cetrería - Universidad de los Andes
Transcripción
cetrería - Universidad de los Andes
Imagen: Cetrería. http://www.tug.com/blog /20090713_Falconry_Festival /full /136I0797.jpg > La cetrería como herramienta para la conservación de rapaces Juan Fernando Millán Villaneda Estudiante de pregrado de Biología La cetrería es un deporte que ha sido practicado durante cientos de años. Se originó posiblemente en el Medio Oriente y luego se expandió hacia Europa, para finalmente llegar a América. En muchos casos era un deporte exclusivo de los nobles, y se constituyó en una herramienta muy útil para actividades recreativas tales como la caza. El deporte consiste básicamente en la cría de diferentes rapaces y su entrenamiento para obedecer comandos y seguir presas. De tal manera, es un arte en el cual cetrero y ave establecen una relación muy estrecha. Por otra parte, del cetrero depende que el ave esté en excelentes condiciones, similares a las que tendría en su estado natural. Las óptimas condiciones de estas aves han hecho que adquieran gran 4 | Hipótesis | Apuntes científicos uniandinos | no. 10 | diciembre 09 importancia en proyectos de conservación, como la repoblación de algunas áreas de donde las rapaces estuvieron a punto de extinguirse debido a cambios en el paisaje y a una interacción negativa con los pobladores de las distintas zonas. Existen ejemplos puntuales en los que poblaciones enteras de halcones peregrinos (Falco peregrinus) fueron recuperadas gracias a los esfuerzos de organizaciones ambientales, apoyadas en el conocimiento que tenían los cetreros del comportamiento, la forma de reproducción y los hábitos de esta ave. Proyectos similares se llevan a cabo con otros halcones pequeños, como el halcón aplomado (Falco ), en aquellas regiones en que se ha visto una dramática disminución en el tamaño de sus poblaciones. Se espera repoblar los valles del sur de Estados Unidos con ejemplares obtenidos gracias a la cría de estas aves por parte de cetreros locales. En el país del norte existen fuertes normas que regulan la tenencia y cría de aves rapaces, lo cual garantiza un tratamiento ético de estos animales y también que sean mantenidos en óptimas condiciones. Esto permite que sus genes sean de alta calidad y muy confiables para llevar a cabo programas de repoblación y reproducción. Todos los esfuerzos por salvar estas especies de la extinción en distintas zonas, quizás fuesen menos eficaces, de no ser por el conocimiento logrado por generaciones de cetreros, quienes han conseguido entender y aprovechar las cualidades de estas maravillosas criaturas. Selección sexual en el pato de lagos argentinos (Oxyura vittata) María Alejandra Chadid / Estudiante de Biología Imagen: Eucalipto Tomada de: http://2.bp.blogspot.com/_Lylm-yxbq78/SxLvtWZozHI/ AAAAAAAAC8M/4DxhWqn2SB4/s1600/Cavanilles+eucalipto+2.jpg Alelopatía Ana Belén Hurtado Martilletti / Estudiante de Biología En cualquier ecosistema que se estudie, es claro que para las plantas siempre resulta más difícil librarse de sus enemigos o sortear cualquier otra adversidad, como la competencia por luz y nutrientes con las plantas vecinas, debido a que no se pueden mover del sitio en el que nacieron. Por esta razón, en las plantas han evolucionado numerosas estrategias para evadir estos problemas sin necesidad de escapar corriendo a un lugar menos hostil para vivir. Existe una interacción química entre plantas de diferentes especies, conocida como alelopatía. Este término se refiere a la interferencia, reducción o anulación del crecimiento de una planta A debido a la acción de algún tipo de sustancia química liberada en el entorno por otra planta B. Ésta es una interacción compleja, en la que desempeñan un papel muy importante todas las variables ambientales de los entornos particulares, como el tipo de suelo y la cantidad de lluvia. Asimismo, es una interacción asombrosa: la planta que libera la sustancia química en el entorno debe hacerlo en una cantidad específica