Morfometría de cuencas ubicadas en el piedemonte mendocino de
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Morfometría de cuencas ubicadas en el piedemonte mendocino de
Morfometría de cuencas ubicadas en el piedemonte mendocino de la Precordillera Emilce L. B. Vaccarino Pasquali (1), Florencia R. Manduca (1), Federico S. Bizzoto (1), Alberto I. J. Vich (2) (1) Instituto de Estudios del Ambiente y Recursos Naturales, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo, Centro Universitario, Parque General San Martín, 5500 Mendoza, Argentina. (2) Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA-CONICET), Av. Adrián Ruiz Leal s/n, Parque General San Martín, 5500 Mendoza, Argentina. E-mail: [email protected] / [email protected] RESUMEN: En el presente trabajo se han determinado los parámetros morfométricos relacionados con la geometría, relieve y red de drenaje, para así analizar, comparar y establecer las características propias de las cuencas de San Isidro, Papagayos, Frías, Maure y cuencas menores del piedemonte árido precordillerano, ubicado al oeste de la ciudad de Mendoza. A tal efecto, se utilizaron cartas topográficas de la Dirección Provincial de Catastro (restitución aerofotogramétrica) a escala 1:5.000; se delimitaron cuencas, luego se digitalizaron cauces y curvas de nivel y posteriormente se determinaron de las dimensiones de las cuencas y fajas hipsométricas, obteniendo así la información básica para el cálculo de los índices de forma, curva hipsométrica, altura y pendiente media, parámetros de la red y leyes de Horton. El presente trabajo permitirá establecer relaciones hidrológicas e identificación de áreas críticas de manejo. Todo este proceso fue realizado en base a un sistema de información geográfica (SIG) con el soporte técnico de un software libre, GvSIG, programa de origen valenciano desarrollado a través de la Consellería de Infraestructuras y Transporte. INTRODUCCIÓN Las cuencas ubicadas al oeste del Gran Mendoza proveen una serie de bienes y servicios ecológicos, entre los que se destaca el de regular los flujos de agua superficiales de sus cuencas. En Mendoza, la cercanía del asentamiento urbano, constituido por más de 1.000.000 habitantes, somete a este ambiente a un proceso de deterioro acelerado, por diferentes acciones o usos. Esto ha determinado una visible presión antrópica sobre el medio natural, que se manifiesta de diversas formas, como: basurales a cielo abierto de límites poco precisos; extracción de áridos (ripio y tierra); asentamientos humanos no planificados; tala excesiva de leñosas; pastoreo indiscriminado; incendios intencionales; y otras actividades pseudo-recreativas. La falta de conocimiento de las relaciones hidro-ambientales y la gran demanda de suelo para urbanización, han provocado el aprovechamiento de nuevas tierras marginales, acelerando notablemente el proceso de degradación descrito. En el presente trabajo se han determinado los parámetros morfométricos relacionados con la geometría, relieve y red de drenaje, para así analizar, comparar y establecer las características propias de las cuencas de San Isidro, Papagayos, Frías, Maure y otras cuencas menores del piedemonte árido precordillerano, ubicado al oeste de la ciudad de Mendoza. CARACTERISTICAS DEL AREA DE ESTUDIOS Ubicación El territorio donde se desarrollan las cuencas se extiende desde el Cordón de la Peñas y el Cordón de los Manantiales, al norte, hasta alcanzar el río Mendoza al sur. Al oeste, limita con la divisoria de aguas de la Precordillera (Sierras de Uspallata), y al este con la zona urbanizada del Gran Mendoza y cultivos de la llanura oriental. El área total de esta zona es de aproximadamente 800 km2 y está compuesta de una serie de cuencas cuyos cauces