistemas de información pueden incluir descripciones de las partes constitutivas de los fondos (pie. serie, unidad documental), así como del fondo mismo. Para asegurar la eficacia y claridad de tales sistemas, la preparación de descripciones en varios niveles dentro de ellos debería guiarse por las reglas relativas a su interconexión y contenido informativo. Con este fin, a las reglas generales se han incorporado otras para describir en varios niveles. 1.7 Las áreas de descripción afectadas por estas reglas generales son aquellas que se ha considerado tienen la más amplia aplicación en un contexto archivístico internacional Este es solo el comienzo de un esfuerzo de normalización. Se deberán formular otras reglas especificas para regular la descripción de clases de documentos especiales (tales como documentos cartográficos, películas o ficheros electrónicos, “privilegios”, escrituras notariales, títulos de propiedad). 1.8 Los puntos de acceso se basan en los elementos de descripción. El valor de los puntos de acceso se refuerza con el control de encabezamientos autorizados: Debido a la importancia de los puntos de acceso para la recuperación, se deberán desarrollar directrices internacionales para su formulación. La Comisión Ad Hoc de Normas de Descripción esta desarrollando una norma de descripción para encabezamientos autorizados. Vocabularios y términos convenidos que sean usados como puntos de acceso deben ser desarrollados por cada país o para cada área lingüística. Las siguientes normas ISO son útiles, para el desarrollo y actualización de vocabularios controlados: ISO 5963 Documentación -Métodos para el análisis de documentos, determinación de su contenido y selección de Los términos de indización e ISO 2788 Documentación Directrices para el establecimiento y desarrollo de tesauros monolingües. 1.9 Para citar una fusente publicada dentro de un elemento de descripción debe seguirse la ultima versión de ISO 690 Documentación -Referencias bibliografías. Contenido, forma y estructura. 1 Nota del Traductor. Los archivos son conjuntos. orgánicos de documentos que genera, reúnen y conservan documentación producida por las personas físicas y jurídicas en el ejercicio de sus competencias. Se consideran corno fechas archivísticas las fechas extremas que indican el momento en que un documento inicia y concluye sus efectos jurídicos o administrativos independientemente de las fechas de los documentos aportados como antecedentes pruebas o testimonios. Estos últimos son subsidiarios y la fecha que aparece en ellos se enmarca dentro de un concepto. más amplio, denominado data. Su conocimiento es de interés para la investigación cultural más que para la organización 180 0. GLOSARIO DE TERM1NOS RELACIONADOS CON LAS REGLAS GENERALES 0.1. El siguiente glosario con términos y sus definiciones forma parte integrante de estas reglas. de descripción. Las definiciones van de ser entendidas en cuanto han sido formuladas específicamente para los propósitos de este documento. Acceso (Access). La posibilidad de consultar los documentos de un fondo, habitualmente sometida a reglas y. condiciones. Control de Encabezamientos autorizados (Authority control). El control de formas normalizadas de términos, incluyendo nombres (de personas, geográficos o de entidades) usados como puntos de acceso. Descripción Archivística (Archival description). La creación de una representación exacta de una unidad de descripción y de las partes que la componen, en caso de haberlas, por el procedimiento de captación, cotejo, análisis y organización de cualquier información que sirva para identificar la documentación y explicar el contexto que la produjo. Expediente (File). Una unidad organizada de documentos agrupados juntos para su uso en la gestión del productor o en el proceso de organización archivística, debido a que se relacionan con un mismo asunto, actividad o trámite. Un expediente es, habitualmente, la unidad básica dentro de una serie documental2 Fecha de creaciôn (Date of creation). La fecha real en que se produjo la documentación incluida en una unidad de descripción3 Fechcs extremas (Date of accumulation). El periodo durante el cual la documentación incluida en la unidad de descripción, o que forma parte de ella, ha sido reunida por su productor.4 Fondo (Fonds). El conjunto de documentos, cualquiera que sea su conato o soporte, producidos orgánicamente y/o reunidos y utilizados por una persona particular, familia, u organismo en el ejercicio de las actividades y funciones de ese productor. Instrumento de descripción (Finding Aid). El término más amplio que abarca cualquier descripción o medio de referencia elaborado o recibido por un archivo en el proceso de establecimiento de control administrativo o intelectual sobre la documentación. Localización (Location). La sede de la institución archivística, o el domicilio del propietario privado, donde se conserva la unidad de descripción. Nivel de descripción (Level of Description). El lugar que ocupa la unidad de descripción en la jerarquía del fondo. Organismo (Corporate body). Una organización o grupo de personas que se identifica por un nombre 2 Nota del traductor En España el término mas parecido afile es el de expediente entendido como la unidad documental formada por un conjunto de documentos generados orgánica y funcionalmente por un sujeto productor en la resolución de un mismo asunto. El expediente es consecuencia de una norma jurídica procedimiento o de la gestión del organismo productor, nunca debido a un proceso de organización archivística. 