que le permita reducir el crecimiento de las plantas que compiten con ella por luz, agua y nutrientes del suelo, pero que a su vez no inhiba su propio crecimiento. Como es de esperarse, la naturaleza química de los diferentes compuestos alelopáticos liberados es muy variada. Y aunque su estudio es complicado, el interés que este fenómeno está despertando en las investigaciones hace que cada día se conozcan más compuestos obtenidos de algunas plantas o del suelo en el que éstas se encuentran. Conocer de manera más detallada los compuestos químicos liberados y sus cantidades funcionales nos puede permitir combatir el crecimiento de plantas no deseadas en nuestros cultivos sin necesidad de usar cantidades excesivas y constantes de fumigantes y otros compuestos que pueden alterar los suelos y contaminar las aguas. Aunque por lo general las aves no cuentan con un órgano penetrante para la cópula, existe una excepción encontrada en Argentina: el pato Oxyura vittata, el cual tiene un pene cuyas medidas pueden alcanzar hasta 42,5 cm de largo (más de la mitad de la longitud de su cuerpo). Sin embargo, éste se encuentra enrollado para evitar problemas relacionados con la fuerza de gravedad. Este sistema ha coevolucionado con el de las hembras: ellas tienen dentro de sus largos oviductos unas bolsas en las cuales se cree que almacenan la esperma de los diferentes machos con los que copulan. Se ha sugerido que el órgano masculino evolucionó por competencia espermática, la cual es un tipo de selección sexual cuya finalidad es producir la mayor cantidad de esperma posible y, de esta manera, llenar un gran número de las bolsas encontradas en el oviducto de las hembras. Adicional a esto, los penes tienen forma de cepillo con el fin de remover la esperma del macho con el que la hembra copuló anteriormente. De esta manera, los machos más dominantes son aquellos que producen mayores cantidades de esperma, y cuyos penes tienen una forma lo suficientemente efectiva como para limpiar el semen de otros machos dentro de las hembras. Así logran ser escogidos para dejar un buen número de hijos a lo largo de sus vidas. Imagen: Pato Oxyura vittata. McCracken K. et al. Are ducks impressed by drake´s display? 2001. Nature. Fotografía del pene de 42,5 cm de largo de un pato Oxyura vittata, tomada en Argentina. Vol 420. P 128. Tomado de: www.nature.com | Universidad de los Andes | Facultad de Ciencias | 5 Anfibios no deseados Fernando Vargas-Salinas / [email protected] Estudiante de posgrado, Departamento de Ciencias Biológicas, Universidad de los Andes Mientras cientos de especies de anfibios se extinguen en los ecosistemas alrededor del planeta, otras incrementan su rango de distribución y la abundancia de sus nuevas poblaciones, convirtiéndose así en especies que, a diferencia de las primeras, se desea erradicar. Los anfibios fueron el grupo de vertebrados pionero en la colonización de los ecosistemas terrestres del planeta. Han sobrevivido a las grandes extinciones de la historia, son altamente diversos y son considerados un componente integral en el funcionamiento de los ecosistemas naturales. Por tales razones, es alarmante el proceso de extinción en masa de numerosas poblaciones y especies de anfibios que se ha registrado en los últimos años. No obstante, hay anfibios que, por el contrario, expanden su rango de distribución natural, y de forma exitosa colonizan nuevos hábitats, dando origen a poblaciones abundantes a partir de unos pocos individuos: las especies de anfibios invasores. Las especies invasoras son consideradas un componente de cambio global importante, y su impacto puede ser fuerte y negativo tanto desde el punto de vista ecológico como del económico. Por un lado, las especies invasoras pueden competir, depredar o traer consigo enfermedades que perjudican a la fauna nativa de los sitios colonizados. Por otro, implican grandes pérdidas económicas debido a que se convierten en pestes para los cultivos agrícolas y en vectores de enfermedades; o también a que las estrategias de control son frecuentemente costosas. Sólo en Estados Unidos de Norteamérica, las pérdidas económicas por la acción de especies invasoras superan los 137 billones de dólares al año. Imagen: Ranita coquí, Eleutherodactylus coqui (Brachycephalidae). Mientras poblaciones nativas de esta especie han experimentado declive en Puerto Rico, en poblaciones invasoras de las islas de Hawai (EUA) se hacen esfuerzos para erradicarlas debido a su impacto como contaminadores acústicos del ambiente para turistas y habitantes nativos. 