principales escurren en dirección oeste-este. Se encuentra entre los paralelos 32° 55' y 32° 58' S y los meridianos 68° 53' y 69° 05' W. Está constituido por el faldeo oriental de la Precordillera, el piedemonte y la Cerrillada de Mogotes. El piedemonte es el área que conecta topográficamente la zona montañosa con la planicie; las alturas varían entre 1300 y 1600 m y al llegar a la zona urbanizada se encuentra en los 800 m. Por otra parte, la Cerrillada de Mogotes divide al piedemonte en dos sectores bien diferenciados: la vertiente oriental se presenta como un plano inclinado cubierto de detritos, conos aluviales y derrubios de faldeos que se interceptan con el área urbanizada (Vich y Pedrani, 1993). Se trata de una serranía de reducida altura, 1.200 m en promedio, separa las cuencas aluvionales de carácter torrencial del área periurbana y urbana. Normalmente, el cauce principal, culmina en una obra de control y los excedentes son conducidos por medio de zanjones (naturales y artificiales) a través de la zona urbanizada hasta su colector principal, el canal matriz Cacique Guaymallén. Las cuencas que integran el área aluvional, aguas arriba de las obras de protección (ver Figura 1), de norte a sur, son: Cuenca San Isidro (SIS). La más extensa de las cuencas aluvionales: 145,7 km2. Sus cauces principales, ríos San Isidro y Casa de Piedra, desembocan en el dique del mismo nombre. Su relieve es muy abrupto y su altura máxima se encuentra en el cerro Chimenea (3.100 m, aproximadamente); la mínima se halla alrededor de los 1.100 m. Cuenca Papagayos (PAP). El cauce principal termina en el vaso del dique de nombre homónimo, formado por la confluencia de los torrentes La Obligación y Cajón de Minas. Al llegar al área urbana cambia su denominación por Los Ciruelos, hasta su culminación en el Cacique Guaymallén. Posee una superficie de 56,8 km2. Sus cotas extremas son: máxima, cerro Pajarito (2.795 m); la mínima se encuentra en el orden de 980 m. Cuenca Frías (FRI). El curso principal desemboca en el dique Frías, de allí se prolonga por el interior de la ciudad de Mendoza y desemboca en el Cacique Guaymallén. Posee una extensión de 24,5 km2, su altura máxima es el cerro Bayo (1.527 m) y la mínima se encuentra en el orden de los 930 m. Cuenca Maure (MAU). El curso principal desemboca en el dique del mismo nombre, donde se inicia el zanjón Maure, atraviesa la ciudad de Godoy Cruz y desemboca en el canal Cacique Guaymallén. La superficie de la cuenca es de 56,0 km2 y sus alturas se desarrollan entre 1.900 y 950 msnm. Las dos últimas cuencas revisten una mayor importancia socioeconómica debido a que son las que afectan zonas de alta densidad poblacional y gran concentración comercial e industrial. Cuenca Cerro Petaca (PET). Posee una extensión de 22,9 km2 y no presenta un cauce principal definido; los excedentes hídricos se concentran en el colector Tejo. La máxima altura se encuentra en la Cerrillada Pedemontana, en el cerro Puntudo (1.477 m); la mínima es del orden de 1.000 m. Cuenca El Peral (EPE). Desagua en el colector Sosa y su cuenca presenta una extensión de 17,2 km2 y altura extremas entre 2.600 y 900 m. Figura 1.- Mapa cuencas hidrográficas Bosquejo geológico regional El piedemonte mendocino se encuentra dentro del sector norte del dominio morfoestructural denominado Cerrilladas Pedemontanas (Polanski, 1963) Este dominio se ubica al oriente de la Precordillera, constituido por cerros de alturas inferiores a los 2.000 m, separados por depresiones. Hacia el este, estos cerros pierden altitud, hasta alcanzar elevaciones cercanas a los 1.000 m al oeste de la ciudad de Mendoza (Moreiras, 2010). La unidad geológica más antigua aflorante en el sector corresponde a la Formación Mariño integrada