3 Nota del traductor. Fecha de creación es un término de difícil inclusión en la terminología archivística española. Se trata de la data crónica de los documentos, a la cual seria preciso añadir una explicación definiéndola como las fechas extremas de todos los documentos reunidos por un organismo productor, incluidos los aportados como pruebas, testimonios o antecedentes, necesarios para el ejercicio de sus actividades. 4 Nota del traductor Acumulación es un término mas relacionado con documentación reunida sin Un criterio especifico y se presta a la ambigüedad. En la archivística española se entienden como fechas extremas las que indican el momento de comunicación y conclusión de los expedientes con independencia de la data de los documentos aportados como antecedente o prueba. 181 propio y que actúa, o puede actuar, como una persona jurídica. Embarques de caucho a Italia y Francia Sociedad Pizarrera del Anjou. Explotación Fondo Perret Fondo Hennebiqüe Si se considera apropiado, se puede abreviar un titulo formal largo, pero solo si puede hacerse sin pérdida de información esencial En caso de no existir un título, redactar uno conciso. En el nivel de fondo incluir el nombre del productor. En los niveles más bajos incluir, por ejemplo, el nombre del productor y un término indicando la topología de los documentos que comprende la unidad de descripción y, si fuera apropiado, una frase reflejando función, actividad, materia, localización o asunto. Distinguir entre títulos formales y atribuidos de acuerdo a las normas nacionales o de lenguaje. Ejemplos: Libros de Actas del Movimiento Cristiano para la Templanza de las Mujeres. Cartas de misioneros Presbiterianos que sirven en Manitoba. Videos de los discursos electorales de Ronald Reagan Documentos del Servicio de Costas y Geodesia. (título a nivel de fondo) Documentos de la Oficina del Super intendente. (título a nivel de sub-fondo) Correspondencia de salida. Correspondencia de entrada Borradores de informes Anuales para el Congreso. (Títulos a nivel de serie) Borrador del Primer Informe. (título a nivel de unidad documental) Papeles de la Familia Rockefeller. (título a nivel de fondo) Papeles de John D. Rockefeller, St. (título a nivel de sección de fondo) Correspondencia relativa a asuntos de negocios. Correspondencia relativa a actividades filantrópicas. Correspondencia personal (títulos a nivel de serie) Cartas a J. Pierpont Morgan. Carta a Teodoro Roosevelt (títulos a nivel de unidad documental) embarque de caucho aprobado por el Comité de Exportación de Caucho-S de S388/15; 182 Boletín de Agricultura Misc 390/l5; exportación de caucho a Canadá - S de S402/15; embarque de caucho: 7 toneladas de Harrison and Crossfield a Alcan & Co, París, en junio S de Sf938115; embarque de caucho a Nueva ‘York por el S.S. Indrawi el 9 de junio de 1915 - H.C.O. 198 1/15. Fuentes complementarias mencionadas en el instrumento de consulta impreso. 33.4 Documentación complementaria en otros archivos Objetivo: Identificar la existencia en otros archivos de documentación relacionada con la procedencia de la unidad de descripción. Regla: Si la documentación existente en otro archivo tiene relación con la procedencia de la unidad de descripción. se debe proporcionar información sobre la documentación complementaria y el archivo. Ejemplos: Fondos de Ernest Buckler en el Archivo Público de Nueva Escocia. Expedientes relativos a comercio, aduanas e impuestos aduaneros, exportaciones de caucho, estimaciones. Informes anuales, etc., en las Secciones Filiales del Archivo Nacional de Malasia. Fuentes complementarias relacionadas en el instrumento de descripción impreso. 3.5.5 Bibliografía Objetivo: Identificar cualquier publicación que se base en la utilización, estudio o análisis de la unidad de descripción Regla: Recoger una cita y/o información sobre una publicación que se base en el estudio, utilización y análisis de la unidad de descripción. Ejemplos: Folios 23-24 publicados en Chronicon Petriburgense, ed.T. Stapleton (1849), p.p. 176182. Bibliografía en el instrumento de consulta. 3.6 3.6.1 AREA DENOTAS Notas Objetivo: Proporcionar información adicional importante que no se haya podido incluir en otras áreas. -Regla: Recoger información adicional importante que no se pueda incluir en ninguno de los elementos de descripción definidos. Organización (Arrangement). Las operaciones intelectuales implicadas en el análisis y organización de los documentos. Procedencia (Provenance). El organismo o persona que ha creado, reunido y/o conservado y utilizado los documentos en el desempeño de su actividad como persona física o jurídica. 