Viaje al corazón del imperio inca
Transcripción
Viaje al corazón del imperio inca
20 Clase Premier encuentro ≈ ENCOUNTER Sobre rieles Viaje al corazón del imperio inca El tren Hiram Bingham de Orient Express es la forma más lujosa de llegar a Machu Picchu. Un viaje al son del rápido traqueteo que transcurre entre los increíbles parajes del Valle Sagrado de los Incas. Texto y fotos /Text and photos David Sendra Domènech • Traducción/Translation Harry Porter Mientras el tren avanza rápido por las vías férreas, acompañando al río Urubamba, admiro desde el vagón observatorio, el último, los múltiples vestigios prehispánicos que tachonan el paisaje. Aquí y allá asoman terrazas escalonadas en las laderas de las montañas, construidas cientos de años atrás para el cultivo agrícola por las culturas indígenas del Perú y en uso todavía. La locomotora arrastra los escasos pero lujosos vagones azules y prosigue incansable su camino, cortando el viento. Sin embargo, yo soy ajeno a esa marcha. Estoy distraído con el paisaje, bebiendo un pisco sour (coctel de aguardiente de uva peruano con un toque de limón) en un vaso de barro decorado, y escuchando música andina tocada en vivo. El paraje transmite grandeza y el tren desprende aroma de lujo. El ferrocarril toma su nombre del explorador Hiram Bingham, quien dio a conocer al mundo la existencia de las ruinas incas de Machu Picchu, aunque estas ya habían sido descubiertas por agricultores peruanos años antes de la llegada del estadounidense. Hasta allá subió el expedicionario a lomo de mula, en un viaje que tenía mucho de aventura y poco de comodidad y esplendor. Nada que ver con el Hiram Bingham tren. 21 Clase Premier encuentro ≈ ENCOUNTER Como existe la posibilidad de abordar el ferrocarril en su estación inicial, Poroy (unas tres horas y media de trayecto, saliendo a las nueve de la mañana), o en una intermedia, Ollantaytambo (hora y media y, si madrugas, incluso puedes pasear por las impresionantes ruinas arqueológicas del mismo nombre antes de subir al tren), el recorrido se hace extrañamente corto. La atención, desde que uno llega al andén, es exquisita, igual que el mimo con el que se trata al pasajero. Tras la recepción, a pie de tren, se acompaña al viajero hasta su asiento, alrededor de una mesa preparada con una sugestiva gastronomía. Y entonces la vida en el Hiram Bingham se torna colectiva, un espacio para admirar el paisaje pero también para conocer a otros pasajeros y dejarse llevar por la conversación, regada con un buen vino y alimentada por un manjar gourmet. El Hiram Bingham devora kilómetros dejando a un lado y otro fértiles campos y adentrándose entre montañas escarpadas, cortadas de forma tosca por el paso del tiempo y la mano del hombre (en este caso, para instalar las vías). Es el desfiladero del río. Se desciende rápido, pero si uno se fija bien, a la altura de Coriwaynachina se observa parte del antiguo Camino del Inca que unía Cusco con la Amazonia. Luego, al pasar a un lado se advierte una fina escalera en la roca que asciende y, si se presta atención, la vista seguro se topará con algún turista tratando de subir hasta el Santuario. El Urubamba, a esa altura, corre frenético, golpeando contra las rocas de su cauce, como rivalizando en velocidad con el tren. Sigue un túnel, un fugaz momento de oscuridad, y un nuevo paisaje que compite en belleza con el anterior. Evocador y gastronómico El interior del Hiram Bingham trae a la memoria, con su decoración, los majestuosos carros pullman, mismos que a su vez nos trasladan a la época más glamorosa del ferrocarril. Maderas oscuras, pulidas y brillantes; ornamentos dorados y una decoración clásica y acogedora acompañan el viaje, pero destacan sobre todo en el trayecto de regreso, ya anocheciendo, cuando se encienden las luces de las lámparas. Una vez que te acostumbras a la rapidez del tren y sus movimientos oscilantes, es fácil recorrer los dos coches comedor, el vagón bar, el carro observatorio y, como hice yo, el coche cocina, donde un equipo comandado por un chef elabora las delicatessen que luego son saboreadas por los pasajeros. Y hablando de comida, es imprescindible hablar de los deliciosos platillos elaborados con productos frescos de la estación, que aparecen como por arte de magia en la mesa. Posiblemente el hecho de quedar absorto admirando el paisaje por las amplias ventanas, o sumirse en una intensa charla con el vecino de enfrente, contribuyen a esa sensación. A la ida, la cocina del Hiram Bingham ofrece un brunch de cocina tradicional peruana, por ejemplo: tamal de maíz con aceite de oliva y salsa de tomate pera (en la región lo conocen como tamarillo), asado de lomo