por niveles de areniscas y conglomerados fluviales de edad Miocena. Por encima, se disponen las sedimentitas de la Formación Mogotes, cuya edad es acotada entre 1 y 3 millones de años correspondiente a una sucesión conglomerádica con intercalaciones de arcillas limosas, areniscas y escasos niveles tobáceos generalmente plegados. Sobreyace la Formación Los Mesones (Polanski, 1963), que abarca a sedimentos clásticos gruesos depositados en bajadas pedemontanas, cuya acumulación se produjo durante el Pleistoceno Temprano, entre 0,7 y 2 millones de años (INPRES, 1995) y la Formación Invernada (Polanski, 1963) de una edad Pleistocena media a tardía integrada por niveles aluviales. Los depósitos cuaternarios más modernos corresponden a fanglomerados aluviales con clastos provenientes exclusivamente de Precordillera. Estos sistemas aluviales han permanecido hasta el presente asociados a flujos de detritos. Las distintas formaciones aflorantes se muestran en la Figura 2 (Sepulveda, 2010). Figura 2.- Mapa geológico de la zona de estudio. La situación geográfica de la ciudad de Mendoza favorece su alta vulnerabilidad a procesos geológicos naturales cuyas características violentas y repentinas han desencadenado desastres naturales con grandes pérdidas económicas para la región. Si bien la historia documental de esta ciudad se acota en los mejores casos a los últimos 500 años, a partir de la conquista española, existen innumerables registros de diferentes fenómenos naturales que han castigado a Mendoza a lo largo de su historia. La localización de la antigua ciudad de Mendoza fundada en 1561 por Pedro del Castillo debió trasladarse hacia el oriente en su segunda fundación realizada por Juan Jufré, un año después, debido a los destrozos producidos por grandes inundaciones durante esa época. Los procesos naturales que mayormente han impactado a la ciudad de Mendoza corresponden a flujos de detritos provenientes del piedemonte mendocino conocidos como aluviones y sismos de magnitudes moderadas a altas, cuyos epicentros están asociados a fallas cuaternarias activas localizadas en dicho dominio. La intensa actividad sísmica de Mendoza está asociada a la existencia de una subducción subhorizontal de la placa de Nazca a los 32º de latitud sur (Ramos, 1996). Este sistema compresivo instalado a partir del Mioceno fue migrando su frente orogénico hacia el oriente desde el levantamiento de Cordillera Principal (8 a 12 millones de años) al posterior alzamiento de Precordillera (0,7 millones de años), generando una zona de estrés en el sector pedemontano donde los terrenos han sido elevados por movimientos tectónicos cuaternarios. Clima La climatología del piedemonte se elaboró en base a registros históricos de las estaciones Mendoza Aero (32.50° S y 68.47° W) y Observatorio Mendoza (32.53° S y 68.51° W). La precipitación, presenta máximos en los meses de verano. A esta zona sólo llega humedad suficiente para generar precipitaciones de envergadura, en forma de tormentas eléctricas aisladas, desde el Océano Atlántico en verano. Ocasionalmente, y en condiciones muy particulares, un sistema proveniente del Océano Pacifico puede producir lluvias importantes en invierno. En ésta época del año las mismas ocurren generalmente en forma de lloviznas y se generan por advección marítima del sudeste proveniente del Océano Atlántico. Las lluvias decrecen en dirección SO a NE, desde unos 400 mm anuales hasta 130 mm (Fernández, 2010). No se observa una tendencia definida en la evolución de la cantidad de precipitación a través de las tres últimas décadas del siglo XX y en relación al número medio de días con precipitación, ésta parece haber disminuido con el transcurso de las décadas (Norte y Simonelli, 2010). Si bien existen