183 Productor (Creator). Véase procedencia. Punto de acceso a la información (Access Point). Un nombre, palabra clave, término indicado, etc., por el cual una descripción puede ser buscada, identificada y recuperada. Sección de fondo (Sub-fonds). La subdivisión del fondo que contiene un conjunto de documentos relacionados que corresponden a subdivisiones administrativas en las oficinas u organismos que los originaron, cuando no sea posible, la agrupación de documentos por criterios geográficos. Cronológicos, funcionales o similares. Cuando el organismo productor posee una estructura jerárquica compleja, Catia sub-grupo puede tener tantos sub-grupos subordinados corno sean necesarios, para reflejar los niveles de la estructura orgánica hasta la unidad administrativa subordinada más pequeña.5 Serie. (Series,). Documentos organizados de acuerdo al procedimiento administrativo o conservados como una unidad porque son el resultado de la misma gestión o procedimiento, o la misma actividad, tienen una misma topología, o debido a cualquier otra relación derivada de su creación recepción o utilización.6 Topología (Form). El tipo de documento que puede existir en una unidad de descripción, p. ej., cartas, libros de actas.7 Titulo (Tide). Una palabra, frase. Carácter o conjunto de caracteres con los que se define a unidad de descripción. Título formal (Formal tide). Un titulo que aparece de manera destacada en la documentación que está siendo descrita. Titulo atribuido (Supplied Thie). Un titulo proporcionado por el archivero a una unidad de descripción que carece de un titulo formal Unidad de descripción (Unit of Description). Un documento o conjunto de documentos, en cualquier soporte, tratado como una entidad, y que constituye, por tanto, la base de una sola descripción. Unidad documental (Item). La más pequeña unidad de archivo, indivisible intelectualmente. Ej.: Una carta, memorandum, informe, fotografía, registro sonoro.8 Valoración y elección (Appraisal).- El proceso por el que se, determina el valor archivístico de un conjunto de documentos 5 Nota del traductor La Sección de Fondo o Sección Documental se utiliza en la archivística española, dentro de la fase de clasificación., Aunque se encuentra sujeto a discusión Dentro de la clasificación se admiten los criterios orgánicos. Funcionales. orgánico-funcionales y en algunos casos sé ha discutido el criterio geográfico. Es rechazado. taxativamente, el cronológico que se engloba en la fase de ordenación y por supuesto el término “similares" El concepto orgánico-funcional es el preferido frente al que utiliza la mera representación de la estructura administrativa, pues en la Administración Española las oficias se diversifican tan rápidamente que aparecen y desaparecen o cambian su jerarquía y dependencia administrativa. 6 Nota del traductor. En el Diccionario de Terminología Archivística se define la serie como "conjunto de documentos producidos por las personas físicas o jurídicas en el desarrollo de una misma actividad y regulado por la misma norma jurídica y/o de procedimiento”. V. Diccionario de Terminología Archivística. Madrid : Ministerio de Cultura, Dirección General de Bellas Artes y Archivos, Dirección de los Archivos Estatales 1993 (Normas Técnicas de la Dirección de Archivos Estatales, 1). p. 49. 7 Nota del traductor En la archivística española se considera que la tipología o tipo documental es de carácter jurídico y se define como la unidad documental generada, retenida y conservada por un sujeto productor en el ejercicio o desarrollo de una competencia o actividad concreta, regulada por una norma jurídica y con unos mismos caracteres internos específicos que determinan su contenido. Los caracteres externos, es decir el soporte y formato pueden ser Homogéneos o no dependiendo de los medios técnicos existentes. 8 Nota del traductor Item es un concepto inexistente en la archivística española silo entendemos como la unidad más pequeña de un archivo, indivisible intelectualmente y que forma parte del file. En España el elemento indivisible es denominado unidad documental, y esta puede ser simple cuando está constituida por un solo documento o compuesta cuando la constituyen varios, formando un expediente. 184 1. DESCRIPCION EN VALUOS NIVELES RELACIONADOS 1.1 INTRODUCCION Si el fondo se esta describiendo coma un todo. Debería representarse en una sola descripción. Utilizado Los elementos que se muestran, más adelante, en la sección tercera de este documento. Si se requiere la descripción de las partes del fondo. Éstas se pueden descubrir también, por separado y utilizando los elementos apropiados de la sección tercera. La suma total de todas las descripciones así obtenidas, relacionadas jerárquicamente representa el fondo y aquellas partes que fueron descritas Para los propósitos de estas reglas esta técnica de descripción se denomina descripción en varios niveles. Cuando reglas fundamentales son de aplicación cuando se establece una descripción en varios niveles. Se exponen en Las reglas 2.1 a 2.4. 