6 | Hipótesis | Apuntes científicos uniandinos | no. 10 | diciembre 09 Actualmente se han reportado 84 especies de anfibios invasores exitosos. En la mayoría de estos casos, no se ha demostrado un impacto ecológico o económico de grandes proporciones. Sin embargo, hay excepciones. Por ejemplo, en varios lugares del planeta se ha registrado que poblaciones nativas de serpientes, aves y lagartos han declinado o desaparecido a medida que se expanden las poblaciones del sapo de la caña, Rhinella marina (Bufonidae). Igualmente, en los países donde se ha introducido la rana toro, Litobathes catesbeianus (Ranidae), se ha conjeturado que esta especie ha desempeñado un rol como vector dispersor de Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), el hongo causante de la chitridiomicosis, enfermedad que ha provocado la extinción en masa de numerosas poblaciones y especies de anfibios, incluso en áreas prístinas y protegidas. A pesar de lo anterior, las especies de anfibios invasores tienen una faceta positiva. Nos dan la oportunidad de estudiar aspectos básicos de evolución y dinámica de poblaciones. Esto debido a que las especies invasoras frecuentemente evolucionan rápido en respuesta a condiciones bióticas o abióticas novedosas, y a que ellas ofrecen una de las pocas oportunidades que tenemos para observar y monitorear una población que comienza a aumentar en condiciones naturales distintas a las de su origen. Lo anterior puede darnos un conocimiento útil para optimizar estrategias de conservación en los anfibios que han experimentado declive, pues eventuales programas de reintroducción de especies necesitarán conocer en detalle los aspectos conductuales, ecológicos y de historia de vida que pueden restringir o beneficiar el crecimiento de una población de anfibios a partir de unos pocos individuos reintroducidos. En resumen, mientras muchas poblaciones y especies de anfibios se extinguen por causas directa o indirectamente relacionadas a nuestra acción perturbadora en el ambiente, otras se benefician y expanden sus poblaciones por causas del mismo tipo. Por lo demás, mientras hacemos grandes esfuerzos por salvar de la extinción a algunas poblaciones y especies, en el caso de otras poblaciones, incluso de las mismas especies en peligro (e.j. Eleutherodactylus coqui) se hacen grandes esfuerzos por erradicarlas. Por otra parte, dichas especies de anfibios que luchamos por exterminar pueden darnos información clave para optimizar los planes de conservación de las especies que queremos preservar. Un poco irónico, ¿cierto? Imagen: Hembra de la rana cubana, Osteopilus septentrionalis (Hylidae), especie invasora, comiéndose una ranita nativa, Leptodactylus albilabris (Leptodactylidae) en la isla de Puerto Rico, Indias Occidentales. Literatura citada: Lever CH. 2003. Amphibians and reptiles naturalized of world. Westbury Academic and Scientific Publishing. Otley, West Yorkshire, U.K. / Pimentel D, Lach L, Zuniga R, Morrison D. 2000. Environment and economic cost of nonindigenous species in the Unites States. BioScience 50:53-65. / Sakai AK, Allendorf F W, Holt JS, Lodge DM, Molofsky J, With KA, Baughman S, Cabin RJ,. Cohen JE, Ellstrand NC, Mccauley DC, O’neil P, Parker IM, Thompson JN, Weller SG. 2001. The population biology of invasive species. Annual Review in Ecology and Systematics 32: 305-332. Imagen: Macho del sapo de la caña, Rhinella