diversos tipos de clasificaciones climáticas, para este trabajo se decidió utilizar la clasificación climática universal de Wadimir Köeppen, desarrollada hace ya varios años pero aún vigente. Las dos estaciones meteorológicas consideradas: Mendoza Aero y Mendoza Observatorio poseen un tipo de clima BWakw, es decir de tipo seco (B), desértico (BW) con verano muy caluroso, temperatura media del mes más cálido mayor que 22 °C (a), con la temperatura media anual menor a 18 °C y la del mes más cálido superior a 18 °C (k), con un invierno seco tal que la precipitación del mes más seco en la estación fría es menor que un tercio de la precipitación del mes más húmedo del verano (w) (Norte y Simonelli, 2010). Vegetación Según el enfoque paisajístico, la vegetación del área se desarrolla sobre dos grandes unidades de paisaje: la Sierra de Uspallata y el Piedemonte, cada una con su propio conjunto de comunidades y asociaciones vegetales. En la Sierra de Uspallata las asociaciones de gramíneas del género Stipa, la vegetación saxícola de Hyalis argentea var. Argéntea y los matorrales riparios. En el Piedemonte se encuentran las comunidades de Larrea divaricata, el matorral de Larrea cuneifolia y de Zuccagnia punctata en solanas (exposición norte); los riparios de, Acacia furcatispina, la de manantiales con Cortaderia rudiuscula y la vegetación saxícola con Cercidium praecox. Desde un enfoque fitogeográfico, la vegetación pertenece a la Provincia Fitogeográfica del Monte, Distrito de los Piedemontes andinos con dos subdistritos: el de Larrea divaricata y Fabiana denudata y el de Larrea cuneifolia y Lycium tenuispinosum (Roig, 1989). La Comunidad de Larrea divaricata, se extiende por sobre los 1.200 m, en la parte superior, semiárida, del piedemonte, ascendiendo por las laderas de exposición sur de las quebradas hasta los 1.600 m, mientras que a menor altitud se comporta como vegetación riparia. Ocupa suelos sueltos, con abundante grava y cantos rodados. La Comunidad de Larrea cuneifolia, ocupa el nivel inferior, árido, del piedemonte, entre los 1.2001.100 y los 750 m, en suelos con matriz de textura fina, con una cobertura del 50 al 55%; a mayores altitudes se extiende por las laderas más cálidas de solana. La Comunidad de Artemisia mendozana se extiende por laderas de umbría entre 1100 y 1400 m, con una cobertura vegetal del 60 a 70%, y está estrechamente relacionada con la comunidad de L. divaricata. La Comunidad de Zuccagnia punctata, se presenta como un matorral semi-abierto, con cobertura media del 50 %. Alcanza su mejor expresión sobre depósitos cuaternarios o sobre donde se acumula material erosionado con mayor profundidad de suelo, entre 1.200 y 1.300 m. Existen otras comunidades más pequeñas que se presentan en ambientes rocosos y en los ríos temporarios. MÉTODOS Y MATERIALES Este estudio fue realizado en base a un sistema de información geográfica (SIG) con el soporte técnico de un software libre y gratuito, GvSIG desarrollado por la Generalitat Valenciana. La metodología aplicada para determinar los parámetros morfométricos se estableció mediante la base de cartas topográficas del de la Dirección Provincial de Catastro (restitución aerofotogramétrica, 1970), escala 1:5000 con equidistancia de 5 metros, se las georreferenció armando un mosaico de la zona de estudio. La cartografía existente no cubre toda el área de estudio, por lo que debió recurrirse a cartas topográficas del IGM a escala 1:50.000. Posteriormente se digitalizaron las curvas de nivel cada 25 metros generando una base de datos vectoriales altimétricos y longitudinales mediante la herramienta SEXTANTE toolbox. De la misma manera se obtuvo la red de drenaje, se delimitaron las cuencas por la divisoria de aguas tomando como