santos domínguez - IES Sierra de San Pedro

SANTOS DOMÍNGUEZ RAMOS
Nació en Cáceres en 1955, en cuya Facultad de Filosofía y Letras estudió
Filología Hispánica, disfrutando de una beca de investigación hasta obtener plaza de
profesor de Lengua y Literatura españolas en Bachillerato. En la actualidad imparte
clases en el Instituto "Norba Caesarina" de Cáceres. Ha ejercido la crítica y la
investigación literarias en publicaciones como Anuario de Estudios Filológicos, Aguas
Vivas, o Nuevo Indice, colaborando igualmente en la redacción de la Gran Enciclopedia
Extremeña, y han aparecido poemas suyos sueltos en otras revistas como Alcdntara,
Cuadernos de Poesía Nueva, Gdlibo, Oropéndola, Égloga o Tientos. Fue incluido en la
antología Jóvenes poetas en el.”aula' al cuidado de Angel Sánchez Pascual, en donde
publicó un conjunto de dieciséis poemas, algunos de los cuales han sido rescatados en
su libro Pórtico de la memoria. En la actualidad trabaja en un nuevo libro, con el título
de Periplo.
POÉTICA
Sean igualmente el pino, la luz o la demencia;
dé lo mismo una esquirla que el rastro del caballo.
Importa el asidero, el apoyo directo,
las manos inquietantes o el tropiezo nocturno.
Importa que este espacio permanezca y te afiance
y te llene la boca de cristales sonoros.
Para cuando la tarde
se te vista de escarchas y penumbras,
deposita en tu pecho estas flores levísimas,
recoge en los pinares el bálsamo de luna,
llévate esta corteza de loco sobresalto.
Porque -tú ya lo sabes- o te amarras bien fuerte
o el día menos pensado la madrugada viene
tocando la zanfoña silenciosa y helada
y te lleva con ella adonde ni las manos.
MOSÉ IBN EZRAEN SU HUERTO
Reposamos en el huerto de los arrayanes
Mosé Ibn Ezra
Allí le podéis ver, detrás de aquella verja,
en el huerto encendido de naranjas y mirto,
con la memoria llena de zéjeles y anillos
y de noches abiertas a donde toda espuma.
En su frente los círculos ni se cierran ni escapan
hacia la primavera. Tiene
la luna y los jazminés
poblados de adjetivos, de verano y palomas,
de nubes delicadas que suben por la fuente
y de una luz amarga que persiste y deleita.
Romano Antonio García Medina