de alpaca con compota de bayas de saúco, o bien canelones de espinacas, quinua y pollo con salsa cremosa de tomate. La quinua, por cierto, es un cultivo típicamente andino. Este cereal, altamente rico en proteínas, es muy habitual en la gastronomía peruana. En el viaje de regreso, ya por la noche, se sirve una cena completa de tres tiempos: para empezar quizás una sugerente sopa de calabaza aromatizada, y luego un medallón de lomo de res con polenta de maíz con queso y setas, o un filete de trucha salmonada con salsa de pimienta rosa. Los nombres seducen, el aroma enamora y el gusto fascina. Las opciones se ajustan al paladar de cada quien y a nadie dejan indiferente. De hecho, si no fuera por el traqueteo, me atrevería a afirmar que estoy en un restaurante muy exclusivo de alguna ciudad. Por supuesto, todo ello regado con deliciosos vinos sudamericanos y finalizado con un postre a elegir. Yo adoré el pastel de queso y fruta de la pasión con papaya arequipeña sobre un coulis de fresa. El sitio arqueológico A la llegada a la estación de Aguas Calientes o Machu Picchu Pueblo, al viajero le espera un laberinto de tiendas de souvenirs. El Convento de Santo Domingo, en Cusco, se levantó sobre el Coricancha, un importante templo inca. in cuzco, the inca temple of corincha became the foundation of the Santo Domingo convent. Cortesía / courtesy: Hiram Bingham 22 El tren no sólo incluye paisajes fuera de serie, sino también una inolvidable experiencia culinaria. Not only does the train provide fabulous vistas but a memorable culinary experience, too. El ferrocarril toma su nombre del explorador Hiram Bingham, quien dio a conocer al mundo las ruinas incas de Machu Picchu. 23 24 Clase Premier encuentro ≈ ENCOUNTER Animada actuación nocturna en el Hiram Bingham mientras el tren se dirige a Cusco. nighttime fun on the hiram bingham, as it heads for cuzco. Sin embargo, el tiempo apremia para visitar las ruinas. A los pasajeros del Hiram Bingham se nos separa en dos grupos y cada uno sigue a su guía durante la visita al Santuario de Machu Picchu. Pero primero hay que coronar la montaña. Por eso, cruzando un puente, el servicio de Orient–Express continúa y abordamos los autobuses que, zigzagueando por una estrecha carretera de terracería, ascienden en una media hora los 400 metros de altura que nos separan del Santuario y llegan hasta la cima. Durante el trayecto tengo tiempo suficiente de evocar una última imagen del hoy perdido Imperio inca, del pueblo que retó el vértigo y alcanzó el cielo. Arriba espera el paraíso de los incas, la ciudad inacabada: Machu Picchu, justo en la hora perfecta, cuando la mayoría de los turistas ya debe regresar a su morada. Por delante hay mucho que conocer antes de iniciar el descenso en autobús, alrededor de las 16.30 horas. Eso nos da tres horas y media para el recorrido y tomar el té en el Machu Picchu Sanctuary Lodge Hotel, incluido en el precio del billete de tren. Pero hay algo aún mejor para disfrutar, casi en exclusiva, el Santuario y saborearlo con los sentidos de la vista y el oído cuando la aglomeración de turistas ha desaparecido. Eso significa que si te alojas en el Machu Picchu Sanctuary Lodge Hotel, a las puertas de la ciudadela inca, tendrás el privilegio de emocionarte con los misterios que regala la naturaleza de noche y contemplar el amanecer sobre las antiguas piedras, además de que podrás recorrer detenidamente las ruinas. Mi recomendación es reservar con tiempo porque las habitaciones son escasas, aunque también encontrarás alojamiento cinco estrellas y con encanto en Machu Picchu Pueblo. La despedida No dudo que la montaña y sus ruinas continuarán allí en un futuro cercano. El tren espera a los pies de la montaña y también su personal que, leyéndome la mente, me entrega una toalla húmeda, refrescante y aromática, que me renueva y prepara para el regreso a la ciudad de Cusco. El último tren en abandonar el lugar es el Hiram Bingham, que lo hace a las 17:50 horas. Debo advertirles que en el viaje de regreso hasta los más aburridos se divertirán bailando o viendo bailar al resto, porque tiene lugar una fiesta previa a la cena, con animados viajeros y música andina e internacional de todos los tiempos interpretadas en vivo por un trío de músicos. ◊ 26 Clase Premier encuentro ≈ ENCOUNTER Up to Inca Heaven It’s hard to imagine a more luxurious way to get to Machu Picchu than the Hiram Bingham Orient Express, with its memorable dining service. The train’s clickety-clack moves quickly past breathtaking views of the Sacred Valley of the Incas. T he train moves swiftly on rails running alongside the Urubamba River. expansive view of the scenic countryside