2. REGLAS PARA LA DESCRIPCION EN VARIOS NIVELES 2.1 DFSCFJPC1ON DE LO GENERAL A LO ESPECÍFICO Objetivo: Representar el contexto y la estructura jerárquica del fondo y de sus partes Regla. En el primer nivel la descripción debe dar información del fondo como un todo. En los siguientes niveles se debe dar información de las panes descritas Las descripciones resultantes se mostrarán en una relación jerárquica desde la parte al todo, yendo desde el nivel más amplio (fonda) al más especifico 22 INFORMACION PERTINENTE SEGUN EL NIVEL DE DESCRIPCION Objetivo: Representar de forma precisa el contexto y contenido de la unidad de descripción. -Regla Proporcionar solamente, la información que sea adecuada al nivel que se esta describiendo Por ejemplo, si la unidad de descripción es un fondo, no se proporcionará información detallada d contenido de un expediente, ni sobre la historia administrativa de todo un organismo si el productor de la unidad de descripción es una división del mismo. 2.3 INTERCONEXION DE LAS DESCRIPCIONES Objetivo: Dejar clara la posición que ocupa en la estructura jerárquica la unidad de descripción. Regla Relacionar cada descripción con la unidad de descripción inmediatamente superior y, en su caso, identificar el nivel de descripción (véase 3.1.4). 2.4 NO REPETICION DE LA INFORMACION Objetivo: Evitar la redundancia de la información en las descripciones archivísticas relacionadas jerárquicamente. Regla: incluir en el nivel superior que sea mas adecuado, hi información común a total Las partes que lo componen. No repetir en el nivel inferior de descripción la información que se haya dado en un nivel superior 185 3. ELEMENTOS DE DESCRIPCION 3.1 AREA DE IDENTIFICACION 3.1.1 Código(s) de referencia Objetivo: Identificar el archivo Y proporcionar un nexo de unión entre los documentos y La descripción que los representa Regla: Incluir el código del país de acuerdo con la ultima versión de la norma ISO 3166 Códigos para la representación de los nombres de los poises, seguido por el código del archivo, de acuerdo con el código normalizado de archivos del país, seguido del código especifico del archivo local, la signatura, u otro identificador único. Ejemplos: CANACANC-C2358 US LC 72- 064568 MY P!AMM Z4 MY MS ANM P/PESU.RC.O 410/1915 FR AD 53/234 J 3.1.2 Titulo Objetivo: Dar nombre a la unidad de descripción. Regla: Cuando la unidad de descripción tenga un titulo formal, éste debe transcribirse textualmente, palabra par palabra, con su orden y ortografía original; pero no necesariamente ni la puntuación ni las mayúsculas. Ejemplos: Partes de incidencias en Peace River 1832 . Protesta clamorosa y Revista de Policía 1828-1842 3.1.3 Fechas (le creación de la unidad de descripción Objetivo: Identificar y recoger las fechas de creación de la documentación de la unidad de descripción9 Reglas: Se datara cuando se ha producido la documentación que compone la unidad de descripción tanto en el caso de una única fecha como en el de un periodo cronológico. Se deberán incluir las fechas de creación si es un periodo cronológico, excepto si la unidad de descripción es un fondo abierto (o parte de el) a nuevas transferencias. Ejemplos: 9 Nota del traductor: Véase punto 3.2.3. 186 1900-1919 (La Comisión Legislativa Conjunta del Estado de Nueva York para la investigación de actividades sediciosas operó y genera documentación desde 1917 a 1919. Sin embargo, las fechas reales de la totalidad de los documentos de las series abarcan desde 1900 a 1919, reflejando la inclusión de documentos originales recogidos como evidencia en las investigaciones de la Comisión,) (Comparar con 3.2.3) 23 Marzo 1927 circa 1930 1858 Antes de 1850 1907-1949 190721.2.1915 - 21.12.1915 Opcionalmente, incluir también (a) las fechas predominantes o las lagunas Luis significativas. No incluir nunca las fechas predominantes sin las fechas extremas. Ejemplos: 1703-1908 (predomina 1780-1835) 1923-1945 (b) (falta de 1933 a 1935) la(s) fecha(s) de los documentos que custodia el archivo. Ejemplos: 1703-1908. En el archivo: 1703-1868 (principalmente 1708- 1835) 1907En el archivo: 1907-1958 (principalmente 1930- ) (principalmente 1930-1958) 3.1.4 Nivel de Descripción Objetivo: Identificar el nivel de descripción. Regla: Indicar el nivel de esa unidad de descripción. Ejemplos: Fondo Serie 187 Subserie Expediente Unidad documental10 3.1.5 Volumen de la unidad de descripción (cantidad, volumen. tamaño) Objetivo: identificar y reseñar a) el volumen físico y b) el soporte de la unidad de descripción Reglas: Reseñar el volumen de la unidad de descripción dando el número de unidades físicas en cifras arábigas y la denominación especifica más apropiada del tipo de soportes que existen en la unidad de descripción. Ejemplos: 2 rollos de película 128 fotografías 19 carpetas 25 volúmenes 20 cartas 20 m (548 legajos) 0 