puntos de cierre los diques de contención. Luego se calcularon las dimensiones de cada una de las cuencas, este procedimiento se obtiene automáticamente a partir de la digitalización y poligonización de las mismas en el SIG. Dentro de las cuencas se determinaron fajas hipsométricas, polígonos entre cotas, calculando las áreas y perímetros. Características morfométricas. Conceptos básicos En el estudio del régimen hídrico en una cuenca, es importante la evaluación de las características físicas y morfométricas (Gregory y Walling, 1973, 1979). Las características físicas de la cuenca hidrográfica influyen notablemente sobre la respuesta hidrológica de la misma; recíprocamente, el aspecto hidrológico de la cuenca contribuye considerablemente a la conformación de ellas. Las características físicas se relacionan con las componentes físicos-geográficas de la cuenca (localización, estructura geológica, cobertura vegetal y relieve) y con las características hidrometeorológicas (radiación solar, temperatura, evaporación, precipitación, etc.). Debido a la importancia se estudia en forma independiente del resto, ya que determinan el régimen hídrico de la cuenca y en especial, el de los valores extremos de escurrimiento; y las morfométricas, actúan únicamente como condicionantes (Vich, 1999). Las características morfométricas, son indicadores cuantitativos de los elementos de la cuenca que, de una manera u otra, influyen en la magnitud y variabilidad de los procesos hidrológicos. Constituyen una base cuantitativa para predecir la respuesta de la cuenca en función de algunos parámetros de obtener. Pueden agruparse en tres grandes categorías: Las que se refieren a la geometría de la cuenca, tales como: extensión, dimensiones e índices de forma; Las relacionadas con la distribución de altitudes y pendientes; Las vinculadas a la red de drenaje, entre los que se destacan: la longitud de sus cauces, jerarquía, su grado de inclinación, densidad espacial y otros indicadores que definen la red. La concentración del escurrimiento superficial durante una creciente, depende de la distribución del área de aporte, respecto de la distancia al punto de salida. Si los factores que rigen el fenómeno lluvia-caudal fueran similares, los escurrimientos generados en sectores próximos al exutorio descargan antes, que los producidos en las áreas más distantes. Muchos han sido los esfuerzos realizados por los hidrólogos para definir cuantitativamente un índice de forma, pero al presente, no existe unidad de criterios, en la adopción de uno u otro tipo de índice. Los más usados son: Indice de Compacidad KC (Gravelius, 1914), Relación de Circularidad C, definida por Miller (1953, cit. Strahler, 1968), Relación de Elongación E, Schumm (1956, cit. Gregory y Walling, 1973) y Factor de Forma Ffde Horton (1932, cit. Horton, 1945). Morisawa (1958, cit. Strahler, 1964), investigó la efectividad de la medida de la forma de la cuenca, expresada por medio de índices cuantitativos, para 25 cuencas de Appalachian Plateau (EE.UU.). Correlacionó el coeficiente de escorrentía con 5 indicadores de la forma. Encontró que únicamente la Relación de Elongación E y Relación de Circularidad C, mostraban correlaciones significativas, aunque con altos errores y concluye que otros factores son mas dominantes en la caracterización hidrológica de una cuenca, que la forma misma. El análisis del relieve (altitud y pendiente) en una cuenca hidrográfica, es un aspecto básico en los estudios hidrológicos, por su fuerte influencia en los fenómenos de escorrentía superficial, infiltración y erosión hídrica, ya que la configuración topográfica se encuentra estrechamente relacionada con los fenómenos que se manifiestan en su superficie. La dificultad en relacionar