EVEREST ENTRE LA DIGNIDAD Y EL ESPECTÁCULO

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EVEREST ENTRE LA DIGNIDAD Y EL ESPECTÁCULO
EVEREST
ENTRE LA DIGNIDAD Y EL ESPECTÁCULO
VÍCTOR RIVEROLA I MORERA (DESNIVEL)
R
econozco que tenía ganas de ver como se adaptaba al cine una historia
tan terrible, que dio la vuelta al mundo y que terminó por convertirse en el
caldo de cultivo de una polémica que todavía hoy en día mantiene abiertas
varias heridas. La tragedia que da forma al guión de Everest, acontecida el
mismo año y casi al mismo tiempo que Araceli Segarra hollaba la cumbre mas
alta del mundo, debía tratarse con muchísimo respeto a la hora de plasmar lo
sucedido en una pantalla de cine; por fortuna, observo que Baltasar Kurmakur
ha estado a la altura de lo esperado.
Como curiosidad, déjenme que les diga que Araceli Segarra estuvo acompañada
por un equipo IMAX dirigido por David Breashears, quien curiosamente,
acabaría produciendo la película que nos implica y un telefilme basado en la
misma historia. Para empezar, es importante destacar que el personaje de Jon
Krakauer termina diluido en el filme, siendo el guía y organizador de una de la
expediciones, Rob Hall, quien se lleva gran parte del protagonismo, junto a un
Scott Fisher cuya imagen no sale muy bien parada en pantalla. Dicho esto,
veremos si este detalle indigna o no a los himalayistas de pro...tengo curiosidad
por ver si los aceptan de buen grado...o no. Otro de los protagonistas, Anatoli
Boukreev, quien en su obra sobre la tragedia de 1996 opina que los alpinistas
que subieron el 10 de mayo debían estar a la altura de la montaña, sin que ello
signifique abandonarlos a su suerte, tampoco se lleva las mejores frases del filme,
aunque su personaje deja entrever que es mas importante de lo que parece.
Deduzco que el director y los productores han optado por suavizar el tono de
enfrentamiento de Krakauer y Boukreev una vez los supervivientes regresaron a
sus hogares, mostrando el como y el porque de la tragedia. Para ello han
colocado a los guías en un primer plano, aunque el filme no deja de ser un gran
ejemplo de lo que debe ser una película coral, donde TODOS son importantes.
Para saber mas, recomiendo profundizar en la obra de Boukrevv y Krakauer,
autor este último de la magnífica Mal de Altura (Into Thin Air: A Personal
Account of the Mt. Everest Disaster) donde narra lo sucedido desde su punto de
vista.
Dicho esto, no puedo negar que ha sido verdaderamente encomiable el esfuerzo
del director y productor islandés Baltasar Kormakur a la hora de demostrar que
el buen cine de montaña puede llenar salas de todo el mundo con un público
heterogéneo, ávido de buenas historias humanas. Kormakur se esfuerza por
transmitirnos espectacularidad y drama a partes iguales, no solo porque este sea
su tercer proyecto a nivel internacional tras 2 Guns y Contraband , sino porque
tras una carrera mas que digna en su país de origen, ahora con Everest ha
podido ir mas allá, trabajando con un impresionante equipo humano que ha
sido capaz de plasmar toda su creatividad en una pantalla de cine, y encima en
3D. El primer filme de Kormakur, 101 Reikiavik, estrenado en el año 2000, me
pareció mas que interesante, pero no fue hasta 2 Guns cuando su nombre
empezó a sonar con fuerza a nivel internacional. Con Everest da un paso de
gigante, aprovechando al máximo el casting y los medios técnicos. La película
sorprenderá por su realismo y espectacularidad tanto al público experto en la
materia, que seguramente se habrá leído toda la obra publicada sobre la
tragedia, como al mas neófito. Quienes desconozcan los hechos reales y la obra
literaria, descubrirán una historia humana realmente sobrecogedora, que les
ayudará a reflexionar y a tener varios puntos de vista sobre un mismo tema, algo
que siempre viene bien cuando hablamos de deportes extremos o peligrosos. Tal
y como se narra en los libros publicados, actualmente convertidos en bestsellers, el guión del filme se centra en los durísimos acontecimientos que
tuvieron lugar los días 10 y 11 de mayo de 1996, durante el intento por alcanzar
la cumbre del Everest por parte de dos expediciones que se enfrentaron a una
impresionante tormenta, donde el viento helado y la nieve, se convirtieron en
los protagonistas de un trágica jornada. Por primera vez en el Everest, entraban
en conflicto dos maneras muy distintas de contemplar la profesión de guía de
montaña. Se estaban abriendo las puertas de algo nuevo, de algo que muchos
consideraban como lícito y lógico y que otros muchos consideraban como una
atrocidad anti-deportiva. Dejando a un lado el uso de oxígeno, estamos
hablando de un intento por acercar la montaña a quien pueda pagarlo (casi con
la pulsera del todo incluido), con el negocio que ello conlleva; y es en este punto
donde la crítica y la denuncia entran en escena, junto con las motivaciones
personales, los sentimientos y el espíritu de superación. La famosa frase que dijo
un periodista, y no Mallory, a la hora de argumentar el porque se sube a las
cumbres mas altas, también aparece en el filme, y si tengo que quedarme con
alguna escena en especial a nivel de motivación o psicología, me quedo con
todas las que tienen lugar dentro de las tiendas, en el campo base del Everest. Es
en este punto donde el espectador empatiza con los protagonistas y termina
analizando la masificación de la montaña y el carácter y la preparación de un
grupo variopinto de alpinistas con diferente experiencia en alta montaña. Es en
estos detalles donde radica una de las principales bazas del filme de Kormarkur.