bien se pueden dar los metros lineales de estantería o los metros cúbicos de la unidad de descripción. Ejemplo: 300 cajas (30m) Si el tamaño de la unidad de descripción se da en términos lineales y se desea ofrecer información adicional esta se añadirá entre paréntesis. Ejemplo: 4 m (ca. 10200 unidades de instalación) Cuando la unidad de descripción es un fondo abierto (o parte de el) a nuevas transferencias, de forma opcional se puede hacer constar la dimensión conocida en una fecha determinada y/o la de la parte que se tiene en custodia. Ejemplo: 128 fotografías (a 6 de febrero de 1990). En custodia: 58 fotografías 10 Nota del traductor: Subserie es un término que dentro de la archivística española se introdujo ser influencia de francesa aunque. actualmente es rechazado por La mayoría de los profesionales. cuanto a unidad documental véase la del traductor no. 6. 188 3.2 AREA DE CONTEXTO (También cabe la posibilidad de organizar parte de la información de es la área concretamente el nombre del productor y la historia institucional a biográfica- en ficheros de encabezamientos autorizados independientes pero relacionados) 3.2.1 Nombre del productor Objetivo: Identificar el productor productores) de la unidad de descripción. Regla: Nombre del organismo (u organismos) o del individuo (a individuos) responsables de la producción de la unidad de descripción a condición de que esta información no aparezca en el titulo 3.2.2 Historia institucional biográfica Objetivo: Proporcionar una reseña histórica o datos biográficos sobre el productor (a productores) de la unidad de descripción para situar los documentos en su contexto y hacer que sean mejor comprendidos. Regla: Recoger concisamente cualquier información significativa sobre el origen, transformación, desarrollo y funcionamiento del organismo u organizarnos o sobre la vida y actividad del individuo o individuos que han producido la unidad de descripción. Si se incluye información adicional., procedente de una fuente publicada, ésta debe citarse. En el caso de personas o familias se recopilará información tal como nombre completo, apellidos y títulos fechas de nacimiento y muerte, lugar de nacimiento sucesivas residencias actividades, ocupaciones o cargos públicos nombres originales seudónimos y hallas, realizaciones significativas, y lugar de fallecimiento. Ejemplo: Louis Hémon the un escritor francés nacido en Brest, Francia en 1880 Murió en Canadá en Chapleau (Ontario) en 1913. Estudió leyes en la Sorbona de París Paso ocho años en Inglaterra antes de emigrar a Canadá en 1911, vivió en Montreal una granja en Peribonka (Lago Saint-Jean). Durante su corta carrera escribió varios libros y artículos Hemon es famoso por “Maria Chapdelaune: Recit du Canadá francais publicado por primera vez en 1916. Si se trata de organismos, incluir información tal como el nombre oficial, fechas de existencia, legislación que lo regula, funciones, objetivos y desarrollo del organismo, si jerarquía administrativa y sus sucesivas denominaciones. Ejemplos: El Freedmen´s Bureau the creado dentro del Departamento de guerra el 3 de marzo de 1865, para supervisar todas las actividades de refugiados y liberados y para asumir custodia de todas las tierras y propiedades confiscadas a abandonadas. Abolido el 10 de junio de 1872, se traspasaron las funciones que le quedaban a Freedmen´s Branch en la Oficina del Asistente General y desde 1879 a la Colored Division: de la Oficina del Asistente General La Kungston Steam Trawling Company fue creada en 1981 La Ikttver Bros adquirió ca 19 ? la mayoría de sus acciones y fue absorbida por Associated Fisheries cuando la 189 Hellyer Bros se fusionó con esta Compañía en 1961. Cesó sus actividades comerciales en 1965 siendo disuelta en 1972. La Sociedad Pizarrera del Aiyou fue constituida el 16 de julio de 1894 por cuatro accionistas con el fin de obtener la explotación de varias canteras en Mame-et-Loire (Trelazé y Noyant-la-Gravoyére) v en Mayenne. La adquisición de las pizarrerías de Renazé duró cuatro años: propietaria de la cantera de Ensuzieres y accionista mayoritario de la Sociedad de Laubimiere (1894); propietaria de las pizarreras de la Touche y de Fresne (1895); propietaria de Laubimiere (1897). A causa de La competencia española, desde 1960, la Sociedad Pizarrera del Anjou cerró su última explotación en Renazé el 31 de diciembre 1975. 