las características morfométricas físicas e hidrológicas se debe a un gran número de factores y limitada por la calidad y escala de los mapas (Gregory y Walling, 1973). Numerosos parámetros para describir el relieve de una cuenca hidrográfica han sido desarrollados. Algunos de los más útiles son: curva de distribución de áreas en función de la altura, denominada curva hipsométrica o curva área-elevación, altitud media Hm, pendiente media de la cuenca IC, Coeficiente Orográfico CO y Coeficiente de Masividad CM. La red de drenaje, es el resultado de la combinación de factores climáticos, edáficos, vegetacionales, geológicos y geomorfológicos. No solo responde a las condiciones del modelado actual, sino que también representa condiciones antiguas diferentes, sin descontar el efecto antrópico. El establecimiento de una jerarquía u ordenamiento de los distintos cauces que componen la red de escurrimiento, constituye el aspecto central en su análisis. En este estudio se empleo el sistema de Strahler (1952, cit Strahler, 1964), actualmente es el más utilizado, debido a su simplicidad y porque no introduce aspectos subjetivos. Una vez ordenada y jerarquizada la red se aplicaron las conocidas leyes de composición del drenaje: Ley de Número de Cursos y Ley de Longitud de Cursos. Las leyes expresan para una red determinada, que el número y longitud media de los cursos de órdenes sucesivos pueden ser representados por simples progresiones geométricas. También, se han determinado los parámetros de la red: densidad de drenaje Dd, que es un índice que cuantifica el grado de desarrollo de la red hidrográfica; la constante de mantenimiento del canal Ck, un indicador del área mínima necesaria para el desarrollo de una unidad de longitud de cauce, la extensión media del escurrimiento superficial EES, que se define como la distancia media que tendría que recorrer en línea recta, el escurrimiento superficial desde la divisoria de aguas hasta el cauce más próximo (tributario o colector principal); y la frecuencia de canales F, indicativo del grado de avenamiento de la cuenca ANALISIS DE RESULTADOS Los distintos parámetros geométricos (Au, extensión; Pu, perímetro; L, cuerda; y W, ancho medio) e índices de forma (KC compacidad, C, Circularidad; E, Relación de Elongación; y Ff, Factor de Forma), se muestran en la Tabla 1. El Índice de Compacidad KC se encuentra entre 1.35 y 2.07, lo que correspondería a una forma ovalo-oblonga a rectangular-oblonga. Para la Relación de Circularidad C, Miller (cit. Strahler, 1964) ha encontrado que para cuencas muy elongadas, localizadas en la cadena montañosas de Chinch Mountain, estado de Virginia (EE.UU.), valores de C entre 0.4 y 0.5, algo inferior a los valores hallados en piedemonte. En general, cuando el índice toma un valor más alejado 1.0, más se aleja de la forma de referencia que es el círculo. Es notable el grado de elongación de la cuenca El Peral (EPE), que se refleja en el valor de los índices. Por otra parte, la cuenca Petaca (PET) toma valores más altos, que no permiten diferenciar claramente la dominancia de una dimensión sobre la otra. Tabla 1.- Geometría de la cuenca e índices de forma Cuenca SIS PAP FRI MAU EPE PET Au 2 [km ] 145,7 56,8 24,5 56,0 17,2 22,9 Pu L W [km] [km] [km] 62,4 49,7 30,5 43,3 30,6 23,0 20,5 16,9 11,8 16,6 13,7 10,8 7,1 3,4 2,1 3,4 1,3 2,1 KC 1,45 1,85 1,73 1,62 2,07 1,35 C 0,47 0,29 0,33 0,38 0,23 0,54 E 0,66 0,50 0,47 0,51 0,34 0,50 Ff 0,35 0,20 0,18 0,20 0,09 0,20 En la Figura 3, se muestran las curvas hipsométricas adimensionales para cada una de las cuencas analizadas. Las distribuciones areales de las altitudes de las cuencas son muy similares para las cuencas Frías, Maure, El Peral y Petaca. En tanto, que las cuencas San