marina (Bufonidae) cantando para atraer una hembra. Especie introducida en varios países tropicales para el control de insectos en cultivos de caña de azúcar. | Universidad de los Andes | Facultad de Ciencias | 7 Nuevo registro de Drymarchon para Colombia Juan Salvador Mendoza / Mateo Fernández Lucero Las serpientes del género Drymarchon se distribuyen desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Argentina (Fitzinger, 1843). Este género está conformado por especies de gran tamaño reconocibles por ser colúbridos aglifos –sin dientes inoculadores de veneno–, con escamas lisas o levemente quilladas, con dos fosetas termo receptoras apicales de disposición oblicua, una placa anal generalmente entera y sus escamas subcaudales –las que están después del orificio anal– pareadas. En Colombia se habían registrado hasta la fecha dos especies pertenecientes a este género: D. melanurus (Dumeril, 1854) y D. corais (Amaral, 1930), caracterizadas por tener una reducción 19-17 en el patrón de escamación dorsal. Los patrones de pigmentación de las escamas supralabiales (en el caso de D. melanurus) y del cuerpo en general (en ambos 8 | Hipótesis | Apuntes científicos uniandinos | no. 10 | diciembre 09 casos), facilitan la distinción de estas dos especies. Las dos pueden habitar tanto bosques montanos como bosques de tierras bajas. Sin embargo, debido a estos eventos de simpatría y a su similitud morfológica, se creyó durante muchos años que ambas eran subespecies de D. corais. En el año 2001, el doctor Wuster y otros proponen, mediante un análisis fenético de componentes principales, un cambio en su rango taxonómico, y las clasifican como especies distintas. Además, en la misma publicación describen una nueva especie de este género encontrada en Venezuela y a la cual llaman D. caudomaculatus. Durante su estudio sólo se logran encontrar dos ejemplares de esta especie en un periodo de cuatro años, ambos en la región de Falcón, Venezuela. Posterior a esto, el autor describe los ejemplares capturados, además de otros dos que Imagen: Nuevo registro de Drymarchon para Colombia se encontraban en cautiverio, y recopila datos sobre su historia natural. Asimismo, propone que esta serpiente pertenece a una especie de distribución restringida. Esta especie se diferencia de manera específica de las otras del mismo género, reportadas para Colombia, por tener las zonas submandibular y ventral anterior fuertemente mecanizadas; además de presentar una reducción en conteo de escamas dorsales de 17-15 (versus 19-17 en D. corais y D. melanurus) y una serie de pigmentaciones blancas irregularmente distribuidas en la región dorso-caudal, de la cual se deriva su nombre vulgar, cola manchada. Durante el mes de julio de 2008, Fernández encontró un ejemplar macho de esta especie, hallazgo que fue confirmado mediante una revisión taxonómica realizada por el doctor Wuster por vía electrónica. El ejemplar cuenta con una longitud de un metro setenta, y fue encontrado en una vía cercana al poblado de Nazareth, ubicado en la zona de amortiguación del P.N.N. Serranía de la Macuira en la Alta Guajira. El animal había sido cazado por pobladores de la región en las primeras horas de la mañana (hecho que coincide con las horas de actividad reportadas para esta especie por Wuster en 2001). Con este nuevo reporte se amplía el rango de distribución de esta especie, y se suma un registro más al listado de fauna escamada de Colombia. Intrínsecamente, este hallazgo enfatiza la importancia de centrar estudios posteriores en las regiones de formaciones xerofíticas del Caribe colombiano, que actualmente experimentan una de las más aceleradas tasas de fragmentación. Debido a esto, y a su aislamiento geográfico, se sugiere que las serranías de la Macuira y el Perijá son hot spots importantes para la diversidad del norte de Suramérica donde el inventario de fauna herpetológica está aún lejos de ser completado. | Universidad de los Andes | Facultad de Ciencias | 9