3.2.3 Fechas extremas que el productor ha generado los documentos de la unidad de descripción Objetivo: Proporcionar la(s) fecha(s) en que se ha generado la unidad de descripción (ejemplo: serie, expediente) par su productor. Regla: Dar la(s) fecha(s) extremas de la documentación generada en la unidad de descripción por el productor como una fecha única o coma período cronológico. La fecha c fechas recogidas aquí se refieren a acciones registradas en los documentos por el productor y no pueden ser anteriores a la •fecha de la creación del organismo o a la fecha de nacimiento del individuo productor. Estas fechas pueden ser distintas de las fechas indicadas en 3.1.3 Fechas de creación de los documentos de la unidad de descripción en aquellos cases en que la unidad de descripción sea el resultado de una actividad que incluya la adquisición de documentos generados antes de su archivo por el productor, tal como documentos generados par otras procedencias durante una investigación o acción legal. Ejemplos: 1917-1919 (La Comisión Legislativa Conjunta del Estado de Nueva York para la investigación de actividades sediciosas operó y generó documentación desde 1917 a 1919. Sin embargo, las fechas reales de la totalidad de los documentos de las series abarcan desde 1900 a 1919, reflejando la inclusión de documentos originales escogidos como evidencia en investigaciones de la Comisión) 21.2. 1915- 21.12. 1915 3.2.4 historia de la custodia de los documentos Objetivo: Proporcionar información sobré los cambios de propiedad y custodia de la unidad de descripción que sean significativos para determinar su autenticidad, integridad e interpretación Regla: Reseñar las sucesivas transferencias de propiedad y custodia de la unidad de descripción junto con las fechas de las mismas, en tanto en cuanto puedan determinarse. Si la historia de la custodia es desconocida debe reseñarse este hecho. Cuando la unidad de descripción se recibe directamente de su productor, no se debe incluir una historia de la custodia sino que esa información se recogerá., preferiblemente, en el elemento Forma de Ingreso (véase 3.2.5). 190 Ejemplos: El archivo de la Ocean Falls Corporation permaneció bajo la custodia de la Pacific Mills Lid, y las compañías que le sucedieron hasta que en 1973 el aserradero y sus anejos cayeron bajo el dominio del Gobierno Provincial de la British Colombia. En 1976 el archivo fue transferido a la Biblioteca Pública de Ocean Falls la cual inicio la reorganización del archivo. En su origen coleccionada por George Madison y organizada por su sobrino John Ferris tras la muerte de Madison Comprada por Henry Kapper en 1878 el cual amplió la colección con documentos comprados en subastas de Philadelphia y Paris. 1878-1893. Documentos heredados por el Houghton Urban Districi Council en 1973 y más tarde depositados en el Durham record Office. Transferidos el 2, de julio de 1976 Tyne and Wear Archives Service. El fondo de la explotación de Renaze incluye, probablemente desde los años 18571859, dos fondos de empresas absorbidas: el de la Sociedad Pizarrera de Laubimiere y el de la Pizarrera de la Touche, empresa Bourdais el Cie: 3.2.5 Forma de ingreso Objetivo: Recoger las circunstancias relativas a la forma de ingreso. Regla: Recoger el donante o procedencia de donde se recibió la unidad de descripción y fecha y/o método de ingreso si parte o toda esta información no es confidencial Si la procedencia a donante es desconocida recoger esta información. Opcionalmente, añadir números o códigos de acceso. Ejemplos: Transferido por el Departamento de Geografía, 16 de junio de 1977. Donado por las hermanas de Peter Neve Cotton, Sr-a. Mary Small de Sahspring Island y Sra. Patricia Jarvis de Bellevue, Washington, Marzo 1983; Comprado en subasta de la Casa Sotheby 29 de marzo de 1977. Los libros ordinarios fueron transferidos por la Oficina de Pensiones en 1909; los libros de cartas fueron transferidos par el Departamento de Estado en 1915. Recibidos de Eurox Ab Malmo fecha de ingreso: 27-octubre-1878 Transferido de la Secretaría de Sciangor, Edificio Sultan Abdul Sannad, Kuala Lampur, 1967. Donación de la Sociedad Pizarrera del Anjou (explotación de Renace) al Archivo Departamental de la Mayerme, 1969. 3.3 AREA DE CONTENIDO Y ESTRUCTURA 191 3.3.1 Resumen/nota de alcance v contenido Objetivo: Identificar el contenido y tipología de la unidad de descripción para permitir a los usuarios juzgar su interés potencial Regla: Dar un breve resumen del contenido (incluyendo período cronológico) de la unidad de descripción. Incluir información sobre la tipología adecuándola al nivel de descripción. No repetir aquí información proporcionada ya en otros apartados de la descripción. Ejemplos: Expedientes de política general y registros del Ministerio de Sanidad y del Ministerio de la Vivienda v del Gobierno Local relativos a la extinción de cargos de Rentas sobre Censos. Los expedientes contienen información sobre concesiones a las autoridades locales, contribuciones y contribuciones renegociadas y evidencias enviadas, a la Real Comisión sobre Rentas cargadas sobre Censos, en 1934. Los registros contienen información de pagos de concesiones a varias autoridades desde I938 a 1955 baja la Ley de Censos de 1936. Expediente de la oficina del alto comisario relativo a embarque de caucho para haría y Francia. El expediente contiene correspondencia, sobre exportaciones de caucho, entre el Secretario de la F.M.S. y el Secretario de la Oficina del Alto Comisario para los Estados Malayos, incluye el nombre del navío, nacionalidad, fecha de embarque, descripción de la mercancía, cantidad, destino, exportador consignatario. Este fondo, único en Mayenne, es susceptible de interesar, al mismo tiempo, tanto a la historia social como a la económica e industrial del Departamento. Contiene documentos muy diversos: contabilidad, correspondencia, pianos, documentos relativos a huelgas, a la seguridad en las minas, agrupamientos económicos de compras, sociedad de socorros, etc. A manera de ejemplo, la larga serie compuesta por los informes semanales del ingeniero relativos a la marcha de la empresa (1910-1930), constituyen una fuente excepcional puesto que se trata de un verdadero "diario de navegación” de la explotación. 