Isidro y Papagayos poseen una distribución diferente a las anteriores. Las primeras se desarrollan en la vertiente oriental sur de la sierra de Uspallata donde es más baja, piedemonte y cerrilladas pedemontanas, mientras que el segundo grupo presenta un importe superficie en el sector norte de las sierras que es más alta y sobre el Cordón de Las Peñas, macizo de cerros con dirección oeste-este de alturas similares a la Precordillera (Figura 4). Curva hipsométrica (PAP) 100 100 80 80 Cota (%) Cota (%) Curva hipsométrica (SIS) 60 40 60 40 20 20 0 0 0 50 100 0 Área acumulada (%) Curva hipsométrica (MAU) 100 100 80 80 Cota (%) Cota (%) 100 Área acumulada (%) Curva hipsométrica (FRI) 60 40 20 0 60 40 20 0 0 50 100 0 Área acumulada (%) 50 Curva hipsométrica (PET) Curva hipsométrica (EPE) 100 80 60 40 20 0 100 80 60 40 20 0 0 50 100 Área acumulada (%) Cota (%) Cota (%) 50 100 0 Área acumulada (%) Figura 3.- Gráfico de curvas hipsométricas 50 100 Figura 4.- Curvas hipsométricas de las cuencas en la zona de estudio En la Tabla 2 se muestran los parámetros morfométricos vinculados al relieve: cota máxima, cota mínima, potencia del relieve, pendiente media de la cuenca, altura media (Hm), Coeficiente de masividad (CM), y coeficiente orográfico (CO) El valor de pendiente media IC nos indica que se trata de un relieve accidentado a fuertemente accidentado. Los menores valores se encuentran en la cuenca El Peral que se desarrolla enteramente en el piedemonte sobre una geoforma de glacis. Tabla 2: Parámetros del relieve Cuenca SIS PAP FRI MAU EPE PET Au 2 [km ] 145,7 56,8 24,5 56,0 17,2 22,9 C.Max. C.Min. ΔH IC Hm H’m CM [m] [m] [m] [%] [m] [m] [km.km-2] 2192 1873 1153 1396 1299 1088 1128 918 266 471 354 148 3402 2790 1836 2680 2150 1443 1064 955 887 925 945 940 2338 1835 949 1755 1205 503 13,85 45,63 26,97 16,14 19,68 13,56 0,0077 0,0162 0,0109 0,0081 0,0206 0,0065 CO 0,0087 0,0148 0,0029 0,0038 0,0073 0,0010 Las cuencas se encuentran profundamente disectadas, con un elevado orden de cauce, que reflejan una importante actividad erosiva y de producción de aguas y sedimentos frente a un episodio lluvioso. La Tabla 3 muestra los parámetros de la red de drenaje tales como: k, orden de la red que esta dado por la jerarquía del cauce que contiene el segmento raíz; el conjunto de Números de Stralher; L1, longitud media de los cauces de 1° orden; las constantes correspondientes a la 1° y 2° leyes de Horton, RB Relación de Bifurcación y RL Relación de Longitud, Dd densidad de drenaje; Ck constante de mantenimiento del canal, EES, longitud media del escurrimiento superficial, F, frecuencia de canales. Las cuencas bajo estudio poseen un elevado orden k ≥ 6, que se corresponden con un gran número de cauces primarios, indicador de una importante actividad erosiva y productora de agua y sedimentos, con longitudes medias cortas, del orden de 200 m. La Relación de Bifurcación, indicador del grado de ramificación de la red de drenaje indica valores de RB > 3.6. Según Strahler (1964), para cuencas donde la estructura geológica no distorsione el patrón de drenaje, RB posee un rango de variación de 3.0 a 5.0, pero remarcadamente estable alrededor de 4.0, y raramente en condiciones naturales se presente un valor 2.0 o menor. La Relación de Longitud RL es del orden de 1.70. Woodyer y Brookfield (1966, cit Eagleson, 1974) encontraron un valor medio de RL = 2.0 para 14 cuencas con similitud geométrica en regiones semiáridas de Australia Central. Rzhanitsyn (1960, cit Eagleson, 1974) halló un promedio de RL = 1.83 para 600 cuencas en la parte central de la Rusia Europea. Mediciones de Morisawa (1959, cit Eagleson, 1974; 1962, cit. Smart, 1981), determinaron un promedio de RL = 2.6 cuencas de la región húmeda en EEUU. Los