8 Febrero. V Domingo TO: El tesoro del silencio
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8 Febrero. V Domingo TO: El tesoro del silencio
Sunday V Tiempo Ordinario 8th. February, 2015 http://www.usccb.org/bible/readings-audio.cfm (AUDIO) http://www.usccb.org/bible/readings-audio.cfm (Sunday, February 08, 2015 Daily Mass Reading) (VIDEO) http://www.usccb.org/bible/reflections/index.cfm (2015-02-08 Reflection (B-65) Gospel of Mark 1, 29-39 On leaving the synagogue Jesus entered the house of Simon and Andrew with James and John. Simon’s mother-in-law lay sick with a fever. They immediately told him about her. He approached, grasped her hand, and helped her up. Then the fever left her and she waited on them. When it was evening, after sunset, they brought to him all who were ill or possessed by demons. The whole town was gathered at the door. He cured many who were sick with various diseases, and he drove out many demons, not permitting them to speak because they knew him. Rising very early before dawn, he left and went off to a deserted place, where he prayed. Simon and those who were with him pursued him and on finding him said, _ “Everyone is looking for you.” He told them, _“Let us go on to the nearby villages that I may preach there also. For this purpose have I come.” So he went into their synagogues, preaching and driving out demons throughout the whole of Galilee. Evangelio de Marcos 1, 29-39 En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a c asa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Y la fiebre la dejó y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y poseídos. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: — Todo el mundo te busca. Él les respondió: — Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he venido. Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios. ****** EL TESORO DEL SILENCIO Enrique Martínez Lozano En Jesús encontramos a un hombre que articula admirablemente la actividad y el recogimiento, el encuentro y la soledad, la palabra y el silencio. Los textos nos dicen que solía retirarse “de madrugada, al descampado, a orar”. Nos gustaría conocer cómo vivía esos tiempos de silencio y de oración. Con todo, no parece difícil imaginar que para alguien que se sabe uno con el Padre (“El Padre y yo somos uno”: Jn 10,30), el silencio no sería sino una experiencia de abismarse en aquella Unidad que todo lo trasciende y, a la vez, todo lo abraza. Más allá de las palabras y de los conceptos, la oración podría ser un permanecer en el Vacío que es Plenitud, aquel Fondo sin fondo de donde todo está brotando en permanencia, sin ningún tipo de separación, y que el propio Jesús llamaba “Abbá” (Padre). Es la oración en la que se produce la admirable paradoja de que cuanto más “desapareces”, más te encuentras: cae la forma (el yo), brilla la identidad (la pura Consciencia). Por esa razón, los místicos –Jesús incluido- han sabido que el auténtico conocimiento de sí desemboca en el olvido de sí. Etty Hillesum, aquella joven extraordinaria que fue ejecutada, a los veintinueve años, en el campo de concentración de Auschwitz, lo expresaba con estas palabras: “Descansar dentro de sí. Y así es, seguramente, como mejor se expresa mi estado de ánimo: descanso dentro de mí. Y ese ser yo misma, lo más profundo y rico de mí, mi Descanso, lo llamo Dios”. En cualquier caso, la sabiduría nace del silencio. El silencio es el camino de la lucidez y de la sabiduría, el único modo de llegar a la verdad que es inaccesible para el pensamiento racional que no puede salir de la realidad aparente. “Para llegar adonde no sabes –advertía aquel maestro del silencio que fue Juan de la Cruz-, debes venir por donde no sabes”. La mente nos mantiene en el mundo de lo objetivable (lo co nocido) y nos impide salir de la creencia errónea de la separación. Solo el silencio de la mente (del yo) nos permite sortear esa trampa y abrirnos a la verdad profunda de lo que es. A pesar de los miedos iniciales –consecuencia de habernos vivido alejados de nosotros mismos-, es probable que, a no tardar mucho, el silencio nos enamore: porque tiene capacidad de restaurar y de aquietar. Pero, sobre todo, porque el Silencio es nuestra casa, nuestra identidad última. RETIRARSE A ORAR José Antonio Pagola En medio de su intensa actividad de profeta itinerante, Jesús cuidó siempre su comunicación con Dios en el silencio y la soledad. Los evangelios han conservado el recuerdo de una costumbre suya que causó honda impresión: Jesús solía retirarse de noche a orar. El episodio que narra Marcos nos ayuda a conocer lo que significaba