3.3.2 Valoración, Selección y Eliminación Objetivo: Proporcionar información sobre cualquier acción de valoración, selección y eliminación efectuada. Reglas: Indicar cualquier acción de valoración efectuada en la unidad de descripción si tal acción afecta a la interpretación de los documentos. Cuando sea conveniente, indicar la autoridad que efectuó la acción Ejemplos: Se han conservado los expedientes del año décimo. Todos los expedientes se custodian permanentemente ateniéndose a la normativa del Archivo Nacional de Malasia: conservación permanente de los documentos fechados 192 antes del 31-12-1946. Se han llevado a cabo unas eliminaciones mínimas en el curso de la clasificación de este fondo: solo los borradores sin forma e ilegibles, los formularios en blanco a ejemplares duplicados han sido objeto de eliminación. Globalmente estas eliminaciones no han sido superiores a un legajo. 3.3.3 Nuevos ingresos Objetivo: Informar al usuario de los posibles cambios en el volumen de la unidad de descripción. Regla: Indicar si se esperan nuevos ingresos, transferencias adicionales a depósitos; se dará, cuando sea conveniente, una estimación de su cantidad y frecuencia. Ejemplos: Se esperan nuevos ingresos. Los documentos de Office of the Ceremonials assistant son transferidos al Archivo cinco años después del año académico al cual se refieren los documentos. Las transferencia se efectúan anualmente, el primero de agosto, y suponen unos 40 cm. De documentación, por término medio. 3.3.4 Organización Objetivo: Proporcionar información sobre la organización de la unidad de descripción. Regla: Dar información sobre la organización de la unidad de descripción Especificar las principales características de la estructura interna, el orden de los documentos y, si fuera conveniente, la formas como han sido tratados por el archivero. Ejemplos: Expedientes ordenados alfabéticamente por su título, dependientes del expediente 163 una subserie de 17 expedientes numerada 163/1-17, que tratan sobre la compra de Seaford Dock. Los documentos se mantienen de acuerdo a su procedencia original, el resultado directo de la actividad organizadora de la institución productora: La Oficina del Alto Comisario. Cronológico. Numeración correlativa de los documentos contenidos en el expediente. El plan de clasificación adoptado es el siguiente: Administración, Contabilidad y Finanzas, Personal, Funcionamiento, Material de Explotación y Herramientas, Propiedades inmobiliarias, Empresas absorbidas. 3.4 ÁREA DE CONDICIONES DE ACCESO Y UTILIZACIÓN 3.4.1 Situación jurídica Objetivo: Proporcionar información sobre la situación legal de la unidad de descripción Regla: Recoger información sobre la situación legal de la unidad de descripción. 193 Ejemplos: Documentos Públicos transferidos ateniéndose a la sección 4 (1) de la Ley de Archivos Públicos de 1958. Transferidos ateniéndose a la Ley 44/1966, del Archivo Nacional Documentos de carácter público debido a su donación al Estado .2 Condiciones de acceso Objetivo: Identificar cualquier condición que restrinja o afecte al acceso a la unidad de descripción. Regla: Informar sobre las condiciones que restrinjan o afecten la accesibilidad de la unidad de descripción. Se indicará el alcance del periodo de restricción de la consulta y la fecha en que los documentos estarán disponibles Ejemplos: Sólo se permite el acceso a la documentación con un permiso escrito del director de la empresa. . Correspondencia familiar sólo consultable a partir del año 2010. El acceso a todos los documentos está regulado por la Ley de Acceso a la información e Intimidad Inaccesible hasta su microfilmación Accesible a todos los investigadores registrados. La mayoría d: los documentos contenidos en este fondo son de libre consulta. Excepto la información de algunos expedientes relativos al personal y sujetos a las condiciones o plazos especiales de consulta. 3.4.3 Derechos de autor / normas sobre reproducción Objetivo: Identificar cualquier estricción sobre la utilización o reproducción de la unidad de descripción. Regla: Informar sobre las normas que regulan la utilización a reproducción de la unidad de descripción después de haber obtenido el acceso a ella. Si las condiciones sobre uso reproducción o publicación se desconocen o si no existiesen no es necesaria ninguna mención. Ejemplos: Derechos pertenecientes a la CJIYZ-TV No existe posibilidad de reproducción sin permiso del presidente de la Compañía. Las fotografías solo pueden reproducirse con fines culturales. La utilización de fotografías en publicaciones no puede realizarse sin permiso de Kenneth McAllister. 