and lively conversation I’m up in the observation car at the rear of the convoy, marveling at the with fellow passengers weave together into one of those memorable pre–Hispanic relics that grace the countryside. Dotting the landscape moments of a lifetime. are terraces still being farmed that Peru’s native peoples fashioned The Hiram Bingham rushes past fertile fields to begin its ascent into the mountain slopes hundreds of years ago so they could grow amidst craggy mountains roughly shaped by time and human crops. The locomotive is tugging away at the few but fancy blue intervention (to lay the tracks). The cliff vertiginously falls off toward cars. I’m hardly aware of it, though, caught up as I am in the scenery, the river far below. When the train reaches the level of Coriwaynachina, enjoying a tasty pisco sour (distilled Peruvian liquor and a twist of with a keen eye, you can discern part of the ancient Inca Road that lime) in a decorative clay glass and the Andean musical group that’s linked Cuzco with the Amazon region. Soon, if you stay alert, you’ll entertaining us. Scenery on the grand scale, deluxe train; life is good. notice a stairwell to one side carved out of the rock and perhaps an The train is named for Hiram Bingham, the American explorer who adventurous tourist climbing on foot to the sanctuary. Up here, the revealed Machu Picchu to the world some years after Peruvian farmers Urubamba River courses like a speeding locomotive, careening off had made the actual discovery. He and his expedition make the the rocks on its way down the mountain. The train enters a tunnel, arduous climb to the ruins of the imperial city on mule back, a far cry emerging after a fleeting moment of darkness into another landscape from the sumptuous comforts aboard the Orient Express. I wonder what as beautiful as the one left behind. Bingham would think of his namesake. You can choose to take the three–and–a–half–hour trip out of Cuzco Evocative and Delightful at nine in the morning by boarding at Poroy Station, or you can get The décor inside the Hiram Bingham recalls the glamour of Pullman on at Ollantaytambo, the midway point, for a ride that lasts just one travel in the golden age of railroading. Dark wood, polished and and a half hours. The latter choice gives you the option of visiting shined, and tastefully placed gilded pieces add a classic feel, but the Ollantaytambo archaeological zone, if you’re an early riser, that is. on the return, as night falls and the lamps are lit, the atmosphere is Regardless of where you get on the train, though, you are pampered especially cozy. When you get used to the train’s speed and swaying motion, you can from start to finish. At the station, a staff person welcomes you on the platform and explore the two dining cars, bar and observation cars and, as I did, the sees you to your table in the dining car, there to be treated to an one with the kitchen, where the chef’s crew prepares the exceptional extraordinary culinary experience. Exquisite food and wine, an fare destined for the passengers. El Hiram Bingham cuenta con dos coches comedor y un vagón bar con increíble variedad de bebidas. the hiram bingham has two dining cars and a separate one for the bar, where an amazing variety of drinks is mixed. when bingham explored machu picchu in the early 20th century, he climbed to the site on mule back; there was no fancy train to make the trip. 27 28 Clase Premier encuentro ≈ ENCOUNTER Now that I’m on the subject of food, I have to describe the dishes El pasaje incluye viaje redondo en tren, brunch en la ida, cena en la vuelta, bebidas y viaje ida y vuelta en autobús al Santuario Histórico de Machu Picchu, pero no incluye la entrada al mismo. En esta área natural protegida se localiza la zona arqueológica. American wines go wonderfully with the meal and, for closers, there’s that seem to magically appear, all made with the freshest seasonal dessert. I loved the passion fruit cheesecake with Arequipa papaya ingredients. The fact that it’s so easy to lose yourself in the scenery served on strawberry coulis. going by or in an absorbing conversation with one of your table companions may help make the service seem so “magical”. On the The Ruins way to Machu Picchu, the Hiram Bingham kitchen serves a brunch Getting off the train at the town of Machu Picchu’s Aguas Calientes of traditional Peruvian dishes, like corn tamales with olive oil and Station, you’re met by a maze of souvenir shops. But time is precious, pear–tomato (known locally as tamarillo) sauce, grilled alpaca loin with so it’s best to move along to the site. Hiram Bingham passengers are elderberry