Tanto a nivel técnico como artístico, Everest sorprende y emociona a partes
iguales, sin frases forzadas ni el típico humor norteamericano que en muchas
ocasiones termina por convertir una película seria en una auténtica horterada.
Aquí todo encaja, el engranage funciona bien engrasado pese al frío extremo.
Desde las primeras escenas, que nos muestran la despedida de Rob Hall, hasta
las reuniones en el campo base y la llegada a la cumbre (incluso fuera de
horario), el espectador se integra sin darse cuenta en el filme, convirtiéndose en
muchas escenas, en un expedicionario mas. El ritmo trepidante, unido a la
plasticidad del filme, deja momentos de respiro en los que Emily Watson, Robin
Wright y Keira Knightley se llevan sus minutos de gloria. La familia, las esposas,
los hijos…¿qué siente una familia cuando su padre o su madre se lanza a la
aventura de conquistar, pagando 65.000 dólares, la cumbre mas alta del
planeta?. Es el amor y la pasión por la montaña….¿o quizás el ego personal y la
obsesión por demostrar algo, por llegar a lograr un objetivo?. La tragedia a mas
de 8.000m se mezcla brillantemente con las escenas que rodean el intento de
rescate de Hall, lideradas por Helen Wilton (Emily Watson, que este año recibe
un reconocimiento mas que merecido a su carrera en el Festival de San
Sebastian ) y la doctora Caroline Mackenzie (Elizabeth Debicki, vista como
villana en Operación U.N.C.L.E) están cargadas de emotividad, ajustándose a
la realidad. Las escenas aéreas están magníficamente rodadas, destacando
algunos planos de la cumbre, la llegada en helicóptero a Luckla, el trekking por
los puentes colgantes y la llegada del helicóptero de rescate al campo 2, todo un
récord gracias a la pericia de los militares nepalies. Otra escena impactante es la
que, mediante efectos, se nos muestran las escaleras de la cascada del Khumbu,
vistas desde el interior de una grieta. Llegados a este punto, es justo y necesario
destacar el guión, obra de William Nicholson (Gladiador) y del oscarizado
Simon Beaufoy, guionista de Full Monty, Slumdog Millionaire y la inmensa 127
horas. Reconozco que los efectos digitales, impresionantes, sorprenden por su
realismo y por estar perfectamente mezclados con escenarios naturales y
decorados.
Para finalizar, se que las comparaciones son odiosas, pero debo decir que
Everest está a años luz de Límite Vertical, el soberano despropósito perpetrado
por Martin Campbell (director de Goldeneye, la Máscara del Zorro y la
espléndida Casino Royale). Everest tampoco tiene nada que ver ni con Máximo
Riesgo (que no deja de ser un filme muy entretenido) ni con Nordwand, la
magnífica producción alemana de 2008 que reconstruía a la perfección la
conquista de la norte del Eiger en 1938. Algunos pasajes de Everest me han
recordado a K2, una gran película de montaña dirigida por Frank Roddam en
1991 que contiene escenas muy logradas en alta montaña, así como
conversaciones entre alpinistas que se acercan bastante a la realidad. Es
evidente que Everest las supera a todas en espectacularidad, pues a nivel técnico
está muy por encima, aunque cuanta a su favor, con el paso del tiempo y la
evolución de la tecnología.
EVEREST
Reparto: Jason Clarke (Rob Hall), Josh Brolin (Beck Weathers), John
Hawkes (Doug Hansen), Robin Wright (Peach Weathers), Michael Kelly
(Jon Krakauer), Keira Knightley (Jan Hall), Emily Watson (Helen Wilton),
Jake Gyllenhaal (Scott Fischer), Sam Worthington (Guy Cotter).