194 Ley de derechos de reproducción de Malasia de 1987: Documentos de dominio público, reproducción con permiso del Archive Nacional de Malasia. 3.4.4 Lengua de los documentos Objetivo: Identificar la(s) lengua(s) los de escritura y símbolos empleados en la unidad de descripción. Regla: Reseñar la lengua predominante de los documentos que componen la unidad de descripción. Dar cuenta de los distintos alfabetos, escrituras, símbolos o abreviaturas empleados. Ejemplos: En portugués Texto principal en latín; interpolaciones en francés normando. En inglés. Francés 3.4.5 Características físicas Objetivo: Proporcionar información sobre cualquier característica física importante que afecte a la utilización de la unidad de descripción. Regla: Indicar cualquier detalle físico importante y/o la condición física permanente de la documentación que límite la utilización de la unidad de descripción. Ejemplos: Imágenes desvaídas. Legible sólo con luz ultravioleta 3.4.6 Instrumentos de Descripción Objetivo: Identificar cualquier instrumento de descripción relacionado con la unidad de descripción Regla: Informar sobre cualquier instrumento de descripción que pueda tener tanto el archivo coma el productor de los documentos y que proporcione información relativa al contenido de la unidad de descripción. Si era pertinente incluir información, sobre donde obtener una copia. Ejemplos: Registro topográfico. Instrumento de descripción detallado disponible. Control a nivel de expediente Instrumento de descripción Records of Parks Canada (RG84) / Gabrielle Blais.- General Inventory Series / División de los Archivos Federales).- Ottawa: Public Archives of Canadá, 1985. 195 Índice geográfico Índice de correspondencia hasta 1880. Relaciones descriptivas, Documentos de la Oficina del Alto Comisario Repertorio numérico del fondo 234 J. Sociéth ardoisiêre de l’Anjau. Explotation de Renath / Isabelle Las.- (Arhives du pays bleu/Archives départementales de la Mayenne).Laval Archives Departementales de la Mayenne, 1922, incluye glosario de términos técnicos de la industria pizarrera. 3.5AREA DE DOCUMENTACION ASOCIADA 33.1 Localización de los documentos originales Objetivo: Si la unidad de descripción es una reproducción se identificará el archivo, organismo o individuo que conserva los originales. Regla: Si la unidad de descripción es una reproducción y otro archivo, organismo o individuo conserva los originales, reseñar su nombre de la información no es confidencial. Se darán también signaturas y cualquier otra información que pueda ayudar a localizar los documentos originales. Si se tiene conocimiento de que los originales no existen, se dará esta información. Ejemplos: Original en el Archivo Nacional de Canadá C2358. Originales destruidos tras su microfilmación en 1981. Originales en poder de la Sociedad de Amigos de Newcastle-upon-Tyne (acceso con permiso del Secretario). Originales en la Sede Central Archivo Nacional de Malasia. 3.5.2 Existencia de copias Objetivo: Indicar la existencia y disponibilidad de copias de la unidad de descripción. Regla: Si la unidad de descripción está disponible en otro soporte (va sea en la institución o en cualquier otro lugar), reseñarlo junto con cualquier signatura significativa y el lugar donde puede ser consultado. Ejemplos: Diarios y correspondencia también disponibles en microfilm Películas también disponibles en video. 3.5.3 Unidades de descripción relacionadas en el archivo Objetivo: Identificar unidades de descripción relacionadas dentro del propio archivo. Regla: Si la unidad de descripción está formada por documentos que tienen una relación directa y significativa con otra unidad de descripción. se debe indicar esta relación Se utilizarán unos términos 196 introductorias adecuados. Si la unidad de descripción relacionada es un instrumento de descripción usar el elemento de descripción Limado instrumentos de Descripción para hacer la refrenda (3.4 .6). Ejemplos: Incluye numerosos relatos medievales dispersos similares a los documentos en E101 y SC6. Para más documentos relatives a la Queen's Jointure ver LR5. Series relacionadas: Comunicaciones internas de la Oficina del Director General Expedientes relativos a comercio, exportaciones de caucho, etc. Por Ej.: Exportación de caucho S de S 116/15; exportaría de caucho a Italia y Francia - H.C.O 288/15; APÉNDICE Al El diagramas muestra algunas situaciones corrientes, pero no incluye todas las combinaciones de niveles posibles. A2 Puede existir número indefinido de niveles intermedios entre los que muestra el diagrama Diagrama de niveles de organización de un fondo. FONDO SECCIÓN DE FONDO SECCIÓN DE FONDO SUBDIRECCIÓN SERIE Unidad documental compuesta Unidad documental simple SERIE Unidad documental compuesta 197 SERIE Unidad documental compuesta Unidad Documental simple