LOS DISCÍPULOS DE “EL CAMINO DE EMAÚS”. (Lc. 24, 13-35)

Transcripción

LOS DISCÍPULOS DE “EL CAMINO DE EMAÚS”. (Lc. 24, 13-35)
LOS DISCÍPULOS DE “EL CAMINO DE EMAÚS”. (Lc. 24, 13-35)
El sentido exegético: lo que el autor quiso comunicar.
No hay testigos del momento preciso y justo de la resurrección: la fe se transmite por el encuentro
personal con el resucitado. Es una gozosa convicción (del encuentro) que se comunica a los otros.
Lo central: El encuentro con Jesús Resucitado, su presencia es físicamente real, pero es una
presencia transformada por la resurrección. Por ello no se reconoce a primera vista.
Los discípulos van de camino, (en desplazamiento), es Jesús quien lleva la iniciativa, se acerca a
ellos.
La cruz parece apagar el fuego interior, pero su palabra y su presencia resucitada hacen arder el
fuego interior.
Es en comunidad que cobra fuerza y plenitud la presencia del Resucitado, pero:
Se requiere la fe para reconocerlo: por la fe y desde la fe se comprende su pasión, su crucifixión,
muerte y resurrección, y desde la resurrección poder comprender la vida de una forma diferente.
Por la fe se reconoce en la Eucaristía (al partir el pan). La Eucaristía es un encuentro de
comunión con Jesús resucitado.
Se requiere la apertura personal y comunitaria para permitir que entre.
Los discípulos de Emaús no son del grupo de los doce (apóstoles), es decir su presencia es para
todos, no sólo para la jerarquía. LA FE EN JXTO. SE COMUNICA COMO FRUTO DEL
ENCUENTRO CON EL RESUCITADO.
En él se cumplen las Escrituras (profecías, Historia de la Salvación).
El sentido hermenéutico: la interpretación.
En los dos discípulos estamos representados todos los creyentes.
Nuestra naturaleza humana es vulnerable (muchas veces nuestra fe y nuestra esperanza
desfallece, nos volvemos incrédulos: nosotros esperábamos que…), se requiere la gracia y la
apertura personal para hacer arder el fuego interior que llevamos dentro.
Como humanos vamos y estamos en camino, somos peregrinos. En este caminar es Dios quien
tiene la iniciativa para acercarse a nosotros, él se manifiesta, pero tenemos que estar atentos.
La fe se transmite por la palabra, la comunicación de la experiencia del encuentro con Jesús
resucitado en la Eucaristía, para que luego la fe se convierta en una forma de ser y de vivir en el
mundo.
El cuadro, la pintura: Interpretación y la aplicación.
No está en el centro, no lo vemos, es Él quien nos ve. El Reino de Dios no comprende únicamente
lo espiritual, el Reino de Dios es una realidad concreta que comprende y en la que están
involucradas las ciencias, las artes, la literatura, la historia, porque la historia (la vida cotidiana)
tiene que ser Historia de Salvación. La fe debe convertirse en una forma de ser y de vivir en el
mundo para testimoniar el Reino de Dios.
El cuadro en muy expresivo, es expresión viviente: la mirada de los discípulos, y sobre todo la
frente arrugada expresa la actitud del hombre ante la experiencia con el resucitado: incertidumbre,
duda, asombro, sorpresa, y así pasar a la experiencia gozosa de la fe y del encuentro con Jesús
resucitado.
ESTAMOS LLAMADOS A COMUNICAR NUESTRA EXPERIENCIA DEL ENCUENTRO CON EL
RESUCITADO.
Fr. Ramón Vivar Camarillo.