compote, spinach–filled cannelloni or chicken and quinoa in divided into two groups, each following its own guide on the tour of the creamy tomato sauce. The highly nutritious quinoa grain, native to the Machu Picchu Sanctuary. Andes, adds a distinctive touch to any number of Peruvian dishes. On the return trip at night, a full three–course dinner is served, The price of the ticket includes round-trip train transportation, brunch on the outbound trip, dinner on the return, drinks and round-trip bus transportation to the Machu Picchu Historic Sanctuary, but not the entrance fee. The archaeological site lies within the nature preserve. First, though, you have to get to the top of the mountain. For that, orient-express.com perurail.com after crossing a bridge, the Orient–Express services continued and we beginning perhaps with a subtly seasoned squash soup to be boarded a bus that zigzagged along a dirt road for a half hour up the followed by beef loin with polenta, cheese and mushrooms or a 400 meters to the archaeological zone laid out over the crest. On the salmon–colored trout filet in pink pepper sauce. The names get your way, I have time to meditate on the lost Inca Empire, the civilization that Dónde dormir / attention, the aromas captivate and the tastes will have you falling defied vertigo and reached the sky. On top awaits Inca heaven, the Cusco eternally in love. Options are sufficient to satisfy and please all unfinished city of Machu Picchu, precisely at the perfect time of day tastes. As a matter of fact, were it not for the clickety–clack, I’d swear when most of the tourists have to leave. Where to Stay • Aranwa Cusco Boutique Hotel aranwahotels.com • Casa Andina Private Collection Cusco casa-andina.com • Hotel Libertador Palacio del Inka Cusco libertador.com.pe • Hotel Monasterio monasteriohotel.com • Inkaterra La Casona inkaterra.com I was in some upscale, big–city restaurant. What’s more, the South La Plaza de Armas fue el centro administrativo y religioso de los incas. Tras la conquista fue ocupada por los españoles y hoy es el núcleo del Cusco moderno. the main square was the inca administrative and religious center. after the conquest, it was occupied by the spanish, and today it’s the core of modern cuzco. Machu Picchu El Hiram Bingham cruzando el Valle Sagrado con dirección a Machu Picchu. the hiram bingham crossing the sacred valley on its way to machu picchu. • Machu Picchu Pueblo Hotel de la cadena Inkaterra inkaterra.com • Machu Picchu Sanctuary Lodge Hotel sanctuarylodgehotel.com.pe • Sumaq Machu Picchu Hotel machupicchuhotels-sumaq.com Valle Sagrado We have a lot to see and learn in the three and a half hours before getting back on the bus at around 4:30 pm. But that even includes afternoon tea at the Machu Picchu Sanctuary Lodge Hotel, included in the train ticket. Having the sanctuary practically to ourselves to experience with our eyes and ears, with the bulk of tourists and their clamor gone, is a special gift. And if you take a room at the Machu Picchu • Aranwa Sacred Valley Hotel & Wellness aranwahotels.com/es/ • Casa Andina casa-andina.com • Hotel Río Sagrado by Orient Express riosagrado.com Sanctuary Lodge Hotel, located near the entry to the Inca citadel, you have the privilege of feeling its presence at night and waking up to contemplate its ancient stones, while also being able to tour the site in your own sweet time. You need to reserve well in advance, since the rooms are limited, though the town of Machu Picchu also has some charming five–star accommodations. Para volar a Lima con tus Kilómetros Premier necesitas: / To fly to Lima The Farewell The Hiram Bingham leaves Aguas Calientes Station at 5:50, the last train out for the day. I have Clase Turista / Coach Class: 48,000 Kilómetros. Clase Premier: 96,000 Kilómetros. Viaje redondo México– Lima por Aeroméxico / Round trip Mexico City–Lima on Aeroméxico. Al comprar un boleto de avión viaje redondo a Lima acumulas: / With the to warn you that on the return trip it is impossible to be bored; either you get up and dance or have purchase of a round trip plane ticket using Premier Kilometers, you need: No doubt the ruins will stay where they are for some time to come. The train waits at the foot of the peak, as does a staff member who reads my mind and hands me a refreshingly scented moist towel, replenishing my energy for the trip back to Cuzco. fun watching others dance at the pre–dinner party, with a crowd–pleasing trio of musicians playing everything from Andean jumps to golden oldies. ◊ Clase Turista / Kilómetros. Clase Premier: 12,714 Kilómetros. to Lima, you accrue: Coach class: 6,358 29