la oración para Jesús. La víspera había sido una jornada dura. Jesús «había curado a muchos enfermos». El éxito había sido muy grande. Cafarnaúm estaba conmocionada: «La población entera se agolpaba» en torno a Jesús. Todo el mundo hablaba de él. Esa misma noche, «de madrugada», entre las tres y las seis de la mañana, Jesús se levanta y, sin avisar a sus discípulos, se retira al descampado. «Allí se puso a orar». Necesita estar a solas con su Padre. No quiere dejarse aturdir por el éxito. Solo busca la voluntad del Padre: conocer bien el camino que ha de recorrer. Sorprendidos por su ausencia, Simón y sus compañeros corren a buscarlo. No dudan en interrumpir su diálogo con Dios. Solo quieren retenerlo: «Todo el mundo te busca». Pero Jesús no se deja programar desde fuera. Solo piensa en el proyecto de su Padre. Nada ni nadie lo apartará de su camino. No tiene ningún interés en quedarse a disfrutar de su éxito en Cafarnaúm. No cederá ante el entusiasmo popular. Hay aldeas que todavía no han escuchado la Buena Noticia de Dios: «Vamos… para predicar también allí». Uno de los rasgos más positivos en el cristianismo contemporáneo es ver cómo se va despertando la necesidad de cuidar más la comunicación con Dios, el silencio y la meditación. Los cristianos más lúcidos y responsables quieren arrastrar a la Iglesia de hoy a vivir de manera más contemplativa. Es urgente. Los cristianos, por lo general, ya no sabemos estar a solas con el Padre. Los teólogos, predicadores y catequistas hablamos mucho de Dios, pero hablamos poco con él. La costumbre de Jesús se olvidó hace mucho tiempo. En las parroquias se hacen muchas reuniones de trabajo, pero no sabemos retirarnos para descansar en la presencia de Dios y llenarnos de su paz. Cada vez somos menos para hacer más cosas. Nuestro riesgo es caer en el activismo, el desgaste y el vacío interior. Sin embargo, nuestro problema no es tener muchos problemas, sino no tener la fuerza espiritual necesaria para enfrentarnos a ellos. DABAR - PRIMERA PAGINA Concha Morata Hablamos este domingo de la misión, LA MISIÓN con mayúsculas; la misión que descubrió Pablo y el mismísimo Jesús. Saberse en misión es ponerse en camino, en búsqueda y en permanente oración. La misión nave del encuentro con la vida teologal, de la "necesidad imperiosa" de hacer mi vida voluntad permanente de Dios. Jesús comienza su andadura por los pueblos de Galilea. Se pone en camino hacia la búsqueda de la voluntad de Dios, por eso necesita retirarse a un lugar desierto, después de las muchas curaciones que realiza, para orar, para escuchar a Dios en el silencio, entrar en lo profundo de sí mismo y abrirse a la experiencia del Dios que lo habita. Es chocante ver que su predicación comienza siempre en las sinagogas, en el lugar físico de encuentro con Dos, acercándose a los creyentes de Israel para revelarles al Dios Padre del Amor. Pero los "pobres de Yahvé" no van a las sinagogas, se agolpan a la puerta de la casa donde Jesús descansa. Son los enfermos y endemoniados, los que ven, los que perciben un Dios de Amor en Jesús de Nazaret. Toda esta profunda e increíble experiencia no hace de Jesús un líder que se gloria de tener a Dios consigo. Jesús se retira a orar para dar sentido a su experiencia desde la voluntad de Dios: quiere entender el mundo con sus ojos. Todos los cristianos buscamos asumir la misión que nos encomendó Jesús: "Id y evangelizar...", "...anunciad la Buena Noticia". Pero confundimos la misión. Evangelizar, anunciar la Buena Noticia, es vivir en profundidad la sorpresa del Amor de Dios. Descubrir que su voluntad es amar, y que viviendo en la experiencia de su amor nazca en nosotros la "necesidad imperiosa" de transmitir ese amor. Esto es anunciar a Dios. Humildemente creo que, como Jesús, necesitamos de momentos de silencio y oración en los que presentar a Dios nuestra vida para que Él le dé el sentido que tiene y nos ayude a mirar con sus ojos nuestra misión: su voluntad, ese continuo e incondicional amor que ya está aquí, pero todavía no. YOUTUBE The Gospel - Mark 1:29-39 (Fifth Sunday in Ordinary Time) https://www.youtu be.com/watch?v=m EmIFDRUO8M Gotta Fever, and the Only Cure is.... (Mark 1:29-39) https://www.youtu be.com/watch?v=1h njbCvTa18 5th Sunday in Ordinary Time Gospel - Mark 1:29– 39 – https://www.youtube.com/watch?v=ocVW8g_kR6k SONGS Sunday School Songs - He's Got The Whole World In His Hands [with lyrics] https://www.youtube.com/watch?v=gAzBOGA2JPA I've got the joy, joy, joy, joy https://www.youtube.com/watch?v=Z29h7HUcJus "Jesus Loves Me" by Listener Kids https://www.youtube.com/watch?v=owx3ao42kwI