coeficientes de correlación observados, r > 0.96, indican un muy buen ajuste en todos los casos La densidad de drenaje Dd es un índice que cuantifica el grado de desarrollo de una red de drenaje. Durante el transcurso o con posterioridad de una lluvia, se presenta el escurrimiento superficial que, al ir encauzándose paulatinamente o rápidamente en los diferentes tributarios, termina concentrándose en el cauce principal o colector, configurando de esta forma el sistema hídrico de la cuenca. Los valores hallados indican una textura media a fina. Si la cuenca posee una red bien desarrollada, la distancia media que debe recorrer el agua del escurrimiento superficial es reducida, del orden de unas pocas decenas de metros, y alcanza los cursos con prontitud. Los valores altos de Dd reflejan generalmente suelos fácilmente erosionables, o relativamente impermeables, con pendientes fuertes y escasa cobertura vegetal (Gregory y Walling, 1973). El parámetro F indica un gran número de cauces por unidad de superficie, lo que es un reflejo de una importante actividad erosiva. Este parámetro es independiente del número de cauces existentes en una cuenca; esta se relaciona más con la velocidad de concentración de los excedentes de agua en el cauce principal. Todos los parámetros, pero particularmente los relacionados con el drenaje son muy sensibles a la escala y calidad del mapa. Es por ello, que para su comparación es necesario que el mapa posea calidad y escala similar. Esta situación se refleja en este estudio, en los valores correspondientes a las cuencas San Isidro y Papagayos. Los parámetros se encuentran algo distorsionados, porque en su cálculo se empleó dos cartografías diferentes, ya que no existía una que cubriera toda la extensión de la cuenca. Tabla 3: Parámetros de la red de drenaje Cuenca k Numero de Stralher SIS PAP FRI MAU EPE PET 7 6 6 6 6 6 (1691,419,107,29,8,3,1) (1140,263,54,14,3,1) (940,220,45,12,5,1) (1964,483,115,29,7,2,1) (444,111,24,8,2,1) (725,179,41,11,4,1) L1 [m] 228 186 183 182 222 191 RB RL 3,46 4,17 3,82 3,69 3,48 3,69 1,64 2,15 1,84 1,49 1,70 1,62 Dd Ck [km.km-2] [km.km-2] 4,61 6,59 13,52 11,65 11,31 11,93 0,22 0,15 0,07 0,09 0,09 0,08 Ees F [m] [no.km-2] 108 76 37 43 44 42 15 26 50 44 34 42 CONCLUSIONES Las cuencas ubicadas al oeste del Gran Mendoza, constituyen casos típicos de zonas de muy alta peligrosidad aluvional y numerosos son los antecedentes registrados de daños provocados por aluviones en la región. En general, el piedemonte, como vulgarmente se conocen estas áreas, guarda una estrecha relación con la sociedad. Provee una serie de bienes y servicios ecológicos, entre los que se destaca el de regular los flujos de agua superficiales de sus cuencas. Pero la cercanía del asentamiento urbano, somete a este ambiente a un proceso de deterioro, acelerado en los últimos años por diferentes acciones o usos. Su manejo requiere del conocimiento de sus aspectos características y el análisis morfométricos facilita su compresión y permite la identificación y priorización de áreas de manejo. Por otra parte, este estudio permitió poner a punto y constituyo un espacio de entrenamiento para un sistema de información geográfica (SIG) con el soporte técnico de un software libre y gratuito, GvSIG desarrollado por la Generalitat Valenciana. Dado que la cartografía existente no cubría toda el área de estudio, se recurrió a dos bases cartográficas, que al ser de calidad y escala diferente pueden distorsionar los parámetros. Es importante recalcar, que todos los índices presentados, en mayor o menor medida, son muy sensibles con la escala de mapa base empleado, y si se han de realizar comparaciones, resulta indispensable establecer. 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