CEAC-final - Ugep Chile
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CEAC-final - Ugep Chile
CARTA DE ALUMNOS RECHAZANDO LAS INVITACIONES QUE REALIZA EL CEAC A ARTISTAS PROVENIENTES DE ISRAEL QUE NO HAN DENUNCIADO EL ACTUAR DE SU PAÍS Sr. Ennio Vivaldi Rector de la Universidad de Chile Presente De nuestra consideración: Como estudiantes de la Universidad de Chile preocupados por lograr la total concordancia entre nuestros principios universitarios y las acciones de nuestra casa de estudios, queremos denunciar a las autoridades universitarias el siguiente problema. Nos percatamos que el Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile (CEAC) ha reiteradamente invitado a artistas provenientes de Israel que apoyan el régimen de su país. Este año, son dos los representantes de dicho país que participarán del calendario del teatro; Idan Sharabi en las fechas del 26 de junio al 11 de julio y Yoav Talmi del 17 al 25 de julio. Idan Sharabi viene como invitado especial a la celebración de los 70 años del Ballet Nacional Chileno (BANCH), y Yoav Talmi quien dirigirá la Orquesta Sinfónica de Chile en los conciertos número 12 “A Rusia con amor” y 13 “Romances y fantasías”, ambos con ciudadanía y nacionalidad israelí y promotores del Estado de Israel. Además, el CEAC señala en su afiche que están apoyados por la Embajada de Israel, esto nos recuerda al encuentro al que viajó Sharabi en mayo pasado a México, evento que buscaba fortalecer los lazos entre ambos países, viajando como gran exponente de la cultura israelí. Asimismo, ambos invitados son trabajadores activos en la “marca Israel” que pretende posicionar a Israel como país de primer mundo desde sus creaciones culturales. En este contexto, Sharabi es ex bailarín del Batsheva, considerada la compañía de danza oficial de su país y Talmi compuso la marcha oficial del ejército de Israel, fue director de la Orquesta de Cámara y en 2008 ganó el premio Frank Pelleg brindado por el Ministerio de Cultura de Israel, premio que es brindado a los que apoyan incansablemente la cultura israelí, que recordemos no cesa de invisibilizar la historia y reprimir el arte palestino. El hecho de que estos artistas representen y expongan la cultura protegida por un Estado opresor, sin adoptar una postura crítica frente a éste los compromete con la defensa de las políticas que Israel ejerce sobre el pueblo palestino, políticas de segregación, hostigamiento, exclusión y de represión injustificada. Esta es una estrategia israelí de utilizar la cultura y los espectáculos como medio para invisibilizar la limpieza étnica que ejerce sobre el pueblo palestino y de esta forma, normalizar una situación aberrante desde los puntos de vista jurídicos y humanos. Podemos concluir por tanto, que no es problema el hecho de que tengan nacionalidad israelí, debido a que no es una cuestión étnico-cultural, sino que político-humana. Al ser ciudadanos indiferentes a los crímenes de lesa humanidad ayudan a aumentar la intolerancia y el sufrimiento de los oprimidos, porque siendo espectadores de uno de los crímenes más crudos, devastadores y duraderos de la actualidad, en vez de tomar un rol crítico denunciando a su Estado opresor, adquieren un rol activo en la limpieza de imagen que ejecuta a si mismo Israel, al representarlo y obviando todo el entramado político y práctico que conlleva la ocupación, que niega absolutamente el derecho a la autodeterminación y la libertad de expresión de los palestinos, principios que buscamos defender ante todo. Porque, cada vez que el ejército Israelí ataca las instituciones culturales Palestinas, impidiendo la libre circulación de los artistas, se está negando la libertad de expresión, por ende manifestarnos en contra de este evento, no significa un acto de censura, sino que todo lo contrario, es una defensa a la libertad de expresión de todos, principio que por excelencia representa a nuestra Universidad. En coherencia, es importante defender no solamente la libertad de expresión, sino también el derecho de libertad de todos los presos políticos encerrados en cárceles israelíes sin juicios ni cargos, cuya cifra asciende sólo en el mes de abril de este año a 5.800 palestinos de los cuales 182 son niños, así como el derecho a la vida de todos los desaparecidos día a día en Palestina. Que la Universidad de Chile se defina a sí misma como una institución que promueve el ejercicio de una ciudadanía preparada, crítica, con conciencia social y responsabilidad ética, y como defensora de los principios y valores como la libertad de expresión, pluralismo, respeto y tolerancia por las más diversas expresiones socio-culturales, significa que como estudiantes de esta institución, no podemos permitir que exista tan evidente contradicción, al avalarse a los representantes de un Estado que refleja con sus políticas la antítesis de los valores democráticos. ¿Realmente pretendemos resguardar y a la vez enriquecer nuestro acervo cultural nacional y universal de esta manera? Si nuestra Universidad no se erige sobre los principios que dice defender y enseñar ¿Cómo pretende formar estudiantes con una actitud reflexiva, dialogante y crítica, sin si quiera cuestionarse el actuar del Estado de Israel? ¿Cuál es el sentido ético y de solidaridad social que pretende enseñar al hacer partícipe de sus actividades a un régimen racista? En nuestro interés por lograr construir una sociedad más justa y solidaria, en la cual se propicien los espacios necesarios para que todos podamos contribuir, es que creemos que como estudiantes debemos recibir una educación que genere conciencia tanto respecto a la realidad nacional, como internacional, logrando así un real vínculo de identidad con la institución misma y la sociedad en general. En virtud de lo expuesto, exigimos que la Universidad de Chile adopte una actitud de concordancia con sus principios y valores, y por tanto cancele el evento y no vuelva a traer este tipo de invitados, ya que mantener esta actitud significa avalar a un Estado ocupante y de Apartheid, que hasta el día de hoy sigue cometiendo crímenes de lesa humanidad. Atte., Federación de Estudiantes Universidad de Chile